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Cuestiones de Filosofía No. 27 - Vol. 6 Año 2020 ISSN 0123-5095 Tunja-Colombia
Avanzando en esta línea argumentativa es inevitable seguir el camino legado
por Kant. Como es sabido, en la filosofía kantiana no se recurre al término
‘formación’ tal como si sucede en el contexto descubierto por Hegel, ya
que en Kant se apela es al concepto de “cultura”, ligado a la idea de aptitud
natural. En Hegel, por su parte, Bildung tiene connotaciones diferentes a las
del término cultura, pues posee el sentido de formación del espíritu. Al citar
a Humboldt, Gadamer aclara que con este concepto de formación se trata
de algo mucho más elevado y más íntimo, aproximándose de esta manera
a la expansión del carácter y de la sensibilidad o de la reconstrucción de la
imagen de Dios que el hombre posee en sí mismo (Gadamer, 1996).
En Das Verstehen esta caracterización está claramente expuesta:
Los hombres se comprenden los unos a los otros no porque ellos de hecho hagan
señas/símbolos de las cosas, no porque ellos se determinen recíprocamente,
trayendo el mismo concepto exacto y completo, sino porque ellos alcanzan el
mismo eslabón de la cadena de su idea interior y de la formación del concepto
interior, tocan la misma tecla de su instrumento espiritual, del cual, por su
parte, no vierten los mismos conceptos en cada uno. Solo en esa oscilación y
con esos límites llegamos a la misma palabra (Apel, 1955, pp. 169-170).
Gadamer denomina esta situación como ‘transferencia del devenir por el ser’.
Con ello quiere decir que la Bildung es la consecuencia de un proceso interior
de (re)formulación y formación que no se encierra en sí mismo, sino que se
mantiene en apertura para un cambio constante en dirección a una evolución
y perfeccionamiento (Gadamer, 1996, p. 40). El concepto de ‘formación’
(Bildung) nos conduce, en consecuencia, a pensar en la ‘imagen’ (Bild). Como
bien sabemos, la palabra Bild puede ser traducida como imagen, figura,
cuadro, pintura, gravado, estampa, retrato, fotografía, pero al ser vertida en
el término Bildug llega a significar ‘formación’, ‘constitución’, ‘educación’,
‘instrucción’. De este modo podemos constatar que algo se produce, se
hace efectivo, allí donde se lleva a cabo un proceso de carácter formativo.
Gadamer rescata la concepción hegeliana, afirmando que “el ser del espíritu
está esencialmente vinculado con la idea de formación” (Gadamer, 1995, p.
47), de modo que lo que ocurre en la formación tiene que ver siempre con el
carácter de universalización. En palabras de Gadamer, “La esencia universal
de la formación humana es volverse un ser espiritual, en el sentido universal.
Quien se entrega a la particularidad es inculto (ungebildet); es el caso de quien
cede a una ira ciega sin medida ni postura” (p. 47), y concluye afirmando:
“La formación como elevación a la universalidad es, pues, una tarea humana.
Exige un sacrificio de lo que es particular en favor de lo universal” (p. 48).