La Banca privada,
la legislación bancaria y la centralización bancaria entre 1870 y
1923 en Colombia
Private banking, banking legislation and banking
centralization between 1870 and 1923 in Colombia
Pedro José Lesmes
Magister en Historia. Docente ciencias sociales, Institución educativa Santa Helena. Florián-
Santander, Colombia. Correo: pjlesmes@yahoo.es
Fecha
de recepción: 4 de junio de 2018
Fecha
de aceptación: 30 de noviembre de 2018
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Lesmes, P. (2018). La
Banca privada, la legislación bancaria y la centralización bancaria entre 1870
y 1923 en Colombia. Derecho Y Realidad, 16(32) e30191-3 https://doi.org/10.19053/16923936.v16.n32.2018.9766
Resumen: El objetivo de este artículo es
mostrar el proceso legal de la banca privada, el cual se originó en Colombia
durante el periodo del Radicalismo Liberal (1863-1886). Luego, con el ascenso
de la Regeneración en 1886, su avance sobre en el país con el Centralismo presidencialista,
de corte católico y autoritario, que afectaría los intereses de los banqueros,
comerciantes y productores que utilizaban los beneficios de la banca libre. Posteriormente,
con la llegada del gobierno regenerador los banqueros se verán forzados a las
leyes impuestas desde la centralización, la imposición de políticas monetarias
y de políticas crediticias. La metodología empleada, en este sentido, es de
carácter cualitativa y busca realizar el análisis de las regulaciones,
problemas y dificultades que se presentaron en Colombia entre 1870 y 1923. Se destaca
igualmente el hecho que ante las dificultades para organizar el sistema
bancario en Colombia fue necesario establecer con mayor severidad controles a
los Bancos Privados, por ejemplo, la Misión Kemmerer
en 1922, con la cual se planteó la necesidad de centralizar el sistema bancario
del país, dando de esta manera origen al Banco de la República, con funciones
de Banco Central y regulando los bancos privados por medio de la
Superintendencia Bancaria.
Palabras clave: Banco central, política monetaria, historia,
economía, teoría monetaria.
Abstract:
The objective of this article is to show the legal
process of private banking, which originated in Colombia during the period of
Liberal Radicalism (1863-1886). With the rise of the Regeneration in 1886, its
advance over the country the Presidential Centralism, of Catholic and
authoritarian court, would directly affect the interests of bankers, merchants
and producers who used the benefits of free banking. With the arrival of the
regenerating government, bankers will be forced into the laws imposed since
centralization, the imposition of monetary policies and credit policies. The
methodology used is qualitative and seeks to analyze the regulations, problems
and difficulties that occurred in Colombia between 1870 and 1923. It was noted
that given the difficulties in organizing the banking system in Colombia, it
was necessary to establish controls with greater severity. Private Banks, for
example, the Kemmerer Mission in 1922, which raised the need to centralize the
country's banking system, thus giving rise to the Bank of the Republic, with
functions of the Central Bank and regulating private banks by means of the
Banking Superintendence.
Key words: Central bank, monetary policy, history, economy,
monetary theory.
INTRODUCCIÓN.
Colombia actualmente
posee un Banco Central que se encarga de la emisión de dinero, función que ha
desarrollado desde 1923. Pero antes de esto el país inicio su sistema
financiero mediante la llamada Banca Libre, la cual se fundamentaba en la
creación y funcionamiento de bancos de carácter privado, los cuales se
encargaban de la emisión de billetes, el giro, depósito y descuento de las
actividades financieras y donde cada uno podía emitir sus propios billetes y
establecer las tasas de crédito. Este sistema funcionó en su máxima expresión
en cada en cada región, banca regional, debido a las condiciones sociales,
políticas y de infraestructura que tenía el país. Pero a partir de 1880 se realizaron
esfuerzos por parte del Estado para realizar una centralización bancaria,
situación que llevó al intento de establecer bancos centrales, para el caso de
Colombia dos entre 1880 y 1909, los cuales fueron liquidados años después de su
creación, ante esta situación, el país vivió un limbo en sus políticas
monetarias. Fue solo hasta 1923 cuando se teorizó y se centralizó el sistema
bancario mediante el nacimiento del Banco de la Republica.
El nacimiento del sector
bancario privado se desarrolló en Colombia a partir de la década de 1870, la
idea de fortalecer este sector bancario implicaba insertar a Colombia en los
procesos económicos a nivel mundial, de esta manera los bancos buscarían ser
intermediarios de los procesos de integración de los mercados locales, de
integrar el sistema de crédito y de generar la búsqueda de mayor flujo económico
con respecto al comercio exterior.
Los bancos, por su
parte, buscaban participar directamente con las actividades productivas de la
época, los negocios de minería, el agro de autoconsumo y de exportación, los
negocios de crédito con personas naturales y con el Estado, esta última, generaba
relaciones de préstamos entre algunos bancos y el Estado, situación que
obligaba a debatir la posibilidad de la implementación de Banca Libre o de
Banca Centralizada en el país; de igual forma se daba la discusión acerca de la
adopción del papel moneda y sus implicaciones. En términos generales, este artículo
se ha dividido en cuatro apartados; el primero aborda un contexto político
económico colombiano del período en cuestión. El segundo, sobre el sistema de
banca libre en Colombia, el tercero trata sobre la legislación bancaria durante
el siglo XIX. El cuarto hace referencia a la llegada de la
centralización bancaria a partir de 1923 y finaliza con las respectivas
conclusiones.
METODOLOGÍA
La metodología empleada
es de carácter cualitativo, esto debido a que busca realizar el análisis de las
regulaciones, problemas y dificultades que se presentaron en Colombia entre 1870
y 1923 cuando se dio le proceso de centralización económica
y la creación de un nuevo cuerpo legislativo. Este documento busca, además ser
de orden descriptivo y de ejemplificación para dar a conocer el proceso vivido
en términos legales en Colombia.
CONTEXTO POLÍTICO ECONÓMICO
Desde el proceso
de formación de Colombia, como una República independiente, el debate con
respecto al sistema financiero estuvo presente en la agenda nacional. Existía
la necesidad de fundar entidades crediticias que ayudaran al financiamiento de
la industria y al manejo del sistema financiero de la nación; pero la
dificultad se presentó a la hora de hacer viable el proyecto, pues no existía
el escenario necesario para iniciar el proyecto debido a la deuda, interna y
externa, del proceso de independencia y a las disputas entre los partidos
políticos, Liberal y Conservador, que ocasionaron diferentes guerras civiles,
arruinando el fisco y la productividad.
Estas
condiciones no permitieron que durante los primeros 70 años del siglo XIX se
formaran entidades bancarias en el país, lo más cercano a esta función fue
ejercida por la iglesia, la cual prestaba dineros bajo hipotecas en los censos
Siguiendo los
postulados del profesor Meisel existieron algunos
factores que permitieron el surgimiento del sistema bancario, 1) las
restricciones impuestas a la iglesia por las reformas después de 1850 y la desamortización
de bienes de manos muertas, 2) la promulgación de la Constitución de 1863, 3)
el auge de las exportaciones que se inició a mediados del siglo y permitió una
recuperación y ampliación de la economía nacional
Durante el
Radicalismo Liberal se vivieron una serie de características políticas,
económicas y sociales que marcaron los destinos del país. Después de promulgada
la Constitución de 1863, el Estado se configuró como una República de corte
Federal, la cual se llamó Estados Unidos de Colombia; en esta se promulgó la
separación de la Iglesia y el Estado, la organización territorial de manera
federal y la organización política descentralizada. La carta constitucional de Rionegro de 1863 buscó, de manera directa, resolver los inconvenientes
sobre: problemas de naturaleza política (enfrentamientos políticos, partidos
políticos Liberal y Conservador, y dificultades entre las elites regionales),
problemas económicos (búsqueda de mayor producción, inserción de Colombia en la
economía mundial, y búsqueda de un sistema de crédito) y problemáticas a nivel
cultural (problemas de identidad derivados de los problemas regionales y de
partidos políticos).
Para dar
solución a los problemas de naturaleza política se planteó la organización
territorial de tipo federal, con esta se buscaba terminar con la supremacía
tradicionalista, impuesta desde la época colonial, así entonces la centralización
político administrativa, con el modelo federalista, buscó que cada una de las
entidades territoriales tuviese una autonomía política, económica y social en
el manejo de sus asuntos sin desconocer el contexto nacional.
Desde el punto
de vista social, el país había estado envuelto en una serie de enfrentamientos
y guerras civiles, los cuales a nivel cultural no habían permitido la
elaboración y ejecución de proyecto de identidad nacional, además los gobiernos
de corte liberal de mediados de siglo buscaron reformas entorno a la educación:
libertad de enseñanza, la educación primaria gratuita y obligatoria, es decir,
la ruptura del monopolio de la educación que hasta ese momento ejercía la
iglesia. Esto se dio con el fin de posicionar la separación Iglesia-Estado como
algo definitivo, así se buscó promover las libertades individuales, los
derechos civiles y un cambio en el modelo de sociedad, “que en Colombia se
visualizaron bajo la libertad de culto por medio de la democratización
política, la educación laica y la independencia del Estado y la iglesia
católica”.
Así las cosas, el
modelo de orientación económica que promovían los liberales de la época buscaba
la inclusión de capitales privados en el naciente sistema de financiamiento, reafirmando
la autonomía individual; la idea central de esta propuesta era estimular el
crecimiento económico y político del país, utilizando la economía privada,
específicamente de exportación como vehículo de desarrollo y progreso. Así se
buscaba incentivar las libertades individuales del pensamiento liberal; la idea
de la organización libre y espontánea del mercado y el trabajo en pro de
organizar la nación. Desde el punto de vista económico el Estado tenía como
problema mayor la insuficiencia de recursos; por ello “se requerían metales
preciosos de forma creciente para saldar los pagos de comercio exterior”
Esta situación
era evidente para los partidos políticos de la época y tanto los Liberales como
los Conservadores entendían las limitaciones del sistema económico y proponían algunas
soluciones. Los Conservadores fomentaban la centralización del Estado y la
economía, mientras que los liberales planteaban un liberalismo económico muy
del estilo manchesteriano
Debido a la
dificultad y dependencia del patrón oro en el comercio exterior, se hacía
necesario plantear una propuesta económica en tomo a impulsar la creación de
bancos privados, los cuales tendrían, dentro de sus facultades, la emisión monetaria,
lo cual ayudarían a la regulación y sustitución del patrón monetario de
metálico a una moneda de circulación interna, el funcionamiento del sistema de
crédito y de soporte de las operaciones de comercio internacional, de tal
manera que la escasez de circulación monetaria metálica dejaría de ser un
problema para las operaciones económicas internas y una posibilidad para las
operaciones externas.
La implementación del
librecambio estimuló las exportaciones de origen agrícola en el país, el
tabaco, el añil, la quina y café, finalizando el siglo, debían ser soportadas
en un sistema bancario, pues estaban las bonanzas de exportación, las cuales estaban
de igual manera expuestas a los desequilibrios de los precios del comercio
internacional. Así mismo, se incrementó la importación de textiles y bienes
suntuosos, lo que generó problemas de fondo con los artesanos ante la
competencia. La idea de que el mejor gobierno es aquel que gobierna menos se
utilizó y se limitó al Estado a desempeñar el papel de garante de las
libertades, la propiedad y el comercio; el Estado dejó así de ser un agente
activo de las regulaciones y acciones sociales y se quedó con el papel de
recaudador fiscal y encargado de las obras de infraestructura y servicios.
LA BANCA LIBRE EN COLOMBIA
La banca libre es un régimen en el cual la
banca privada se encarga de la emisión de pasivos, los cuales pueden llegar a
ser redimidos por moneda en sus bancos, en este tipo de sistema el Estado
define esta política económica pero no entra a regular su funcionamiento. Un
sistema de banca libre tiene como características la libertad de movilidad del
capital y la no existencia de un banco central, lo cual permite que no haya
monopolio sobre el patrón monetario y que no exista rigidez en el sistema, permitiendo
la libre competencia.
La teoría señala
que con el objetivo de mantener la convertibilidad de sus pasivos (billetes y
depósitos) en especie o productos reales, se obliga a los bancos a ser
conservadores en la emisión de dinero, mediante un mecanismo de autocorrección
de libre ejercicio de las fuerzas del mercado, promovido por la búsqueda de
confianza por parte del público, con la finalidad de mantener la participación
en el mercado.
De esta manera,
se puede entender que durante la banca libre no existían algunas restricciones
en el cambio, en las barreras legales o en la entrada y expansión de los bancos
según su necesidad y momento, los bancos podían emitir sus propios billetes en
las cantidades que necesitarán y requerirán según su actividad, además la contratación
dependió del banco y su cliente, liberando toda la actividad comercial.
(…)
El principal supuesto es la existencia de un mundo donde la banca libre,
hablando genéricamente, denota un sistema monetario sin Banco Central, bajo el
cual la emisión y depósitos de dinero están a cargo de bancos privados
legalmente establecidos
De igual manera
esta teoría sostiene que la libre asociación bancaria y el momento de madurez
de las mismas empresas bancarias permitirían la generación de diversos
ejercicios bancarios entre los cuales se podía llegar, dependiendo de la
efectividad y administración del sistema, a la generación de sistemas de
compensación económica y a la creación de diferentes sucursales bancarias.
Para los
gobiernos de corte liberal de Colombia, después de 1850, las experiencias del
sistema de banca libre, en otros territorios, eran una posibilidad para
establecer el funcionamiento de un régimen bancario ayudado por la banca
privada y con un mínimo de intervención estatal, de esta manera se evidenció
una idea radical:
(…) el desarrollo del sistema
bancario debía ponerse por encima de la capacidad del Estado, de utilizar los
recursos de la política monetaria para financiar la inversión pública.
La idea del
liberalismo radical tomó cuerpo con la promulgación de la ley 35 de 1865, así la
moneda metálica y los billetes bancarios coexistieron desde ese momento, cabe
anotar que esta ley tuvo como principal objetivo el establecimiento de un
sistema bancario privado con la finalidad de liberar la deuda pública, puesto
que la inversión la realizarían los privados y no el Estado en pleno. De esta
manera, con la Ley del 27 de mayo de 1862, se dio la fundación del Banco
Nacional, el cual se encargaría de la labor técnica del funcionamiento del
sistema bancario y, a su vez, entregaría a los bancos de Londres, México y
Sudamérica la emisión de billetes por un periodo de 20 años. Los bancos que se
fundaran con este propósito, emisión de billetes, se les extendió la
autorización de emisión a partir de esa fecha
El privilegio de emisión por veinte años
estaba sujeto a la obligación de mantener en circulación billetes al portador
por un valor que no superara el doble de los fondos en metálico que se
mantenían en caja, aceptar la supervisión del gobierno en lo referente a la
emisión y convertir en metálico los billetes que presentaran sus tenedores.
Esto implicó la creación de un sistema de banca libre en el que los bancos
privados podían emitir billetes redimibles en moneda metálica, cuyas
características eran definidas por el Estado.
La moneda
fiduciaria era o podía ser entendida técnicamente como papel moneda, debe ser
entendida como “billete de banco”, los cuales eran una promesa de pago para
aquel que tuviera dicho billete, el respaldo de estos debía estar en los depósitos
que había en metálico en el banco. Bajo este tipo de sistema, cada uno de los
bancos adquiría la responsabilidad de convertir sus billetes en metálico al
poseedor del mismo.
La idea de los
liberales radicales para la época buscaba dar solución a los problemas más
generales los cuales se presentaban, de igual manera, las ideas de este
radicalismo liberal buscaban seguir fomentando la limitación del poder del
Estado y por medio de ello realizar un reajuste a la economía estatal con ayuda
e intervención de bancos privados. La banca libre había tenido acogida solo en
algunos países, la idea de tener una banca sin la intervención por parte del Estado
era sumamente riesgosa, una estructura monetaria sin una entidad central que la
administrara, esta era para los más liberales la muestra más clara de la
imposición de sus ideas políticas en el accionar del Estado
De esta manera,
en palabras del profesor Friederich Hayek, se buscaba “una política deliberada por crear un
sistema que funcionara bajo las libres fuerzas del mercado, para crear un
“orden espontáneo”
La Banca Libre
sirvió como soporte económico en el momento en que el crédito era una necesidad
emergente para el financiamiento del Estado y para la realización de proyectos
de inversión de particulares en las diferentes regiones del país. El
fortalecimiento del sistema de banca libre le permitió a los particulares
encontrar una línea económica más para su economía, al mismo tiempo que servía
al Estado como facilitador de procesos económicos sin tener que encargarse de
las inversiones y las deudas en diferentes regiones del país, de esta manera se
configuró la llamada banca regional la cual, bajo el sistema de banca libre,
permitió el nacimiento y fortalecimiento del sistema bancario en cada uno de
los Estados de la federación.
LA LEGISLACIÓN BANCARIA DURANTE EL SIGLO XIX.
Si bien
existieron unos antecedentes legislativos que tenían como finalidad la
construcción del sistema bancario, estos no lograron ser efectivos ni otorgar
garantías a las personas ni al Estado. Las dificultades económicas y de
organización interna del Estado en temas como la producción, explotación y
distribución de recursos se hacían notorios, la nación debía generar un sistema
económico estable y no buscar una solución temporal por leyes y decretos era
necesario legislar sobre el sistema financiero.
La primera
orientación que se buscó generar desde la legislación contempló la creación,
establecimiento y puesta en funcionamiento de la banca nacional a través de la
centralización bancaria con la idea de un Banco
Nacional. Para el año de 1821 se creó una disposición Constitucional en la
cual se le permitía al Congreso de la República de Colombia crear una
institución que se encargara del sistema bancario de la nación, el resultado sería
el llamado Banco Nacional, si bien
este se organizó en términos legales, su funcionamiento no fue efectivo ni
real; en 1834, por medio de la ley 1°, se extendió la facultad de emisión de
billetes y se otorgó facultad de emisión de billetes a las cámaras provinciales
en sus respectivas jurisdicciones. Durante el año de 1847 se aprobó nuevamente
una ley que autorizaba, nuevamente, al Banco Nacional como único emisor de
billetes y como prestamista público y privado, con un privilegio de 18 años en
la emisión de billetes. Lastimosamente estos proyectos nunca llegaron a
concretarse. Para 1855 en el Estado se creó la llamada “ley orgánica de
emisión, descuento y depósito” la cual se encargaría de la nueva regulación
bancaria por parte del Estado. En esta ley se organizaba y autorizaba la
creación y establecimiento de sucursales del Banco Nacionales a nivel regional,
los cuales debía tener un mínimo en capital inicial de diez millones de pesos
en moneda granadina (10.000.000), esto correspondía a una salvaguarda, o seguro
de liquidez, el cual era necesario para poder realizar la emisión de billetes
que debían ser redimibles en moneda legal de oro o plata.
Con las llamadas
reformas de carácter liberal, realizadas después de mitad del siglo XIX, se
buscó dinamizar el comercio, la separación de la Iglesia y el Estado, de esta
manera quedaba abierta la posibilidad de que las personas, comerciantes y Casas
Comerciales se establezcan como mediadoras en las transacciones de cambio de
monedas, de igual manera que se creen y establezcan casas de préstamo o custodia mediante
garantías generadas de manera específica por cada una de estas casas de
préstamo. Las casas de comercio, de manera inicial, estaban ligadas a las
estructuras familiares, de tal manera que las relaciones matrimoniales se
convertirían en una forma de alcanzar prestigio económico y social; adicionalmente,
cuando estas casas comerciales avanzan en términos de riesgos o inversión, se
abren a la asociación con otras familias o inversionistas de capital, de igual
forma el avance de estos establecerá técnicas de financiamiento, redes
económicas, comerciales y de contacto. El crédito, desde lo privado, surgirá
como una alternativa, el Estado se apoyará en el mismo para operaciones de
recaudo de rentas, créditos y remate de predios; por otro lado, para los
particulares los beneficios se basarán en el crédito y los descuentos en asociación.
El sistema
bancario, y especialmente la Banca libre, vivirá su entrada al país con la
puesta en marcha de la Constitución Política de 1863, en la cual, bajo el lema
de “Federación y Libertad” dando nacimiento a los Estados Unidos de Colombia, en
el cual cada una de las divisiones administrativas-territoriales, Estados,
contaba con soberanía y plenos poderes en su territorio, esta nueva forma de
organización implicaba la soberanía de cada territorio, entre tanto, el
gobierno nacional se encargaba de la conducción y el mantenimiento de todas las
relaciones diplomáticas y poseía “facultades especiales en tiempos de guerra
exterior, y constitucionalmente se reconocieron ilimitados derechos
individuales, de comercio y de reunión”.
Si bien
existieron antecedentes sobre el sistema bancario, la Ley 35 de 1865 fue la
primera en generar un éxito relativo al sistema bancario, dando origen y
fundamento a la institución bancaria a nivel nacional y regional; esto debido a
que las disposiciones del Congreso otorgaron mecanismos para la generación de
confianza y acceso al público al sistema bancario, permitiendo establecer
cercanía entre las entidades y las personas, la simplificación de las
operaciones bancarias y la utilización de billetes sin importar el banco de
referencia, las cuales fueron una ventaja en ese momento. Uno de los grandes
avances de esta ley fue la aceptación, por parte de las personas, de billetes
desde diferentes entidades sin problema a la hora de realizar su conversión en
el patrón oro:
Autorizase al
Poder Ejecutivo para conceder al banco establecido en esta ciudad, o a los que
en adelante se establezcan en la República, hasta por veinte años, contados
desde la fecha de este decreto, las siguientes exenciones y derechos, bajo las
condiciones establecidas por esta ley: 1. De emitir billetes al portador
admisibles como dinero en pago de los impuestos y derechos nacionales, y en
general en todos los negocios propios del Gobierno Nacional, obligándose éste a
distribuirlos también a la par. 2. De recibir del Gobierno Nacional la custodia
militar que para su seguridad pueda necesitar, siempre que se solicite el
respectivo administrador. 3. De ser considerados como establecimientos
neutrales, y, por consiguiente, con derecho a que se les proteja por el
Gobierno Nacional su propio capital y los fondos depositados en ellos, sin
distinción de la nacionalidad de los depositantes.
De igual manera,
es necesario recordar que estas concesiones eran necesarias debido al sistema
federal con el cual estaba organizado el Estado, la Constitución de 1863 en la
cual se proponía que cada uno de los Estados de la UNION (Antioquia, Bolívar,
Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima), reglamentaran
y administraran, de manera independiente y soberana, las operaciones de los
bancos privados en cada Estado, de esta manera cada Estado determinaba su
legislación bancaria a nivel local.
Con la llegada
de los gobiernos liberales durante década de los sesentas, se debía dar
respuesta a tres necesidades generales: 1. Organizar un sistema de pagos, 2.
Garantizar el acceso al crédito para el progreso material mediante la estandarización
del ejercicio de las operaciones del fisco nacional y 3. El aumento del
numerario circulante que era una de las exigencias de los comerciantes.
Por ello, el
gobierno en 1865 promulgó la Ley 35, en esta se reconoce la necesidad del
Gobierno por generar un sistema bancario plural y se concede la posibilidad de
emitir billetes a cada entidad bancaria, de manera simultánea, la cual podría
suponerse como un régimen mixto. De igual manera, se intentó instaurar un banco
nacional que cubriera las funciones de depósito, giro y descuento, este se
debería ubicar en la ciudad de Bogotá. Ante la imposibilidad inicial de poner
en marcha una entidad estatal, se recurrió a la posibilidad de traer bancos
extranjeros, por esta razón y mediante las leyes 27 de 1864 y la Ley 35 de 1865
se dio el establecimiento del Banco de Londres, México y Sudamérica y la Ley 69
de 1866, la cual establecería la creación del banco Nacional:
… se autorizó al Poder Ejecutivo
para otorgar facilidades de excepción a un nuevo grupo extranjero, encabezado
por el inglés Señor William Tomas Morrison, para la
fundación de con sede en Bogotá, finalmente declinaron de a la oportunidad, por
problemas de orden público. Esta respuesta dio lugar a la formulación de una
nueva propuesta por parte de los representantes del Banco de Londres, Méjico y
Suramérica, quienes, a diferencia de sus compatriotas, se apresuraron a aceptar
las disposiciones consignadas en la Ley 27 de 1864. Y, ante la actitud de
conformidad con las condiciones nacionales expresadas por el nuevo grupo de
banqueros británicos, el ministro de Hacienda, doctor Tomás Cuenca, expidió
licencia de funcionamiento a favor del Banco de Londres, México y Suramérica.
De acuerdo con los testimonios históricos el banco sólo operó durante dos años…
Si bien el
sistema federal le permitía a cada uno de los Estados Soberanos legislar y
poder establecer bancos privados de emisión en cada uno de sus territorios,
durante este periodo no se evidenció un avance significativo en la creación de
bancos.
Plantear el
sistema de Banca Libre para el Estado Federal, implicaba la articulación
bancaria a los procesos de producción de materias primas, a la agro exportación y a la importación de bienes, muchos de
ellos suntuosos, que no se encuentran relacionados con la articulación de los
mercados locales. Esta forma de hacer negocios implicaba una doble mirada, por
un lado la búsqueda de conexiones en el comercio exterior, con la exportación
de materias primas, e importar bienes de consumo o lujo. Esta doble variante
dependía de la capacidad que el banco alcanzará, en su adaptación, y no
estribaba exclusivamente en las leyes y reglas del Estado, además estaba sujeta
a los problemas de liquidez, a las variables geográficas, climáticas, de
cultivos, a la actividad comercial interna y hasta a la acogida del banco y su
sistema en determinado sector, es decir, la banca debía resolver las
necesidades particulares de cada región o sector donde se ubicaban. En temimos
básicos, el sistema monetario debía servir de intermediación para promover el
sistema económico general. La dificultad en este punto era la reputación del
banco y la posibilidad de determinar la legalidad de los billetes que se
emitían, esto porque para la época ningún banco poseía un marcado poder a nivel
nacional y solo en algunos casos estos bancos privados utilizaban privilegios,
por nombre o familias, para aumentar su influencia en los mercados locales.
Durante el
inicio de la actividad bancaría la tarea era dinamizar el comercio y
diversificar la economía, impulsar los sectores como la minería, la ganadería,
la agricultura, las pequeñas industrias manufactureras, las manufacturas
textiles y, en general, el sistema comercial. Aníbal Galindo define, en su
libro sobre “Estudios Económicos i fiscales” de 1880,
a los bancos como:
(…) uno de los muchos ajentes a que ha dado lugar la separación de ocupaciones,
introducido para perfeccionar y facilitar el trabajo del cambio; o en otros
términos: son casas de comercio establecidas para traficar o negociar sobre la
mercancía dinero; es decir, para comprar, para cambiar, para recibir i para
pagar dinero, bien sea en la forma de oro i plata
amonedado; i en barras, o en la de sus diversos títulos o signos
representativos. De este comercio sobre la moneda, que es el medio usado en
todos los países civilizados para representar i para trasmitirle el valor de
los servicios i de las cosas, resulta necesariamente una inmensa economía de
tiempo, de capital i de trabajo en el mecanismo de la circulación i del cambio,
es decir, en la operación de trasmitirnos recíprocamente los valores de los
servicios que compramos i vendemos, o sea de saldar nuestras cuentas en el
mercado del mundo
La banca libre
en este caso sería parte del engranaje general del sistema económico, debía
convertirse en un sector económico y este sistema podría ejercerse conforme a
las leyes y disposiciones legales, tanto de manera anónima como en asociaciones
o compañías. La actividad de la banca libre fundamentaba la competencia entre
los bancos privados, en el cual cada billete era convertible en moneda
mercancía y, por las casi inexistentes barreras legales, servía para el
funcionamiento de entidades bancarias de tipo privado; por otra parte, se
dispuso como medida legal la obligación de cada uno de los bancos a tener en su
caja un 33% de las emisiones totales en oro, como medida de respaldo. De igual
manera, el gobierno enviaría al Director de la casa de Moneda a inspeccionar
los bancos, revisar la contabilidad y el cumplimiento de sus normas, aunque los
bancos debían respetar las leyes y disposiciones nacionales, en la practica la
dificultad radicaba en los problemas de cada una de las regiones o zonas donde
se ubicaban puesto que debía intermediar en las transacciones y las
dificultades, escases o abundancia de metales, oro o plata, problemas locales,
enfrentamientos entre liberales y conservadores, y el mismo caso de qué hacer
con las notas comerciales.
Debido a la
necesidad de regulación en algunos temas, como lo era el caso del encaje
bancario y los patrones de conversión en la Constitución de 1863[2],
se plantea una organización básica con respecto a los pesos, medidas, tipos,
denominaciones, pesas y medidas oficiales. Para 1870 las discusiones en torno
al sistema monetario se daban entorno a qué ajuste monetario era más adecuado
para el país, el bimetalismo, el patrón de plata o el patrón oro. En 1867, el
Presidente Santos Acosta derogó todas las disposiciones anteriores en torno al
tema mediante la Ley 73 de 1867 y estableció el patrón plata: “el peso, unidad
monetaria, con 25 gramos a la ley de 0.900, el medio peso con 12.5 gramos
rebajado a la ley de 0.835 y el medio décimo, con 1.25 gramos rebajado aún más
a la ley de 0.666 como la unidad de medida monetaria nacional”
Durante el inicio de la década de 1880 se hizo visible la necesidad de
frenar los ímpetus de guerra en el país, buscar un contexto de paz y establecer
el resurgimiento económico e institucional, así como la búsqueda de frenar el
regionalismo y los privilegios de algunos sectores por encima de los beneficios
del mismo Estado. Debido a esto, surgió la idea del Banco Nacional para
equilibrar el poder de la banca libre; el Banco Nacional tendría como
detractores los accionistas de los bancos particulares, los cuales ven en este,
Banco Nacional, la reducción de sus privilegios y a los comerciantes, quienes
se verían afectados por el incremento de las tarifas de aduanas.
Para 1880 se inició
el proceso de cierre de la banca libre, pues el Congreso decretaría la creación
del llamado Banco Nacional. Con la posesión del Rafael Núñez como presidente de
la República, se buscó establecer un banco oficial encargado de facilitar las
operaciones fiscales y económicas del país, pero en un primer momento Núñez reconoció
que, con la creación de dicho banco, no se debía generar dificultad con los
bancos privados ya existentes y mucho menos con el tesoro nacional. El
presidente Núñez describía la situación del país para esa época de la siguiente
manera:
Nuestra
agricultura está apenas en la infancia. Nuestras artes permanecen poco menos
que estacionarias. Nuestra vasta extensión territorial solo cuenta unos pocos
kilómetros de rieles. Los cuadros estadísticos revelan el hecho desconsolador
de que ya hace algunos años que no exportamos lo necesario para pagar todo lo
que importamos. Este desnivel económico, si continúa dará aún margen a la
alarmante conjetura de que el pueblo colombiano consume más de lo que produce.
Por ello se crearían una serie de medidas para poder promover
los sectores de producción doméstica, esto implicaba reformas en la educación,
en las tarifas aduaneras, en la inversión de vías férreas para conectar con los
puntos de comercio de los ríos importantes del país y hasta la posibilidad de
un banco hipotecario para el tema de la propiedad raíz entre otras cosas.
El Banco Nacional respondería a la insuficiencia de
circulación para el fisco nacional, de igual manera, en la mayoría de los Estados
se presentaba baja circulación para las actividades de comercio y manufacturas.
El gobierno buscaría, de esta forma, con el Banco Nacional, regular y aumentar
la circulación, combatir la usura, duplicar capitales debido a la reinversión y
no permitir ningún tipo de levantamiento, de esta forma se podría evidenciar la
llegada de la centralización al país dando por terminada la época de la Banca
Libre.
La ley 39 de julio 16 de 1880,
aprobaba la constitución del Banco Nacional, en esta ley se establecía que el
Tesoro Nacional aportaría dos millones de pesos ($ 2.000.000) y quinientos mil
pesos ($500.000) los cuales se ofrecerían al público, es decir un capital
mixto. En el artículo 11 de dicha ley se establece además:
(…) que es derecho exclusivo del Banco Nacional la emisión de billetes
pagaderos al portador en cualquier forma. Pero el Poder Ejecutivo permitiría
dicha emisión a los bancos particulares que se hallen funcionando el día de la
sanción de esta ley, y a los que se establezcan en lo sucesivo, siempre que
convengan, expresa y terminantemente, en admitir en sus oficinas como dinero
sonante los billetes del Banco Nacional.
Estas
disposiciones sobre el Banco Nacional y sus privilegios dividieron las
opiniones dentro de los banqueros, comerciantes y demás interesados sobre el
tema bancario. Algunos vieron esto como un tema novedoso, mientras el resto
consideraba que era perjudicial para sus posibles operaciones económicas. El
Banco Nacional quedaba en una posición ventajosa con respecto a los demás
bancos, porque poseía el privilegio de emisión, y obligaba a los demás bancos a
recibir y redimir sus billetes.
Además, era
evidente que la ruptura del sistema de banca libre generaría algunos impactos
en la forma y visión sobre el Estado mismo. Indalecio Liévano Aguirre recopiló
una de estas visiones:
Los comerciantes ya enfrentados a
Núñez por el proyecto de tarifas protectoras que cursaba en el Congreso y los
accionistas de los bancos particulares, todos los cuales eran por entonces
lógicamente los hombres más acaudalados del país y, por lo tanto, quienes se
hallaban capacitados económicamente para suscribir las acciones que la ley
orgánica autorizaba para los particulares, resolvieron solidariamente
“boicotear” al Banco, en virtud de este propósito hubo general abstención en
compra de acciones de la nueva institución bancaria, quedando así su capital
reducido a la cantidad inicial aportada por el gobierno, que se convirtió, por
lo tanto, en el único accionista.
A la hora de la puesta
en práctica, el Banco Nacional terminó solo con capital del público y manejado
por una Junta Directiva compuesta por cinco miembros nombrados por la
presidencia de la República, de esta manera, para muchos se convirtió en una
especie de Tesorería Nacional. A la ley que sancionó la creación del Banco
Nacional se le hicieron los siguientes cuestionamientos:
a) Cómo iba a ser financiado el banco dado que el Gobierno había modificado
la propuesta de hacer una aporte inicial de diez millones de pesos provenientes
de las rentas nacionales en un 60%, 30% del crédito de capital aportado y 10%
proveniente de la venta de acciones al público y, finalmente, optó por
$2’000.000 de capital nominal aportados por el tesoro nacional; y b) El
privilegio que tenía el banco de emitir billetes hasta por el doble de su
capital efectivo con el respaldo del Gobierno, quien respondería por la
solvencia del banco, pero con la obligación de mantener en caja, en metálico,
por lo menos una cuarta parte de los billetes en circulación y el restante en
documentos de crédito, cuyo plazo no pasaría de 180 días para su conversión.
“La ley mantuvo, en contra de la propuesta inicial, el derecho a emitir
billetes, tanto para los bancos creados hasta la fecha de la expedición de la
misma, como para aquellos que de allí en adelante se fundaran, con la única
condición de recibir en sus transacciones comerciales los billetes del Banco
Nacional.
El Banco Nacional entró en funcionamiento en 1881, este tenía
privilegios de funcionamiento al ser Banco Oficial. Sin embargo, esto se
convirtió en una pugna entre diferentes sectores y visiones, donde se destacan
algunos argumentos que se pueden tomar de la época:
A FAVOR |
EN CONTRA |
a.
Concede discrecionalidad al Gobierno sobre la convertibilidad del papel
moneda y con esto previene la especulación de metales preciosos en la
transición de momentos de paz a momentos de guerra y, asegura el puntual pago
de los impuestos y, de esta forma, la posibilidad de cumplir con los gastos
públicos requeridos por el gobierno. b.
Facilita los pagos de la deuda externa. Así como las transacciones nacionales
e internacionales al unificar la tasa de cambio y eliminar la tasa de cada
banco privado existente con otras naciones, regiones, e incluso
intrarregional. c.
Garantiza el respaldo que el Estado debe dar a la sociedad en el caso de una
situación de emergencia en el que fuera necesario declarar el curso forzoso;
los bancos privados no tendrían el respaldo económico suficiente. d.
Se facilita la recolección de los impuestos a través del país y se le reducen
los costos a aquellos que tenían sueldos o cuentas con el sector público. e.
Se beneficia a los exportadores (productos agrícolas y minería) pues pagaban
sus deudas con moneda barata y recibían por el pago de sus productos oro. f.
La violencia y la ilegitimidad muestra que, en muchas ocasiones, el Estado no
era capaz de defender su autonomía y, por el contrario, los potenciales
prestatarios abandonaban los contratos o exigían el pago de una prima de
riesgo. g.
Estabilidad financiera sobre todo el comportamiento de la tasa de interés
para poder planear y ejecutar proyectos de modernización del país: caminos,
ferrocarriles y puertos, infraestructura urbana, etc. -
En términos políticos: a.
Disminuye el riesgo moral de los bancos privados convertidos en instrumentos
de persecución política y de cobro de empréstitos forzosos durante los
continuos conflictos armados, incluso en contra de la racionalidad económica
de los bancos y de los mismos deudores. b.
Se acusaba a los banqueros de haber concentrado el crédito en el facilitamiento de la comercialización y mercadeo de
bienes importados, lo que disminuyó notablemente el crédito para la agricultura
y otros sectores económicos. |
Los
Prestamistas e importadores, en cuyas manos se había concentrado los ingresos
-con la libertad de emisión- sentían que el Banco Nacional amenazaba su poder
en las regiones. -
Aun cuando el crédito del banco y el Estado sean uno solo, es inconveniente
que en algunas ocasiones el Estado tenga que solventar al banco y, en otras,
será el crédito del banco el que viene en ayuda del Estado, esta flexibilidad
menoscaba del interés social. -
Los billetes del banco podrían ponerse al servicio del interés del partido
político que se encuentra en el poder de turno. -
Como corolario indispensable aparecerá la moneda de curso forzoso, el
Gobierno debilitará el respeto a este establecimiento y hará un buen
botín de su capital. -
Su moneda es moneda falsa (deuda) y es preferible que utilice el instrumento
de empréstitos forzosos sobre el papel moneda porque tiene la ventaja de que
en él se aprecia la cantidad que se exige a un grupo particular. La
desventaja del papel moneda del Gobierno consiste en que se extiende a todas
las clases sociales y termina afectando más a los menos favorecidos. -
Limita la libre concurrencia y con esto la disciplina de las agencias
monetarias y financieras en cuanto al tipo de dinero que emiten y transan,
discriminando entre billetes seguros y no seguros. La banca
libre aumenta el esfuerzo por conseguir la constancia en su negocio mejor que
cualquier monopolista que no corre ningún riesgo. Ningún banco de emisión se
atrevería a una expansión indebida del crédito o a practicar competencia
desleal por el escrutinio de la prensa y del mercado monetario. -
El Banco ayudaría al Gobierno a protegerse de las medidas que éste mismo toma
en términos monetarios, dándole un puesto de privilegio en el mercado. -
La tarea del Estado no es la de emitir moneda, sino la de certificar peso y
calidad de los materiales que se utilizaban universalmente como dinero. Es
decir, debe defender el patrón monetario, en este caso el patrón oro, para
poder estandarizar el valor de la moneda y su representación en los mercados
internacionales. -
Lo único que se interpone entre la creación de dinero fiduciario del Banco
Nacional y la inflación sin límites, es la presión política de los que saben
y temen sus consecuencias. |
Fuente: DIARIO OFICIAL 1880-1885;
El avance de la
banca privada, diez años después de la formalización del patrón oro (1871),
había resultado en una seria de conflictos y desórdenes, desde la opinión del Estado,
los bancos estaban obligados a convertir y respaldar los billetes con piezas de
oro, aunque no en todos lados se pudo realizar así, en muchas ocasiones, los
bancos no contaban con el respaldo, es decir, sobre emitieron. Diversas
críticas se dieron para la época con respecto al papel de los bancos en las
guerras civiles, con el favorecimiento de bancos y familias de manera
particular y con la nula regulación a la existencia de billetes de muchos
bancos privados que, a su vez, estaban respaldados con diferentes monedas de oro, plata, cobre y níquel, de varias
denominaciones y con requisitos de acuñación que volvían más complejo el
sistema de pagos.
En 1880 se sancionó una ley que otorgó al ejecutivo la facultad para
crear un banco oficial:
Por medio de
la Ley 39 de 1880 el Congreso facultó al Gobierno para establecer, en asocio
con capital privado un Banco Nacional al cual se le asignara el derecho
exclusivo de emitir billetes pagaderos al portador; sin embargo, éste derecho
exclusivo tenía varias excepciones, pues no solo se respetaba la facultad de
emisión a los bancos que ya la tuviesen, sino que se advertía que podría
otorgarse de nuevo el poder de emisión a otros bancos, con la condición de que
unos y otros recibiesen en sus oficinas, como dinero sonante, los billetes del
Banco Nacional.
El negocio bancario dependió de la estabilidad, crecimiento del
comercio, del orden público y de las prebendas entregadas a ciertas elites,
esto fue otro factor determinante durante el periodo de la banca libre. La
actividad bancaria enfrentó entonces el problema monetario, la liquidez, las
precarias condiciones económicas y de manufactura que imperaban en el país y la
imposibilidad de los bancos de alcanzar un desarrollo más allá de la esfera
regional.
De igual forma, la relación de moneda, sea de plata y oro, el billete de
banco privado y el billete del banco nacional, no fue igual durante el periodo
del Banco Nacional, esta relación estuvo marcada por diferentes situaciones y
coyunturas, además cada región, cada Estado Soberano, cada relación entre Estados
Soberanos, entre Estados Soberanos y el Estado de la Unión o Estado Central,
manifestaron particularidades en el manejo del patrón monetario. Si bien el
sistema de banca libre permitió el desarrollo de entidades bancarias y la
estimulación de redes comerciales, la dificultad radicó en el orden y la
capacidad de acceder a los préstamos necesarios para el respaldo de diversas
necesidades, la banca libre terminó operando de manera casi qué regional, pues
dependía y respondía a las particularidades de cada región.
LA CENTRALIZACIÓN BANCARIA EN COLOMBIA, EL NACIMIENTO DEL
BANCO DE LA REPÚBLICA.
Con el ascenso
de la Regeneración en 1886 y su avance sobre el país, este paso del Federalismo
al Centralismo presidencialista, de corte católico y autoritario, de manera
directa, afectó los diversos intereses de los banqueros, comerciantes y
productores que utilizaban los beneficios de la banca libre. Con la llegada del
gobierno regenerador los banqueros se vieron forzados a las leyes impuestas
desde la centralización, la imposición de políticas monetarias y de políticas
crediticias.
Si bien es cierto que el
país presentó una serie de situaciones difíciles a nivel político y social
durante el siglo XIX, es necesario establecer cómo se realizó el paso a la
banca central
Quizá ningún otro período de nuestra historia económica registre un
despliegue tan opulento de inteligencia como el que exhibieron los hombres de
la Regeneración presididos por Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro para explicar
a sus contemporáneos y para aclimatar en el país conceptos que, aunque hoy nos
parecen elementales y obvios, en su momento representaron una verdadera
revolución en la teoría monetaria.
La base del
discurso de la Regeneración se fundamentó en el descontento que se había vivido
con las instituciones creadas desde la Constitución de 1863, las cuales para
ellos, los seguidores de la regeneración, no podían ofrecer un mínimo de garantías
suficientes para el buen funcionamiento y el desarrollo del país.
Por su parte, Rafael
Núñez como presidente estableció el Banco Nacional bajo la propuesta que este
banco funcionaría para resolver los problemas de crédito y préstamo del
Gobierno. Como ya se ha explicado, este banco se ideó de una base de capital
mixto inicialmente, pero lastimosamente término con capital público únicamente.
La ley, en este sentido, obligaba a dos cosas de manera inicial: 1. los bancos
privados tendrían que recibir los billetes del Banco Nacional y 2. El 20% del
capital el Banco Nacional se vendería al público, aunque esta última no se terminó
de realizar debido a la desconfianza en el proceso de ser banco y prestamista
del Estado al mismo tiempo, los privados no compraron acciones del banco. Como
no se presentó un apoyo de parte del sector privado, el Banco Nacional terminó
siendo solo de carácter público.
El 50 % del capital inicial provino del uso parcial de un cupo de crédito
obtenido para tal fin con Morton, Blin
y Cia., de Nueva York; el monto total del empréstito
era de $2.500.000, garantizados con los derechos de Colombia en la Compañía del
Ferrocarril de Panamá, del cual se tomó un millón para financiar el Banco
Nacional. El millón restante se pagó, casi por partes iguales, con fondos del
gobierno y la entrega de pagarés de tesorería.
La idea originaria del
Banco Nacional le dio la autonomía sobre la emisión de los billetes respaldados
en oro, esto le permitió competir en condiciones similares a las de los demás
bancos privados de la época
Hasta ese
momento el sistema logró sostenerse a pesar de las dificultades propias de su
puesta en marcha, entonces el naciente sistema bancario funcionó paralelo a los
créditos que la iglesia otorgaba, los conflictos surgieron con la aparición del
Banco Nacional en 1880, el cual fue encargado de la emisión de los billetes,
situación que no fue bien recibida en los bancos privados los cuales, según la
legislación, debían recibir y aceptar esos nuevos billetes de este banco. El
grave error del Banco Nacional fue la sobre emisión, lo cual género que en 1886
se obligara a todos los bancos a no cambiar los billetes al patrón oro, pues
las reservas de oro no eran suficientes y, como punta de daga para los bancos
en este mismo año, se les retiró el permiso de emisión de sus propios billetes.
El sistema centralizado había terminado con la banca libre y ante las medidas
impuestas, por el mismo gobierno central, estaba naufragado.
La política monetaria buscó
entonces aumentar los ingresos y rentas del Estado mediante el reemplazo de
algunos impuestos departamentales, como el impuesto por degüello, que pasaría
de ser departamental a nacional; de igual manera se creó el impuesto a las
exportaciones, donde el primer producto gravado fue el café, debido a su auge
en las exportaciones de 1885, si bien se debe aclarar que este impuesto solo
funcionó hasta 1900, pues la caída de los precios obligó a su terminación, otra
de estas medidas que se tuvieron que tomar, fueron las de la liberación de la
producción y fabricación de fósforos, el cual había sido monopolizado por el
Gobierno desde casi que el fin del periodo Colonial.
De esta manera se tuvo
que hacer frente a los fracasos anteriores y a los propios, además el gasto de
la administración de justicia en el país se elevó con la centralización, y esto
hizo que la idea del aumento de las rentas nacionales, por medio de la
centralización, no fuera efectivo, las obras públicas y algunas privadas,
necesarias, fueron asumidas de igual manera por el Estado; sin mencionar el
enorme gasto de las guerras civiles posteriores, donde la emisión de billetes
se convirtió en un dolor de cabeza para todos los sectores de la sociedad, la sobre
emisión y falta de reservas para la conversión de los billetes en oro,
conllevaron a la búsqueda de acuerdo con antiguas entidades que habían
trabajado en los créditos como fue el caso de la iglesia católica.
Es así como los liberales comenzaron a pensar en mejorar la capacidad del
Gobierno para mantener la paz, dado que era evidente el clima de intranquilidad
que se percibía en el momento, y muchos coincidían en que se debía empezar por
el logro de un acuerdo con la Iglesia.
El capital de
funcionamiento del Banco Nacional se dedicó, casi que de manera directa, al
funcionamiento del Gobierno, para el año de 1884 un millón de pesos ($ 1.000.000)
era la deuda del Gobierno con el Banco; de igual manera la guerra civil de 1885
terminó de colapsar la economía del país, ante esta situación la respuesta
institucional fue aumentar la emisión de billetes en dos millones, ($ 2.000.000)
y no obligar a los bancos a realizar cambio de billetes en metálico.
Asimismo, se determinó que los agentes particulares podrían pagar hasta en
un 70% y 50% las obligaciones que tenían con el Estado y con los bancos
respectivamente, con billetes del Banco Nacional, con el precedente de que los
bancos que no aceptaran tal medida quedarían inhabilitados para emitir sus
billetes. En las sedes de Bogotá y Barranquilla los resultados de sus
operaciones no fueron muy satisfactorios, puesto que fueron muy pocos los créditos
colocados y los ahorros captados, pues las tasas de interés que ofrecían no
eran muy atractivas; las operaciones del banco cada vez se fueron enfocando más
en las actividades del Gobierno, y el desembolso hacía 1880 llegó a ser casi del
70% del acumulado.
A pesar que el Banco
Nacional no era, en términos técnicos Banco Central, dado que no cumplía con
las funciones que a este tipo de entidades correspondían, su función específica
terminó siendo cubrir las necesidades y préstamos fiscales que el gobierno de
la época tenía. El dinero en billetes del Banco Nacional fue considerado como documentos
de deuda pública por ello, con la introducción en el país del curso forzoso del
papel dinero y la Ley 57 de 1887, la cual prohibía a los bancos privados emitir
sus billetes respaldados por metales
Si bien el gobierno buscó
realizar diversos controles sobre la emisión
monetaria, limitando la misma, los límites de estas políticas no fueron respetados
y, en algunos momentos, se sobre emitió, llevando al país a una inflación que,
en algunos casos superó el 100% mensual durante algunos periodos de tiempo. El
límite de emisión era de cinco millones ($5’000.000) y llegaron a seis millones
quinientos noventa y tres mil seiscientos noventa y cinco pesos ($6’593.695) en
1886; aunque en 1887, el Decreto 124 estableció el “dogma de los doce
millones”, cuyas emisiones se mantuvieron por debajo de esta cifra hasta 1889 después
de esta fecha el gobierno quebrantó la norma sistemáticamente.
En este sentido, los
problemas se hicieron evidentes y el fracaso era más que inminente: sobre
emisiones legales, y algunas ilegales, las cuales generaron que fuera
insostenible el papel moneda, además el curso forzoso había fracasado
rotundamente, por ello el Banco Nacional cerró en 1894
porque no tenía autocontroles creíbles, no
era un apoyo de un sistema bancario privado, sino, por el contrario, una fuerte
competencia para el mismo y justamente abusó de su compromiso de no emitir por
encima de los $12’000.000, que era el presupuesto de la nación en esa época.
Sin embargo, el banco continuó
su funcionamiento hasta 1896, el proceso de liquidación del mismo se vio
suspendido debido a la guerra civil de 1895; las funciones del Banco Nacional serían
asumidas por una de las dependencias del Ministerio del Tesoro Nacional, La
Sección Liquidadora, esto evidenció las dificultades que se tenían con el
manejo de la política monetaria y el manejo de parte del Estado a sus políticas
públicas, y esto mostró que el Banco Nacional siguió emitiendo billetes hasta 1898
aun sin existir legalmente.
Con la llegada de la
guerra de los mil días los problemas no se hicieron esperar, ante las
dificultades propias de la guerra, pues por la inflación que se presentó, el
Gobierno buscó la forma de impulsar la estabilidad económica, este
planteamiento se realizó a través de la Ley 33 de 1903, la cual planteaba una
nueva reforma al sistema monetario; el peso oro se convertiría en el patrón de
moneda que se establecería, [y] junto a esta reforma se crearía la Junta de
Amortización.
Para el año de 1905 se
creó, bajo la presidencia de Rafael Reyes, el Banco Central, este tendría a su
cargo la emisión, giro y depósito; funciones que ya habían sido ejercidas por
el Banco Nacional. Su fundación se dio con capital de origen mixto, además se
le otorgó privilegio de emisión y de administrador de las rentas nacionales, debía
igualmente manejar las cuentas de crédito de la tesorería nacional y dar manejo
a la amortización del papel moneda, aunque esta última función jamás se realizó.
El Banco Central tuvo, en síntesis, una corta duración; para 1909 se le suspendió
el privilegio de emisión y de allí, hasta su liquidación y venta al Banco de Bogotá
en 1928, funcionó como banco privado:
[…] se llevó a cabo en 1909 una nueva reforma monetaria que creó la Junta
de Conversión, entidad que tenía como funciones principales la organización del
sistema monetario y la continuación del proceso de amortización iniciado por el
Banco Central con los mismos recursos antes administrados por este.
Después de resumir los
acontecimientos que llevaron al fracaso del Banco Nacional y del Banco Central,
se puede considerar, al respecto, que dados los fracasos se hizo evidente que
se debía crear una entidad la cual debía encargarse de evitar los problemas de
emisión y que no tuviera dependencia del Gobierno, pero que sirviera para
cumplir con sus objetivos, de igual manera, los problemas inflacionarios,
sumados a las dificultades en la recolección de los impuestos sin una entidad
que los regulara, implicaban otros problemas necesarios de atender. Este fue el
contexto para la necesidad, pensar en la creación de una entidad financiera que
se encargara de regular la economía y el sistema bancario, superando las
experiencias pasadas.
Para 1922, a nivel
internacional, se consideraba conveniente volver al patrón oro”
En Colombia, la Ley 30
de 1922, generó la contratación de una comisión internacional, norteamericana, la
cual buscaba encontrar una solución a los asuntos económicos que aquejaban al
país. La presidencia de Pedro Nel Ospina trajo al
país a Edwin Walter Kemmerer, el cual conformaría una
comisión que asesoraría al país al igual que asesoraría a otros gobiernos, esta
comisión económica, que sería conocida como la Misión Kemmerer,
propuso al gobierno la creación de un Banco Central, conocido en el ámbito
nacional Banco de lacamian BANCO DE LA REPÚBLICA, el
cual asumiría la regulación y mantendría el patrón oro, como sistema de cambio,
favoreciendo el intercambio internacional, especialmente con el gobierno
norteamericano.
La misión Kemmerer estableció contacto con las cámaras
de comercio locales, con las sociedades de agricultores y con las asociaciones
de oficios que existían en el país, la idea era la realización de un estudio
claro de las condiciones económicas que se tenían, además propuso revisar las
situaciones de provecho y de las dificultades de toda índole que se presentaran
y, finalmente, la misión condujo al establecimiento de un soporte legal para la
creación de una banca central y un Banco Central.
En la Ley 25 de 1923, seguía
las indicaciones dadas por Kemmerer y sus asesores,
se daba vía libre para que el Gobierno fundara el Banco de la República, el
cual sería el encargado de la emisión, giro, depósito y descuento de las
actividades bancarias, a diferencia del periodo bancario anterior el Banco de
la República, el cual poseería la exclusividad de emisión de billetes porque ningún
banco privado podría emitir:
El Banco sería el prestamista de última instancia, y su instrumento de
control monetario sería la tasa de redescuento. Si eventualmente esta última
fuera insuficiente para restablecer la estabilidad monetaria, el Banco podría
apoyarse en operaciones de mercado abierto para ‘hacer efectiva la tasa de
redescuento.
Las características que
tenía el Banco de la República en su fundación pueden resumirse así:
1.
Sería un sociedad de tipo anónima, con capital de diez
millones ($10.000.000) la mitad de este capital sería aportado por el Estado y
la otra mitad por bancos de orden privado, ya fueran nacionales o extranjeros.
2.
La ley dispuso que la junta estaría conformada por tres
representantes del Gobierno, cuatro de los bancos nacionales, dos de los bancos
extranjeros y uno por los accionistas particulares.
3.
Los Artículos 16 y 19 establecieron el derecho exclusivo de
emitir billetes por 20 años, condiciones que surgieron de las características y
funciones con las que se fundaría el nuevo banco central: En primer lugar, el
banco sería de ahí en adelante el encargado de las reservas internacionales de
la nación, motivo principal por el cual el banco tendría el derecho de emisión;
en segundo lugar, el Banco de la República fue creado como un banco de bancos,
otro motivo para tener el derecho de emisión, es decir, para el descuento y
redescuento de documentos comerciales; por último, el banco fue creado para ser
banquero del Estado, es decir, fue una institución creada para recibir los
depósito del Gobierno y así mismo realizar créditos al mismo.
4.
Las demás disposiciones de la ley que fundó el Banco hacen
referencia a aspectos de las funciones del mismo los pueden considerarse casi
rutinarios. […] como lo eran todos los relativos a la regulación de los
créditos determinados por los artículos 11 al 15, en que se estipulaban la
clase de préstamos, descuentos e inversiones que el banco estaba capacitado
para efectuar; la reglamentación de las relaciones entre el banco y el Gobierno
y la forma como habría de procederse para retirar de la circulación los distintos
papeles oficiales quien hasta ese momentos servían de moneda (artículos 21 y
24); lo relativo a las utilidades del banco y su repartición (artículos 25 a
27); la ligación de someterse a la vigilancia de la Superintendencia Bancaria,
entidad que también había sido producto de las recomendaciones de la misión Kemmerer (artículo 28).
Entre 1923 y 1931, el encaje
bancario de los billetes, es decir, el porcentaje de oro que el banco debía
tener en reserva era del 60% de cada peso emitido; en otras palabras, por cada
$100 en moneda u oro que tuviera en reserva, solo se podía llegar a emitir
hasta $166,66. De igual forma el Banco de la República tenía limitado su
capacidad de emisión, de tal manera que su capacidad de préstamo al Estado y a
otros bancos era limitada. Es así que el Banco de la República se constituyó en
la entidad de centralización bancaria del país junto con la Superintendencia
Bancaria. De esta manera la Banca Libre es absorbida por el Estado, lo cual
lleva al cierre de muchas de estas entidades.
CONCLUSIONES
El desarrollo del
sistema bancario en Colombia pasó por diferentes etapas y dificultades en sus
inicios y desde la independencia hasta 1870 no existió un soporte legal que
permitiera el establecimiento de entidades bancarias en el país. Ante esta
situación, los gobiernos de corte liberal, desde 1863, incentivaron la idea de
la banca privada como forma de incentivar el crecimiento económico y el
desarrollo en general del país, de igual forma esta idea respaldaba su ideario
político.
La idea de un sistema
financiero, soportado en la banca libre, permitió el establecimiento de bancos
y casas comerciales que podían emitir sus propios billetes, las cuales tenían
funciones de crédito, giro y descuento principalmente, además el sistema
federal administrativo otorgaba y favorecía este tipo de instrumentos, sin
embargo, los conflictos políticos, sociales y económicos del país dificultaban
el funcionamiento del sistema y las elites regionales y locales fueron de las
pocas favorecidas, ya que estas si podían expandir sus dominios mediante el
fortalecimiento de bancas locales, aun así, esto no era un aliciente a nivel
nacional. El cambio en esta política se logró con la llegada del gobierno
Regenerador, el cual propondrá la creación de un Banco Nacional en 1880, que tuvo
la dificultad de realizar un cambio con respecto a la emisión de billetes, pero
fue liquidado en 1894, debido a la sobre emisión de billetes y, posteriormente,
el Banco Central de Colombia en 1905, y aunque este debía subsanar las
dificultades de emisión y no caer en las mismas dificultades, la historia se
repitió, pero este banco se liquidó en 1909.
Ante las dificultades
por organizar el sistema bancario en Colombia se hizo necesario establecer, con
mayor severidad, los controles a los Bancos Privados; ya para 1922, junto con
la Misión Kemmerer, se planteó la necesidad de
centralizar el sistema bancario del país, dando origen al Banco de la República,
con funciones de Banco Central y regulando los bancos privados por medio de la
Superintendencia Bancaria. Este cambio en el país permitió no solo la centralización
y reorganización de la banca en términos de crédito y actividades de comercio
en el extranjero, sino la regulación de diversas entidades bancarias que, a
nivel regional, no tenían supervisión.
Si bien este es solo un
esbozo general de los cambios que se dieron en el sistema bancario entre 1870 y
1923, se hizo necesario profundizar en los estudios regionales de los bancos y
de la legislación que cada Estado, en su momento, generó y de cómo luego de la
centralización administrativa del país, se buscó realizar una centralización
bancaria y financiera que fracasó en dos ocasiones y que solamente se pudo
iniciar a mediados de 1923.
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[1]. Esta idea esta
inspirada en la situación económica de la muy industrializada ciudad de
Mánchester, surge como una doctrina económica liberal que promueve un libre
cambio sin condiciones y una libertad económica ilimitada.
[2] Constitución de 1863 Sección III, artículo 17, parágrafo 12 y parágrafo 13.