https://doi.org/10.19053/01227238.15379
Artículo de Investigación
El
pensamiento rural y la reforma agraria en el movimiento estudiantil upetecista, 1979[1]
Rural thinking and agrarian
reform in the Upetecista
student movement of 1979
Pensamento rural e reforma agrária
no movimento estudantil upetecista, 1979
Paola Andrea Ochoa Pérez[2]* https://orcid.org/0000-0002-3526-022X
*Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia Grupo de investigación ILAC
Sandra Liliana Bernal Villate[3]* https://orcid.org/0000-0002-3821-7550
*Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia Grupo de investigación HISULA
Resumen
Objetivo:
Analizar el planteamiento de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) en el año 1979, en contraste con las consignas y la
prensa de la época con relación a la reforma agraria y el pensamiento de la
ruralidad boyacense.
Originalidad/aporte:
Evidenciar el grado de relación de los estudiantes de la Uptc
con el sector rural, campesino y agrario, en las reivindicaciones
sociopolíticas de la época.
Método:
A partir de una perspectiva histórica, política y social se construye la
temática investigativa desde la exploración bibliográfica y el análisis
documental de diversas fuentes de prensa local y nacional.
Estrategia/recolección de información:
Se realiza una contextualización desde la revisión de los documentos políticos
y sociales de la época, enfocada en lo que sucedió en el año 1979, con el
análisis de periódicos.
Conclusiones:
Evidenciar
el
pensamiento rural y la relación de los estudiantes upetecistas
con la reforma agraria del año 1979 y el movimiento estudiantil del “catedralazo".
Palabras
clave: Ruralidad; movimiento
estudiantil; catedralazo; reforma agraria.
Abstract
Objective: To
analyze the approach of the ANUC in 1979, in contrast
with the slogans and press of the time in relation to the agrarian reform and
the thinking of the rurality of Boyacá.
Originality/support:
This research shows the degree of relationship between Uptc students and
the rural, peasant and agrarian
sector regarding the socio-political demands of
the time.
Method: we
follow a historical, political and social perspective.
The research topic is based on bibliographic exploration and documentary
analysis of various local and national press sources.
Strategy/Data Collection: the
political and social documents of the time are contextualized with the events
of 1979, through the analysis of press articles.
Conclusions: Evidence
of the rural thinking and the relationship of the Uptc
students with the agrarian reform of 1979 and the student movement of the catedralazo.
Keywords:
Rurality; student movement; catedralazo; agrarian reform.
Objetivo: Analisar
a abordagem da Associação Nacional de Usuários Camponeses (ANUC) em 1979, em contraste com
os slogans e a imprensa da época em
relação à reforma agrária
e o pensamento do Boyacá rural.
Originalidade/contribuição: Demonstrar em que medida os estudantes
da Uptc se relacionavam
com o
sector rural, camponês e agrário nas exigencias sócio-políticas da época.
Método: A partir de uma perspetiva histórica, política e social, o tema de investigação
é construído a partir da exploração bibliográfica e da análise documental de diversas
fontes da imprensa local e nacional.
Estratégias/coleta de dados: É efectuada uma
contextualização através da revisão dos documentos políticos e sociais da época, focando o
que se passou em 1979, com a análise de jornais.
Conclusões: Evidencia-se
o pensamento rural e a relação dos estudantes Upetecistas com a reforma agrária de 1979 e o movimento estudantil do “catedralazo".
Palavras-chave:
Ruralidade; movimento estudantil; catedralazo;
reforma agrária.
Recibido: 10/10/2022
Evaluado: 26/05/2023
Aprobado: 19/07/2023
El presente
artículo tiene como objetivo analizar
el planteamiento de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) con relación a la reforma agraria y el pensamiento de
la ruralidad en el departamento de Boyacá en el año 1979, en contraste con los
comunicados y las noticias de la prensa, ., Se parte de la premisa de pensar la
ruralidad dentro del movimiento estudiantil, atendiendo al pensamiento
colectivo de los estudiantes del año 1979, según este movimiento, como un hecho
político a favor de la comunidad tunjana en general.
En
cuanto a la metodología, es cualitativa con un método histórico, con relevancia
en el análisis del discurso histórico consignado en la prensa y documentos,
mediante una revisión de fuentes primarias y secundarias que contribuyeron a la
investigación, para lo cual se toman en cuenta, por categorías de análisis, en
primer lugar, una exploración documental en prensa y archivos con prioridad en
los acontecimientos de relevancia para la investigación; en un segundo lugar,
la consulta a comunicados y acciones estudiantiles, y en último lugar, lo que
la reforma agraria y la ANUC presentaban como defensa
de los derechos de los campesinos.
Se
presenta como primera variable de análisis el periodo histórico del año 1979,
con relación a los acontecimientos relevantes tanto políticos como educativos y
sociales de la época, desde los comunicados estudiantiles y de medios de
difusión nacional como El Tiempo, El Espectador y el Diario
Oficial, y los periódicos locales El
Campesino y El Informativo Boyacense;
igualmente se consideró el semanario Voz Proletaria[4]
para ampliar la investigación hacia otras posturas e ideologías.
Adicionalmente, se tuvo en cuenta la reforma agraria que en ese momento se
esgrimía como un componente para transformar la estructura agraria, con el
objetivo de darle cabida a la repartición de tierras.
La
segunda variable de análisis es la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), cuyos planteamientos en cuanto a la organización
política y social la evidencian como una organización dedicada a la protección
de los campesinos y al resguardo de sus derechos; se presentan los objetivos de
la ANUC con relación al pensamiento de la ruralidad
para la época y cómo esto dirigía sus acciones y hacia lo que realmente
buscaba, un favor colectivo por la representación de los campesinos.
En
la tercera variable de análisis se describe el movimiento estudiantil
denominado el “catedralazo” —el origen de esta
investigación—, llamado así por cuenta de la toma de la Catedral Primada de
Tunja como albergue y lugar de protesta por parte de una congregación de
estudiantes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia que se
movilizó para pedir la liberación de uno de sus líderes estudiantiles y como
reivindicación por el derecho a la vida.
Finalmente,
al cotejar los planteamientos de la ANUC con los
propósitos de la — reforma agraria y el movimiento estudiantil, en medio de un
periodo lleno de turbulencias y de régimen militar por parte del Gobierno, se
puede concluir que sus acciones confluían en el mismo objetivo de reivindicar
los derechos humanos y especialmente el derecho a la vida. Constituyeron, en
gran medida, el punto de partida de lo que hoy es la reforma agraria, así como
los movimientos estudiantiles en todo el país.
Contexto histórico, año 1979
En
la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)[5]
celebrada en enero de 1979, se proclamó ese año como el Año Internacional del
Niño, factor determinante para
dar una mirada a la infancia en Colombia que, para ese entonces, contaba con
once millones de niños entre los cero y los doce años, de los cuales unos
cuatro millones, desde muy temprana edad, tenían que realizar trabajos
superiores a sus fuerzas, y veían limitadas sus posibilidades de educación. Por
ello, el niño rural colombiano se encontraba en riesgo biológico de nutrición y
salud, y presentaba altas tasas de morbilidad y mortalidad[6].
Fuente:
Periódico El Campesino, 14 de enero de 1979.
Imagen 1. Fotografías tomadas para
una columna periodística titulada “Niños piden más educación"
En
lo que respecta al tema de la educación, en una encuesta realizada por el
periódico El
Campesino entre los campesinos de Santander, una de sus preguntas
era ¿qué esperan para el año 1979? Se obtuvieron respuestas tales como: “Ya
estamos cansados con tanta promesa por parte de los gobernantes y los
políticos, no queremos saber nada de los gamonales ni de politiqueros”; agregó
una señora: “Nosotros estamos dispuestos como siempre a trabajar para que haya
comida en las ciudades pero si respetan nuestra dignidad, valoran nuestro
esfuerzo y nos pagan lo que es justo”; otra respuesta fue: “Nos piden que
produzcamos más, que nos tecnifiquemos, y a la hora de la verdad no nos
facilitan la educación, la capacitación, el crédito ni tal asistencia técnica, total
se
queda en veremos”[7].
En
cuanto al semanario Voz Proletaria, en
una columna titulada “La infancia”, afirma: “[...]
así vemos cómo celebra el fascismo el Año Internacional de la Infancia, qué
respeto tiene por la juventud en sus países”; señala que en Colombia, al amparo
del estatuto de seguridad, los servicios secretos han detenido muchos niños
como una forma de obligar a sus padres a presentarse ante las autoridades, el
encarcelamiento de los niños la tortura o su asesinato es no solo una violación
jurídica a los Derechos Humanos, es la más cruel y bastarda acción del fascismo
pero tal vez también lo que mejor muestra su carácter inhumano[8].
La
presidencia de la República de Colombia la ocupaba, en ese entonces, Julio
César Turbay Ayala[9]
a
nombre del partido liberal[10];
dentro de su “Plan de Integración Nacional, 1979-1982”, en lo que respecta al
tema de la educación, con Rodrigo Lloreda Caicedo[11]
como ministro de Educación, tenía, como primer objetivo, “[...]
describir la evolución más reciente y el estado actual de los niveles escolares
del sistema educativo y en segunda instancia señalar algunos puntos críticos
dentro del mismo con miras a terminar las líneas de política a mediano y largo
plazo”[12].
Así
pues, en dichos diagnósticos en torno al sistema educativo se determinó que en
primaria existían diferencias significativas en cobertura y retención entre las
zonas rural y urbana, y que la población rural que ingresaba al sistema solo
alcanzaba a cursar, en promedio, un grado y medio en tanto que la urbana
superaba ligeramente, en promedio, los tres primeros grados. En cuanto a la
secundaria, los servicios ofrecidos en el área rural eran mínimos, en tanto que
la educación superior era inexistente en esta área, debido
a que existía una concentración de los servicios del Estado en los centros
urbanos[13].
Se hace la salvedad en este apartado de la importancia en la educación rural.
De acuerdo con Gómez et al.: “La educación en las
zonas rurales tiene un papel fundamental, ya que es uno de los instrumentos más
importantes para reducir la pobreza y la desigualdad existentes en el campo
colombiano”[14]. Con
relación a la época, en un diagnóstico del PND se
evidencia lo que es la educación rural y las alternativas para realizar una
cobertura educativa de calidad.
Desde
esta medida, por ser la educación uno de los focos de atención para cada
Gobierno, son frecuentes las consultas de cómo se ve la educación en América
Latina, y para la época así se informaba al Departamento de Educación de los
Estados Unidos:
Rural
America as a unique segment
of society, continues to exist in a rich variety of forms. The diversity which
has frustrated policy makers in dealing with rural problems continues. Neither
ignoring that segment of the population nor implementing uniform “urban” policies
has made the problem less unique or less urgent.[15]
En
cuanto a la parte social, para
este tiempo en Colombia ocurrió lo que el
periódico El
Espectador tituló como el “Gran robo de armas del M-19 al
Ejército”[16], operación
en la que ese grupo guerrillero penetró las instalaciones del Cantón Norte en
Bogotá y robó alrededor de siete mil armas, una de las muchas situaciones que
han caracterizado la violencia que enmarca el conflicto armado en Colombia.
Como respuesta a la situación, el Gobierno promulgó el denominado “Estatuto de
Seguridad” mediante el decreto 1923 del 6 de septiembre de 1978, “Por el cual
se dictan normas para la protección de la vida, honra y bienes de las personas
y se garantiza la seguridad de los asociados”.
El
29 de junio de 2020 la Comisión de la verdad, a través de un foro que tomó en
cuenta los antecedentes de las torturas y sus consecuencias
desde el Estatuto de Seguridad durante el
periodo del presidente Turbay, se dijo:
La
promulgación del Estatuto de Seguridad [...],
a un mes de posesionado el nuevo gobierno, desencadenó un repertorio de
actuaciones alarmantes de las fuerzas militares y de policía: allanamientos de
domicilio sin orden judicial, detenciones arbitrarias, torturas, desaparición
forzada, consejos verbales de guerra para juzgar a civiles,
[...]
La
situación de derechos humanos se agravó luego del robo de armas del Cantón Norte
del Ejército por parte del M-19 en Bogotá en el cambio de año entre 1978 y
1979, y la reacción militar y policial para recuperar las 7.000 armas y
capturar a los responsables del robo.[17]
Asimismo,
el diario El
Tiempo daba cuenta del primer Foro Nacional sobre Derechos
Humanos en Colombia, en el que “fueron formuladas denuncias documentadas sobre
casos concretos de allanamientos, detenciones y torturas en distintos lugares
del país, y particularmente en la Brigada de Institutos Militares de Bogotá (en
Usaquén) y en otras dependencias militares”[18].
Por
su parte, Voz
Proletaria,
en una columna titulada “No más torturas”, señala: “Gravísimos testimonios de
las víctimas; el B2 es una asociación de torturadores”[19], y presenta diversos
testimonios de las víctimas en los cuales relatan los tipos de torturas a los
que fueron sometidos, denunciando y rechazando este hecho.
Es
necesario recordar que, para el año 1979, el gobernador de Boyacá era Jorge
Perico Cárdenas[20], del partido
Liberal. En la alcaldía de Tunja estuvieron Gustavo Mendieta Castel- blanco[21], seguido,
como alcalde encargado, de Germán Gamma Cubillos[22] y finalmente, de diciembre de
1979 a marzo de 1981, el alcalde de la ciudad de Tunja fue el abogado liberal
Luis Felipe Machado Leyva[23].
En
lo que respecta a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia[24], el gobierno
del presidente Julio César Turbay Ayala designó
como rector a partir del viernes 16 de febrero de 1979, al abogado y economista
Juan B. Pérez en reemplazo de Jorge Palacios Preciado, quien había renunciado
en forma irrevocable desde septiembre del año anterior. Según la prensa de ese
año la designación del nuevo rector fue bien recibida por los estamentos del
departamento, especialmente la provincia de Sugamuxi[25].
De
acuerdo con los comunicados de la prensa[26]
del año 1979, la rama educativa en Boyacá presentaba apremiantes interrogantes
en lo que respecta a la educación superior, el departamento arrojaba un
promedio de seis mil estudiantes bachilleres y normalistas y solo se contaba
con un centro de educación superior, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia, que daba cupo tan solo al 20 % de los aspirantes a estudios
superiores y es a partir de allí que se solicitó al Ministerio de Educación
Nacional nuevas alternativas para la educación.
Con
el fin de que se ampliara la correspondiente autorización para la apertura de
nuevas carreras, lo indispensable era el que se le asignaran nuevas partidas
dentro del presupuesto nacional. En ese sentido, el ministro de Educación
Nacional, Rodrigo Lloreda Caicedo,
aprobó el presupuesto correspondiente al año de 1979 presentado por el
departamento de Boyacá por intermedio del Fondo Educativo Regional (FER), según
lo que informó el delegado regional Rito Manuel González Cuevas.
Las partidas afectaban directamente al fisco
nacional en más de mil millones de pesos; incluyendo el reajuste docente que se
pagó en la nómina del mes de mayo con retroactividad al mes de enero, el
presupuesto aprobado fue de 916 463 998 pesos, pero en este se agregó un
reajuste docente según las instrucciones del ministro Lloreda Caicedo. Este
presupuesto contempló, aparte de la nómina, diferentes planes educativos que
fueron coordinados por el FER en Boyacá[27]:
1. Plan de capacitación y perfeccionamiento
docente y televisión educativa[28],
que cobijó — 92 municipios, entre
ellos 42 escuelas rurales. 2. Plan de educación de adultos o alfabetización,
con 334 plazas ocupadas para alfabetizadores en 120 colegios en los que se
capacitaron más de catorce mil personas mayores de 14 años. 3. Plan
curricular de capacitación docente. 4. Plan de Escuela
Nueva enfocado directamente al sector rural campesino, coordinado por la FER y
la Secretaría de Educación de Boyacá[29].
La educación superior se convierte entonces
en un reto social y político para asumir:
El
hecho es que, el gran desafío de la universidad estatal consiste en formar un
profesional, que llegue sin carencias socio-educativas
y en las mismas condiciones deformación y calidad que
la universidad privada. Dado que la educación es en la práctica el único medio
de ascenso social y de mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos,
es deber del Estado y de su sistema educativo el orientar políticas que
favorezcan a los estratos sociales más bajos [...].[30]
Para
el mes de junio de 1979 en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
se comienza a promover la producción bibliográfica de autores universitarios y
se crea la primera asociación de metalúrgicos; el ministro Lloreda Caicedo
oficializó que cambiaría de nombre la universidad y a partir del mes de agosto
pasaría a llamarse Universidad de Boyacá, pero nunca se llevó a cabo.
Fuente: El
Informativo Boyacense.
Imagen 2. “Plaza Camilo Torres”,
Edificio Central de la UniversidadPedagógica y
Tecnológica de Colombia, Tunja, 1979
Según
el acuerdo 024 del 6 de junio de 1979[31], expedido bajo la rectoría de
Juan B. Pérez, se asignaron como nuevos secretarios de Educación de la
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia a Carlos Sandoval
Fonseca, secretario académico; Javier Ocampo López,
secretario de investigaciones y de extensión universitaria y Luis Alberto
Cervantes Zambrano, secretario de
bienestar universitario. Dentro de las importantes labores que adelantó esta
administración de la UPTC, se contó con la
construcción de aulas para albergar más facultades, un aspecto de los trabajos
propuestos en la universidad para el progreso del departamento[32]. En cuanto a
educación regional, el 22 de septiembre de 1979,
“[...]
los economistas Rosita Cuervo Rayeras y Ósmar Correal
Cabral, [...] liderarían la la primera institución de educación superior privada [la
Universidad de Boyacá] en la región que ampliaría las posibilidades educativas
para jóvenes bachilleres de Boyacá y que años después se convertiría en una de
las obras más grandes y con mayor impacto del oriente colombiano y del País”.[33].
Planteamiento
de la ANUC y la reforma agraria
Desde
la colonización de España, Colombia pasó por la distribución de tierras
supeditada a los juicios de casta[34] que aplicaba
el régimen monárquico español. Hasta bien entrado el siglo XX inmensurables
cantidades de tierra seguían en manos de las mismas familias, militares,
personas influyentes y políticos, generando mayor desigualdad.
La
agricultura colombiana en los primeros años del siglo [veinte] fue muy
precaria, impulsada por la exportación de café; se veía una disputa de
políticas económicas, intervencionismo por el lado liberal y proteccionismo por
el lado conservador, esa disputa llevaría al sectarismo partidario que no
permitió promover una reforma agraria efectiva. Alfonso López Pumarejo del
partido Liberal [...], era abanderado de la intervención estatal afavor del bienestar social, llevó a término un conjunto de
reformas en los ámbitos constitucional, agrario, tributario, judicial,
educativo, laboral y de política exterior, por estas reformas el gobierno
recibió el nombre de revolución en marcha.[35]
Llegada
la década de 1960, acontecimientos históricos trascendentales como la
Revolución cubana[36] produjeron
fuertes oleajes de cambio en todo el continente, y como respuesta el gobierno
de J. F. Kennedy de los Estados Unidos echó a andar un programa de ayuda
económica y social que denominó “Alianza para el Progreso”, con el propósito
de, entre otros, promover reformas agrarias en doce países latinoamericanos.
“Fue así como las élites nacionales y los Estados Unidos pactaron una ‘reforma
agraria integral’, cuya prioridad fue salvaguardar la estabilidad política y
económica del Frente Nacional en las áreas rurales, en desmedro de la
redistribución de la propiedad”[37].
Es
a partir de la ley 135 del 15 de diciembre de 1961[38] que comienza a pensarse en
crear una asociación de usuarios campesinos, originada por cuenta de todas las
luchas históricas de los campesinos en Colombia por la reivindicación de sus
derechos y sus tierras. Tiempo después, por medio de la resolución 061 de 1967
y el decreto 755 de mayo de 1967, se crea legalmente la Asociación Nacional de
Usuarios Campesinos (ANUC).
Esta
asociación ha sido considerada en la historia del país como el movimiento
campesino de mayor auge y más importante en los últimos tiempos, cuyas raíces
se encuentran en la reforma agraria propuesta por el gobierno de Carlos Lleras
Restrepo[39], gobernante
que apoyaba la reforma en el campo impulsando el accionar político de los
campesinos; durante su mandato se promovió la mencionada ley 135 de 1961 y
luego de esta se creó el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA).
En
palabras del dirigente Jesús María Pérez, integrante de la ANUC
desde sus inicios,
La
ANUC se convirtió en un instrumento de lucha de los
trabajadores rurales, que pasaron de ser sirvientes de los propietarios de
tierras a actores capaces de formular decisiones políticas para el bienestar
del campesinado colombiano. Los usuarios campesinos tuvieron desde un comienzo
un gran éxito: todas esas comunidades dispersas se unificaron por primera vez
para trabajar sobre unos lineamientos de tipo general para la lucha del
bienestar general de los habitantes del campo[40].
Bajo
estas convicciones la ANUC empezó a posicionarse como
un movimiento popular y a pesar de contar con personería jurídica desde mayo de
1967, consideran como acto fundacional la realización del primer Congreso
Nacional de la ANUC, el 7 de julio de 1970. De
acuerdo con ello iniciaron las reuniones preparatorias para las jornadas de
recuperación de tierras, en las que más de cien campesinos, en la década de
1970, se posicionaron en latifundios y baldíos con el objeto de hacerlos productivos,
ocupaciones que unas veces fueron otorgadas por el Instituto Colombiano de la
Reforma Agraria (INCORA) y otras tantas tomadas “a
sangre y fuego”.
Fuente: Fotografía tomada por la ANUC y publicada en El Espectador en 2020.
Imagen 3. Primer Congreso Nacional
de la ANUC, el 7 de julio de 1970
Estas
reuniones solían acompañarlas con canciones que, ocasionalmente, resumían su
lucha diaria por la defensa campesina. Canciones como “La lora proletaria” del
cantautor boyacense Jorge Velosa, o “A desalambrar”,
del cantante y compositor uruguayo Daniel Viglietti, interpretada por el
chileno Víctor Jara, referente de la música protesta:
Yo pregunto a los presentes
Si no se han puesto a pensar
Que esta tierra es de nosotros
Y no del que tenga más
Yo pregunto si en la tierra
Nunca habrá pensado usted
Que si las manos son nuestras
Es nuestro lo que nos den
A desalambrar, a desalambrar
Que la tierra es nuestra
Es tuya y de aquel
De Pedro y María
De Juan y José
Así
pues, los lemas emblemáticos de la ANUC eran “la
tierra es para quien la trabaja”[41], y “tierra
sin patrones”.
[...] la ANUC
realizaba su famosa “toma de tierras”, que consistían en tomar posesión de
terrenos pertenecientes a los hacendados de la zona que no tenían utilidad
agrícola, para ser recuperados y repartidos entre los campesinos y así darle
productividad. Bajo el famoso lema de “la tierra para quien la trabaja” [,..].[42]
Estas
dinámicas se llevaron a cabo en todo el país, pero comenzaron en las planicies
de los departamentos de Sucre y el Valle del Cauca, donde la ANUC contaba con amplio apoyo de los campesinos dado que la
mayoría de sus integrantes venía de conformar distintos movimientos campesinos.
Además
del proceso de enseñanza, los primeros pasos de la ANUC
fueron para diagnosticar la situación del campo. Entonces se encontró que la
violencia había afectado de gran manera al campesinado y que pocos eran
propietarios. La mayoría de la población era aparcera, arrendataria o no tenía
dónde cultivar:[43]
Para
el año 1979 la ANUC se redujo notablemente, por
cuenta del ya mencionado Estatuto de Seguridad del presidente Julio César
Turbay.
Con
el otorgamiento de autonomía a la Fuerzas Militares para controlar el orden
público, aumentaron las expulsiones violentas de los predios y la persecución y
tortura de los líderes campesinos. Muchos de ellos murieron. La acción militar
llevó a frenar de tajo la toma de tierras. Se pasó de 11 en 1977 a ninguna
entre 1978 y 1979 y solo 4 de 1980 a 1981. El temor a la respuesta del Ejército
diezmó y debilitó a la ANUC.[44]
Movimiento
estudiantil “El catedralazo”
En
la trayectoria del movimiento estudiantil se pueden comprobar las constantes
manifestaciones en favor del campesino colombiano, específicamente en temas de
reivindicación de derechos.
Para
el año que nos ocupa, 1979, el Estatuto de Seguridad, que conllevaba amenazas y
militarismo, también había conseguido menguar las manifestaciones y las
reuniones sociales. Cualquier opositor o crítico del Gobierno se convertía en
una amenaza a los valores políticos trascendentales de la nación, pero lo que
pasó el domingo 22 de abril, la desaparición del estudiante de ingeniería
Hernando Benítez en la ciudad de Tunja, fue un factor determinante[45].
En
palabras de Olmedo Vargas Hernández exrector de la Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia:
Al
culminar la realización de una jornada extra de tareas, ese domingo 22 de abril
de 1979, en la penumbra de la tarde, a un poco más de una cuadra de la plaza de
Bolívar, a la vuelta de la esquina del sitio en que fue ejecutada por
ahorcamiento doña Inés de Hinojosa, y
en el momento de despedirse de su compañero Gabriel, fue introducido por la
fuerza a una camioneta de color amarillo, sus ojos vendados y después de
vueltas y revueltas es conducido por la vía a Bogotá a uno de los centros de
reclusión y tortura que al estilo de la Dina chilena, había inaugurado la
inteligencia militar en Colombia. Desde entonces, Hernando Benítez fue
considerado por sus compañeros y por la comunidad universitaria como un nuevo
desaparecido.[46]
Tras
reuniones y diálogos que se daban en los pasillos de la Universidad Pedagógica
y Tecnológica de Colombia en torno a lo acontecido y tomando en cuenta la
situación en la que se encontraba el país con la desaparición y violación de
los derechos, la comunidad académica dio a conocer lo acontecido y de esta
manera tomó la decisión de salir a protestar para exigir al Gobierno dar a
conocer el paradero de su compañero Hernando Benítez, en defensa del derecho a
la vida.
Desde
lo escrito por Soto et al. se entiende que a partir
del “Primer Congreso Internacional de Estudiantes de la Gran Colombia se
formula un voto porque las universidades oficiales vayan haciéndose cada día
más autónomas, por la participación de los estudiantes en el nombramiento del rector
y su justa representación en el Consejo Directivo”[47]. El accionar de los
estudiantes upetecistas dio a entender que, desde su
autonomía, decidieron marchar y manifestarse:
¡A
la plaza de Bolívar... ¡Marchemos a la plaza de Bolívar! Ese solitario grito
pronto se hizo comunidad y a pesar de la prohibición para realizar reuniones
públicas de más de 3 personas o de marchar en manifestaciones públicas, cerca
de 500 estudiantes en compañía de algunos profesores y trabajadores pronto
organizaron dos filas en las que se ordenaron los marchantes [...] pintaron en
las paredes: ¡Exigimos respeto a la vida de Hernando Benítez!, A ¡Abajo
el estatuto de seguridad!, ¡Abajo el gobierno de Turbay! Luego de dos
kilómetros de marcha universitaria, avanzaron desde la plazoleta de las Nieves
a la plaza de Bolívar[48]
Esta
manifestación, que si bien no era la respuesta a una
problemática institucional interna, fue pensada por la desaparición del
compañero Benítez, pero era la voz de repudio por los acontecimientos
nacionales en torno a los estudiantes, los campesinos y las familias colombianas.
Para Sánchez, “el movimiento estudiantil tendió a adquirir fuerza, las
autoridades gubernamentales, las fuerzas policíacas o militares más los aliados
de ocasión comenzaron a articular su respuesta a lo que consideraron, desde principio
a fin, una provocación política de manos extrañas”[49].
Lo
acontecido en la marcha por la defensa de la vida es evidencia de lo dicho:
Las 8 bocacalles que dan acceso a la plaza de Bolívar en la
callejuela de ingreso al Pasaje Vargas y en los portones de
entrada a los edificios Municipal y
déla Gobernación, rápidamente
se fueron apostando piquetes de Ejército y Policía, los cuales, para intimidar
a los marchantes, avanzaron a paso de ganso hacia el Cenicero —sitio central de la Plaza
en el que se encuentra el monumento con la figura del Libertador montado en su
caballo palomo—, para tratar de acallar los gritos de los manifestantes, la
mayoría de quienes, para evadir el cerco, se replegaron hacia
las instalaciones de Telecom, en el costado sur oriental. El cerco fue preciso
y era inminente una detención masiva de estudiantes; pero al sentirse
plenamente rodeados, desde el tumulto de los manifestantes un grito chillón y
angustiado proclamó: ¡A la catedral!...
¡Rápido, todos a la catedral...![50]
Este
hecho histórico para Tunja y para el país realzaba el compromiso y solidaridad
por las situaciones de vulnerabilidad que se estaban propagando en contra de la
vida. “Se
evidencia
que las asambleas son conducidas por
las organizaciones de izquierda y por los líderes estudiantiles [...] y que el
paro es, en última instancia, una medida de presión hacia la administración”.[51] Siendo así,
al ser estudiante se toma como una vocación el seguir la cadena de lucha y
resistencia en favor de los derechos colectivos, de ser la voz de los
movimientos campesinos, obreros, prosiguiendo la búsqueda de transformaciones
desde una mirada crítica que adquiere compromisos que directamente apoyan a una
nación. Para Acevedo Tarazona:
La
movilización estudiantil estaba siendo dirigida por grupos que de cierta manera
estaban más cercanos a las reivindicaciones universitarias, en tanto los
militantes guerrilleros promovían fortalecer militar y políticamente a sus
organizaciones. Mientras para la organización estudiantil su centro de
operaciones y núcleo deformación era la universidad misma [,..].[52]
Los
estudiantes tomaron la Catedral Primada de Tunja porque para ese momento era su
única salida, y a partir de allí, en colaboración del arzobispo Augusto Trujillo
Arango[53], seimplementaron
diálogos para que los estudiantes pudiesen salir después de varios días sin
ninguna consecuencia para su propia vida, mientras que la comunidad tunjana se
solidarizó con los estudiantes y les llevaban comida, los acompañaban a las
afueras de la catedral y desde los edificios votaban confetis como señal de
apoyo y exaltación de la protesta.
Para
ese momento, la prensa comenzó a publicar columnas relacionadas con la
desaparición; El
Informativo Boyacense tituló: “El caso del estudiante Benítez
López, una irresponsabilidad”.
Hernando
Benítez López es capturado por los servicios secretos del Estado; al ser
interrogado manifiesta que todo se debió a un problema sentimental y no
político, quienes fueron protagonistas del acontecimiento desde diferentes
situaciones, deben confesar que “hicieron el oso” al respaldar un movimiento
que no tenía justificación, tanto estudiantes como la
ciudadanía y la propia Iglesia tienen que reconocer que fueron burlados.[54]
Guillermo
León Cruz, presidente de la Asociación de Profesores Universitarios, dijo en
una entrevista con Olmedo Vargas:
Benítez
es recogido por un grupo de profesores de la Universidad Nacional y realiza un
largo diálogo con el director de la revista Trópicos Bernardo García, para
quien relata pormenorizadamente su condición de
desaparecido torturado, los diálogos con sus guardianes de tortura, su
encuentro con el general Vega Uribe y
los episodios risibles de su aparición en Zipaquirá.[55]
Por
otro lado, periódicos como El Tiempo, El Espectador y El
Siglo se pronunciaron acerca de los acontecimientos vividos en la
toma de
la catedral de Tunja censurando lo hecho por monseñor Augusto Trujillo, sobre
todo a través de las famosas caricaturas de
Osuna en las ediciones del 17, 20 y 21 de mayo de El
Espectador.
Fuente:
Caricatura de Osuna publicada por El Espectador, 17 de mayo de 1979.
Imagen 4. “Más
Papista que el Papá".
Estas
publicaciones tuvieron su respuesta por parte de la comunidad tunjana a través
del periódico El
Informativo Boyacense, con la columna “De los Paranoicos y
Soberbios... Líbranos Señor”.
Nunca antes un ateo, libre
pensador nihilista le había endilgado semejantes improperios a una persona
constituida en alta dignidad eclesiástica, a un principe
eminente de la Iglesia católica, muchísimo menos en el “país consagrado al
Sagrado Corazón de Jesús”.[56]
Hernando
Benítez duró desaparecido treinta y dos días. La comunidad upetecista
y en general la comunidad tunjana, con la ayuda y el diálogo con monseñor
Augusto Trujillo y el capellán de la
universidad, Noé Salamanca, se consiguió la salida a los estudiantes de la
catedral. En el video de Alejandra Hurtado se entrevista a un estudiante de la
Licenciatura en Biología y Química de la Universidad Pedagógica Y Tecnológica
de Colombia, participante de la toma de la catedral 1979:
Inclusive
monseñor Augusto Trujillo fue uno de los que
colaboró en forma directa para que esta toma se terminara, porque él, como
intermediario, le negoció con el gobierno que solamente nosotros veíamos que
podíamos salir en la medida en que primero apareciera el estudiante y segundo
que no hubiera ninguna represalia con ninguno de los que estuvimos dentro de la
catedral, especialmente que no se cumpliera la amenaza que se les iba a seguir
un “consejo verbal de guerra”.[57]
Los estudiantes salieron uno a uno de la
catedral con su cara tapada y en carros de los docentes de la universidad, y en
ese momento la comunidad aplaudía mientras ellos entonaban “La
Internacional”[58],
tan representativa del movimiento obrero en todo el mundo, canciones de
Mercedes Sosa y Violeta Parra, hecho notable del movimiento estudiantil para
Tunja. Una vez en el alma mater celebraron
su salida sin consecuencias y dialogaron respecto de lo sucedido.
A
los pocos días que terminó esta toma, el compañero Hernando Benítez, de una
manera muy oculta, vino a saludar y nos contó sus experiencias, las torturas
que le hicieron en las caballerizas de Bonza y nos
contó que para poder permanecer con vida tenía que irse de Colombia.
¡Es
válido esa forma de lucha, pero siempre y cuando esté organizada y bajo
principios![59]
Conclusiones
La
trayectoria de la ANUC fue significativa para los
procesos de reflexión en torno a la reforma agraria en favor de los campesinos
colombianos, y llevó a entender que, si
bien no existe una relación directa con la manifestación estudiantil del año
1979 en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, sí incide el hecho
de presentarse como uno de los movimientos campesinos con mayor auge y de
aporte fundamental en los últimos años para Colombia. Las manifestaciones y
congresos realizados por la ANUC permitieron que en
Colombia existiera la confianza para exponer el inconformismo frente a los
hechos políticos.
Colombia
atravesaba, para el año 1979, uno de los momentos que marcarían la historia del
país, social y políticamente, por cuenta del denominado “Estatuto de seguridad”
del presidente Turbay El Gobierno, convertido en un régimen autoritario,
reprimió cualquier manifestación en su contra, con el consecuente aumento del
destierro violento y la persecución y las torturas, lo
que llevó al desvanecimiento de la ANUC.
El
planteamiento de la ANUC en el año 1979, en contraste
con las consignas y la información de la prensa de la época con relación a la
reforma agraria y el pensamiento de la ruralidad boyacense, ponen en evidencia
las premisas para entender y resignificar parte de la historia del país, y
conocer los hechos que dieron valor a las manifestaciones con significado
social y comunitario.
La
manifestación estudiantil del año 1979 en la UPTC
presenta una característica diferencial de
los modos de manifestación de la época en Colombia,
debido
a la toma de la catedral y al apoyo de la comunidad bajo la premisa de la
defensa por la vida, en
la cual se encuentran involucrados la Iglesia católica, los profesores y los
ciudadanos de Tunja.
Finalmente,
es evidente que no existe un estudio histórico de lo que significó “El catedra-
lazo” —son escasos los escritos al respecto—, y también que se debe reconocer y
reseñar lo que sucedía en esa época y describir cuáles fueron los posibles
índices que incidieron en la defensa de los derechos a través del contexto
histórico y los planteamientos de la ANUC, loque se
convertiría en indudable aporte para las siguientes investigaciones de los
movimientos campesinos y estudiantiles.
Paola
Andrea Ochoa Pérez: investigación,
conceptualización, metodología, escritura (borrador y original); Sandra Liliana
Bernal Villate: conceptualización,
escritura (borrador y original).
Resultado
del proyecto de investigación “El movimiento de Córdoba, una mirada desde la
educación rural. El caso de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
(19791990)”. SGI
3281. Grupo de Investigación La Ilustración en América Colonial (ILAC).
Las
autoras declaran que no tienen conflictos de interés.
Las
autoras declaran que este articulo no tiene
implicaciones éticas en la escritura o publicación.
Referencias
Archivo Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Actas del Consejo Superior y del Consejo Académico,
1979.
El
Campesino, 14 de enero de 1979; 21 de enero de 1979.
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Espectador, 2 de enero de 1979; 07 de julio de
2020.
El
Informativo Boyacense, 18 de febrero de 1979; 20
de mayo de 1979; 20 de mayo de 1979; 22 de junio de 1979; 22 de junio de 1979;
23 de septiembre de 1979; 27 de mayo de 1979.
El
Tiempo, 10 de diciembre de 1999.
Voz
Proletaria, 4 de enero de 1979; 23 de abril de
1979.
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Vargas Hernández, Olmedo. "El Catedralazo, un movimiento más allá de la universidad: La
democracia y el derecho a la vida”. En Movimientos universitarios: América Latina, sigloXX, editado por Olmedo Vargas Hernández.
Tunja: Uptc/Rudecolombia,
2005.
Cómo
citar este artículo: Ochoa Pérez, Paola Andrea y
Bernal Villate, Sandra Liliana. “El pensamiento rural y la reforma agraria en el
movimiento estudiantil upetecista, 1979” Revista Historia
de la Educación Latinoamericana vol. 25 no.41 (2023).
[1] Artículo resultado del proyecto de
investigación del grupo de investigación La Ilustración en América Colonial,
SGI: 8132.
[2] Licenciada en Psicopedagogía con énfasis
en Asesoría Educativa, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
integrante y joven investigadora del grupo de investigación La Ilustración de
América Colonial - ILAC. paola.ochoa03@uptc.edu.co
[3] Doctora en Historia y Estudios
Humanísticos: Europa, América, Arte y Lenguas; magíster en Historia de América
Latina; licenciada en Ciencias Sociales; docente de la Licenciatura de Ciencias
Sociales de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia; integrante del
Grupo de Investigación HISULA (categoría A).
[4]
Periódico fundado el 20 de julio de 1957 por el Partido Comunista Colombiano,
en aquel entonces una organización política declarada ilegal por la dictadura
del general Gustavo Rojas Pinilla.
[5] Las
Naciones Unidas es una organización fundada en 1945 tras la Segunda Guerra
Mundial por 51 países que se comprometieron a mantener la paz y la seguridad
internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el
progreso social, la mejora del nivel de vida y los Derechos Humanos.
[6] El Campesino,
14 de enero de 1979, 8.
[7] Ibid., 21
de enero de 1979, 4.
[8] Voz Proletaria, 23 de abril de
1979, 8.
[9]
Presidente de la República de Colombia entre el 7 de agosto de 1978 y el 7 de
agosto de 1982.
[10] El
Partido Liberal Colombiano (PLC) es el partido político más antiguo de
Colombia, y el sexto partido político vigente más longevo del mundo.
[11]
Ministro de Educación de Colombia entre 1978 y 1980.
[12]
Julio César Turbay, "Plan de Integración Nacional, 1979-1982", Parte
tercera, cap. IX, La nueva política
social, 519.
[13] Ibid., Diferencias
entre el sector urbano y el rural, 520.
[14] Nubia
Gómez
et
al., "La investigación en la educación rural colombiana.
Elementos de contexto", en Imaginarios escolares sobre el bicentenario
de la Independencia americana en Escuelas Normales cundiboyacenses (2009-2019),
comp. Diana Soto et
al. (Tunja: Editorial UPTC, 2022), 94.
[15]
Nachtigal, Paul, "Improving Education in Rural
America: Past Efforts, Future Opportunities".
Accepting Rural Reality: An Agenda for the Future Improvement of Rural
Education. Informe presentado al
Education Commission of the States, Washington, 20 de
diciembre de 1979.
[16] El Espectador,
2 de enero de 1979.
[17] Comisión para el esclarecimiento de la
Verdad, la Convivencia y la No Repetición, "El Estatuto de Seguridad
durante el gobierno de Julio César Turbay", 28 de julio de 2020.
[18] El Tiempo, 30 de marzo de 1979.
[19] Voz Proletaria, 4 de enero de
1979, 5.
[20] Gobernador para el periodo 1978-1981.
[21] Fue designado alcalde mayor mediante decreto
1083 del 26 de septiembre de 1978 por el gobernador Jorge Perico Cárdenas. El
mismo gobernador acepta su renuncia mediante decreto 1326 del 20 de noviembre
de 1979.
[22] Era secretario de Hacienda del departamento
al momento de asumir el encargo de la alcaldía.
[23] Designado mediante decreto 1341 del 26 de
noviembre de 1979 por el gobernador Jorge Perico Cárdenas.
[24] Es una universidad pública, estatal, de
carácter nacional, financiada principalmente por el Estado colombiano, con sede
principal en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Boyacá.
[25] El Informativo
Boyacense, 18 de febrero de 1979, 6.
[26] Ibid., 22
de junio de 1979, 4.
[27] Ibid., 20
de mayo de 1979, 1.
[28] La
Televisión Educativa en Colombia inició labores en 1970 con la creación del
Canal 11, y solo cubría los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca,
Tolima y Huila. La primera imagen en color se transmitió el 1 de diciembre de
1979, con un mensaje del presidente Turbay desde el recién reinaugurado y
remodelado Palacio de Nariño.
[29]
El Informativo Boyacense, 20 de mayo de 1979, 1.
[30] Sara Cristina Guerrero y Diana E. Soto Arango,
''La
política educativa en torno a la masticación de la educación superior y su
relación con el abandono universitario en Colombia”, Revista historia de
la educación latinoamericana vol. 21, n.0 32 (2019): 118.
[31] Acuerdo mediante el cual se modifica la planta
de personal de la UPTC. Se crean y se suprimen algunos cargos.
[32] El Informativo Boyacense, 22 de
junio de 1979, 2.
[33] Boyacá Siete días, 22 de septiembre de 1979, 3.
[34] Ascendencia y descendencia de una persona
(mestizo, blanco, indígena, negro y esclavo).
[35] Jhonatan E. Quemba, "Reforma Agraria en
Colombia", monografías.com (s. f.). https://www.monografias.com/traba-jos97/reforma-agraria-colombia/reforma-agraria-colombia
[36] La Revolución cubana, que derrocó a Fulgencio
Batista y tomó el control de la isla en enero de 1959, constituyó un severo
golpe a la indiscutida hegemonía de Estados Unidos en Latinoamérica.
[37] Jhon H. Florián Guzmán, "Reforma Agraria
y Alianza para el Progreso en Colombia 1960-1967" (tesis de maestría en
Historia, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, 2013), IX.
[38] Ley 135 de 1961, "Sobre reforma social
agraria".
[39] Presidente de Colombia por el partido Liberal
para el período 1966-1970, el tercero del Frente Nacional. Lleras es considerado
uno de los mandatarios más proactivos en materia económica y social, y uno de
los reformadores de Colombia.
[40] Jesús María Pérez. Luchas campesinas y reforma
agraria. Memorias de un dirigente de la ANUC en la costa caribe. Puntoaparte
Editores, 2010.
[41] Lema del zapatismo en México, liderado por
Emiliano Zapata durante la Revolución mexicana (1910-1920).
[42] Jonathan Caro
Parrado, "La tierra para quien trabaja: apuntes para comprender las luchas
políticas por el territorio en los Montes de María", Revista Via luris,
n.0 20 (2016): 134.
Juan Sebastián Lombo,
"Cuando
el movimiento campesino se tomó el país: los 50 años de la ANUC", El Espectador,
7 de julio, 2020, 4.
[44] Ibid.
[45] Alejandra Hurtado, "El Catedralazo'',
video de Youtube, publicado el 17 de
marzo de 2017. https: www.youtube.com/@ alejandrahurtado862
[46] Olmedo Vargas H., "El Catedralazo, un
movimiento más allá de la universidad: La democracia y el derecho a la
vida", en Movimientos
Universitarios: América Latina, siglo XX, ed. Olmedo Vargas
(Tunja: Uptc/Rudecolombia, 2005).
[47] Diana E. Soto Arango
et al.,
"La generación del movimiento estudiantil en Colombia. 1910-1924", Revista historia de
la educación latinoamericana vol. 20, n.0 30 (2018), 228. https://doi.org/10.19053/01227238.8056
[48] Olmedo Vargas H., "El Catedralazo, un
movimiento más allá de la universidad: La democracia y el derecho a la
vida", en Movimientos
Universitarios: América Latina, siglo XX, ed. Olmedo Vargas
(Tunja: Uptc/Rudecolombia, 2005).
[49] Sergio A. Sánchez, "El movimiento
estudiantil del 68 en la prensa sinaloense. El caso de El Sol de Sinaloa"
Anuario de Historia Regional
y de las Fronteras vol. 21, n.0 1 (2016): 59.
[50] Olmedo Vargas H., "El Catedralazo, un
movimiento más allá de la universidad: La democracia y el derecho a la
vida", en Movimientos
Universitarios: América Latina, siglo XX, ed. Olmedo Vargas
(Tunja: Uptc/Rudecolombia, 2005).
[51] Sandra Bernal
Villate
y Diego E. Naranjo Patiño, "El movimiento estudiantil en la Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 1971", Revista historia de
la educación latinoamericana vol. 23, n.° 36
(2021): 279. https://doi.
org/10.19053/01227238.12750
[52] Álvaro Acevedo
Tarazona
y Diana González Rey, "Movilización y protesta estudiantil en Colombia
(1971). Una lectura desde la organización
gremial por el cogobierno universitario y la memoria de protagonistas y
testigos", Anuario
de Historia Regionaly de las Fronteras vol. 16, n.0 1 (2011),
237.
[53] Sacerdote, filósofo y teólogo colombiano,
quien protagonizó la acogida a los estudiantes upetecistas en la Catedral
Primada de Tunja.
[54] El Informativo Boyacense, 20 de
mayo de 1979, 2.
[55] Ibid.
[56] Ibid., 27
de mayo de 1979, 5.
[57] Hurtado, op. cit.. Los consejos verbales
de guerra son un procedimiento judicial militar en el cual se dilucida de forma
rápida la comisión de un delito tipificado en el Código de Justicia Penal
Militar.
[58] "Es la canción más señera del Movimiento
obrero. Se la considera el himno oficial de los trabajadores del mundo entero y
de la mayoría de los partidos socialistas y comunistas."
[59] Hurtado, op. cit.