17
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica
de un humanismo anti-fundamentalista y
anti-cristiano?
1
Franz Overbeck: on the theory and practice of an
antifundamentalist and antichristian humanism
2
Andreas Urs Sommer
3
Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, Alemania
Recepción: 10 de agosto del 2020
Evaluación: 01 de septiembre del 2020
Aceptación: 20 de noviembre del 2020
1
Una versión anterior de esta contribución fue publicada como Sommer (2003b, pp. 249-260).
2
Traducción del alemán por Mikhail Krasnov, Instituto Internacional de Idiomas, Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Revisión conceptual, corrección y complementos a la
traducción por Alfredo Rocha de la Torre, Escuela de Filosofía, Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia.
3
Habilitado ( facultas docendi) en la Ernst-Moritz-Arndt-Universität Greifswald. Dr. en Filosofía
por la Universität Basel. Estudios de Filosofía, historia de la iglesia y del dogma, y literatura
alemana en la Universität Basel, en la Georg-August-Universität Göttingen y en la Albert-
Ludwigs-Universität Freiburg.
Correo electrónico: andreas.urs.sommer@philosophie.uni-freiburg.de.
Cuestiones de Filosofía
ISSN: 0123-5095
E-ISSN: 2389-9441
Vol. 6 – Nº 27
Julio - diciembre, año 2020
pp. 17-33
Artículo de reexión
18
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
Resumen
Franz Overbeck, profesor de Teología en la Universidad de Basilea, amigo
de Friedrich Nietzsche, desarrolló una versión muy personal del humanismo,
mucho más allá de las ilusiones del humanismo tradicional orientado en el
ideal de la antigüedad. El humanismo de Overbeck es un humanismo crítico
y escéptico, lejos de todo humanismo dogmático. Overbeck protege al
hombre ante las imposiciones de la antropología cristiana, así como ante las
imposiciones de la convicción nietzscheana de un super hombre futuro de la
humanidad.
Palabras clave: Franz Overbeck, Friedrich Nietzsche, humanismo,
escepticismo, antifundamentalismo, anticristianismo.
Abstract
Franz Overbeck, professor of theology at the University of Basel, friend of
Friedrich Nietzsche has developed a very personal version of humanism, far
beyond the illusions of traditional humanism orientated towards an ideal
Antiquity. Overbecks humanism is a critical and sceptical one, far away from
all humanist dogmatism. Overbeck defends Man against the impositions of
Christian anthropology as well as against the impositions of the Niezschean
belief in a overhuman future of mankind.
Keywords: Franz Overbeck, Friedrich Nietzsche, humanism, scepticism,
antifundamentalism, antichristianity.
19
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
En la acepción común del término, el humanismo no es precisamente algo
que se haya buscado en el ámbito de los destructores del espíritu. Cuando
Martin Heidegger sostiene en su Carta sobre el humanismo (Brief über den
Humanismus)de la cual se habla nuevamente mucho– que “todo humanismo
está basado “en una metafísica, o se convierte en la base de ésta” –razón por
la cual “todo humanismo sigue siendo metafísico
4
”– (Heidegger, 2000, p. 13),
se vincula a través de este diagnóstico al programa de una superación de la
metafísica y, en igual medida, del humanismo. Las ideas programáticas de un
profesor de filología clásica de Basilea, que confió en una de sus libretas de
apuntes de 1875, no fueron menos precisas:
Es cierto que el humanismo y la Ilustración han invocado a la antigüedad
como aliada, y es por ello evidente que los oponentes al humanismo sean
hostiles a la antigüedad. Pero la antigüedad del humanismo era (en este caso)
mal reconocida y completamente falsificada: vista con mayor pureza, es
una prueba contra el humanismo, contra la intachable naturaleza humana
etc. Los destructores del humanismo se equivocan si también destruyen la
antigüedad, pues allí tienen un fuerte aliado (Nietzsche, 1988c, p. 58).
Con su primer escrito filosófico de 1872, este cuestionable profesor no
había dejado dudas de que estaba dispuesto a ofrecer una comprensión
completamente diferente y nueva de la antigüedad, frente a la pulcra
apariencia clasicista de la tradición formativa humanista: con El nacimiento
de la tragedia (Die Geburt der Tragödie) Friedrich Nietzsche se convirtió
en un ave de rapiña entre los corderos de aquel humanismo
5
, que creían
poder confiar en una tradición ininterrumpida de valores en una antigüedad
idealizada y, posiblemente, en un cristianismo igualmente idealizado
6
.
A la sombra del ave de rapa, Nietzsche se refirió durante mucho tiempo
a su amigo más leal, el profesor de teología Franz Overbeck (1837-1905),
que parecía definirse a sí mismo como un íntegro “humanista cristiano
7
(Lesser, 1952, p. 434). El hecho de que él no se haya definido a mismo
4
La coyuntura folletinesca actual de la Carta sobre el humanismo proviene de Peter Sloterdijk
(no hace falta mencionarlo para los lectores de hoy, pero probablemente sí para los de mana y
pasado mañana): Regeln für den Menschenpark. Ein Antwortschreiben zu Heideggers Brief über
den Humanismus (1999).
5 Compárese Nietzsche (1988a, pp. 278ss.).
6 Con respecto a la uidez de los valores, que gustosamente son negociados incluso bajo la etiqueta
del humanismo, véase Sommer (2016a).
7 Véase también Sommer (1996, p. 41).
20
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
muestra con gran claridad no solamente la obra y la edición póstuma de
Overbeck que desde 1994 se hace ver(Overbeck, 1994ss.)
8
, sino también
que las “preguntas a la teología de hoy” planteadas por él, están inconclusas,
como Karl Barth ya había advertido en 1920 (Barth, 1928, pp. 1-25; 1990,
pp. 58-64). La edición, idéntica a la original, de los textos esenciales del
llamado “Léxico eclesial” (Overbeck, OWN 4 y 5). (Kirchenlexikon) de
Overbeck, su fichero inmensamente extenso, rebate el discurso del inofensivo
“humanista cristiano” y, en cambio, expone a un pensador peculiarmente
subversivo: a saber, un pensador que nunca permanece en un conocimiento
una vez adquirido, sino que inmediatamente lo asocia con otro, lo revisa y
lo “falsifica. Se expresa aquí un estilo de pensamiento que en los escritos
sobre cuestiones de la historia del cristianismo, publicados durante su vida,
se hace mucho más exigente para gozar la vida en secreto aún de manera
mucho más excesiva. Un estilo de pensamiento que aunque teóricamente no
desprecia la calma, la opinión irrevocable y la certeza última, sin embargo
simultáneamente las invalida. Aunque Overbeck se desempeñó poco como
aforista, la fragmentación del pensamiento debida a la lematización alfabética
genera agudeza y bordes aforísticos. La inviabilidad del proyecto que no
quería en absoluto ser un proyecto, conduce a una fragmentación que debe ser
enemiga de todo dogmatismo, tanto religioso como ideológico, simplemente
porque no puede haber un cierre conceptual ni una certeza última en esta
fragmentación. El carácter referencial y reformador del Léxico eclesial
parece neutralizar estructuralmente un poder normativo de los orígenes.
Estos tienen todavía, a lo sumo, una función heurística.
Pero precisamente el humanismo tiene que ver con tales orígenes normativos
y con horizontes asegurados cuando es percibido como un fenómeno
histórico del siglo XVI, y en su variante científicamente renovada del siglo
XIX, así como cuando en él se percibe una cosmovisión basada en valores
inquebrantables, naturales o divinamente garantizados, y en una esencia
eterna del hombre. El humanismo laico podría asociarse fácilmente con el
cristianismo, así como lo demostró el antepasado del humanismo histórico,
Erasmo de Rotterdam. De hecho, uno podría haber esperado que Overbeck,
designado por las fuerzas eclesiásticas liberales para una cátedra del Nuevo
Testamento y la Historia antigua de la Iglesia en Basilea en 1870, obedeciera
8
A partir de ahora los escritos de Franz Overbeck serán citados de acuerdo con la edición de sus obras
y póstumos (Overbeck-Werke und Nachlass = OWN, seguido del tomo y la página).
21
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
al “genius loci” con el que ha dado en el clavo Jules Michelet para Basilea:
cest Erasme
9
(Gossman, 2000, p. 13; Journal, 24 agosto 1843). Karl Barth
aprehendió el prototipo de teólogo basilense vinculado a estos genius loci:
El teólogo basilense que realmente representa este espíritu es intrínseca
y fundamentalmente conservador, un hombre esencialmente tímido del
quieta non movere, y esto se percibirá también siempre, una y otra vez, de
alguna manera en él. Pero él tiene también su secreto y misterioso placer
por los radicalismos y extravagancias de otros, por ejemplo, por todo tipo de
entusiastas forasteros, desde David Joris hasta F. Nietzsche y Fr. Overbeck, y
por esta razón los recibe con gusto en casa, aunque sea para crear un efecto
de contraste. Sin embargo, al encontrarlos terriblemente interesantes, tendrá
cuidado de no apropiarse de ellos. Del catolicismo, pero también de una
ortodoxia demasiado estricta, está protegido por un escepticismo innato y
levemente humanista, por así decirlo (Barth, 1947, p. 124).
Al principio no era previsible que la inculturación cristiano-humanista de
Overbeck no funcionara en Basilea, aunque él no causó una “entusiasta”
impresión cuando fue designado, sino que apareció como un erudito basado
en el liberalismo teológico tradicional. Inicialmente la emoción vino de
Nietzsche, cuyo Nacimiento de la tragedia Overbeck, en retrospectiva, sintió
como una “lecciónesencial en el camino de la vida (Overbeck, OWN 1, p.
269). Esta “lección” le ordenó abandonar en 1873 las cámaras secretas de la
erudición, para no solamente lanzar con su Christlichkeit unserer heutigen
Theologie un “guión gemelo” a la Primera consideración intempestiva de
Nietzsche contra David Friedrich Strauss, sino también sobre todo para
cuestionar la base aparentemente tan firme de la teología contemporánea,
independientemente de si es “liberal” o “apologética
10
. En su breve folleto,
Overbeck elabora las características decididamente escatológicas y volátiles
del cristianismo original. Su “visión de la vida” es incompatible con el
mundo moderno. Por otro lado, desde su inicio la teología había aspirado
la secularización del cristianismo y, en su forma moderna, es un producto
puro de la secularización. De esta manera la teología apologética conservó la
cáscara, pero no el núcleo del cristianismo, y la teología liberal ninguno de
los dos.
9
En su libro, Gossman pinta una imagen grandiosa de los efectos tardíos de este genius loci de
Basilea.
10
Para la prehistoria del cristianismo, véase el excelente estudio de Peter (1992). Para la temprana
Waengenossenschaft” con Nietzsche confróntese Sommer (1997).
22
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
Al fin y al cabo, en la primera edición de su Cristianismo (Christlichkeit),
el diagnosticador de la decadencia (Verfallsdiagnostiker)n diseña
una “teología crítica” considerada como una fiduciaria neutral de un
cristianismo puro, aunque pronto tuvo que admitir que tal proyecto estaba
sobre pies de barro, y que para el presente la sustancia de lo cristiano se
había perdido irreparablemente. Overbeck no se muestra dispuesto, como
el joven Nietzsche, a predicar una restauración de los orígenes normativos:
estos orígenes normativos son irrepetibles en todos sus aspectos. Se podría
decir que el enfoque de Overbeck, por mucho que utilice los orígenes del
cristianismo como una medida normativa para rechazar las teologías
modernas que dependen de ellos, es básicamente antifundamentalista en la
medida en que no existen fundamentos pasados, firmes e inamovibles que
determinen nuestros actuales ‘ser y deber. En contraste con esto, un recurso
“fundamentalista” originario define al humanismo como un fenómeno de la
época y también como una cosmovisión burguesa culta.
Antes de entrar en esta problemática, es importante llamar la atención acerca
del hecho de que en su Christlichkeit Overbeck elimina la ilusión de que el
cristianismo haya sido siempre el verdadero guardián y portador de las ideas
humanistas:
La religión cristiana ha disfrutado siempre el “placer” de lo humano solo en
forma de compasión, y en este sentido, en particular, solo en la humanidad de
su Cristo, siempre que ésta fuese considerada necesaria para el propósito de
la salvación, aunque en caso contrario ha tratado de olvidar a esta humanidad
en todos los sentidos (OWN 1, pp. 209s)
11
.
Lo que en el cristianismo (Christlichkeit) permanece aún como algo teórico,
lo ejemplifica Overbeck dos años después en sus Estudios de historia de la
iglesia antigua (Studien zur Geschichte der alten Kirche), que tratan acerca
de en qué medida la iglesia antigua intervenía a favor de la abolición de la
esclavitud. Hasta ahora se han hecho públicas “opiniones al respecto”, “dadas,
por lo general, por teólogos cristianos que opinan a este respecto, aunque se
puede pensar que más bien se escucha hablar a zoroastristas [adoradores del
fuego: Feueranbeter]” (Overbeck, OWN 2, p. 145). Un análisis más detallado
muestra que, contra todo tipo de fábulas, los abogados de la iglesia habían sido
11
Un eco tardío y agudo resuena en la burla de las “bendiciones humanitarias del cristianismo” en la
última parte del Anticristo de Nietzsche (1988b, 1988, p. 252). Cfr. Sommer (2000a, pp. 648-650).
23
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
indiferentes ante la esclavitud e incluso enfatizaban los beneficios sociales de
ésta. Según Overbeck esta forma cristiana de tratar con los esclavos no puede
ser considerada una “actitud humanitaria, por más que la teología moderna
quisiera que así fuera.
Aunque el monacato, como un fenómeno aislado dentro de la iglesia, despidió
la esclavitud a la par con el pensamiento de la propiedad, es en sí mismo
“un obvio ejemplo de cuán lejos estaba la antigua iglesia del pensamiento
del ‘derecho de autodeterminación del individuo, lo que llevó a la abolición
política de la esclavitud” (p. 189). Por el contrario, hay que hablar de una
“indiferencia fundamental de la iglesia ante la igualdad política de las
personas” (p. 189):
La iglesia no despertó nuevas fuerzas a ese Estado [el Imperio romano] pero
si lo privó de muchas de ellas, lo protegió en todas sus instituciones y no
tuvo ningún tipo de interés en sacudirlas o al menos cuestionarlas, desde el
momento en que ella percibió en él los baluartes de su propio poder. Entretanto
la iglesia nunca ha podido tampoco revelar ningún plan de reforma política
que hubiera tenido particularmente respecto a la esclavitud. La iglesia,
especialmente cuanto estaba unida con el Estado, pudo por mucho llegar a
combatir los esfuerzos de emancipación (abolición de esclavitud) que nunca
favoreció, y defender una institución que nunca había combatido (p. 200)
12
.
Tal afirmación socava la seguridad del cristianismo moderno en sí mismo, que
cree que tiene una prerrogativa especial en la humanidad y una inclinación
especial hacia ella, pues incluso considera a toda la humanidad como un
resultado de sí mismo.
Se puede realmente leer de los teólogos que el “principio de humanidad”
tiene sus raíces en la iglesia cristiana, y si esas disposiciones más leves de
la ley romana no se basan en la “imitación consciente del comportamiento
cristiano”, entonces “las ideas de humanidad [Humanität und Menschlichkeit]
son tan imponentes y convincentes que una vez pronunciadas, no podrían
permanecer sin eco alguno”. ¿Pero realmente no se ha oído hablar nunca
de estas ideas en el mundo antes del cristianismo? Si no se supiera en qué
máquina de palabras puede convertir la dogmática a un ser humano, ¿qué
debería imaginarse uno de la propia humanidad de los escritores, que son
12
Por cierto, William Edward Hartpole Lecky y Jacob Burckhardt argumentan de manera similar.
Confróntese Sommer (2000a, pp. 422 y 618).
24
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
capaces de llegar a la idea escandalosa de que la voz de la humanidad todavía
no se ha hecho pública hasta la aparición del cristianismo entre la gente? (p.
156)
13
.
Por supuesto, Overbeck no quiere levantar su dedo moral acusador y poner a
la Iglesia antigua (die Alte Kirche) bajo una sospecha general y ahistórica de
inhumanidad. Lo que importa a este analista implacable es la discontinuidad
fundamental entre lo moderno y lo antiguo, entre la iglesia antigua y el
llamado cristianismo moderno. El cristianismo mismo es entendido como
un fenómeno completamente antiguo, deducible de la investigación histórica,
pero del que no podemos apropiarnos con fines prácticos. La antigüedad y el
presente se convierten en medidas inconmensurables:
Para hacer totalmente clara la relación familiar del cristianismo y el mundo
antiguo, al ver en este punto [en la cuestión de la esclavitud] las recientes
opiniones de los estudiosos, casi podemos observar que con la desaparición
de una pieza de la antigüedad de nuestras vidas, el cristianismo también ha
perdido algo de comprensibilidad para nosotros (p. 144).
En vista de la brecha insuperable entre la Iglesia antigua y el cristianismo
moderno, y la brecha posiblemente aún más grande entre la Iglesia antigua,
casi completamente secularizada, y el cristianismo primitivo, es para
Overbeck una tarea desesperanzada querer fundar una visión del mundo
y de la vida intelectualmente honesta en el presente, (completamente)
sobre las ruinas de las visiones de mundo y de la vida cristiana antigua. El
tratamiento de la esclavitud por parte de Overbeck tiene como objetivo una
legitimación de la Ilustración y de la humanidad, sin ayuda de la moral o
de las creencias cristianas. Para él es determinante defender la legitimidad
del cristianismo posterior de la edad moderna contra, según su opinión, los
apetitos despiadados y omnipresentes de la teología moderna de anexión y
usurpación, que considera que puede asimilar incluso a su opuesto
14
.
En la medida en que hemos seguido sus formas de pensar, Overbeck se
ha descubierto al menos, así como Nietzsche, como un emprendedor de
13
La cita proviene de Luthardt (1873, p. 183).
14
Por ejemplo, Nietzsche. Cfr. Overbeck (OWN 7/2, pp. 195-199 y 251-254). Además, Sommer
(2000a, pp. 25s.), pero también Schopenhauer, cuya preocupación puramente losóca y secular es
defendida por Overbeck contra los profesores de losofía teologizados. Cfr. Sommer (2000b, pp.
192-206), así como aquellos extractos impresos del Léxico eclesial de Overbeck no incluidos en
OWN (Sommer, 1997, pp. 140-145 y 147).
25
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
demoliciones, como un ave de rapiña con piel de oveja, es decir, de teólogo,
que con su tesis de la inconmensurabilidad enfatiza aún más radicalmente
que el Nietzsche temprano –quien en El nacimiento de la tragedia había
reemplazado la normatividad de la época clásica griega por una normatividad
de la época arcaica griega– la imposibilidad de referirse a los orígenes
normativos en el pasado lejano
15
. Overbeck se convierte en el verdadero
teórico de la discontinuidad
16
, como es evidente, por ejemplo, en su ensayo
pionero Sobre los inicios de la literatura patrísticaber die Anfänge der
patristischen Literatur] de 1882, que constata la ruptura insuperable, incluso
para los contemporáneos del siglo II, entre la “literatura primitiva” cristiana
y la que vino luego con los escritos de los padres de la iglesia, que fueron
adaptados a los intereses públicos del “mundo
17
. Si ni incluso los padres de
la iglesia pudieron comprender el cristianismo apostólico que estaba tan claro
para ellos, cuánto menos nosotros, los hombres modernos, podemos obtener
un conocimiento histórico, pero no un saber que nos oriente.
La historia se presenta, de esta manera, como un proceso de permanente
reinterpretación y mala interpretación de orígenes mal entendidos: las
continuidades afirmadas en retrospectiva son, de hecho, analindolas
con mayor precisión, rupturas, sobreescrituras, arreglos
18
. Cualquiera que
establezca de una manera absoluta y normativa algunos orígenes contingentes,
algunas indestructibilidades, solo pone de manifiesto su impotencia
intelectual. Lo que Overbeck demuestra en sus tratados Sobre la historia
del canon (Zur Geschichte des Kanons) de 1880, sobre la canonización de
obras escritas, a saber, que “la naturaleza de toda canonización [es] hacer
que sus objetos sean irreconocibles” (OWN 2, p. 393; OWN 5, pp. 65s.),
puede aplicarse fácilmente a la normatividad canónica del pasado en general.
Con esto, sin embargo, Overbeck está igualmente desprestigiado para el
neohumanismo solícito de su época, que cree que puede reemplazar las
normas cristianas por normas paganas antiguas, así como para el arcaísmo
severo del Nietzsche temprano. Parece que no se puede hablar seriamente del
“humanista cristiano” ni, en general, de Overbeck el humanista.
15
Véase detalladamente Cancik (2000) y Schmidt (2012).
16
Compárese también Peter (1976ss., pp. 563-568), así como Sommer (2016b, pp. 847-859).
17
Esta concepción se diferencia aún más en estudios posteriores de Overbeck sobre Eusebio von
Cesarea y su “invención” de la historiografía de la iglesia. Cfr. Overbeck (1892). De igual manera
se puede ejemplicar mediante Agustín. Obsérvese también Sommer (1998b, pp. 125-150).
18
Difícilmente se equivocará si sospecha en este concepto de Overbeck una fuente de inspiración,
obviamente sobreescrita como un palimpsesto. Para el concepto de genealogía de Nietzsche véase
más detalladamente Sommer (2003).
26
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
No obstante, en los apuntes de las obras póstumas de Overbeck aparece un
defensor de la causa del hombre, con todo lo contingente que afecte esta
causa. Cuando Overbeck confiesa en sus apuntes autobiográficos que él
habría estado “mejor en el siglo XVIII y en su despertar de la humanidad, en
su sentimentalismo y en la alienación profunda del cristianismo relacionada
con esto” (Overbeck, 1941, p. 167), permite entonces reconocer su afinidad
tanto con una Ilustración libre de reliquias teogicas como con la idea de
humanidad de esta época, mientras que su interés en el humanismo cristiano
al estilo de Erasmus era muy limitado y puramente histórico (Overbeck,
OWN 4, pp. 324s.; OWN 5, pp. 555s.).
Pero sería un error suponer que Overbeck era un ingenuo y ferviente defensor
del “ideal de la humanidad” del siglo XVIII, ya que aquí también está presente
el escepticismo marcado históricamente. Esto es evidenciado en su artículo
reservado acerca del tema, escrito a fines de mayo de 1905, un mes antes de
su muerte, en el que se ocupa mucho más detalladamente de la desafortunada
historia de este “ideal de la humanidad” que de su contenido real: “insensatez e
indomabilidad de los franceses (...) interrumpieron el desarrollo del ideal entre
la gente” (Overbeck, OWN 4, p. 1). Aunque Overbeck ciertamente reconoce
los logros del racionalismo de la Ilustración con respecto a la emancipación
del contexto tradicional cristiano, critica sin embargo la imperfección de esta
emancipación debido a su carencia de sentido histórico, de tal manera que
aún resta mucho por hacer:
El racionalismo del siglo XVIII destruyó desde los cimientos nuestra paz con
el cristianismo, a no ser que eso ya hubiera sucedido a través de la división
de la iglesia en el siglo XVI. Y si (el racionalismo) careció, sobre todo, de
una mayor clarividencia histórica para perturbar esta paz [sic] aún de una
manera más profunda, los avances realizados por el siglo XX en el área
del conocimiento histórico solo han podido permitir que este siglo apague
por completo nuestra fe, que se extinga desde sus raíces o que la arruine
definitivamente. ¿O los teólogos modernos creen seriamente hacernos esperar
más con su absurda ilusión de que la mejor garantía para la continuación del
cristianismo está en su infinita capacidad de transformarse?
19
(Overbeck,
OWN 5, p. 271).
19
Véase también la traducción proporcionada por Ida, la esposa de Franz Overbeck, y sugerida por
Nietzsche: Charles-Augustin Sainte-Beuve. Menschen des XVIII. Jahrhunderts. Traducido por Ida
Overbeck, iniciado por Friedrich Nietzsche. Con apuntes recién descubiertos de Ida Overbeck, ree-
ditado por Sommer (2014).
27
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
Sin embargo, antes de tratar de desenmascarar a Overbeck como un firme
defensor del ideologema del progreso del Gründerzeit
20
y de los cuentos de
hadas lineales de la emancipación, se deberían mirar mejor sus apuntes sobre
el tema de la filosofía histórica, que revelan una actitud totalmente escéptica:
“El curso de la historia no es una constante degeneración ni un progreso
permanente, sino que es un entrelazamiento de ambos” (Overbeck, OWN
4, p. 373). Ya la pregunta por el sentido de la misma historia cae fácilmente
en sospecha de teología: “Pero entre todas las preguntas que la ciencia se
hace acerca de la vida, realmente no puede haber casi ninguna otra en la
que el imprescindible distanciamiento de todos los elementos teogicos
llevado a cabo desde la Ilustración fuera de los límites de la ciencia, pueda
ser más difícil que la del significado de la historia. Los descendientes de los
Ilustrados ya no pueden tolerar el más nimo aroma de teología(p. 384).
Finalmente, la pregunta incierta se vuelve problemática:
Preguntar sobre el sentido de la historia es un mal hábito que se ha adoptado
a lo largo del período en el que el pensamiento humano estaba bajo el
hechizo del cristianismo y aún no estaba “iluminado” (aufgeklärt”) a este
respecto. La Ilustración todavía es demasiado joven para que el hábito sea
completamente abandonado
21
(p. 383).
La Ilustración no es, por tanto, nada dado de por sí, nada que pueda establecerse
de manera absoluta como un origen normativo al que luego habría que hacer
referencia de manera servil. La Ilustración es más bien un proyecto que
espera continuar de muchas maneras diferentes, especialmente cuando se
trata de la superación de reservas de la tradición que siguen rondando en la
cabeza. Pero Overbeck se niega a seguir también un futurismo irreflexivo
(y menos la promesa vana de otro mundo, que en el cristianismo acompaña
este futurismo), así como también una referencia dogmática a una especie
de pasado canónico, sin que nosotros a través de la negación de semejante
20
Etapa económica del siglo XIX en Alemania y Austria, antes de la gran crisis económica de 1873.
Nota del traductor.
21
Al n y al cabo, Overbeck admite en el lema “La revelación como una educación de la raza hu-
mana” [„Oenbarung als Erziehung des Menschengeschlechts”] haber puesto la “piedra angular
de la humanización sistemática de la religión” a la comprensión de la revelación pedagógica y
teológico-histórica del “racionalismo moderno” (OWN 5, p. 197), que pone la teología en una base
completamente nueva, “al ser reducida a la medida del hombre” (pp. 197s.).
28
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
referencia dogmática dejemos de ser “seres históricos” –un hecho que el
racionalismo ilustrado, por su parte, ha preferido suprimir
22
.
Nuestra vida no es suficiente para que nos deje aprender todo lo que ella nos
da para aprender. Esa es al menos la sabiduría del cristianismo: la conclusión
de nuestra lección solo la podemos recibir en el futuro, más allá de nosotros
mismos, y solo tenemos que esperar este futuro, para mientras tanto darnos
por satisfechos con lo que el cristianismo nos ha permitido sospechar en esta
conclusión. Pero esta sabiduría es imposible e impracticable para nosotros los
seres humanos, porque contradice los presupuestos básicos bajo los cuales
llegamos a la vida y acto seguido también sabemos algo sobre nosotros.
Nunca hemos estado tan cerca de una solución más aceptable al enigma que
enfrentamos, como en la era del racionalismo, cuando este floreció en los
siglos XVIII y XIX y nos distanció de lo más profundo de toda la historia,
dejándonos reconocer solo nuestro presente y, por el contrario, haciendo que
todo el pasado y el futuro salieran de nuestras mentes
23
(Overbeck, OWN 5,
pp. 269s.).
El propio racionalismo de Overbeck, a favor del cual se declara ocasional y
enfáticamente (p. 268)
24
, quiere por el contrario y de manera decidida, tomar
en cuenta el ‘pasado’ “al que estamos atados con no menos cadenas de hierro
que a nuestro presente” (p. 270)
25
, no como una dimensión normativa, sino
como algo que nos define y no se deja llevar por el sueño racionalista. El
racionalismo en el sentido de Overbeck es humanismo, en la medida en que
toma en consideración la composición real e históricamente determinada del
hombre y no lo extrapola a un ser eterno, a una naturaleza humana estructurada
de una vez para siempre. En la terminología de Overbeck, esto significa
también un realismo, es decir, “el intento humano de comprender el mundo
dentro de las dimensiones de dicho intento conocidas entre los hombres, y
22
Compárese el Lema “Rationalismus des 18. Jahrhunderts. Allgemeines“ (Overbeck, OWN 5, p.
270).
23
Compárese también la declaración crítica de Overbeck sobre Nietzsche: “El nuevo cultivo de la hu-
manidad que él emprendió, solo puede llevarse a cabo bajo el signo de la desesperación: Nietzsche
prueba esto insistentemente con la idea de identicarse con el superhombre y la implementación
práctica que él le otorgó en su vida. Él, entre otras cosas, ha llegado con esto igual de lejos que la
teología moderna con su apología del cristianismo, es decir, esperar una prueba de su teoría, en el
sentido más estricto, solo del futuro, ya que su propio presente no la puede aportar” (OWN 7/2, p.
201).
24
Véase el Lema „Rationalismus (Allgemeines)“: “yo como racionalista”.
25
Cfr. Lema „Rationalismus des 18. Jahrhunderts. Allgemeines“.
29
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
que de esta manera éste es un poder que no se supera tan fácilmente en las
condiciones dadas de la existencia de nosotros los hombres (). Todo aquello
por lo que el racionalismo realista debe velar es por mantener la cabeza bien
arriba y, en su buen camino, no dejarse llevar solamente contra el idealismo
a un tonto fanatismo” (p. 272)
26
. El realismo racionalista con el que Overbeck
coquetea, tampoco debería, evidentemente, volverse dogmático, aunque
tampoco es, por principio, inmune a volverse fanático.
El lema es, por tanto, mantener la medida humana, aunque humano indique
aquí solamente que el hombre en su finitud está condenado a seguir siendo
un ser limitado e imperfecto y, en consecuencia, está bien asesorado para
no establecer una validez definitiva. Overbeck ve en el memento mori la
gran y fascinante fuerza del cristianismo, aunque no desee que un afecto
exclusivamente cristiano, “dirigir nuestra atención” hacia la muerte, “devalúe
el resto de la vida y, por ende, suceda a costa de la vida. Porque existe un
memento mori que solo beneficia nuestra vida humana, es decir, que el
memento mori debe beneficiar la vida humana, sin prestar tanta atención a la
muerte (p. 604)
27
.
Tenemos aquí in nuce ante nosotros lo que, con cierta libertad del término,
podría ser denominado el humanismo escéptico de Overbeck: desde el punto
de vista sistemático, en la medida en que Overbeck se orienta al hombre
concreto y a sus necesidades; desde el punto de vista histórico en la medida
en que él se apoya en la sabiduría del viejo, pero sin repetirla automáticamente
solo porque existe una sabiduría tal, sino porque la adapta, la integra a
nuevos contextos y la transforma. Por lo tanto, completamente opuesto al
cristianismo: “En lugar de tratar de consolarnos a toda costa en relación a la
muerte, tratemos ante todo lo más honestamente posible de encontrarnos en
ella y mirar más de lo que ella puede llegar a ser para nosotros en nuestra
esfera, en lugar de mirar lo que la muerte misma destruye. Es mejor que
nos proteja de las ilusiones a las que de todos modos estamos expuestos tan
continuamente, que nos deje caminar con una ilusión nueva y más grande
28
(pp. 604s.). La nota al pie de página indica lo que la muerte “puede ser para
nosotros: “Por ejemplo, tambn un acicate en todo lo que hacemos” (p. 605).
26
Cfr. Lema „Realismus moderner (Allgemeines)“.
27
Cfr. Lema „Tod (Vermischtes)“. Véase también Sommer (1997, p. 120).
28
Cfr. Lema „Tod (Vermischtes)“.
30
Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
De esta manera, el desapego del predominio del pasado se puede sentir como
una gran liberación
29
. Para nuestra orientación en la vida podemos referirnos
a motivos individuales, enfoques e ideas del pasado, pero no de manera
servil, sino ecléctica, conscientes de que nuestra propia libertad nos hace
escépticos ante todas las pretensiones de la metafísica, la religión e incluso la
moral
30
. Siempre se requiere de la capacidad de diferenciar y criticar, que no
se aferra a los juicios tradicionales
31
. Estas son las capacidades que deberían
haberle sugerido a Thomas Mann para que diera a su narrador Serenus
Zeitblom, en el Doctor Fausto, algunos rasgos de Overbeck, sobre todo la
visión sin ilusiones de los eventos de auto-mitologización en los cuales el
héroe de la novela, Leverkühn, igual que el amigo de Overbeck (Nietzsche),
eran maestros
32
. En el diagnóstico de Overbeck, el individuo moderno está
entregado radicalmente a su suerte, ha dado un paso atrás en su capacidad de
orientarse a sí mismo. No hay más humanismos alegres y contemplativos en
los cuales apoyarse. Pero es precisamente la contingencia a la que estamos
expuestos la que nos invita a seleccionar de todo lo transmitido aquello que
es beneficioso para nosotros. De esta manera, en Overbeck, analógicamente
a la moral por disposición [morale par provision] de Descartes, en la tercera
parte de Discurso del método [Discours de la méthode], se podría hablar de
un humanismo por disposición [humanisme par provision].
29
Analógicamente es la “urgencia por la libertad y todo lo que” el siglo XIX “hizo por la humanidad”
por lo que Overbeck “arde” (Overbeck, 1941, p. 152). Compárese Gossman (2000, p. 420).
30
“La moral y la moralidad son generalmente consideradas como la garantía más segura de todo
crecimiento y progreso en la humanidad. Nada es más problemático que esta creencia y solo puede
mantenerse con un grano de sal (cum grano salis: uno debe aplicar una capa de sano escepticismo a
una determinada armación. Nota del traductor) y puede distinguirse de la superstición más tonta”.
Lema „Moral und Moralität. Allgemeines“ (OWN 5, p. 174).
31
Compárese, en el contexto genuinamente humanista, por ejemplo, también el lema “Heidenthum
(griechisch-römisches) Moral und Religion“. “Me gustaría ver esto como el hermoso ‘estándar que
hizo el paganismo, con el que dio lo mejor de sí, que mantuvo la religión y la moral en su separación
original” (OWN 4, p. 595).
32
ase Sommer (1998a, pp. 61-71; 1996, pp. 38-49). El punto de vista de Overbeck sobre la teatralidad
de Nietzsche es característico: “Nietzsche, sin embargo, se desarrolló muy ‘teatralmente’. Jugando
consigo mismo, sacó un bastidor tras otro de su depósito de decoraciones hasta que el espectáculo
completo estuviera al(...) Quién estaba cerca de él como yo, pudo ‘experimentarlo, pero eso no
fue fácil, y yo mismo como espectador del especculo a veces he sido desviado y estrellado”.
Lema „Nietzsche (Friedr.) Allgemeines“ (OWN 7/2, p. 29).
31
Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
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