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Sommer, A. (2020). Franz Overbeck. ¿Sobre la teoría y práctica de un humanismo
anti-fundamentalista y anti-cristiano?. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 17-33.
doi: https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11653
demoliciones, como un ave de rapiña con piel de oveja, es decir, de teólogo,
que con su tesis de la inconmensurabilidad enfatiza aún más radicalmente
que el Nietzsche temprano –quien en El nacimiento de la tragedia había
reemplazado la normatividad de la época clásica griega por una normatividad
de la época arcaica griega– la imposibilidad de referirse a los orígenes
normativos en el pasado lejano
15
. Overbeck se convierte en el verdadero
teórico de la discontinuidad
16
, como es evidente, por ejemplo, en su ensayo
pionero Sobre los inicios de la literatura patrística [Über die Anfänge der
patristischen Literatur] de 1882, que constata la ruptura insuperable, incluso
para los contemporáneos del siglo II, entre la “literatura primitiva” cristiana
y la que vino luego con los escritos de los padres de la iglesia, que fueron
adaptados a los intereses públicos del “mundo”
17
. Si ni incluso los padres de
la iglesia pudieron comprender el cristianismo apostólico que estaba tan claro
para ellos, cuánto menos nosotros, los hombres modernos, podemos obtener
un conocimiento histórico, pero no un saber que nos oriente.
La historia se presenta, de esta manera, como un proceso de permanente
reinterpretación y mala interpretación de orígenes mal entendidos: las
continuidades afirmadas en retrospectiva son, de hecho, analizándolas
con mayor precisión, rupturas, sobreescrituras, arreglos
18
. Cualquiera que
establezca de una manera absoluta y normativa algunos orígenes contingentes,
algunas indestructibilidades, solo pone de manifiesto su impotencia
intelectual. Lo que Overbeck demuestra en sus tratados Sobre la historia
del canon (Zur Geschichte des Kanons) de 1880, sobre la canonización de
obras escritas, a saber, que “la naturaleza de toda canonización [es] hacer
que sus objetos sean irreconocibles” (OWN 2, p. 393; OWN 5, pp. 65s.),
puede aplicarse fácilmente a la normatividad canónica del pasado en general.
Con esto, sin embargo, Overbeck está igualmente desprestigiado para el
neohumanismo solícito de su época, que cree que puede reemplazar las
normas cristianas por normas paganas antiguas, así como para el arcaísmo
severo del Nietzsche temprano. Parece que no se puede hablar seriamente del
“humanista cristiano” ni, en general, de Overbeck el humanista.
15
Véase detalladamente Cancik (2000) y Schmidt (2012).
16
Compárese también Peter (1976ss., pp. 563-568), así como Sommer (2016b, pp. 847-859).
17
Esta concepción se diferencia aún más en estudios posteriores de Overbeck sobre Eusebio von
Cesarea y su “invención” de la historiografía de la iglesia. Cfr. Overbeck (1892). De igual manera
se puede ejemplicar mediante Agustín. Obsérvese también Sommer (1998b, pp. 125-150).
18
Difícilmente se equivocará si sospecha en este concepto de Overbeck una fuente de inspiración,
obviamente sobreescrita como un palimpsesto. Para el concepto de genealogía de Nietzsche véase
más detalladamente Sommer (2003).