https://doi.org/10.19053/01227238.12750

Artículos

 

 

El movimiento estudiantil en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 1971[1]

The student movement at the Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia 1971

O movimento estudantil na Universidade Pedagógica e Tecnológica da Colômbia 1971

 

 

Sandra Liliana Bernal Villate[2]* https://orcid.org/0000-0003-2869-3139

Diego Eduardo Naranjo Patiüo[3]** https://orcid.org/0000-0002-6276-7368

 

*Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Grupo de investigación HISULA

**Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Grupo de investigación HISULA

 

Resumen

El Objetivo: de este trabajo se centra, en el análisis del movimiento estudiantil de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en el aüo 1971.

Originalidad/aporte: se centraliza en la movilización y planteamientos de reforma estudiantil por conseguir el cogobierno universitario, que realizaron los grupos políticos de izquierda, en esta institución.

Método: se inscribió en la historia política.

Estrategia/recolección de información: se enfocaron en la recuperación de la memoria de sus protagonistas, contrastada con la revisión de las Actas de los consejos académico y superior y las publicaciones de la prensa nacional sobre el tema de las movilizaciones estudiantiles.

Conclusiones: se puede concluir que, en esta universidad, las divisiones internas de los colectivos estudiantiles, junto con las políticas represivas de expulsión y la no vinculación del sector social y sindical al movimiento, incidieron en el hecho de no lograr una negociación local que permitiera alcanzar el sueüo del cogobierno universitario, que solo se lograría en Colombia, hasta el aüo 1991, con el cambio de la Constitución política del país.

Palabras clave: Movimiento estudiantil; Izquierda universitaria; Cogobierno; represión; discurso político; 1971.

Abstract

Objective: This work focuses on the analysis of the student movement of the Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia in 1971.

Originality / contribution: The originality lies in the mobilization and proposals for student reform to achieve university co-government carried out by left-wing political groups in this institution.

Method: The method is based on political history.

Information gathering: The methodology and research strategies focused on the recovery of the memory of the protagonists, which was contrasted with the minutes of the academic and superior councils and the publications of the national press on the subject of student mobilizations.

Conclusions: It is concluded that in this university, the internal divisions of the student collectives, together with the repressive policies of expulsion and the non-involvement of the social and union sector in the movement, diverted the path of a local negotiation that would have allowed the dream of university co-government to be fulfilled at that time. This was only achieved in Colombia until 1991 with the change of the country’s political constitution.

Keywords: Student movement; leftist university ideology; co-government; repression; political discourse; 1971.

Resumo

Objetivo: deste trabalho se centra na análise do movimento estudantil da Universidade Pedagógica e Tecnológica da Colômbia, no ano de 1971.

Originalidad/aporte: consiste, na mobilização e propostas da reforma estudantil por conseguir o cogoverno universitário, que realizaram os grupos políticos de esquerda nesta instituição.

Método se inscreve na história política e a metodologia e

Estratégia/coleta de dados: focam na recuperação da memória de suas protagonistas, contrastada com a revisão das Atas dos conselhos acadêmico e superior e as publicações da imprensa nacional sobre o tema das mobilizações estudantis.

Conclusões: É possível concluir que, nesta universidade, as divisões internas dos coletivos estudantis, juntamente com as políticas repressivas de expulsão e a não vinculação do setor social e sindical ao movimento, influenciaram no fato de não conseguir uma negociação local que permitisse alcançar o sonho do co-governo universitário, que somente seria realizado na Colômbia, até o ano de 1991, com a mudança da Constituição política do país.

Palavras-chave: Movimento estudantil; Esquerda universitária; Co-governo; repressão; discurso político;1971.

 

 

Recibido: 09/07/2020

Evaluado: 12/09/2021

Aprobado: 20/01/2021

 

 

Introducción

 

La investigación presentó como objetivo analizar la actividad política que realizaron los grupos de izquierda en el movimiento estudiantil que se llevó a cabo en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en el aüo 1971. Los grupos seleccionados fueron aquellos que organizaban las marchas estudiantiles y que tenían los nexos con los partidos políticos nacionales. Por lo tanto, nos ocuparemos de cuatro grupos: la Juventud Patriótica (JUPA), que dependía del partido político MOIR con una orientación marxista-leninista o línea maoísta; la Juventud Comunista (JUCO), que dependía del partido político comunista colombiano con influencia de la Unión Soviética; los trotskistas, sustentados en el pensamiento libertario de León Trotsky; los Camilistas, que pertenecían a la corriente que dejó tras de sí la incorporación de Camilo Torres Restrepo al Ejército de Liberación Nacional en noviembre de 1965. De estos cuatro grupos, los tres últimos tenían, presuntamente, nexos con movimientos insurgentes.     

El periodo histórico lo ubicamos en el aüo 1971, por ser el aüo de la presentación y negociación del Programa Mínimo de los estudiantes colombianos”. Esta propuesta, estuvo acompaüada de grandes movilizaciones nacionales, siendo Ministro de Educación el liberal Luis Carlos Galán, bajo el gobierno del conservador Misael Pastrana (1970-1974), que finalizaba el Frente Nacional.

En la metodología presentaremos las posiciones ideológicas con los puntos de acuerdo y disenso de los cuatro grupos estudiantiles de izquierda y los enfrentamientos internos entre ellos y la unidad respecto a su supervivencia frente a los ataques del grupo de estudiantes y profesores autodenominados “Frente colombianista”, dirigido por el profesor Corsi Otálora, abiertamente declarados de “derechas” y sustentados políticamente en el discurso y acciones de los llamados “Camisas negras” en Italia, el fascismo alemán y, en especial, se recogían en la fuerte influencia de la “falange” espaüola que desde la década de los treinta tenía repercusión en intelectuales reconocidos en el ámbito educativo, como MiguelJiménez López[4], embajador de Colombia en Alemania entre 1925-1926; Rafael Azula Barrera, director del diario El Vigía, “El Vigía, órgano de expresión de las derechas” en la ciudad de Tunja. Por otra parte, dentro del sector moderado, bajo los principios del partido conservador, y vinculados al campo de la educación se destaca al educador Rafael Bernal Jiménez (1898-1974)[5], secretario de Educación, quien en 1928 contrató al alemán Julius Sieber (1892-1963)[6] para orientar una reforma del nivel educativo en el departamento de Boyacá, identificados en el contexto local por su participación en la constitución del proyecto educativo con el que se inauguró el proyecto educativo de la actual Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia a partir de la década de los cincuenta del siglo XX.

Las variables de análisis se agruparon en torno a: (1) el contexto socio-político de los movimientos estudiantiles en el siglo XX y la incidencia en la universidad colombiana; (2) las agrupaciones políticas estudiantiles de izquierda con presencia en la UPTC; (3) el programa mínimo y su impacto en el futuro de la universidad colombiana. En las estrategias se trabajó con documentos y entrevistas que presentan posiciones ideológicas e imaginarios en el transcurrir del tiempo.

Se concluye que los movimientos estudiantiles en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia presentan vinculación estrecha al movimiento estudiantil y a grupos políticospresentes en este periodo en el contexto nacional. Por otra parte, estas organizaciones en lo cotidiano desarrollan unos grupos de estudio sobre la realidad social, cultural y política de la nación, donde se forjaron los líderes y académicos de las siguientes décadas y otros quedaron reseüados y en aüos posteriores fueron asesinados o se exiliaron del país. Se concluye también que existen divergencias en las formas de manifestar los desacuerdos, según la concepción ideológica del grupo estudiantil, se evidencian diversos mecanismos para conseguir los objetivos propuestos. Quizá, la formación política que evidenciaban, en los aüos 70, los grupos estudiantiles de izquierda les dieron una mayor visión en la propuesta del Programa mínimo hacia una universidad con proyecto político. En esta medida se aporta elementos, desde el análisis reflexivo, para la comprensión de la dinámica actual del movimiento universitario colombiano.

 

La izquierda universitaria en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia frentea las jornadas de protesta de 1971

Para esta época, nos encontramos con un total de 85.560 estudiantes universitarios, con la capacidad de absorción de las universidades colombianas del 3,90%. Esta población estudiantil correspondía a 13 universidades públicas y 11 privadas, donde la universidad del Estado tenía una matrícula de 49.317 y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) 1852 estudiantes y 182 profesores[7], siendo una institución a donde llegaban estudiantes de todo el país, por el prestigio de la Facultad de Educación, en la formación de docentes y por la facilidad de las residencias universitarias.

La situación política del momento, se debe establecer con el hecho histórico de finalizar la alternancia de los dos partidos tradicionales: liberal y conservador que se habían pactado como sistema de sucesión en el poder desde el aüo 1957, tras el derrocamiento de la dictadura de Rojas Pinilla. Es así, que las elecciones presidenciales se dieron en el aüo 1970, se van a caracterizar por las tensiones y denuncias de “fraude electoral”, que dieron lugar al a la posesión como presidente del conservador Misael Eduardo Pastrana Borrero (1923-1997), quien designa como Ministro de Educación al liberal Luis Carlos Galán (1943-1989), en un ambiente político, del Departamento de Boyacá, donde predominaba el partido conservador, con el gobernador[8] y secretario de educación de esta filiación política.

Hay que decir, que el aüo de 1970 lo ubican como el de la “crisis social y política de profundas dimensiones que repercutía en el ambiente universitario y en la UPTC”[9]. En el contexto nacional, se tenía el antecedente de la reforma educativa y del Plan de gobierno esbozado por el anterior Ministro de Educación Gabriel Betancurt Mejía y denominado “Plan integral de educación 1968-1971” y que el nuevo gobierno de Pastrana Borrero, intentaría llevar a cabo con una reforma universitaria. Es así, que a mediados del mes de abril de eseaüo renuncia a la rectoría Eliécer Silva Celis y luego el presidente Misael Pastrana Borrero nombra a Armando Suescún Monroy Para algunos este rector tenía apertura mental, política de diálogo y tolerancia”[10], mientras que para los estudiantes fue una figura represiva, por el hecho de las expulsiones de alumnos que llevo a cabo en el aüo 1971. Lo real, es que le correspondió afrontar la cúspide el movimiento estudiantil del aüo 1971, donde las directrices de solución eran para definirlas en el contexto del gobierno nacional, aunque cada universidad estableció su pliego particular de peticiones.

En el caso de la UPTC se presentaba la influencia sobre los estudiantes, de varios grupos de izquierda[11] y de derecha para este aüo de 1971. Sin embargo, para esta investigación solo nos centramos en cuatro grupos, con ideologías políticas diferentes desde la izquierda, que se guiaban por sus respectivos partidos y se ubicaban con influencia internacional diferente de Rusia, China y Cuba. Dentro de este contexto, se demarca una gran diferencia y es la posición, primero, de qué sector debería dirigir la revolución. Para los de la JUPA-MOIR le correspondía al movimiento obrero y, por lo tanto, no estaban de acuerdo con la estrategia guerrillera. Este grupo tenía como órgano de expresión el periódico Tribuna Roja, el grupo del Teatro Libre y su máximo dirigente era Ricardo Mosquera[12]. Por el contrario, para los Camilistas y troskistas, el sector líder de la revolución debería ser el movimiento campesino y por ende la lucha armada era su principal forma de liberación[13]. Los del partido comunista con la Juco propugnaban por diferentes formas de lucha, incluyendo la armada, y la dirección de la revolución en la clase obrera.

Por otra parte, hay que decir que, el Grupo “Golconda” que se inscribía en el movimiento de la Teología de la Liberación tenía presencia en la UPTC, con líderes de la UIS que conformaron un sector radicalizado, reivindicaban las posiciones ideológicas del intelectual Camilo Torres Restrepo (1929-1966)[14]. El 15 de febrero de 1966, en el diario El Tiempo, uno de los periódicos de mayor alcance e impacto en Colombia, publicaron una reseüa sobre los hechos ocurridos bajo el titular “Camilo, el cura guerrillero”[15]. Para el grupo camilista, este sacerdote se había convertido en la luz y modelo a seguir, como representante de la fuerza y el carácter del intelectual reflexivo, sensato y crítico frente a los problemas del país[16], Su discurso del deber ser del estudiante fue introducido en la UPTC a través del citado grupo “camilistas” que lo consideraban fundamental para definir el habitus[17] de la izquierda universitaria.

Por su parte, en 1971 surge la JUPA-MOIR, desde una perspectiva “renovada” en su momento por la distancia respecto a las formas de acción y participación de los grupos de presión estudiantil.

 

La radicalización de la izquierda universitaria

En estos aüos de 1970 a 1971, los grupos estudiantiles de izquierda tenían tres sitios de reuniones en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. La primera, correspondía a las habitaciones de las residencias universitarias masculinas, ubicadas en el centro de la ciudad, detrás de la catedral, en el antiguo convento Santa Clara Real[18]; se utilizaba para estudiar los documentos políticos y trazar las estrategias con respecto al movimiento universitario y alianzas con otros grupos si daba lugar. La segunda, donde se reunían los diferentes grupos estudiantiles, era el patio donde se ubicaba el comedor, actualmente Bienestar universitario. Allí, cada grupo exponía sus tesis con respecto al futuro de la universidad sustentados en citas de Marx, Lenin, Mao, Trotsky, Camilo y Marta Harnecker[19], cuyo texto era, para este período, de obligatorio conocimiento para los grupos políticos estudiantiles. El tercero, era para realizar las asambleas generales estudiantiles y se ubicaban en el gran auditorio de la universidad denominado el “FAUSTO”, que tenía capacidad para más de 300 estudiantes. Los de estudiantes de izquierda se reconocían por su vestimenta informal, que acompaüaban de una ruana y por lo tanto, contrastaba con las de los hombres y mujeres que se les tildaba de tradicionales. Las mujeres con vestido, cartera y media velada y los hombres con su vestido formal de paüo, sin corbata. Para esta época ya no se llevaba el sombrero muy común en la década anterior[20].

Como hemos indicado, en la UPTC existieron, entre otras organizaciones de izquierda, Espartaco (trotskista), los Comandos Camilistas, la JUPA-MOIR, la JUCO y MUFLA (alianza entre la línea Pekín y la línea Cuba); estas organizaciones confluían en los debates organizados por el Consejo Superior Estudiantil (COSUES), precedido por Germán Pinzón, Hernando Benítez, Queipo Timaná, Jairo Durán y Ernesto Camacho (1970-1971). Los entrevistados coincidieron en resaltar en Germán Pinzón su capacidad de oratoria, convocatoria y dirección del movimiento; a Hernando Benítez se le recuerda por ser agitador y también porque, tras su captura ilegal en 1979, se originó el movimiento conocido como el Catedralazo[21].

La presencia de la mujer en el movimiento estudiantil era escasa, si bien a partir 1957 habían ingresado como estudiantes las primeras 20 mujeres al programa de Filología e Idiomas, “todas ellas externas, quienes fueron organizadas en una sección femenina, dirigida por una profesora”[22]. De hecho lo hicieron, previo permiso del “ Obispo de Tunja y de la Ministra de Educación Nacional, seüora Josefina Valencia de Hubach (1913-1991)”[23], hermana de Guillermo León Valencia (1909-1971), quien posteriormente, fuera presidente en el periodo 1962-1966. Más adelante, ingresaría la primera mujer docente a la Facultad de Educación Lucía Corsi Otálora, hermana del profesor Luis Corsi, dirigente del grupo denominado “Frente Colombianista”. Considera, Ana Hamon que “Es así, como las primeras mujeres estudiantes y docentes que ingresaron a la UPTC lo hicieron a la Facultad de Educación, para ejercer su tarea de educadoras, y de Enfermería, para ser cuidadoras de la salud de la familia y de la sociedad”[24]. Es más, tomando las 3 cohortes de las mujeres en la Uptc, que establece esta investigadora, localizamos que es en el segundo periodo cuando las estudiantes y docentes ingresan a la política universitaria. En este periodo la influencia de los movimientos feministas rompe con estructuras y formas de sociabilidad de la sociedad conservadora de la época. Se evidencia en frases despectivas, como: “se volvió macho”, usadas para referirse a las estudiantes que integraban grupos de estudio para analizar y organizar acciones que permitieran dar visibilidad a nuevas lecturas sobre la realidad política de la nación colombiana, alejadas del canon establecido por las autoridades académicas, eclesiásticas y políticas.[25]

Para el aüo 1971, el ingreso de la mujer a los movimientos de izquierda, se daba ya en forma abierta, aunque recibían el rechazo de los sectores conservadores. Podemos reseüar el grupo efímero femenino denominado “Tania” que lideró Diana Soto[26], en el grupo camilista y que dejaría al ingresar al MOIR, para ser la gestora de la Juventud Patriótica, en la UPTC, en el aüo 1970.

El COSUES convocaba a asamblea para discutir las principales problemáticas de la universidad, el país y la región, como lo recuerda Carlos Castro: El teatro Fausto se convierte en el centro de la vida estudiantil y de la vida política y del movimiento estudiantil en la UPTC, los grandes debates en la historia de la UPTC se dan en el teatro Fausto[27] [...] los protagonistas fundamentalmente dos grupos, por un lado Espartaco, la Brigada Che Guevara, los grupos Camilistas y por el otro lado grupos como el Frente Colombianista[28].

Se evidencia que las asambleas son conducidas por las organizaciones de izquierda y por los líderes estudiantiles que integran el COSUES, y que el paro es, en última instancia, una medida de presión hacia la administración.

En aquella época el problema de la alimentación era secundario, se pagaban tres pesos por comida, y simplemente, cuando esta no era adecuada o se quería llamar la atención, se hacía el “llamado de los cubiertos”, que consistía en hacer sonar todos al mismo tiempo los cubiertos sobre la mesa y al final cada estudiante se llevaba para su casa el recordatorio del cubierto. Se recuerda que lo fundamental era la bandera de la universidad pública, que en el Moir correspondía —el ideal en un eslogan—, a tener a una institución “científica, democrática y de masas”[29].

Con el fin de verificar las tensiones y posiciones del estudiantado, se presenta a continuación un recorrido por algunos de los acontecimientos seüalados en la prensa y en las actas del Consejo Superior y Académico, para los aüos de 1970 y 1971.

En primera instancia, debemos seüalar que el movimiento estudiantil era nacional. Se gestó desde la convulsión política originada en el aüo 1970, como resultado del aumento en la cobertura y la situación financiera del sistema estatal de universidades; en segundo lugar, debe considerarse el potente discurso del socialismo latinoamericano que tenía eco en los estudiantes universitarios; precisamente, una de las banderas de lucha se relacionaba con la participación de agencias extranjeras, particularmente de los EEUU, como asesores de la organización curricular de las Universidades Publicas Colombianas. En el marco de estas discusiones sobre la política educativa tiene lugar la construcción de un pliego conocido como “Programa Minino de los Estudiantes Colombianos”, donde se establecen las condiciones “mínimas” para desarrollar una agenda de construcción de la política educativa con la participación activa de la ciudadanía y de los responsables de la Universidad como bien de la sociedad, los Estudiantes Universitarios.[30]

Para el domingo 1 de febrero de 1970, el periódico El Tiempo titulaba: “Anuncian huelga en la universidad de Tunja. Se espera la participación de 300 estudiantes en la huelga en rechazo al ingreso de recursos económicos de la Fundación Ford”. A esta huelga se llegó por el acuerdo de los grupos de estudiantes de la izquierda en la UPTC. Es relevante comentar que, en todo el país, la izquierda universitaria reemplazar por: interpretaba los préstamos y aportes de las fundaciones “gringas” como evidentes seüales del intervencionismo estadounidense (imperialismo), que buscaba, de una forma u otra, imponer las recomendaciones del Plan Atcon[31], particularmente en lo que tenía que ver con la despolitización de la universidad.

Es evidente que las acciones colectivas de los estudiantes lograban captar la atención de los medios de comunicación, donde encontramos la transcripción y descripción de las controversias y tensiones que experimentaba la comunidad universitaria; sin embargo, al interior del movimiento se van a presentar fisuras entre los grupos estudiantiles. Es más, en las actas del Consejo Superior quedó registrada la participación de estudiantes que estabanen desacuerdo con la medida del paro, rechazaban y se oponían a los métodos utilizados por estos “grupos de presión”, que se autodenominaban estudiantes “independientes” y deseaban entrar a clase:[...] actualmente el grupo llamado independiente de estudiantes universitarios, quienes están en permanente lucha ideológica con elementos filo comunistas, que en ocasiones han hecho uso de la fuerza y la violencia contra ellos. Pide que las directivas universitarias fijen su posición con respecto a este movimiento y a esos grupos de presión que entorpecen la labor que ellos quieren desarrollar en bien de la Universidad. El Seüor Arzobispo y el Padre Bello elogian la entereza del estudiante Palacios al hacer estos planteamientos y le piden que organicen una brigada de buenos líderes que oriente al estudiantado y a la ciudadanía en las buenas doctrinas[32].

La confrontación ideológica no se da solo entre la izquierda universitaria. Es importante destacar, que en la universidad va a existir una organización de derecha que actuaba como grupo de presión, en la cual participaban no solo estudiantes, sino profesores. A este grupo se le denominaba el Frente Colombianista, y la fuente ideológica se encontraba en las teorías de Primo de Rivera, Adolfo Hitler y los trabajos de Luis Corsi Otálora[33].

Este grupo (Frente Colombianista), desempeüo un papel fundamental en el movimiento estudiantil, porque asumieron la función de denunciar a sus compaüeros estudiantes militantes en la izquierda, ante las fuerzas militares. Por este motivo se les denominaba los “esquiroles” “camisas negras” “fascistas”. Esta situación es denunciada en Consejo Académico por el representante de los estudiantes cuando indica que: “en la portería los militares tienen dos listas, la una por la resolución rectoral y otra elaborada, según dicen por otros estudiantes”[34]. Existen también seüalamientos de que acudían con perros a las protestas, vestidos con camisas negras, actuando como fuerza de choque y apoyo a la incursión de la policía y el ejército en la UPTC.

Así mismo, el profesor Luis Corsi Otálora, nombrado por casi todos los entrevistados como líder de este grupo, escribió una novela que lleva por título La batalla olvidada[35], a propósito de los hechos que van a iniciarse a partir de la masacre de los estudiantes en Cali, en la que va a registrar, de manera anecdótica, los hechos ocurridos en el aüo de 1971 y el papel del Frente Colombianista en la UPTC. Su papel ha sido determinante en la preservaciónde los ideales del conservadurismo en el contexto universitario; además, permite ver el reflejo de las tensiones políticas que se experimentaban en el país para la década del setenta.

Por su parte, los grupos de izquierda articularon un movimiento que fue organizándose y se presentaron en todo el país movilizaciones sociales[36] y se integraron a las mismas los estudiantes universitarios. Reiteramos que ese aüo se presentó un movimiento social donde confluyeron los de FECODE y la organización campesina ANUC que tenía como eslogan la defensa de “la tierra para el que la trabaja”.

Dentro de las causas generales del movimiento encontramos la solidaridad de los estudiantes universitarios por los hechos ocurridos el 26 de febrero de 1971 en Cali[37], cuyo saldo fueron alrededor de veinte muertos. Desde ese momento las universidades se van a unir en solidaridad con las jornadas de protesta, realizando tomas de los campus, asambleas y paros que, en la mayoría de ocasiones, terminaron en pedreas por el ingreso de la policía a los claustros universitarios[38]. La coyuntura del movimiento nacional permitió hacer públicas las denuncias por la injerencia de capitales extranjeros para la financiación de la universidad (créditos de entidades extranjeras y fundaciones)[39], la crisis de representación de las universidades (Consejos Superior y Académico), seüaladas como aparatos burocráticos que solo facilitaban el detrimento de la Universidad Pública puesta al servicio del mercado, se exigía una mayor participación en el gobierno universitario[40].

Para los estudiantes, su pensamiento se orientaba hacia la estrategia que “solamente un paro general permite que, entre el aire libre a la universidad, que docentes y alumnos, piensen sobre el servicio que dan o reciben y sobre el establecimiento mismo”[41].

Dentro de este contexto, se entiende que la izquierda universitaria en la UPTC se uniera a las jornadas de movilización a partir del mes de marzo. En esta universidad se organizó una marcha por la ciudad, para el día 29, que continuaría con paros escalonados, pequeüas acciones que tenían como objetivo establecer anormalidad académica, llamando la atención a la población, frente al escenario de protesta estudiantil desatado en el país desde el 26 de febrero en Cali. De esta manera, las jornadas de solidaridad se sumaron al rechazo de la política estatal, a las normas expedidas por las autoridades de la universidad: Consejo Superior y Consejo Académico, en respuesta a la modernización de la universidad en función no de la sociedad sino del capitalismo y el mercado.

Para la izquierda universitaria la crisis obedecía al avance de la universidad hacia la privatización socavando la financiación del Estado hacia la Universidad Pública. Ciertamente, los organismos Internacionales como el Banco Mundial iban imponiendo sus medidas y no es un hecho a parte que, a partir del aüo 1967, cuando fue presentado el Plan Básico para la Educación Superior, resultado de la “Misión de Asesoramiento, Proyecto de Educación Superior de Colombia”, se establece una política de auto-financiación de la universidad pública y de darle pre-rogativas y facilidades al crecimiento de la universidad privada. De esta manera se entiende, que los gobiernos recibían con beneplácito los informes como el de Rockefeller, Atcon, que contaron con la participación del Fondo Universitario Nacional y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional[42]. Es necesario, indicar que las políticas educativas para esta época ya eran expuestas en los lineamientos por las organizaciones internacionales creadas al final de la segunda guerra mundial como el Banco Mundial (1944), con sede en Estados Unidos; la UNESCO (1945) creada en Londres y adscrita al ONU y la OEA (1948), también con sede en Estados Unidos. Es en este contexto, que a su vez nacen las organizaciones políticas de Izquierda y las sindicales como la Asociación Sindical de Profesores Universitarios ASPU (1966)[43].

Nos encontramos, pues, en 1971, con organizaciones sindicales y los grupos estudiantiles — buscando las estrategias de unidad para enfrentar las políticas internacionales que consideraban privatizarían la universidad pública y la unidad para buscar la autonomía universitaria. Conviene destacar que, para el 15 de abril, un día después de culminado el III Encuentro Nacional Universitario en Palmira (Valle del Cauca), que da a conocer el Programa Mínimo de los estudiantes, y se hace manifiesta la exigencia de los estudiantes frente a la composición del Consejo Superior de la universidad. El periódico El Tiempo del 16 de abril, al referirse a los hechos ocurridos en Tunja, seüala: “ Toma transitoria de la rectoría de la Universidad, para solicitar la exclusión de los representantes de la curia, Acerías Paz del Rio, ex alumnos, banca, comercio e industria del Consejo Superior de la Universidad [...] En reunión efectuada hoy en la maüana los estudiantes aprobaron realizar bloqueos de media hora a las principales vías de acceso a la ciudad “para explicar a los pasajeros lasfinalidades que el estudiantado persigue con el plan básico de la reforma universitaria”. Pese a la orden nacional de realizar manifestaciones, los universitarios tunjanos acordaron no llevar a cabo la que tenían programada para hoy, con el propósito de evitar enfrentamiento con las autoridades[44].

Las jomadas de movilización universitaria iban en aumento en el país. Fueron militarizadas la Universidad de Valle, UIS, Nacional, Cartagena, Medellín, Cauca y la UTP en Pereira. Los estudiantes de la UPTC, el día 21 abril realizaron una manifestación con disturbios y pedreas a la gobernación de Boyacá, a las oficinas de El Tiempo y el Club Boyacá[45]. Así fue registrado en El Tiempo del 22 de abril de 1971: Por lo menos tres mil estudiantes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia participaron en una manifestación de protesta, que fue disuelta enérgicamente por la policía mediante la utilización de gases lacrimógenos [...] en la tarde las autoridades desalojaron a los estudiantes que ocupaban las vías de esa capital. La calma era anoche total, aunque los universitarios exteriorizaron su propósito de continuar hoy el paro de 48 horas, para atender lo dispuesto por el “Encuentro de Palmira”. Ante esta situación, la administración de la UPTC declaró vacaciones, a partir del 22 de abril hasta el 8 de mayo. Pero, dentro de este contexto del movimiento estudiantil nacional, el gobierno (el 5 de mayo) presenta catorce puntos de la reforma universitaria y anuncia su implementación a partir del mes de junio[46]. La convulsión política se trasladó a movimiento social con el apoyo de organizaciones sindicales y este hecho lleva al gobierno, en el trascurso del mes de mayo, a cerrar dieciséis universidades, incluida la UPTC.

Es así, que el Consejo Académico evalúa la situación, y para el día 27 de mayo acuerda reanudar actividades a partir del 14 de junio. Es preciso indicar, que se advierte a la comunidad estudiantil que “si para esa fecha no se normalizan las actividades académicas se declarará cancelado el semestre”[47]. En un acto de presión, y buscando principalmente la desmovilización del estudiantado, se estableció que de asistir al menos un veinte por ciento del curso (un solo estudiante), las clases serían impartidas. Hay que decir, que la mayoría del Consejo Académico presentaban una posición contraria al movimiento estudiantil.

Si bien se reanudaron actividades en la UPTC a partir del 22 de junio, en todo el país se vivieron intensas jornadas de movilización. Se entiende que, tras lograr el programa mínimo y ante lo expresado por el ministro de Defensa el 1 de mayo, quien declaró que el Programa Mínimo “no llena ninguna aspiración de los universitarios”, los estudiantes se lanzaron a las calles para socializar el documento, con la constante represión que en algunos casos degeneró en enfrentamientos, con saldo de estudiantes muertos, golpeados y detenidos.

Las jornadas de protesta en la UIS y en la Universidad de Caldas llevaron a la militarización y cierre de la UIS; para el día 26 de junio la prensa registraba choques en la UPTC, los estudiantes ocupaban la universidad, desalojaban a estudiantes y profesores desde el día 25 de junio y se declaraba el paro en solidaridad con las protestas en la UIS, con la particularidad de la irrupción del Frente Colombianista: [.] hacia la media noche, el grupo Frente Colombianista, que propicia el retorno a la normalidad académica, penetró en la Universidad, quitó los obstáculos que los “maoístas” habían colocado y dejó los muebles en orden para las clases de hoy, que se reanudaron con escaso número de alumnos[48].

El representante estudiantil Néstor Romero expresa la situación de la siguiente manera: “Esto no es de la universidad, es una situación general; aquí se estaba demorando y se agudizó por las palabras del ministro. La universidad estaba normalizada y las otras universidades enviaron sus protestas. Así, en la Universidad Nacional hay un letrero que dice: “Nos iremos a entregar como lo estudiantes perros de Tunja”, al igual que en la Universidad Libre y en la UIS[49].

El 2 de julio la asamblea decide reanudar actividades en la universidad[50]. Para el día 12 de julio, en el acta del Consejo Superior se evidencia la continuidad de las acciones de protesta, se hacen seüalamientos por parte del decano de la Facultad de Ingeniería, Eduardo Machado Leiva, y resaltan los nombres de Hernando Benítez, Juan Mejía Peüaloza, Orlando Cabás, Guillermo Castro Esparragoza, Eduardo Barón Gallardo, Celso Montaüa, Zahin Cuadros, Yamel López y Edgard Castro[51]. Según este documento las acciones emprendidas por los estudiantes se presentan en respuesta a las declaraciones del ministro de Educación, al referirse a la Pedagógica y Tecnológica de Colombia como modelo a seguir por las demás universidades del país que se encuentran movilizadas, refiriéndose a la acción del Frente Colombianista y el retorno a la normalidad académica, lo que causa la aversión de la izquierda universitaria.

A causa de la tensión vivida en el país y específicamente en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, desde el 10 de julio de 1971, la ciudad de Tunja quedó bajo la vigilancia de las fuerzas armadas. Debemos considerar varios elementos: por cuenta del decreto 1259, que daba plenos poderes a los rectores para expulsar estudiantes, profesores y administrativos. Unido al anterior decreto se anunció la expedición de uno nuevo que incorporaba al ejército a los estudiantes expulsados o que estuvieran en receso sin causa justificada[52]. Es así, que se desencadenó una persecución contra los líderes del Consejo Nacional Estudiantil[53]. Estos fueron capturados por el DAS y doce estudiantes de la UPTC fueron suspendidos y diecisiete expulsados. Pero, además, la administración de la UPTC para garantizar que los estudiantes asistieran a clases les expidió credenciales especiales, con lo que consideraba se garantizaba el reintegro y la normalidad académica.

La universidad, en cabeza de rector Armando Suescún Monroy, enfrentaba el desafío representado por las movilizaciones estudiantiles. Así expresaba la situación el Consejo Académico: “El lunes 12 de Julio, sin provocación causa o motivo alguno, se presentaron desórdenes, atropellos a los profesores y a los alumnos en clase; causa para la sanción de 12 estudiantes [...] el 13 se intentó la toma de la rectoría. Toma bochornosa con la presencia de centenares de encapuchados, con el intento de agresión al rector [.] la sanción favoreció la subsistencia de la Universidad[54]. Dentro de este contexto, se presenta el cierre de la UPTC y se ratifican las resoluciones 225 y 228, mediante las cuales se sancionaba con la suspensión de matrícula a un total treinta y cinco estudiantes, de los cuales diecisiete serían irrevocablemente expulsados (16 de julio de 1971). Pero, como se ha indicado los hechos ocurridos en el campus universitario de la UPTC, estaban relacionados con la coyuntura nacional y la actitud del Consejo Académico en cada una de las sesiones fue la preocupación por identificar y sancionar a los estudiantes implicados en las acciones que impedían la normalidad académica: [...] no debemos ser de oídos sordos. Ayer sancionamos, hoy los hechos fueron más graves y no podemos callarnos. Y pide a los miembros del consejo que comuniquen a sus profesores el deber de ayudar en la identificación de los estudiantes autores de la zambra, y que maüana al medio día esté identificada esta gente, comunicándolo a los decanos, a los directores de división, a la secretaría académica o a la rectoría, no siendo necesario hacerlo por escrito y que igualmente se guardará absoluta reserva[55].

El problema estaba planteado con la sanción a los treinta y cinco estudiantes. Hay que decir, que este hecho generó desconcierto entre los universitarios y en los siguientes meses se llevarían a cabo acciones en solidaridad y exigencia del reintegro de los sancionados. El movimiento estudiantil se reagrupa y para el mes de noviembre se decretó el paro, de modo que los estudiantes dejaron de asistir a clase el 19 de noviembre. El decano de ingeniería describe la situación de la siguiente manera: “El punto clave y álgido está en el reintegro de los 35 estudiantes sancionados. Hoy se observa una total inasistencia. Ayer asistieron a clase los llamados colombianistas, pero hoy no, originándose así una polarización”[56].

El hecho es que el movimiento estudiantil nacional continuaba y esta coyuntura desató en la UPTC un escenario de confrontación. Quedo en la palestra la evidencia de las posiciones encontradas entre los estudiantes y la administración. Por un aparte, los primeros, se encontraban divididos entre una izquierda minoritaria y fraccionada; un grupo de derecha apoyado por docentes y decanos; y una comunidad apática. Por otra parte, la posición de las autoridades consistía en preservar su derecho de autoridad bajo la legitimidad de las leyes, su objetivo era, conservar el orden y no ceder ante las demandas de los estudiantes; conciliar o ceder hubiera significado presentarse débil ante la presión que ejercían los grupos de izquierda[57]. Así lo expresa el rector Suescún: [.] las sanciones son justas y adecuadas por lo tanto las confirmo [.] el reintegro total significaría que en la universidad se entroniza indefinidamente el poder del grupo de los estudiantes que provocaron los desórdenes del pasado, entronización del desorden y el caos; se sabría que en la universidad las sanciones son de mentirillas hoy y maüana se borran; cuatro meses después por un paro las autoridades van a retroceder o temblar, retroceden asustadas[58].

Queda establecido, que, si bien los grupos estudiantiles obedecían a directrices nacionales de la coordinadora nacional estudiantil y de la dirigencia de sus respectivos partidos políticos, en la práctica las condiciones locales eran diferentes. Así quedó demostrado en las universidades como la UIS, la Nacional o la Universidad de Antioquia, donde los estudiantes mantenían jornadas de protesta que obligaron al gobierno a pactar y en los casos de Bogotá y Antioquia se pudo realizar por corto tiempo la experiencia del anhelado cogobierno universitario[59].

Quizá, el debilitamiento del movimiento estudiantil en la Uric, se deba a la posición de la administración de no negociación y una fuerte amenaza de represión, a lo que se le sumo la participación de los estudiantes de derecha, encargados de seüalar estudiantes comprometidos o no con la izquierda universitaria.

Este escenario, junto con una inclinación apolítica de un vasto sector de la comunidad universitaria uptecista, crearon las condiciones para que, en diciembre de 1971, se estableciera la normalidad académica, tras la firma de un acuerdo en Bogotá entre el ministro de Educación, el rector y un sector de la representación estudiantil. Hay que decir, que esta representación de los estudiantes no presentó una posición unificada, por lo tanto, ante las autoridades universitarias, se invalidaban las demandas de las organizaciones estudiantiles de izquierda[60]. En definitiva, el “glorioso” movimiento estudiantil del aüo 1971, no logró los objetivos deseados por los estudiantes uptecistas. Pero, consideramos que fue una de las mayores experiencias de práctica de la cultura política, donde quizá fue el periodo donde se formaron la generación que aüos más tarde ocuparían cargos de dirección académica en las diferentes universidades del país.

 

Conclusión

En términos generales, concluimos que la situación del movimiento estudiantil en la UPTC no se separa del contexto que vivieron las demás universidades del país. Los logros alcanzados se pueden medir en el grado de experiencia adquirida por los líderes estudiantiles que participaron activamente en las jornadas de protesta, sus experiencias se convierten en una referencia para comprender la crisis actual de la universidad, que, al igual que en 1971, presentan posiciones que se confrontan en los espacios académicos y de socialización. Esta experiencia permite analizar las prácticas políticas de los grupos estudiantiles de izquierda de la época, donde la formación teórico-ideológica de sus miembros nos ayuda a reflexionar en los cambios que se han dado en la universidad en términos de lo que representa hoy el estudiantado. Es así, que, a nuestra pregunta inicial sobre la vinculación e impacto del movimiento estudiantil, con apoyo de la sociedad boyacense, podemos seüalar que las demandas se ubicaron en el espacio académico e institucional. En el caso de la UPTC, quedo en evidencia un movimiento estructurado ideológicamente que logró grandes movilizaciones y vinculación, y se rescata la formación de los líderes con proyección en el ámbito universitario nacional Pero, en cuanto a las reivindicaciones locales, primó las posiciones divergentes, con las divisiones internas de los colectivos estudiantiles, que junto con las políticas represivas de expulsión y la no vinculación del sector social y sindical al movimiento, incidieron en el hecho de no lograr una negociación local que permitiera alcanzar el sueüo del cogobiemo universitario, que solo se lograría en Colombia, hasta el aüo i99i, con el cambio de la Constitución política del país.

Conflicto de interés

Los autores declaran que no tienen conflicto de interés.

Financiamiento

Resultado del proyecto marco “Políticas públicas, reformas y movimientos universitarios en Colombia", SCI Í295, vinculado como resultado del Proyecto de investigación “Culturas políticas e imaginarios de los profesores de Licenciatura en Filosofía, Ciencias Sociales (UPTC), y ENS (UPTC) en la formación de educadores", SCI 2406. Vicerrectoría y Dirección de Investigaciones, UPTC. Proyecto de tesis doctoral movimientos estudiantiles universitarios: El caso de la Universidad Nacional de Colombia (1953-1974).

Referencias

Fuentes primarias

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Fuentes testimoniales

Entrevista a Camargo, Nelson. Tunja, 12 de enero de 2016.

Entrevista a Castro, Carlos. Tunja, 10 de enero de 2016.

Entrevista a Cuervo, Carlos. Tunja, 12 de enero de 2016.

Entrevista a informante anónimo. Tunja, 20 y el 22 de noviembre de 2015.

Entrevista a Mojica, León. Tunja, 9,10 y 12 de enero de 2016.

Entrevista a Munar, Carlos. Tunja, 23 de julio, 10 de octubre de 2015 y 7 de enero de 2016. Entrevista a Soto Arango, Diana Elvira, septiembre de 2016 y septiembre, agosto de 2018.

Fuentes secundarias

Acevedo Tarazona, Álvaro. "Movilización y protesta estudiantil en Colombia (1971). Una lectura desde la organización gremial por el cogobierno universitario y la memoria de protagonistas y testigos", Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, n.° 16 (2011): 221-241,233.

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Cómo citar: Bernal Villate, Sandra Liliana y Naranjo, Diego: “El movimiento estudiantil en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 1971” Revista Historia de la Educación Latinoamericana vol.23 no.36 (2021).



[1]     Resultado delproyecto marco “Políticas públicas, reformas y movimientos universitarios en Colombia", SGI 1295, vinculado como resultado delProyecto de investigación “Culturas políticas e imaginarios de los profesores de Licenciatura en Filosofía, Ciencias Sociales (UPTC), y ENS (UPTC) en la formación de educadores", SGI 2406. Vicerrectoría y Dirección de Investigaciones, UPTC. Proyecto de tesis doctoral movimientos estudiantiles universitarios: El caso de la Universidad Nacional de Colombia (1953-1974).

[2]     Magíster en Historia de América Latina. Candidata a doctora, Universidad Pablo de Olavide. Espaüa, docente Escuela de Ciencias Sociales Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Miembro Grupos de investigación HISULA, sandra.bernal@uptc.edu.co.

[3]     Magíster en Historia de América Latina. Estudiante de doctorado, Profesor Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Miembro Grupos de investigación HISULA-ILAC. diego.naranjo@uptc.edu.co

[4]     Abel Fernando Martínez-Martín, “Trópico y Raza. Miguel Jiménez López y la inmigración japonesa en Colombia, 1920-1929", Historia y Sociedad, n.0 32, (2017): 103-138, https://dx.doi.org/10.15446/hys.n32.59366.

[5]     Fue rector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia de 1963 a 1965. Se considera que aportó en el campo de la educación de Colombia en “la Escuela Nueva y la Facultad de educación". El Dr. historiador Javier Ocampo lo ubica en la generación de los nuevos, pero en el estudio de Soto, Rivadeneira, Duarte, Bernal 2018, no se le ubica. Véase. Javier Ocampo López, Rafael Bernal Jiménez, Sus ideas educativas, sociológicas, humanistas y la Escuela Nueva en Boyacá. (Tunja, Doctorado Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, RUDECOLOMBIA), 33-40. Diana Elvira Soto Arango, José Antonio Rivadeneira, Jorge Enrique Duarte Acero, Sandra Liliana Bernal, “La generación del movimiento estudiantil en Colombia. 1910-1924". Tunja, Revista Historia de la Educación Latinoamericana. vol. 20, n.° 30, (2018): 217-241.

[6]     Su primera labor fue en la Escuela Normal Superior desde 1926, donde en 1928 inició labores “el curso suplementario de especialización" (Ordenanza 38 de 1929 de la Asamblea de Boyacá). En 1952 fue rector de la Escuela Normal Superior que se traslada nuevamente a Tunja y al aüo siguiente se expide el Decreto 2655 de 1953 que crea la Universidad Pedagógica de Colombia. Véase Lina Adriana Parra Báez, La Universidad Pedagógica de Colombia y la formación de maestros 1953-1960.) Tunja, Serie Historia y Ciencias Sociales, 3, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2003)48, 49.

[7]     Jerónimo Gil Otálora. Viaje de la memoria por la Escuela de Idiomas. 1960-2010. (Tunja, Uptc, 2013), 98.

[8]     Humberto Avila Mora, fue gobernador del 28 de agosto de 1970 al 18 de enero de 1972.

[9]     Ibíd., 19.

Ibíd., 21.

Álvaro Acevedo Tarazona y Gabriel Samacá Alonso. “Juventudes universitarias de izquierda en Colombia en 1971: un acercamiento a sus discursos ideológicos" Revista Historia Caribe 8, n.° 22, (2013): 195-22.

La cúpula de la dirección la ocupaban Otto y Omar Ñáüez, Daniel Paternina y Marcelo Torres, entre otros.

Su máximo dirigente Germán Pinzón.

Eduardo Umaüa Luna. “El sociólogo Camilo Torres y su influjo sobre el país, desde la Universidad Nacional de Colombia", Revista Colombiana de Sociología, vol. 6, n.0 1 (2001): 52-57.

Walter Broderick, Camilo, el cura guerrillero (Nueva York: Doubleday, 1975 - Bogotá: icono Editorial, 2013). Cfr. Fernando Cubides, Camilo Torres: testimonios sobre su figura y su época (Bogotá: La Carreta Social, 2010).

Camilo Torres. Liberación o muerte (comp. de textos con int. de Francisco González) (La Habana: Instituto del Libro, 1967).

Pierre Bourdieu se refiere a las estructuras mentales o cognitivas por medio de las cuales las personas orientan el mundo social. Citado por Álvaro Acevedo Tarazona, Por una vía explicativa, 298.

[18]   Se le llamaba el edificio Residencias Sor Josefa del Castillo, ubicadas en la carrera 7 con calle 19 y 20, en la ciudad de Tunja.

[19]   El libro de Marta Harnecker, Los conceptos elementales del materialismo histórico (Madrid: Siglo XXI editores, 1969), se convirtió en un texto base para los grupos de izquierda y las bases del marxismo. Entrevista a Diana Elvira Soto Arango, Tunja, septiembre, 2018.

[20]   Los de izquierda utilizaban ruana en las noches y chaquetas. Los “tradicionales, ropa de paüo. Entrevista a Diana Elvira Soto Arango, Tunja, 5 septiembre de 2018.

[21]   Véase: Olmedo Vargas, “Un movimiento más allá de la Universidad: La democracia y el derecho a la vida", en Movimientos universitarios: América Latina, siglo XX, ed. Olmedo Vargas Hernández (Tunja: RUDECOLOMBIA, 2005).

[22]   Suescún, óp. cit.,234.

* “Josefina Valencia, fue gobernadora del Departamento del Cauca en 1955, Ministra de Educación de 1953 a 1957, siendo la primera mujer en el país que ejercía esta importante posición que había sido reservada solo para los hombres. Fue Senadora de la República en l960 por la Alianza Nacional Popular. Una de las fundadoras de la Organización Nacional Femenina la que le correspondió presidir por algún tiempo". En: Melo, óp. cit., p.436.

[23]   Ana Hamon. “Las mujeres docentes en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. 1961- 1980". Tesis doctoral. Doctorado en Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Rudecolombia. Tunja, 2010: 14.

[24]   Ana Hamon. Las mujeres docentes en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 20.

[25]   Frases comunes en los aüos setenta en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, que se fueron rompiendo a través del tiempo por la participación activa de la mujer en movimientos estudiantiles. Entrevista a Diana Soto Arango, 7 de agosto de 2010, por Ana Hamon, citada en la tesis doctoral,

[26]   El grupo publicó un folleto Titulado “Tania la guerrillera", que solo tuvo 3 ediciones. Soto, utilizó el seudónimo de Liliana López y bajo este nombre recibía la correspondencia de China, de la Revista “China Reconstruye", que luego se distribuía en la universidad y cuadros políticos del MOIR. Entrevista a Diana Soto, 6 agosto de 2018.

[27]   Teatro Fausto es un auditorio de la UPTC, con una capacidad aproximada para 250-300 personas.

[28]   Álvaro Acevedo Tarazona y Gabriel Samacá, “Entre la movilización estudiantil y la lucha armada en Colombia. De utopías y diálogos de Paz", Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, vol. 20, n.0 2 (2015): 1 57-182.

[29]   Entrevista a Diana Elvira Soto Arango, septiembre de 2016.

[30]   Publicado en Revista Historia de la Educación Latinoamericana, 2008, n.° 11, pp. 257-258.

[31]   R. Atcon, “Plan Atcon" (1961), misión enviada por la UNESCO, Eco Revista de la Cultura Occidente, t. VII/1-3 (mayo - julio 1963).

[32]   Acta n.° 3 de 1970. Archivo UPTC, Fondo Actas: Consejo Superior.

[33]   Entrevista a Nelson Camargo, Tunja, 12 de enero de 2016. Entrevista a Carlos Castro, Tunja, 10 de enero de 2016. Entrevista a León Mojica, Tunja, 10 de enero de 2016. Entrevista informante anónimo, Tunja, 20 y 22 de noviembre de 2015. Así mismo, en las entrevistas realizadas por Luis Fernando García Herreros en 1998 a Armando Moncada, Javier Pereira, Darío Vargas y Pepe González, en Luis Fernando García Herreros, “Movimiento estudiantil colombiano y su incidencia en el movimiento estudiantil de la UPTC. 1970-1980. Tesis de pregrado, Escuela de Ciencias Sociales en Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 1998.

[34]   Intervención de Samuel Malangón, representante de los profesores. Acta del 13 de julio de 1971. Consejo Académico, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Archivo UPTC. Fondo Actas: Consejo Académico.

[35]   La obra del profesor Luis Corsi Otálora, formado como representante del nacionalismo, se caracteriza por la defensa del tradicionalismo hispánico. En su abundante producción narrativa y ensayística rechaza los postulados del liberalismo económico, el capitalismo y la democracia. Entre sus trabajos relacionados con la universidad encontramos: De la democracia al partido único (1969), Crisis universitaria y poder político (1971), Los estandartes rotos (1972) y La batalla olvidada (1974). Biografía de L. C. Otálora. Véase: https://consejofelipesegundo.wordpress.com/2013/12/28/ha-muerto-luis-corsi-otalora/ (22 de enero de 2016).

[36]   Álvaro Acevedo, Tarazona, 1968. Historia de un acontecimiento. Utopía y revolución en la universidad colombiana. (Bucaramanga, Universidad Industrial de Satander, 2017), 36.

[37]   “Declarado el Estado de Sitio, decreto 250 del 26 de febrero de 1971", El Tiempo, 26 de febrero de 1971,1 y 6. En esta edición se comparan los hechos en Cali con las protestas de mayo en Francia.

[38]   En ese aüo la prensa nacional registraba innumerables acciones de protesta en las principales ciudades, protagonizadas por los estudiantes. En Bogotá, Bucaramanga y Medellín se registraron confrontaciones con la fuerzas militares e incineración de vehículos oficiales; en Cali se dan batallas campales en las calles, como lo recuerda el escritor caleüo Andrés Caicedo en su cuento El atravesado (Bogotá: Editorial Norma, 1997): “El 26 de febrero prendimos la ciudad de la Quince para arriba, la tropa en todas partes, vi matar muchachos a bala, niüas a bolillo, a Guillermito Tejada lo mataron a culata, eso no se olvida. Que di piedra y me contestaron con metralla. Que cuando hubo que correr corrí como nadie en Cali. Que no hay caso, mi conciencia es la tranquilidad en pasta, por eso soy yo el que siempre tira la primera piedra". En Bucaramanga se declara toque de queda a partir de las jornadas de protesta del 15 de abril: “la medida se adoptaba con el fin exclusivo de mantener la paz, por cuanto se venía preparando por parte de elementos subversivos, la perturbación del orden". Gabriel García-Peüa, “Toque de queda en Bucaramanga", El Tiempo, 16 de abril de 1971, 1.

[39]   “Las fundaciones extranjeras, a través de las cuales se ejerce el colonialismo cultural y económico, deben someter a revisión todos sus programas sobre ayuda técnica y financiera. El gobierno debe iniciar la política de reajuste de las regalías petroleras, para que sin mayor recaudo se destine a la financiación de la actividad científica de las universidades". Declaraciones de Heraldo Romero en rueda de prensa del 15 de abril, El Tiempo, 16 de abril de 1971, 9.

[40]   Los profundos debates a favor y en contra del Co-gobierno, están delimitados por el sistema de ideas de una u otra organización estudiantil.

[41]   Crisis universitaria colombiana, 83.

[42]   Justo, Cuüo Bonito. El Espacio Iberoamericano del Conocimiento en la perspectiva de transformación de la Universidad en una Microversidad. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, vol. 21 n. 32 (2019): 35-58

[43]   ASCUN: 50 aüos construyendo pensamiento universitario (Bogotá: Panamericana Formas e Impresos, 2009).

[44]   José Riveros, “Estudiantes se tomaron rectoría de la U. de Tunja", El Tiempo, 16 de abril de 1971,9.

[45]   “Clausuradas dos universidades", El Tiempo, 22 de abril de 1971, 6.

[46]   “Reforma total en junio", El Tiempo, 5 de mayo de 1971, 1 y 6. Se transcribe el discurso del presidente Misael Pastrana Borrero.

[47]   Acta del Consejo Académico, Tunja, 27 de mayo de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas.

[48]   José Riveros. “Choques en la U. de Tunja", El Tiempo, 26 de junio de 1971, 9. Se anota por parte de la secretaria académica “que la fecha de iniciación de clases del segundo semestre académico será el 18 de octubre de 1971".

[49]   El Tiempo, 30 de junio de 1971, 3.

[50]   José Riveros. “Ocupada la U. de Nariüo. Levantan paro en Tunja", El Tiempo, 2 de julio de 2016, 6.

[51]   Consejo Académico UPTC, Acta n.° 28, Tunja, 12 de julio de 1971, 1-3. Archivo UPTC, Fondo Actas.

[52]   Una investigación exclusiva del tema podría seüalar si la medida se aplicó y cuántos estudiantes expulsados fueron reclutados (Ley 1.a de 1945). “Servicio militar para estudiantes expulsados 9 de julio", El Tiempo, 10 de julio de 1971, 1.

[53]   Marcelo Torres, Boris Ackerman y Leonardo Posada fueron detenidos los días 28 y 29 de octubre “bajo la acusación de agitadores". “Detenido el dirigente estudiantil M. Torres", El Tiempo, 30 de junio de 1971, 2.

[54]   Consejo Académico UPTC, Acta del 19 de noviembre de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas, 6.

[55]   Intervención de Hernando Mesa Pérez, secretario académico. Consejo Académico UPTC, Acta del 13 de julio de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas.

[56]   Intervención de Eduardo Machado, decano de Ingeniería. Consejo Académico UPTC, Acta del 19 de noviembre de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas.

[57]   Reiteramos que “la universidad es ante todo un ente constituido por múltiples capitales (social, cultural, simbólico, económico y político), enfrentados en una lucha que atraviesa una serie de campos relativamente autónomos con respecto al espacio social en su conjunto, y en el cual unas personas detentan un capital particular y luchan con otras que detentan otras variedades de capitales para dar más fuerza al suyo en una red que interviene en todos los campos". Álvaro Acevedo Tarazona, “Por una vía explicativa del Movimiento Universitario en Colombia", Prospectiva, n.° 18 (2013): 295-318. Renate Marsiske, “La universidad de México: Historia y desarrollo", Revista historia de la educación latinoamericana, n.° 8 (RUDECOLOMBIA, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2006).

[58]   Intervención de Armando Suescún Monroy, rector. Consejo académico UPTC, Acta del 19 de noviembre de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas.

[59] En la Universidad Nacional surgió en noviembre de 1971 y en la de Antioquia en enero de 1972, pero fue efímera su existencia dado que en mayo de 1972 fueron derogados, declarados ilegales y disueltos a fines de mayo de 1972 mediante los decretos 856 y 886. Se restauró la vigencia del decreto 1259 que restituyó a los rectores autocráticos, suspendió la participación de estudiantes y profesores en los consejos superiores y restableció la asistencia del ministro de Educación. Álvaro Acevedo Tarazona, “Movilización y protesta estudiantil en Colombia (1971). Una lectura desde la organización gremial por el cogobierno universitario y la memoria de protagonistas y testigos", Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, n.° 16 (2011): 221-241, 233.

[60] Consejo académico UPTC, Acta del 19 de noviembre de 1971, Archivo UPTC, Fondo Actas. Aparecen Leonor Gamarra y Néstor Romero como representantes de los estudiantes; sus posiciones se dividen frente al caso de los treinta y cinco estudiantes que reclaman su reintegro. Luego de escuchar los argumentos del rector, Leonor está de acuerdo en que se mantengan las sanciones. Por su parte, Néstor apela hasta la última instancia y advierte que no se da ninguna solución manteniendo las sanciones.