Doi: https://doi.org/10.19053/01227238.16253

Artículo de revisión

 

Elizardo Pérez y Avelino Siñani, precursores de la liberación indígena. Warisata y el Parlamento de los amautas[1]

Lizardo Pérez and Avelino Siñani, precursors of indigenous liberation. Warisata and the Parliament of the Amautas

Elizardo Pérez e Avelino Siñani: Precursores da libertação indígena. Warisata e o parlamento dos amautas

 

Juan Guillermo Mansilla Sepúlveda[2]*

https://orcid.org/0000-0001-8175-7475

 

*Universidad Católica de Temuco, Chile Grupo de investigación HISULA

 

Resumen

Objetivo: Conocer el proyecto pedagógico de educación indígena y campesina de Elizardo Pérez y Avelino Siñani a partir de la fundación de la “Escuela Ayllu” de Warisata en Bolivia.

Originalidad/aporte: Se realizó una exhaustiva revisión y sistematización de fuentes primarias y secundarias de una temática desconocida en la historia de la pedagogía latinoamericana. Al visibilizar una de las primeras experiencias pedagógicas interculturales en Bolivia, se busca sensibilizar a los educadores y educadoras que se desempeñan profesionalmente en territorios con alta densidad indígena.

Método: Cualitativo desde un paradigma hermenéutico y con alcances descriptivos. El diseño corresponde a una revisión bibliográfica a partir de la triangulación de diversas fuentes.

Estrategias/recolección de información: La información se transforma en datos, y los datos en conocimiento a través del fichaje de cartas, documentos de archivos, fotografías, libros, prensa digital, documentales de televisión y artículos científicos indexados. El análisis desarrollado es de contenido cualitativo.

Conclusiones: La “Escuela Ayllu” de Warisata surgió en el contexto de una lucha de fuerzas sociales y políticas antagónicas muy desiguales entre la clase latifundista y los pueblos indígenas. Elizardo Pérez y Avelino Siñani fueron referentes de la educación indígena e intercultural en Bolivia y América Latina y el Caribe. Fueron un paradigma del comunitarismo indígena, la reciprocidad y el ethos de la sabiduría aymara.

Palabras clave: Elizardo Pérez; Avelino Siñani; pedagogía indígena boliviana; amantas.

 

Abstract

Objective: To learn about the pedagogical project of indigenous and peasant education of Elizardo Pérez and Avelino Siñani, founders of the “Ayllu School" of Warisata in Bolivia.

Originality/Contribution: we carried out a comprehensive review and systematization of primary and secondary sources of an unknown subject in the history of Latin American pedagogy. By making visible one of the first intercultural pedagogical experiences in Bolivia, we seek to raise awareness among educators, who work in territories with high indigenous density.

Method: qualitative approach based on a hermeneutic paradigm and descriptive scope. The design corresponds to a bibliographic review based on the triangulation of different sources.

Strategies/Data collection: Information is transformed into data, and data into knowledge through the filing of letters, archival documents, photographs, books, digital press, television documentaries and indexed scientific articles. The analysis is qualitative in nature.

Conclusions: The “Ayllu School” of Warisata emerged in the context of a struggle of very unequal antagonistic social and political forces between the latifundista class and the indigenous peoples. Elizardo Pérez and Avelino Siñani were referents of indigenous and intercultural education in Bolivia, Latin America and the Caribbean. They were a paradigm of indigenous communitarianism, reciprocity and the ethos of Aymara wisdom.

Keywords: Elizardo Pérez; Avelino Siñani; Bolivian indigenous pedagogy; amautas.

 

Resumo

Objetivo: conheça o projeto pedagógico de educação indígena e camponesa de Elizardo Pérez e Avelino Siñani desde a fundação da “Escola Ayllu" de Warisata na Bolívia.           

Originalidade/contribuição: Foi realizada uma exaustiva revisão e sistematização de fontes primárias e secundárias de um tema desconhecido na história da pedagogia latino-americana. Visibiliza uma das primeiras experiências pedagógicas interculturais na Bolívia, com isso busca sensibilizar educadores que atuam profissionalmente em territórios de alta densidade indígena.

Método: Qualitativo a partir de um paradigma hermenêutico e com alcance descritivo. O desenho corresponde a uma revisão bibliográfica baseada na triangulação de várias fontes.

Estrategias/coleta de datos: A informação se transforma em dados e os dados em conhecimento por meio da assinatura de cartas, documentos de arquivo, fotografias, livros, imprensa digital, documentários de televisão e artigos científicos indexados. A análise desenvolvida é de conteúdo qualitativo.

Conclusões: A “Escola Ayllu" de Warisata surgiu no contexto de uma luta de forças sociais e políticas antagônicas altamente desiguais entre a classe latifundiária e os povos indígenas. Elizardo Pérez e Avelino Siñani foram referentes relevantes da educação indígena e intercultural na Bolívia e na América Latina e Caribe. Era um paradigma do comunitarismo indígena, da reciprocidade e do ethos da sabedoria aimará.

Palavras-chave: Elizardo Pérez; Avelino Siñani; Pedagogia indígena boliviana; amautas.

 

Recibido: 04/04/2022

Evaluado: 19/06/2022

Aprobado: 19/02/2023

 

Introducción

Si no tenemos el valor civil de señalar este crimen ante los pueblos, nosotros también seremos tan responsables como aquellos que han logrado el mal para la patria; porque el edificio nacional está corroído de ambiciones subalternas, de odios y de amargura tan profunda que sólo parece que los bolivianos quisiéramos desaparecer destrozándonos los unos a los otros. [...]

No fui a Warisata a enseñar el silabario, sino a despertar conciencias.

Elizardo Pérez, 1941

La discusión, iniciada en 1931 por Elizardo Pérez con la edificación de la Escuela Ayllu de Warisata, constituyó un hito único en la historia indígena y campesina de Bolivia en el siglo XX y con repercusiones en América Latina y el Caribe. En particular, Warisata logra recoger las ansias de liberación indígena de la opresión del Estado y de los latifundistas bolivianos, quienes siempre han controlado prácticamente todos los ámbitos de la vida del pueblo. Warisata, liderado por el maestro Elizardo Pérez, fue un signo visible de una revolución pedagógica sin precedentes, surgida “desde abajo”; fue un oasis de dignidad, valor y amor por el otro hasta su destrucción, en 1940. El esfuerzo pedagógico y político de Elizardo Pérez fue un intento concreto de alcanzar una auténtica descolonización, para hacer frente no solo a la opresión de los grupos dirigentes bolivianos, sino también a la gruesa estela de homogeneización cultural. ¿Pero cuál fue ese primer paso? Potenciar la intraculturalidad desde la escuela.

De hecho, podría considerarse como un antecedente coyuntural, una especie de antesala de la revolución de abril de 1952 y de la reforma agraria de 1953. En este sentido, la autodeterminación y libre determinación de los pueblos y de la educación propia alcanzó su cenit con la forma de gobierno comunitario adoptada por Warisata bajo la denominación “Parlamento amauta[3]”, que revitalizó la antigua ulaka aymaro-quechua, mediante la cual el indígena recuperaba su derecho a comunicarse en su propio idioma y a participar de su propio destino, constituir su ordo amoris y que, como sublime nivel de decisión, se convertía en un potente y eficiente mecanismo agenciador de organización, trabajo, control, y no únicamente en la escuela, sino en toda la zona de influencia indígena. Asimismo, son reconocidas las formas de rescate de la institución ancestral del ayllu.

El ayllu es la célula social de los pueblos andinos, y se formó mucho antes que el Inkario [...]. Su estirpe, sin duda, es aymara. Bautista Saavedra sostiene que “las formas colectivistas del imperio peruano proceden de la civilización aymara”. [...]

En los albores de su existencia, el ayllu no era más que la familia que crecía gobernada por el anciano padre como jefe y conducida según las reglas del respectivo tótem. Por consiguiente, las fuerzas que le dan esencia y vida son el vínculo sanguíneo y el espíritu religioso.

En su evolución posterior, encontramos una serie de elementos que aseguran su permanencia a través de las diferentes culturas que fueron superponiéndose. Estos elementos son: la familia, la religión, el cooperativismo familiar, el colectivismo, las formas de propiedad y aprovechamiento de la tierra, la industria familiar y el idioma.[4]

La escuela usó el ayllu con notables resultados: el ayni, amincka, el tupu, la sayaña, la aynockay la jatha, referidas al trabajo colectivo y al uso de la tierra por la comunidad, lo cual otorga sentido original a la escuela, la integra a su mundo social como experiencia natural, la obliga a traspasar sus paredes para extenderse al espacio vital circundante con el que se identifica, al que conduce y orienta; desde ahí comenzaría la idea —en todo superior a la simple “escuela del trabajo”— de “escuela productiva”, la forma de escuela más apropiada para un país empobrecido y que, al atender al conflicto social, devuelve a la comunidad el derecho de educar que le usurpó el Estado. Es un poderoso ejercicio de soberanía pedagógica y gnoseológica[5].

Por consiguiente, es muy justo que a Warisata se la haya denominado la Escuela - Ayllu, pues incluye todas aquellas concepciones que al vertebrarse en la antigua “marca incaica”, originan la creación del “núcleo escolar” adoptado por gran parte de los países de América Latina y el Caribe. La Escuela - Ayllu tiene sus fundamentos en el taller y el sembrío, lo que se complementa con la enseñanza en las aulas mediante un currículo simplificado, no impuesto por las pedagogías occidentales y oficiales de los gobiernos, sino brotado y anclado de las necesidades mismas del pueblo, en este caso de Warisata, apartándose de toda tradición centralizadora. Se reduce el tiempo de escolaridad a nueve años, con tres grandes bloques formativos: elemental, vocacional y profesional (y el jardín infantil), en los cuales se refleja la noción de “escuela única”. Ese mismo carácter de la escuela como espacio donde se restaura el mundo de la vida, obligó, pero sin imposición alguna, a eliminar horarios, exámenes y vacaciones, aspectos todos los menos comprendidos porque es difícil aceptar que una escuela indígena se oriente por una lógica gregoriana de clasificación de las cosas del mundo[6].

 

Fuente: María V Pérez Oropeza[7].

Imagen 1. Alumnos de la Escuela “Única", sección vocacionala cargo del alumno Mariano Pari, de Caiza “D", el mejorestudiante normalista de Warisata (1940).

 

Antecedentes biográficos de Elizardo Pérez

El maestro Elizardo Pérez nació en 1892 en la localidad de Ayata, que es al tiempo un municipio de la provincia de Muñecas, situado en el departamento de La Paz, Bolivia. En 1909 ingresó como estudiante de pedagogía a la Escuela Superior de Formación de Maestros “Mariscal Sucre”[8], fundada el 6 de junio de 1909, por tanto, se transformó en uno de los primeros estudiantes egresados y titulados. Fue discípulo del pedagogo belga Georges Rouma[9].

En las primeras décadas del siglo XX, la educación pública en Bolivia era prácticamente inaccesible para los indígenas[10]. Específicamente, en 1911, en la provincia de Umasuyu, departamento de La Paz, donde posteriormente se localizaría Warisata, había nueve “escuelas indigenales”, con un total de 396 alumnos[11].

Elizardo Pérez era un pedagogo que, ansioso de conocer lo más profundo de su país, aprovechó su cargo de inspector de escuelas para recorrer la pampa, la puna y el ventisquero a lomo de mula y a pie por caminos inexplorados; corría el año de 1917 y en su ruta se cruzó Warisata, un alejado pueblo donde encontró una escuelita, pionera en la educación bilingüe aymara-castellano. Allí fue recibido por Avelino Siñani, un aymara que ocupaba el cargo de jilacata de su comunidad, la única originaria de una región sometida a los latifundistas. Avelino le contó que era miembro de un masivo movimiento de caciques que apoderaban comunidades originarias y alcaldes mayores y menores que resistían en la lucha por la alfabetización y la educación a través de caminos jurídicos, junto a la reivindicación de los derechos de propiedad sobre las tierras despojadas por los poderosos latifundistas comarcanos. Le relató la historia de su hijo Miguel Siñani, quien, con apenas 17 años, y recién concluidos los estudios de bachillerato, se trasladó al pueblo de Achacachi donde fue apresado, flagelado y torturado por gritar “Viva Bolivia libre” y, a consecuencia de sus heridas, había muerto un año después. Una situación parecida enfrentó un hermano de Avelino, Julián Siñani con los enemigos de la educación campesina, al ser sentenciado a diez años de cárcel por llevar elementos de la escuela. En aquellos años todos los intentos de los indígenas por fundar escuelas y alfabetizar a su comunidad eran reprimidos por la fuerza y sus promotores torturados y encarcelados. Acosado por la violencia, Avelino huyó con su familia y por años se dedicó al ganado, pero regresó y reabrió la escuela, a pesar de las acusaciones de agitador y la consecuente prisión y tortura[12].

Elizardo, por su parte, le narró a Avelino sus viajes por el corazón de Bolivia, del sufrimiento de tantos pueblos que había encontrado, todos ellos muy alejados de la denominada “civilización”. Elizardo supo de la enorme importancia que Avelino le otorgaba al hecho de aprender a leer y escribir para luchar contra los usurpadores de sus tierras, pues únicamente la educación los podría liberar del estado de subordinación que habían tenido que soportar por siglos. Elizardo, al escuchar la profundidad de Avelino y de su pensamiento, la fuerza de su espíritu, le pidió que aparejara dos mulas para acompañarlo a Copacabana, donde mantenía en un depósito el material escolar necesario para comenzar el diseño e implementación del proyecto político-pedagógico: educación propia desde las raíces del pueblo. En Copacabana, Elizardo le hizo entrega de todo el material pedagógico a Avelino, quien no salía de su asombro, “pues tiene ¡hasta un reloj de pared!”, llegó a decir. Los amigos se separaron y solo se volverían a ver muchos años después[13].

 

Foto: Carlos Salazar Mostajo.

Imagen 2. Elizardo Pérez y Avelino Siñani (centro y derecha), fundadores de la escuela Warisata, en compañía del líder comunitario Mariano Ramos, en 1931

 

Elizardo Pérez asumió, en 1931, la dirección de la Escuela Indigenal de Miradores de la ciudad La Paz, cargo al que finalmente renunció por incompatibilidad con su valores y principios pedagógicos. Las circunstancias de este acto fueron las siguientes: al llegar al Ministerio de Educación[14], solicita dialogar con el ministro Mercado con el fin de informarle que renunciará a su cargo de director de la Escuela Normal Indigenal de Miradores. El ministro, sorprendido, le pregunta por las razones que están detrás de esa drástica medida. Elizardo Pérez responde lo siguiente:

Pienso que la escuela del indio debe estar Ubicada en el ambiente indio, allá donde él lucha para no desaparecer; que no debe contraerse únicamente al alfabeto, sino que su función debe ser eminentemente activa y hallarse dotada de un evidente contenido social y económico; que los padres de familia deben cooperar a su construcción con su propio trabajo y cediendo tierras como un tributo a la obra de la cultura; que la escuela debe irradiar su acción a la vida de la comunidad y atender al desarrollo armónico y simultáneo de todas las aptitudes del niño en su proceso educativo.[15]

El foco del ideario formativo de Elizardo Pérez era la educación integral de indígenas que habitaban el altiplano boliviano y por ello decidió construir la primera escuela indígena de Bolivia, ejemplo que repercutiría en otros pueblos del país altiplánico y en otros de Abya Yala. Elizardo Pérez destaca los principios que guiaron la creación y el funcionamiento del centro educativo: todo lo comunitario se concentraba en la escuela y ella reproducía la comunidad, en tanto que el Parlamento amauta abarcaba todos los aspectos de la escuela, desde la pedagogía o la forma de enseñar, hasta los contenidos y la gestión organizacional.

Ese mismo año de 1931, Elizardo Pérez se encamina hacia Warisata. Al pasar por Achacachi conversa con la gente, las autoridades ancestrales y los vecinos más destacados. Entonces, dirigiéndose a quienes lo recibieron, les dice: “Busco el ayllu, la comunidad indígena; son ustedes quienes tendrán que hacer la escuela, ya que el Gobierno no dispone de un solo centavo para la obra. Es con esta idea que voy a Warisata”[16]. El vecindario le expresó su plena conformidad con la planificación expuesta y le ofreció amplia colaboración en todo sentido para poner en marcha el proyecto comunitario. En cuanto a las tierras, los asistentes se comprometieron a la adquisición por cuenta de la municipalidad, en el lugar y extensión que se indicara oportunamente[17].

[...] acepté la oferta, se tomaron las medidas para que al día siguiente los esperara la indiada de Whrisata. Efectivamente, todos estuvieron presentes. En medio de la gran multitud, surgió un hombre de regular estatura, de evidente ascendencia holla; era Avelino Siñani[18].

El encuentro con su entrañable amigo Avelino Siñani, el hombre aymara que valoraba inmensamente a la educación, se fundió en un abrazo largo y afectuoso. Avelino lo compromete a tal punto que decide concretar la fundación de esta histórica escuela indígena el 2 de agosto de 1931, que se constituirá en un faro para futuras escuelas y proyectos similares que proliferaron en el país. El liderazgo del maestro Pérez cambió de manera radical la educación de aimaras y quechuas.

 

Antecedentes biográficos de Avelino Siñani

Avelino Siñani fue un indígena visionario, que creía en la liberación de sus hermanos por medio de la educación, lo que él llamaba “iluminación con fuego sagrado”. Por su conocimiento de los misterios ocultos de la naturaleza, del porvenir y lo que anidaba en el fondo de los espíritus humanos, era considerado un gran sabedor, casi como la reencarnación de los sabios amautas del Incario. Muy poco o casi nada se sabía de este extraordinario sabio, se desconocían los datos más genéricos, quiénes eran sus padres, la fecha de su nacimiento y qué hizo antes de empezar la escuela, hasta que su hija Tomasa Siñani de Villca, en 1992, escribió una breve biografía.

Avelino Siñani nació el 6 de febrero de 1881 en Warisata, uno de los siete hijos de Tiburcio Siñani y Jacoba Cosme. A los diecinueve años se comprometió en matrimonio con María Quispe Huallpa, de cuya unión nacieron doce hijos, entre ellos “Tomasita”. Su esposa será su gran compañera y aliada en la misión de educar a “la mesnada”, cediendo tierras para lograr la emancipación indígena vía la educación propia: “A su magnífica disposición para el trabajo, se unía no poco desinterés, como lo prueba el hecho de haber cedido los Amautas, gratuitamente, las tierras que necesitaba nuestro programa agrícola. Como de costumbre, el primero que entregó su parcela fue Avelino Siñani”. Se auto educó clandestinamente y para ello realizaba extensos viajes de cuatro horas a lomo de mula hasta Warina, siempre con la precaución de ocultar cualquier material de lectura y escritura, elementos estrictamente prohibidos para los indígenas; no dudó en aprovechar los conocimientos obtenidos de esta forma para educar a sus hermanos, lo cual las autoridades no tardaron en descubrir por lo que fue encarcelado con la acusación de “cacique agitador”. En la cárcel se transformó en un problema político, pues se comenta que cierta vez un grupo de educadores fueron a protestar en el frontis del presidio con la siguiente proclama: “Los ladrones, los asesinos, caminan libremente por las calles, en cambio Avelino Siñani, sólo por querer la educación, está sufriendo una condena”[19]. Ya se dijo que su hermano, Julián Siñani, fue encarcelado y obligado a arrastrar cadenas de una arroba en los pies desde Achakachi a Surata, mientras era azotado en el trayecto, por el delito de portar útiles escolares; y de la muerte del hijo del amauta, Miguel Siñani, a consecuencia de las torturas infligidas cuando fue apresado por gritar “Viva Bolivia Libre” .

El movimiento comunal-cacical al que pertenecía Avelino Siñani antes de conocer a Elizar- do Pérez, que luchaba mediante vías jurídicas por la alfabetización y la educación, así como por la reivindicación de los derechos de propiedad a las tierras robadas por los latifundistas, era la continuación de las movilizaciones armadas que había encabezado Pablo Zárate Willca desde 1899, y que fueron factores definitorios para el ascenso del Partido Liberal al poder[20].

En este contexto se fue constituyendo un fuerte racismo hacia los k'aras (blancos) que llegaron a Warisata, expresando que Elizardo Pérez no había contado la historia de Avelino Siñani, que sin él no hubiera habido escuela, que era necesario rescatar la experiencia de Warisata desde la óptica de Avelino Siñani. ¿Qué fue todo esto? ¿De qué nueva conspiración se trataba? ¿Y cómo se visualiza la historia de Warisata desde la perspectiva de Avelino Siñani? Son preguntas que buscan separar las aguas de un mismo río, o querer contar la historia solo desde un punto de vista.

Cuando estas aguas se encontraron por primera vez, en 1917, el inspector de escuelas Elizardo Pérez escribió de su viaje por el territorio Warisata: “Mi visita no hubiera tenido, pues, ninguna trascendencia, si no hubiera encontrado, en la misma zona, otra escuelita particular, dirigida por un indio llamado Avelino Siñani”[21]. Pasaron quince años hasta un nuevo y definitivo reencuentro, tiempo durante el cual Avelino persistió en la educación de sus hermanos, enseñando todo lo que sabía, pero principalmente el idioma aymara.

Hasta que en uno de sus recorridos educativos se encontró en Umaphusa con Elizardo Pérez, quien se refiere al mítico amauta con emoción y respetuoso reconocimiento hacia el hombre con quien compartiría la posteridad:

Al referirme a este hombre, lo hago con una emoción contenida. No soy un escritor: carezco de una pluma como para poder transmitir al lector los sentimientos que me embargan alrecordar a este preclaro varón de la estirpe aymara. Intentaré, al menos, señalarlo como un ejemplo de las más altas virtudes humanas. En otro medio, o en otra época, Avelino Siñani hubiera sido honrado por la sociedad; pero hubo de nacer y vivir en el sórdido ambiente feudal del Altiplano, degradante y oscurantista, adverso a esta clase de espíritus. Y hubo de ser un indio, esto es, un individuo de la más baja condición social en el concepto general. Sin embargo, baj o su exterior adusto, enteramente kola, se ocultaba un alma tan pura como la de un niño y tan esforzada como la de un gigante. No importa que apenas dominara el alfabeto y su castellano fuera del todo elemental: su cultura no residía en los ámbitos de occidente; era la cultura de los viejos amautas del Incario, de los sabios indígenas de antaño, capaces de penetrar tanto en el misterio de la naturaleza como en el de los espíritus humanos.[22]

Faltando un mes para su muerte, Avelino soñó: “Voy a morir pronto, estuve volando hacia el Illampu, me entré en el abismo. Había tres lagos y en medio de ellos me caí, en eso era otra vida y vi un habal verde lleno de flores, en eso apareciste tú (Tomasa) y me contestabas que de tu boca salían flores que llenaban esas pampas. Esto significa que en el futuro te harán hablar mucho y te preguntarán por mí”. Luego me dijo: “Tomasa, es mejor que te vayas lejos, porque aquí estamos llenos de enemigos (...)”[23]. Avelino cerró los ojos para siempre a las ocho de la mañana del 31 de enero de 1941.

 

La “Escuela Ayllu” de Warisata

El abrazo entre Avelino y Elizardo simbolizaba, luego de siglos de opresión, un encuentro intercultural, desde valores como el respeto, la libertad, la igualdad y, como efecto, el inicio de la conciencia del ser boliviano. El 2 de agosto de 1931 se fundó la escuela. El acta de fundación de la escuela quedó publicada en El Diario:

Huarizata a los diez kilómetros de la Villa de la Libertad (ciudad de Achacachi), capital de la Provincia Omasuyos, constituidos el dos de agosto de 1931, a horas 11 de la mañana, el señor Prefecto y Comandante General del Departamento de La Paz, Dr Enrique Hertzog, el subprefecto de la Provincia don Juan Silva V, el señor doctor Víctor Andrade, Oficial Mayor del Ministerio de Instrucción Pública, el Presidente de la H. Junta Municipal de Achacachi, señor Claudio Vizcarra Collao, el Vicario Foráneo de la Provincia don Eliseo Oblitas, en nombre del poder Judicial Dr Justo Durán, el Inspector de Instrucción Indigenal don Juvenal Mariaca, el señor Elizardo Pérez, Director de la Escuela fundada y demás comitiva oficial, se procedió en acto solemne a la inauguración de la Escuela Profesional de Indígenas de Huarizata: el señor Subprefecto de la Provincia inauguró procediendo el señor vicario Foráneo a la bendición solemne de la piedra fundamental del edificio a construirse para el local de la Escuela, acto que fue apadrinado por el Dr. Enrique Hertzog; el Dr. Andrade, en nombre del Ministerio de Instrucción Pública clausuró el acto.

En fe de lo cual suscriben esta acta en cuatro ejemplares que deben ser guardados: uno en la piedra fundamental, otro en la Junta Municipal de Achacachi, otro en la Subprefectura de la Provincia, y finalmente la última en la Dirección de la Escuela.[24]

 

Foto: Carlos Salazar Mostajo.

Imagen 3. La comunidad de Warisata fabrica ladrillos y adobe para la construcción de la escuela, en 1931

 

Este lugar no es un ayllu, sino tierras de latifundistas que no llegaban a albergar una decena los indígenas libres, esto es, pertenecientes al ayllu. Warisata había sido absorbida por haciendas y funcionaba como una tierra sujeta a la explotación de los terratenientes achacacheños, quienes habían despojado paulatinamente al indígena hasta convertirse en dueños de casi toda la zona. Al día siguiente de la fundación se inscribieron ciento cincuenta alumnos para su alfabetización, encargando esa tarea al maestro de mecánica y cerrajería José la Riva. Hubo abundante material de enseñanza: cuadernos, silabarios, libros de lectura, reglas, lápices, tiza, plumas, etc., variedad que deslumbró a los niños indígenas. ® El carpintero Quinterio Miranda instaló su taller en una choza y el mecánico De la Riva puso sus herramientas en otra chujlla. El albañil Manuel Velasco inició sus labores a la vera del camino, azotado por furioso vendaval. Las herramientas, en un inicio, fueron precarias y eran propiedad de Elizardo Pérez[25].

Elizardo les hablaba de la importancia de su función económica y social, de la participación de la comunidad, del aporte de los padres de familia para el futuro de la patria. Así, gradualmente, fue abriendo la conciencia de que ellos eran parte gravitante de la patria, que allende sus montañas existían otros pueblos que miraban con admiración y respeto la obra que realizaban y que ya trascendía más allá de los confines patrios. Esas reuniones al crepúsculo fueron el comienzo de lo que se denominaría Consejo de amautas. En esas conversaciones se discutía la construcción de la “Escuela Ayllu”.

A principios de 1932, finalmente, la escuela figuraba en el Presupuesto de la República de Bolivia, y la primera labor fue la de reclutar maestros. Elizardo Pérez decidió prescindir de los maestros normalistas, pues consideraba que no tenían aptitudes para la lucha en el campo, su espíritu y sus metas no eran pertinentes para esa vida ruda; así que buscó jóvenes familiarizados con la vida rural, dispuestos al esfuerzo y el trabajo sistemáticos. La “Escuela Ayllu” iba más allá del aula, era importante la labor social, la solución de problemas, la creatividad, la destreza para superar todas las carencias que la vida les imponía, además de la hostilidad de los políticos y de la sociedad rural que solo velaban por sus intereses.

En el mes de mayo de 1932 tuvimos la visita del vicepresidente de la República, don José Luis Tejada Sorzano, el ministro de Educación Alfredo Otero y de otras personalidades. Ignoro por qué el vicepresidente estaría de pésimo humor, pero bien pronto se le pasó al contemplar todo lo que era la escuela: la magnitud del edificio levantado por el esfuerzo de los indios [,..].[26]

En abril de 1936 Elizardo Pérez recibió la orden del Ministerio de suspender la creación de núcleos, sin razones aparentes. Acto seguido, Elizardo Pérez presentó su renuncia al cargo de director de Warisata. En octubre de 1936, se realizó la Primera Asamblea de Maestros Indigenistas, convocada a solicitud del nuevo ministro de Educación, teniente coronel Alfredo Peñaranda. Los puntos eran una fundamentación ideológica de lo que se había hecho en la escuela, y son los siguientes: 1. Delimitación del problema educacional indígena. 2. Doctrina biológica de la escuela indígena tipo Warisata. 3. Gobierno colectivista y Parlamento Amauta. 4. Autonomía económica del núcleo escolar y su función industrial. 5. Aspecto social indígena de la escuela. 6. Warisata, Instituto de Indología y Experimentación pedagógica. 7. La Escuela como defensa social. 8. Función social de la escuela. 9. Filosofía de la Escuela indígena.

En 1937 Elizardo Pérez es nombrado director general de Educación Indigenal y al año siguiente, en 1938, es acusado de ladrón. Enfermo, sigue trabajando “conmovido por la nueva emoción que sacudía los ayllus” y “las nuevas corrientes que afloraban conmoviendo la vida del indio desde sus más profundos estratos”. En 1940, un decreto del presidente Carlos Quintanilla, entrega las escuelas indigenales a sus peores enemigos. En Bolivia se suprime la Dirección de Educación Indigenal. Con la expansión de la organización nuclear de Warisata, el Estado logró controlar centenares de escuelas indigenales que se habían fundado y sobre las que tenía poco conocimiento. La nuclearización de estas escuelas implicó un proceso de expansión y fue la primera reforma institucional de la educación pública desde su reorganización, a principios del siglo[27].

En este escenario, cuando se publicó el decreto que anulaba la Dirección de Educación Indigenal, “una protesta unánime se levantó en el país para defender nuestra obra”. Es sui géneris la carta que más de veinte escritores, artistas y políticos le escribieran al presidente Quintanilla, fechada el 24 de enero de 1940, en la cual resumen la época de cambio que había surgido en Warisata y señalan los “singulares” motivos que usaron para cancelar la Dirección General de Educación Indigenal, entre ellos:

3.°- Que las escuelas son focos de propaganda extremista, y al contrario, son puntos de partida de un nacionalismo consciente y sincero en que se educan las nuevas generaciones de campesinos.

44- Que significan un peligro para la estabilidad social, y, contrariamente, las escuelas se esfuerzan por acabar para siempre con el inconducente prejuicio de razas que aún perduran algunas esferas.

En fin, múltiples razones que han hecho del ensayo educacional campesino de Bolivia uno de los hechos más vigorosos de nuestra vida independiente, tanto que ha conquistado el respeto de países de cultura superior, los mismos que hoy tratan de aprovechar sus resultados [...][28]

Por tanto, solicitaban la vigencia de esa institución. Si me refiero a esta carta es para mostrar cómo la sociedad civil se había compenetrado con la obra indígena y era capaz de salir en su defensa. Entre los que firmaban esa carta figuran personajes tan importantes como Víctor Paz Estensoro, quien llegaría a ser presidente de la República, la ilustre poetisa Yolanda Bedregal, la famosa escultora Marina Núñez del Prado, y escritores e intelectuales como Gustavo Adolfo Otero, Juan Capriles, Eduardo Arce Loureiro, Raúl Botelho Gosálvez, Alberto y Max Mendoza López, entre otros. Los amautas fueron perseguidos y de hecho, el Parlamento amauta se suspendió en 1941. Ese año llegaron a la escuela de Warisata los profesores Vicente Donoso Tórrez y Max Byron, miembros de un tribunal investigador encargados de enjuiciar las escuelas, que procedieron a acusar a los amautas de haber hecho todo mal, como, por ejemplo, el hecho de haber construido las escuelas de dos pisos cuando debían ser de uno y designan como responsables a Avelino Siñani y Elizardo Pérez, quienes serían castigados. En un discurso pronunciado en La Paz el 24 de septiembre de 1941, Elizardo Pérez reclamaba la atención de los estamentos oficiales en favor del pueblo indígena y en defensa de su obra. A continuación, los párrafos finales.

Desde el extranjero voces de caudalosa autoridad, desde las entrañas del pueblo alaridos de angustia, desde la prensa que nobilísimamente tomó a su cargo la defensa de los indios, de todas partes de la opinión partieron voces de reclamo, de activo reclamo, tratando de que las autoridades se convencieran del grave crimen que se cometía y en todos los estilos, en todos los medios de comunicación humana se pretendió abrir los oídos al sordo, los ojos al ciego, el entendimiento al necio; pero nadie quiso oírnos, ni vernos ni entendernos.

Hemos tocado la puerta de la patria con la piedra de toque de la angustia, y la puerta se hallaba tapiada, imposible que los que detrás de ella estaban, pudieran oírnos. Dos millones y medio de indios claman ahora la justicia.

“Cuando el corazón de los hombres se endurece —dice el Evangelio- hasta el Padre, que es la suma bondad, se resuelve a precipitarlo todo en el vacío y la muerte”. “Los que tienen oídos no oyen, los que tienen vista no ven, los que tienen entendimiento no entienden”. A los pueblos cuando les toca horas de liquidación por culpa de sus malos hijos, también se les cierran los oídos, la vista y el entendimiento; y esa es señal, señores, de graves crisis, y hasta de disolución. Nuestro deber es pues poner remedio a tanto mal. Si no tenemos el valor civil de señalar este crimen ante los pueblos, nosotros también seremos tan responsables como aquellos que han logrado el mal para la patria; porque el edificio nacional está corroído de ambiciones subalternas, de odios y de amargura tan profunda que sólo parece que los bolivianos quisiéramos desaparecer destrozándonos los unos a los otros.

Mientras tanto pongamos todavía pasión en el trabajo y sigamos esperando que la luz de nuestras experiencias dolorosas y del conocimiento de nuestra bolivianidad ilumine el camino de una patria dignificada por el esfuerzo.[29]

La “Escuela Ayllu” de Warisata y el Congreso Indigenista Boliviano de 1945 abrieron relevantes espacios en los que la reflexión sobre el acceso a la educación se transformó en un asunto prioritario. Estas discusiones no solo se focalizaron en la inclusión plena a la ciudadanía boliviana, sino que, gradualmente, empezaron a desarrollar la importancia de la conciencia de la identidad desde la diferencia[30]. Ahora bien, cuando se logra la oportunidad del ingreso, se evidencia la diferencia en el diseño curricular que se ha pensado tanto para el mundo escolar urbano, como para el mundo escolar rural, constituyéndose este último en un campo más abandonado por las políticas públicas.

En 1948 Elizardo Pérez fue nombrado ministro de Educación por proclamación popular. Posteriormente, asistió al II Congreso Indigenista celebrado en Cusco, Perú, entre el 24 de junio y 4 de julio de 1949. En 1953 participó del Congreso Internacional de Ginebra, donde se reencontró con su maestro Georges Rouma. En 1954 trabajó para la UNESCO y participó de la fundación de diversos núcleos escolares en los territorios aledaños al lago Titicaca, con sede en Puno, Perú. En 1963 se fundó el Instituto Superior de Educación (ISER) en Tarija. La creación de esta institución fue un encargo del presidente de la República, Víctor Paz Estensoro. Desde esa plataforma institucional se diseñaron y desarrollaron una cantidad relevante de cursos de perfeccionamiento para supervisores de educación y el profesorado de las escuelas normales rurales de Bolivia.

El 15 de septiembre de 1980, a los 88 años, se extinguió la vida de Elizardo Pérez, en Quilmes, provincia de Buenos Aires, donde había residido por casi veinticinco años con su esposa e hijas. En ese extenso y voluntario exilio, Elizardo Pérez vivió en la pobreza hasta su muerte. Entre los reconocimientos más importantes se destaca el de Doctor Honoris Causa de la Universidad del Cusco y el Cóndor de los Andes, poco antes de su muerte, en 1980. Elizardo Pérez debió ser de una complexión robusta, pues vivió hasta muy avanzada edad a pesar que su vida fue de sacrificio y esfuerzo, logrando resistir embates y difíciles pesadumbres, que solo un corazón fundido al hierro candente podía mantener el temple sin desmoronarse y sucumbir.

 

Apunte de Carlos Salazar Mostajo (1942).

Imagen 4. Elizardo Pérez a los 50 años

 

Ley de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez” n.° 070 (ASEP)

Esta ley fue promulgada el 20 de diciembre de 2010 por el Estado Plurinacional de Bolivia.

El significado que tiene es simbólicamente muy trascedente para la sociedad de Bolivia. Es el resultado de la sedimentación de una gran cantidad de reformas educativas que hunden sus inicios a principios del siglo XX. Es el resultado de la permanente y muchas veces no escuchada demanda por los “derechos educativos indígenas” de los pueblos originarios bolivianos, que, como sabemos, tienen una alta representatividad demográfica en gran parte del territorio boliviano[31]. Uno de los rasgos más evidentes de esta ley es que se edifica a partir de los contenidos que la histórica demanda por el derecho a la educación indígena puso Elizardo sobre el escenario social y político desde inicios del siglo XX, adquiriendo especial importancia los planteados por la “Escuela Ayllu” de Warisata. No debemos olvidar que la ausencia de participación de los pueblos originarios en la toma de decisiones permitió que la educación rural se convirtiera en un nuevo y más sofisticado mecanismo de dominación y anquilosamiento, o una forma de colonización, podríamos agregar, de colonialismo republicano[32]. Citamos los diez primeros números del Artículo 1.° titulado “Mandatos Constitucionales de la educación”. Son los siguientes: Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación.

1.    La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla.

2.    El Estado y la sociedad tienen tuición plena sobre el sistema educativo, que comprende la educación regular, la alternativa y especial, y la educación superior de formación profesional. El sistema educativo desarrolla sus procesos sobre la base de criterios de armonía y coordinación.

3.    El sistema educativo está compuesto por las instituciones educativas fiscales, instituciones educativas privadas y de convenio.

4.    La educación es unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad.

5.    La educación es intracultural, intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo.

6.    El sistema educativo se fundamenta en una educación abierta, humanista, científica, técnica y tecnológica, productiva, territorial, teórica y práctica, liberadora y revolucionaria, crítica y solidaria.

7.    La educación es obligatoria hasta el bachillerato.

8.    La educación fiscal es gratuita en todos sus niveles hasta el superior.

 

Conclusiones

La “Escuela Ayllu” de Warisata apareció en el contexto de una disputa de grupos sociales opuestos desiguales entre la clase latifundista y los pueblos indígenas. Elizardo Pérez y Avelino Siñani fueron referentes de la educación indígena e intercultural en Bolivia y América Latina y el Caribe. La escuela fue un paradigma del comunitarismo indígena, la reciprocidad y el ethos de la sabiduría aymara.

Se destaca la importancia del Parlamento amauta, que se constituyó en un verdadero faro para la recuperación no solo de las tierras ancestrales, sino también de los saberes y las ontologías de los pueblos originarios. Así nace la “Escuela Ayllu” de Warisata, construida desde abajo con un evidente sentido ético, pedagógico, político e indigenista. Aun cuando, fue destruida por las elites de aquel periodo, el legado que dejó fue muy profundo.

La “Escuela Ayllu” fue un proyecto pedagógico en un territorio con alta densidad de población indígena, a cien kilómetros de la ciudad de La Paz, a casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Fue una escuela construida con la participación de la comunidad indígena y el liderazgo visionario de Elizardo Pérez. Consideramos que en la actual formación del profesorado en América Latina y el Caribe hay un enorme desconocimiento y ausencia de cursos vinculados a la historia de la educación en Latinoamérica. Esta realidad explica la contundente presencia de autores europeos y norteamericanos en las referencias bibliográficas de las asignaturas de las licenciaturas en Educación y Pedagogía. La descolonización del saber y la visibilización de historias de proyectos pedagógicos, tales como la apuesta de Elizardo Pérez y Avelino Siñani responden plenamente a la identidad y razón de existencia de la Revista de historia de la educación latinoamericana (RHELA).

Conflicto de interés

El autor declara no tener conflicto de interés.

Financiamiento

Este trabajo fue financiado por la ANID/BASAL FB210018.

Referencias Bibliográficas

Bolivia: Ley de la Educación "Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, 20 de diciembre de 2010. https://www.lexivox.org/norms/BO-L-N70.html

Choque, Roberto. "La escuela indigenal: La Paz (1905-1938)”. En Taller de Historia Oral Andina, THOA, Educación indígena: ¿Ciudadanía o colonización? La Paz: Secretaría Nacional de Educación, 1996,19-40.

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Pérez Oropeza, María Victoria. Elizardo Pérez. El despertar de las conciencias. La Paz: Campaña por el Derecho a la Educación, 2017.

Pérez, Elizardo. Warisata: La Escuela - Ayllu. La Paz: CERES/HISBOL, 1992.

Talavera, María Teresa. "Maestros urbanos y rurales en la expansión de la educación pública boliviana. 1940-1964”. Ciencia y Cultura, No. 30 (2013): 175-197.

Cómo citar este artículo: Mansilla Sepúlveda, Juan Guillermo. “Elizardo Pérez y Avelino Siñani, precursores de la liberación indígena. Warisata y el Parlamento de los amautas” Revista Historia de la Educación Latinoamericana vol .25 no.40 (2023).



[1]   Este trabajo fue financiado por la ANID/BASAL FB210018.

[2]   Doctor en Filosofía y Letras, académico de la Facultad de Educación, Universidad Católica de Temuco, integrante del grupo de investigación HISULA adscrito a la Uptc. Investigador asociado de Cape Horn International Center (CHIC), Puerto Williams, Chile. Correo electrónico: jmansiNa@uct.d

[3]   En el Imperio Inca, las clases nobles y reales eran educadas formalmente por los amautas (hombres sabios), mientras que la fuente de conocimientos del pueblo provenía directamente de su seno familiar, saberes que se transmitían de generación en generación. En síntesis, los amautas eran personas dedicadas expresamente a la enseñanza. Francisco Larroyo, Historia general de la pedagogía (Ciudad de México: Porrúa, 1967): 45.

[4]   Elizardo Pérez, Warisata: La Escuela - Ayllu (La Paz: CERES/HISBOL, 1992). [Cursivas del original].

[5]   Ibid., 56.

[6]   Víctor Fernández Coca, "Escuela Ayllu Elizardo Pérez”, Opinión, Cochabamba, 04, mayo, 2014, 2.

[7]   María Victoria Pérez Oropeza, Elizardo Pérez. El despertar de las conciencias (La Paz: Campaña por el Derecho a la Educación, 2017), 71.

[8]   Originalmente se denominó Escuela Formal de Profesores y Preceptores de la República de Bolivia.

[9]   La biblioteca de la antigua Escuela Normal de Profesores y Preceptores de la República, hoy Universidad Pedagógica Nacional "Mariscal Sucre”, lleva su nombre. Es la famosa Biblioteca Georges Rouma (BGR). Uno de los libros de pedagogía más importantes de George Rouma fue El lenguaje gráfico del niño, publicado en Buenos Aires, en 1947, por la librería y editorial El Ateneo. Es una magnífica edición de 454 páginas con bellas ilustraciones.

[10] La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia reconoce 36 naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, con territorio, población, e idioma propio. En este conglomerado de pueblos, dos de ellos se consideran mayoritarios: aymaras y quechuas. Otras 34 naciones indígenas bolivianas, como el guaraní, el cayubaba, el uru, el mojeño, o el t'simane', han sido constitucionalmente reconocidos como minoritarios, pero otros 60 grupos no han sido reconocidos como naciones, como, por ejemplo, el pueblo indígena uchupiamona. En síntesis, los bolivianos suelen dividir didácticamente su territorio en tres regiones, las tres con abundante población indígena: Tierras Altas (La Paz, Oruro, Potosí),

Valles Centrales (Cochabamba, Chuquisaca y Tarija) y Tierras Bajas (Santa Cruz, Beni y Pando). En Oruro nació Evo Morales, un aymara, primer presidente indígena de Bolivia. Deutsche Welle, "Bolivia plurinacional: qué une y qué divide a sus pueblos indígenas” (dw.com), 24, agosto, 2017. https://www.dw.com/es/bolivia-plurinacional-qu%C3%A9-une-y-qu%-C3%A9-divide-a-sus-pueblos-ind%C3%ADgenas/g-59480485.

[11] Roberto Choque, "La escuela indígena!: La Paz (1905-1938)”, en Taller de Historia Oral Andina, THOA, Educación indígena: ¿Ciudadanía o colonización? (La Paz: Secretaría Nacional de Educación, 1996), 21.

[12] Pérez Oropeza, op. cit, 18.

[13] Ibid., 19.

[14] Daniel Sánchez Bustamante, ministro de Instrucción Pública en 1930, dio un gran impulso a la educación dictando decretos para la creación de varias instituciones y direcciones para la educación de la clase media e indígena, seguramente porque él también era educador.

[15] Pérez Oropeza, op. cit, 21.

[16] Pérez Oropeza, op. cit., 23.

[17] Elizardo Pérez, op. cit., 23.

[18] Pérez Oropeza, op. cit., 23.

[19] Ibíd.

[20] Ibíd., 107.

[21] Ibíd., 109.

[22] Elizardo Pérez, op. cit., 75.

[23] Pérez Oropeza, op. cit., 124.

[24] Citado en Pérez Oropeza, 127-128.

[25] Ibid.

[26] Elizardo Pérez, op. cit., 134.

[27] María Luisa Talavera, "Maestros urbanos y rurales en la expansión de la educación pública boliviana. 1940-1964”, Ciencia y Cultura, No. 30 (2013): 179.

[28] Elizardo Pérez, op. cit., 378.

 

[29] Ibíd., 465.

[30] Cristina Oyarzo, "Discursos del movimiento indígena en el debate educativo en Bolivia a inicios de 1990: ideas sobre interculturalidad”, Revista Izquierdas, No. 49 (2020): 2277.

[31] Ibíd., 36.

[32] Roberto Choque y Cristina Quisbert, Educación indigenal en Bolivia. Un siglo de ensayos educativos y resistencias patronales (La Paz: Unidad de investigaciones históricas Unih-Pakaxa, 2006)