https://doi.org/10.19053/01227238.17018
Artículo de Revisión
Margarita Práxedes Muñoz (1848 -1909). La
primera universitaria peruana y su tránsito de vida en el cono sur
Margarita Práxedes Muñoz (1848 - 1909). Peru's
first female university graduate and her life in the Southern Cone
Margarita Práxedes Muñoz (1848 - 1909). A
primeira estudante universitária peruana e a sua vida no Cone Sul
María
Cristina Vera de Flachs[1]* https://orcid.org/0000-0001-5423-0379
*CONICET - UNC, Argentina Grupo
de Investigación HISULA - UPTC
Resumen
Objetivo: El presente
artículo examina la vida y obra de Margarita Praxis Muñoz, primera egresada de
la Universidad de San Marcos como bachiller en Ciencias y Letras, luego médica,
científica, feminista y progresista peruana que peregrinó su vida por cuatro
países del cono sur.
Originalidad/aporte: Un personaje olvidado en su país y puesto en
valor a fines del siglo XIX por varias literatas que analizaron su novela
particularmente. La originalidad está en rescatar su paso por la Argentina
donde termino sus días.
Método: Biográfico.
La metodología seguida en este trabajo ha consistido en analizar su producción
intelectual contextualizándola en relación con su formación académica para
observar sus ideas y aplicación.
Estrategias/recolección de información: Para realizar esta biografía nos hemos valido de su
propia obra y de los investigadores que se ocuparon de ella quienes figuran en
la bibliografía anexa. Debido a que los datos disponibles eran escasos, se
realizaron entrevistas con historiadores argentinos de la región santiagueña
donde terminó sus días como medica en los obrajes de quebracho.
Conclusiones: El personaje
estudiado nos permitirá ahondar en el contexto histórico y educativo de las
mujeres en los lugares que vivió y nos mostrará su activa participación en
diferentes temas. De esta forma, podemos atravesar sus intereses y los de los
que compartieron su vida, acercarnos a los problemas de su época, a la historia
de las ideas y a la vida cotidiana de las primeras mujeres que se atrevieron
ingresar al mundo de los hombres. Olvidada por mucho tiempo hoy la valoramos en
este artículo.
Palabras clave: Medica; Perú, Chile; Argentina; siglos XIXy
XX.
Abstract
Objective: This article examines the life and work of Margarita Praxis Muñoz, the first female graduate from the Universidad
de San Marco with a bachelors degree in Science and Letters, to later become a Peruvian
physician, scientist, feminist and progressive who made her life pilgrimage
through four countries of the Southern Cone.
Originality/support: A forgotten character in her country who starts to be appreciated at the
end of the 19th century by several literary women who analyzed her novel in particular. The originality of this study lies in the
focus of her life in Argentina, where she ended her days.
Method: Biographical. The methodology followed in this work consisted of an
analysis of her intellectual production in relation to her academic training in order to observe her ideas and application in context.
Strategies/ Data Collection: For this biography we have made use of her own work and that of the
researchers who have studied her, they are listed in the attached bibliography.
Due to the scarcity of available data, interviews were conducted with Argentine
historians of the Santiago region where she ended her days as a physician in
the quebracho plantations.
Conclusions: The character studied will allow us to delve into the historical and
educational context of the women from the places she lived in and will show us
her active participation in different fields. In this way we go through her
interests and those of the people she shared her life with. We approach the
problems of her time, the history of ideas, and the daily life of the first
women who dared to enter the world of men. Forgotten for a long time, the value
of Margarita Praxis Muñoz is acknowledged today in this article.
Keywords: Female physician; Peru; Chile; Argentina; XIX and XX centuries.
Resumo
Objetivo: Este artigo analisa a vida e a obra de Margarita Praxis Muñoz, a primeira licenciada em Ciências e Letras pela Universidade de San
Marcos, mais tarde médica, cientista, feminista e progressista peruana que
passou a sua vida em quatro países do Cone Sul.
Originalidade/contribuição: Personagem esquecida no seu próprio país e destacada no final do século
XIX por várias escritoras que analisaram o seu romance em particular. A
originalidade está em resgatar a sua passagem pela Argentina, onde terminou os
seus dias.
Método: Biográfico. A metodologia seguida neste trabalho consistiu em analisar a
sua produção intelectual, contextualizando-a em relação à sua formação académica, de modo a observar as suas ideias e a sua aplicação.
Estratégias/ coleta de datos: Para a realização desta biografia recorremos à
sua própria obra e aos investigadores que sobre ela se debruçaram, os quais
constam da bibliografia em anexo. Devido à escassez de dados disponíveis, foramrealizadas entrevistas com historiadores argentinos na região de Santiago, onde ela terminou seus dias como médica nas plantações de quebracho.
Conclusões: A personagem estudada permitir-nos-á
aprofundar o contexto histórico e educativo da mulher nos locais onde viveu e
mostrar-nos-á a sua participação ativa em diferentes questões. Desta forma,
podemos percorrer os seus interesses e os daqueles que partilharam a sua vida,
abordar os problemas do seu tempo, a história das ideias e o
quotidiano das primeiras mulheres que ousaram entrar no mundo dos homens. Há
muito esquecida, hoje valorizamo-la neste artigo.
Palavras-chave: Medica; Perú; Chile; Argentina; séculos XIX e XX.
Recibido: 04/03/2023
Evaluado: 26/05/2023
Aprobado:
19/07/2023
Introducción
Fuente: (Archivo fotográfico de la Biblioteca
Nacional del Perú).
En el presente artículo examinaremos el camino transitado
por una peruana de
nacimiento, María Margarita Magdalena Muñoz Seguí, la primera mujer que ingresó
a la Universidad de San Marcos de Lima, donde obtuvo, en 1890, su título de
Bachiller en Ciencias y Letras, luego continuó allí
brevemente sus estudios de Medicina, recibiéndose en Chile de médica, una
profesión que le dio un rol preponderante entre las primeras mujeres con título
universitario en varios países latinoamericanos.
Fue una adelantada para su época en varios aspectos, no dudó en ser
madre soltera de una hija y en emigrar tempranamente a Chile y luego a
Argentina y Uruguay, para terminar sus días en una provincia norteña argentina.
En los sitios del cono sur que transitó frecuentó a las elites intelectuales donde, en distintos momentos, fue desplegando sus ideas a
partir de su rica formación.
Para realizar esta biografía nos hemos valido de su propia obra, de
artículos periodísticos y de los investigadores que se ocuparon de ella, que
figuran en la bibliografía anexa.
La metodología seguida en este trabajo ha consistido en analizar su
producción intelectual, contextualizándola con relación a su formación
académica para observar sus ideas, aplicación y cambio de su pensamiento a lo
largo de su vida, que fue mutando de un férreo liberalismo laicista al
catolicismo.
En síntesis, el personaje estudiado nos permitirá ahondar en el contexto
histórico y educativo de las mujeres en los lugares que vivió y
mostrar su activa participación en diferentes temas, lo cual nos permite
atravesar sus intereses y los de aquellos que compartieron su vida, acercarnos
a los problemas de su época, a la historia de las ideas y a la vida cotidiana
de las primeras mujeres que se atrevieron a ingresar al mundo de los hombres.
Según algunos biógrafos, María Margarita Magdalena Muñoz Seguín nació en
Lima en 1862, aunque en su partida de bautismo, conservada en el Archivo
Arzobispal de Lima (Folio 83 del Libro de bautizos españoles de la Parroquia de
San Sebastián de Lima
18481852)[2], se
consigna que, en efecto, dicho nacimiento sucedió en esa
ciudad, pero el martes 18 de julio de 1848, siendo sus padres José Muñoz y
María Seguín, una familia de tradición liberal y laicista. Huérfana desde muy
pequeña, fue criada por su familia materna e inscrita en un colegio laico donde
cursó primaria y secundaria, lo cual le permitió ingresar a la Universidad de
San Marcos en Lima.
Dicha formación no era usual en ese
tiempo, aunque debemos recordar que, desde los
años cuarenta del siglo XIX, el Estado peruano había dispuesto la creación de
escuelas primarias y colegios nacionales gratuitos de niñas en
casi todas las provincias del país y, a partir de 1866, estipuló que
esa instancia era obligatoria para hombres y mujeres, mientras los estudios
secundarios estaban reservados solo para varones. Por entonces, pensar que una
mujer pudiera asistir a la universidad era una osadía, porque, como en otros lugares de América, se suponía que los
estudios superiores estaban reservados a los hombres.
No obstante, Perú tenía el antecedente de una mujer que ya había osado transgredir esa regla, María Trinidad Enríquez Ladrón de
Guevara, quien consiguió una resolución suprema el 3 de octubre de 1874,
mediante la cual se la autorizaba a matricularse en la Universidad del Cusco
para estudiar Derecho, aunque después de cursar tres años su título quedó en
suspenso por el inicio de la guerra del Pacífico (1879-1884)[3].
Del ámbito
hogareño al espacio público
La recuperación del Perú después de su derrota en la guerra contra Chile
coincidió con el resurgir de un movimiento de las mujeres del país en favor de
la educación secundaria femenina, lo que propició la fundación de numerosas
escuelas femeninas laicas, además de la aparición de publicaciones
periódicas y encuentros quincenales en veladas literarias, ingredientes básicos
para la formación de la opinión pública peruana. Con sus discursos comenzaron a
dar gran difusión a la escolaridad secundaria, como un paso previo al ingreso a
la universidad[4].
Entretanto, Margarita, que tenía aspiraciones de contactarse con mujeres
de avanzada, asistió entre 1876 y 1877 a las célebres tertulias literarias
organizadas por la escritora argentina Juana Manuela Gorriti (1818-1892) que
vivió temporariamente en el centro de Lima entre 1840 y 1880[5].
En esas veladas se conversaba acerca del papel de la mujer en una sociedad
moderna y se daban a conocer obras
de autores varones que reivindicaban el papel
de las mujeres y otros escritos de mujeres principiantes que reclamaban la
necesidad de una educación laica, científica y moral, pero era necesario
modificar el sistema educativo para conseguir la participación femenina en el
espacio público, ideas basadas en el sistema de igualdad de John Stuart Mill y el positivismo de Comte.
En esos encuentros Margarita se relacionó con varias jóvenes limeñas que
manifestaban ser feministas y estar dispuestas a luchar contra el patriciado,
algunas incluso ligadas a la masonería como, por ejemplo, Clorinda Matto de Turner (1862-1909)
o Mercedes Cabello (1845-1909)[6].
El camino de
Margarita a su graduación universitaria
Luego de terminar sus estudios secundarios la joven Margarita ingresó,
en 1882, a la Universidad de Lima. En 1883 volvió a matricularse con el nombre
de Margarita Práxedes por su admiración al gran maestro masón español Práxedes
Mateo Sagasta y Escolar[7].
Obviamente, su presencia en ese mundo de hombres causó
asombro y preocupación pues ni los docentes ni sus compañeros sabían cómo
debían tratarla. Pero ella no se inmutó y pudo recibirse como Bachiller en
Ciencias y Letras el 24 de octubre de 1890, cuando sustentó su tesis[8]
(imagen 1), aprobada por la mayoría del jurado. Dedicó su trabajo a Mercedes
Cabello en reconocimiento de su amistad, con las siguientes palabras:
Señora: Fruto de vuestra elocuente pluma, mi
primera inspiración, justo es que la mía os ofrezca hoy su primer ensayo.
Las ciencias de la Naturaleza, cuyo
desarrollo investigáis con tanto empeño, y cuyas gloriosas conquistas tanto os
interesan, son las llamadas a cooperar más poderosamente en la obra gloriosa de
nuestra regeneración, y al iniciarse la mujer en sus misterios, realiza nuestra
Patria un nuevo e importantísimo progreso.
A vos os toca despertar el entusiasmo de la
mujer peruana con vuestra ilustrada y persuasiva frase, para que nuestro sexo
conquiste aquí los lauros del saber, que hoy son ya su patrimonio en todas las
Naciones cultas.
Recibid, Señora, este pobre y desaliñado
trabajo, como un tributo del amor y respeto que os profesa vuestra entusiasta
admiradora.
M. Práxedes Muñoz[9]
Fuente: Archivo Nacional del Perú.
Imagen 1. Portada de la tesis doctoral de Margarita
Práxedes Muñoz
En su tesina Margarita analizó las doctrinas científicas del alemán
Ernesto Haeckel, desde su intersección con la filosofía. Luego
del impacto de la teoría darwinista de la evolución, Haeckel con su
interpretación monista había intentado una explicación general de la evolución
de la materia desde los elementos inorgánicos y los primeros organismos
unicelulares hasta el hombre[10].
Apoyada en ese esquema y en la tesis de Herbert Spencer, que cimentó firmemente su creencia en la
igualdad entre el hombre y la mujer y que las diferencias entre ambos no eran biológicas sino de carácter social. Muñoz
encontró la idea de un principio rector que le servirá de base para la
interpretación de la realidad.
Al día siguiente de obtener el bachillerato, el Congreso Nacional le
aprobaba una pensión de gracia para que pudiese seguir sus estudios de
medicina, monto que recibió durante algunos meses de aquel año, aunque ese
incentivo no la retuvo en Lima.
De su paso por San Marcos rescatamos dos trabajos de
Margarita, uno titulado La gracia y la influencia en el progreso de la humanidad y la Unidad sustancial de la materia o identidad sustancial de
los reinos inorgánicos y orgánicos, este último publicado como libro en Lima en 1890.
Fuente: Archivo Nacional del Perú.
La lucha por la educación de la mujer en el Perú
La presión ejercida por esta feminista y otras,
obligó al gobierno peruano a dictar, en 1908, la ley n.°
801 que autorizaba a las mujeres que cumplieran con los requisitos necesarios a
inscribirse en las universidades de la república y posteriormente, si obtenían
su título, ejercer la profesión elegida. El camino estaba abierto para que las
mujeres pudiesen ingresar a los estudios superiores.
En síntesis, la educación fue una demanda de la primera generación de
mujeres ilustradas, cuyos mayores exponentes peruanos fueron Mercedes Cabello,
Teresa González de Fanning,
Clorinda Matto y
Margarita Práxedes Muñoz. No les fue fácil a estas mujeres enfrentar al mundo masculino, pues debieron soportar discriminación, cárcel
y hasta el exilio.
Imagen 2. Ley n.0 801, promulgada por el
presidente Augusto Leguía
De Lima a Santiago de Chile
Luego de ese primer intento de estudiar Medicina en su país, Margarita
se estableció en Santiago de Chile a fines de 1890, debido quizá a la
incomprensión que debió sentir de sus compañeros en los pasillos de San Marcos.
Fue su primer viaje y nunca más regresó a su país; de Chile pasó luego a
Argentina y Uruguay.
Fuente: UNMSM.
Imagen 3. Fachada de la Facultad de Medicina “San Fernando" de la
Universidad Nacional de San Marcos, en Lima (1920)
Fue testigo entonces de la caída del Gobierno progresista de José Manuel
Balmaceda, que gobernó Chile entre 1886 y 1891, año que mantuvo una
controversia con el Congreso Nacional, que provocó una breve pero sangrienta
guerra civil, que tuvo como corolario el suicidio del referido mandatario, en
setiembre de 1891.
Mientras asistió como alumna en la
Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, encontró el ambiente propicio para desarrollar sus
potencialidades académicas[11].
Poco tiempo después empezó a trabajar como auxiliar en la Clínica de
Enfermedades Nerviosas del doctor Augusto Orrego Lucco,
padre de la neuropsiquiatría chilena, donde tuvo el primer acercamiento con esa
especialidad, estudiando el tema del histerismo en las mujeres[12].
Paralelamente, Margarita se incorporó a los ámbitos intelectuales y
políticos de vanguardia que se desarrollaban en la Academia de las Bellas Letras y en la Sociedad de la Ilustración, entablando relaciones
con los hermanos Juan y Enrique Lagarrigue, divulgadores de la filosofía
positiva francesa con quienes siguió en contacto cuando emigró a Buenos Aires.
Años después recordó ese tiempo de la siguiente manera:
Cada día un escogido auditorio, compuesto de
médicos, servidores de la nación y comerciantes acude a oír el evangelio del
futuro, saliendo siempre con nueva fe en el alma y más segura esperanza en la
regeneración humana: Tales son las reminiscencias que me han quedado de la
iglesia positivista chilena.[13]
En 1895 acogió en Chile a su amiga Clorinda Matto,
que huía del Perú a raíz de la violência del gobierno de Nicolás de Piérola[14]. Entre
1889 y 1891 Matto dirigió el respetado semanario
limeño El Perú Ilustrado, y escribió
una novela de mucho éxito titulada Aves sin
nido.
Durante los últimos tiempos de su etapa chilena (1895-1896), Margarita
mantuvo un debate epistolar con su compatriota el coronel José Madueño,
exgobernador de Iquitos, difusor de las doctrinas de Comte en el Perú y más tarde exiliado en Argentina y luego en
España. El exgobernador era un defensor del parlamentarismo en América Latina
frente a las dictaduras personalistas y cesaristas, mientras ella señalaba que
los parlamentos en Iberoamérica habían sido, en muchas ocasiones, un arma usada
por la reacción para agitar a la masa ignorante y derrocar a gobiernos
progresistas. Por eso se pronunciaba a favor del sistema de dictadura
“vitalicia”, formulado por Comte como la
forma de gobierno más adecuada para Latinoamérica[15].
En 1893, en Santiago de Chile, Margarita publicó La evolución de Paulina[16], una novela sociológica que
relata la vida de la joven Paulina —alter ego de la autora—, pretexto para exponer y
comentar las ideas del sociólogo y filósofo francés Auguste Comte. La novela está dedicada al ilustre general peruano,
Andrés Avelino Cáceres, ligado como ella a la masonería, con quien volverá a
encontrarse en Buenos Aires.
La novela comienza con unas reflexiones que, a modo de una carta están
dirigidas a su amiga Estela, en las que le cuenta cómo desde niña ha sentido
una profunda inclinación por el estudio y las ciencias, que se han convertido
en el motor de su vida.
Paulina experimenta una profunda metamorfosis cuando aparece en su vida
un hombre capaz de encarnar sus fantasías. Al leer un artículo sobre geogenia
que considera brillante, se enamora del autor, Alberto, y desde ese momento se
produce una profunda relación donde se combinan el amor y ciencia. Paulina
siente “un dulce estremecimiento [que] vibró en todo mi organismo” y esa
sensación la lleva a buscar al futuro amante en un estado de “febril ansiedad”,
que “no reconocía más leyes que las dictadas por mi pasión”.
Imagen 4. Portada de la segunda edición (Buenos Aires:
Imprenta La Elzeviriana, 1897)
Sin embargo, durante la primera etapa de enamoramiento, su amante la
abandona por las tentaciones del mundo parisino. Él es dueño de su tiempo y su
fortuna, mientras la protagonista carece de esa libertad y debe restringir sus
actividades a la vida privada. Hecho que pone de manifiesto la desigualdad de
la mujer con respecto al hombre[17].
En cuanto al rol de la mujer en la sociedad moderna, la novela pone de presente
la idea de la mujer como “ángel guardián del hogar” y otros conceptos por el
estilo. La única reivindicación que Margarita hace para las mujeres en ese momento es su derecho a acceder a la
educación. Aunque debemos reconocer que, tiempo después, evolucionaría al pasar
de la ortodoxia comtiana al feminismo librepensador.
Ante aquel desamor que la enferma, Paulina emprende un viaje por América del Sur durante el cual sostiene un encuentro
con un sacerdote jesuita, el padre Esteban, quien le ofrece la respuesta a
todos sus males. Formada en la tradición laicista del liberalismo peruano,
Muñoz no terminaba de asimilar la reivindicación de la religión del último Comte, aunque hace suya la doctrina de la religión de la
humanidad, lo que la distancia de las ideas del filósofo francés.
Margarita en
Buenos Aires
Como en su novela, Margarita también eligió el camino de un viaje y cabe
preguntarse si fue por cuenta del desamor de algún joven chileno o por haber
tenido una hija de soltera, tema que no era bien visto en casi ninguna parte y
lo que nos permite intuir el grado de marginación que pudo llegar a sentir esta
joven en esa situación. Por eso piensa en emigrar nuevamente a un lugar donde
fuera posible encontrar mayor libertad de pensamiento.
Su destino: la Argentina a comienzos de 1895, particularmente Buenos
Aires, una ciudad cosmopolita que mantenía relaciones con muchos círculos
europeos y norteamericanos, atrayendo por este motivo a muchas figuras de las
letras americanas, liberales y laicistas.
Era este un momento especial de la república ya que en todos los ámbitos
se sentía una euforia inusitada. Había fe en un progreso indefinido y en el
campo de las ideas buena parte de ese periodo estuvo influenciado por Darwin, Spencer, Haeckel y Ameghino, entre otros, con el positivismo
presente en los círculos intelectuales a través de las voces de José Ingenieros
y Alejandro Korn[18].
Por otra parte, a medida que avanzaba el siglo XX aparecían las
doctrinas destinadas a defender al proletariado emergente que evidenciaba esa
fiebre emprendedora que se mostraba por todas partes gracias al incremento
inmigratorio. Las ciudades se poblaron de masas de trabajadoras, de perfil político variado, pero caracterizadas por lamentables
condiciones de vida, lo que era denunciado por varias escritoras.
El espacio del liberalismo librepensador de cuño anticlerical se sentía
en el campo de las letras y en la ciudad de Buenos Aires proliferaban los
centros culturales donde convergían grupos de mujeres de un amplio arco
ideológico, que iba desde el liberalismo anticlerical hasta las vanguardias
obreras. En ese contexto Margarita se sentiría muy feliz y pronto se haría
conocida como conferenciante de temas científicos y filosóficos. Invitada por
el escritor Carlos Guido y Spano, expuso sus ideas en
el Ateneo de Buenos Aires y en el Centro Socialista Obrero del recientemente
fundado Partido Socialista, donde pronunció una conferencia titulada “Augusto Comte y el problema social”, en la cual sintetizaba la doctrina
comtiana[19].
Las mujeres latinoamericanas que en el tránsito del siglo XIX al XX se
inclinaron por el oficio de escribir, decidieron crear o participar en
distintos medios de prensa, desafiaron las críticas y plantearon sus puntos de
vista a los lectores desde distintas posiciones ideológicas. No fue fácil que
las tuvieran en cuenta y las leyeran. Varias peruanas se habían destacado en
este campo del saber, entre ellas Margarita P. Muñoz, que ya había dado a
conocer su primera novela en Chile y en Buenos Aires publicara un folleto de
corte anticlerical titulado
Dos mártires del Librepensamiento, centrado en las figuras de dos masones
chilenos exiliados en Buenos Aires, el filósofo y político anticlerical
Francisco Bilbao Barquín (1823-1865) y el filósofo Eduardo de la Barra Lastaría
(1839-1900).
La Filosofía Positiva (LFP)
Entre junio y diciembre de 1898 Margarita dirigió una pequeña revista, La Filosofía Positiva (LFP), que si bien solo publicó siete números, contó con
destacados colaboradores, entre otros, Enrique M. de Santa Olalla, Luis Alberto
Mohr, el educador tucumano Maximio S. Victoria,
defensor de la escuela laica y libre de todo tipo de dogmas, J osé Ingenieros,
Alfredo Palacios, Juan Francisco Robinet, Ernesto Delbet, Paul Ritti y los
exiliados chilenos Juan Lagarrigue y Zoila Aurora Cáceres[20], hija del
expresidente peruano Andrés Avelino Cáceres, y el ya mencionado José María
Madueño, que envió colaboraciones desde su exilio en España.
También reflejó la actividad y la lucha ideológica que distintos grupos
de educadores comtianos o afines venían adelantando
desde espacios de poder acumulados en el área educativa de distintos gobiernos
provinciales[21].
En ese orden mantuvo intercambios con la revista La Escuela Positiva de
Corrientes, órgano oficioso de la Dirección de Escuelas de esa provincia,
editada entre 1895 y 1899, en donde actuaba un grupo comtiano
inspirado por Alfredo Ferreira[22]
y Ángel Bassi.
En las páginas de su revista se celebró la designación de Leopoldo
Lugones como inspector general de Escuelas y se denunció la exoneración del comtiano Maximio Victoria de su
cargo como director de escuelas de la provincia de Tucumán, fruto de las
presiones del clero sobre el gobierno de esa provincia[23].
En el último número de La Filosofía
Positiva se reprodujo una interesante polémica entre el
positivista chileno Juan Enrique Lagarrigue y el joven argentino José
Ingenieros alrededor de la guerra hispano-norteamericana. Lagarrigue condenaba
la ocupación norteamericana de las colonias españolas en el Caribe y el
Pacífico como un acto bárbaro y regresivo dentro de la concepción comtiana del desplazamiento de las soluciones bélicas para
las relaciones armónicas entre las naciones. Por su parte, Ingenieros introducía
en el análisis de la guerra un esquema de interpretación marxista.
La revista Philadelphia
Pocos meses después vio luz en Buenos Aires la revista Philadelphia, órgano de la
rama argentina de la Sociedad Teosófica que se editó mensualmente entre 1898 y
1902. Esta publicación contará entre sus colaboradores con Alejandro Sorondo,
Carlos Collet, los jóvenes socialistas Leopoldo Lugones y
Alfredo Palacios y con Margarita Práxedes Muñoz, activista de los derechos de
las mujeres trabajadoras que, por entonces, adhería al espiritualismo luego de
transitar una etapa de anticlericalismo[24].
Margarita publicó dos artículos, el primero una reseña bibliográfica y
doctrinaria de la fundadora de la Sociedad Teosófica, la escritora ocultista
rusa Helena Petrona Blavatsky[25], y en el
segundo, titulado “Una profecía por cumplirse”, expuso un tema que había
tratado en una conferencia pronunciada en 1898 con motivo del centenario del
nacimiento de Comte, en el que rescató el mensaje universalista de
Jesús[26].
A partir de este momento comenzó la revaloración que hizo del
cristianismo al final de su vida.
La masonería
y la logia 8 de marzo de 1895
En Buenos Aires, Margarita se vinculó con un pequeño núcleo de exiliados
peruanos que venían huyendo del gobierno populista y proclerical
de José Nicolás Baltazar Fernández de Piérola y Villena, apodado el
Califa, político peruano que gobernó el Perú en dos ocasiones (1879-81 y
1895-99). El grupo estaba integrado por el expresidente de Perú, general Avelino Cáceres, su hija Zoila Aurora Cáceres,
José Arnaldo Porras, Juan Márquez y José María Madueño. Más tarde se
incorporarían sus viejas amigas, la escritora liberal y luchadora por los derechos de la mujer Mercedes Cabello de
Carbonera y la novelista Clorinda Matto de Turner[27].
Justamente con ellas comenzó a desarrollar actividades como
pionera de los movimientos por los derechos de la mujer en la Argentina y
fundaron en Buenos Aires, con el patrocinio del Gran Maestre Tomás Puig Gomes,
la primera logia masónica argentina, integrada por mujeres y niñas, titulada el
Triángulo de Señoras 8 de marzo
de 1895, presidida por Cecilia V. de Vilar en el seno de la Logia
Hijos de Hiram[28],
donde participaría también su hija, Aspasia Muñoz, a la que educó y crio sola,
una acción censurable en esa época.
El programa de esta logia era el de luchar por ampliar el trabajo de la
mujer en el campo social, diferenciándose de las instituciones católicas de
beneficencia. Su acción en el terreno social debía orientarse hacia la
filantropía con los desvalidos y a dictar cursos para mujeres y adolescentes
sobre ciencias y nociones útiles para la vida social.
La labor de esta agrupación, de gran trascendencia para el desarrollo
del feminismo en la Argentina y para el progreso del movimiento librepensador argentino, fue saludada por las revistas masónicas que
le atribuían la misión de luchar por la emancipación de la mujer de las garras
del clero.
Por su apoyo a la masonería Margarita llegó a ser consejera honorífica
del Supremo Concejo del Rito Ecléctico del Río de la Plata, fundado en 1894,
designación honrosa por su condición de mujer y extranjera.
El 1.° de febrero de 1896 apareció Búcaro Americano. Periódico de las familias,
dirigido por la peruana Clorinda Matto de Turner. La publicación, dedicada a la mujer, buscaba introducirse
en el recinto del hogar y como expresó su directora, ser un lugar donde “se
recogiera toda la flora literaria que había en América para ofrecérsela a los
lectores”. A raíz de los problemas económicos se editó en forma irregular,
mensual o bimensualmente, hasta 1908, y en ella tuvieron tribuna numerosas
mujeres como Margarita[29],
así como algunos hombres que estaban a favor de las libertades femeninas.
Fuente: Daniel Omar De Lucía, “Positivismo y
exilio. Liberales peruanos en Buenos Aires en la transición entre los siglos
XIX y XX”, Pacarina del Sur. Revista de pensamiento crítico latinoamericano, n.° 49 (2022).
Imagen 5. Revista Búcaro Americano. Periódico de las familias (año 1, n.0 7 de1896), con la doctora Cecilia Grierson, primera médica argentina, en su portada
En síntesis, en su paso por Buenos Aires nuestra biografiada se dedicó
al oficio de escribir, reuniéndose con un grupo de mujeres destacadas en la
prensa. Editó los artículos “Sobre las doctrinas de
Augusto Comte. Respuesta al
señor Mariano José Madueño” (1896)[30]
y “Sobre las doctrinas de Augusto Comte. Segunda carta al señor Mariano José Madueño” (1896).
Publicó los libros Dos mártires del Librepensamiento (1895), Mis primeros ensayos (1902), Devuelvo el obsequio y formulo mi profesión de fe liberal (1907), La novela de Juliano por Dimitry Merejkowsky y Cuatro palabras a los intelectuales (1908).
1902: un
nuevo vuelco en su vida
De su libro Mis primeros
ensayos, editado mientras vivía en Buenos Aires, en 1902, no es
posible hacer referencia porque no se conserva ninguna copia.
Metida de lleno en las actividades de las logias teosóficas, en 1902
Margarita viajó a Montevideo donde dictó una serie de conferencias, al mismo
tiempo que comenzó a trabajar con la rama uruguaya de la Sociedad Teosófica. En
ese momento la teosofía era el centro de atención de artistas e intelectuales
de Uruguay y Argentina pues había un profundo interés
por los estudios de la filosofía oriental, el esoterismo y la alimentación natural, temas que la atraían tanto que, en el Ateneo de esa
ciudad, pronunciaría la disertación titulada “La Ciencia Esotérica de Oriente”,
cuyo punto de partida era el análisis de la antigua religión védica hindú,
explicando cómo, en distintas vertientes del pensamiento antiguo, podían
encontrarse intuiciones o aproximaciones hacia una verdad superior que
condensaba el alma universal, que solo podía presentarse a la humanidad como
revelaciones transmitidas en el lenguaje de las religiones y toscas creencias
que los hombres ideaban para explicar lo indescifrable. En Uruguay publicó, en
1905, Cartas y conferencias científicas[31].
Santiago del
Estero en el ocaso de su vida
Muñoz regresó a Buenos Aires en 1905, para trasladarse a vivir al
pequeño pueblo de Añatuya, hoy cabecera del
departamento General Taboada, en la provincia de Santiago del Estero. A
principios del siglo XX era un lugar inhóspito y lleno de carencias materiales,
con grandes obrajes para la explotación del quebracho.
En la localidad de La Garza y luego en Añatuya
fijó su residencia y un consultorio particular, donde creó, además, una academia mixta para la enseñanza rápida,
preocupada por la educación de los niños en esos parajes tan humildes. Era
difícil que los enfermos acudiesen a su despacho porque no estaban en
condiciones de abonar sus consultas, aunque ella no les cobraba a los más
pobres.
Paralelamente se desempeñó como médica de las compañías La Tintina y La
Chaqueña, esta última una empresa inglesa nacida como The
Forestal Land, Timber and
Railways Company Limited, más conocida como La Forestal, dedicada
a la explotación del árbol quebracho desde 1906 hasta 1963[32] Después de esquilmar la
riqueza forestal que convirtió en durmientes y carbón de leña que vendía a las
empresas ferroviarias, también inglesas[33], la empresa se retiró de la
provincia de Santiago del Estero en la década de 1930.
Los hacheros ingresaban al monte virgen y se transformaban en seres
errantes, vagabundos, dispuestos a cargar sus enseres domésticos y
escasas pertenencias. Si contaban con familia habitaban en taperas,
asentamientos transitorios, en lo profundo del monte cerrado, sujetos al
agotamiento del quebracho. La paga era a destajo, casi siempre con moneda o
vales emitidos por la propia empresa que los contrataba, que debían cambiar
forzosamente en la proveeduría de la misma compañía. Su trabajo forzado y su
mala alimentación propiciaban frecuentes enfermedades y Margarita como médica
trataba de aliviar esos males[34]. Ella atendía a los hacheros
con ponderable eficacia, lo que le granjeó el respeto de sus convecinos.
Cuando la enfermedad tenía cierta gravedad los pacientes eran derivados
a la ciudad de Tucumán o a Santa Fe, asunto nada fácil en medio de bosques sin
caminos. Sumado a la falta de medicamentos y otros elementos que dificultaban
la tarea, la doctora además tenía que recorrer grandes distancias para asistir
a los enfermos[35].
Como escritora polifacética también era reconocida por sus dotes
intelectuales. En sus últimos años editó artículos en los periódicos de la
capital santiagueña El Siglo
y El Liberal[36]. Y su último libro, titulado Las calamidades del presente. Estudio crítico
y filosófico del momento actual, vio la luz en Santiago del
Estero en 1908, en el cual hizo referencia a autores católicos como Lamennais, Enrique Sienkiewicz,
Cesare Cantú, el abate Constant y el conde
De Maistre. En su ensayo describe un cuadro pavoroso que denominó “la
disolución, el libertinaje y la anarquía” reinantes de la Argentina de aquel
tiempo[37].
En el prólogo de Las
calamidades habla acerca de la “ley cíclica de las sucesiones”
que — permiten albergar la
esperanza que el advenimiento de una era de “Verdad y Justicia” pudiera regenerar
a la humanidad de su decadencia y vacío de ideales. El libro concluye
anunciando un futuro reinado de la fe aliada a la razón:
Margarita que, en sus comienzos había adscrito al liberalismo
anticlerical en sus vertientes más moderadas, al final de su vida retrocedía
espantada frente a lo que veía como una nueva fuente de intolerancia, pero aún
más seria, como el desmantelamiento de un elemento que podía ser central para
la evolución de la humanidad hacia formas superiores de civilización.
Conclusión
La participación de unas pocas mujeres peruanas en las aulas universitarias antes de la ley de 1908 fue un hecho
decisivo para la apertura de espacios académicos para el colectivo femenino. Y
Margarita Práxedes Muñoz fue un ejemplo de que se podía ingresar y concluir los
estudios superiores en su país.
En poco más de dos décadas ella realizó su periplo por cuatro países del cono sur, donde fue adscribiendo sucesivamente a diferentes posiciones
políticas y religiosas. Su labor intelectual fue intensa, estudió, crio sola a una hija, dictó conferencias
y publicó libros y artículos en Chile, Argentina y Uruguay.
Una de sus últimas preocupaciones fue defender el derecho de la mujer
para votar y eso la llevó a expresarlo, en 1908, en un
artículo en el diario santiagueño El Siglo,
donde también reivindicó el derecho de la mujer de actuar en política. Este
proyecto sufragista coincidía con la presencia pública de varias mujeres en
Argentina que comenzaban a reclamar lo mismo e implicaba el desplazamiento de
los límites establecidos por la sociedad patriarcal que las intelectuales
latinoamericanas se habían propuesto transgredir. Entre otros conceptos, dijo:
Volvamos la vista a un país esencialmente
cristiano, y libre por fortuna de la influencia deprimente del islamismo;
veamos lo que sucede ahora en Bélgica, esa monarquía modelo de la Europa
civilizada, donde el catolicismo ha sembrado a manos llenas las semillas de las
más preciosas libertades. Acaban estas de obtener su más grandiosa coronación
con la ley del sufragio que acuerda a la mujer el derecho de elegir y ser
elegida, de entrar de lleno en la vida ciudadana, aportando al estado el
contingente de sus luces, de su entusiasmo y de su prudencia. (M. P Muñoz, “Los
derechos de la mujer”, en El Siglo. Colección de recortes de la señora Maritxu Lafert. Sin indicación de
fecha de edición).[38]
Así celebraba Muñoz la concreción por parte del catolicismo liberal
belga de una propuesta que todavía era tabú para muchos de sus excorreligionarios librepensadores y que obviamente no
contaba con la simpatía de la Iglesia católica, a la que le atribuía un rol tan
importante en el futuro de la humanidad.
Su intensa vida llegó a su fin luego de trabajar durante varios años
como médica en los obrajes santiagueños. Falleció víctima de una enfermedad
contraída en el desempeño de su tarea como profesional de la salud en la
localidad de Añatuya, el 21 de enero de 1909, a los
61 años.
De su muerte informó la prensa uruguaya, como la revista montevideana
Apolo, dedicada a la cultura, el arte y la sociología, que lamentó su partida;
en su país, ningún medio la recordó. Solo la educadora peruana Elvira García y
García, tiempo después, le dedicó unas palabras: “No fue correspondida como
merecía... su potencial intelectual, tan rico y espontáneo. Acabó sus últimos
días en Buenos Aires, lejos de los suyos, y olvidada por sus compatriotas, que
nada hicieron en su obsequio”[39].
Invisibilizada durante muchas décadas, Margarita solo ha sido reconocida
tardíamente por varios especialistas de las letras en Argentina, Perú y varios
países europeos por su temprano rol de escritora de novela y ensayos, y ahora
nosotros la rescatamos como la primera universitaria peruana.
Sin Financiación.
La autora declara no tener conflicto de interés.
La autora declara que este articulo no tiene implicaciones éticas en el
desarrollo, escritura o publicación.
Fuentes
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profesionales y elemento oficial de la Repúblicas Argentina, año 1910.
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Perú. 1908-2008”. Odalis de Lima (blog), 27 de julio de 2011, https://odalisdelima.wordpress.com/
Cómo citar
este artículo: Vera de
Flachs, María Cristina. “Margarita Práxedes Muñoz
(1848 - 1909). La primera universitaria peruana y su tránsito de vida en el
cono sur” Revista Historia de la Educación Latinoamericana vol. 25 no. 41
(2023).
[1] Doctora
en Historia, investigadora argentina. CONICET- HISULA - SHELA (Argentina),
investigadora principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas (CONICET). Integrante del grupo de investigación Historia y
Prospectiva de la Universidad Latinoamericana (HISULA), vera@one- netcom.ar.
[2] Ricardo Iván Álvarez-Carrasco,
"Margarita Práxedes Muñoz: una de las adelantadas del feminismo
peruano", Acta
Here- diana vol. 64, n.° 2 (2021): 168; véase también Alfredo
Kohn Loncarica y Norma Isabel Sánchez, "La mujer en la medicina argentina:
médicas del siglo XX", en La ciencia en la Argentina. Perspectivas
históricas, comp. Miguel de Asúa (Buenos Aires: Centro Editor de
América Latina, 1991), 110-133.
[3] Tania Gutiérrez,
Trinidad Enríquez: Primera universitaria y
precursora social peruana (Cusco: Gutiérrez Samanez Editores, 2005).
[4] Odalis Valladares, "Cien años de
mujeres universitarias en el Perú. 1908-2008", Odalis de Lima
(blog), 27 de julio de 2011, https://odalisdelima.wordpress.com/; Odalis
Valladares, "La incursión de las mujeres a los estudios universitarios en
el Perú: 1875-1908". CIAN. Revista de historia de las
universidades vol. 15, n.0 1 (2012). https://e-revistas.uc3m.es/index. php/CIAN/article/view/1544/758/
[5] Graciela Batticuore, El
taller de la escritura. Veladas literarias de Juana Manuela Gorriti:
Lima-Buenos Aires (1876/7-1892) (Rosario, Argentina: Beatriz Viterbo Editora,
1999).
[6] Kohn Loncarica y Sánchez, op. cit,
125.
[7] Sagasta y Escolar (1825-1903) fue un
importante político español de la segunda mitad del siglo XIX que llegó a
alcanzar el grado 33 de la masonería, a la que renunció en enero de 1881,
cuando asumió la presidencia del Gobierno porque no quería involucrar a las
logias en su cargo. Tomás Fernández y Elena Tamaro, "Biografía de Práxedes
Mateo Sagasta", en Biografías y vidas. La enciclopedia
biográfica en línea [internet] (Barcelona: 2004). https://www.biografiasyvidas.com/ biografia/s/sagasta.htm
(6 de junio, 2023).
[8] Margarita Práxedes Muñoz, "Unidad de
materia o identidad sustancial de los reinos inorgánico y orgánico" (tesis
de bachiller en Ciencias, Universidad de San Marcos, Lima, 1890).
[9] Rubén Quiroz
Ávila,
"Una aventura intelectual luminosa", estudio introductorio en la
novela La
evolución de Paulina (1893) de Margarita Práxedes Muñoz, ed. y comp.
R.
Quiroz Ávila (Lima: 2014), 10; Isabelle
Tauzin
Castellanos, "El positivismo
peruano
en versión femenina: Mercedes Cabello de Carbonera y Margarita Práxedes
Muñoz", Boletín
de la Academia Peruana de la Lengua, n° 27 (1996).
[10] La tesis fue publicada en un folleto editado
por la Revista
Masónica del Perú, en el mismo año de su sustentación.
Margarita
Práxedes Muñoz, "El positivismo hace camino, su obra en Sudamérica", La Filosofía Positiva
- LFP (25 de marzo de 1898): 7; Daniel Omar De Lucía,
"Margarita Práxedes Muñoz, visión del alba y el ocaso", El Catoblepas, n.0 83 (2009):
13.
[14] Luisa Borovsky,
ed.,
Mujeres
de prensa. Las primeras periodistas argentinas, 1820-1920 (Buenos
Aires: Adriana Hidalgo editora, 2021).
[15] Más detalles en Hugo Biagini, Filosofía americana e
identidad: El conflictivo caso argentino (Buenos Aires: Eudeba,
1985), 108 y ss.
[16] La segunda edición de la novela salió en
Argentina, en 1897, y solo hasta 2014 fue reeditada, en en Lima, por Rubén Quiroz.
[17] Beatriz Ferrús Antón, "Cuando las
'obreras del pensamiento' escriben de amor: Juana Manso, Carlota Garrido de la
Peña y Mercedes Práxedes Muñoz", Anales de Literatura Hispanoamericana
vol. 43 (2014). http://dx.doi.org/10.5209/
rev_ALHI.2014.v43.47123 (julio 02, 2023).
[18] Véase Oscar Terán, Vida
intelectual del Buenos Aires fin-de-siglo (1889-1910): Derivas de la “cultura científica” (Buenos
Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000).
[19] Margarita Práxedes Muñoz, "Augusto Comte
y
el problema social", La Educación (15 de junio y 1
de julio de 1898): 132134.
Para
conocer la vida del maestro Ferreira y
sus ideales positivistas, Cfr. Luis Alberto Dozo, "Alfredo Ferreira
y
el positivismo argentino", CUYO vol. 7, 1.a época (1971), https://bdigital.uncu.edu.ar/4384
Margarita
Práxedes Muñoz, "La destitución del inspector general de escuelas de
Tucumán", LFP
(30 de mayo de 1989): 8-14.
[24] Soledad Quereilhac, "La imaginación
científica: Ciencias ocultas y literatura fantástica en el Buenos Aires de
entre-siglos (1875-1910)" (tesis de doctorado en Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires, 2010).
[25] Margarita Práxedes Muñoz, "Helena P.
Blavatsky", Philadelphia (7
de diciembre de 1900): 215-226.
[26] Margarita Práxedes Muñoz, "Una profecía
por cumplirse", Philadelphia (7
de marzo y 7 de abril de 1901): 77-81.
[27] Su obra literaria es amplia y diversa. Autora
de la novela indigenista Aves sin nido y directora de la
revista Búcaro
Americano, que contará con la colaboración de Margarita. Vanesa
Miseres, Mujeres
en tránsito: Viaje, identidad y escritura en Sudamérica (1830-1910)
(Chapel Hill: University of North Carolina-U. N. C.,
2017), 110 y ss.; Lea
Fletcher (comp.), Mujeres y cultura en la Argentina del siglo XIX (Buenos Aires: Editoria Feminaria, 1994),
264-275.
[28] María Laura
Tornay, "Mujeres y niños en los márgenes de la
masonería local. Santa fe, inicios del siglo XX", Revista de la Junta
Provincial de Historia de Santa Fe, n.0 72 (2015-2016): 188.
[29] Margarita Práxedes Muñoz, "Josephin
Peladan", Búcaro
Americano (25 de agosto de 1907).
[30] Margarita Práxedes
Muñoz, "Sobre las doctrinas de Augusto Comte.
Respuesta
al señor Mariano José Madueño" (Buenos Aires: Imprenta La Elvezeriana,
1896).
[31] Práxedes Muñoz, Las cartas...,
87-110.
[32] La empresa operó en otras zonas vírgenes del
país, donde fundó varios pueblos, tendió 400 km de vías férreas y llegó a tener
veinte mil empleados. Los pueblos principales tenían fábrica de tanino, almacén
de ramos generales, residencias de estilo inglés destinadas a los directivos y
los empleados casados, y una "soltería" para alojar a los empleados
solteros. En palabras del historiador Gastón Gori, la empresa creó una suerte
de "estado" dentro del Estado nacional. A pesar de que amasó una
fortuna incalculable, la suma que abonaba en concepto de impuestos era exigua.
En 1963 cerró sus puertas la última fábrica y cesó la actividad en los obrajes.
La Forestal trasladó su producción a Sudáfrica -donde el Apartheid exigía menos
controles y prometía mano de obra más barata- dejando un tendal de pueblos
abandonados y obrajeros de a pie. Había talado casi el noventa por ciento de
los quebrachales argentinos. Gastón Gori, La Forestal. La tragedia del quebracho
colorado, prólogo de Osvaldo Bayer (Rosario: Ameghino editora, 1999).
[33] Véase
María Cecilia Rossi y
Guillermo Banzato, Tierra y Sociedad en Santiago del Estero: El
antiguo Matará, siglos XVII a XX (Buenos
Aires: Academia Nacional de la Historia, 2018). http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.923/pm.923. pdf
[34] En el Anuario Kraft, gran
guía internacional del comercio, industria, agricultura, ganadería,
profesionales y elemento oficial de la República Argentina, año
1910, página 3043, se anuncia que, en la población de Garza, cercana a Añatuya,
en el departamento de Matará, provincia
de Santiago del Estero, Margarita ofrecía sus servicios de médica, siendo la
única profesional en toda esa zona.
[35] Antonia
Raquel Suárez, Historia de Añatuya (Santiago del Estero: Editorial El Liberal,
2016), 233; Margarita Pacheco de Lejido, Páginas Sueltas de la Historia de Añatuya’’
(Santiago del Estero: Dirección de Cultura Municipal), 2019.
[36] Vicente
Oddo, Historia de la medicina en Santiago del
Estero (Santiago del Estero: Editorial El Liberal,
1999), 221.
[37] Margarita
Práxedes Muñoz, Las calamidades del presente. Estudio crítico
y filosófico del momento actual (Santiago del Estero: Talleres Gráficos
Rodríguez, 1908), 26-28.
[38] De
Lucía, op.
cit.
[39] Decir que falleció en Buenos Aires
seguramente se debió a un error involuntario.