Technical thought and ethical dierentiation. A connection between
Simondon and Foucault*
Pensamiento técnico y diferenciación ética. Una conexión entre Simondon
y Foucault
Ana María Valle Vázquez
National Autonomous University of Mexico
Universidad Nacional Autónoma de México
ISSN: 0123-5095 E-ISSN: 2389-9441
Cuestiones de Filosofía Vol. 10 - N° 35, julio - diciembre, año 2024, pp. 81-99
Artículo de Investigación
Resumen
Este artículo teórico se divide en dos
partes: en la primera se revisan las
características del pensamiento técnico
propuesto por Simondon, asumiendo
que dicho pensamiento es un paradigma
del pensamiento inductivo, es decir, de
un impulso que tiende a la unidad. En la
segunda parte se describen las principales
cualidades de la diferenciación ética
planteada por Foucault, a partir de
la denominada “pragmática de la
problematización”. En este contexto se
acepta que la indagación, el examen y
el cuidado de sí son el terreno en el que
se establecen prácticas de diferenciación
ética. Se plantean dos ideas clave: 1) el
pensamiento técnico, como paradigma
de todo pensamiento inductivo, es una
fuerza que conforma el ethos en tanto
modo de vida; 2) la diferenciación ética,
como pragmática de la problematización,
es la materia con la que opera la
tendencia a la unidad que es una cualidad
del pensamiento técnico. La pregunta
central es ¿de qué modo son análogas las
operaciones de la diferenciación ética a
las del pensamiento técnico? El artículo
tiene entonces como objetivo analizar
las relaciones entre pensamiento técnico
y diferenciación ética desde la losofía
de Simondon y Foucault. Para responder
a la pregunta y alcanzar el objetivo
planteado se recurre al método analógico
tomado de Simondon.
Palabras clave: pensamiento, técnica, ética, analogía.
Recepción / Received: 16 de enero del 2024
Evaluado / Evaluated: 12 de febrero del 2024
Aprobado / Accepted: 4 de junio del 2024
* Artículo elaborado como parte de las actividades del
Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación
Tecnológica (PAPIIT) IN301424 “Justicia, Sociedad y
Educación. Inteligencia articial entre vida y verdad” de
la Dirección General de Asuntos del Personal Académico
UNAM.
Historia del artículo / Article Info:
Correspondencia / Correspondence: Ana María Valle
Vázquez. Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito
Interior s/n, C.U., Coyoacán, 04510 Ciudad de México,
CDMX, México (Código Postal: 04510). Correo-e: anavalle@
los.unam.mx
Citación / Citation: Valle, A. (2024). Technical thought and
ethical dierentiation. A connection between Simondon and
Foucault. Cuestiones de Filosofía, 10 (35), 81-99.
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Abstract
This theoretical article is divided in two parts: in the rst, the characteristics
of technical thought proposed by Simondon are examined, assuming that
such thinking is a paradigm of inductive thought, i.e. an impulse that tends
towards unity. In the second, the main characteristics of ethical dierentiation
proposed by Foucault are described, based on what is called the “pragmatics
of problematization”. In this context it is accepted that inquiry, examination
and self-care are the terrain on which practices of ethical dierentiation are
established. Two key ideas are put forward: 1) technical thinking, as the
paradigm of all inductive thinking, is a force that shapes ethos as a way of
life; 2) ethical dierentiation, as the pragmatics of problematization, is the
material with which the tendency to unity, a quality of technical thinking,
operates. The central question is in what way are the operations of ethical
dierentiation analogous to those of technical thought? The article then aims
to analyze the relations between technical thought and ethical dierentiation
from the perspective of Simondon’s and Foucault’s philosophy. In order to
answer the question and achieve the stated objective, the analogical method
borrowed from Simondon is used.
Keywords: thought, technique, ethics, analogy.
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Nuestro solo cuidado es buscar una verdad y no somos menos felices
cuando nos llega en el soplo de otro que cuando brota de nuestras
reexiones. Hablamos el mismo lenguaje y a menudo me da la impresión
de que no somos, todos, más que las células indiferenciadas de un gran
cerebro. ¡Ah, si los vivos pudieran acoplarse en máquinas así (…)!
Georges Dumézil (1992, p. 146)
Una analogía, entendida como identidad de relaciones, entre diferenciación
ética y pensamiento técnico parte de tres supuestos. Primero, pensar es
siempre pensar de otro modo. Cuando se piensa siempre se trata de algo
distinto, es decir, de la diferencia; es una acción que inevitablemente va en
contra de uno mismo. Si se acepta que un elemento sustantivo del cuidado de
es la capacidad de pensarse, de pensar el mundo y de pensar la relación con
los otros, entonces la diferenciación ética conlleva una atención que implica
la aceptación del riesgo que es enfrentarse continuamente consigo mismo, así
como con sus objetos técnicos y éticos.
Segundo, si se acepta que lo técnico es una cualidad constitutiva de la
naturaleza y de la vida en tanto acción de relación, entonces no se puede
negar que en toda diferenciación ética mora el cuidado de como cuidado
de la técnica y de los objetos técnicos que conforman la subjetivación. El
pensamiento técnico puede entenderse como el camino hacia la unidad, en
la que es posible establecer relaciones entre lo orgánico y lo no orgánico,
entre la naturaleza y la cultura, y entre los objetos técnicos y los objetos
estéticos. El pensamiento técnico es una forma de elucidar acerca de la vida
y de las operaciones necesarias para la condición de posibilidad de la propia
existencia humana (desde su base física y energética hasta sus cualidades
psicosociales, pasando por el estado ontogenético de lo viviente mismo). Es
por ello que el cuidado de sí, como constitutivo de toda diferenciación ética,
así como el pensamiento técnico, en tanto intuición, entablan una conexión
que provoca la creación de nuevas formas de vida, la emergencia de existir
de un modo otro, de cuidarse y cuidar al otro de otra manera y relacionarse
de otra forma con los objetos técnicos.
Tercero, la diferenciación ética (como examen, indagación y cuidado de sí,
que implica actitud frente a sí mismo y a los otros, conversión de la mirada
hacia mismo y acciones que transguran al sujeto) en el pensamiento
técnico, está plegada tanto en el sujeto mismo como en su medio, en el
cual desde luego están las tecnologías y sus objetos técnicos en forma de
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algoritmos, redes sociales y plataformas tecnológicas. De este modo en el
acoplamiento entre máquina y ser humano, se establecen relaciones y fuerzas
que afectan la vida a nivel ético. Es decir, la relación hombre-máquina se
expresa fundamentalmente en términos éticos, no porque dicha relación
se limite o reduzca de antemano a una condición positiva o negativa, sino
porque en esta relación se establece un modo de ser, un estilo o forma de
vida, un ethos y una manera de subjetivación.
En la diferenciación ética se busca una relación del sujeto consigo mismo,
con los otros, con los objetos técnicos y con el mundo, esta búsqueda
inuye en los modos de ser humano. En una época como ésta, los estilos de
subjetivación se establecen como un continuo con los modos de existencia
de los objetos técnicos. No hay una separación entre hombre y máquina,
sino que éstos se conectan y son un continuo uir como órganos de un
mismo sistema o de un mismo cuerpo. Los objetos técnicos pueden pensarse,
sentirse y asumirse como “exórganos”. Analizar la diferenciación ética en
relación con el quehacer técnico es reconocer que los objetos técnicos son
constitutivos de todo proceso de subjetivación y, por tanto, de las formas
de vida. En la diferenciación ética, el cuidado del alma, del pensamiento y
del cuerpo conlleva el cuidado de la relación ética entre hombre-máquina;
es el cuidado de los órganos internos y externos del cuerpo, de la mente
y de la energía vital que nos vincula con el mundo. ¿Qué características
tiene la relación entre diferenciación ética y pensamiento técnico? ¿Cómo
se articula la ética, en tanto subjetivación, con el pensamiento técnico, en
tanto inducción? O bien ¿de qué manera el pensamiento técnico transgura
el ethos como modo de existencia posible?
Foucault aporta de manera sustantiva al análisis de la diferenciación ética.
A partir de 1980, en su curso Del gobierno de los vivos (2016), aborda el
gobierno de los hombres por la verdad o del sujeto en su relación con lo
verdadero. En 1983 con El gobierno de sí y de los otros (2010a), problematiza
la noción de parrhesía antigua, como expresión pública y arriesgada de una
convicción propia, y en 1984 en El coraje de la verdad (2010b), plantea el
lugar de Sócrates y los cínicos como emblemas de la parrhesía ética, siempre
de cara al cuidado de sí, de los otros y como crítica permanente al mundo.
En 1982, en La hermenéutica del sujeto (2008), Foucault problematiza la
parrhesía a partir del hablar franco del maestro de existencia –representado
en la gura de Sócrates y en la de los estoicos– y revisa ese coraje de la
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verdad que no reere al “decir todo”, sino que “se pone todo en el decir”.
Con base en esto se puede sostener que en la actualidad con la tecnicidad
la vida se pone en riesgo en el “decir”, dicho de otro modo, el coraje de la
verdad se hace con la tecnicidad, o si se preere, el coraje de la verdad se
produce con las redes técnicas vinculadas con el mundo y con la vida. Frente
a ello ¿qué relación hay entre pensamiento técnico y diferenciación ética
emanada del coraje y la verdad?
Por su parte, Simondon no es sólo un lósofo de la técnica, sino que también
recongura el pensamiento y la sabiduría al redimensionar el lugar que ocupa
la técnica en la ética, en la cultura, en la naturaleza y en la vida misma.
Con Simondon, el lugar que ocupa la técnica en la vida es fundamental para
pensar de otra manera lo humano y su naturaleza. Desde 1958, con su tesis
mayor La individuación. A la luz de las nociones de forma y de información,
Simondon señala cómo una teoría de la individuación, mediante la noción de
información, provee una ética reticular, en la que la sociedad deviene mundo.
Así como la individuación puede entenderse como la no-división entre
naturaleza y cultura, entre técnica y ética, entre lo viviente y la tecnicidad,
la información trata de la en-formación, del mantenimiento constante de la
forma y del dar forma. Es por esto que, como arma Simondon, se trata de
“conocer al individuo a través de la individuación antes que la individuación
a partir del individuo” (2019, p. 9), aceptando que el individuo es viviente
en tanto “tiene una verdadera interioridad, porque la individuación se
cumple dentro suyo (…) el viviente es el interior de mismo un nudo de
comunicación informativa” (p. 15). Existe ética en la medida en que existe
individuación e información, es decir, la ética no es una cadena de actos
morales, sino más bien una red informática que teje el mundo. Es por esta
razón que para Simondon la moral no está en las normas ni en los valores,
sino en su comunicación; en otras palabras, la moral es un acto de conexión
entre realidades del mundo humano. El modo de existencia de los objetos
técnicos, tesis menor del lósofo francés, es una provocación ética que
se hace desde la técnica, esto es, por que la ética se observa distinta bajo
la lupa de la técnica, ya que “la cultura debe incorporar los seres técnicos
bajo la forma de conocimiento y de sentido de los valores” (2007, p. 31)
es recongurar el ethos como modo de existencia posible. Es por ello que
importan los sujetos éticos en su conexión con los objetos técnicos. Dicho de
otra manera, el modo de vida humano es una manera de existir con la técnica.
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Es con base en lo anteriormente señalado que puede sostenerse que Foucault
y Simondon son ejes centrales para el pensamiento, ya que muestran un
camino a seguir para asumir de otro modo el vínculo entre técnica, ética,
naturaleza y cultura
1
.
Pensamiento técnico como inducción: entre técnica y cultura
Meletan es hacer un ejercicio de apropiación, apropiación de un
pensamiento (…) en el caso de la meditatio, se trata no tanto de pensar
e n l a c o s a m i s m a s i n o d e e j e r c i t a r s e e n l a c o s a e n l a c u a l s e p i e n s a .
Michel Foucault (2008, p. 336)
Siguiendo a Simondon (2017), el pensamiento técnico como inducción
puede ser observado en la relación entre cultura y técnica, que tiene tres
características. Primero: la cultura es una técnica de manipulación humana
que se ejerce sobre el medio (cultivo) y sobre el ser viviente (crianza). Es
decir, la cultura se vincula con el cultivo y la crianza, todo cultivo del reino
vegetal y toda crianza del reino animal son técnicas empleadas por el ser
humano y para el ser humano. Desde las primeras formas de cultivo hasta
los sistemas más sosticados de producción alimentaria son técnicas de
manipulación sobre el medio; la crianza de animales, ya sea para consumo,
compañía o trabajo humano, opera sobre un desajuste de su naturaleza para
un ajuste al medio técnico, que es la propia cultura. La cultura, como cultivo
y crianza, es posible porque no sólo se vale de técnicas de manipulación
humana, sino que ella misma es una técnica de operación humana que se
ejerce sobre su medio y su propio ser viviente: “Se trate del cultivo o de la
crianza de animales, lo que se rompe es la primera adaptación de la especie
al medio, o al menos se la deforma” (p. 304). La cultura es una segunda
adaptación al medio técnico y al ser técnico. Esta cualidad de la cultura aplica
al ser humano mismo, es decir, que el ser humano actúa técnicamente sobre
su propio medio (produce casas, transporte o redes de comunicación que
conforman una unidad técnica que le permite vivir humanamente) y actúa
técnicamente sobre su propia especie al criarla como humano (desde el control
de esfínteres hasta el modo de existencia de cada cultura). El ser humano es
una especie cultivada y criada que tiene necesidad de una asistencia técnica
para su existencia. En otras palabras, todo cultivo que se ejerce sobre el reino
1 Un interesante vínculo entre Foucault y Simondon ha sido trabajado por Rodríguez “Biopolítica e
individuación viviente: la ética en los tiempos de la biotecnología” (2016).
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vegetal es producto de la técnica, y toda crianza de animales, incluyendo los
humanos, es una derivación de la técnica. El cultivo y la crianza se adaptan a
un medio técnico y resultan de un ser técnico que las mantiene, por ejemplo,
plantas, ores, frutos, cereales o árboles que se cultivan para alimento o uso
humano, se adaptan a esa vida naturalmente técnica, lo mismo sucede con
la crianza de vacas, cerdos, gallinas, perros etc., que gracias a las técnicas
de adiestramiento y crianza ajustan su naturaleza al medio técnico. En el
caso del ser humano sucede lo mismo, puesto que él se cultiva y se cría por
medio de técnicas que le permiten transformar su naturaleza primera a una
naturaleza técnica, por eso Simondon arma que “el hombre es un técnico de
la especie humana” (p. 305).
Segundo: todo gesto técnico compromete el porvenir de la vida. Las
expresiones técnicas, desde el uso de la piedra hasta las estaciones espaciales,
desde las pinturas rupestres en cuevas hasta los algoritmos, desde la crianza
de animales hasta la inteligencia articial, son gestos técnicos que actúan
sobre el medio y sobre el ser viviente. El gesto técnico está presente cuando
el hombre ejerce acciones de cultivo y crianza sobre sí mismo, en forma de
hábitos y costumbres individuales y colectivas. De igual manera, el gesto
técnico conforma un modo de ser y habitar el mundo que compromete la
vida misma, por lo que puede decirse que no hay humanidad sin horizonte
técnico. El gesto técnico compromete el porvenir de la vida, porque él no
se agota en su utilidad inmediata, pues, por ejemplo, no se construye un
cuchillo sólo para cortar carne o no se crean satélites sólo para establecer
conexiones comunicativas, sino que en la construcción del cuchillo y en la
creación de satélites está comprometido el provenir de la vida humana; por
lo que puede armarse que en la utilidad técnica radica la transformación
del medio que repercute en el ser viviente, incluido el ser humano mismo.
Toda operación sobre el medio y el ser viviente tiene una dosis de peligro
y amenaza que, paradójicamente, pueden salvar y transformar la vida. El
medio y la especie modicadas por el gesto técnico proponen al ser humano
una nueva forma de vida, en la que la técnica y la cultura se relacionan más
allá de un sentido utilitario de medios y nes, ya que el vínculo se establece
a partir del establecimiento de un nuevo campo de acción que incita la vida.
Dicho de otra manera, el peligro que amenaza la vida es el motivo por el
cual la vida tiene un sentido distinto o, con palabras de Simondon: “Incluso
si las técnicas no tuvieran ni utilidad ni nalidad, tendrían un sentido: dentro
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de la especie humana son el modo más concreto del poder de evolucionar;
expresan la vida” (p. 309). Todo gesto técnico, al expresar un modo de vida,
es un campo de acción ética. En otras palabras, el gesto técnico es un acto
de la cultura, que al transformar el medio y las especies permite otros ethos,
otros modos de existencia, otras condiciones de vida.
Tercero: la tecnicidad consiste en redes técnicas vinculadas con el mundo
y con la vida. La tecnicidad es una manera de convocar a la integración
entre técnica y cultura, en la que haya una correspondencia entre objetos
técnicos, medio y especies. Por ejemplo, los teléfonos celulares no sólo
son objetos hechos para portarlos y ser mostrados como parte del look, más
bien son algo que articula el ser humano al mundo bajo la forma de una
red de comunicaciones. La tecnicidad es una vocación de organización e
interpretación de modos de existencia o, mejor dicho, de coexistencia entre
organismos vivos y no vivos. El teléfono celular es una reticulación de un
modo de vida colectivo que enlaza uso de lenguas, sistemas de comunicación,
ujos mercantiles, decisiones políticas, jerarquías axiológicas, prácticas
éticas, procesos jurídicos, tratamientos médicos, tanto como métodos físicos
y químicos de materiales. El objeto técnico no sólo se integra al medio y a la
especie, sino que da sentido a todo viviente. Las redes técnicas buscan integrar
medios y especies, cultivo y crianza, de cara a la conformación de un nuevo
mundo. De manera más precisa, la tecnicidad aparece con la integración entre
el medio y el ser humano. Así la vida humana es posible en un medio técnico
que opera con el hombre. Es por esta razón que Simondon arma que el ser
humano “está entre las máquinas que operan con él” (2007, p. 34). La vida
humana es constitutivamente tecnicidad porque conlleva el vínculo entre
medio y especie, entre cultivo y crianza; una articulación siempre dinámica
que pone en operación a las especies con su medio y viceversa; una relación
en la que se compromete el porvenir del mundo.
En suma, si se acepta que la relación entre cultura y técnica no puede eludir
que la cultura es una técnica de manipulación humana que se ejerce sobre el
medio y sobre el ser viviente, que todo gesto técnico compromete el porvenir
de la vida y que la tecnicidad consiste en redes técnicas vinculadas con el
mundo y con la vida, entonces no se puede negar que el pensamiento técnico
es constitutivamente inductivo en tanto tiende a la unidad entre medio y
especie, entre organismos vivos y organismos no vivos, entre cultura y
técnica. Con palabras de Simondon:
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(…) el pensamiento técnico es el paradigma de todo pensamiento inductivo
(…) En efecto, la inducción no es sólo un proceso lógico, en el sentido
estricto del término; se puede considerar como camino de tipo inductivo
todo camino cuyo contenido es inferior al estatuto de la unidad y que se
esfuerza por alcanzar la unidad, o que al menos tiende hacia la unidad
a partir de una pluralidad de elementos en el que cada uno de ellos es
inferior a la unidad (…) [la inducción] supera entonces a cada elemento
particular, combinándolo con otros elementos, ellos mismos particulares,
para tratar de encontrar un análogo de la unidad: en la inducción hay una
búsqueda del fondo de realidad a partir de elementos gurales que son
fragmentos (pp. 193-194).
El pensamiento técnico, como emblema del pensamiento inductivo, tiene al
menos cuatro cualidades. Primera: es un camino, disposición o tendencia
hacia la unidad; lo que importa es el trayecto con dirección a la unidad,
aunque nunca se llegue a ella. Segunda: el contenido del camino está
hecho de múltiples y diversos elementos que siempre son inferiores a la
unidad. Tercera: las particularidades de cada elemento se ajustan con el n
de encontrar un análogo de la unidad. Cuarta: el pensamiento técnico está
hecho de guras que buscan un fondo. Un ejemplo de estas cualidades del
pensamiento técnico como inducción se puede ver en la frase aristotélica
“una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo
día ni un instante (bastan) para hacer venturoso y feliz” (Eth. Nic. I 7,
1098a16-17). 1) el verano, la virtud y la felicidad son un camino hacia una
completud existencial; 2) los elementos golondrina, verano, virtud, felicidad
y hombre son múltiples y distintos, por lo que la suma de ellos no alcanza
para establecer una unidad de la vida; 3) una golondrina y un acto virtuoso
anuncian el verano, la felicidad y la dicha; 4) la golondrina es una gura que
demanda un verano como fondo tanto como el acto virtuoso es una gura que
inquiere un fondo como felicidad y dicha, aunque ni el verano ni la felicidad
ni la dicha sean unidad existencial
El pensamiento técnico mira y trabaja sobre el fragmento, lo plural y la gura
que constituyen un mundo, siempre con el esfuerzo por alcanzar la unidad de
la vida. En otras palabras, el pensamiento técnico, al asumir los fragmentos,
la pluralidad y las guras de la existencia, tiende a captar la vida como una
unidad. El pensamiento técnico trata de la propensión a la individuación, es
decir a la no-división y a la diferencia. El pensamiento técnico es una fuerza que
impulsa el camino que busca ir del mundo fragmentado al mundo individuado.
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La tendencia a la unidad pretende integrar cultura y técnica; un esfuerzo que
se presenta como ethos o como modo de vida. Este camino hacia la unidad
dinamiza el péndulo que hay entre naturaleza y técnica, entre organismos vivos
y organismos no vivos, entre mundo humano e inmanencia de vida.
Gracias a la no-división y a la diferencia, técnica y ética, es posible no
confundir un cuchillo con una estación espacial o la red de internet con las telas
de araña o la charla en un ChatGPT con el diálogo en un aula. Sin embargo,
¿cómo se logra la diferenciación ética desde el pensamiento técnico? Bajo
la perspectiva analógica ¿cómo las operaciones de la diferenciación ética se
asemejan a las del pensamiento técnico?
Diferenciación ética en la pragmática de la problematización
La vida, para él [Sócrates] era un tiempo de pruebas y de penas, pero
también de ocasiones y de goces. ¡No un estado de enfermedad, por cierto!
Un gimnasio moral, más bien donde el sabio se torna dueño de los músculos
de su alma (…) No este mundo no era para él duhkha, pura “desdicha”
ni la muerte una curación. Toda su enseñanza, lejos de desprender a
l o s j ó v e n e s d e l a v i d a , l o s p o n í a e n c o n d i c i o n e s d e v i v i r l a d e v e r a s .
George Dumézil (1992, pp. 141-142)
La diferenciación ética sólo es posible en lo que en este artículo se denomina
“pragmática de la problematización”, que es una forma de lo que Foucault
denominó historia del pensamiento. Las problematizaciones emanan de
la pregunta por “cómo han podido interferir unos procesos con otros en la
constitución de un dominio cientíco, de una estructura política, de una práctica
moral” (Foucault, 1999, p. 358). Con palabras de Simondon, la problematización
provoca el pensamiento técnico en tanto impulsa la tendencia a la unidad de
lo viviente. La pragmática de la problematización reere a tres momentos
necesarios en la investigación: las formas de veridicción, la gubernamentalidad
y los procesos de subjetivación. Tres momentos que tan sólo se distinguen de
manera esquemática, pero que en realidad son consustanciales y ninguno de
ellos opera sin los otros, es decir, toda veridicción es un régimen de gobierno
y una forma de subjetivación, del mismo modo que todo gobierno, conlleva
formas de verdad y de subjetivar, así como toda subjetivación implica una
verdad y un gobierno. Verdad, sujeto y poder son fragmentos, plurales y guras
que conforman el mundo ético y técnico. La pragmática de la problematización,
aquí propuesta, consta de indagación, examen y cuidado de sí.
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En la indagación se trata de reconocer qué, dónde, cómo, quién y bajo qué
circunstancias se dijo e hizo algo; se busca poner a prueba toda “evidencia” que se
asume como verdadera. La indagación, como forma y condición de veridicción,
tiende a la constitución del sujeto, en tanto entraña la manera del sujeto de decir
y hacer evidente una verdad que lo mantiene conectado con el mundo. Lo que
motiva a la indagación proviene de condiciones éticas de los modos singulares,
íntimos, de relación con uno mismo, con los sujetos cercanos y con los demás,
así como con los objetos técnicos y sistemas cibernéticos en los que actualmente
se opera. Indagar es poner la vida en la crianza y cultivo, en el gesto técnico y en
la tecnicidad que nos conectan con el mundo. La indagación está condicionada
por la vida y, simultáneamente, se dirige hacia la vida desde sus determinaciones
físicas, energéticas, biológicas, simbólicas y sociales, hasta sus manifestaciones
psíquicas. No se trata de un vitalismo esencial, sino de lo viviente como una
condición de posibilidad para la diferenciación ética
2
.
Mientras en la indagación el recorrido es con los otros, hacia fuera y en vínculo
consigo mismo, en el examen el recorrido es consigo mismo hacia el interior de sí.
De este modo la pragmática de la problematización, en tanto indagación y examen,
es un ejercicio de vigilancia en torno al propio pensamiento y a los principios
morales de comportamiento. En la indagación se pone a prueba lo dicho por otros
en comparación con lo que uno mismo puede decir; en el examen la comparación
es de hacia sí. El pensamiento, el comportamiento moral, los principios éticos
de uno mismo se someten a examen. ¿Qué se sabe, se ignora, se hace y no se
hace, qué dice y no dice uno de sí en el vínculo con los objetos técnicos? ¿De qué
materia están hechos los lazos que conectan al sujeto consigo mismo y con lo otro,
como las plataformas tecnológicas? En el examen el sujeto es medio y ser viviente
que se manipula a sí mismo (se cultiva y se cría), vigila su hacer, decir y saber en
las conexiones técnicas con las que compromete el porvenir de la vida (se asume
constitutivo del gesto técnico), siente cómo su cuerpo y mente se tejen con las redes
técnicas que lo articulan con el mundo y con la vida (tecnicidad).
El cuidado de sí, como un elemento constitutivo de los procesos de subjetivación,
involucra el cuidado del otro, en que se incluyen los objetos técnicos, es decir
que el cuidado de conlleva el cuidado de los objetos técnicos. En el cuidado de
2 Un interesante análisis, llevado a cabo a partir de Foucault, del vínculo entre bíos y la relación
sujeto-verdad, se encuentra en el escrito de Vignale (2021), en el que se arma “el bíos como una
forma de vida que no se encuentra ajustada a los códigos de comportamiento, sino a prácticas que
tienen por objetivo alcanzar, constituir, un sí mismo” (p. 34).
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como cuidado del otro, no se trata de un sacricio, ni tampoco representa una
acción o movimiento puro y positivo que está obligado a un benecio universal,
al bien individual y común o que contenga un progreso histórico-social. En el
cuidado de se encuentra, más bien, el signo de la diferenciación ética que habrá
de expresarse gracias a la formalidad que exige la indagación y la signicación
que otorga la prueba o el examen. Siguiendo a Foucault (2008), si se asume que
el cuidado de sí conlleva: 1) una actitud con respecto a mismo, con respecto a
los otros, con respecto al mundo, 2) una conversión o traslado de la mirada desde
el exterior, los otros, el mundo, hacia “uno mismo”, 3) acciones que uno ejerce
sobre mismo y por las cuales se hace cargo de mismo, se modica, se purica
y se transforma y transgura. Puede armarse, entonces, que en el cuidado de
sí echan raíces, y cobran sentido, la indagación y el examen, que fungen como
fragmentos que tienden a la unidad que es cuidado de sí. Indagación, examen y
cuidado de sí son elementos que desde el pensamiento técnico buscan un modo
de vida fundado en el reconocimiento de las diferencias, los fragmentos y las
pluralidades. El cuidado de no es un estado monádico, es un impulso con
dirección a la unidad que aparece en el cuidado de los otros.
La indagación y el examen no tienen ninguna importancia por mismos si no
tienden al cuidado de sí. El sentido y potencia de la indagación y del examen
es el cuidado de los otros y lo otro a través del cuidado de sí. Puede decirse
que la indagación y el examen son cultura en tanto técnicas de manipulación
humana que se ejercen sobre el medio (cultivo, más cercano a la indagación)
y sobre el ser viviente (crianza, más cercana al examen). Al mismo tiempo
son una forma de tecnicidad porque son redes que técnicamente relacionan
al mundo; el cuidado de es un gesto técnico que compromete el porvenir
de todo quehacer ético.
La indagación arroja sus hilos existenciales en los otros para preguntarse
acerca de sí mismo. El examen teje la vida doblando la mirada sobre sí
para soportar ver los ojos de la Gorgona
3
, quien evidencia la debilidad e
3 Es importante hacer aquí una mención a la relación entre la Gorgona y el cuidado de sí. Como es
sabido, Perseo cortó la cabeza a Medusa y la obsequió a Atenea: “(…) la diosa dio parte de la sangre
de Medusa a Asclepio, el dios de la medicina, y mientras que la de las venas del lado izquierdo
producían toda clase de males a los hombres, las venas del lado derecho eran capaces de resucitar a
los muertos” (March, 2002, p. 211). En este sentido, el cuidado de sí es un proceso vital que puede
matar si no se tienen escudos en los ojos que soporten la mirada de la Gorgona, y, al mismo tiempo,
el cuidado de es tener la fuerza para distinguir la sangre que mata de la sangre que salva. El
cuidado de sí es un phármakon que al mismo tiempo que cura es capaz de matar.
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ignorancia de sí mismo frente a la fuerza de lo que se sabe. En la indagación
y en el examen se pone en riesgo el cuerpo y el alma para cuidarlos, porque
no se puede cuidar algo que no está en riesgo, no se puede vitalizar algo que
no está muriendo. Es por esto que no es posible el cuidado de sí sin poner en
peligro de muerte al sí mismo.
Indagación, examen y cuidado de sí, como momentos de la pragmática
de la problematización, comprometen la relación del sí mismo consigo,
con los otros y con lo otro. Lo que está en juego en la pragmática de la
problematización es la técnica que conforma el mundo humano, es decir, el
vínculo que se establece entre la verdad de sí y del mundo con lo viviente.
La analogía entre pragmática de la problematización y pensamiento técnico
puede verse, por ejemplo, en lo que Simondon denomina objetos técnicos
abiertos
4
, como un antiguo molino de viento en el que se conectan la torre,
la hélice, la piedra para la molienda, los engranes, etc.; lo que interesa es la
relación de estos elementos porque ella aporta:
(…) el respeto al trabajo del otro, en el sentido de que un objeto abierto
maniesta la condensación de los gestos productores. Puede aportarles [a los
educadores y educandos] también un conocimiento de las épocas pasadas,
que es un conocimiento como en el presente, porque se puede encontrar en
una máquina, en una herramienta, la huella de la invención (…).
Por otra parte, este objeto es verdadero. Es verdadero en el sentido de que
rechaza la sobrecarga del lujo, del atavío, que son inesenciales en relación con
él. Se recorta en sus líneas puras, presenta su estilo como si fuera algo muy
cercano de aquello que los lósofos denominarían el ser, y rechaza el parecer.
Entonces es una lección de realidad, una lección de veracidad, y por otra
parte una lección de respeto inteligente por el pasado (…) Entonces, sin
duda el objeto, mediante su abertura, permite, si se puede decir así, echar
un vistazo de inspección dentro de la actividad de aquellos que nos han
precedido. Es al menos una dimensión cultural que se podría introducir en
la tecnología (2017, p. 388).
Estar en presencia de un objeto técnico abierto es la posibilidad de indagar y
examinar sobre la verdad respecto a las condiciones éticas de nuestros modos
4 El carácter abierto del objeto “puede mantener perpetuamente nuevas las piezas que se van
desgastando, entonces, no hay fecha, no hay envejecimiento. Sobre una base que es de perennidad, o
al menos de gran solidez, se pueden instalar piezas que deberán ser reemplazadas, pero que, en todo
caso, dejan intacto el esquema fundamental y que incluso permite mejorarlo (…)” (2017, p. 387).
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de existencia, a partir del vínculo con la inteligencia de los antepasados y sus
invenciones. En las relaciones consigo mismo, con los otros y con lo otro es
posible indagar y examinar la presencia del pasado que tiende al cuidado de
sí. El pensamiento técnico es una relación de otro modo con la historia, la
ética, la pedagogía o la política; posibilita atender los fragmentos del mundo
para potenciar la individuación de la existencia.
Reexiones nales
Todas las técnicas éticas dejan al sujeto moral insatisfecho, porque ignoran
su unidad (…) una vida lograda, elemento por elemento, no es todavía una
vida moral; le hace falta lo que la hace la vida de un sujeto, la unidad.
Gilbert Simondon (2007, p. 195)
A la armación de Aristóteles de que el hombre es “un animal viviente y
además capaz de una existencia política [y que] el hombre moderno es un
animal en cuya política está puesta en entredicho su vida de ser viviente”
(Foucault, 2012, p. 135), se puede agregar que el hombre es un técnico de
la especie humana en cuyo acoplamiento ético vive en forma con el mundo.
A través del método analógico fue posible indagar en esta identidad de
relaciones entres diferenciación ética y pensamiento técnico.
Innovación e invención son cualidades de unión entre pensamiento técnico
y diferenciación ética. El pensamiento técnico, como tendencia a la unidad,
ofrece las condiciones de acción para la innovación. Es decir, el pensamiento
técnico es un impulso en el que es posible mantener la vida en novedad.
Cuando se hace referencia a la innovación, no sólo se apela a la permanencia
de la novedad de los objetos técnicos, sino también de los objetos éticos,
del ethos como forma de existencia. La innovación consiste en mantener en
novedad el pensamiento técnico y, con ello, el modo de vida como tendencia
a la unidad. Por ello es posible decir que la materia y la energía con la que
está hecha esa tendencia a la unidad es la diferencia. Sin diferencia no hay
fragmento, pluralidad y gura sobre la cual opere la inducción y, por tanto,
el pensamiento técnico. La invención es la fuente de toda innovación, sin
invención no es posible mantener la novedad.
Inventar es hacer funcionar el pensamiento como podría funcionar una
máquina, ni según la causalidad, demasiado fragmentaria, ni según la nalidad,
demasiado unitaria, sino según el dinamismo de funcionamiento vivido,
captado porque es producido y acompañado en su génesis. La máquina es un
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ser que funciona. Sus mecanismos concretizan un dinamismo coherente que
alguna vez existió en el pensamiento, que fue el pensamiento. El dinamismo
del pensamiento, en el momento de la invención, se convirtió en formas que
funcionaban (Simondon, 2007, p. 155).
Ese dinamismo de funcionamiento vivido, constitutivo de toda invención,
se encuentra en los modos de existencia humana –en el ethos–, por lo que el
pensamiento técnico es una tendencia a la unidad de movimiento que hace
operar la vida. Así como la máquina es un ser que funciona, el modo de
vida de cada sociedad es una máquina que funciona, un funcionamiento que
germinó como invención. No hay pensamiento técnico sin invención y no
hay invención que no emane de modos de existencia. La humanidad funciona
por sus invenciones tanto como por sus fragmentos, pluralidad y guras que
tienden a la unidad.
En la diferenciación ética no importa el sujeto ni la verdad en abstracto; lo
que interesa es la relación (técnica y analógica) que se establece entre ellos
a partir de las prácticas de indagación, examen y cuidado. De nada sirven
estos momentos de la pragmática de la problematización, de nada sirve el
pensamiento, si no es para entablar otras formas de relación entre el sujeto
y la verdad, lo que no es otra cosa que establecer nuevas posibilidades de
vida. Dicho de otra manera, poca utilidad tienen la indagación, el examen y
el cuidado de sí, si no es para establecer relaciones técnicas que conforman
la vida. La tendencia a la unidad, propia del pensamiento técnico, establece
oportunidades existenciales que comprometen las relaciones consigo mismo,
con los otros y con lo otro. En otras palabras, problematizar es una forma de
pensamiento técnico que conduce a relacionarse de otra manera con consigo
mismo, con los otros, con los objetos técnicos y con el mundo. Por eso la
relación sujeto-verdad no es un asunto epistémico ni antropológico, sino un
problema técnico y ético o, si se preere, del pensamiento técnico y de la
diferenciación ética.
En la inquietud por la diferenciación ética, que deriva de la pregunta por
la relación sujeto-verdad, resulta interesante uno de los pasajes inéditos del
manuscrito que sirvió a Foucault de base para su curso de La hermenéutica
del sujeto (2008): “Tres cuestiones que, en cierta manera, van a atravesar
todo el pensamiento occidental: –el acceso a la verdad; –la puesta en juego
del sujeto por mismo en la inquietud que tiene de sí; –el autoconocimiento”
(p. 494). Estas tres cuestiones implican dos de los ejes de problematización
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que cruzan el pensamiento de Foucault: saber y subjetivación. Preguntar por
la verdad es interrogar sobre las reglas de veridicción e investigar sobre el
sí mismo, es inquirir en torno a la subjetivación. Lo que Foucault resalta es
el lugar de los procesos de subjetivación en las reglas de veridicción, en dos
sentidos: 1) que la subjetivación se vincula con la verdad como acceso y, 2)
que el mismo está comprometido no sólo con el cuidado, sino también
con el conocimiento. Bajo la lupa del pensamiento técnico, propuesto por
Simondon, estas tres cuestiones tienen otro sentido: en el que la verdad, el sí
mismo y el autoconocimiento sólo son posibles en una tendencia a la unidad,
es decir que las reglas de veridicción y los procesos de subjetivación están
en la conexión técnica que congura un modo de existencia. Saber y verdad
se muestran como un gesto técnico que compromete el porvenir y aparecen
como tecnicidad al establecer redes técnicas que vinculan ethos con bíos.
Dos precisiones nales en torno al acceso a la verdad: 1) es un camino al
interior, no sólo desde un exterior, sino desde el sí mismo hacia sí mismo,
hacia los otros y lo otro; 2) el lugar al cual se tiene acceso (la verdad), no
es algo dado, jo o preestablecido, a lo cual se llega. La verdad es más bien
aquello que se construye en el andar hacia sí mismo. Estas dos cualidades
del acceso a la verdad ¿no muestran su tendencia a la unidad entre medio y
especie, entre vida y no vida, entre técnica y ética? Se trata de una técnica de
la existencia, es decir que en los ejercicios de vida el sujeto tiende a la verdad
y puede decir verdad o, dicho de otra manera, es una ética de la verdad en la
que las condiciones morales de crianza y cultivo permiten al sujeto el coraje
de la verdad como tecnicidad y el cuidado de sí como gesto técnico. En la era
de la inteligencia articial urge el pensamiento técnico como diferenciación
ética sobre todo por el devenir de la relación entre técnica, cultura y vida.
Poco o nada abonan al pensamiento y a la vida las fobias a la alta tecnología
y las lias a las buenas costumbres, antes bien, como diría Nietzsche, “¡Hay
que tener pensamientos, y no sólo puntos de vista!” (2009, p. 40). O como
quizás demandaría Simondon: ¡Hay que tener pensamiento técnico y no sólo
humanismo fácil!
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