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Santibáñez, D. (2022). Eurocentrismo, losofía y la invisibilización del pensamiento ético mapuche.
Cuestiones de Filosofía, 8 (31), 89-112.
https://doi.org/10.19053/01235095.v8.n31.2022.14335
niños, que se limitan a existir, lejos de todo lo que signique pensamientos
y nes elevados (…)” (Hegel, 2005, pp. 129, 266, 270, 298, 398). El origen
oriental del movimiento de la historia, sin embargo, no permite encontrar
en dicha cultura los rasgos de racionalidad que Europa presenta desde los
griegos: “(…) los orientales no saben que es el espíritu (…) La conciencia
de la libertad solo ha surgido entre los griegos; y por eso los griegos han sido
libres (…) Solo las naciones germánicas han llegado, en el cristianismo, a la
conciencia de que el hombre es libre como hombre (…)” (pp. 128-129). Esta
ausencia de racionalidad repercute en su menor conciencia de libertad, invo-
lucrando una suerte de inmadurez que limita la culminación del movimiento
dialéctico que involucra la historia (Dussel, 2001, pp. 61-62).
La obra de Hegel en la que la identidad europea de la losofía se arma de
modo más directo es la póstuma Introducción a la Historia de la Filosofía
(1892). En ella, desde la separación entre occidente-racional y oriente-irra-
cional, el autor arma:
La losofía griega no podía haber surgido en Oriente. Los orientales son los
pueblos en los que indudablemente surgió la libertad; pero el principio de la
libertad aún no era en Oriente al mismo tiempo el principio del derecho (…)
Por consiguiente, en Occidente estamos en el verdadero suelo de la losofía;
y allí tenemos que someter a consideración dos grandes formas, distinguir dos
grandes períodos, a saber: 1) la losofía griega, y 2) la losofía germánica
(…) En la historia, la losofía se presenta allí donde existen constituciones
libres. Allí nos llama la atención, primeramente, el Oriente. Pero en el
mundo oriental no se puede hablar de verdadera losofía; pues, para indicar
brevemente su carácter, el espíritu, sin duda, se despierta en Oriente, pero esta
relación es de manera que el sujeto, la individualidad, no es persona, sino que
son determinados como sumergiéndose en lo objetivo. La relación esencial es
allí la dominante (Hegel, 2008, pp. 128, 152, 160).
El nexo entre pensamiento alemán y losofía griega que Hegel concibe es di-
recto: el mundo germánico es el continuador de la reexión losóca griega,
que representa una actividad propia de hombres libres al ofrecer las herra-
mientas que permiten la conciencia de sí. Con ello sería la Europa de la mo-
dernidad la que posee en sí misma el principio necesario para la realización
de su conciencia libre, no necesitando aprender nada de otras culturas: éstas
sólo pueden ofrecer el abastecimiento de los medios materiales necesarios
para la subsistencia, siendo por ello que la práctica colonizadora aparece
propia de las civilizaciones más avanzadas (2009, pp. 204-205).