https://doi.org/10.19053/01227238.17057
Carta a los Lectores /as
Casi
30 años de la fundación de SHELA: Una hazaña inaudita
La educación: entre el infierno y el remanso, dos realidades intermitentes Una aspiración ferviente: una vocación colectiva
En
2024 se cumplirán 30 años de la
fundación de la Sociedad de Historia de la Educación Latinoamericana (SHELA), acontecimiento estelar llevado a cabo durante la
celebración del “II Congreso Iberoamericano de Historiadores de la Educación
Latinoamericana”, realizado en UNICAMP, en la ciudad
de Campinas,
Brasil, del 11 al 15 de
septiembre de 1994. Con el tiempo, ese hecho ha venido cobrando especial
importancia por lo que ha sido para la investigación educativa latinoamericana
y, a partir de entonces, se fue configurando un nutrido grupo de profesores(as)
e investigadores(as) latinoamericanos(as) que han sentado un precedente en la
promoción y difusión de la historia del devenir educativo, su importancia, sus crisis, sus hallazgos y sus prospectivas, plasmados
en nuestros 14 congresos realizados y en las 41 ediciones de la revista de la
sociedad (RHELA), fundada en 1998, así como en
múltiples publicaciones resultantes de los acuerdos de colaboración entre
ponentes, en donde el concepto historiográfico contenido en su proyecto
fundacional y reflejado en sus eventos y en la editorial de la revista ha sido
ver la historia mirando hacia el porvenir, es decir, concebirla como el estudio
multifacético encausado para comprender el presente a través del pasado.
Hay que decirlo con toda propiedad, ha sido
desde la UPTC de Tunja, en el Doctorado en Educación,
donde se ha liderado este gran proyecto continental, con el tesón
inquebrantable de un nutrido grupo de académicos encabezados por la Dra. Diana
Soto Arango,
una de las fundadoras de
nuestra revista.
Desde ahora, preparamos una gran jornada de conmemoración para el año 2024, en donde
aportaremos un diagnóstico de nuestro trabajo, sus aportes y perfiles de
nuestra ruta a los ojos de los estudiosos que han plasmado sus análisis en sus
artículos, en los debates en foros y reuniones, y que constituyen un verdadero
estado del conocimiento, enriquecido desde luego con análisis críticos,
propuestas y análisis pedagógicos. Todo desde miradas propositivas de largo
aliento, en donde lo remoto se empalma con las historias del presente.
Asimismo, seguiremos enfáticamente asumiendo la reconversión de nuestro
proyecto para innovar nuestros planteamientos, métodos y concepciones de esa
parcela fundamental del quehacer humano que es la indagación
histórico-educativa.
Ecos
de un entorno difícil
Como
dos círculos concéntricos, las realidades se confrontan, se salpican,
desarrollan su ruta de vida y parecen concentrarse ensimismadas con su entorno.
Una de ellas es la educación y todo el mundo que la circunda en nuestro vasto
continente latinoamericano. Ella va registrando su devenir con múltiples caras;
la envuelve de suyo un velo de humanismo, partiendo de las palpitaciones del
noble ejercicio de enseñar y aprender, ya sea en los entornos del mundo
infantil o juvenil o en los ámbitos del quehacer de la educación superior. La
estirpe magisterial en su noble quehacer cotidiano.
La
otra realidad es el entorno terrible que nos ha tocado vivir en 2023, la guerra
con su rostro criminal, pero también la violencia social y doméstica,
referentes que no solo duelen e indignan, pues la violencia doméstica y el
maltrato infantil salpican los muros y entran a la escuela cuando irrumpen en
la conducta de alumnos y, en ocasiones, ejercen una violencia simbólica sobre
niños y adolescentes.
Conviviendo
con la rutina curricular que
marca el quehacer generoso de nuestros docentes latinoamericanos, llegan los
ecos de la invasión rusa a Ucrania, y con ella, los
discursos desgarradores de los países industrializados que abogan con su falsa
ética por esa conflagración, mientras siguen alimentando con millones de
dólares la maquinaria bélica de la OTAN. Y ahora, en estos últimos meses, vemos
aterrados como el terrorismo reaparece y detrás de él, el genocidio israelí
sobre niños y familias palestinas. Como educadores, no podemos quedarnos
callados.
Un
pensador que se va y se queda en nuestra memoria americana
Tampoco
podemos guardar silencio ante la partida de
Enrique Dussel, un referente imprescindible en el pensamiento latinoamericano,
no solo en el ámbito de la filosofía, sino en su vertiente pedagógica, donde su
pensamiento crítico abonó la formación de decenas de alumnos
que abrevaron de su sabiduría. En esa trayectoria, Enrique Dussel fue además un
militante consecuente, sumándose a la vertiente que sigue impulsando un cambio
hacia la libertad y la democracia del continente. Como imagen icónica, vemos a
este gran pensador siempre mirando al porvenir.
Entrando a los contenidos de este número de
la revista, los trabajos que hoy presentamos abordan fundamentalmente sucesos
que muestran ámbitos multifactoriales, en donde lo institucional está a flor de
piel en cuanto resguarda los escenarios donde protagonistas (educandos y
educadores), programas, currículos, didácticas,
usos y costumbres, esperanzas y asperezas, muestran cómo va gravitando la
educación en múltiples espacios latinoamericanos.
Invitamos
a observar con curiosidad y sentido crítico los esfuerzos del grupo de
estudiosos que han colaborado en este número incitando a su lectura, pues todos
los artículos, dictaminados con rigurosidad, muestran fehacientemente la enorme
significación que tiene la investigación educativa que produce nuestra
publicación.
María
Cristina Vera de Flash y Armando Martínez Moya
Repúblicas de Argentina y México Miembros del
Comité Directivo y expresidentes de la SHELA