Artículos
El subsidio como arma represiva del
Estado mexicano. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgodurante la
rectoría de Alberto Bremauntz (1963-1966)[1]
The
subsidy as a repressive weapon of the mexican State. The MichoacánUniversity of San Nicolás de Hidalgo during
the rectory of Alberto Bremauntz (1963-1966)
O subsidio como arma
repressiva do Estado mexicano. A Universidade Michoacana de San Nicolás de Hidalgo durante a retoria de Alberto Bremauntz
(1963-1966)
https://orcid.org/0000-0001-6453-0455
*Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México
RESUMEN
Objetivo:
El artículo se enfoca en establecer las razones que movieron al Estado mexicano
a someter a la Universidad Michoacana a un ambiente de hostilidad y a un
régimen represivo centrado esencialmente en el congelamiento del subsidio
asignado para su funcionamiento; a mostrar cómo repercutió en la marcha de la
casa de estudios esta política represiva; y a analizar la respuesta de la
comunidad universitaria nicolaita ante esta embestida. A través de un método
analítico y comparativo, contrastamos el subsidio otorgado a la universidad y
en general la política educativa aplicada a la institución por el gobernador
Agustín Arriaga Rivera, con respecto a la practicada por su antecesor,
licenciado David Franco Rodríguez, para lo cual mediante la estrategia
recurrimos a la consulta de fuentes documentales, bibliográficas,
hemerográficas y orales. Este trabajo contribuye desde su originalidad
al conocimiento de las conflictivas relaciones entre lasuniversidades autónomas
y el Estado autoritario mexicano. Como conclusión el resultado de esta
investigación muestra que la permanente y sistemática política de hostigamiento
se debió a la oposición de los nicolaitas ante la imposición del modelo
educativo empresarial de origen estadounidense, en sustitución del modelo de
universidad popular y nacionalista que habían heredado y adoptado desde los
tiempos del régimen cardenista.
Palabras
clave: Subsidio;
represión; Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; modelo educativo
popular y nacionalista; gestión universitaria.
ABSTRACT
The article focuses on
establishing the reasons that moved the Mexican State personified in the figure
of the Governor of Michoacán Agustín Arriaga Rivera to subdue the Michoacán
University of San Nicolás de Hidalgo to an environment of hostility and a
repressive regime that used various instruments and coercive resources but
essentially focused on freezing the subsidy assigned for its operation; to show
how this repressive policy affected the march of the institution; and to
analyze the response of the Nicolaita university community to this onslaught.
With data obtained from the consultation of documentary, bibliographic,
newspaper and oral sources, we contrast the budget support that the Governor
Lic. David Franco Rodríguez (1956-1962) granted to the institution and the
economic limitations and harassment and repression that he began to suffer with
the arrival of Arriaga Rivera to the governorship of the entity (1962-1968).
The result of this investigation shows that the permanent and systematic policy
of harassment that this ruler exercised over the university, was due to the
opposition of the nicolaitans students to the imposition by the State of the
corporate educational model of American origin. The fierce resistance that they
presented is explained by the fact that they conceived their house of studies
as heir to the Cardenista project of popular and nationalist orientation so
they prepared to defend it.
Key words: subsidy, repression, Michoacan University of San Nicolás de
Hidalgo, popular and nationalist educational model, university management.
RESUMO
O artigo se centra em estabelecer os motivos que levaram o Estado
mexicano personificado na figura do governador de Michoacán Agustín Arriaga
Rivera a sujeitar a Universidade Michoacán de San Nicolás de Hidalgo a um
ambiente de hostilidade e a um regime repressivo que utilizou vários
instrumentos e recursos coercitivos, mas essencialmente focado no congelamento
do subsídio atribuído à sua operação; mostrar como essa política repressiva
afetou a marcha da instituição; e analisar a resposta da comunidade
universitária Nicolaita a esse ataque. Com os dados obtidos a partir da
consulta de fontes documentais, bibliográficas, de jornais e orais,
contrastamos o apoio orçamentário que o Governador Licenciado David Franco
Rodríguez (1956-1962) concedeu à instituição e as limitações econômicas,
assédio e repressão que ele começou a sofrer com a chegada de Arriaga Rivera ao
governo da entidade (1962-1968). O resultado desta pesquisa mostra que a
política permanente e sistemática de assédio que esse governante exercia sobre
a universidade se devia à oposição dos estudantes nicolaítas à imposição pelo
Estado do modelo educacional empresarial de origem americana. A feroz
resistência que eles apresentaram é explicada pelo fato de terem concebido sua
casa de estudos como herdeira do projeto cardenista de orientação popular e
nacionalista, dali que se prepararam para defendê-la.
Palavras-chave: subsídio, repressão, Universidade Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
modelo educacional popular e nacionalista, gestão universitária.
Recepción:
20/09/2019
Evaluación:29/03/2020
Aceptación:
01/04/2020
INTRODUCCIÓN
El tema aquí tratado reviste particular
importancia no solamente para la Universidad Michoacana sino para todas las
Instituciones de Educación Superior de carácter público en México, puesto que
desde su fundación en 1917 cuando se constituyó como universidad -si bien sus
orígenes se encuentran en el siglo XVI bajo el nombre de Colegio de San
Nicolás-y hasta la fecha, en lo fundamental requieren para su funcionamiento de
la asignación de un subsidio proveniente del Estado, esto por más que han
tratado de diversificar las fuentes de financiación y de incrementar sus ingresos
propios. En ese sentido, el Estado ha utilizado el hecho de tener estipulado un
presupuesto regular en ciertos momentos coyunturales como un instrumento de
coerción y chantaje. Ahora mismo, por ejemplo, la universidad nicolaita, ha
sido objeto no solamente del congelamiento sino de un recorte de su presupuesto
por haberse negado a modificar su sistema de jubilaciones y pensiones[3].
1. Antecedentes
Para el año de 1962, a raíz de la
llegada al gobierno del Estado de Agustín Arriaga Rivera, las relaciones entre
la Universidad Michoacana y el poder público comenzaron a friccionarse. De esta
manera cuando la institución se encontraba en una etapa de pleno ascenso
académico bajo la rectoría del Dr. Elí de Gortari, un grupo de profesores que
se integraron en la autodenominada "fraternidad antidegortarista",
provocaron un conflicto interno que vino a interrumpir el proyecto de una
universidad moderna pero de corte popular y nacionalista. Este enfrentamiento
como expresión de las diferencias suscitadas por el modelo de universidad a
seguir, dio la oportunidad al ejecutivo estatal para tratar de imponerle a la
máxima casa de estudios de Michoacán los principios modernizantes del Estado
mexicano, provenientes del periodo presidencial de Ávila Camacho (1940-1946),
expidiendo una nueva Ley Orgánica el 14 de marzo de 1963, abrogando la hasta
entonces vigente desde 1961, misma que fue considerada en su momento como la
más avanzada con que había contado la institución. Para protestar contra esta
acción autoritaria, los universitarios nicolaitas salieron a las calles, donde
recibieron la respuesta represiva violenta del Estado, que ocasionó la muerte
de Manuel Oropeza García y heridas a seis estudiantes más.
2.
La llegada de Alberto Bremauntz a la rectoría
Después de la represión gubernamental
que a sangre y fuego ahogó la protesta estudiantil contra la derogación de la
Ley Orgánica de 1961, se desató una feroz persecución y encarcelamiento contra
los líderes, tanto estudiantiles como magisteriales. Los distinguidos maestros
que habían llegado a la universidad, invitados por la administración de De
Gortari, y que fueron aprehendidos por defender su causa, obtuvieron su
libertad a condición de abandonar el Estado[4].
De la misma manera, tanto como recurso
para 'apaciguar' los aislados focos de resistencia que todavía quedaban, como
para justificar la imputación de la malversación de los fondos universitarios
hecha a De Gortari, el gobierno estatal suspendió "las remesas de dinero a
la Universidad, dándose el caso nunca visto de que durara hasta dos meses sin
pagar a maestros y empleados, ni las becas a los estudiantes"[5].
Con el sector más combativo descabezado
y desmovilizado por la fuerza de la represión, el gobernador quedó con la 'vía
libre' para imponer a los miembros de la recién creada Junta de Gobierno y al
propio rector.
La Junta de "Notables", quedó
integrada así: Dr. Enrique Arreguín Vélez, Dr. Carlos García de León, Prof.
Raúl Arreola Cortés, Lic. Antonio Martínez Baéz, Lic. Gabino Fraga y Lic. Pablo
G. Macías,
personalidades, todas ellas, de honesta
y limpia trayectoria, que en otras circunstancias hubieran llenado de
satisfacción a todos, su arribo a los órganos de gobierno de nuestra
Universidad, pero en esas condiciones no, incluso se les cuestionó, el haberse
prestado a colaborar con un gobierno que se había manchado de sangre nicolaita,
y ellos respondieron que lo hicieron para evitar que la institución cayera en
manos reaccionarias, hecho que a la distancia de 31 años hay que reconocer que
estuvo correcto[6].
Inmediatamente después, la Junta, a
propuesta del gobernador, designó como rector provisional al Lic. Alberto
Bremaunte, profesionista de amplia trayectoria pero que tampoco fue bien
recibido por el origen mismo de su nombramiento[7].
Al designar a estos distinguidos personajes, Arriaga Rivera pretendió que su
régimen no fuese señalado abiertamente de retrógrado, pero una vez
reestablecidas las actividades en la universidad y reestructurados sus órganos
de gobierno, para poder controlarla buscó infiltrar a sus incondicionales en la
dirección. Prueba de ello fue el incidente que se suscitó cuando el propio
gobernador le pidió al rector, separar del cargo de secretario general al Lic.
Alfredo Gálvez Bravo y este no accedió, por lo que lo presionó incluso a través
del secretario de Educación Pública, Lic. Jaime Torres Bodet, a lo cual
continuó negándose; pero como Gálvez Bravo se enteró del asunto, consciente de
las dificultades que su permanencia podía acarrear a la institución, con la
desavenencia, tanto del gobierno estatal como federal, decidió renunciar[8].
En su lugar, por "petición" del secretario general de Gobierno,
nombró al Lic. Jesús Arreola Belmán, quien se dedicó, aparte de las funciones
inherentes a su puesto, a reportar al gobierno del Estado las actividades de
los universitarios, especialmente las del rector Bremauntz, por lo que al
enterarse, lo separó del cargo, sustituyéndolo por el Lic. Eugenio Aguilar
Cortés[9].
Algo semejante ocurrió con el Lic.
Jesús Bravo Baquero, regente del Colegio de San Nicolás, despedido por los
mismos motivos[10].
El Lic. Bravo Baquero conformó entonces, la Sociedad de Profesores
Universitarios "Melchor Ocampo", que editó varios folletos desde
donde se atacaban por igual el trabajo y las ideas del rector, consignadas en
sus libros, contando con la ayuda del gobierno estatal para su impresión[11].
En estas condiciones, cuando la Junta
de Gobierno promovió la auscultación para nombrar rector definitivo, el
gobernador le "sugirió" la designación como tal, de Arreola Belmán,
pero como la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán (FEUM),
conjuntamente con un grupo de profesores y personal administrativo, en escrito
del 16 de mayo de 1963, manifestó su apoyo a Bremauntz, el mencionado órgano de
gobierno, decidió nombrarlo rector definitivo, el 3 de agosto de 1963,
contrariando la voluntad de Arriaga Rivera[12].
3.
La recuperación de los organismos estudiantiles de manos del porrismo[13]
Paralelamente, el gobierno del Estado,
aprovechando la dispersión en que se encontraba el alumnado, intentó apoderarse
de las direcciones de las organizaciones estudiantiles, primordialmente de la
FEUM, por ser el organismo que las aglutinaba, con el objeto de tomar el
control e impedir así, toda oposición a su política antiuniversitaria y
antipopular.
Inicialmente logró dicho objetivo por
medio de la corrupción y la cooptación de dirigentes como Jesús Plancarte,
quien presidió la FEUM en 1964, y luego a través de un fraude electoral,
imponiendo a Álvaro Miranda en 1965, quien se mostró como candidato independiente
cuando en realidad era miembro de las
juventudes del Partido Revolucionario
Institucional (PRI). Por esto, la mayor parte del estudiantado lo repudió y le
criticó duramente el hecho de estar "ostentando una representación nacida
de la triquiñuela y la artimaña"[14].
A la conclusión del periodo de Miranda,
al frente de la FEUM, hubo un nuevo intento de imposición, pretendiendo que el
nombramiento de presidente, recayera en Jesús Avellaneda Borja. Recuerda el
entonces presidente del Consejo Estudiantil Nicolaita (CEN), Cuauhtémoc Olmedo
Ortiz, que en las elecciones, cuando simpatizantes del candidato gobiernista se
dieron cuenta de que iban perdiendo, se apoderaron de las urnas y se
autoproclamaron triunfadores. Pero ya para esos momentos, el estudiantado
nicolaita que estaba en vías de recuperar sus organizaciones, exigió un
referéndum, el cual fue aplicado por el CEN, resultando que, como el grupo
priísta no se presentó al mismo, Raúl Galván Leonardo fue reconocido como su
legítimo dirigente[15].
A pesar de ello, Avellaneda Borja
continuó pavoneándose como presidente de la FEUM, sin contar con el consenso de
los estudiantes universitarios, creándose con ello, una organización paralela a
la legalmente constituida. El objetivo era mantener dividido al estudiantado,
lo que no les resultó, puesto que sin el apoyo de las bases, Avellaneda Borja
terminó por opacarse, a pesar de que el gobierno del Estado y el Comité
Directivo Estatal del PRI lo apoyaron para organizar ateneos, círculos
literarios, asociaciones culturales y equipos deportivos.[16]
Con todo, la recuperación del
movimiento estudiantil democrático, iba en pleno ascenso; en ello tuvo mucho
que ver, sin duda, la celebración en mayo de 1963, de la Primera Conferencia
Nacional de Estudiantes Democráticos, ya que con la participación y el fogueo
de sus líderes en las reuniones previas a la fundación de la Central Nacional
de Estudiantes Democráticos (CNED), y ya conformada ésta, el movimiento
estudiantil local, recuperó terreno poco a poco hasta convertirse en uno de los
pilares más fuertes en el país de la nueva central estudiantil.
Una vez conformada la CNED, su
dirigencia desplegó una gran actividad nacional con el propósito de aglutinar a
los organismos estudiantiles de tendencias democráticas, para organizarlos en
defensa de la educación popular y nacionalista. Fueron convocadas con este
objeto, varias reuniones del comité directivo en Morelia, ciudad que se
convirtió, prácticamente en la sede de la central estudiantil. Por ello,
aseveramos que este fue uno de los principales factores que permitieron la
reorganización y reanimación del movimiento estudiantil michoacano, después de
la represión de la que había sido objeto en marzo de 1963.
Frente a la reorganización del
estudiantado y la consecuente reanimación del movimiento estudiantil nicolaita,
el gobierno del Estado puso en práctica, variadas formas de intervención en la
universidad para obstaculizar su reagrupación. El gobernador Arriaga Rivera,
por medio del Lic. Mario Ruiz Aburto, presidente del CDE del PRI, incrustó en
la universidad a un grupo de jóvenes pertenecientes a la sección juvenil de ese
partido, para que sirvieran como grupo de choque, y así, confundidos entre los
verdaderos estudiantes, realizaban misiones policíacas de espionaje, sabotaje y
represión de las actividades estudiantiles universitarias[17].
Es importante mencionar que, como una derivación de lo que ocurría a nivel
federal, bajo el régimen autoritario mexicano, la policía, tanto la Judicial
del Estado como la 'secreta', se encontraban fuera del control del procurador.
Las órdenes emanaban del sub procurador, del jefe de la Judicial, Héctor Ruiz
Aburto y del dirigente estatal del PRI, Mario Ruiz Aburto, personaje este
último, de toda la confianza del gobernador[18].
El 7 de mayo de 1963, este grupo de
choque, se introdujo con armas de fuego en el taller donde se imprimía El Nicolaita, órgano de difusión del CEN, y
después de golpear a sus redactores, los despojó de todos los ejemplares[19].
En contrapartida, elaboraban y repartían panfletos de organizaciones
estudiantiles "fantasmas"[20],
para tratar de confundir al estudiantado.
En varias ocasiones, durante los meses
de mayo y junio de ese año, el mismo grupo baleó durante las noches las
fachadas de las Casas del Estudiante. Además, por esas fechas, utilizando
métodos gansteriles, esa banda de pseudoestudiantes, robó y destruyó el busto y
el pedestal, aún sin terminar, del monumento que sería erigido en memoria de
Manuel Oropeza García, el joven nicolaita, caído en la jornada de marzo,
víctima de la represión gubernamental[21].
Esa campaña de hostigamiento e
intimidación perpetrada por el grupo de choque priísta, incrustado en la
universidad, se orientó especialmente contra los elementos destacados del
movimiento estudiantil democrático como Belizario Piña Martínez, estudiante de
la Escuela de Derecho y profesor del bachillerato, a quien le propinaron brutal
golpiza. De la misma forma, el 24 agosto de 1964, secuestraron en Morelia al
estudiante de origen bajacaliforniano, Rafael Aguilar Talamantes, dirigente de
la CNED, quien señala:
Me trasladaron hasta los límites de los
estados de Michoacán y de México, me fueron golpeando durante todo el camino;
ya en un paraje alejado de la carretera, me desnudaron y me hicieron cavar mi
propia tumba y una vez terminada, me pusieron una pistola en la cabeza y un
cuchillo en el cuello, y cuando ya esperaba que me mataran, un agente me gritó
amenazante: "hijo de tu chingada madre, no te queremos volver a ver en
Michoacán, porque ahora sí te mueres", y luego me abandonaron golpeado,
sin ropa y sin zapatos[22].
Ellos mismos, en abril de 1965,
golpearon al Lic. Arnaldo Córdoba, docente de la Escuela de Derecho, a causa,
seguramente de su manifiesta ideología socialista[23].
Ante esta serie de atentados, que ya constituían una abierta provocación, los
universitarios nicolaitas, no cayeron en la trampa de responder, porque
comprendieron que el objetivo del gobierno estatal era llevar a la universidad
a un clima de violencia y encerrarla en un "callejón sin salida",
para luego justificar su intervención, hasta con el ejército, con el argumento
de "recuperar la tranquilidad y el orden". En su lugar, por medio del
Consejo Universitario, exigieron una investigación de los hechos, para dar con
los culpables y detener la ola de agresiones que se había desatado, pero el
gobierno no procedió, anteponiendo el conveniente y demagógico discurso de que
era "respetuoso de la autonomía universitaria"[24].
Por todos los medios, el régimen
arriaguista buscó doblegar a la universidad, para que cumpliera sus designios,
y en esa medida, blandió la "espada de Damocles", congelándole el
subsidio. El presupuesto no fue aumentado por el gobierno del Estado y tampoco
por el federal, de acuerdo con los nuevos requerimientos, en virtud del
crecimiento que había experimentado con la creación de escuelas, facultades e
institutos y el consecuente incremento de la población estudiantil, durante el
rectorado de De Gortari.
A la institución le urgía el aumento
presupuesta! para mejorar y ampliar los servicios asistenciales en las Casas
del Estudiante, así como acrecentar el número y la percepción de las becas a
los alumnos de escasos recursos económicos, para incrementar las plazas de
profesores de carrera, para la contratación de más personal docente,
administrativo y de intendencia, para la construcción de la infraestructura
necesaria para albergar a las nuevas dependencias, para el montaje y
equipamiento de laboratorios que varias de estas requerían, y la renovación de
otros, para dar realidad a la fundación de los Institutos de Investigaciones
Químicas e Históricas, y para poner en marcha nuevos programas de licenciatura
ya proyectados como el de Letras Españolas, propuesto por el Consejo Técnico de
la Facultad de Altos Estudios "Melchor Ocampo"[25].
Igualmente para ampliar la cobertura del bachillerato en la ciudad, ya que la
demanda había crecido tanto que no cabían en el Colegio de San Nicolás, donde,
de acuerdo con el maestro Ramón Martínez Ocaranza, las secciones se componían
de más de setenta alumnos, lo que constituía un serio obstáculo pedagógico[26].
Pero, el tan necesitado aumento al subsidio universitario, de acuerdo con
dichos requerimientos, nunca llegó. Estaba claro que tanto el gobierno estatal
como el federal, no estaban dispuestos a apoyar a una institución defensora del
proyecto cardenista de educación popular y nacionalista, a la cual consideraban
como una institución "rojilla". En el fondo, el 'congelamiento' del
presupuesto, obedecía al hecho de que la Universidad Michoacana no se sometía
al proyecto modernizador de la educación superior, impulsado por la federación.
Los universitarios michoacanos se
oponían decididamente a la implementación de ese proyecto, porque tenía como
base la exclusión de los alumnos y profesores de la política académica y de la
gestión en general de la institución, al sustituir al Consejo Universitario
como máximo órgano de gobierno, por una Junta; en la supresión de los apoyos a
la educación popular como las becas y los albergues estudiantiles; y en el
destierro de la ideología socialista, con lo que se pretendía
"aristocratizar la enseñanza y ponerla al servicio de la clase
dominante"[27].
Con esta percepción, el estudiantado
nicolaita, cuestionaba a Arriaga Rivera, el haber declarado, a su arribo a la
gubernatura, que la "hora del trabajo había sonado para Michoacán", y
que la universidad no hubiese recibido desde entonces un aumento significativo
al subsidio, y que además, ni siquiera se "habían realizado en el Estado
obras trascendentes de beneficio social, solamente obras que eran meras
'pantallas' y 'fachadas' que querían ocultar la realidad"[28].
Como consecuencia del 'congelamiento'
del presupuesto, la marcha ascendente que la Universidad había iniciado bajo el
rectorado de De Gortari, se detuvo. Varios proyectos y programas de docencia,
investigación y difusión de la cultura, no se concretaron; además, algunas de
las conquistas obtenidas, como la afiliación al Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) de los docentes y empleados, se perdieron.
Desde la llegada de Arriaga Rivera al
gobierno del Estado, la situación general de la Universidad cambió
radicalmente, como ya ha quedado asentado, pero en lo relativo a la asignación
de los recursos presupuestales, dicho cambio fue drástico.
Entre septiembre de 1956 y septiembre
de 1962, periodo de gobierno del Lic. David Franco Rodríguez, la institución
había recibido, en forma de subsidio einversiones la suma de treinta millones
de pesos, y del gobierno federal 12 270 000 pesos (véase gráfico 1)[29].
Fuente: elaboración propia, con base en informes de
gobierno.
Gráfico
1. Universidad Michoacana, Subsidio 1956-1966
Al inicio del mencionado gobierno, el
presupuesto universitario ordinario era de 1 350 000 pesos, mientras que al
término del mismo ascendía a 8 906 166 pesos, lo que significó un 574 % de
incremento, para atender a una población de 4 748 alumnos (véase gráfico 2)[30].
Pero, a raíz del conflicto
universitario de febrero-marzo de 1963, el subsidio para la máxima casa de
estudios de Michoacán se estuvo entregando de manera irregular, al grado de que
hacia el mes de junio, a maestros y empleados no se les habían pagado sus
sueldos, y en la caja de la tesorería no había "dinero ni para un
sobre"[31].
De esta manera, en la sesión celebrada
el 30 de agosto de ese año por el Consejo Universitario Constituyente se aprobó
el presupuesto para el ejercicio del 1o de septiembre al 31 de
diciembre, destacando el hecho de que, mientras el total de sus ingresos por
concepto de subsidio era de 2 641 676 pesos, la de sus egresos ascendía a 3 571
237 pesos, por lo que cerraría el año con un déficit de 929 561 pesos[32].
Frente a la crítica situación, el
Consejo Universitario decidió reforzar sus gestiones ante los gobiernos estatal
y federal para obtener de ellos un subsidio complementario con el cual cubrir
el déficit sin tener que recurrir a "una nueva reducción de plazas y
sueldos"[33].
Con tal propósito, el rector Bremaunte,
acompañado de un grupo de maestros y alumnos, viajó a la ciudad de México
en los primeros días del mes de noviembre, para entrevistarse con varios
funcionarios del gobierno federal, sin obtener resultados satisfactorios[34].
La nula respuesta llevó al Consejo
Universitario a buscar otras soluciones, entre ellas: proponer al gobierno
estatal estudiar la posibilidad de crear un impuesto especial en la entidad,
destinado a obtener recursos para la universidad, así como la formación de un
Patronato Universitario integrado con personalidades representativas de la
iniciativa privada y ex alumnos para allegarse fondos por la vía de donativos[35].
En medio de estas condiciones
presupuestales adversas, la Universidad comenzaba el año de 1964, cuando se
conocieron las opiniones del secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Lic. Alfonso
Ortega Martínez, proponiendo como solución al problema: la supresión en la
universidad de la enseñanza secundaria y el cierre de la Facultad de Altos
Estudios "Melchor Ocampo", esta última porque a su juicio,
"Michoacán produce muchos filósofos"[36].
Ortega Martínez, actuaba en respaldo y
consonancia con la política del gobierno federal de aumentar el presupuesto
destinado a la enseñanza técnica en detrimento de la ofrecida en las
universidades públicas estatales, que, según su óptica solo formaban
profesionistas en el área de las humanidades y de las llamadas carreras
liberales. Con el presupuesto más alto de su historia, según rezaban las notas
periodísticas, la Secretaría de Educación Pública (SEP), en ese año:
Ampliará la educación técnica para la
juventud; ampliará los subsidios al Instituto Politécnico Nacional, a la
Universidad Autónoma y a las unidades técnicas de los diferentes estados. Se va
a crear un nuevo Instituto Politécnico Regional en Ciudad Juárez; se
completarán los laboratorios y talleres de los demás Institutos establecidos.
La población escolar que fue de 9, 814 alumnos en 1963, en este año alcanzará
12, 000. Habrá nuevos servicios educativos en 5 Institutos Tecnológicos; se aumentará
en 8, 000 alumnos inscritos en los planteles del I.P.N. cuya matrícula fue de
45, 995 en el año pasado (sic)[37].
El argumento consabido de esta
orientación presupuestaria era que:
[...] el actual régimen ha luchado y
sigue luchando, porque la juventud estudiosa asista a los Institutos Técnicos,
donde se capacita al alumno para las labores que hay que desarrollar en las
fábricas y laboratorios. El progreso de todos los países del mundo radica en
las escuelas técnicas que han capacitado a las más grandes naciones cuyos
adelantos están a la vista.
Rusia y Estados Unidos, las dos grandes
potencias que están a la cabeza del mundo, tienen su fuerza en la técnica que
han logrado en sus grandes adelantos que hemos presenciado (sic)[38].
La definición de esta política en lo
relativo al destino preferencia! que tendría el subsidio del gobierno de la
República en el sector educativo fue expuesta por el Ing. Alejandro Guillot,
director general de Enseñanzas Tecnológicas, Industriales y Comerciales de la
SEP al inaugurar en Morelia las labores de la Escuela Secundaria Técnica
Industrial número 60, anunciando también el acuerdo presidencial de construir
en esta ciudad el Instituto Tecnológico Regional[39],
con una erogación de veinte millones de pesos[40].
El ex gobernador Arriaga Rivera, en
tono jactancioso y triunfalista, se vanagloria en sus memorias de haber logrado sin
dificultad en aquel momento el apoyo del gobierno federal para la fundación del
Tecnológico en Morelia, sin la oposición de Universidad Michoacana e incluso
con la anuencia del rector Bremaunte[41].
Lo cual no es cierto. Desde su
fundación, la Universidad Michoacana tuvo dentro de sus atribuciones el tener
bajo su "exclusiva dirección y vigilancia la instrucción y educación en
sus elementos superiores"[42].
Esta disposición, con el paso del tiempo, particularmente desde fines de la
década de 1920 y durante la de 1930, cuando se dio el movimiento de reforma
socialista, provocó una serie de conflictos con aquellas instituciones y
planteles que quedaban fuera de la esfera oficial, como las llamadas escuelas
libres y particulares -la mayoría regenteadas por el clero-, por la actitud de
rechazo que asumieron ante los proyectos y directrices de los gobiernos de
Francisco J. Múgica y de Cárdenas. Contra su existencia se pronunciaron y
movilizaron constantemente los universitarios nicolaitas[43].
Este conflicto se mantuvo latente
aunque con menos intensidad en las siguientes dos décadas. En realidad, los
vacíos legales en la materia, permitieron consolidar los proyectos educativos
de los sectores tradicionales en el área de los estudios comerciales y hasta
normales. Pero la conflictividad se reavivó durante los años sesenta como
resultado del ambiente ideológico producido por la Guerra Fría, recrudeciéndose
el enfrentamiento entre las escuelas privadas de corte clerical y la
Universidad Michoacana, al reclamar ésta la exclusividad, vigilancia y control
de la educación superior en el Estado, para lo cual haría más estricta la
incorporación de dichos planteles[44].
El rector Bremauntz en su informe de
labores correspondiente al año lectivo 1964-1965, advertía, al tiempo que
cuestionaba la consolidación de tales establecimientos:
[...] Los sectores de derecha han
obtenido notorias y manifiestas ventajas en el ramo educacional, debido a la
debilidad, indiferencia o tolerancia claudicante de algunos de nuestros
mandatarios e igualmente por la abstención culpable de muchos revolucionarios,
originada por la desunión, desorganización, oportunismo o insinceridad.
El clero y los elementos derechistas
han fundado numerosos establecimientos educativos de todos los grados en
flagrante violación constitucional y, por otra parte, en algunas universidades
estatales o descentralizadas, como en diversos planteles oficiales actúan
numerosos maestros y catedráticos contrarrevolucionarios. Por ello hemos
afirmado y afirmaremos que la juventud mexicana, que es la que debe continuar
el programa y la obra de la Revolución, se encuentra en estos tiempos, y en
gran parte, en manos de dichos elementos[45].
Para revertir esta situación, el
Consejo Universitario aprobó el 10 de julio de 1964 el Reglamento para la
Incorporación de Institutos y Escuelas a la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, que literalmente "paró en seco todo reconocimiento
oficial de los estudios hechos en establecimientos confesionales", lo que
se convertiría en otro motivo de distandamiento y enfrentamiento entre la
institución y el régimen arriaguista[46].
De acuerdo con Pablo G. Macías, a raíz
de la aprobación de este reglamento la Junta de Gobierno y el rector fueron
objeto "de los más rabiosos ataques de organizaciones fantasmas, de
elementos retrógrados y de líderes facciosos de Michoacán, en cuyas actitudes
se veía la línea del clero y el beneplácito del gobierno del estado"[47].
Este conflicto fue aprovechado por el
grupo de choque que el gobierno estatal tenía infiltrado en la universidad,
mismo que el 30 de septiembre de ese año, durante el desfile cívico-militar
conmemorativo del natalicio del generalísimo José Ma Morelos -héroe
epónimo de la independencia-, agredió a jóvenes de los colegios particulares
que participaban en el homenaje, con el perverso objetivo de culpar a los
universitarios del ataque, como así ocurrió. La Voz de Michoacán, dirigida por José Tocaven,
vocera incondicional del gobernador, "aseveró que los agresores habían
sido los nicolaitas", y aunque las autoridades universitarias protestaron
por la acusación sin fundamento, la gente común dio crédito a las calumniosas
notas incriminatorias, manifestando su indignación[48].
Así, el doble discurso de Arriaga
Rivera, sumía a la universidad en la incertidumbre financiera, y a pesar de que
esta participaba del esfuerzo por reforzar la formación de técnicos para las
áreas industriales, no recibiría el apoyo presupuestal que solicitaba porque,
como ya lo hemos señalado su proyecto de una educación popular y nacionalista
chocaba con el proyecto modernizador del Estado mexicano.
Por otro lado, las presiones para que
la institución se desligara de la educación secundaria eran muy fuertes. El
gobierno federal hizo la propuesta de suprimir la Escuela Secundaria Nocturna
para Trabajadores, como condición para aumentarle la cantidad de cien mil pesos
a su presupuesto. Pero este solo sería el comienzo porque estaban contempladas
la clausura de las secundarias Varonil y Femenil[49].
Una propuesta más consistía en
suspender las labores de la Escuela de Ingeniería Industrial a partir de 1965,
para obtener con ello el ahorro de un millón de pesos y destinarlos a la compra
de material, instrumentos y equipos para los laboratorios y talleres de otras
escuelas[50].
Además de estas medidas que formaban
parte del plan preparado por Ortega Martínez, como condición necesaria para
aumentar el subsidio federal a la Universidad Michoacana[51],
se pretendía el cierre de la Escuela Popular de Bellas Artes, y de las
recientemente creadas facultades de Agrobiología y Altos Estudios "Melchor
Ocampo", así como de la Preparatoria de Uruapan[52].
La educación media superior impartida
por la universidad era particular objeto de ataques, pues se argumentaba, que
este nivel educativo debía estar única y exclusivamente controlado por la SEP,
porque en todo caso, decían los funcionarios de esta dependencia federal y de
la ANUIES, ese gasto debía ahorrárselo la institución e invertirlo en otras
carreras o en el último de los casos, ahorrárselo al propio Estado[53].
Pero este chantaje no fue aceptado por
los universitarios, quienes resistieron los embates y las presiones económicas,
logrando por el momento mantener en su seno la educación secundaria y la media
superior, y evitando la clausura de alguna de sus escuelas del nivel
licenciatura, e incluso, en medio de las condiciones adversas que significaba
el déficit presupuesta!, asegurar la viabilidad de ellas, como el caso de la
Escuela de Ingeniería Industrial, la cual se afianzó bajo la perspectiva de
que, de acuerdo a lo planeado por la Comisión del Balsas, para 1965, la planta
siderúrgica que aprovecharía los yacimientos ferrosos de la región denominada
"Las Truchas" entraría en plena producción y requeriría para su
operación de una gran cantidad de personal técnico calificado en esa rama[54].
Durante el año de 1963, la Universidad
Michoacana, había ejercido un presupuesto total de 8 244 460 pesos, de los
cuales el gobierno del estado aportó 3 650 000 pesos, el federal 4 245 000
pesos, mientras que por ingresos propios obtuvo 332 460 pesos y por donativos
17 000 pesos[55].
Al respecto, las autoridades universitarias señalaban que, de acuerdo a la
población estudiantil atendida: 5 015 alumnos, el presupuesto por alumno era de
1 743 pesos, uno de los más bajos de las universidades públicas del país, solo
por encima de la Universidad de Nuevo León, cuyo costo era de 1 643 pesos y de
la de Campeche que era el más bajo con 430 pesos por alumno. Para el nuevo año
escolar, la Comisión de Hacienda, la rectoría y la auditoría, sometieron a
consideración del Consejo Universitario un proyecto parcial que contemplaba la
erogación, en el periodo comprendido del 1o de febrero de 1964 al 31
de enero de 1965, de 8 704 000 pesos[56].
Lo anterior sin incluir los recursos necesarios para el funcionamiento de la
Comisión de Investigación Científica, el pago de becas a los alumnos y partidas
para otros ramos, lo que elevaría las necesidades presupuestales a 12 914 202
pesos[57].
Finalmente, el presupuesto aprobado
para dicho año fue de 9 375 000 pesos, de los cuales el gobierno estatal
aportaría 4 050 000 pesos, de los que se descontarían 500 000 pesos que dicho
gobierno había facilitado a la institución en el mes de diciembre anterior,
para cubrir el pago de salarios de fin de año, a cuenta del subsidio de 1965[58].
Entre lo que solicitó y requería la
universidad: 12 914 202 pesos y lo aprobado para el año de 1964 existía un
déficit presupuestal de 3 539 202 pesos, por lo que, el Consejo Universitario
tomó el acuerdo de distribuir el mencionado ingreso para satisfacer las
partidas esenciales, pero aun así resultaban absolutamente indispensables 1 665
957 pesos, "sin cuya cantidad era verdaderamente imposible el eficaz
funcionamiento de la casa de estudios"[59].
Las gestiones realizadas ante los
gobiernos estatal y federal, por parte del rector, recibía la reiterada y
desalentadora respuesta burocrática de que: "se están dando los pasos
necesarios para lograr lo más pronto posible el aumento del subsidio", por
lo que ante el agobiante problema, fue retomado el proyecto de constituir el
Patronato Universitario, el cual comenzó a ser promovido por el Dr. Salvador
Franco López, como presidente de la Asociación de Ex alumnos Universitarios y
por la "Casa de Michoacán" en el D.F., presidida por el Lic. David
Franco Rodríguez[60].
A mediados de enero de 1965, el Consejo
Universitario formuló el anteproyecto de presupuesto de ese año, mismo que
ascendía en números redondos a la cantidad de 15 000 000 de pesos[61],
de los cuales solamente podría disponer de 10 495 000 pesos, correspondientes a
los subsidios federal y estatal e ingresos propios[62].
Nuevamente el rector Bremaunte viajó a
la ciudad de México para gestionar más recursos ante el gobierno federal y
entrevistarse con los directores de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) con el fin de conseguir la donación del
equipo necesario para la instalación de los laboratorios y talleres de las
carreras de Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Química[63].
Un mes después, el Lic. Agustín Yáñez,
secretario de Educación Pública, le notificó que de acuerdo con el programa
aprobado por la presidencia de la República para la ampliación de subsidios
extraordinarios a las universidades de provincia, le correspondía a la
Universidad Michoacana, tan solo el aumento de 100 000 pesos[64].
Mientras tanto, una mínima parte del
crónico déficit presupuestario era solventado a 'cuentagotas' por el gobierno
estatal, que solo respondía ante situaciones extremadamente urgentes como el
otorgamiento de un subsidio extraordinario de 59 747 pesos, que serían
nuevamente destinados al pago de salarios con motivo del fin de año[65].
En medio de estas dramáticas
condiciones económicas, algunas personas, movidas por altruismo o en descargo
de su conciencia, como el señor Arnulfo Ávila ex tesorero del gobierno del
Estado, legó a la universidad la cantidad de 1 500 000 pesos. La donación
debería ser destinada única y exclusivamente para la construcción del Auditorio
Universitario. Esta era una añeja necesidad de la institución y, desde luego
comenzó a planearse su edificación en el terreno localizado frente al Colegio
de San Nicolás, el cual había sido cedido por el presidente de la República,
Gral. Cárdenas, precisamente para dicho objeto[66].
En estas circunstancias, el anteproyecto de presupuesto elaborado por la
Comisión de Hacienda del Consejo Universitario para el año lectivo de 1966
ascendía, en números redondos, a la cantidad de dieciocho millones de pesos,
mismo que fue presentado al gobernador Arriaga Rivera en una reunión que
sostuvieron con él un grupo de profesores y alumnos encabezados por el rector.
Bremauntz, al hacer la relación de las necesidades que tenía la universidad, señaló
que estas no podrían solventarse con "el presupuesto actual de poco más de
diez millones de pesos, lo cual ha detenido considerablemente la reforma
académica, impidiendo en todos los órdenes la evolución científica, técnica y
cultural que demanda una Universidad Moderna". Ante ello el gobernante se
limitó a prometer el aumento del subsidio del Estado en la medida de lo posible
y "apoyar las gestiones para lograr que el gobierno federal haga otro
tanto"[67].
Los vagos ofrecimientos que hizo el
gobernador, se concretaron en un aumento al presupuesto del Estado de tan solo
600 000 pesos. Es decir la universidad contaría con un presupuesto estatal de
cinco millones de pesos, mientras que el gobierno federal, no solo respondería
en la misma forma, sino que retrasaría el envío de los recursos asignados[68].
Fuente: elaboración propia con base en
informes de gobierno
Gráfico
2. Universidad Michoacana. Porcentaje comparativo de aumento al subsidio entre
las administraciones estatales de David Franco R. y Agustín Arriaga R.
6.
'Remando contracorriente', la universidad no se estanca
Sin embargo, aun con las limitaciones
que representaba el raquítico presupuesto universitario, bajo el rectorado de
Bremauntz se dieron significativos avances materiales y académicos en la
Universidad Michoacana. Se reformó el plan de estudios de la Facultad de Altos
Estudios, se integraron en una sola las carreras de Ciencias Físicas y
Matemáticas, que funcionaban como especialidades separadas[69],
y se aprobó en esta misma Facultad la creación de la Licenciatura en Letras
Españolas, la cual, como quedó anotado líneas atrás, no llegó a funcionar[70].
Igualmente, después de someterse a revisión los planes y programas de estudio
de la Escuela Popular de Bellas Artes, se implementaron en ella las modalidades
de instrumentista, pintor, escultor, grabador y ejecutante de danza clásica[71].
En la Escuela de Ingeniería Industrial,
después de aceptarse la petición de la Sociedad de Alumnos, se creó, el 1a
de julio de 1965, en forma independiente, la Facultad de Ingeniería, con
especialidades en Mecánica, Eléctrica y Química (FIMEQ). Proceso parecido se
dio en la Escuela de Contabilidad y Administración, donde se suprimió la
Secundaria Comercial para dar paso a la carrera de Técnico en Contabilidad y
Administración con duración de tres años[72];
y en el nivel medio superior, por iniciativa del Consejo Técnico de la Facultad
de Altos Estudios "Melchor Ocampo", se aprobó formalmente la creación
de las Escuelas Secundaria y Preparatoria Nocturnas para Trabajadores que
funcionarían con la participación gratuita de profesores de dicha facultad y
que serviría al mismo tiempo para la práctica de la formación docente de sus
alumnos. De igual forma, el Consejo Universitario, aprobó la creación del
Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad Michoacana, que
infortunadamente quedaría en el papel, así como la licenciatura en Letras
Españolas, merced al crónico déficit presupuestal[73].
Para fortalecer el campo de la
investigación científica, se consiguió el apoyo del Instituto Nacional de la
Investigación Científica, consistente en la donación de un laboratorio de
electrónica para la Escuela de Ingeniería Industrial y la Facultad de Altos
Estudios "Melchor Ocampo"[74].
En el nivel medio superior se crearon
doce nuevas secciones para los diversos bachilleratos[75],
pero el acuerdo de estudiar la posibilidad de implantar el bachillerato de tres
años quedaría solo en el intento, dadas las difíciles circunstancias económicas
por las que atravesaba la universidad[76].
En lo referente a la regulación de las
actividades universitarias, el Consejo Universitario aprobó el Reglamento
General del Profesorado, así como el reglamento que normaría las relaciones
entre la institución y sus trabajadores administrativos y manuales[77].
En el renglón de la difusión cultural,
el departamento encargado de esta actividad editó varias obras, revistas y
periódicos estudiantiles, así como otras publicaciones. Por lo que respecta a
la extensión universitaria, la institución fiel a su tradición popular, retomó
la organización de las brigadas culturales, mismas que integraron
principalmente alumnos y maestros de las escuelas del área de la salud e
ingeniería, operando en las poblaciones de Las Mesas, Irapeo, Jaripeo,
Uruétaro, Cuitzeo del Porvenir, Atapaneo y algunas comunidades de la meseta
tarasca[78].
La vinculación y el intercambio
académico con otras instituciones de educación superior, también fue cultivada.
El rector Bremauntz, motivado por la orientación socialista de la universidad
nicolaita, estableció relaciones culturales y académicas con universidades
cubanas. Producto de esta relación, la embajada de Cuba en México otorgó tres
becas a la FEUM para aquellos jóvenes que quisieran ir a estudiar a la isla[79],
haciéndose efectivas dos: Víctor Olmedo del Colegio de San Nicolás y Luis
Eduardo Guerra de la Facultad de Contabilidad y Administración[80].
El embajador de Cuba en México, Dr.
Joaquín Hernández Armas, visitó la Universidad Michoacana en dos ocasiones
durante la administración del rector Bremauntz, ofreciendo sendas conferencias
en el teatro universitario "José Rubén Romero" el 6 de mayo y el 21
de agosto de 1964. En la primera de ellas, equiparó los anhelos cubanos con la
esperanza de los estudiantes nicolaitas, que "ha sido cuna de grandes
hombres que han luchado por la libertad", manifestando que le causaba gran
emoción visitar a la institución que "por más de cuatrocientos años de
existencia, había sostenido una lucha digna en defensa de las clases
desheredadas y por la educación social de México, lucha que sigue presente, a
pesar de las embestidas de las fuerzas oscurantistas que continuamente buscan
minar sus bases revolucionarias"[81].
Señaló también que "a pesar de las provocaciones y agresiones de los
Estados Unidos de América, el pueblo cubano no retrocederá un paso", y que
confiaba en el apoyo de todos los mexicanos. Dicho esto, uno de los asistentes
le manifestó: "a nombre de los estudiantes de la Universidad Michoacana el
más amplio y decidido apoyo en su lucha, a la hermana República de Cuba"[82].
El rector, atendiendo la invitación que
le hicieran las Universidades de La Habana y del Oriente, visitó Cuba en julio
de 1964. A su regreso, el 11 de agosto, dictó una conferencia sobre "El
desarrollo social y cultural de la República
Socialista Cubana" en el teatro
universitario, donde exaltó los aspectos legislativos fundamentales del periodo
de transición del capitalismo al socialismo que vivía la Revolución cubana: la
Ley de Nacionalización, mediante la cual se "han expropiado las empresas
industriales y comerciales"; la Ley de Reforma Bancaria, por la que pasó a
manos del Estado el manejo del sistema bancario; la Ley de la Reforma Agraria,
fundamental para el proceso revolucionario, por la cual se "ha destruido
el latifundio, nacionalizado la tierra y entregada a los campesinos"; y la
Ley de la Reforma Urbana, que "ha permitido una gran transformación de las
ciudades, convirtiendo en dueños a los inquilinos"[83].
En correspondencia, Bremaunte entregó
al Dr. Hernández Armas, durante un solemne acto, celebrado en el aula magna del
Colegio de San Nicolás, una estatua de Emiliano Zapata elaborada por el
escultor Raúl García, maestro de la Escuela Popular de Bellas Artes, como
"un reconocimiento a la lucha heroica del pueblo cubano"[84].
La estatua fue develada en La Habana en
presencia del rector Bremaunte el 10 de septiembre de 1965, como parte de los
eventos de la Semana de México en Cuba[85].
Al día siguiente, la Universidad Michoacana fue objeto de un homenaje realizado
en el aula magna de la Universidad de La Habana[86].
Por su parte, en solidaridad con la
joven república cubana, la máxima casa de estudios de Michoacán organizó la
Semana Cultural Cubana-Mexicana, que se desarrolló del 18 al 23 de abril de
1966, con un programa que incluyó representaciones teatrales, danza,
conciertos, documentales, recitales y conferencias[87].
Durante el mes de junio, la rectoría de
la universidad a través del departamento de Difusión Cultural, organizó un
ciclo de conferencias titulado "La política exterior de México y la de los
países socialistas", mismo que se llevó a cabo en el teatro "José
Rubén Romero"[88].
Al tiempo que se dictaban estas conferencias, se montaron dos exposiciones: una
sobre grabado chino en las galerías de la Escuela Popular de Bellas Artes, y
otra sobre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el salón de
exposiciones del teatro universitario[89].
Las actividades anteriormente
reseñadas, se llevaron a cabo, con enormes limitaciones, por la falta de apoyos
económicos a la universidad de parte, tanto del gobierno estatal como del
federal. En ese sentido, una de las principales demandas del reagrupado
movimiento estudiantil nicolaita era el aumento al subsidio universitario y el
otorgamiento de la "verdadera autonomía", pues comenzaban a comprender
que esta sería el medio para asegurar que la institución: "cumpla con su
función social e impedir que sea puesta al servicio de las clases dominantes
nacionales y del imperialismo norteamericano"[90].
Para mediados de 1966, varias
organizaciones estudiantiles comenzaron a movilizarse ante la cercanía de la
sucesión rectoral. En esta coyuntura, la FEUM como la más representativa de las
organizaciones estudiantiles nicolaitas, se planteó como parte de su programa
de trabajo -que hizo llegar a los aspirantes a la rectoría-, luchar
abiertamente por la desaparición de la Junta de Gobierno, y por reformar la Ley
Orgánica vigente para recuperar la orientación socialista contenida en la Ley
Orgánica de 1961[91].
Además de estos objetivos políticos, la
FEUM se proponía pugnar por: abrir la preparatoria número dos en la ciudad de
Morelia, montar la imprenta y editorial universitaria, reorganizar el Instituto
de la Población -creado formalmente en 1962, pero que no había entrado en
operación-, organizar el Departamento Pedagógico, abrir una Casa del Estudiante
en la ciudad de Uruapan, mejorar los servicios en los albergues que ya
existían, y aumentar el número y la cuantía de las becas otorgadas a los
estudiantes de escasos recursos económicos[92].
La FEUM, consciente de que para el
logro de estos propósitos y en general para el mejoramiento material y
académico de su casa de estudios era indispensable el aumento al subsidio
universitario, se preparaba para arrancarle al Estado los recursos necesarios[93].
Como hemos demostrado, la represión
violenta que sofocó la protesta estudiantil contra la derogación de la Ley
Orgánica de 1961 permitió la imposición de los miembros de la Junta de Gobierno
-figura creada en la nueva legislación- y de Alberto Bremauntz como nuevo rector;
sin embargo, dados los antecedentes de la mayoría de los integrantes de la
mencionada Junta y sobre todo del rector, la institución no se supeditó a los
designios del gobernador Arriaga Rivera, manteniendo su orientación popular y
nacionalista frente a los intentos de imponerle el modelo educativo empresarial
importado por el Estado mexicano desde la administración federal de Ávila
Camacho. Por ello, la Universidad Michoacana fue sometida a un régimen de
hostilidad y represión materializado primordialmente en el congelamiento de su
presupuesto, pero utilizando a la par muchos otros instrumentos y recursos de
coerción, como la cooptación de algunos de sus liderazgos juveniles y la
infiltración de un grupo de choque entre los universitarios, que por medio de prácticas
porriles trató de impedir la reorganización y la reanimación del movimiento
estudiantil que se oponía a la imposición de dicho modelo educativo.
Es decir, ni el congelamiento del
subsidio, ni la cooptación, ni las prácticas porriles del grupo de choque y las
acciones represivas emprendidas contra los auténticos liderazgos juveniles,
impidieron la recuperación de los principales organismos estudiantiles: la FEUM
y el CEN; estas entidades encabezaron hacia el final del rectorado de Bremaunte
la reagrupación y la reanimación del movimiento estudiantil universitario que
comenzó a exigirle al Estado la asignación de los recursos presupuestarios que
requería su casa de estudios no únicamente para su desarrollo material y
académico, sino para seguir impulsando el proyecto de universidad popular y
nacionalista.
Finalmente ante la férrea resistencia
de la mayoría de los estudiantes y profesores nicolaitas, encabezados por el
rector, el Estado mexicano autoritario tendría que echar mano del recurso de la
violencia, en octubre de 1966, para doblegarla e imponerle a la Universidad
Michoacana los principios modernizantes educativos tendentes a adecuar las
instituciones de educación superior a las necesidades del proyecto
industrializador puesto en marcha en México desde el periodo presidencial de
Ávila Camacho.
"Atraco
priísta". El Nicolaita época XI, no
47 (1963).
"Apareció
en el D. F. el líder A. Talamantes". La
Voz de Michoacán (1964).
"Aprobó
el Consejo el presupuesto de la Universidad Michoacana, ayer". La Voz de Michoacán (1963).
"Aprueban
un aumento de sólo 100 mil pesos para la Universidad". La Voz de Michoacán (1965).
"Aumento
de subsidio para la Universidad". La
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día 15 de marzo de 1964, realizado para recordar el sacrificio de Manuel
Oropeza García", editado por el Círculo Universitario "Melchor Ocampo",
Morelia, 1964.
"Cinco millones requiere la U.M.
para cumplir con su función". La
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"Colocarán en La Habana una
estatua de Zapata que donará la Universidad Local". La Voz de Michoacán (1964).
"Continúa siendo difícil la
situación económica de la Universidad Estatal". La Voz de Michoacán (1965).
"Chantaje a la Universidad". FEUM, Órgano oficial de la Federación de
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Entrevista a Olmedo Ortiz, Cuauhtémoc,
Morelia (Michoacán), 1° de febrero de 1991.
Entrevista a Mejía González, Adolfo,
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Entrevista a Aguilar Talamantes, Rafael
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"Es de los más bajos el
presupuesto por alumno en la U. M. Doce millones de pesos necesita la
Universidad para el presente ciclo". La
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"El Instituto costará 20 millones
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"El gobernador asistió a la
lectura del informe del rector A. Bremauntz". La Voz de Michoacán (1964).
"El embajador de Cuba dará aquí
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"En Cuba se está llevando a cabo
el gran experimento social de América: Bremauntz". La Voz de Michoacán (1964).
Fabela, Javier. "'Tijerazo' en 40
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"Intervención
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"La Universidad en peligro". El Nicolaita año XIV, no 58 (1965).
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"La conspiración de los genios. El
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Órgano Oficial de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán
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"La Junta de
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"Legan millón y medio de pesos a
la U. M.". La Voz de Michoacán
(1965).
"Los enemigos de la
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(1964).
"Lo que hará la SEP en este
año". La Voz de Michoacán
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"Más gestiones para allegar fondos
a la Universidad". La
Voz de Michoacán (1963).
"Más de 15 millones presupuesta
para este año la Universidad". La
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"Neofacismo en
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"No desaparecerá la Escuela de
Ingeniería Industrial de la Universidad Michoacana". La Voz de Michoacán (1963).
"Piedra angular del progreso, la
educación universitaria". La
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"Otorga el gobernador Arriaga
Rivera un préstamo de cien mi! pesos a la Universidad". La Voz de Michoacán (1966).
"Ofrece becas a estudiantes de
aquí el gobierno revolucionario cubano". La Voz de Michoacán (1964).
"Patronato universitario". La Voz de Michoacán (1964).
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"Salen hoy a Cuba dos
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"Se hace crónica la crisis
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Cómo citar: Rangel Hernández, Lucio. El subsidio como arma represiva del Estado
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Latinoamericana. vol. 22 No. 34 (2020): 219-242. DOI: https://doi.org/10.19053/01227238.10896.
Esta obra está bajo una licencia
Creative Commons. Reconocimiento-No Comercial-Sin Obra
Derivada 2.5 Colombia.
[1] Este
artículo forma parte de un proyecto de investigación más amplio titulado: "El
Movimiento Estudiantil Nicolaita (1956-1966). La defensa de un modelo de
universidad popular y nacionalista", que fue financiado por la Coordinación de
la Investigación Científica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo.
[2] Doctor
en Historia, profesor investigador de la UMSNH, Facultad de Historia/Colegio
Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, correo electrónico: rhdezluc@hotmail.com
[3] Javier
Fabela, "‘Tijerazo’ en 40 dependencias", La
Voz de Michoacán, (2016): 16.
[4] El
caso del maestro de historia y ciencias políticas Juan Brom fue extremo. Sin
saber qué le esperaba, en medio de la noche lo trasladaron a varios kilómetros
fuera de la ciudad de Morelia, y se lo entregaron al recién nombrado rector,
Lic. Alberto Bremauntz, quien había intercedido por él. Adolfo Mejía González, Michoacán feudo cardenista? Historia de una lucha
estudiantil vencida con la traición y el asesinato (México:
Editorial Nuevos Caminos, 1966), 163.
[5] Ibíd.,
164-165.
[6] Entrevista
a Mejía González Adolfo, Morelia (Michoacán), 23 de agosto de 1994.
[7] Mejía
González, Michoacán, 164-165.
[8] Alberto
Bremauntz, Setenta años de mi vida. Memorias y
anécdotas (México: Ediciones Jurídico Sociales, 1968), 168.
[9] Ibíd.,
169.
[10] Ibíd.,
162.
[11] Ibíd.,
171.
[12] Ibíd.,
171.
[13] Los
porros eran grupos de jóvenes universitarios corrompidos y financiados por el
gobierno del Estado y el partido oficial (PRI) para acudir a los eventos
políticos de los estudiantes organizados y tratar de controlarlos por medio de
la violencia o del amago de utilizarla. El porrismo en México se originó en la
UNAM y en sus inicios, estos grupos utilizaban "cachiporras" para golpear a los
estudiantes o grupos rivales, de donde se derivó el nombre.
[14] "Neofacismo
en la Universidad", FEUM, Órgano de Difusión de la Federación de Estudiantes
Universitarios de Michoacán, no 1, (1964): 1,7.
[15] Entrevista
a Olmedo Ortiz, Cuauhtémoc, Morelia (Michoacán), 1°. de febrero de 1991.
[16] "Situación
política de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo", Informe del
agente I.N.V. (19 de marzo de 1966), Archivo General de la Nación, fondo
Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (AGN/IPS), Caja 456.
[17] "Neofacismo
en la Universidad".
[18] "Antecedentes
del problema de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo", (4 de
octubre de 1966), AGN/IPS, caja 455.
[19] "Atraco
priísta", El Nicolaita, época XI,
no. 47 (1963): 1, 6; "Neofacismo en la Universidad".
[20] "Antecedentes
del problema de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo".
[21] "Neofacismo
en la Universidad".
[22] Entrevista
a Aguilar Talamantes, Rafael Ignacio, ciudad de México, 27 de octubre de 2015;
véase también "Declaración de la Juventud Comunista de México al Estudiantado y
al pueblo de México" (Morelia, 25 de agosto de 1964), Archivo Particular de
Hiram Ballesteros Olivares (APHB); "Protesta General Universitaria por la
Desaparición de un Líder Nacional", La
Voz de Michoacán, (1964): 12; "Apareció en el D.F. el líder A.
Talamantes", Ibíd.
[23] "Protestas
contra la agresión a un catedrático", La
Voz de Michoacán, (1965): 5.
[24] "Intervención del
gobierno en la Universidad", FEUM,
Órgano de Difusión de la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, época I, no 1, (1964): 3, 4.
[25] "Acta
de la sesión del Consejo Universitario", (13 de diciembre de 1965), Archivo
Histórico de la Universidad Michoacana (AHUM), Fondo Consejo Universitario,
sección secretaría, serie actas, n/f 5.
[26] "Discurso
pronunciado por el maestro Ramón Martínez Ocaranza en el acto del día 15 de
marzo de 1964, realizado para recordar el sacrificio de Manuel Oropeza García",
editado por el Círculo Universitario "Melchor Ocampo", Morelia, 1964 APHB.
[27] "La
Universidad en peligro", El Nicolaita, año XIV,
no. 58, (1965): 1, 6.
[28] "Chantaje
a la universidad", FEUM, Órgano oficial de
la Federación de Estudiantes Universitarios de Michoacán, Época I, s/n, (1964):
1, 7.
[29] "Piedra
angular del progreso, la educación universitaria", La Voz de Michoacán, (1962): 1, 5.
[30] "La
universidad michoacana alcanzó este año el más alto índice de asistencias
escolares", Ibíd., 1, 12.
[31] "Se
hace crónica la crisis económica de la universidad", Ibíd., (1963): 1,13.
[32] "Aprobó
el Consejo el presupuesto de la Universidad Michoacana, Ayer", Ibíd., 1, 13.
[33] Ibíd.
[34] "Más
gestiones para allegar fondos a la universidad", Ibíd., 1, 5.
[35] "Proponen
un impuesto especial para ayudar a la Universidad Michoacana", Ibíd., 1, 12.
[36] "Los
enemigos de la universidad", (1964): 1, 5.
[37] "Lo
que hará la SEP en este año", Ibíd., 1, 12.
[38] Ibíd.
El 1°. de septiembre de ese año, el presidente de la República, Adolfo López
Mateos señaló: "Los estudiantes orientados a una comprensión técnica de la vida
son ahora 145 327, de los cuales 45 700 cursan en el Politécnico; 10 000 en
tecnológicos regionales, 300 en el Centro de Capacitación Tecnológica, 640 en
14 nuevas carreras de las normales, 44 000 en escuelas industriales y
comerciales, 33 360 en centros de capacitación para el trabajo industrial y
rural y 11 327 en los cursos de capacitación del INJM". Adolfo López Mateos, VIInforme de Gobierno, http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf. (25
de agosto, 2017).
[39] "Lo
que hará la SEP en este Año", La Voz de Michoacán (1964): 1, 12;
"Reconocimiento de Michoacán a A.L.M. por el Tecnológico. Su Construcción
fincará el Progreso Técnico de Nuestra Entidad", Ibíd., 1, 12.
[40] "El
instituto costará 20 millones de pesos y tendrá una capacidad para 700
alumnos", Ibíd., 1, 13. La primera piedra de esta institución educativa fue
colocada el 6 de abril de 1964 por el presidente Adolfo López Mateos, el
gobernador del Estado Agustín Arriaga Rivera y por el secretario de Educación
Pública, Jaime Torres Bodet. La primera etapa fue inaugurada el 30 de
septiembre de 1965, y la segunda el 28 de septiembre de 1966, Agustín Arriaga
Rivera, La política...como me la enseñaron.
Recuerdos añoranzas y realidades de mi vida (México: Editorial
Consuelo Sánchez y Asociados, 2005), 138.
[41] Ibíd.,
137.
[42] Ley
Orgánica de la Universidad Michoacana, 11 agosto de 1919, Ángel Gutiérrez,
(recopilación, textos introductorios y presentación), Leyes Orgánicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo (Morelia: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
2001), 17-21.
[43] Natalio
Vázquez Pallares, presidente del CEN en la sesión del Congreso del Estado
celebrada el 4 de agosto de 1931, solicitó a la legislatura la supresión de la
Escuela Libre de Derecho, argumentando que: "La Escuela Libre de Derecho que
sustentaba la misma ideología del clero pugnaba porque la clase proletaria no
se educara, por lo que la Universidad Michoacana protestaba no sólo contra esa
escuela, sino también contra el clero que la sostenía". Gerardo Sánchez Díaz,
"De Coalcomán al Colegio de San Nicolás. La infancia y los años juveniles de
Natalio Vázquez Pallares", en La
Nación dueña de su destino. Vida y obra de Natalio Vázquez Pallares, eds.
Mario Nájera Espinoza, Gerardo Sánchez Díaz y Verónica Oikión Solano
(Guadalajara: U de G/El Colegio de Michoacán/ Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, 2007), 43-50; véase también Miguel Ángel Gutiérrez López, En los límites de la
autonomía.
La reforma socialista en la Universidad Michoacana, 1934-1943 (Zamora: El Colegio de Michoacán, 2011), 54-72.
[44] Adrián
Luna Flores, "Las escuelas particulares de comercio en Michoacán y su lucha por
el reconocimiento oficial, 1920-1960", Río
de Papel, no. 23 (2015): 57.
[45] Alberto
Bremauntz, Informe de labores,
1964-1965 (Morelia: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1966),
12-13.
[46] Pablo
G. Macías Guillén, Luces y sombras.Testimonios nicolaitas
(Morelia: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1981), 188-187.
[47] Ibíd.,
188.
[48] Ibíd.,
179.
[49] "La
conspiración de los genios. El plan de Ortega Martínez en marcha", FEUM, Órgano Oficial de la Federación de
Estudiantes Universitarios de Michoacán, época I, s/n, (1964): 2, 3.
[50] Ibíd.
[51] En
la Universidad Autónoma de Puebla bautizaron a ese funcionario de la ANUIES,
como "el ave negra", ya se podrá deducir por qué razón, "Antecedentes del
problema de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo".
[52] "Chantaje
a la universidad".
[53] Ibíd.
[54] "3,
275 Técnicos Industriales y Obreros se requieren para la Siderúrgica Las
Truchas", La Voz de Michoacán,
(1963): 1, 12; "No desaparecerá la Escuela de Ingeniería Industrial de la
Universidad Michoacana", Ibíd., 1, 13.
[55] "Es
de los más bajos el presupuesto por alumno en la U.M. Doce millones de pesos
necesita la universidad para el presente ciclo", Ibíd., (1964): 1, 5.
[56] Ibíd.
[57] "El
gobernador asistió a la lectura del informe del rector A. Bremauntz", Ibíd., 1,
12.
[58] "Continúa
siendo difícil la situación económica de la Universidad Estatal", (1965): 1,
13; "El gobernador asistió a la lectura del informe del rector A. Bremauntz",
Ibíd.
[59] "Continúa
siendo difícil
[60] Ibíd.,
1, 13; "Patronato universitario", Ibíd. (1964): 1, 5.
[61] "Más
de 15 millones presupuesta para este año la Universidad", Ibíd. (1965): 1, 12.
[62] "Cinco
millones requiere la U.M. para cumplir con su función", Ibíd., 1, 13.
[63] "Importantes
gestiones hará el rector ante dependencias federales", Ibíd., 1, 12.
[64] "Aprueban
un aumento de solo 100 mil pesos para la Universidad", Ibíd., 5.
[65] "Subsidio
extraordinario de 60 mil pesos a la Universidad", Ibíd., 1, 5.
[66] "Legan
millón y medio de pesos a la U.M.", Ibíd., 5.
[67] "Aumento
de subsidio para la Universidad", Ibíd., 1, 12.
[68] "600
mil pesos más otorga el gobierno estatal a la U.M.", Ibíd. (1966): 1, 13;
"Otorga el gobernador Arriaga Rivera un préstamo de cien mil pesos a la
Universidad", Ibíd., 1, 12.
[69] Bremauntz, Setenta años de mi vida, 12.
[70] "Acta
(17 de junio de 1966), Ibíd., n/f 4.
[71] "Acta
(29 de noviembre de 1963), Ibíd., n/f 6.
[72] "Acta
(1°. de julio de 1964), Ibíd., n/f 4; "El gobernador asistió a la lectura...
[73] "Acta
(17 de junio de 1966), Ibíd., n/f 4.
[74] "Acta
(28 de enero de 1966), Ibíd., n/f 6-9; "Laboratorio electrónico para la U.M.
Importante donación", La Voz de Michoacán, (1963):
1, 12.
[75] "El
presupuesto de la Universidad llegará a más de 12 millones con la ayuda
federal", Ibíd. (1964): 1. 12.
[76] "Acta
(27 de enero de 1964), Ibíd., n/f 5.
[77] "Acta
(17 de junio de 1966), Ibíd.
[78] Bremauntz, Setenta años de mi vida, 14.
[79] "Ofrece
becas a estudiantes de aquí el gobierno revolucionario cubano", La Voz de Michoacán, (1964): 5.
[80] "Salen
hoy a Cuba dos estudiantes", Ibíd., 5.
[81] "Pláticas
en la U.M. del embajador cubano", Ibíd., 1, 12.
[82] "Informe
del Director Federal de Seguridad, Manuel Rangel Escamilla" (6 de mayo de
1964), AGN/IPS, Versión Pública Elí de Gortari, legajo 1/4; "El embajador de
Cuba dará aquí una conferencia", La
Voz de Michoacán, (1964): 5.
[83] "En
Cuba se está llevando a cabo el gran experimento social de América: Bremauntz",
Ibíd., 5.
[84] "Colocarán
en La Habana una estatua de Zapata que donará la Universidad local", Ibíd., 1,
12.
[85] Alberto
Bremauntz, México y la revolución socialista
cubana (Morelia: Fimax Publicistas, 1966), 73.
[86] Ibíd.,
75-77.
[87] "Semana
cultural cubana-mexicana", Vida Nicolaita, época I,
año III, no. 23 (1966): 23; véase también, Lucio Rangel Hernández,
"La Universidad Michoacana, el movimiento estudiantil universitario michoacano
y la solidaridad con la Revolución cubana", Universidad
Michoacana. Revista trimestral de ciencia, arte y cultura na
13, (1994): 133.
[88] "Informe
del agente N.M.M." (10 de junio de 1966), AGN/IPS, Caja 439.
[89] Ibíd.
[90] J.
Luis Reynoso Hernández, "Autonomía universitaria", El Nicolaita, año XIII, no. 54,
(1965): 2, 3; "La Junta de Gobierno y la Universidad", FEUM, Órgano de la Federación de Estudiantes Universitarios
de Michoacán, no. 4, Morelia, 15 de junio (1966): 1,
3.
[91] "Postulados
de la Educación Universitaria y Programa Básico de Trabajo de la FEUM"
(Morelia, abril, de 1966), APHB.
[92] Ibíd.
[93] Ibíd.