Editorial

El crecimiento económico en Colombia

Luis Eudoro Vallejo Zamudio
Director de la Revista Apuntes del CENES

Cómo citar: Vallejo-Zamudio, L. E. (2024). El crecimiento económico en Colombia. Apuntes del Cenes, 43(78). Págs. 9 - 10. https://doi.org/10.19053/uptc.01203053.v43.n78.2024.17963

En todos los países, los objetivos de política económica son muy importantes. Sin duda, el crecimiento económico tiene mucha trascendencia, debido a que la actividad económica influye en muchos aspectos, entre otros, en la generación de empleo, en la reducción de la pobreza y en los ingresos del Estado. Además, como lo plantea Amartya Sen, aunque el crecimiento no es equivalente al desarrollo económico, sí es un medio para alcanzarlo.

El crecimiento en Colombia ha venido descendiendo, incluso desde antes de la pandemia del coronavirus. En el año 2020 bajó sustancialmente hasta -7,2 %; mientras que, en los años 2021 y 2022, repuntó considerablemente hasta alcanzar tasas del 10,7 y del 7,5 %, respectivamente. En estos dos últimos años, el alto crecimiento se explica, en gran parte, por las políticas monetarias y fiscales expansivas, como también por los favorables términos de intercambio y el aumento de las remesas. Empero, el crecimiento en 2023 fue de apenas 0,6 %.

El Banco de la República estimó para el presente año un crecimiento de 1,4 %. Por otra parte, el Gobierno, de acuerdo con el Plan Financiero de 2024, pronosticó un crecimiento de 1,5 %, pero en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, documento que presentó el 14 de junio el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, lo revisó al alza y lo ubicó en 1,7 %. Esta última cifra, según él, se puede alcanzar con una reducción gradual de la inflación, una política monetaria más flexible y un programa de reactivación económica que se implementará en el segundo semestre.

Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) considera que el crecimiento económico de Colombia será de 1,2 % en 2024; el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica 1,1 % y el Banco Mundial (BM) estima 1, 3 %. Esta última institución, al revisar las proyecciones en los primeros días de junio, consideró que el crecimiento del 2,2 % que alcanzó América Latina en 2023 será menor en el presente año y es posible que pueda lograr 1,8 %, para repuntar en el 2025 y alcanzar un 2,7 %. En cuanto a América Latina, este organismo argumenta que estos bajos niveles de crecimiento en este año y el repunte en 2025 se pueden lograr en la medida en que baje la inflación y las tasas de interés se normalicen.

El BM, al referirse a la economía mundial, considera que crecerá a una tasa de 2,6 %, 0,2 puntos por encima de su estimación de principio del año y espera que en 2025 alcance un crecimiento de 2,7 %.

Las cifras sobre el crecimiento económico muestran que el bajo comportamiento de dicha variable no solo se presenta en Colombia, sino que es un fenómeno mundial. Desde luego, el caso de Colombia es más apremiante, lo que evidencia que el hecho de que la economía colombiana haya crecido solo al 0,6 % en el 2023 es algo preocupante, debido a que los pronósticos más pesimistas consideraban que la economía crecería 1.1 %.

Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el primer trimestre de 2024 la economía creció en 0,7 %. Los sectores más afectados en el primer trimestre fueron la industria manufacturera (-5,9 %), actividades financieras y seguros (-3 %), información y comunicaciones (-1,6 %), explotación de minas y canteras (-1,5 %), comercio transporte y alojamiento (-0,8 %) y actividades profesionales y científicas (-0,2 %). Los sectores con un crecimiento notable fueron: agricultura (5,5 %), administración pública, educación y salud (5,3 %) y actividades artísticas y entretenimiento (5,2 %).

De hecho, es motivo de preocupación tanto para el Gobierno como para los gremios de la producción, el bajo crecimiento de 2023 y del primer semestre de este año. Por ello, Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), plantea la necesidad de unir esfuerzos para dinamizar la economía: "llegamos al momento que nos toca plantear un pacto nacional por el empleo, la reactivación, la inversión y la prosperidad en el que nos comprometamos en hacer todo lo que esté a nuestro alcance por generar mayor empleo, generar equidad y oportunidades de trabajo, permitir que las condiciones para que la economía funcione se cumplan".

Como se mencionó atrás, el bajo crecimiento es un fenómeno mundial, pero en Colombia esta situación es más acentuada. Las causas de este fenómeno tienen diferentes explicaciones. Para algunos analistas, como Mauricio Cárdenas, Marc Hofstetter y Carlos Caballero, entre otros, la situación se explica por "la falta de confianza que ha afectado mucho la inversión". Según Cárdenas, "la inversión en Colombia normalmente era del 24 por ciento del PIB y ahora está en el 17 por ciento del PIB"; dicha desconfianza se debe, según él, "a que el gobierno con sus amenazas permanentes de reforma y de cambio, sus ataques a un sistema en el que el sector privado juega un papel importante en muchos sectores como la infraestructura, energía eléctrica, salud y las pensiones", conduce a una menor inversión del sector privado en los sectores antes enunciados y en otros, que contribuyen sustancialmente a la generación de empleo formal.

Para José Antonio Ocampo, el primer ministro de Hacienda de la administración Petro, el deterioro en la confianza inversionista se debe "básicamente al impacto de la crisis política. Por ponerlo de alguna manera. La sensación del sector privado de que el gobierno tiene políticas que no son adecuadas. Ese es el elemento de confianza".

Otros analistas como Kalmanovitz, González y Ocampo coinciden en que las altas tasas de interés del Banco de la República han afectado significativamente la inversión y le dan más importancia que otros (¿a este factor frente a otros factores? O: ¿ellos le dan más importancia a este factor que la que le conceden otros autores? Para Ocampo, la tasa de interés es importante y afecta la inversión. El otro factor, a su juicio, es la desaceleración de la demanda, puesto que la economía venía de un sustancial exceso de demanda, sobre todo en los años 2021 y 2022, debido a las políticas monetarias y fiscales expansionistas, pero en 2023, comienza una menor presión de esta.

Dado que la desaceleración de la economía colombiana es una realidad, lo importante es implementar un programa de reactivación económica que logre el crecimiento potencial de la economía (2,7 %). Para ello, es necesario que haya un acuerdo nacional en el que participe el Gobierno, la academia, el sector privado y las organizaciones sociales, entre otros actores. Un elemento clave de dicho objetivo es la reducción de las tasas de interés fijadas por el Banco de la República, teniendo en cuenta que fue muy rápida la elevación de estas, al pasar de 1,75 % en agosto de 2021 hasta un 13,25 % en mayo de 2023, es decir, en menos de dos años. Esta última cifra se mantuvo hasta diciembre de 2023. Cabe recordar que durante el año 2023 la tasa de interés estuvo por encima del 12 %, y el descenso fue muy lento. En diciembre de 2023, el banco emisor la bajó al 13 % y solo en mayo del presente año la fijó en 11,75 %.

Sin duda, una tasa de interés tan alta afecta la inversión y el consumo, y, por lo tanto, los sectores sobre los cuales ha incidido más el alto costo del dinero han sido la construcción, la industria y el comercio. El argumento de la Junta Directiva del Banco de la República es que la inflación, si bien ha bajado, no lo ha hecho a un ritmo que posibilite una disminución más rápida de la tasa de interés. Sobre este punto sería interesante preguntarse si la inflación en Colombia está determinada por factores de demanda o de oferta. A nuestro juicio, ante un bajo nivel de crecimiento y un aumento del desempleo, la inflación es causada más por factores de oferta, con una gran influencia del componente internacional.

La necesidad de bajar la tasa de interés para estimular la inversión y el consumo no ha sido solo una preocupación del Gobierno, sino también de los gremios de la producción como la ANDI, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO) y la ASOBANCARIA, entre otros. Los banqueros reunidos en la última convención gremial así lo manifestaron. Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente de la Junta Directiva del Grupo AVAL, manifestó: "el Banco de la República del cual he sido respetuoso, se está excediendo en no bajar las tasas (de interés). Mi recomendación es que, si al bajarla hay un choque de inflación, pues si ocurre, que la vuelva a subir".

Así las cosas, para reactivar la economía, además de bajar la tasa de interés, se debe incentivar la producción en sectores intensivos en la utilización de mano de obra, como la construcción (tanto de edificaciones como de obras civiles), ya que la construcción es un sector líder que impulsa otras actividades. Desde luego, también deben promoverse planes y programas que estimulen la industria, el comercio y el turismo, dado el potencial que estos sectores tienen en la generación de empleo y de valor agregado.