Doi: https://doi.org/10.19053/01227238.7984

Artículo de investigación – Reflexión

 

El Movimiento Reformista en una revista estudiantil de largo aliento

 

The Reform Movement in a long-winded student journal

 

O Movimento Reformista em uma revista estudantil de longa duração

 

Hugo E. Biagini[1]
CECIES y Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires (Argentina)

 

RESUMEN

Se aborda aquí una revista estudiantil argentina de larga data como Verbum y que perteneciera al Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (CEFYL). Con ello se intenta dar cuenta de la imagen de esa casa de estudios y de su movimiento reformista entre 1912 y 1942.

Dicha facultad de humanidades se nos presenta como un templo olímpico del saber pero que padece de diferentes limitaciones: magro presupuesto operativo, invalidez de sus títulos, docentes descalificados, falta de salida ocupacional y de proyecciones en la cultura nacional. Sin embargo, no dejaba de reconocerse la existencia de grandes figuras de intramuros como las de José Ingenieros o Ricardo Rojas. Por otra parte, también hicieron allí sus primeras armas relevantes líderes reformistas como Gregorio Bermann, ese futuro estudioso de los movimientos estudiantiles y autor del libro La juventud de América de la UNAM.

Emanaron de Verbum y sobre el horizonte facultativo interno una gama de posturas acordes o disímiles que reducen la plataforma reformista a demandas puramente didácticas y/o gremiales o la extienden al terreno civil, comunitario e internacional. De ahí la posibilidad de hablar de reformistas avant la lettre como el mismo Bermann, parareformistas, como Coriolano Alberini o antirreformistas como Leopoldo Lugones.

Son citadas diversas expresiones, de corte político-académico dentro de Filosofía y Letras que apelaron al emblema nominal reformista, más allá de sus compromisos con todas las banderas enarboladas por la Reforma. Entre tales expresiones se encuentra el Partido Reforma Universitaria.

En definitiva, la identidad reformista ha supuesto un amplio espectro ideológico, aplicable a todos aquellos que comulgan con postulaciones progresistas desde distintos grados de radicalización y distanciadas tanto del tradicionalismo ultramontano como del conservadorismo liberal.

La metodología en cuestión procura adaptarse a las pautas enunciadas por Noemí Girbal para la entrada "Revistas" del Diccionario del Pensamiento Alternativo, Adenda. [2]

Palabras clavefacultad de filosofía y letras; universidad de buenos aires; reforma universitaria; verbum; revista historia de la educación latinoamericana.

 

ABSTRACT

The present study analyzes a long-standing Argentine student journal called Verbum that belonged to the Philosophy and Letters Student Center of the University of Buenos Aires (CEFYL). Through its content, we propose to give an account of the image of that institution and its reformist movement between 1912 and 1942.

The faculty of humanities is presented as an Olympic temple of knowledge with different limitations: little operational budget, invalidity of its titles, disqualified teachers, lack of occupational projection in the national culture. However, the existence of great intramural figures such as José Ingenieros or Ricardo Rojas stands out. On the other hand, it was there where the first actions of reformist leaders took place, for instance, those of Gregorio Bermann, who became a specialist in student movements and was the author of the book La juventud de América de la UNAM.

From Verbum and the environment of the faculty emerged a range of similar and contradictory positions that reduced the reformist platform to purely didactic and guild demands or that extended it to the civil, community and international terrain. That is why we address here the work of avant la lettre reformers like Bermann, intellectuals within the reformist movement, such as Coriolano Alberini, or anti-reformists as Leopoldo Lugones.

Within the Faculty of Philosophy and Letters was recurrent the citation of diverse political-academic positions, that appealed to the reformist nominal emblem, beyond its commitments with all the flags raised by the Reformation. From these positions arises the Partido Reforma Universitaria. In short, the reformist identity has been a broad ideological spectrum, applicable to all those who agree with progressive nominations from different degrees of radicalization and distanced both from ultramontane traditionalism and liberal conservatism. The methodology of this study attempted to adapt the guidelines of Noemí Girbal for the entry "Journals" in the Dictionary Pensamiento Alternativo, Adenda

Keywordsfaculty of philosophy and letters; Buenos Aires University; university reform; Verbum; History of Latin American Education Journal.

 

RESUMO

Este artigo aborda uma revista estudantil argentina de longa data, como Verbum, que pertencia ao Centro de Estudantes de Filosofia e Letras da Universidade de Buenos Aires (CEFYL). Com isso se pretende dar conta da imagem desse centro de estudos e de seu movimento reformista entre 1912 e 1942.

A referida faculdade de humanidades nos é apresentada como um templo olímpico do saber, mas que padece de diferentes limitações: baixo orçamento operacional, invalidez de seus títulos, docentes desqualificados, falta de produção ocupa-cional e de projeções na cultura nacional. Todavia, a existência de grandes figuras internas não deixava de ser reconhecida, como as de José Ingenieros ou Ricardo Rojas. Por outro lado, também produziram ali suas primeiras armas relevantes, relevantes líderes reformistas como Gregorio Bermann, futuro estudioso dos movimentos estudantis e autor do livro La juventud de América de la UNAM.

Emanaram de Verbum, e no horizonte facultativo interno, uma gama de posturas, concordantes ou divergentes, que reduziram a plataforma reformista a demandas puramente didáticas e/ ou agremiais, ou a estenderam ao terreno civil, comunitário e internacional. Daí a possibilidade de falar de reformistas avant la lettre como o próprio Bermannpara-reformistas como Coriolano Alberini, ou antirreformistas como Leopoldo Lugones. São citadas diversas expressões, de recorte político-acadêmico, dentro de Filosofia e Letras, que apelaram ao emblema nominal reformista, mas além de seus compromissos com todas as bandeiras hasteadas pela Reforma. Entre tais expressões, se encontra o Partido da Reforma Universitária.

Em definitivo, a identidade reformista assumiu um amplo espectro ideológico, aplicável a todos aqueles que comungam com postulações progressistas, a partir de diferentes graus de radicalização e distantes tanto do tradicionalismo ultramontano como do conservadorismo liberal. A metodologia usada procura adaptar-se às pautas enunciadas por Noemí Girbal para a entrada "Revistas" do Diccionario del Pensamiento Alternativo, Adenda. 

Palavras-chavefaculty of philosophy and letters; Buenos Aires University; university reform; Verbum; History of Latin American Education Journal.

 

Recepción: 20/08/2017

Evaluación: 08/09/2017

Aceptación: 05/01/2018

 

INTRODUCCIÓN

La Reforma Universitaria constituye un movimiento estudiantil innovador que estalló en la ciudad argentina de Córdoba hacia 1918 y tuvo una vasta proyección en nuestro continente y en España; una repercusión tal que dio lugar a que ese movimiento fuese visualizado como la segunda aventura común de los países latinoamericanos, tras los cien años de soledad que siguieron al ciclo de su independencia. Originado inicialmente por problemas educativos, pronto asumió trascendencia social y política. Los reformistas señalaron la incorrección de considerar la universidad como un compartimento estanco, aislado de la cuestión nacional, así como la imposibilidad de concretar una auténtica reforma institucional sin el correspondiente cambio de estructuras. Su postura, reputada presuntuosa y mesiánica al comienzo, intentaría adecuarse a la realidad, reconociendo la relativa importancia de la universidad como un campo de transformación comunitaria. Entre los factores de relevante magnitud interna y exógena que acompañaron el clima que generó la señalada irrupción de la Reforma Universitaria se encuentran la Revolución Mexicana, la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la democratización gubernamental y las corrientes filosóficas de corte vitalista e idealista.

Un prieto balance de las tesis propuestas por los exponentes de la Reforma Universitaria en distintas épocas y latitudes puede ensayarse mediante la caracterización de propuestas relativas al ámbito institucional interno: autonomía política, docente y administrativa; cogobierno tripartito; agremiación estudiantil; asistencia libre e ingreso irrestricto; libertad y periodicidad de cátedra; pluralismo doctrinario; centralidad del alumno; enseñanza gratuita, laica y de alta excelencia; elevado presupuesto educativo; humanismo y especialización. Una concepción sobre la universidad pública netamente original y en vías aún de ejecución acuñada y sostenida por el estudiantado latinoamericano con muchos desvelos y como una síntesis superior de dos modelos en pugna el profesional y el científico que incorpora los contenidos fundamentales de una exclaustración comprometida: crítica social, extensión comunitaria y defensa de los intereses populares. Con respecto a la problemática mundana puede observarse básicamente un ideario de este tenor: integración continental y ciudadanía iberoamericana; comunidad universal; reconocimiento de la alteridad; antiautoritarismo y desmilitarización; nueva cultura y nueva moralidad; sociedad abierta, digna y transparente; nacionalización y redistribución de la riqueza; antiimperialismo y antichovinismo; democracia participativa; derechos humanos y justicia social. Además de las montañas de documentos redactados valerosamente por la muchachada universitaria en torno a esos puntos instancias cruciales, nos hallamos ante una cosmovisión que, con diferentes matices e inflexiones, ha sido sustentada por grandes intelectuales dentro y fuera de Nuestramérica.

Entre las tantas figuras involucradas en la causa reformista tenemos a José Ingenieros, Alejandro Korn, José Vasconcelos, Alfredo Palacios, Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Julio Antonio Mella, Aníbal Ponce, Pedro Henríquez Ureña, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Germán Arci- niegas, Carlos Quijano, Ricaurte Soler, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset o Waldo Frank.

1.  El Movimiento Reformista en una revista estudiantil de largo aliento

Quien fuera el portavoz del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (CEFYL), la revista Verbum, nos permite adentrarnos en el movimiento reformista y sus objetores que acompañó a esa casa de estudios, entre 1912 y 1942, es decir, desde una etapa previa a la eclosión de dicho movimiento hasta arribar a otro período en el cual se va produciendo la declinación del mismo movimiento y de la publicación citada.[3]

Una catedral del conocimiento en cuestión

Si tomamos el discurso objetivado de los sujetos protagónicos sobre su entorno educativo, la primera impresión que nos asalta hace referencia a una esfera de desenvolvimiento con caracteres olímpicos y supramundanos.

El mismo director de la revista Verbum, Carmelo Bonet, como declaración corporativa de principios, proclamará —frente a la ausencia de profesionalismo intelectual y a la abundancia de escritores empíricos y de iconoclastas de café— la finalidad excelsamente espiritual de la Facultad de Filosofía y Letras: "formar un núcleo de artistas-pensadores o de pensadores-artistas".[4] Bonet reforzará su apreciación sobre el ambiente en cuestión, al cual concibe idílicamente como un oasis ante la fiebre del dinero y en donde ricos y pobres se confunden hermanados, con mucho amor por la casa —a diferencia de lo que se daba en otras facultades— y sin desdeñar a las mujeres intelectuales como ocurría, según él, en tantos lugares.[5]

Cinco años más tarde y en vísperas del grito de Córdoba, Narciso Binayán recoge el guante de la sobrevaloración y le atribuye a la Facultad una misión privilegiada, no solo pragmática, para reparar los vaciamientos mentales, sino también por su capacidad iluminadora para disipar las sombras que imperan en un mundo mercantil, agro-ganadero y utilitario como el de la ciudad de Buenos Aires, esa "metrópoli cartaginesa" que le coarta su posibilidad de convertirse en una Atenas del Plata como aspiraba la élite argentina del Ochenta.[6]

De tal manera, se va acuñando otro leit motiv en las pretensiones de fundamentar la importancia y la propia existencia de un ámbito pedagógico muchas veces cuestionado desde extramuros. Ese leit motiv consistía en afirmar que gracias a la realidad paralela que se estaba produciendo dentro de esa casa de estudios podía llegar a conocerse el país desde otras facetas distintas a la de su bagaje comercial o a la de su muchachada ignorante y bullanguera que se divertía en los music halls parisinos...

El gran maestro Alejandro Korn, que hacia 1918 asume el decanato bajo el mandato reformista, tampoco dejaba de reconocer los méritos correlativos de la quinta facultad en orden cronológico, pero al mismo tiempo por su carácter de quinta rueda, o sea, por carecer de objeto y otorgar títulos decorativos, de exiguo provecho; por ser no solo filosófica sino platónica, por su misma inutilidad, así como lo abstracto o la ciencia pura resulta de lo más necesario y lo único que da significación a la vida. Por lo demás, aquella no deja de cumplir una creciente labor intelectual, asociada al estudio metódico y adecuado.[7]

Una apoteosis poética de la Facultad de Filosofía y Letras fue efectuada en el anfiteatro respectivo por un presidente del Centro de Estudiantes al asumir su cargo: "Esta es la Casa de las humanidades, la que a través del tiempo vincula en sobrio paralelismo las intuiciones más perfectas y los conceptos más sutiles. Adunemos nuestros esfuerzos para que se ubique en la delantera que por derecho divino le pertenece y para que sea, en la enigmática sombra en que todos nos debatimos tras de la clave ulterior, como esa estrella de las estrellas, luminosa por excelencia, que parece estar al frente y en la vanguardia de la noche".[8]

Esa pretendida catedral del conocimiento adolecía empero de fuertes objeciones internas y exógenas: desde su magro presupuesto operativo a la invalidez de sus títulos junto a la falta de salida ocupacional, según lo refleja el testimonio "afligente" de sus egresados, que denuncian el favoritismo de las autoridades educativas: "Soy doctor en Filosofía y Letras y no tengo cátedras", las cuales resultan "más inaccesibles que los anillos rotatorios de Saturno", mientras se acusa a la facultad por "su tendencia egoísta a vivir para sí" y sin proyectar su influencia en la cultura nacional.[9]

Como denunciara otro director de la revista, también se puso en tela de juicio al plantel docente en sí: "Los profesores [...] no son todos los que debieran ser. Hay deficientes en su capacidad intelectual y deficientes moralmente", mientras se aguardaba que la nueva ley universitaria reformista trajera aparejado "un cambio saludable".[10]

Sin embargo, con el correr del tiempo, al cumplirse el 25 aniversario del Centro de Estudiantes de Filosofía, no estaría ausente una mirada contemporizadora, al menos hacia las grandes figuras de la casa: a José Ingenieros, por "su metafísica sin nubes" y su psicología del amor, o a Ricardo Rojas como "un vate surgido de las entrañas mismas de América".[11]

2.  Verbum por sí misma

Según se aduce en el Diccionario del pensamiento alternativo, puede entenderse a las revistas en general como el indicador de una pasión individual o colectiva, como un lugar de reencuentro en la intersección de trayectorias sociales e intelectuales; incluso como una recorrida de itinerarios que se convierten en estructuras de sociabilidad y hasta se proponen modelar su propio tiempo.[12] Esta compleja semblanza desiderativa puede tornarse bastante patente en el caso de un heterogéneo portavoz estudiantil como el de Verbum, cuya autopercepción pasamos a transcribir:

      vehículo de una publicación de enjundia (para superar el desconocimiento que se tenía de la FFL, e imitar a los hombres fuertes que conquistan las posiciones que se merecen);[13]

      publicar trabajos originales que tengan que ver con los temas de estudio. la cultura greco-romana es la base de nuestras sociedades. El número dedicado al Día de la Raza refleja la convicción de que nada puede contribuir más a la defensa de la nacionalidad argentina que la afirmación de su pertenencia al círculo de cultura hispánico;[14].

      un episodio indiscutible: Verbum, figura hoy indiscutiblemente en primera fila entre las revistas universitarias del país; [15]

      profesores y alumnos colaboran juntos en Verbum, que no se reduce a ser un órgano de los estudiantes sino de la misma casa de estudios;[16]

      muchas veces grupos antagónicos y encontradas tendencias se disputaron su dirección pero siempre mantuvo su alta jerarquía y fue nexo de las tendencias encontradas; [17]

      Debió llamarse Nosotros, pero Roberto Giusti se anticipó, muchas crisis internas vaivenes pendulares de izquierda y derecha pero todos han coincidido en ver a Verbum como su órgano natural de expresión. Otras publicaciones estudiantiles han aparecido pero ninguna perduró tanto.[18]

En ese cuadro de conjunto, además de rescatarse la figuración, el encumbramiento y el continuismo de una revista treintañera dentro de las publicaciones del género, sobresale como un elemento discordante no solo el alegato sobre los hombres fuertes sino también la profesión de fe greco-romana e hispanista, en contraste con la postura nuestroamericana y antiimperial del movimiento estudiantil con posterioridad a la que llegaría a manifestarse durante los primeros congresos continentales entre 1908 y 1912,[19], mientras se destaca, por otra parte, que "la causa de la juventud argentina" se hallaba "en marcha" [20], con lo cual se hacía obvia alusión al grito de Córdoba proferido en junio de 1918.

Como otro símbolo pre-reformista cabe citar el homenaje post mortem a una figura parcialmente precursora como la de Rodó efectuado por CEFYL mediante una conferencia que organizó CEFYL, abrió Jorge M. Rohde y pronunció Arturo Giménez Pastor.[21] Junto a ello se reproduce una nota del mismo Rodó, "El nuevo Ariel", que había mandado el propio autor a la revista Ariel que dirigió Alberto Palcos dentro del Centro de Estudios del mismo nombre fundado hacia 1912; un centro que llegó a adoptar como divisa las palabras de Rodó sobre que Ariel representa en Shakespeare al genio del aire, a la parte noble y alada del espíritu, el imperio de la razón y el sentimiento, el hombre superior frente a Calibán, símbolo de la sensualidad y la torpeza.

Se trata de una interpretación idealista bastante alejada de la reivindicación que se haría de Calibán dentro de las vertientes progresistas ulteriores y que no deja de insinuar el resabio discriminatorio del arielismo rodoniano, según se desprende del mismo texto en cuestión, dentro de una línea análoga al clasicismo previamente señalado:

El nombre de Ariel significa, en la evolución de las ideas que han preparado la actual orientación del pensamiento hispanoamericano, la afirmación del sentido idealista de la vida contra las limitaciones del positivismo utilitario; el espíritu de calidad y selección, opuesto a la igualdad de la falsa democracia y la reivindicación del sentimiento de la raza, del abolengo histórico latino [...versus] el rasero nivelador que abate superioridades y prestigios sociales para dejar sólo subsistente la primacía del éxito y la fortuna. [. El Ariel de 1900 se escribió] cuando la primacía absoluta del modelo anglo-sajón [...] Hoy generaciones nuevas reconocen en Ariel la 'melodía de ideas', el sentimiento de la vida, que espontáneamente brotan de su propia conciencia. Toca a esas generaciones demostrar que nuestro ambiente americano no es incapaz de contener la ejecución de tal programa en la esfera de la realidad y de la acción [22]

3.  Reformistas, parareformistas y antireformistas

Cefyl ha sido una de las primeras agrupaciones que adhieren al movimiento estudiantil cordobés y levantando dos grandes insignias. Por el lado pedagógico, contra un régimen nepótico, malos métodos y planes arcaicos, sumido en el oscurantismo y la pereza mental. Desde otra perspectiva, por resultar ajeno a los grandes problemas nacionales y por la aspiración a alcanzar el rango de una universidad social. Gregorio Bermann, futuro estudioso del movimiento estudiantil, tendrá en tal sentido una actuación descollante dentro de la nueva etapa que le tocaba vivir a la universidad argentina, como presidente del Centro y como delegado por la Federación Universitaria de Buenos Aires para defender la antidogmática causa cordobesa, considerando que la Reforma simbolizaba, mucho más que un cambio de estatuto, la pugna entre corrientes opuestas: la tradición y el autoritarismo versus la vitalidad y la patria grande.

En consonancia con la democratización de la república, a la democratización universitaria -que implica la representación docente y estudiantil- Bermann hasta le asigna la misión de hacer de las casas de estudio centros de "ciencia creadora" y no rumiada.[23] En función de los grandes hechos históricos vividos en ese tiempo y remedando de algún modo el Manifiesto liminar y otras grandes anunciaciones como las de Saúl Taborda, Bermann tampoco vacilaba en afirmar que "estamos al comienzo de una nueva civilización, cuya sede radicará en América"[24]

Anteriormente, cuando Bermann había asumido la dirección de Verbum, redactó allí un artículo premonitorio, "En busca de maestros", ante la nueva función que se vislumbraba para la universidad, una alta función en la cual esta abandona el lastre hispano-colonial y se refunde con el pueblo, objetando al profesor que repite lecciones y no domina la materia, habida cuenta que "de cualquier buen hombre guardamos enseñanzas más fructíferas que las sorbidas en las ubres aparentemente secas de la universidad"... En otros escritos de Verbum, Bermann recupera el rol de los alumnos en tanto materia prima esencial, comenta un libro sobre la orientación intelectual de la juventud (como militante y rebelde) y pronuncia un discurso para la FUBA en la Asociación Latinoamericana de homenaje a los delegados estudiantiles mejicanos que, como sus compañeros revolucionarios, forcejean por salir a un mundo nuevo[25] con algo muy peculiar para Nuestramérica como la implementación de una reforma agraria comme il faut.

Frente a ese reformista integral que fue Gregorio Bermann[26], en el cual se alineaban teoría y acción, emanaron de Verbum y sobre el horizonte facultativo interno una gama de posturas acordes o disímiles que reducen la plataforma reformista a demandas puramente didácticas y/o gremiales o la extienden al terreno civil, comunitario e internacional.

Una de esas actitudes fue trasuntada por quien ocupara varias veces la presidencia de CEFYL, Juan Probst, quien recibe con beneplácito la nueva ley universitaria, apta para alejar los docentes incapaces y atraer a los intelectuales que deberían ingresar. Para Probst la Argentina no debía limitarse a producir trigo y carne si no a forjar también "el alma de un pueblo llamado a grandes destinos en todas las ramas de la cultura humana"; una tarea cuya realización estaría a cargo de una juventud universitaria "pletórica de bellos anhelos y altos ideales" [27]

No obstante, esa labor patriótica no tendrá que salir de los claustros al exterior ni aliarse con otros sectores como preconiza la trayectoria reformista: "se ha discutido mucho sobre si los centros estudiantiles deben pronunciarse con respecto a los problemas sociales de actualidad y federaciones hubo que celebraron alianzas con los sindicatos obreros. Para mí esta tendencia es equivocada" El carácter de esos centros debe ser gremial y ocuparse exclusivamente de los problemas universitarios, los cuales resultan ajenos a los de tinte religioso, político o social.[28]

Otras declaraciones similares irían vertiéndose en distintas oportunidades más dentro de las páginas de la revista y a través de portavoces de alta responsabilidad, como el de otro presidente de CEFYL, Juan Ángel Fraboschi: "la Reforma Universitaria cumple en verdad sus fines cuando supedita las cuestiones meramente políticas y electorales a los bien entendidos intereses de la alta cultura"[29]; o como patentiza a su vez Carmelo Bonet, en las puertas del primer golpe de Estado: con la Reforma Universitaria aparece "una nueva fauna: el profesor político y el estudiante político" (con sus bataholas panfletarias, empapelamien- to de la casa y comisaria).[30]

Más cercano a la perspectiva de un intelectual orgánico como Bermann se hallan algunas piezas donde se cuestionan "las academias y los academicismos" porque solo poseen "valor arqueológico" o "troglodita", según llegó a sostener un director de Verbum, Carlos María Onetti,[31] o los trabajos que recuperan la actuación de líderes estudiantiles como la del santafecino Pablo Vrillaud por su inteligencia, su espíritu combativo y su "defensa de los trabajadores".[32]

En Verbum se han dado a conocer posturas francamente adversas a la plataforma reformista, alegándose que debían difundirse allí tanto los partidarios como los que veían en ella a "males sin cuento".

Entre los opositores en cuestión tenemos a un Calixto Oyuela, cuyo desacuerdo lo lleva a presentar su renuncia como consejero de la Facultad, convencido sobre la "esterilidad de todo esfuerzo por mantener el orden y la autoridad universitaria" sobre bases "movedizas e inestables", como las que ofrecía "la ola invasora de los estudiantes", —percibidos a la usanza tradicional como un pura oreja— y a quienes el nuevo régimen da una intervención única en el mundo entero, en la constitución y deliberación de los cuerpos directivos, superior a su preparación y capacidad reflexiva [...] en vez de aplicarse intensamente al estudio. Según el viejo filólogo, contribuía a esa creciente anarquía la complacencia de ciertos consejeros y docentes hacia el grupo estudiantil[33].

Otra impugnación hacía hincapié en varios motivos: la esterilidad de los movimientos universitarios por su mala dirección, la agitación que llevaba a cabo con los detentores del gobierno institucional, a la separación de los profesores más preparados que no trasmiten ciencia hecha por otros, a la carencia de investigadores y sobre todo de "directores intelectuales" en la sociedad[34]. También Rodolfo Rivarola iría tomando distancia de la original concepción reformista sobre la universidad quien ocupara por ese entonces conflictivamente la presidencia de la Universidad Nacional de La Plata, según lo registra Verbum junto a la réplica punzante que obtuvo Rivarola por parte de la revista estudiantil.[35]

Entre los individuos más refractarios a la Reforma se recorta la figura de Lu- gones y su artículo contra la "Democracia universitaria" que le publicara Verbum en 1923; año en el cual, aquél se hallaba muy alejado tanto de su primigenia defensa de la juventud (1896) como de su identificación con el grito de Córdoba (1918). Se trataba ahora de una época en la que estaba esgrimiendo su posiciona- miento elitista y militarista, como aquél que sostuvo en un ciclo de conferencias en el Coliseo -inmediatamente repudiadas por su impronta fascista.[36] En la nota de Verbum, Lugones sostenía el carácter selectivo de la universidad, ajeno al sufragio universal y del "ilusorio Paraíso bolchevique"[37]

A Coriolano Alberini —calificado como uno de los decanos de la Reforma (1924-1927, 1931, 1936-1940) junto a Korn (1918-1921), Ricardo Rojas (1922-1924 / rector UBA 1928-1930) y Emilio Ravignani (1928-1930, 1940-1943) — podría conceptuárselo como un reformista vergonzante porque, si bien adoptó el costado educativo-modernizador de ese movimiento le negó dos de sus patas fundamentales: la política y la social, al cuestionar su "barbarie intelectual bien notoria", su "culto a la incompetencia" y las "ráfagas malolientes de comité"[38] junto a sus "groseras vanidades" y su explotación electoral del idealismo juvenil.[39] Por lo demás, resulta sintomática la felicitación que recibió Alberini, al asumir el decanato, del propio Lugones, quien lo exhortó a establecer "la disciplina universitaria" y hablarle a los jóvenes con "enérgica claridad".[40]

Dicho encuadramiento nos llevaría a trazar una esquemática caracterización tentativa, entre reformistas avant la lettre, parareformistas y antireformistas declarados, cuya identificación podría encararla el mismo lector, desafiado por cierto no solo a su propia reinterpretación sino también a continuar esta abreviada indagatoria a través de una exploración documental más avezada, por dentro y por fuera del gran caudal de Verbum.

Como entretelón, una reserva en torno al lugar común de que en la Argentina, a diferencia de Perú, Venezuela o Cuba, no existieron formaciones partidarias orgánicas desprendidas del nuevo movimiento estudiantil, por afuera del Partido Reformista de Centro Izquierda[41]. Pueden citarse diversas expresiones, de corte político-académico dentro de Filosofía y Letras que apelaron al emblema nominal reformista, más allá de sus compromisos con todas las banderas enarboladas por la Reforma.

Entre tales expresiones se encuentra el Partido Reforma Universitaria lanzado en octubre de 1924, el cual sostuvo que el decano de FFL debía ser egresado y levantó la candidatura triunfante de Alberini. En 1929, por quinta vez consecutiva gana la lista de estudiantes surgidos de ese "partido", con el ya citado Fraboschi como presidente de CEFYL, mientras que durante esa década el Centro FYL sufrió divisiones locales e intervenciones por parte de la Federación Universitaria de Buenos Aires.[42] A ello se suma el Partido Reformista de Izquierda fundado bajo la égida del Partido Comunista a comienzos de 1930 por alumnos como Héctor Agosti, un nucleamiento concomitante con la Agrupación de Partidos Reformistas de Izquierda.

En definitiva, la identidad reformista ha implicado un amplio espectro ideológico, aplicable a todos aquellos que comulgan con postulaciones progresistas desde distintos grados de radicalización y distanciadas tanto del tradicionalismo ultramontano como del conservadurismo liberal.

CONCLUSIÓN

El movimiento reformista constituye uno de los primeros grandes movimientos estudiantiles que han aportado una nueva visión de la universidad cuya finalidad última mantiene una plena vigencia y ha sido adoptada, sin demasiado conocimiento de causa, por instancias superiores como la propia UNESCO: orientar ética e intelectualmente a nuestras naciones desprotegidas; contribuir a aliviar los problemas de la gente y el hábitat hasta convertirse en un referente insoslayable para el desarrollo integral y equitativo. La reivindicación de la universidad pública, el fortalecimiento del cogobierno y la gratuidad de la enseñanza, implican requisitos básicos para aproximarse a uno de los máximos objetivos pedagógicos y políticos de la fecunda herencia reformista: el contenido social, la universidad universalizable. Bajo esa misma orientación, la universidad emerge como una casa de la esperanza, para sociedades débiles como las de América Latina, con mayor responsabilidad que en otros países, porque, además de abocarse a la enseñanza y la investigación debe poseer una dimensión utópica, denunciando los desbordes del poder y los ajustes salvajes, fomentando el ideario integracionista pero para satisfacer a los sectores y las zonas más carenciadas. Una universidad que, como se deriva de aquella noble tradición reformista, no solo sirva para formar profesionales y expertos sino que resulte también un auténtico agente democratizador.

En resumidas cuentas, además de la representación estudiantil, el movimiento reformista planteó, entre otras instancias académicas, la autonomía universitaria en materia política, docente y administrativa, así como la calidad y gratuidad de la enseñanza, la libertad y la periodicidad de la cátedra, la asistencia libre, etc. Por otra parte, propició la extensión universitaria, la sensibilidad social y la mancomunión con la clase obrera, el pacifismo y la lucha contra el imperialismo, la oligarquía y el clericalismo. Sus acercamientos efectivos a la solidaridad latinoamericana y a la unión integral de nuestros pueblos convierten a dicho movimiento en uno de los más importantes precedentes culturales con el que deben contar proyectos regionales como los del Mercosur. La Reforma Universitaria en Latinoamérica constituye una de las tantas expresiones que revierte la trillada versión sobre los ascendientes hegemónicos desde el norte hacia el sur para entroncarse con otras vertientes innovadoras como el modernismo literario o como la filosofía y la pedagogía de la liberación.

Por último, no puede desconocerse la importancia precursora que ha trasuntado el pensamiento y la práctica reformistas en la consolidación del paradigma universitario actual, forjado originariamente en esa Córdoba donde se logró superar tanto el modelo profesionalista napoleónico como el academicismo alemán. Mucho antes de los sesenta, ya se había hecho carne la participación oficial de los jóvenes en nuestra educación superior, mientras que en la letrada Europa recién medio siglo más tarde empieza a admitirse la consulta institucional a los estudiantes que, después de la II Guerra Mundial, venían bregando por ello y por otros principios lanzados en 1918 —como la búsqueda prioritaria de solución para los grandes malestares sociales. Todas las finalidades básicas que la UNESCO sustenta hoy como metas para la universidad fueron adelantadas por el movimiento reformista latinoamericano a través de miles de páginas escritas por nuestras juventudes idealistas en medio de vigilias, persecución, cárcel, exterminio y desapariciones. Se está haciendo alusión textual a los siguientes objetivos institucionales propugnados por aquél máximo organismo rector, tanto para el área intrínsecamente académica como para su costado comunitario: elaborar conocimientos nuevos (investigación creativa), formación de personal altamente calificado (enseñanza y comunicación), prestación de servicios a la sociedad (extensión civil), función ética (crítica social).

La Reforma Universitaria fue concebida en sus inicios de varias modalidades disímiles: como una nueva participación conjunta de América latina —tras los cien años de disgregación que sucedieron a las guerras independentistas—, como prolongación de un nuevo ciclo iniciado por las revoluciones mexicana y soviética o como un episodio concomitante a la apertura democrática de nuestras sociedades. Más allá de las correlaciones epocales que guardan esos trascendentes acontecimientos, el legado reformista mantiene una apreciable proyección. Por un lado, por su apuesta al pluralismo, a la autocrítica, al libre examen, a una universidad pública más abierta y mejor dotada. Por otro, por su inclinación a paliar las enormes diferencias comunitarias mediante alianzas multisectoria- les que hoy, como antes de 1918, se enfrentan a un modelo conservador y a una democracia formalista.

FUENTES

Lugones, Leopoldo. "Crónica. Demostración del Centro de Filosofía y Letras al ex Decanos Profesor Coriolano Alberini". Verbum, No. 75 (1930): 551.

Lugones, Leopoldo. "Crónica", Verbum, No. 71 (1928): 86, 90 y 99.

Lugones, Leopoldo. "El Dr. Rivarola y el problema universitario", Verbum, No. 50 (1919): 380-382.

Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. "Homenaje a Rodó", Verbum, No. 35-36 (1917): 52.

Alberti De, Daniel. "La renuncia del Dr. Calixto Oyuela", Verbum, No. 51 (1919): 601-604.

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[1] Investigador principal del CONICET y de la Academia Nacional de Ciencias (Buenos Aires), donde conduce la sección de Pensamiento Argentino y Latinoamericano. Director de CECIES y del Centro de Estudios Históricos en la Universidad Nacional de Lanús, ha cofundado el Corredor de las Ideas del Cono Sur. Correo electrónico: hbiagini@gmail.com

[2] Noemí Girbal-Blacha, "Revistas", en Diccionario del pensamiento alternativo, Adenda, eds. Hugo Biagini (Buenos Aires: Biblos, 2015), 201-203.

[3] Nos ocuparemos aquí solo de la revista Verbum como tal, dejando de lado una publicación previa, el Boletín del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, que surge en 1906 junto con el advenimiento de ese centro ligado a la Federación universitaria regional y se prolonga intermitentemente hasta 1911. El boletín fue concebido como material auxiliar para la enseñanza, apuntes de clase, programas de examen y en mucho menor medida para dar cuenta de problemas internos, como la designación de profesores recusados por los alumnos. Una ficha técnica de Verbum en Washington Luis Pereyra, La prensa literaria argentina 1890- 1919. Tomo I Los años dorados 1890-1910 (Buenos Aires: Librería Colonial, 1993), 292-293.

[4] Carmelo Bonet, "Manifiesto", Verbum, No. 20 (1912): 1-2.

[5] Carmelo Bonet, "Impresiones de vida universitaria", Verbum, No. 23 (1914): 56-57

[6] Narciso Binayán, "La Facultad de Filosofía y Letras", Verbum, No. 37-38 (1917): 45-49. Para exaltar la relevancia cultural de FFyL, el autor recuerda que en su edificio, próximo a la Bolsa de Comercio, un Ortega y Gasset había profesado en sus aulas, durante la primera visita efectuada a la Argentina, durante 1916. Entre los numerosos trabajos sobre la Presencia de Ortega en nuestro medio. Ver Hugo Biagini, "Reexamen del positivismo argentino, Todo es Historia, No. 220 (1985): 38-49. Hugo Biagini. "La cultura de la resistencia juvenil y el proceso emancipador". Revista de Historia de la Educación Latinoamericana, No. 11 (2008): 59-76.

[7] Alejandro Korn, "La Facultad de Filosofía y Letras. Su objeto", Verbum, No. 22 (1913): 1-5.

[8] Carlos M. Grünberg, "Discurso", Verbum, año XVIII, (1925): 238.

[9] Arturo Vázquez Cey, "La Facultad de Filosofía y Letras y la crisis actual de la enseñanza", Verbum, No. 35-36, (1917): 85-87.

[10] Juan Probst, "Nuestros propósitos", Verbum, No. 46, (1918): 3.

[11] Carmelo Bonet, "Recuerdos de vida universitaria", Verbum, No. 78 (1930): 855 y 856.

[12] Noemí Girbal-Blacha, "Revistas", en Diccionario del pensamiento alternativo, Adenda, eds. Hugo Biagini (Buenos Aires: Biblos, 2015), 201.

[13] Carmelo Bonet, "Manifiesto", Verbum, No. 20 (1912): 2 y 1.

[14] Juan Probst, "Nuestros propósitos", Verbum, No. 46 (1918): 1, 2, 5.

[15] Juan Probst, "Memoria de la dirección de Verbum", Verbum, No. 49 (1919): 163.

[16] Carmelo Bonet, "Recuerdos de vida universitaria", Verbum, No. 78 (1930): 861.

[17] Américo Foradori, "Treinta años de Verbum", Verbum, No. 86 (1937): 111.

[18] Carmelo Bonet, "Verbum. Revista del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de Buenos Aires", Verbum, (nueva época), No. 2 y 3 (1942): 154-155.

[19] Estoy aludiendo a los encuentros que bajo el nombre de Congresos de Estudiantes Americanos se llevaron a cabo en Montevideo, Buenos Aires y Lima, de los cuales tuve ocasión de ocuparme en mi libro La contracultura juvenil de la emancipación a los indignados, (Buenos Aires: Capital intelectual, 2012), 43-52, 57-58, 71-75. Uno de esos encuentros fue sucintamente comentado en Verbum, por el representante estudiantil, Nerio Rojas, "Ecos del Congreso de Lima. Informes de la delegación de Buenos Aires", Verbum No. 21 (1912): 47-48.

[20] Juan Probst, "Nuestros propósitos", Verbum, No. 46 (1918): 4.

[21] Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, "Homenaje a Rodó", Verbum, No. 35-36 (1917), 52.

[22] José Enrique Rodó, "El nuevo Ariel", Verbum, No. 35-36, (1917) : 53-54.

[23] Gregorio Bermann, [1918] "Discurso a la Federación Universitaria de Córdoba", en La Reforma universitaria, tomo II, eds. Gabriel Del Mazo (Buenos Aires: Federación Universitaria de Buenos Aires, 1927), 93. En otro discurso paralelo de Bermann a los estudiantes cordobeses en Verbum, no. 41-42 (1918): 67-72.

[24] Gregorio Bermann [28 julio 1918], "Discurso en el mitin de la Federación de Asociación Culturales -presidida por GB- y de la Federación Universitaria de Córdoba", en La Reforma universitaria, tomo II, eds Gabriel Del Mazo (Buenos Aires: Federación Universitaria de Buenos Aires, 1927), 177.

[25] Gregorio Bermann, "En busca de maestros", Verbum, No. 35 y 36 (1917): 5; "Alejandro Castiñeiras. Orientación intelectual de la juventud", Verbum, No. 37-38 (1917): 100-101; "Discurso en homenaje a los estudiantes mejicanos", Verbum, No. 39-40 (1918): 80- 83.

[26] Sobre Bermann puede confrontarse, interalia, el artículo pionero de Adrián Celentano, "El humanismo de Gregorio Bermann", El pensamiento latinoamericano del siglo XX ante la condición humana: Argentina, en Proyecto Ensayo Hispánico (Atlanta: Universidad Georgia, 2006) http://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/argentina/bermann.htm (22 de febrero, 2018).

[27] Juan Probst, "Nuestros propósitos", Verbum, No. 46 (1918): 4-5.

[28] Juan Probst, "Las elecciones de renovación de la Comisión Directiva", Verbum, No. 53 (1920): 94.

[29] Juan Ángel Fraboschi, "Discurso de asunción", Verbum, No. 72 (1929): 118-121.

[30] Carmelo Bonet, "Recuerdos de vida universitaria", Verbum, No. 78 (1930): 860. El mismo Bonet que de joven se encendía hablando de la Europa conquistadora, del "quijotismo de la raza" y del "genio de Colón", mientras denigraba a Asia por "su fanático fakirismo milenario" y a África como "guarida de pueblos de un valor étnicamente inferior"; Carmelo Bonet "Memoria de la Federación Universitaria", Verbum, No. 22 (1913): 99 y 100.

[31] Carlos María Onetti, "Dos palabras", Verbum, No. 63 (1924): 5.

[32] Juan Mantovani, "Pablo Vrillaud", Verbum, No. 65 (1926): 158-161.

[33] Daniel de Alberti, "La renuncia del Dr. Calixto Oyuela", Verbum, No. 51 (1919): 601-604.

[34] Leopoldo Maupas, "La cuestión universitaria", Verbum, No. 56 (1920): 414-421.

[35] Leopoldo Maupas, "El Dr. Rivarola y el problema universitario", Verbum, No. 50 (1919): 380-382. Sobre el enfrentamiento entre la orientación de Rivarola y el reformismo platense, nuestro libro. Hugo Bianini y otros, La Universidad de La Plata y el movimiento estudiantil. Desde sus orígenes hasta 1930 (La Plata: Universidad Nacional, 1997).

[36] Sobre el giro ideológico epocal de Lugones, ver el trabajo indicativo de Natalia Bustelo, "La figura política de Leopoldo Lugones en los años veinte", Papeles de Trabajo, No. 5 (2009): 9-20.

[37] Leopoldo Lugones, "Democracia universitaria", Verbum, No. 60 (1923): 5-7.

[38] Leopoldo Lugones, "Crónica", Verbum, No. 71 (1928): 86, 90 y 99.

[39] Leopoldo Lugones "Crónica. Demostración del Centro de Filosofía y Letras al ex Decanos Profesor Coriolano Alberini", Verbum, No. 75 (1930): 551. Tales apreciaciones de Alberi fueron formuladas tras haberse producido el golpe militar de 1930, manifiestamente hostil al movimiento reformista; golpe por el cual empezará a producirse el exilio de sus integrantes. Un año más tarde, Alberini pasará a ocupar su segundo decanato en FFyL. Ya antes de que llegara a erigirse en el cacique hegemónico de la facultad porteña, como Ricardo Levene, lo fuera de su homóloga platense, no faltaron las imágenes quintaesenciadas en torno suyo, v.gr., que enaltecen su "aticismo chispeante" y su "esprit volteriano" o lo asocian a un "sibarita cerebral" y a un "gourmet de pensamientos finos". Carlos María Bonet, "Impresiones de vida universitaria", Verbum, No. 23 (1914): 57.

[40] Citado por Diego Pró, Coriolano Alberini (Valle de los Huarpes: Ediciones Imprenta López, 1960), 490; un libro que incluye diversos apartados sobre la Facultad de Filosofía junto a la visión de Alberini sobre la Reforma universitaria, capítulos II y IV. En relación con los vaivenes internos del movimiento reformista, ver Pablo Buchbinder, Historia de la Facultad de Filosofía y Letras (Buenos Aires: Eudeba, 1997), 90.

[41] Entre los materiales históricos alusivos, puede consultarse el Memorial del Partido Reformista Centro Izquierda, que, con el pie de imprenta de enero 1930, retoma la tesis orteguiana del choque intergeneracional reformulada por Julio V. González, contiene varios documentos ad hoc, íntimamente ligados al conflicto de representaciones en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, durante los año veinte.

[42] Entre los ejemplares de La Revista Verbum que hacen mención a esas rupturas y reacomodaciones, No. 64 (1925): 236, 238; No. 71 (1928): 113-114; No. 72 (1929): 125-126.