DOI: https://doi.org/10.19053/01227238.8014
Artículo de
investigación - Reflexión
La
refundación de la Universidad de
Guadalajara en 1925. La mística
de la revolución inhibe su
autonomía[1]
The
refoundation of the University of Guadalajara in
1925. The mystique of the revolution inhibits its autonomy
A
refundação da Universidade
de Guadalajara
em 1925. A mística da revolução
inibe sua autonomia
Armando Martínez
Moya [2]
Universidad
de Guadalajara (México) Grupo de investigación
HISULA – UPTC
RESUMEN
Don José Guadalupe Zuno, Gobernador del Estado de Jalisco a partir de 1923,
volvió a darle a la educación superior su carácter universitario, pues desde el
cierre de la antigua universidad decimonónica y del Instituto de Ciencias del
Estado en 1865, las escuelas superiores que funcionaron dependían directamente
del gobierno del Estado. Al fundarse en 1925 la Universidad de Guadalajara el hecho representó un gran
acontecimiento para el país, especialmente para la región no- roccidente
del país, fue la segunda universidad fundada y si bien la filosofía que
fundamentaba su existencia se sustentaba en reivindicar su carácter laico,
popular, científico y alejada de cualquier influencia religiosa, no contenía en su
nombre ni en su normativa ni en su funcionamiento el título de Autónoma, no
obstante que la influencia de la lucha y conquista de la autonomía cordobesa de
1918 era conocida en todo el continente y se desplegaba por el mundo -al grado
que pocos años después, en 1829, la Universidad de México la conquistó también-. En
realidad, en la Universidad de Guadalajara, este importante antecedente
autonomista no se tomó en cuenta. La influencia de la revolución mexicana, cuyo
periodo armado había recién concluido (1910-1917), mantenía como uno de sus
principales reivindicaciones promover la educación y la cultura populares al
pueblo. En este contexto Zuno
materializaba esa gran aspiración popular fundando la universidad dentro de ese paradigma
revolucionario, pero lo hacía bajo una óptica unipersonal, donde el gobierno
del Estado y el rector fueron quienes asumieron la dirección universitaria,
estableciendo un modelo directivista -puesto que los
directores coparon el Consejo Universitario, y junto a ello desconocieron las
representaciones estudiantiles, la elección democrática de profesores y
sujetaron la universidad al régimen, es decir al gobierno en turno. El pretexto
fue vincular el modelo con las necesidades y reclamos de una sociedad que se
sacrificó por la revolución, pero mantenida como un ariete del Estado.
Palabras clave: José
Guadalupe Zuno; Autonomía; representaciones
estudiantiles; revolución mexicana; educación popular; caudillismo.
ABSTRACT
Don José Guadalupe Zuno, Governor of the State of Jalisco since 1923, gave higher education its
university character again, because since the closing of the old
nineteenth-century university and the Institute of State Sciences in 1865, the
higher schools directly depended of the State. The foundation of the University
of Guadalajara in 1925 was a great event for the country, especially for the
northwestern region. This was the second university founded and although the
philosophy that founded its existence was based on claiming its secular,
popular, scientific character and away from any religious influence, it did not
contain in its name nor in its regulations nor its operation the title of
Autonomous , despite the fact that the influence of the struggle and conquest
of Cordovan autonomy in 1918 was known throughout the continent and spread
throughout the world - to the extent that a few years later, in 1829, the
University of Mexico also conquered it. In fact, at the University of
Guadalajara, this important autonomist antecedent was not taken into account.
The influence of the Mexican Revolution, whose armed period had just ended
(1910-1917), kept as one of its main claims to promote education and popular
culture to the people. In this context, Zuno
materialized that great popular aspiration founding the university within that
revolutionary paradigm, but he did it from a unipersonal
perspective, where the government of the State and the rector were the ones who
assumed the university direction, establishing in this way, a directivist model - since the directors took over the University
Council, and additionaly they did not recognize the
student representations, the democratic election of professors and they
subjected the university to the regime, that is to say to the government in
turn. The pretext was to link the model with the needs and claims of a society
that sacrificed itself for the revolution, but that was assumed as a state
battering ram.
Keywords:
Jose Guadalupe Zuno;
Autonomy; student representations; Mexican Revolution; popular education; warlordism.
RESUMO
Don José Guadalupe Zuno, governador do Estado de Jalisco desde 1923, voltou a conferir à educação superior seu caráter
universitário, pois desde o encerramento da antiga universidade do século XIX e
do Instituto de Ciências do Estado, em 1865, as escolas superiores que
funcionavam dependiam diretamente do governo do Estado. Ao fundar-se a
Universidade de Guadalajara
em 1925,
tal fato representou um grande acontecimento para o país, especialmente para a região norte ocidental do
país. Foi a segunda universidade fundada, e a filosofia que fundamentava sua existência
se sustentava em reivindicar seu caráter laico,
popular, científico e livre de qualquer influência religiosa, não continha em
seu nome, nem em sua normativa e nem em seu funcionamento o título de Autônoma,
não obstante a influência da luta e conquista da
autonomia de Córdoba de
1918 fosse conhecida em todo o continente e
se espalhava pelo mundo - posto que pouco tempo depois, em 1892, a Universidade do México também conquistou. Na
realidade, na Universidade de Guadalajara,
este importante
antecedente autonomista não foi levado em conta. A
influência da revolução mexicana, cujo período armado havia sido recentemente
concluído (1910-1917), mantinha como um de suas principais reivindicações a
promoção da educação e da cultura populares ao povo. Neste contexto, Zuno materializava
essa grande aspiração popular fundando a universidade dentro desse paradigma
revolucionário, porém o fazia sob uma visão unipessoal, donde o governo do Estado e o
reitor foram aqueles a assumir a direção universitária, estabelecendo um modelo
diretivo - posto que os diretores assumiram o Conselho Universitário, e junto a
ele desconheciam as representações estudantis, a eleição democrática de
professores e sujeitando a universidade ao regime, isto é, ao governo em curso.
O pretexto foi vincular o modelo às necessidades e demandas de uma sociedade
que se sacrificou pela revolução, porém permaneceu como aríete do Estado.
Palavras-chave:
Jose Guadalupe Zuno; Autonomia; representações estudiantis; revolução Mexicana; educação popular; caudillismo.
Recepción: 20/05/2017
Evaluación: 07/11/2017
INTRODUCCIÓN
La relación entre
refundación y autonomía ha sido poco estudiada en la Universidad de Guadalajara
(UdG) debido al carácter unipersonal que significó su
segundo establecimiento en 1925, puesto que fue un proyecto de un grupo político
cultural que en una determinada cobertura política logró establecerla como una
decisión de Estado. De ahí que buscar la influencia de Córdoba o de otros
contextos para explicar su modelo al plantearse su establecimiento no ha sido
hasta ahora un recurso muy utilizado por lo poco factible que parece resultar.
Más bien se ha reflexionado desde las motivaciones y circunstancias internas y
domésticas que dieron lugar a su cristalización.[3]A diferencia de la Universidad
de México, cuya característica más emblemática fue la conquista de su autonomía
en 1929,[4]
la de Guadalajara
se
significó particularmente por representar la consumación de un proyecto
educativo del naciente Estado revolucionario (1910-1917-1925). Conforme a lo
anterior, en este trabajo se buscarán desde lo documental e historiográfico,
las fuentes de la época elementos que nos permitan identificar más diáfanamente
su modelo y tratar con ello de descubrir algún vínculo -o en su caso las
explicaciones de su ausencia respecto al gran acontecimiento de Córdoba-.
Conforme a lo anterior,
y a partir de esa hipótesis, se plantean los antecedentes de lo que había
significado históricamente la Universidad; las condiciones políticas y el
contexto que gravitaba. Para ello se exponen antecedentes de lo que constituyó
la lucha de los movimientos estudiantiles mexicanos y su vínculo con los de
América Latina, lo que permite ver que aún antes de la revolución mexicana, la
efervescencia crítica y democrática de los estudiantes estaba ya presente.
En cuanto al periodo de
la fundación (1925), las acciones y propuestas que Zuno
planteó como proyecto fundacional, las características orgánicas de su modelo,
se buscará mostrar cómo este no representó ninguna característica de soberanía
respecto a Estado -limitando con ella su autonomía-, además de que se construyó
con base a la marginación de los sectores universitarios que habían venido
participando en el ámbito de la educación superior -alumnos y profesores-.
El trabajo se sustenta
en elementos basados en el Análisis Institucional, desarrollado desde una
perspectiva histórica planteando un acercamiento a los procesos instituidos del
modelo
confrontándolos con los efectos instituyentes,
a fin de mostrar que la retórica y los criterios normativos sostenidos como la
interpretación identificatorio del fundador Zuno y su grupo respecto al tipo de universidad, se revela
realmente como una expresión caudillista, unilateral, verticalista en gran
medida al analizar la conformación y la actuación final que desembocó en el
modelo universitario. Con ello, constatamos que la fuerza de esa mística
ideológica que envolvía con fuerza la atmósfera posrevolucionaria, limitó en
gran medida construir un modelo universitario autónomo y democrático.
La metodología para
este trabajo se basa en la consulta de fuentes secundarias
y documentales, buscando que las evidencias que arrojen el análisis permitan ir
más allá de la versión apologética y de efemérides que caracteriza la
historiografía de la Universidad de Guadalajara.
Producto de la
importancia que adquirió la ciudad y su región, la
Universidad de Guadalajara había
sido fundada a finales de la época colonial en 1792. Fue la segunda Universidad
en la Nueva España; de las últimas que se fundaron en las colonias españolas y
de las pocas fundadas por Carlos IV.[5] Este último aspecto es
significativo, pues debido al estallido de la revolución francesa y las repercusiones
que por ella se desataron en los siguientes años, influyó para que las reformas
borbónicas ilustradas en España y en América hispana se inhibieran. La
Universidad de Guadalajara lo
resintió, de ahí que su modelo fundacional
no contenía aquellas características que en el campo de la ciencia las
universidades europeas e incluso españolas habían conquistado.[6]
Una vez consumada la independencia de México, la universidad fue suprimida en
1826 por el primer gobierno liberal del nuevo Estado Libre y Soberano de
Jalisco al considerársele retrógrada y representativa de la influencia
religiosa y colonial.
En su lugar fue creado
el Instituto de Ciencias, institución superior de tipo napoleónico que fungió
también como universidad y que contenía ya carreras modernas, como Ingeniería.
No obstante su carácter moderno identificado con la educación napoleónica, el
Instituto no contempló una estructura participativa, como
sí había sido incluso la Universidad colonial.[7] Durante el siglo XIX sin embargo
la
Universidad fue reabierta de manera intermitente cuando los grupos
conservadores
tomaron el poder en Jalisco y cerrada cuando
los liberales retomaban el gobierno y reabrían el Instituto. En 1860-63 ambas
instituciones no volvieron a establecerse, quedando las escuelas superiores:
Medicina, Leyes, Farmacia, Escuela Normal, Comercio e Ingeniería, operadas
directamente por el gobierno del Estado de Jalisco a través de una Dirección de
Estudios Superiores.
2. La
Revolución Mexicana: Impronta que marcó la Educación
Después de un largo
periodo dictatorial, la revolución irrumpió en 1910 como el primer movimiento
social del siglo en el mundo. En 1917, después de un periodo
convulso los revolucionarios establecieron, en una asamblea constituyente una
constitución que contenía el reconocimiento de los derechos
individuales, sociales y laborales de la sociedad, lo que implicó abrigar
amplias expectativas de justicia social a través de reformas y
transformaciones. Era un modelo de liberalismo social.[8] Este acontecimiento impacto
también la educación. En 1920 se inició el programa de la Escuela Rural
Mexicana (ERM), modelo comunitario que implicó el establecimiento en todo lo
ancho del territorio nacional de escuelas para
educar, capacitar y apoyar social, cultural
y
educativamente a la infancia y a las comunidades particularmente rurales.[9]
Sin embargo,
estas
reformas revolucionarias no consideraron a la educación superior. La estrategia
se concentró en la educación infantil y en la formación de maestros para
la
educación elemental. La Universidad Nacional de México, que había sido
refundada al final del periodo dictatorial en 1910, gracias a la influencia de
un grupo de positivistas encabezados por don Justo Sierra, literato y ensayista
eminente, no resintió el impacto de la revolución y sus cambios; perviviendo en
ella un modelo de Universidad basado en un humanismo universalista en el campo
de las ideas y del positivismo en el campo de las profesiones;[10]
configurándose un régimen de gobierno donde prevalecía su carácter autocrático
y elitista.[11]
Esto influiría para que años después, en 1929, los estudiantes lucharan y
conquistaran su autonomía y sentaran las bases de la libertad de cátedra.[12]
Estos elementos emblemáticos de su nuevo perfil, estaban sin duda influidos,
además de sus propias problemáticas, por la gesta de Córdoba, en primer lugar
porque cada cambio que se gestó en ella estuvo presidida por movimientos
estudiantiles.[13]
En la Universidad de Guadalajara el
camino fue diferente.
3. Una
Región, Una Ciudad, Una Gran Deuda Social
Jalisco, provincia del
occidente mexicano donde se asienta la ciudad de Guadalajara era
un territorio de gran tradición productiva, tanto agropecuaria como comercial
desde el periodo colonial. Fue además un centro político y religioso de gran
importancia. Fueron establecidos en el siglo XVIII una imprenta, un obispado,
un consulado comercial, una casa de moneda y una universidad, signos de su
preponderancia. En el siglo XIX siguió caracterizándose por su gran empuje
económico y político, siendo sin duda, su ciudad capital la
más importante en términos demográficos, productivos, de servicios y como
espacio político importante no solo en el
occidente del país, solo superado por la ciudad de México.
Sin embargo, como
sucede en todo el espacio latinoamericano, Guadalajara y
su región también resintieron los resabios del modelo colonialista y las
secuelas de una nación periférica con un desarrollo económico tardío y
dependiente. De ahí que tanto en los siglos de dominación española como en el
XIX y primeras décadas del XX, las condiciones de
inequidad, pobreza, marginación, enfermedades y todas otras secuelas que trae
consigo estos tipos de sociedades, propiciaron la pervivencia y crecimiento de
clases subalternas con todo el corolario que arrastran histórica y socialmente.
Se entiende entonces que al despuntar el nuevo
siglo, se haya escenificado una revolución que entre otras cosas, además de
pugnar por destruir la dictadura que imperaba por 30 años, abanderara causas
para erradicar la desigualdad, la injusticia, la ignorancia y el atraso social.
Estas banderas fueron las que sirvieron como recurso emblemático para la
fundación de la nueva universidad. La revolución surgió en el norte del país y
luego se intensificó en el sur. Jalisco no fue ajeno a esta lucha no obstante
que en la región dominaba mayoritariamente el sector conservador quien apoyado
por hacendados ricos y una iglesia militante.
4. Nacionalismo,
Revolución: Las banderas de la UDG
En 1920, después de una
cruenta etapa de violencia e instabilidad, se inició una etapa de
reconstrucción nacional. En Jalisco, en 1923 sube a la gubernatura por el
Partido Liberal Jalisciense don José Guadalupe Zuno
Hernández, importante personaje que refunda la Universidad de Guadalajara
en
1925. Liberal radical, con ideas nacionalistas, ferviente defensor del proyecto
político de la revolución; artista e intelectual, es la cabeza de una pléyade
de pensadores -políticos, escritores, profesores, artistas-, que agrupados en
el "Centro
Bohemio" que él funda, representan el pensamiento más
avanzado de la revolución mexicana en Jalisco.[14] Está ahora en el poder, un
poder que necesita aprovechar ante las asechanzas de las otras facciones
políticas que quieren derribarlo.[15]
Entre sus múltiples decisiones, decreta la fundación de la Universidad en 1925.
José Guadalupe Zuno fue un caudillo cultural y político. Basta ver por la
forma como se gestó desde su acción unipersonal la Universidad de Guadalajara.
Su
grupo político e intelectual dio luz a una filosofía y una acción renovadora en
el campo de la educación y la cultura. Cabría preguntarse, ¿qué es lo que
encuentra Zuno como inspiración en la revolución
mexicana para fundar una universidad identificada con ese movimiento? En
realidad la revolución mexicana
no estaba sustentada como la francesa o como la rusa en una ideología o
doctrina política definida que la identificara diáfanamente. Es la conjunción
de una serie de presupuestos políticos, banderas, ideologías, aspiraciones y
acciones que dieron forma a lo que más tarde se llamó el nacionalismo
revolucionario.[16]
También ha sido caracterizado como una ideología burguesa
constituida desde un régimen de auto conciencia popular y reformista.[17]
Zuno ve la revolución como la más importante y
estratégica oportunidad para redimir y educar al pueblo dentro de un sistema
liberal democrático pero tutelado por un Estado fuerte.
No se trata de una
transformación radical del modelo social sino de una gran reforma, estableciendo
instituciones que le permitan a la sociedad derechos en el trabajo y a su
capacitación técnica pues atribuye el atraso del país a la falta de
oportunidades, a su sobrexplotación laboral, producto esta última de la
ignorancia y falta de preparación.[18] Otro elemento identificatorio de su pensamiento y del de muchos de los
líderes revolucionarios de ese tiempo es su anticlericalismo.[19]
El Estado, que ha
emergido de la revolución debe reconstruir el modelo social
y productivo y desde luego el educativo, reconociendo en la sociedad una
capacidad febril, creatividad, imaginación y talento. Lo que falta son
instituciones y leyes que impulsen el trabajo y la escuela. El discurso de un
ingeniero recién llegado de Europa, Juan Salvador Agraz,[20] le permite vislumbrar a Zuno la necesidad de apostar por la educación, haciéndolo
desde la educación superior que tenga como fundamento
la
diversidad de profesiones necesarias para el desarrollo productivo.[21]
Él le agregaría una orientación popular y esté cobijada bajo la coraza de una
universidad vinculada a la sociedad,
pues de esa manera el Estado proporcionará una educación laica, científica,
capacitadora, sustentada en un Estado revolucionario orientado
al
progreso social.
5. El
Contexto Fundador: Una Universidad de Estado
A diferencia de la
mismísima Universidad de Córdoba que gestó sus cambios desde abajo, es decir
desde el estudiantado cuando en 1919 su rebeldía enfrentó una élite jesuítica y
oligárquica que dominaba monolíticamente la institución tanto con un discurso
dogmático como con un currículo desfasado, así como por
la intervención autoritaria del Estado; o como la Universidad de México donde
también
los estudiantes enfrentaron una actitud dictatorial y monolítica de profesores
y autoridades en 1929, la Universidad de Guadalajara en cambio, gestó su modelo
desde
arriba, es decir, impulsado
por
el Estado, o de un sector poderoso del Estado, aquel que, estando en el poder
en
Jalisco, estaba representado
por el gobierno zunista.
Este hecho es además
significativo puesto que esta reforma fundacional, progresista, laica y
oficial, gravita en una sociedad donde pervive un amplio sector poderoso
representado por un empresariado urbano
y rural activo pero vinculado férreamente a la Iglesia, y en este sentido una
sociedad muy apegada a las ideas confesionales y hasta fanáticas, evidenciado
en un apego cotidiano y enfático a los dictados de una iglesia local belicosa y
doctrinal. Es decir un ambiente social retrógrado, sin dejar de reconocer la
existencia de grupos de avanzada entre maestros, obreros, estudiantes y clubes
políticos[22]
como el Centro Bohemio referido. Esta situación refleja la valentía, arrojo,
visión y originalidad del proyecto de Zuno y su
gobierno.[23]
Guadalajara era
una ciudad que producto de la guerra no había perdido gran parte de su
capacidad económica. Pero se manifestaba una profunda desarticulación en sus
fuerzas productivas; en sus canales comerciales y un gran desfase en servicios.
Sí, era ya una ciudad grande, pero desigual, y con una burguesía anodina
profundamente inequitativa y en donde "las continuidades entre el antiguo
régimen y el nuevo, producto del movimiento revolucionario, sobresalen por
encima de las rupturas introducidas en el seno de la sociedad por este último,
rupturas que solo tendrán lugar de manera lenta y pausada, al cabo de un
dilatado período de incubación, y sin eliminar del todo las
continuidades." [24] Jalisco a la hora de la
fundación de la Universidad de Guadalajara está
gravitando donde los grupos económicamente más poderosos están además
cohesionada por las fuerzas de la religión. En esta composición gravitaban
sectores liberales radicales y revolucionarios que habían llegado finalmente al
poder, primero con la llegada de Manuel M. Diéguez, quien podía considerarse el
sector más genuino de la revolución[25] y luego con la coyuntura
electoral en 1924 al llegar Zuno al gobierno del
Estado.[26]
6. Visibilidad
e Invisiblidad de los Estudiantes
Desde antes de los
acontecimientos de Córdoba, que pronto se difundieron por toda latinoamerica, las Universidades y los estudiantes se
organizaban, se asociaban y discutían los asuntos relativos a las distintas
problemáticas
universitarias y escolares, e incluso políticas.[27] Muchas de ellas
eran semejantes, lo que ayudó a la cohesión de un movimiento continental para
aquellos años. En septiembre de 1921 se reúne en México el Primer Congreso
Internacional de Estudiantes,[28] surge de allí la
Federación Internacional de Estudiantes. Sería ilógico pensar que este
importante evento celebrado en México no haya tenido eco en Guadalajara.
El
discurso inaugural lo da el rector de la Universidad de México: José
Vasconcelos.
"La delegación argentina
estaba formada por estudiantes de gran prestigio en su país, Héctor Ripa
Alberdi, presidente de su delegación, era miembro de la Junta Representativa de
la Federación Universitaria Argentina, presidente del Colegio Novecentista,
redactor de "Renovación" órgano de la Federación Universitaria de la
Plata, había publicado un libro de poemas: "Soledad" y era
prestigiado escritor. Arnaldo Orfila Reinal, había
sido presidente del Comité de la Huelga Grande de la Plata, Secretario del
Comité Pro-afianzamiento de la Reforma Educacional y de la Asociación de
Ex-alumnos de la Universidad de la Plata, tenía una larga actuación en el
periodismo estudiantil y era profesor de la Universidad Obrera. Vrillaud había sido presidente de la Federación
Universitaria de Santa Fe y del Centro de Estudiantes de Derecho y uno de los
primeros líderes de la campaña social que se realizó en su tierra entre 1919 y
1920. Y Dreyzin como los anteriores tenía gran
ejecutoria estudiantil y periodística."[29]
Vemos que la rebeldía
estudiantil está latente en toda América Latina, en donde los estudiantes
estaban en una franca etapa de organización y discusión continental sobre las
universidades y las sociedades de América.
Los estudiantes
tapatíos[30]
desde más de dos décadas, no obstante que no había universidad sino solamente
instituciones de educación superior dependientes del Gobierno del Estado,
tuvieron siempre una estirpe rebelde, irreverente y contestataria, llegado a
constituir organizaciones bien conformadas y representativas.[31]
La declinación del
General Reyes a la presidencia de la república en 1919 y por la cual se había
conformado un comité estudiantil de apoyo y anti dictatorial, no significó su
disolución, por el contrario, los estudiantes se politizaron al darse cuenta
que Reyes era incondicional del dictador Díaz. Ante la proliferación de
manifestaciones la policía intervino y hubo represión a todos los
reeleccionistas y a la población estudiantil. Estos, formaron un comité
"La liga estudiantil de Guadalajara" y
trasladaron a la ciudad de México para solicitarle personalmente a Díaz que
detuviera la represión y liberara los inconformes.[32]
Escudriñando en los
años previos a la fundación de la universidad de Guadalajara (1919-1925),
no he encontrado documentos universitarios, ni gubernamentales, ni tampoco personales
(de don José Guadalupe Zuno o del grupo fundacional
que lo acompañó), que hagan mención expresa sobre los hechos de Córdoba.[33]
Tampoco sobre la autonomía como concepto institucional para impulsarla desde
una perspectiva de autogobierno o de soberanía académica y de territorialidad.
En realidad, Córdoba no está presente en el imaginario fundacional como
referencia expresa. Sí lo está, en algunos de los aspectos que le dieron a
Córdoba su legitimidad constitutiva como institución de Estado cuya majestad
era la presencia de la educación pública superior articulada en una Universidad
y bajo un modelo técnico-popular, pero no precisamente reivindicando
la presencia de una cultura democrática de participación docente ni mucho menos
estudiantil no obstante que Guadalajara tenía
una larga historia de movilizaciones estudiantiles.[34].
Cuando menos desde 1910
se gestaba ya la participación de estudiantes de Guadalajara respecto
a nuevas ideas políticas y artísticas.[35] En efecto, años antes, no
obstante la dictadura porfirista, en Guadalajara, los
estudiantes del Liceo del Estado realizaron acciones anti dictatoriales. El 14
de abril de 1908 organizaron una Sociedad de Estudiantes y eligieron como su
primer presidente a Javier Enciso. Durante la campaña presidencial de 1909,
estos estudiantes apoyaron la candidatura de Bernardo Reyes, formando una de
las primeras organizaciones estudiantiles de carácter político: la Liga de
Estudiantes de Guadalajara, cuyo
primer presidente fue Guadalupe González.[36] En 1910, los estudiantes de
Guadalajara habían realizado movilizaciones contra Estados Unidos, lo que
mostraba ya su incipiente organización.[37]
En ese mismo crucial
año, en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes de la República, celebrado
en la ciudad de México, participaron por Jalisco: Enrique S. Pérez Arce -de la
escuela de Jurisprudencia-, y Salvador Jiménez Loza -Escuela de Ingenieros
Libres-.[38]
Está también la participación del brillante líder estudiantil tapatío
Salvador Navarro Aceves, cuyas "actividades revolucionarias... se
desarrollaron, sobre todo en la Universidad de Guadalajara, donde perteneció a lo más selecto
de la vanguardia. Fue representante de su Universidad en tres congreso de
estudiantes y en todos ellos tuvo una magnífica labor''[39].
Don José Ramírez Flores, logró obtener las actas de las decenas de reuniones
clandestinas que diferentes ciudadanos, obreros, empleados, estudiantes
organizaban en Guadalajara previo
al levantamiento revolucionario. Las reuniones de estudiantes muestran un nivel
de organización y participación constante. En 1910, se consigna:
Por acuerdo del C. Enrique Ramírez Calleros, el presente libro usado y que empieza en el folio
No. 24 se dedica a la secretaria del club anti reeleccionista "Valentín Gómez
Farías", por lo tanto entréguese el C. Eduardo J. de la Torre para que en
él haga las anotaciones de las sesiones y sesiones, entretanto se recoge al C.
Manuel Alvarado
Mendoza
el libro de las actas y los documentos que guarda en su poder. Sufragio
Efectivo No Reelección. Guadalajara Jalisco
15 de Enero de 1910. El segundo Secretario de la Sociedad de Estudiantes de Guadalajara.[40]
Así que
a diferencia de la opinión muy
difundida
de
que Jalisco y en especial Guadalajara había sido
un enclave retrógrado que
no solo no participó en el
movimiento de 1910 sino que se opuso a él, en realidad la ciudad tenía una gran
agitación política y había constantes grupos conspiratorios, protestas y reclamos
antes y después del movimiento armado. Los estudiantes dan cuenta de ello. Como
queda consignado entre otros episodios con el periódico "Juventud
Liberal" órgano del partido Liberal que actuaba activamente en Guadalajara.
Este
órgano consigna la formación del "Partido Liberal Estudiantil" que
surgió para oponerse al Partido Católico que había ganado las elecciones en
1912.[41]
Este partido estaba conformado por estudiantes de las carreras profesionales y
del Liceo de Varones de Jalisco.[42]
Así que la influencia
de la participación estudiantil estaba presente. Agreguemos ese trascendental
hecho universitario: Córdoba, que fue la epopeya que detonó la irrupción de la
universidad moderna desde su perspectiva democrática, soberana y autogestiva, reivindicando la conquista de un modelo emancipatorio en su régimen y en su filosofía académica a
gran parte de las universidades de América e incluso Europa. Pero estos
elementos, no tuvieron eco en Guadalajara, o
no se reflejan diáfanamente, seguramente porque no se difundieron los
acontecimientos ni el manifiesto de Córdoba.[43] La ausente preocupación por la
autonomía ni por otros elementos constitutivos de lo que fue la lucha cordobesa
fue considerada entonces sino hasta muchísimos años después,[44]
cuando sin cambiar su nombre la universidad de Guadalajara buscó
entonces sí su autonomía plena debido a su dependencia orgánica al gobierno del
Estado tal como don Guadalupe la concibió y fundó.
7. Fundación
de la Universidad
Cuando ya tenía el
propósito de fundar la universidad, el gobernador Zuno
tuvo la fortuna de realizar una serie de reuniones con diferentes amigos y
profesionistas que contribuyeran a delinear el tipo de universidad que se iba a
fundar. Pero además tuvo también el detalle de que se redactasen las actas de
todas y cada una de las reuniones, lo que posibilita que podamos ver como se
fue configurando el modelo de la
universidad. Las actas las publicó en su autobiografía[45] Estos documentos
son claves para conocer las
motivaciones y argumentos que se dieron para delinear
el modelo de Universidad a fundar. Julio Acero rememora
los motivos que dieron lugar a la
fundación de la Universidad por parte del grupo que convocó Zuno:
Se analizaron todos los aspectos
desde la organización histórica de los planteles de enseñanza superior en
México y en Nueva Galicia; se conformó y debatió un esquela muy avanzado de la
Universidad que daba a la Tecnología y a los problemas socio-económicos una
ubicación universitaria y un contenido que con anterioridad apenas se esbozaba,
se clasificaron las Facultades, las escuelas adherentes a ellas y las
instituciones nuevas; se estudiaron los temas de la extensión de los estudios,
las condiciones y prerrogativas de la Docencia, así como las que
corresponderían al alumnado.[46]
Tal vez la anterior
motivación fundacional pueda también entenderse por lo que se omite. Es decir:
la forma como sería gobernada la universidad, lo cual quedó explícito cuando Zuno presentó redactada la Ley orgánica en donde su
autoridad moral le permitía su decisión
unipersonal
de
decidir sobre este asunto. En
una reflexión hecha años después, Don Guadalupe al abordar el problema de la
representatividad en el gobierno de la institución dice:
La Universidad de Guadalajara,
la
actual, fundada en 1925, sobre cimientos limpiamente populares, congruente con
ese espíritu revolucionario, formó su consejo General Universitario, con
representaciones del profesorado y de las agrupaciones estudiantiles y con ello
da un ejemplo a otras instituciones mexicanas, que han permanecido negadas a la
juventud su entrada a las altas esferas académicas y de organización general
que tanto le atañen.[47]
Las circunstancias
parecieron mostrar otra cosa. En las reuniones con ese consejo de notables que
delinearon el tipo de universidad así como para formar después el Consejo
Universitario, Zuno no tomó en cuenta a la Confederación de
Estudiantes de Jalisco,[48] organización que
agrupaba la representación del estudiantado en las escuelas superiores, la
escuela Preparatoria y la Escuela Normal y que en 1923 se confederó para poder
encarar el aislamiento y la dispersión del estudiantado. A la hora de designar
a los representantes estudiantiles para el Consejo Universitario, se designaron
alumnos conforme a la propuesta del gobernador. Con ello, se desconoció toda la
tradición de lucha del estudiantado tapatío.
Para entender mejor los
propósitos fundacionales, es importante añadir que si el inspirador principal
de la Universidad fue Guadalupe Zuno, hay otro
personaje que lo acompañó como orador y guía académico para la fundación de la
Universidad: Enrique Díaz de León, quien muestra también las motivaciones que
llevaron a cristalizar en el proyecto universitario. En las biografías que
sobre él se han elaborado, se abona su importante participación antes y como
primer rector en 1925 y responsable de conducir todo el proyecto institucional
e ideológico de la institución. Todo parece indicar que la motivación que
inspiró la creación y modelo tiene sus fundamentos en causas internas:
nacionales y locales, propiciadas por la necesidad de impulsar para la
sociedad, los nuevos proyectos emanados de la revolución mexicana, tanto en el
campo de un nuevo régimen político como en una educación popular, profesional y
técnica, cuya esfera debía constituir el fundamento político e ideológico
nacionalista, laico y estatal de la educación superior. El análisis del
pensamiento y acción de Díaz de León así lo muestra.[49]
Un elemento importante
que caracteriza la singularidad de la fundación de la Universidad es el hecho
que el sustento de las críticas y banderas de Córdoba relativos a las
condiciones internas en las que vivía esa Universidad, en Guadalajara
no se apreciaban de manera aguda, puesto que no había universidad para
esos
años (1865-1924), sino escuelas profesionales dependientes del Gobierno del
Estado de Jalisco, lo que significó que las problemáticas que había en cada una
de ellas, se manifestaban de manera aislada, dispersa. Los estudiantes no
tenían una identidad institucional, lo que hacía que sus problemas y reclamos
los realizaran de manera unilateral, [50] hasta que en 1923 estaban ya
agrupándose de manera representativa.
A su vez, en los
motivos de la refundación de 1925, está muy marcada la necesidad de ajustar
cuentas al pasado; Zuno busca rescatar el nombre de
Universidad para la educación pública y sustentada en una concepción de
progreso. Así lo rememora:
Le llamamos a esta casa Universidad
porque ella es congruente con la intención de universalidad, abandonando el
nombre de Instituto que restringe con el solo enunciado su campo de gestión en
el acrecentamiento dela cultura. No nos detuvo el hecho histórico de que en
nuestras luchas pasadas los liberales tomaran por bandera al Instituto y los
conservadores a la Universidad. Aquello quedó liquidado en el campo político y
no lo llevamos más allá, porque sabíamos muy bien que, entre lo más valioso del
botín quitado al enemigo estaba precisamente la Universidad. En ella caben
todos los Institutos, en ellas todas las ramas
del conocimiento humano y de la investigación tienen su lugar natural e
inclusive los intereses culturales de los vencidos.[51]
Las motivaciones
históricas están unidas a su concepción ideológica de izquierda oficialista.[52]
En sus motivaciones la situación por restaurar para la educación superior
pública una Universidad era para él fundamental, porque la potestad
universitaria da un estatus institucional y de identidad reconocida por su
majestad y linaje histórico. Se distingue en este concepto el que la
universalidad esta uncida a una ideología y una filosofía centradas en un
pensamiento que reivindica la condición de redención hacia los
sectores
más desfavorecidos, buscando que quienes alcancen a ocupar sus aulas se
impregnen de una filosofía identificada con esa condición, con su cultura
popular y con la necesidad de contribuir a la transformación justa del país. De
ahí que cualquier paradigma que esté disfrazado de ideas aparentemente de
pluralidad y que intente convertirse en fundamento de conocimiento del mundo y
de la vida
social, era absolutamente
rechazado:
Porque allá (en otros
establecimientos universitarios) se les tendrá siempre como parciales, ya que
de suyo y voluntariamente son intolerantes y llaman libertad de cátedra
a la imposición de un solo credo religioso,
político y social. Nosotros somos más ambiciosos, porque aquí tenemos todo,
todo respetamos y todos aquí hablamos y decimos nuestra verdad, alumnos y
maestros. Los laboratorios funcionan sin limitaciones, las investigaciones se
hacen si atender ningún dogma, sin técnica y científicamente, es decir somos
depositarios y promotores de una verdadera cultura general, objeto real de
nuestra Universidad.[53]
El modelo universitario
sustentado en esta visión reivindicadora y caudillista, sustentado en un
discurso efectivamente progresista y orientado a una doctrina de una
determinada idea de izquierda de aquella época, tenía como virtud una
aplicación irrestricta como modelo porque se ejecutaba desde la capacidad
ejercida por el Estado; y fue sin lugar a dudas un gran avance si pensamos en
las condiciones tan retrógradas que había en el Estado, pero era también un
modelo restrictivo, limitado y contradictorio porque estaba construida desde
una visión del poder, unilateral, de ahí que desde su inicial funcionamiento no
fue nunca un dechado de democracia y participación porque la política
universitaria se ejecutaba desde las cúspides de la dirección rectoral
establecida conforme una jerarquía superpuesta (gobernador, rector). Y cuando
hubo necesidad de que se integraran a las decisiones del poder universitario la
voz y representación estudiantil de manera más orgánica y soberana, acorde con
lo que sucedía en otras universidades, esta representación no fue concebida en
la estructura deliberativa y de gobierno
de la institución (Consejo Universitario). Esta decisión ha trascendido el
tiempo y puede entenderse como una premonición, pues desde entonces las
organizaciones estudiantiles han sido concebidas y controladas por el propio
poder político universitario.[54]
La Confederación de
Estudiantes de Jalisco, (CEJ) se había constituido en esos años en una
organización vigorosa, activa y con propuestas innovadoras.[55] Ha sido tal vez la
única organización estudiantil independiente en Jalisco, la cual funcionó
paradójicamente cuando aún la Universidad no existía. Paradójico también es que
no haya luchado por formar parte del gobierno representativo de la Universidad
cuando esta se gestaba y que una vez fundada se haya extin-
guido.[56]
Tal vez la fuerza política legitimadora y con un matiz revolucionario del
fundador Zuno que no aceptó ninguna sombra sobre sus
decisiones fundatorias, haya avasallado a la CEJ.
Lo mismo sucedió con
los profesores, que no tuvieron representación gremial ni mutualista sino hasta
que las propias autoridades las fundaron muchos años después.[57]
Pero este fenómeno es asunto de otro ensayo, lo cierto es que a diferencia de
Córdoba donde la participación estudiantil fue siempre soberana, independiente,
autogestiva, en la Universidad de Guadalajara esta
influencia no cristalizó; lo que inauguró un corporativismo
caudillista,
pues desde entonces las organizaciones estudiantiles quedaron sujetas a una
correa de transmisión directiva, sin soberanía.
En cuanto a su
autonomía, el origen autoral del
gobierno en turno que fundó la institución marcó una
dependencia
de ella el propio gobierno del Estado, pues el rector era designado por el
gobernador según la ley orgánica establecida y a su vez los directores de las
escuelas superiores eran designados por el rector. Toda una cadena. Un evidente
vínculo vertical que hizo estar a expensas durante
muchos años a la universidad de los gobiernos
en turno, lo que propició una contante
lucha entre autoridades y las representaciones estudiantiles que para
entonces
habían ido formado conjuntamente grupos de poder corporativo y caciquil a fin
de enfrentarse al Estado cuando fue necesario.
Finalmente el 7 de
septiembre de 1925, el Congreso del Estado de Jalisco autorizó al gobernador
Guadalupe Zuno para que expidiera la Ley Orgánica de
la Universidad, la cual fue promulgándola el 25 del mismo mes. Las dependencias
universitarias que empezaron a funcionar fueron: Facultad de Medicina, Facultad
de Jurisprudencia, Facultad de Comercio, Escuela Preparatoria de Jalisco,
Preparatoria para Señoritas, Facultad de Farmacia, Facultad de Ingeniería,
Escuela Normal Mixta, Observatorio Meteorológico del Estado de Jalisco y la
Biblioteca Pública del Estado.
Pocos días después la
ceremonia de inauguración de la Universidad se celebró el 12 de octubre en el
Teatro Degollado, considerado ya desde entonces el máximo recinto de la ciudad
y fue presidida por el
secretario de Educación Pública federal, José Manuel Puig Casauranc,
y el gobernador Guadalupe Zuno; fueron universidades
madrinas
las de Salamanca, México, París y California, las cuales enviaron a sus
representantes.
El embeleso por un
mesianismo que viene de la epopeya revolucionaria mexicana
y
concretizado en el campo virgen de la educación superior
por Zuno
en 1825, explica su vehemencia por el modelo estatal del laicismo
universitario. ¿Qué más pedir? Si es el propio Estado quien provee a la
institución de una institución humanista y plural. El discurso pronunciado por Zuno en 1957,[58]
treinta y dos años después de la fundación que él mismo gestó muestra
palmariamente, párrafo a párrafo que ese modelo bastaba para la conformación
integral de su paradigma. Modelo que se sustentaba en la verticalidad y no en
la colegiación, o en una colegiación muy dirigida, pues todos los puestos del
colegio universitario, el Consejo, máximo órgano de dirección, eran atribución
según la ley orgánica del Rector de la universidad, así que la democracia
tantas veces agitada por las banderas estudiantiles en la localidad e incluso
en Latinoamérica, no hacía falta. El poder universitario, -se desprende de su
discurso- lo tenía todo.
El gobierno
universitario estaba representado por el consejo Universitario, al igual que
muchas universidades del mundo, pero la diferencia era que sus miembros eran
los directores de Escuelas y Facultades, los cuales no eran elegidos, sino
nombrados por el Rector, y esta a su vez, era nombrado por el gobernador, es
decir por el propio Zuno. El Rector nombraba a los
profesores, conjuntamente con los directores y hasta los empleados.[59]
Era entonces el jefe nato de la Universidad; ante esta situación ¿qué falta
hacía la autonomía y la democracia?
Se pudiera pecar de presentismo
al suponer que la democracia universitaria no estaba en los paradigmas de la
época, pero no es así. En todos los congresos estudiantiles mexicanos y en los
reclamos de la agitación mundial está el problema de la democracia. -de ahí
que, ante los oídos sordos de los viejos regímenes heredados del siglo XIX, se
escenificaron las revoluciones sociales del nuevo siglo. México tenía ya la
suya, ahora había que construir las instituciones democráticas en todo el
tejido social. La universidad era una arena propicia para contribuir a esa
aspiración, pero Zuno de reservó ese derecho, y no
solo él, podríamos decir que el naciente Estado mexicano ejerció una libertad
"verticalizada", es decir concedida desde
arriba.
Así fue en la
Universidad de Guadalajara. En la Universidad nacional, fundada unos años antes
y reformada en 1929 ante los reclamos de la gran protesta
estudiantil, implantó su autonomía bajo un régimen de libertad compartida,
plural.[60]
La de Guadalajara no, y eso sentó las bases para la cancelación histórica de
libertad política en su campus. Hasta la fecha.
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"Historia y Prospectiva de la Universidad Latinoamericana". HISULA.
[2] Doctor en Historia, actualmente profesor de la Universidad
de Guadalajara - México, es integrante del grupo de investigación, Historia y
prospectiva de la Universidad Latinoamericana - HISULA de la UPTC clasificado
en COLCIECIAS CATEGORIA A. Correo electrónico: mmarmando@gmail.com
[3] Francisco Ayon Zester, Universidad
de Guadalajara, (Guadalajara: Instituto Jalisciense de Antropología e Historia, 1986). Misael Gradilla Gramy, "El juego del poder y del saber" (Tesis doctoral. El
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[4] Renate Marsiske, "La autonomía universitaria.
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universidad Latinoamericana en la encrucijada: amenazas, desafíos y
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[5] Carmen Castañeda, La
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la Colonia. 1552-1821 (México: CIESAS, 2012). José Luis Zaragoza Raso, Crónica de la Real y Literaria Universidad de Guadalajara (Guadalajara: Instituto Jalisciense de Antropología
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restablecimiento de la Universidad de Guadalajara (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1972).
[6] José Luis Pezet, La Universidad Española. Siglos XVIIIy
XIX. (México: Editorial Taurus, 1974).
[7] La Estructura orgánica del Instituto establecía que los
nombramientos de director de la institución y de los profesores sería
unilateral a partir de la voluntad del Gobierno del Estado. Artículos de la Ley
de Instrucción para el Instituto del Estado de Jalisco. Colección de Leyes del
Gobierno del Estado de Jalisco. En cambio en la legislación de la Real
Universidad de Guadalajara.
[8] Guadalupe Zuno, fundador de la
Universidad, era un decidido convencido de la filosofía popular de la
Revolución, su pensamiento e ideología política se puede apreciar en muchos de
sus discursos y textos.
[9] Existe una amplia bibliografía sobre la ERM, pues que es
considerada la etapa más gloriosa de la educación en México, por su original
modelo comunitario y por sus resultados. Algunos artículos que exponen algunos
enfoques originales son: Lourdes C. Pacheco, "Fuimos a sembrar cultura. Los
maestros y la construcción de la escuela rural mexicana", Investigación y Postgrado 28, No. 1
(2013). María Guadalupe Díaz Tepepa, "Técnica y
Tradición. Etnografía-de la Escuela Rural y de su Contexto Familiar y
Comunitario Investigación Administrativa", Investigación
y Postgrado, No. 83 (1999). Justa Espeleta
y Eduardo Weiss. "Las escuelas rurales en zonas de
pobreza y sus maestros: tramas preexistentes y políticas innovadoras", Revista Mexicana de Investigación Educativa,
No. 1, 1996.
[10] La Universidad de México según el modelo de su refundación en
1910, tenía autonomía relativa, pues como bien señaló Justo Sierra, su
fundador. "nuestra universidad no es rigurosamente de Estrado...tiene
personalidad propia...pero es el Estado quien la constitu-
ye...El Rector y el Consejo Universitario podían organizar los estudios,
conferir grados académicos y adquirir bienes (administrar los recursos), pero
el rector quedaba supeditado por el ministro de Instrucción pública y Bellas
Artes que sería el jefe nato de la institución y sería nombrado por el
presidente de la República." Patricia Ducoing, La Pedagogía en la Universidad de México 18511954. Tomo 1. (México: CESU. UNAM,
1990), 94-95.
[11] Habría según esta nueva normatividad fundacional, dos
representantes de profesores y uno de los alumnos pero solo con derecho a voz.
Esta situación propició la actuación regularmente arbitraria de funcionarios y
profesores seguramente y detonó el movimiento autonómico y de representatividad
de 1929. María de Lourdes Velázquez Albo, "El imaginario de la Universidad
Nacional de México en 1910" (Ponencia presentada en el "X congreso Nacional de
Investigación Educativa. Área 9, Historia e Historiografía de la Educación",
Veracruz, 21 al 25 de septiembre, 2009).
[12] Renate Marsiske,
"El Movimiento Estudiantil de 1929 y la Autonomía de la Universidad Nacional de
México", Revista de Educación Superior
11, No. 44, (1982).
Diana
Soto Arango y María Isabel, Lafuente. Autonomía
y modelos universitarios en América Latina. Tomo II Bogotá, León.
Universidad de León, España, Asociación Colombiana de Universidades. ASCUN.
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, RUDECOLOMBIA, 2007.
[13] Ver al respecto la abundante bibliografía que sobre el tema
de las reformas en la Universidad Nacional ha producido Renate
Marsis- ke.
[14] Es interesante que a diferencia de otros grupos culturales
importantes que existieron en ese siglo como la Generación del ateneo o el
grupo de los contemporáneos, el Centro Bohemio conjunto artistas, intelectuales
y políticos en activo. José Guadalupe Zuno Hernández,
Anecdotario del centro bohemio
(Guadalajara: Pedro Rodríguez Lomelí, 1964). Participaron muy activamente en
las juntas preparatorias a la restauración de la Universidad, además del
ingeniero Agraz, del profesor Díaz de León y del gobernador Zuno
(quien las convocó y las presidió), las profesoras Irene Robledo García y
Catalina Vizcaíno, el arquitecto Agustín Basave del
Castillo Negrete, los presbíteros Severo Díaz Galindo y José María Arreola
Mendoza, el doctor Juan Campos Kunhardt, el abogado
Ignacio Villalobos Jiménez y los profesores Adrián Puga Gómez y José Ignacio
Calderón Bonilla.
[15] Especialmente desde la presidencia de la República, donde el
presidente, que pertenecía a otra facción política buscaron destituirlo. Ver:
Jaime Tamayo Rodríguez, "El enfrentamiento Zuno-Calles",
en la Revolución en las Regiones, Vol. 2 (Guadalajara: Universidad de
Guadalajara, 1986).
[16] Ver: Ramón Eduardo Ruiz, La
gran rebelión. 1905-1904, (México: Editorial Era, 1982).
[17] Arnaldo Cordoba, "México.
Revolución burguesa y política de masas", Cuadernos
políticos, No. 13 (1977).
[18] Zuno es elocuente en definir
constantemente sus motivaciones, interpretaciones y acciones en las que
participó precisamente porque fue un escritor prolífico que registró y publicó
su vida política. Ver: sus discursos y su obra autobiográfica. En este texto se
incluyen algunas referencias.
[19] En gran parte de sus
discursos y escritos antes de que fuese gobernador expresa su radicalidad anti
iglesia. Ya como gobernador atempera sus expresiones por razones políticas y de
diplomacia y porque busca tener aliados en la localidad ante las asechanzas que
sobre él ejerce el gobierno central del presidente Plutarco Elias
Calles. Una vez que dejó el poder vuelve a mostrar su pensamiento anticlerical.
Ver su obra organizada en varios tomos: José Guadalupe Zuno,
Reminiscencias de una vida (México: El
Diario, 1972).
[20] El Ing. Agraz, producto de sus estudios en Francia y
Alemania, tenía una amplia visión científica enfocada a convertir a México en
un país líder de la producción de patentes a través de centros de investigación
científica vinculados o creadores de un aparato productivo fuerte y soberano en
el campo de la Química. Sus ideas no fueron comprendidas y abandonó finalmente
las reuniones para la fundación de la Universidad. Había sido antes el primer
director de la Escuela de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional.
(1916-1918).
[21] En lugar de promover el desarrollo de la investigación, la
universidad incluyó como parte de su estructura la educación universitaria
politécnica, primera en toda América Latina. "Expediente: Leyes y reglamento
¿de qué? 1994-2010", (Ciudad), (LOUG. AHUDG) Escuela Politécnica.
[22] Un ejemplo emblemático de la existencia de personales o
grupos revolucionarios en Jalisco es del de Roque Estrada, quien estudió la
preparatoria y la carrera de abogado en Guadalajara. Se tituló en 1906. A pesar de su juventud se dio la tarea de organizar a
los obreros. Fue partidario del magonismo desde 1909,
que fue la corriente más importante contra la dictadura antes del estallido
revolucionario, fue expulsado por Miguel Ahumada gobernador del Estado. AHUDG.
Carpeta. Expedientes de Profesores. Ver también a José Ramírez Flores, La revolución maderista en Jalisco (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1992).
[23] José Guadalupe Zuno Hernández, La
historia de la revolución en
el Estado de Jalisco
(México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana,
1964). Las reformas del Callismo y de Diéguez, y Zuno en Jalisco, desató una reacción histérica y violenta
como fue la guerra cristera cuyo foco principal fue Jalisco entre 1926 y 1929.
Soledad Loaeza, "La rebelión de la Iglesia", Revista Nexos (Junio de 1984):11-17.
[24] Rafael
Torres Sánchez, Jalisco y la Revolución mexicana. Estructura, Economía y Cambio
Institucional (México:
Universidad Autónoma de México, 2001).
[25] La gubernatura en Jalisco producto del movimiento
constitucionalista (1914-1919), significó la llegada al poder de un gobernante
del militarismo revolucionario, pero de pensamiento radical en el campo de su
política social, obrera e incluso educativa. Mario Aldana Rendón, Manuel M. Diéguez y la revolución mexicana
(Jalisco: El Colegio de Jalisco, 2006).
[26] Jaime Tamayo,
"Zunismo y movimientos sociales" y "El enfrentamiento Zuno-Calles" en La
revolución en las regiones. Vol. 2 (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1986).
[27] En plena dictadura porfirista las acciones estudiantiles
fueron frecuentes en México. En 1910, se organizó el Primer Congreso Nacional
de Estudiantes en el cual participaron delgados estudiantiles de Guadalajara
Ver: Javier García Diego, "Movimientos estudiantiles durante la revolución
mexicana (Estudio de caso de la participación de un grupo de clase media
urbana)" en Los estudiantes, trabajos de
historia y sociología, eds. Renate Marsiske (México: CESU-UNAM, 1989), 144.
[28] El evento fue convocado por la Liga
Panamericana de Estudiantes con representantes de muchos países,
entre ellos Uruguay y Argentina del cono sur. En México lo organizó la
Federación de estudiantes del DF, que encabezaba Daniel Cosío Villegas -el cual
llegaría a ser años después un gran historiador político-. Por la Federación de
Estudiantes Argentinos asistieron: Héctor Ripa Alverdi,
Arnaldo Orfila Reinal, Pablo Vrillaud
y Enrique Dreyzin. Por México, Daniel Cosío Villegas,
Raul J. Pous Ortíz, Rudolfo Brito Foucher,
Francisco del Río y Cañedo y Miguel Palacios Macedo. Participaron también por
México como delegados adherentes, entre otros: Ramón Beteta Quintana, Manuel
Gómez Morín, Vicente Lombardo Toledano Luis Enrique Erro y Alfonso Caso, que
llegarían a distinguirse como importantes intelectuales e investigadores años
después. También participaron por Centroamérica, Rafael Heliodoro Valle, Miguel
Ángel Asturias y Salomón De la Selva y Pedro Enríquez Ureña, de Santo Domingo,
quienes también después fueron importantes escritores y humanistas.
[29] Ciriaco Pachecho Calvo, "El Primer
congreso internacional de estudiantes celebrado en México en 1921", Revista Universidad de México, Tomo III,
No. 14 (Diciembre de 1931): 187.
[30] Oriundos o vecinos de la ciudad de Guadalajara, Jalisco,
México.
[31] Desde que las Facultades pasaron a ser parte del organigrama
del gobierno del Estado al cerrarse el Instituto y la Universidad, los
estudiantes sufrieron de la actitud vertical, unipersonal y arbitraria de
profesores y directivos. Es frecuente encontrar peticiones de cambios, reclamos
y solicitudes de remoción de profesores. Hay incluso movilizaciones. Las
agrupaciones fueron por escuela hasta que en 1909 se establecieron
organizaciones representativas de todas y cada una de las escuelas. Ver:
"Incidencias escolares y de materias. 1901-1909" (Guadalajara), Archivo Histórico de la Universidad de Guadalajara (AHUG), Sección de minuta y
correspondencia. 1900 a 1923.
[32] Guadalajara,
AHPD, I 34.c 20.
Doc. 9626-27 y 13549. Los estudiantes detenidos fueron expulsados por "exceso
de faltas a clases".
[33] José Guadalupe Zuno, Reminiscencias, op. cit.,
(cita 17). En el AHUG, en las carpetas de correspondencia ni en las actas,
alguna mención sobre los acontecimientos de Córdoba.
[34] Alfredo Mendoza Cornejo, Organizaciones
y Movimientos Estudiantiles en Jalisco de 1900 a 1937. (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1989).
[35] La gestación de las nuevas ideas estaban ya latentes por
quienes siendo entonces estudiantes impulsaban ya sus nuevos proyectos. Según el extinto profesor don
Nacho Martínez: "En Guadalajara,
(en 1912) un
grupo de estudiantes revolucionarios tomaba destacada participación en la
política y al tiempo que intervenía en la elaboración de las ideas sociales
(...) entre ellos: Xavier Guerrero, Joaquín Vidrio, Alfredo Romo, José
Guadalupe Zuno, Enrique Díaz de León, Amado de la
Cueva y Juan Antonio Córdova" Ignacio Martínez, Pintura
Mural Siglo XX. Jalisco en el Arte (Guadalajara: Editorial de
Planeación y Promoción, 1960). Vemos aquí que de nuevo son artistas y políticos
quienes unidos participan con visiones más integrales de sus propuestas.
[36] Ver: Alfredo Mendoza Cornejo, op,
cit., (cita 33).También: Schulamit Goldsmit Brindis, "Jalisco", en Contento y descontento en Jalisco, Michoacán y Morelos
1908-1911, eds. Graciela de Garay y
otros (México, UIA, 1991), 27.
[37] Servando Ortoll, "Turbas anti
yanquis en Guadalajara en vísperas de la revolución del diez" Boletín histórico de Jalisco 1, 2a.
epoca, No. 2 (Mayo agosto 1983): 2-15.
[38] Rafael Heliodoro Valle y otros, Añoranzas
del primer congreso de Estudiantes (1910), (México: Instituto de
Historia de Nicaragua y Centroamérica, 1943), 118.
[39] Humberto Salvador, prólogo a El
movimiento artístico de México, por Salvador Navarro Aceves,
(Quito: Editorial ELAN, 1935), 15.
[40] Ramírez, Op cit. Pág. 129.
[41] Ver: el periódico "El Correo de Jalisco" correspondiente a
los años 1912 al 1914.
[42] Alfredo Mendoza Cornejo, op.
cit., (cita 33), 96.
[43] En una revisión parcial de la prensa en Guadalajara de la época no encontré notas
periodísticas ni editoriales sobre el movimiento de Córdoba en la etapa de su
insurgencia y desenlace.
[44] El gobernador Jesús González Gallo (1947-1953) a final de los
años cuarenta, intentó convertir a través de una nueva ley orgánica a la universidad
en un simple departamento del gobierno del Estado, aprovechando la dependencia
jurídica de la Universidad al gobierno desde la época de Zuno.
Situación que no prosperó pero que ocasionó un conflicto estudiantil e
institucional.
[45] José Guadalupe Zuno, Reminiscencias de una vida. Tomo I. (Guadalajara: Biblioteca de Autores Jaliscienses,
1956).
[46] "Palabras de Ramón Córdoba", Revista
de la Universidad de Guadalajara, No. 13 (1966).
[47] José Guadalupe Zuno, prólogo a Biografía de Prohombres Liberales,
(Guadalajara:1970), 8.
[48] Alfredo
Mendoza Cornejo, Universidad de Guadalajara. Historia. Antecedentes, fundación y Devenir. 1696-1994. (Guadalajara: Ediciones del autor, 2005), 57
[49] Mario Aldana Rendón, "Enrique Díaz de León y su circunstancia
política" en Enrique Díaz León: Filosofía y
Acción Política, eds. Mario Aldana Rendón y Miguel Romero Morett, (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1988), 11-55.
[50] Desde el siglo XIX no faltaron los reclamos, exigencias e
inclusive paros y peticiones de estudiantes del Liceo y de educación superior
respecto a lo que sucedía en sus escuelas, pero no pueden considerarse como
auténticos movimientos estudiantiles, con un programa y una organización de
conjunto, sin dejar de reconocer que mostraron siempre su actitud de rebeldía y
conducta contestataria. Ver: Alejandro Mendoza Cornejo, op.
cit., (cita 46).
[51] José Guadalupe Zuno, "Discurso
pronunciado en el XXXIII aniversario de la fundación de la Universidad de
Guadalajara", en Reminiscencias de una vida,
eds. José Guadalupe Zuno (Guadalajara: Biblioteca de
autores jaliscienses, 1958), 173-188.
[52] La idea de socialismo e izquierda en los primeros gobiernos
de la revolución mexicana coquetea continuamente como auto calificación de
parte del propio régimen o como señalamiento analítico de parte de una
historiografía oficialista. Las reformas sociales son muestra de un socialismo
latente que avanza. Es un socialismo o un izquierdismo que se conceptualizó
finalmente en el modelo educativo del cardenismo (1934-1940), cuyas fulgurantes
luces ideológicas se expresaban ya desde las discusiones del constituyente de
1917. Ilán Semo, "El
cardenismo revisado: la tercera vía y otras utopías inciertas". Revista Mexicana de Sociología 55, No. 2
(1993). Gilly Adolfo, "Los Dos Socialismos
Mexicanos". Revista Nexos (1986).
[53] Discurso, op. cit., (cita 50).
[54] Todas las organizaciones estudiantiles a partir de la
fundación de la Universidad fueron concebidas, fundadas y controladas desde
entonces por el propio poder universitario: FEJ, FESO, FEG, FEU, a excepción de
las organizaciones que siendo independientes se lanzaron a la huelga de 1933
contra la Rectoría. Un breve estudio imparcial sobre esta huelga, ver: Enrique
Francisco Camarena, "La primera huelga de estudiantes universitarios" en Narraciones Tapatías, De Guadalajara Jal. de 1900 a
1958 (Guadalajara: Librería el estudiante, s.f),
237-242. Están también los trabajos del prolífico Alfredo Mendoza Cornejo que escribió cuatro libros
sobre "Organizaciones y movimientos estudiantiles", 1900-1937 (1989),
1935-1948, (1990), 1948-1954 (1992), 1954-1963 (1993), op.
cit.,
[55] Dice Mendoza C.: "como gran ausente de esa trascendente labor
quedaron los
estudiantes, que
a pesar con una agrupación que para esos momentos los representaba
legítimamente no fueran llamados a las reuniones de trabajo a fin de expresar
sus puntos de vista" Mendoza, op. cit., 1900-1937.
[56] Revisar las noticias sobre la CEJ que aparecían regularmente
en los
periódicos
locales como "el Sol".
Ahí se da cuenta
de sus acciones, propuestas y opiniones, como la formación de una "Sociedad
Científica Estudiantil" (El Sol: 13 de febrero de 1925), Presentación de dos
proyectos: "Convenio con los doctores de la localidad para la atención médica
barata a los estudiantes de educación superior, así como la fundación de una
"botica estudiantil" a través de una cooperativa que ofrecía medicina barata a
los estudiantes. (El Sol: 2 de marzo de 1925).
[57] Como la Federación de Profesores Universitarios y asignaron
ahí a un cacique del grupo universidad: Genaro Cornejo Cornejo
y luego años después, con la influencia del surgimiento del sindicalismo
universitario en la UNAM, los sindicatos de docentes (STAU- dG)
y de administrativos (STUdG).
[58] José Guadalupe Zuno, "Discurso", op. cit., (cita 50).
[59] Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara. (LOUG). Ley
del 25 se septiembre de 1925, Decreto 2721.
[60] La representación estudiantil en el consejo Universitario en
1929 de la Universidad Nacional ya con su autonomía, estará conformada por "dos
alumnos inscritos como numerarios por cada facultad o escuela, un alumno y una
alumna delegados de la federación estudiantil, electos, respectivamente por los
alumnos y alumnas de la federación y un delegado designado por cada una de las
asociaciones de exalumnos graduados. Reglamento
interior del Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de México, 1929,
en Compilación de Legislación
universitaria de 1910 a 1976. Comisión Técnica de Estudios legislativos. Tomo
I. (México: UNAM, 1977), 18.