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Informe
de recomendaciones Consejo para la Reactivación Educativa Junio, 2023
VI. Recomendaciones del Consejo
Las recomendaciones del Consejo se construyeron teniendo a la vista una serie de antecedentes que presentaron el Ministerio de Educación y UNESCO antes de cada sesión, así como el Plan de Reactivación Educativa que el ministerio impulsa desde el año pasado. Por lo mismo, las recomendaciones planteadas incluyen propuestas nuevas y también otras que buscan mejorar lo existente[15].
Estas
recomendaciones se expresan en principios que tienen como objetivo orientar
transversalmente la estrategia país para la reactivación educativa, así como
sugerencias específicas por cada eje del plan. Al mismo tiempo, se plantean tres grandes
objetivos al 2030 como un norte para el Estado, más
allá del gobierno de turno, con el fin de avanzar a la recuperación y mejora
del sistema a partir de los efectos del cierre de establecimientos en virtud de
la pandemia:
1. Fortalecer a las comunidades educativas para que sean
espacios de cuidado y bienestar para todos sus estamentos, haciendo frente a los efectos de
la pandemia en convivencia y salud mental al interior de los centros
educativos. Para esto se debe contar con sistemas de monitoreo y reporte de la
Agencia de la Calidad de la Educación en convivencia y salud mental a nivel
nacional, y desde los niveles de administración intermedios del sistema
educativo.
2.
Fortalecer
las trayectorias de aprendizaje,
lo que implica trabajar para que todos los niños, niñas y jóvenes, al finalizar
4° básico y 2° medio, alcancen los aprendizajes elementales en dichos niveles
en lectura, escritura y razonamiento matemático. Para esto, es fundamental
monitorear los aprendizajes a través de las evaluaciones nacionales e
internacionales definidas en el plan de evaluaciones que aprueba el Consejo
Nacional de Educación, y a través de evaluaciones formativas de entrada y salida del año
escolar realizadas en todos los centros educativos.
3.
Potenciar el vínculo de niños, niñas, jóvenes
y adultos con el sistema educativo, recuperando
los niveles de asistencia y permanencia en el sistema previos a la pandemia;
reduciendo a la mitad la inasistencia escolar y parvularia,
y alcanzando un porcentaje de asistencia escolar promedio del 95%, observado
con reportes del SIGE.
Principios
para la Reactivación Educativa
El Consejo para la Reactivación
Educativa plantea tres grandes
principios que
orienten la recuperación del sistema a partir de la pandemia:
1.
Causa país
• Este
desafío requiere de esfuerzos transversales e
intersectoriales, con compromiso de los
diferentes organismos del Estado, de gobiernos regionales y municipios, así
como de todos los niveles y actores del sistema educativo, incluyendo a
docentes,
asistentes de la educación, equipos directivos, familias y comunidades
educativas completas, convocando también a la acción
ciudadana y la colaboración
público- privada.
• Es
necesario fortalecer la comunicación adecuada y oportuna
del sentido de urgencia de la tarea de reactivación educativa,
promoviendo la revaloración social de la educación, de la labor docente y el
compromiso de las familias en la reactivación.
• La Reactivación debe considerar a todos los niveles educativos y todos los tipos de dependencia, contemplando acciones universales y otras priorizadas según las necesidades identificadas dentro del sistema.
2.
Una prioridad nacional
•
Para abordar adecuadamente la
magnitud de la crisis socioeducativa, se requiere de una inversión de recursos extraordinarios significativos
del sector público, que permita cubrir las
necesidades del sistema educativo. Para ello se propone un fondo
extrapresupuestario que debe ser incluido en la discusión en curso del
presupuesto de la nación.
•
Es fundamental fortalecer los sistemas de diagnóstico y monitoreo que
permitan entregar información periódica y oportuna a los establecimientos y a
los diferentes niveles de toma de decisiones y gestión del sistema educativo,
con el fin de focalizar acciones donde más se necesiten, así como para
establecer metas y objetivos claros.
3.
Perspectiva integral e innovadora
•
La reactivación educativa debe
ser integral y acorde a los desafíos
y necesidades del siglo XXI, permitiendo no solo recuperar
lo perdido, sino ofrecer una mejor experiencia educativa para los y las
estudiantes. Así, se fortalecen tanto las diversas áreas del aprendizaje, como
el desarrollo socioemocional de estudiantes y miembros de las comunidades,
promoviendo y reconociendo la innovación educativa.
•
Para ello se deben fortalecer estratégicamente los liderazgos de los equipos
directivos y el rol de equipos pedagógicos y
profesionales de la educación, favoreciendo la autonomía y flexibilidad en el desarrollo
de iniciativas y uso de recursos en los establecimientos educacionales,
como, por ejemplo, el uso de los recursos
de la Subvención Escolar Preferencial (SEP).
•
La invitación también es a identificar y visibilizar prácticas innovadoras de
comunidades educativas y sostenedores para
la reactivación de aprendizajes, el fortalecimiento de la convivencia y salud
mental, así como para la asistencia y revinculación,
velando por compartir experiencias entre centros educativos.
•
Finalmente, la reactivación debe
ser pertinente e inclusiva para los
diferentes niveles, modalidades, territorios y proyectos educativos,
ofreciendo programas y herramientas adecuadas a las necesidades de cada
comunidad educativa, basadas en una mirada de trayectorias educativas que
considere el desarrollo y el aprendizaje como un proceso continuo.
Recomendaciones
específicas
Convivencia y salud mental
1.
Mecanismos para asegurar la
transversalización de la educación socioemocional:
es necesario contar con dispositivos concretos, pedagógicos y curriculares,
que favorezcan el desarrollo integral, el
bienestar y la salud mental de las comunidades educativas a través del proceso
educativo.
Como acción inicial se requiere
que Mineduc entregue un marco común que oriente a los actores del Sistema de
Aseguramiento de la Calidad (SAC), a los sostenedores
y establecimientos educacionales, en relación con lo que se entenderá por
desarrollo y educación socioemocional en el marco escolar. Se recomienda que
esta propuesta integre y se articule a partir de la Política Nacional de
Convivencia Escolar, las recomendaciones del Consejo Asesor para la Convivencia
escolar y el bienestar socioemocional (2022), y el plan de formación ciudadana.
En este trabajo es necesario dar orientaciones claras respecto del rol del
sector educacional en relación al bienestar
socioemocional y la salud mental de los y las estudiantes, y cuando es
necesario contar con la respuesta del sector salud para su abordaje.
A partir de este marco, se
recomienda realizar una revisión transversal de las materias para incorporar
temáticas que favorezcan el desarrollo socioemocional de los y las estudiantes
en diferentes etapas del desarrollo.
Por otra parte, esta
recomendación debería también traducirse en que los y las docentes cuenten con
herramientas para manejar situaciones de estrés o de conflicto, para abordarlo
adecuadamente cuando se requiera en la vida escolar.
Para avanzar en estas acciones,
se propone que las autoridades competentes en materia curricular entreguen
orientaciones técnicas para que los y las docentes puedan hacer una mayor integración del desarrollo y
aprendizaje socioemocional en diferentes asignaturas, propiciando su relación
con la formación ciudadana. Estas propuestas debieran ser implementadas y supervisadas a nivel de
establecimientos por las Unidades Técnico-Pedagógicas. Por otra parte, se
sugiere que los y las docentes reciban información adecuada para reconocer las
señales de estrés o situaciones de alteración emocional en los y las
estudiantes, y estrategias para su manejo.
Estas acciones podrían
desarrollarse en el corto plazo si se sistematizan y entregan materiales
educativos adecuados.
Esta propuesta debiera ser
abordada por Mineduc, para ser entregada a los y las docentes a través de los
sostenedores y para su difusión en la web.
2.
Plan de formación en convivencia
y salud mental a equipos educativos: desarrollar acciones formativas
para directivos, educadores/as, asistentes de
la educación y familias que promuevan una convivencia inclusiva, participativa
y democrática, así como el bienestar de toda
la comunidad educativa. El foco de esta propuesta es la formación continua,
especialmente para quienes son parte de los
equipos directivos, de convivencia escolar y jefaturas de cursos. Estas
acciones formativas deben
ser diversas en sus contenidos y metodologías dependiendo de a quién se
dirijan.
Se propone al respecto realizar
un catastro de todos los cursos vigentes y disponibles para uso de docentes y
directivos, incorporando para esto también la oferta de sectores como salud,
desarrollo social, equidad de género, entre otros. A partir de esto, es posible
definir las necesidades existentes, que pueden significar el diseño de nueva o
mejor oferta. Es deseable que ésta cuente con un enfoque intersectorial en su abordaje del tema.
A nivel de directivos se
recomienda fortalecer sus conocimientos y capacidades para realizar procesos participativos de actualización de los
Reglamentos Internos de Convivencia Escolar, aprovechando esta instancia como
un espacio enriquecido para la creación de acuerdos de convivencia en que
participen todos los estamentos.
Así también, se recomienda que los equipos directivos lideren
jornadas de convivencia escolar anualmente, donde se dé espacio de intercambio entre los distintos estamentos del
establecimiento educativo,
incluyendo a las familias.
En el caso de los y las
profesoras jefes y encargados de convivencia, se sugiere que ambos actores del
sistema educativo deban capacitarse en el abordaje de situaciones complejas a
nivel socioemocional, para lo cual existen cursos como los Primeros Auxilios
Psicológicos y otros que pudieran impartirse o recomendarse por el Centro de
Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP).
En el caso de quienes están a
cargo de la convivencia escolar, se recomienda su actualización en resolución
colaborativa de conflictos y enfoque formativo de la disciplina escolar. Así
también, pudiera disponerse de módulos de autoformación en línea en ambos
casos.
Asimismo, se deberían ofrecer
instancias de formación a docentes para desarrollar herramientas que permitan
abordar dinámicas de alto nivel de violencia que, estando presentes en la
sociedad, permean también a los centros educativos. Por lo tanto, si bien se
reconoce que la violencia trasciende el ámbito educacional, también es
importante contar con capacidades que contribuyan a trabajar este desafío.
En esa línea, es necesario que
tanto profesoras y profesores jefes, como encargados de convivencia escolar,
cuenten con tiempo disponible para formarse y para la atención de las
responsabilidades que estos
cargos
implican. Esta debiera ser una
medida a implementar
en el corto plazo en términos de
su formación, y de mediano plazo en el caso de la regulación de la
disponibilidad de horas no lectivas para el ejercicio de sus tareas.
Como instituciones responsables o
colaboradoras se sugieren el CPEIP, universidades y
otras instituciones especializadas en formación continua, organismos de la
sociedad civil, la Superintendencia de Educación y sostenedores públicos y
privados.
3.
Coordinación intersectorial para
estrategia de convivencia y salud mental.
Abordar las problemáticas vinculadas al ámbito de salud mental de niños, niñas,
adolescentes y adultos requiere de estrategias que trascienden lo educativo. Es
necesario una aproximación intersectorial, articulando y priorizando
con el Ministerio de Salud (Minsal) una atención especializada; con la Subsecretaría de
la Niñez, la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes, y en
coordinación con Superintendencia de Seguridad Social para abordar la salud
laboral docente y de equipos educativos, en constante comunicación con las
organizaciones docentes del sector público y particular- subvencionado.
Para operacionalizar esta propuesta se recomienda, fortalecer la coordinación de los diversos programas de salud y educación existente tales como el Programa Nacional de Salud Escolar de Minsal, el Programa de Servicios Médicos de JUNAEB, el programa de Salud Oral, Habilidades para la Vida, entre otros, para que mantengan una actuación articulada y favorecer su eficiencia.
A partir de esto, se recomienda
aumentar (o hacer más efectiva) la vinculación entre salud y educación a nivel
de las comunidades educativas, tanto para lograr una mejor articulación para la
derivación de casos, como para contar con una presencia de equipos de salud en
los establecimientos educativos. Si bien los centros de salud hoy realizan
visitas a las escuelas en el caso de vacunación, se propone que esta visita
incluya un monitoreo o acciones de apoyo a docentes en temas de salud mental,
por ejemplo, la coordinación de casos y gestión de cupos de atención.
Se recomienda avanzar en un
modelo de gestión de casos para las situaciones de estudiantes de mayor
complejidad que requieren abordaje multisectorial. Esto debiera hacerse junto
con la ampliación del programa Habilidades para la V ida y la aplicación de su screening de salud mental (el actual o uno nuevo) para toda la
población escolar. Es fundamental contar con una herramienta validada que
permita monitorear la situación de la salud mental escolar al menos cada 5
años. Para ello también se debe considerar el DIA socioemocional.
Se recomienda promover, junto con
Minsal, un aumento de cupos de atención en salud
mental infanto-juvenil. Además, es importante fortalecer la formación de
orientadores y duplas psicosociales para brindar un primer apoyo a estudiantes
y acompañarles en la gestión de cupos de atención de
horas de salud mental en los consultorios, así como en el
manejo de los medicamentos cuando corresponda. En estos casos, además es clave la
relación y el trabajo colaborativo con las familias.
Por último, los establecimientos
educacionales debieran mantener un flujo de comunicación permanente con las
Oficinas Locales de Niñez (OLN) o con las actuales
Oficinas de Protección de los Derechos de los niños, niñas y adolescentes (OPD) e idealmente realizar reuniones territoriales de
coordinación para el manejo de casos complejos.
En el corto plazo el Consejo
considera que es posible avanzar en la definición de mecanismos de articulación
y derivación entre salud, educación y la OLN u OPD. Así también, es posible avanzar pronto en la
instalación de mesas de gestión de casos de estudiantes a nivel local. A
mediano y largo plazo se debiera aumentar los cupos e incentivos a
profesionales para especializarse en salud mental infanto-juvenil, ejerciendo
en territorios de mayor vulnerabilidad.
Para avanzar en esta línea, la principal
responsabilidad debiera estar
a nivel de los sostenedores públicos de
educación (SLEP y municipios) a fin de articular el
trabajo intersectorial. Los y las estudiantes serían los principales
beneficiados, pero también sus familias y los y las docentes en la medida que
pueden confiar en el apoyo que el sector salud brinde cuando se requiera.
4.
Formación Inicial Docente con
perspectiva integral: Fortalecer e impulsar, en
coordinación con instituciones de educación superior, el Centro de
Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) y la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), el
desarrollo de competencias para abordar la convivencia y salud mental, el
desarrollo curricular en
el área socioemocional y la apropiación de la perspectiva de garantía de
derechos.
Como primera acción, el Consejo
recomienda que se realice un estudio acerca de la incorporación del bienestar
socioemocional de los y las estudiantes en la formación inicial de docentes y
educadoras de párvulo, a fin de diagnosticar la necesidad de realizar una
mejora en las mallas curriculares
en relación a esta temática.
Es importante que dicha revisión,
por una parte, dé cuenta de la existencia de cursos donde se aborde la temática
que permitan adquirir los conocimientos necesarios y las habilidades para su
abordaje con especialización por tramo de edad. Por otra parte, debiese
considerar la incorporación de una perspectiva integral de la educación en la
formación inicial docente.
Así también, es posible dar a
conocer buenas prácticas de la formación inicial docente, para lo cual el
Consejo de Decanos de las Facultades de Educación del CRUCH
(CONFAUCE) y el Consorcio de Decanos de Educación de
Universidades Privadas Acreditadas podrían invitar a todas las facultades de
educación a presentar la manera en que abordan en la formación inicial docente el bienestar socioemocional de los y las estudiantes.
El rol del CNED
también es relevante en la medida que surge desde allí la preocupación e
interés por darle visibilidad y priorización a la formación de docentes y
educadoras en el desarrollo y bienestar socioemocional de los y las
estudiantes.
En el corto plazo es posible
avanzar en un estudio de mallas curriculares, como también en el levantamiento
de buenas prácticas de formación inicial, que incluyan formación para el
desarrollo y apoyo de los y las estudiantes en su dimensión socioemocional.
La modificación de las mallas curriculares en función de los hallazgos de
dicho estudio es una medida de largo plazo.
5.
Escuelas abiertas para el
encuentro de las comunidades educativas: abrir
los centros educativos como espacios de encuentro y desarrollo personal y
comunitario, en horarios compatibles con las familias, con recursos especiales
para este propósito, considerando siempre el contexto social y geográfico, con
el fin de fortalecer los vínculos de todos los integrantes de la comunidad
escolar.
Por una parte, esta propuesta busca acercar la
escuela a la comunidad, brindar un espacio de encuentro y poner a disposición
las instalaciones de las escuelas. Por otra parte, se espera que la escuela propicie
el encuentro entre familias a través no sólo de actividades formativas, sino también de recreación,
incluyendo el deporte y la cultura. Esto es particularmente importante para las
familias que se integran a las comunidades escolares, y en especial para las
familias y estudiantes extranjeros. Se espera que el espacio educativo y los
actores de la comunidad escolar faciliten el encuentro y, con ello, la mejor
convivencia entre los diversos estamentos.
Se espera que desde el nivel
central y regional se realice un llamado a avanzar en la generación de este
tipo de proyectos, por ejemplo, a través de la creación de fondos concursables
dado los recursos que implica su implementación. Estas acciones deberán
involucrar a diversos actores del nivel local: municipios, juntas de vecinos,
sociedad civil, equipos directivos., además, de los centros de padres, madres y
apoderados, así como con los centros de estudiantes, También, se recomienda
desarrollar un levantamiento de experiencias destacadas de escuelas abiertas
para dar orientación al sistema educativo que se disponga en un repositorio de
uso público.
A su vez, se recomienda potenciar
el programa de 4 a 7 del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, para
aprovechar una experiencia ya existente.
Es importante que se tomen las
medidas necesarias para el resguardo y cuidado de las instalaciones. Esta medida
se considera posible de implementar en el corto y mediano plazo, pudiendo ser
iniciada en forma piloto y luego ampliada.
Fortalecimiento de aprendizajes
6.
Apoyo para estudiantes con rezago educativo y necesidades educativas especiales (NEE):
fortalecer las competencias de los equipos pedagógicos y psicosociales de las
comunidades educativas para la elaboración de protocolos y el diseño e
implementación de planes pedagógico-curriculares pertinentes
a las necesidades de los estudiantes con rezago educativo y NEE.
El Consejo recomienda promover,
formar y apoyar a docentes en estrategias de diversificación de la enseñanza
para su aplicación en planificaciones de clases, didáctica e instrumentos de
evaluación. Mineduc, a través de entidades educativas con experiencia probada
en este tipo de estrategias, debe difundir e instruir a equipos y líderes
pedagógicos de todos los establecimientos educativos de Chile. Se ponen a
disposición de estos líderes y docentes cursos online, webinars, talleres, y/o infografías.
Se propone realizar programas de
recuperación de aprendizajes descendidos para estudiantes con mayor rezago,
promovidos y financiados por Mineduc, a través de un proceso donde los equipos directivos postulen con
evidencias de los estudiantes con rezago por las evaluaciones DIA (Diagnóstico
Integral de Aprendizajes) y con la planificación de los talleres, para que Mineduc
otorgue financiamiento para programas de recuperación de
aprendizaje.
Así también, Mineduc debe revisar
y actualizar las proporciones de profesionales para los equipos psicosociales
en los establecimientos educacionales con alto índice de vulnerabilidad, y
aumentar su financiamiento para mayor capacidad y recursos.
Por otro lado, se propone
elaborar y difundir un repositorio de experiencias de colaboración en el
desarrollo de protocolos e implementación de planes pedagógico- curriculares que puedan servir de modelo para
apoyar a otros equipos pedagógicos y psicosociales.
Estas acciones deberían
involucrar a las siguientes unidades ejecutoras: Mineduc, CPEIP,
Universidades y Asistentes Técnicas Educativas (ATEs).
Con beneficio para Docentes, educadores diferenciales, equipos PIE, talleristas
y estudiantes.
7.
Formación en didácticas basadas
en evidencia para el desarrollo de aprendizajes fundamentales:
identificar y promover, mediante la formación inicial y continua, métodos para
la enseñanza de la lectura, escritura y pensamiento matemático, que cuenten con
evidencia sobre su impacto, en coordinación con CPEIP
y en alianza con universidades, centros de estudio y organizaciones
especializadas. Promover la instalación de estas metodologías dentro de las
aulas.
Se recomienda que Mineduc
identifique establecimientos con mayor rezago escolar en base a diagnósticos
certeros y los apoye promoviendo la implementación de programas ajustados para
lograr la enseñanza y recuperación de aprendizajes descendidos.
También, se recomienda
desarrollar un observatorio que catastre y sistematice experiencias reportadas
como efectivas para la mejora de aprendizajes en todos los niveles y
asignaturas, procurando la existencia de estrategias en todas las regiones del
país y en las distintas modalidades educativas. Además, que estas experiencias
- identificadas en alianza con instituciones académicas, de la sociedad civil,
entre otras- se pongan a disposición del sistema educacional como
recomendaciones de prácticas formativas, creándose un repositorio basado en
evidencia.
Asimismo, se propone establecer
una mesa con universidades para promover estrategias didácticas y metodológicas
basadas en evidencia para formación inicial, así como acciones formativas
específicas para docentes de aula que se especializan en cursos y asignaturas
correspondientes. Se recomienda que Mineduc, en alianza con instituciones
públicas y privadas, ofrezca estos cursos.
Por último, se recomienda la
elaboración de material de apoyo para que directivos escolares puedan
incorporar intervenciones formativas en sus Planes Locales de Formación para el Desarrollo
Profesional Docente.
Las unidades vinculadas a estas
propuestas son el Mineduc, universidades, ATEs, CPEIP.
8.
Estrategia integral y temprana de
aprendizajes fundamentales: fortalecer desde la educación
inicial el goce y la motivación por la lectura, la promoción lúdica del
lenguaje, la alfabetización inicial y el pensamiento lógico matemático, a
través de metodologías que cuenten con evidencia y que se articulen con el
nivel de primero básico de manera sistemática, secuenciada e 0 intencionada,
desde una visión integral del desarrollo de niños y niñas.
El Consejo recomienda el
fortalecimiento del desarrollo profesional de educadoras y educadores de
párvulo y asistentes de párvulo con énfasis en la planificación de aula,
estrategias didácticas y alternativas concretas de evaluación auténtica
sistemática que reporten avances y brechas de niños, niñas y jóvenes de manera
individual, así como el desarrollo de propuestas de estrategias de apoyo según
niveles de logro.
También se recomienda al Mineduc
que, a través de entidades educativas con experiencia probada en este tipo de
estrategias, las difunda e instruya a equipos y líderes pedagógicos de todos
los establecimientos educativos de Chile, buscando que estén disponibles por
medio de cursos online, webinars, talleres e infografías.
Por otro lado, se propone generar
bancos o repositorios de prácticas esenciales con evidencia, para la
alfabetización inicial, comunicación oral y goce por la lectura en estos
niveles.
Para ello, es necesario aclarar
el mensaje de que la reactivación no es sólo una reacción en cursos descendidos
de 2° a 4° básico en lectura, sino que, en primer lugar, se hace cargo de la
relevancia de estos niveles iniciales (NT1, NT2 y 1ro) para los aprendizajes
posteriores y, en segundo lugar, tiene un enfoque de futuro, para no tener que
continuar rescatando estudiantes que llegaron a niveles posteriores sin
adquirir habilidades y conocimientos habilitantes, como es la lectura.
Las unidades que se deben
involucrar en estos desafíos son las siguientes: Mineduc, universidades, ATEs y CPEIP.
9. Apoyos para la priorización curricular: fortalecer la implementación de la priorización
curricular,
propiciando
la mejora de las habilidades y saberes fundamentales y la transversalidad,
garantizando tiempos docentes para su profundización y resguardando la
continuidad curricular.
Se propone el diseño de
secuencias de Objetivos de Aprendizajes (OA)
descendidos con nuevos OA, esperando que desde el
Mineduc se oriente, por distintos
medios, la labor de los equipos
pedagógicos de los establecimientos educativos, para
que, con
los reportes de las evaluaciones
DIA aplicadas, se diseñen secuencias de enseñanza y aprendizaje que integren
los OA descendidos con los nuevos.
Finalmente, se sugiere promover
la estrategia de transversalización de OA, por medio
de la revisión, el financiamiento y la provisión de tiempos docentes no
lectivos, suficientes para estas estrategias. Para ello, también se sugiere una
articulación con la recomendación N°10 sobre monitoreo de aprendizajes.
Las organizaciones que pueden
contribuir en estos desafíos son la UCE y
universidades.
10.
Monitoreo
continuo de aprendizajes para la reactivación educativa[16]: Con el fin de contar con información que
oriente la toma de decisiones a nivel de comunidad educativa y
política pública, se propone profundizar el rol de la evaluación en todos los
establecimientos educativos, así como mantener los instrumentos nacionales e internacionales
anuales para continuar levantando una línea base y seguimiento en niveles clave
para todo Chile.
A corto plazo, durante el 2023,
se recomienda que el Mineduc asegure que todos los establecimientos
educacionales cuenten con una evaluación formativa de entrada y salida del año escolar, como una herramienta
pedagógica de retroalimentación oportuna, para identificar los niveles de
aprendizaje de estudiantes, y así orientar la toma de decisiones pedagógicas.
En esta línea, la aplicación del DIA es fundamental, reconociendo que puedan
existir otros instrumentos que pueden cumplir una función similar.
Con respecto al DIA y otros
instrumentos de evaluación formativa, se propone la entrega individualizada de
resultados para docentes y equipos directivos. Adicionalmente, para un mayor
involucramiento y compromiso de actores claves del sistema educativo, se
recomienda la presentación de información a nivel de cursos y escuela para
sostenedores y a nivel de estudiante para los respectivos padres, madres o apoderados.
Adicionalmente, para promover un
buen uso de estas herramientas, se propone ahondar en la formación a equipos y
líderes pedagógicos de todos
los centros educativos de Chile,
poniendo a su disposición cursos online, webinars, talleres e información para la
promoción y desarrollo de estrategias de evaluación formativa. También se
sugiere fortalecer el uso de orientaciones y recursos que instruyan a docentes
acerca de la evaluación formativa en todas las áreas del currículo, en base al decreto 67 sobre
evaluación y el decreto 87 sobre adecuaciones curriculares.
Además, se recomienda continuar
levantando una línea de base con información para todo Chile, mediante
instrumentos estandarizados, tanto nacionales como internacionales, que permita
al Estado identificar centros
educativos con mayor rezago y oriente políticas
públicas y medidas de apoyo correspondientes.
Sobre los procesos de evaluación
mencionados, se releva la importancia de involucrar a las comunidades
educativas fundamentando el propósito y los beneficios del levantamiento de
datos, comprometiéndose en su ejecución y proveyéndoles información que les sea
pertinente a los distintos estamentos correspondientes.
Asimismo, se sugiere incorporar
el monitoreo y estudios sobre condiciones que favorecen el aprendizaje de las y
los estudiantes (ej. asistencia escolar, rotación docente, tiempo no lectivo de
preparación de clases, licencias médicas docente, climatización de aula,
remuneraciones, infraestructura y ambientación y otras a determinar en base a
estudios sobre condiciones para el aprendizaje).
Se propone que las organizaciones
ejecutoras sean el Mineduc, los Departamentos Provinciales del Mineduc (Deprov), la Agencia de Calidad de la Educación y los
Equipos directivos de los establecimientos educativos.
11. Liderazgo e innovación para el aprendizaje: promover
prácticas de liderazgo intermedio (SEREMI, Supervisores, UATP
de SLEP y sostenedores) y directivo, que fomenten el
trabajo en red, el intercambio de prácticas educativas y la reflexión
pedagógica.
Para ello, se recomienda la
promoción del liderazgo escolar
con foco en los aprendizajes de
los estudiantes, evidenciado en la observación de clases y análisis de
resultados de aprendizajes. Se propone que el Mineduc, a través de entidades
educativas con experiencia probada en este tipo de estrategias, difunda e instruya
a equipos y líderes pedagógicos de todos los colegios de Chile. Se ponen a
disposición de estos líderes y docentes cursos online, webinars, talleres e infografías.
También, que Mineduc oriente
Asignación de Desempeño Colectivo (ADECO) hacia la gestión directiva
relacionada explícitamente con la Reactivación Educativa, otorgando
asignaciones a los equipos directivos que logren cumplir sus planes y alcancen
los objetivos propuestos.
Se recomienda que Mineduc haga un
levantamiento de los contextos escolares en los cuales la violencia hace
imposible hacer clases normales. Así, se pide que la Superintendencia de
Educación revise y actualice los procedimientos y protocolos exigidos, con el
propósito de agilizar medidas formativas y disciplinarias que ayuden a prevenir
hechos de violencia al interior de los establecimientos educativos.
Por otra parte, se recomienda
desarrollar un plan nacional que enfrente la poca disponibilidad de profesores,
el aumento de las licencias médicas y la rotación docente, como también dar más
apoyo a las regiones y descentralizar recursos como capacitaciones, material
bibliográfico, evaluaciones y acompañamiento. Para ello, se podrían crear
equipos de expertos que asesoren y apoyen (desde universidades con probada
trayectoria en el tema y las ATEs disponibles en los
territorios) a las regiones. Así también, recomendamos establecer equipos
territorializados de trabajo en colaboración con universidades y CPEIP para la implementación de Planes Locales de Formación
para el Desarrollo Profesional Docente, que incorporen articulaciones en red,
intercambios de prácticas y modelos de reflexión pedagógica.
Otra acción que contribuye a este
objetivo es estudiar las propuestas presentadas para los
Planes Locales
de Formación para el Desarrollo
Profesional Docente a nivel nacional, e identificar aquellas que fomentan el
trabajo en red y el intercambio de prácticas y modelos de reflexión pedagógica.
Esto requiere establecer un nuevo plazo para el envío de Planes Locales de
Formación para el Desarrollo Profesional Docente, a fin de incorporar los
elementos acá descritos, establecer equipos de acción para el desarrollo de los Planes Locales, y generar planes
de trabajo con metas claras sobre la presentación de estos.
Para ello, los siguientes
organismos son claves: Mineduc, CPEIP, seremis,
universidades y ATEs.
12.
Campañas comunicacionales para la
promoción de la lectura y escritura: promover la lectura y escritura
como una herramienta clave para el aprendizaje, a través de la difusión en
medios de comunicación, con presencia en los espacios públicos y privados,
vinculados a bibliotecas, lugares de trabajo y hogares.
Esto se podría alcanzar por medio
de acciones como la realización de campañas de fomento lector con presencia
masiva en medios de comunicación y en lugares de concurrencia como el
transporte público, centros de salud y lugares de trabajo, incorporando materiales
tanto digitales como concretos. Así mismo, promover la lectura en cada hogar de
Chile en alianza con los empleadores públicos y privados, proporcionando
material que instruya a padres y madres trabajadoras sobre cómo leer en casa
con sus hijos e hijas según su etapa de desarrollo.
Al mismo tiempo, estas campañas
deben buscar alcanzar a todo público,
incluyendo a personas que no leen. Del mismo modo, es importante revalorizar
prácticas de escritura y lectura que atraen a muchos jóvenes en espacios no
formales, los cuales tienen un rol precursor de otras prácticas, como es el caso de la
escritura de guiones para videos tutoriales, ciertos videojuegos o el uso del
hip-hop.
Finalmente, se propone hacer
alianzas con canales de televisión nacionales (NTV
para caso infantil) y con radios, para incluir una parrilla de contenidos que
estimule la lectura. Lo anterior podría incluir la elaboración editorial masiva
de libros de lectura infantiles y escolares distribuidos gratuitamente en
lugares populares como consultorios, farmacias, supermercados, junto con guías
de trabajo y apoyo a la lectura para familias y para jóvenes.
13.
Ampliación y consolidación del
Plan Nacional de Tutorías: extender y fortalecer el modelo en cuanto a mecanismos de
apoyo, monitoreo, evaluación, vinculación con la comunidad educativa, resguardo
de la seguridad y logística, entre otros.
Con este objetivo, el Consejo recomienda realizar
alianzas con instituciones que están desarrollando tutorías en terreno, así
como hacer una síntesis de la literatura que evidencie bajo
qué condiciones las tutorías son efectivas, con el objetivo de
identificar modelos de desarrollo de planes de tutoría basados en evidencia.
Así, se espera acordar estándares mínimos de una tutoría de calidad y
asegurarlos, para monitorear de manera rigurosa que se cumplan.
Por otro lado, se propone
terminar este primer piloto de tutorías masivas con instrumentos que permitan
evaluar el proceso y diseñar mejoras para la segunda etapa. Con esto, definir
un segundo objetivo de tutores (propuesta: 50 mil), considerando una eventual
remuneración.
Finalmente, se recomienda que
estén dirigidas a estudiantes con competencias descendidas en lectura y
matemática postpandemia, así como a escuelas con presencia mayoritaria de estos
estudiantes.
Para esta propuesta, la ejecución
podría involucrar al Mineduc, universidades, centros de estudios y
organizaciones colaboradoras con Plan Nacional de Tutorías, fundaciones y
escuelas.
Asistencia y revinculación
14. Sistema fortalecido de seguimiento de trayectorias
educativas: robustecer el actual monitoreo
de trayectorias educativas, ampliando la información que se reporta y sumándole
un modelo predictor de
la exclusión escolar que sea implementado de
manera sistemática y permanente para todos los establecimientos públicos y
particulares subvencionados de Chile, con el objeto de que entregue información
oportuna y mensual, por niveles educativos y modalidad. Al mismo tiempo,
fomentar el desarrollo de capacidades de análisis y uso de estos datos en los distintos
sectores del sistema escolar.
En esa línea, se recomienda
ampliar la información del reporte actual que entrega el Mineduc para que los
sostenedores y establecimientos cuenten con información sobre los estudiantes
no matriculados. Así, se sugiere generar un sistema integrado e intersectorial
que articule la información disponible en Ministerio de Desarrollo Social y
Familia y otros servicios relacionados, como Extranjería, con la información
proveniente de los sistemas del Mineduc. Esto permitiría a los sostenedores y
establecimientos educativos encontrar y hacer seguimiento a los y las
estudiantes excluidos del sistema.
Para el desarrollo de capacidades
en esta línea, se recomienda la capacitación en el uso de sistemas integrados
de datos a las y los profesionales encargados de utilizarlos, una vez que los
establecimientos cuenten con la información clave. Esto garantizará un uso
efectivo de la información para la toma de decisiones y acciones adecuadas.
Se sugiere implementar lo anterior en el corto plazo,
con informes mensuales en lugar de trimestrales con la información sobre
asistencia y estudiantes no matriculados, de manera que los establecimientos
cuenten oportunamente con información para la toma de decisiones. Además, a
mediano plazo, se propone desarrollar un modelo predictor de exclusión escolar
que permita alertar tempranamente situaciones de riesgo y tomar medidas
preventivas.
15. Provisión y recursos para la reinserción y reingreso
educativo: fortalecer y diversificar la
oferta educativa para la reinserción y reingreso de estudiantes excluidos,
aumentando sus recursos, haciendo más atractivas y pertinentes las modalidades
y promoviendo alianzas con organizaciones expertas en la temática.
Para esto se identifica como
clave la tramitación legislativa del proyecto de ley que crea la subvención
para la modalidad de reingreso escolar, así como el rediseño de los fondos
concursables de reinserción escolar, otorgando condiciones básicas que permitan
proyectar a largo plazo las trayectorias educativas de los y las beneficiarias.
Actualmente, el Mineduc ofrece fondos
concursables para proyectos de reinserción, pero los recursos disponibles son
insuficientes. Es necesario asignar más recursos para garantizar una oferta de
reinserción adecuada, asegurando la posibilidad de revincular a los y las estudiantes con el sistema
educacional.
Así mismo, es importante analizar
la temporalidad de los procesos de licitación para que
las instituciones puedan desarrollar los programas de reingreso de manera
efectiva. En esa línea, el Consejo recomienda asegurar una continuidad en las
aulas de reingreso, evitando la interrupción de los programas, así como mapear las necesidades de aulas de
reingreso para realizar una oferta que permita abordar las prioridades del
sistema.
Por otro lado, es esencial
establecer una conexión entre las medidas de reingreso y la educación de adultos, así como fortalecer la modalidad
de educación de adultos y jóvenes, brindando recursos y apoyos adecuados para
su desarrollo.
Estas recomendaciones tienen el objetivo de evitar la exclusión
educacional y brindar oportunidades de aprendizaje a todos los y las
estudiantes, sin importar su edad o situación previa.
En
relación a los tiempos de implementación, se
considera que estas medidas pueden desarrollarse en el corto (temporalidad de
las licitaciones) y en el mediano plazo (recursos y vínculos con educación de
adultos).
16. Condiciones
adecuadas para la asistencia y revinculación en sectores, modalidades y
niveles educativos postergados: implementar mejoras
en infraestructura, condiciones de transporte y mejorar el diseño del Sistema
de Admisión Escolar. Implementar medidas
contextualizadas y pertinentes para la educación rural, técnico profesional, parvularia y educación de jóvenes y adultos (EPJA) con el fin de prevenir la exclusión y promover la
asistencia.
Es clave para este proceso
reconocer el rol que tiene la EPJA en la revinculación de quienes han vivido exclusión escolar. Es
importante fortalecer los mecanismos de articulación entre esta y otras
modalidades, igualando las condiciones entre estudiantes.
Esto debiera traducirse en
medidas concretas que articulen la modalidad EPJA con
las modalidades regulares del sistema educativo, aportando a su diversidad y
flexibilización para llegar a mayor cantidad de niños, niñas y jóvenes, pues en
la actualidad esta modalidad se encuentra en la marginalidad: tiene la
subvención más baja del sistema escolar, no es parte de la SEP, cuenta con
medidas de alimentación JUNAEB reducidas y poco
pertinentes, acceso limitado a Programa de Integración Escolar (PIE), y no
cuenta con medidas que favorezcan la transición entre modalidad EPJA y regular de niños, niñas y jóvenes, entre otras.
En cuanto al SAE: Se propone su
adaptación, a mediano plazo, en las comunas rurales. Se sugiere incluir la
variable de localización y accesibilidad, tomando en cuenta la comuna o zona
donde vive el estudiante. Esto permitirá una asignación más precisa de cupos en
establecimientos cercanos, evitando desplazamientos innecesarios.
Por su parte, en
relación al transporte en zonas rurales, se propone como esencial
asegurar la disponibilidad de transporte escolar en dichos territorios, así
como para los y las estudiantes de educación especial, en el corto plazo. Para esto será necesario
entregar financiamiento.
Con respecto a la Educación
Técnico-Profesional (TP), se plantea mejorar la
infraestructura y equipamiento de los liceos TP, ya
que en esta modalidad el 50% de las clases son prácticas. Además, se sugiere
promover la educación dual a través de acuerdos con sectores industriales, lo que aliviaría la carga de equipamiento de los liceos.
También, se requiere financiamiento para certificar competencias en los estudiantes de liceos TP.
Así, se recomienda, a mediano
plazo, que el Ministerio de Educación suscriba convenios con sectores
industriales para fortalecer la educación dual. Esto permitiría que los
estudiantes de 3° y 4° medio tengan acceso a experiencias concretas en
industrias, facilitando su inserción laboral posterior. Actualmente, existen
casos puntuales de este tipo de experiencias en el norte de Chile con empresas
mineras.
Es crucial que, a mediano plazo,
el Estado priorice la educación TP, especialmente en
los sectores donde estudian los jóvenes de menor nivel socioeconómico.
En el tránsito entre enseñanza
básica y media hay un número importante de estudiantes, principalmente de
educación pública, que no continúan con su proceso de formación, debido a que
deben cambiar de establecimiento educacional. Frente a esto se recomienda
considerar la posibilidad de dar continuidad a sus estudios asegurándoles
acceso a establecimientos públicos de educación media. Además, se plantea la
relevancia de mejorar la infraestructura en la educación parvularia,
lo que
es clave para la mejora de la asistencia y
vinculación.
17. Campañas comunicacionales y corresponsabilidad por la
asistencia educativa: sensibilizar a la comunidad en
general respecto a la importancia de la asistencia a los establecimientos
educacionales y la responsabilidad de los padres, madres y apoderados al
respecto.
El Consejo recomienda realizar
campañas sistemáticas y sostenidas, ya que es importante llevar a cabo campañas
de prevención de manera continua, involucrando activamente a los padres,
madres, apoderados, apoderadas y estudiantes. Estas campañas deben estar
diseñadas de manera cuidadosa, considerando especialmente la información que
las familias necesitan, especialmente en el caso de los párvulos.
Así mismo, es importante apoyar a
los establecimientos en la realización de campañas propias de prevención y
promoción de la asistencia. Cada establecimiento conoce mejor a su comunidad y
puede adaptar los mensajes y estrategias a sus necesidades específicas.
Además, se plantea la necesidad
de coordinar estrategias comunicacionales y orientaciones con el Ministerio de
Salud, con el fin de evitar que los mensajes de éste afecten indebidamente la
asistencia. Por ejemplo, se recomienda evitar que los centros educativos exijan
alta médica para que los y las estudiantes retornen a clases.
Por otra parte, se sugiere
diversificar los canales y medios de contacto de las campañas comunicacionales
para llegar adecuadamente a los estudiantes y sus familias. Esto incluye el uso
de tecnologías digitales, redes sociales, mensajes de texto, llamadas
telefónicas, reuniones presenciales, entre otros. La diversificación de los
canales asegura que el mensaje llegue de manera efectiva y se mantenga una
comunicación constante.
También, se recomienda promover
prácticas e intervenciones que involucren a la escuela y la familia. Resulta
crítico mejorar la relación entre el estudiante y la escuela, así como
involucrar activamente a padres, madres, apoderados y apoderadas en el proceso
educativo. Esto se puede lograr a través de actividades conjuntas, reuniones
periódicas, participación en eventos escolares y programas de apoyo a la
parentalidad. La colaboración entre la escuela y la familia es fundamental para
prevenir el abandono escolar.
En
relación a
los plazos: consideramos que todas estas medidas pueden ser implementadas en el corto plazo.
18. Formación y redes para equipos
territoriales de asistencia y revinculación: ofrecer un plan de formación
robusta y pertinente territorialmente a los equipos que realizan esta tarea
(equipos Mineduc, Deprov, sostenedores, escuelas),
considerando la complejidad propia del fenómeno de la exclusión escolar, así
como favorecer esta estrategia en alianza y colaboración con otros actores del
sistema educacional, incorporando la participación de estudiantes de pedagogía.
En el trabajo de revinculación, es necesario evitar
la sobrecarga burocrática de los establecimientos educativos, así como ofrecer
reconocimiento y apoyo[17]
a los establecimientos y familias para el avance en asistencia y revinculación.
Los establecimientos
educacionales son los primeros impulsores de la asistencia y la revinculación. Debe haber un compromiso país en términos de
que esta tarea cuente con financiamiento.
A corto plazo, es importante
fomentar redes de trabajo colaborativo entre los establecimientos, directivos y
profesores para compartir experiencias exitosas y diseñar estrategias para la
promoción de la asistencia y la revinculación
educativa. El trabajo en red y el apoyo mutuo son claves para fortalecer el
compromiso de los establecimientos en la asistencia y revinculación
escolar.
Se sugiere establecer un fondo de
revinculación que sea impulsado por las comunas,
dándoles mayor autonomía a los establecimientos en su ejecución, para todos los
establecimientos educacionales con financiamiento del Estado.
En
relación a
la formación de los profesionales, debe existir un plan exhaustivo de formación
y transferencia de capacidades a equipos profesionales intermedios (Deprov, sostenedores, otros) y de establecimientos
educativos, para la búsqueda y atracción de niños, niñas y jóvenes que han
vivido experiencias de exclusión.
También se hace necesario
reforzar la comprensión desde las escuelas y los sostenedores del fenómeno de
la exclusión escolar y el avance de los mismos hacia una cultura inclusiva
dentro de los espacios escolares. Actualmente, los establecimientos educacionales
pueden influir en expulsar y repeler a cierto perfil de estudiantes, los cuales se alejan cada vez
más de lo que les
ofrece el sistema de educación
formal.
También se sugiere, a mediano
plazo, sumar la temática de revinculación a la
formación inicial y continua de los y las docentes, de manera de
avanzar hacia la innovación pedagógica que los niños, niñas y jóvenes
requieren, para restituir su derecho a la educación.
A corto plazo, en
relación a la formación para la promoción de la asistencia, se
recomienda basarse en experiencias exitosas tanto nacionales como
internacionales, entregando oportunidades de formación a profesionales de todos
los niveles del sistema educativo.
Finalmente, se sugiere evaluar la
estrategia de equipos territoriales de revinculación
y asistencia que se está empleando para el año 2023, de forma de revisar su
continuidad o realizar mejoras en su diseño.
[15] El Plan de Reactivación Educativa 2023 se encuentra disponible en https://reactivacioneducativa.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/127/2023/04/Plan-Reactivacion-05.04.2023-mas-tablas.pdf
[16] Si bien hubo
un claro consenso sobre la relevancia de contar con mediciones para identificar
brechas de aprendizajes que permitan monitorear los resultados en esta materia
y orientar la política pública, no hubo acuerdo sobre el alcance y frecuencia
de las mismas. Sobre esto, parte del Consejo sostuvo la importancia de que los
instrumentos de medición tuvieran las características de ser abreviados,
obligatorios, continuos y públicos en losdistintos niveles, adicionando
instrumentos en el nivel inicial. Otra parte del Consejo manifestó el cuidado
que debe haber en introducir mediciones que puedan presionar hacia el desempeño
en pruebas estandarizadas, desenfocando la urgencia de la reactivación
educativa. La redacción propuesta se presenta como el punto de acuerdo base
respecto a este tema. Además, hubo otra propuesta sobre universalizar el
instrumento DIA y generar reportes sobre sus resultados, con el fin de que
todas las comunidades educativas apliquen efectivamente este diagnóstico y
poder sacar conclusiones a nivel nacional y regional, así como a nivel de
sostenedores. No obstante, otras visiones expresaban que hacer obligatorio el
DIA puede afectar su carácter formativo y desconocer la existencia de instrumentos propios de
evaluación desarrolladas por las propias comunidades. Adicionalmente, en esta
misma línea, se expresaba que el DIA, al ser autoaplicado por los docentes, no
es estandarizable, lo cual impide sacar conclusiones a nivel agregado.
[17] Parte del Consejo mencionó la necesidad de
incorporar incentivos como bonos, asignaciones especiales y/o premios a quienes
logren metas que contribuyan en esta línea; no obstante, otra parte del Consejo
mencionó que ya existen algunos mecanismos de ese estilo, por lo tanto, se
prefiere una redacción en la línea del “reconocimiento y el apoyo”, buscando
equilibrar los gestos a quienes logren los objetivos, con el dar un soporte a
quienes presentan mayores necesidades de apoyo en esta área.