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Balbuena, D. (2022). Fabris, A. (2021). El amor ambiguo. Bogotá: Editorial Favila.
Cuestiones de Filosofía, 8 (31), 175-179.
https://doi.org/10.19053/01235095.v8.n31.2022.15299
Cuestiones de Filosofía
ISSN: 0123-5095
E-ISSN: 2389-9441
Vol. 8- N° 31
Julio - diciembre, año 2022
pp. 175 - 179
Reseña Bibliográca
Fabris, A. (2021). El amor ambiguo. Bogotá:
Editorial Favila
David Hernando Balbuena
1
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
1 Licenciatura en Filosofía, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Miembro del grupo
de apoyo del Centro Internacional de Estudios sobre el Nihilismo Contemporáneo (CeNic) y del
grupo de Investigación EREIGNIS.
Correo electrónico: david.balbuena@uptc.edu.co
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El escrito del reconocido lósofo italiano está dividido en ocho capítulos: 1)
Del amor, 2) La manifestación del amor, 3) El amor y las neurociencias, 4)
La explicación del amor, 5) La interpretación del amor, 6) El amor y el odio,
7) El amor de Don Juan, y 8) El amor en los tiempos del cólera.
Del amor
El libro inicia remitiéndose a una cuestión fundamental, en este caso, a la
pregunta por el amor, y más especícamente por cómo se maniesta éste:
¿acaso se presenta como un conjunto de estados de ánimo?, ¿sus causas serán
algunos procesos siológicos? o, tal vez, ¿es una función que otorga senti-
do a nuestras relaciones con otros seres humanos? La importancia de estas
preguntas radica en la misma ambigüedad del amor, que se extiende a una
variedad de fenómenos tales como el odio, el deseo y la tristeza, entre otros.
Para no extender la lista de conceptos antes mencionados, el autor abordará
la pregunta inicial describiendo el amor como aquello que se intenta recibir
de otra persona, pero que a su vez motiva a entregarse a ella.
La manifestación del amor
Ya denido que el amor está bajo la modalidad (generalmente) de las pasio-
nes, las emociones y los afectos, surgirá la pregunta clave en el desarrollo de
este capítulo: ¿puede realmente la losofía abordar adecuadamente la forma
en la cual se maniesta el amor? Se sostiene que es un presupuesto general
considerar que al abordar el amor desde el método de investigación carac-
terístico de la losofía se corre el riesgo de que las pasiones, las emociones
y los afectos, que son bases fundamentales del amor, queden olvidados. El
autor enfatiza, sin embargo, que al preguntarnos por el origen mismo de la
losofía constatamos inmediatamente que ésta tiene que ver directamente
con todo lo anteriormente mencionado, pues ella misma es pasión, emoción
y afecto: es la pasión por la sabiduría.
Respondiendo a la anterior pregunta, el autor se enfocará en la problemática
planteada en el primer capítulo: ¿cómo se maniesta el amor?, ¿a través de
estados de ánimo? o ¿mediante procesos siológicos?, dado que al hacer
frente a la manifestación del amor no nos encontramos con algo jo o estáti-
co, ni con estados de ánimo, sino más bien con impulsos que alteran nuestro
estado de ánimo y modican el comportamiento.
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El amor y las neurociencias
El amor no ha sido exclusivamente abordado e interpretado por la reexión
losóca. En sus investigaciones la ciencia ha remitido el amor a sus ini-
cios biológicos estudiados en las neurociencias. Aplicando la metodología
cientíca, y centradas en el estudio del cerebro mediante tomografías y ra-
diografías, la medicina y la neurociencia han llegado a la conclusión de que
ciertos bioquímicos –en especial la oxitocina– son liberados en el proceso de
satisfacción de nuestros placeres, generando de esta manera la idea de que
el desarrollo de medicamentos que contengan esta sustancia producida en la
experiencia del amor, permitirá ejercer un control sobre éste.
La explicación del amor
La denición cientíca eliminaría, entonces, las ambigüedades del amor y
postularía a las neurociencias como las únicas capaces de tratar adecuada-
mente fenómenos concomitantes al amor como el odio, el deseo y la tristeza,
y las emociones en general. La ciencia dejaría entonces de lado el estilo
como la losofía, la poesía, la literatura y la pintura han abordado el fenó-
meno del amor.
Entendemos, por tanto, que los procesos llevados a cabo por las neurocien-
cias tienen claro el objeto de su búsqueda: crear los medios más ecientes
para poder dominar el amor a través de procesos médicos (como el escáner de
cerebro, las resonancias, etc.), que al proceder sinérgicamente con la neuro-
ciencia lograrían controlarlo, generando de esta forma que todas las ambigüe-
dades propias de una reexión no cientíca en torno al amor sean superadas.
La interpretación del amor
La investigación acerca de la historia de la idea de amor, así como los cam-
bio que han surgido en el tiempo en torno a éste, nos conducen en un primer
momento a los griegos y a su interpretación del amor en términos de ‘deseo’.
Otra aproximación al fenómeno del amor tratada en el escrito hace referencia
al cristianismo y su perspectiva de éste como expresión de un mandato divino.
Al revisar el esquema de Anders Nygren (Eros y ágape), se constata cómo
en los griegos el amor consistía en un deseo de posesión, mientras que para
los cristianos signica la disponibilidad o don hacia el prójimo (expresado
en el término ‘ágape’). Esto conlleva a que entre eros y ágape exista una
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imposible relación. El autor resalta, sin embargo, que así como se evidencia
una mutua repulsión entre estas dos tendencias, también es posible observar
la unión del deseo y el don, ya que éste puede convertirse en pretensión y
el deseo en oferta, evidenciando de esta manera uno de los muchos casos de
ambigüedad expuestos en este capítulo.
El amor y el odio
Hablar del odio en relación al amor puede resultar extraño puesto que pare-
cen estar muy distantes uno del otro: mientras el amor busca la unión, el odio
causa división y tiende a ser muy amplio, ya que podemos encontrar diversas
expresiones de éste en el odio hacia alguien, en el odio de agresión e incluso
en el odio hacia el mal, que siendo odiado da como resultado la victoria del
bien. Muchas ambigüedades son inherentes al odio (igual que en el amor),
ya que al odiar ambiguamente se puede crear también una relación con el
propio objeto que se odia, lo que produce que se desee destruir o repeler este
objeto odiado, generando así su destrucción y de esta forma la de la relación
ambigua. Es por esta razón que al odiar se requiere amar y conocer al objeto
odiado, y algunas veces quien ama debe mantener distancia de quien quiere
atarlo para ser correspondido.
El amor de Don Juan
Qué mejor ejemplo para demostrar la relación de amor y odio que la idea de
Don Juan, quien impulsado por el deseo está dedicado a buscar permanente-
mente nuevas relaciones amorosas, que sin embargo parecen tener nalmen-
te el objetivo de ser destruidas, ya que aunque él se conciba como el gran
ganador de este tipo de relaciones, es nalmente quien termina derrotado por
su incapacidad para poder gobernar el vínculo ambiguo que existe entre el
amor y el odio.
El amor en los tiempos del cólera
Basándose en la obra del mismo nombre, escrita por Gabriel García Márquez,
Adriano Fabris hace referencia a la importancia de la delidad, basado en la
historia de amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza, relato literario en el
que veremos las ambigüedades del amor ya señaladas y la forma en que éstas
pueden ser regidas. En el último capítulo del escrito de Fabris se desarrolla,
entonces, la idea fundamental tanto del Amor ambiguo como de El amor en
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los tiempos de cólera, ya que revisando la historia de amor descrita en la
novela de García Márquez nos encontramos con el núcleo de la obra: la de-
lidad de Florentino hacia Fermina; el gran respeto y cariño que éste mantuvo
hacia ella a pesar de la distancia en tiempos de pandemia. En este contexto,
se corrobora que la delidad no es una idea testaruda arraigada en una sola
persona, sino, nalmente, la entrega a sí mismo.
Como conclusión, el autor explica las diversas ambigüedades losócas en
las que se maniesta el amor, incluyendo deniciones e investigaciones que
llevan a cabo las ciencias, y explicando relaciones que a primera vista no
vislumbramos (relación amor-odio, por ejemplo), destacando la inuencia
positiva que tiene la delidad sobre todas las ambigüedades del amor.
