DOI: https://doi.org/10.19053/01227238.8056
Artículo de
investigación - Reflexión
La
generación del movimiento estudiantil en Colombia.
1910-1924[1]
The generation of the student movement
in Colombia. 1910-1924
A geração do
movimento estudantil na Colômbia. 1910-1924
Diana
Elvira Soto Arango[2]
José
Antonio Rivadeneira[3]
Jorge Enrique Duarte Acero[4]
Sandra Liliana Bernal Villate[5]
Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Colombia) Grupo Investigación HISULA -
UPTC
Academia
Colombiana de Historia (Colombia)
Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Colombia) Grupo Investigación HISULA –
UPTC
RESUMEN
El objeto de este
trabajo se enfoca en el análisis de dos líderes estudiantiles agrupados en la
generación del centenario y en la de los nuevos. A quienes vivieron el periodo
del centenario de la independencia americana, también les correspondió la época
del movimiento estudiantil colombiano
junto con los nuevos y fueron marcados por el
movimiento estudiantil de Córdoba en esta región latinoamericana. Entre otros,
nos referimos a Luis López de Mesa (1884-1967), generación del centenario y
Germán Arciniegas (1900-1999), generación de los
nuevos. El periodo histórico de estudio abarca de 1910 a 1924 cuando tuvieron
lugar el primer y segundo Congreso
estudiantil colombiano. Desde la historia política analizamos a los líderes
estudiantiles que luego ocuparon el Ministerio de Educación, bajo gobiernos
liberales. Ambos, se caracterizaron por la docencia universitaria, sus aportes
al periodismo y por generar planteamientos de reforma a la universidad colombiana.
Estudiamos también su concepción sobre la educación, la universidad y sus
propuestas universitarias desde la mirada
de los movimientos estudiantiles y en especial la influencia del Movimiento de
Córdoba en Colombia. La metodología comparada se sustenta principalmente en
fuentes primarias. Nuestro estudio logra concluir que a pesar que alcanzar
cargos como Ministros de Educación, los ideales estudiantiles que lideraron no
se materializaron en sus gobiernos.
Palabras
clave: Educación; universidad;
movimiento de estudiantes; generación del centenario, Córdoba.
ABSTRACT
The
aim of this paper focuses on analyzing two student leaders, who lived the
centennial period of the American independence, and simultaneously they also
experienced the time of the Colombian student movement and the incidence of
Cordoba's one in the Latin American region. We refer to Luis López de
Mesa (1884-1967), centenary generation: and German Arciniegas
(1900-1999), generation of new leaders. The historical period covers from 1910
to 1924 corresponding to the first and second Colombian student Congress. From
the political history are analyzed these two student leaders, who occupied the
ministry of education under liberal governments. Both were dedicated to
university teaching and were characterized by their contributions to journalism
and their new approaches towards a reform of the Colombian university. Their
conceptions on education and their university proposals are studied here from
the perspective of the student movements and especially from the features
adopted from Cordoba's Movement in Colombia. The comparative methodology was
used for this study and is based mainly on primary sources.
Keywords: Education;
university; student movement; generation of the centenary, Cordoba.
RESUMO
O objeto deste trabalho consiste
em analisar dois líderes estudantis que viveram o período do centenário da
independência americana, mas, por sua vez, corresponderam à época do
movimento estudantil colombiano e à incidência de Córdoba nesta região
latino-americana. Nos referimos a Luís López de Mesa
(1884-1967),
geração do centenário, e German Arciniegas
(1900-1999), geração dos novos. O período histórico se toma de 1910 a 1924, que
corresponde ao primeiro e segundo Congresso
estudantil colombiano. A partir da história política, se analisará a estes dois
líderes estudantis que logo ocuparam o ministério
da educação sob governos liberais. Caracterizaram-se pela docência
universitária, contribuições no jornalismos e novas abordagens de reforma desde a
universidade colombiana. São duas figuras que foram estudadas
desde a concepção que tinham sobre a educação, a universidade e suas propostas universitárias desde a perspectiva dos movimentos
estudantis e em especial o
que chegou do Movimento de Córdoba à Colômbia. Foi usada a metodologia comparada, sustentada principalmente em
fontes primárias.
Palavras-chave: Educação;
universidade; movimento de estudantes; geração do centenário, Córdoba.
Recepción: 20/05/2017
Evaluación: 08/06/2017
Aceptación: 05/01/2018
Para
poder entender la generación estudiantil colombiana del centenario y la de los
nuevos, los ubicamos en el contexto socio-político de la época, porque el
movimiento estudiantil es un hecho social y estas dos generaciones presentan un
sello que es el de la identidad latinoamericana. Estos jóvenes estudiantes
establecieron relaciones, con sus homólogos de los diferentes países
latinoamericanos, porque los contextos de problemas políticos eran similares en
cada uno de sus países. Es relevante indicar que, en las concepciones teóricas
del estudio, para esta época no utilizaremos el concepto de joven[6],
sino que acogemos los aportes de movimiento estudiantil que nos dan los
historiadores Renate Marsiske
al señalar que a "los estudiantes y los movimientos tienen relaciones muy
estrechas con el estado general de la sociedad y la calidad y la orientación de
su vida política"[7].
Por su parte, Álvaro Acevedo, como analista al movimiento estudiantil del 68,
expresa "La juventud es un campo de confrontación de intereses y poderes,
no solo por la definición como etapa de la vida, sino por el control que toma
de decisiones"[8].
Lo evidente para los dos autores, y en este trabajo, es el hecho
social-político de contexto, en el que se circunscribe el movimiento
estudiantil. En este caso, las fuerzas encontradas son las del partido
conservador y las de los liberales con las nacientes socialistas que aparecen
en el país y que marcarían rupturas en el pensamiento político y en las
representaciones sociales[9].
De
esta manera, al introducimos en los antecedentes de estas dos generaciones,
localizamos el origen en las ideas políticas de los liberales radicales que,
quizá en su imaginario, deseaban rescatar para dar soluciones desde la
educación a una Colombia convulsionada en los inicios del siglo XX. Fue también
evidente que las ideas políticas y de cambios culturales estaban en la palestra
del movimiento estudiantil latinoamericano.
La
investigación se sustenta en la historia sociopolítica y ubica al antioqueño
Luis López de Mesa (1884-1967) como eje central de análisis, en la generación
del centenario, y como representante de la generación de los nuevos; al
estudiante Germán Arciniegas (1900-1999). Estos dos
grupos se unieron en objetivos conjuntos por la reforma educativa universitaria
y utilizaron el periodismo como el principal medio de expresión e impacto para
sus ideas. La metodología parte de la interrelación del contexto sociopolítico
con el movimiento estudiantil y el periodismo bajo el marco de una identidad
latinoamericana. Las fuentes se basan en legislación, correspondencia, prensa y
documentos de la época. Se concluye que la generación del centenario y la
generación de los nuevos se unieron a través del periodismo y plantearon la
reforma universitaria del cogobierno bajo la influencia del movimiento
estudiantil de Córdoba. Sin embargo, los líderes estudiados en su periodo
gubernamental de ministros de educación no lograron los objetivos del
movimiento estudiantil.
1. La convulsión política de inicios del siglo XX,
germen del movimiento estudiantil colombiano
En
Colombia, el siglo XX se inicia con el hecho político de reafirmar la derrota
de los liberales radicales, que correspondían quizá a esa ideología de la
burguesía revolucionaria, y que habían perdido el poder con la aprobación de la
Constitución de 1886 y el Concordato de 1887[10]. Quedaban atrás, las reformas
sociopolíticas que sustentaban una visión laica de la educación en Colombia.
Por lo tanto, a las dos generaciones: centenario y nuevos, les corresponde su
etapa de formación en la época de la hegemonía Conservadora que inicia en 1886
durante el Gobierno del Presidente Rafael Núñez, periodo denominado la
Regeneración que finaliza en 1930 con el Gobierno de Pedro Nel
Ospina (1926- 1930).
Se
debe destacar que se ingresa al siglo XX con la guerra de los Mil Días y la
toma de Panamá por parte de los Estados Unidos en 1903. El primer hecho marca
una derrota más para los radicales e implica el fortalecimiento del grupo
político conservador. El segundo, corresponde a la continuación de una serie de
acontecimientos, a partir del tratado de 1846, en los cuales Estados Unidos
sienta las bases para apoderarse de la provincia de Panamá y luego de sucesivas
agresiones militares dirigidas a desintegrar nuestro territorio y a imponernos
condiciones y privilegios, este país logra al final su objetivo: la toma de
Panamá y le gana de esta manera la disputa a Inglaterra y Francia sobre este
territorio americano.
Es
importante indicar que el período anterior (1880 - 1900), a la reforma
educativa de la Ley 39 de 1903, diferentes historiadores lo han catalogado como
de grandes cambios. Por ejemplo, el historiador Jorge Orlando Melo, lo
caracteriza como de "agitación social, de crisis económica y de
enfrentamiento político que remata en una larga y sangrienta guerra civil"[11].
En esta época se suceden cuatro guerras civiles 1876, 1885, 1895 y la de los
Mil Días que correspondió al periodo de 1899 a 1903 y en la cual participó el
antioqueño Rafael Víctor León Uribe Uribe
(1859-1914), quien fue uno de los primeros en proponer la autonomía
universitaria en la Cámara de Representantes de Colombia en 1909. Podríamos
decir que, dentro de la generación de los radicales, en ese momento encabezada
por Rafael Uribe[12]
se luchó por reivindicaciones progresistas en el orden económico, político,
cultural y educativo, en el marco de la generación del centenario. Desde luego,
en este marco de referencia se podría indicar que la derrota del general Uribe Uribe coincide con la caída de nuestro país bajo el dominio
de Estados Unidos. Esta derrota se debió fundamentalmente a la debilidad
económica y política de la burguesía liberal y a las presiones y amenazas de
los Estados Unidos llevadas a cabo con la complicidad del gobierno conservador,
representante de los terratenientes.
Un
hecho más, este periodo de la Regeneración iniciado por el cartagenero Rafael
Núñez (1825-1894), con su primera administración (1880-1882) trajo de vuelta la
religión y las ideas tradicionales que continuaron durante su segunda
administración (1884-1886), culminado con la expedición de la Reforma
Constitucional del 5 de agosto de 1886 y el Concordato del 31 de diciembre de
1887. De esta manera, se derrotaba la tendencia política de los liberales
radicales, dentro de la cual se forma la generación del centenario, pero por
muy sorprendente que pudiera parecer lo anterior, esta generación se educaba en
familias liberales y esto era determinante.
En
este sentido, cabe anotar dentro del proceso histórico, que la diferencia
respecto al laicismo fue una característica que se dio en los dos partidos
políticos de liberales y conservadores. Por este motivo, las diferentes
constituciones marcaban la discrepancia al iniciar las Constituciones que se promulgaron.
En tal sentido, la constitución de 1863 (febrero 18), también llamada
constitución de Ríonegro, había suprimido en su
encabezamiento el nombre de Dios. Por el contrario, la Constitución de 1886 se
inicia indicando: "en nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad, a
fin de afianzar la unidad nacional y asegurar los bienes de justicia, la
libertad y la paz".
Un
segundo aspecto de la discrepancia corresponde al centralismo y federalismo
como forma administrativa del gobierno. Las razones para ello eran poderosas.
Los liberales dieron plena soberanía a los Estados en 1863, y el país recibió
el nombre de Los Estados Unidos de Colombia. Por su parte, los conservadores
cambian en 1886 la forma organizativa y aprueban la forma unitaria que le dio
el nombre de República de Colombia a la nación. A los estados territoriales les
dieron el nombre de Departamentos.
Un
tercer aspecto del desacuerdo radicaba en las libertades. Los liberales
defendían las individuales, de imprenta, de expresión oral y escrita, y de
cultos. Por lo tanto, para garantizar estas libertades, el Estado ejercía la
suprema inspección sobre las mismas. Por otra parte, los conservadores abogaban
por las libertades de la educación laica pero supervisada por la religión
católica. He ahí la diferencia. De hecho, los liberales declararon en 1863 a
las comunidades religiosas incapaces para adquirir bienes raíces, y por el
contrario, la constitución conservadora de 1886 estableció a la religión
católica como la única de la nación, obligando a los poderes públicos a
protegerla y respetarla "como esencial elemento del orden social". Un
cuarto aspecto, vinculado al anterior, es la separación Iglesia-Estado que
constituye una de las principales diferencias entre estas dos constituciones; 1863
y 1886. Por supuesto, esto conllevó a que la de 1886 estableciera que la
educación pública quedara organizada en concordancia con la religión católica,
y se le dio plena libertad a la iglesia para intervenir en ella.
Por
todo lo anterior, podríamos decir que en la constitución de 1863 predomina el
federalismo y las libertades individuales y se separa la iglesia del Estado. En
cambio, la de 1886 se caracteriza por el centralismo, se "vigoriza la
autoridad" y se definen las libertades individuales; se le dan todas las
garantías a la iglesia para que tutele la educación, hecho que se reafirma el
31 de diciembre de 1887 con el Concordato. Es así que Núñez planteaba que en su
concepto "la legislación debía unificarse y la administración pública ser
nacional, el sistema educativo tendría por principio la religión católica,
justicia y libertad son entidades armónicas y en este principio deben fundarse
las libertades individuales."[13]
Por
otra parte, es una etapa durante la cual surge la industrialización en
Colombia. Por ejemplo, la fábrica de ácido sulfúrico que organizaron
Saldarriaga y compañía en Medellín (1886). En Samacá
se fundó una fábrica de tejidos e hilados (1886) que ya en 1893 ocupaba 100
obreros. En 1881 se estableció una ferretería en Pacho (Cundinamarca) y en 1886
en Amagá (Antioquia). Se establecieron cervecerías en
Neiva, Bucaramanga y Cali. En 1891 se fundó la fábrica cervecera de Bavaria en Bogotá. En Caldas, Titiribí y Copacabana
se
fabricaron aparatos para beneficiar el café. Igualmente, se establecieron fábricas
de calzado. Destacamos que en 1899 en Cajicá se
estableció una empresa para producir sal, Luis Ospina Vásquez, considera que
"casi todas estas empresas tuvieron efímera duración, pero algunas
prosperaron"[14].
En
este contexto, la generación del centenario de 1910, se caracteriza por las
ideas modernizantes respecto al Estado, por prestar gran interés a la educación
y por sus marcados vínculos internacionales. Se destaca la aparición de dos
españoles: Pablo Vila (1881-1980)[15]
y Miguel Fornaguera i Ramòn (1893-1988)[16],
vinculados en amistad con Agustín Nieto Caballero (1889-1975), quienes
colaboraron en la dirección y como profesores del Gimnasio Moderno en Bogotá.
En esta generación destacamos a Rafael Uribe Uribe
(1859-1914), Tomás Rueda Vargas (1879-1943), Luis López de Mesa (1884-1967),
entre otros. Por otra parte, en Colombia, la Generación de los nuevos, que se
caracterizó por participar en la política desde el partido liberal, algunos
socialistas, participaron en los movimientos
estudiantiles, fundaron revistas y se preocuparon por la reforma universitaria.
Entre algunos de sus exponentes están: Germán Arciniegas
(19001999),
Jorge Eliécer Gaitán Ayala (1903-1948), Gerardo Molina (1906-1991), Francisco Socarrás (1906-1995), y Gabriel Turbay (1901-1947).
Es
importante señalar que, en España, la Generación del 98 está en la palestra,
surgida en los inicios del siglo XX, como una tendencia para modernizar el país
y establecer cambios educativos y culturales. Se localiza entre otros
exponentes a Miguel de Unamuno (1864-1936), con pensamiento marxista
y
vinculado a la Universidad de Salamanca. Así mismo, la generación del
novecentismo o Generación del 14, que se caracterizaron por la transformación
cultural, el reformismo, el periodismo. Figuras
que se destacan como Ortega y Gasset (1883-1955)[17], Francisco Giner de los Ríos
(1839-1915)[18],
y el pensamiento de la Institución Libre Enseñanza[19] que llegaron a Latinoamérica a
través de españoles como Lorenzo Luzuriaga Medina (1889-1959)[20],
quien perteneció al grupo de españoles socialistas que se exiliaron en
Latinoamérica[21],
durante el período del dictador Franco, y en Colombia los citados previamente
Vila y Formaguera.
Es
importante resaltar que para esta época el café se convertía en nuestra
principal fuente de exportación. En 1880 se exportaban 5.000 toneladas y estas
ascendieron en 1900 a 21.625 y en 1905 a 32.500[22]. Se considera que con estos
intentos de industrialización y con la construcción de vías de comunicación
(ferrocarriles, caminos) y obras públicas, "surgen los primeros elementos
de clase obrera moderna, aunque pasaron varios decenios, hasta después de la
primera guerra mundial, sin que se lograra un importante desarrollo."[23]
Cabe
anotar que el contexto político convulsionado no era exclusivo de Colombia.
Esta situación era similar en los demás países de América Latina y de allí
surgen los movimientos obreros y estudiantiles que a finales de los años 20 y
con la revolución rusa (1917) introducen nuevas formas de pensamiento político
que permean los movimientos estudiantiles en este país latinoamericano,
caracterizado por la ruralidad y que en 1912 no superaba los 5 millones de
habitantes y reportaba unas rentas nacionales de 12 millones de pesos[24].
2. La generación del centenario y de los nuevos.
Reformas y congresos de estudiantes
La
educación desde el siglo XVIII, con el movimiento cultural de la Ilustración y
la administración de Carlos III en España, se convierte en un pilar fundamental
para las transformaciones políticas[25], donde los movimientos
estudiantiles saltan a la palestra[26]. Se atraviesa el siglo XIX en
medio de guerras donde la orientación laica o religiosa se convierte en motivo
de controversia. Es así como inicia el siglo XX con la ley 39 de 1903, llamada
también la Reforma Antonio José Uribe, que tiene su antecedente inmediato en la
reforma Constitucional del 5 de agosto de 1886[27].
De
esta manera, la Ley educativa de 1903 es una continuación de la ideología
conservadora en el aspecto educativo que se implementó a partir de 1886 bajo la
hegemonía conservadora. Lo destacable es que el grupo del centenario, hijos de
las guerras civiles del siglo XIX entre liberales y conservadores, donde en
cada caso se borraban los vestigios de las reformas de sus antecesores y se
imponía la ideología de su partido. En este sentido, antes había primado
(1863-1886) la ideología liberal, pero a partir de 1886, como lo hemos
indicado, con el nuevo gobierno, se cambia la concepción educativa
fundamentalmente en el campo religioso que se contrapuso a la reforma Educativa
de los radicales.[28]
Precisamente,
la generación liberal del centenario vivió a través de sus padres y en su corta
edad, para algunos, la reforma educativa de 1870 que establecía una educación
laica[29]
y que luego fueron testigo de los cambios radicales en la nueva reforma de la
constitución de 1886, que expresar en el Art. 41: "la educación pública
será organizada y dirigida en concordancia con la religión católica y la
instrucción primaria costeada con fondos públicos, será gratuita y no
obligatoria, y el Art. 12 del concordato de 1887[30] señala: "en las
universidades y colegios, en las escuelas y en los demás centros de enseñanza,
la educación e instrucción pública se organizará y dirigirá en conformidad con
los dogmas y la moral de la religión Católica."[31]
En
definitiva, para ese momento el panorama educativo era dirigido por la
ideología conservadora e incidía en la formación y desempeño docente."[32]
De esta manera, el conservador Antonio José Uribe, toma de base para su reforma
de 1903, entre otros aspectos; la no obligatoriedad, y el predominio de la
iglesia y la religión católica en la educación. Sin embargo, en la misma época
iniciamos el nuevo siglo con las figuras señeras de los liberales radicales de
la generación del centenario como Rafael Uribe Uribe
(1859-1914), Luis López de Mesa (18841967),
Agustín Nieto Caballero (1889-1975), Tomás Rueda Vargas (1879-1943), entre
otros, unidos en un interés común por la literatura, pero, ante todo, por sus
planteamientos sobre otro tipo de educación, donde la universitaria tenía un
objetivo central. A esta generación les correspondió la celebración del
centenario y en el campo universitario, y la organización y participación en el
primer Congreso Nacional estudiantil en 1910. Estos personajes que hemos
ubicado en la generación del centenario plantearon un nuevo ideal de
universidad que desde las condiciones políticas de un país con la ideología
conservadora se atrevieron desde la universidad pública a trazar nuevos
derroteros coincidentes con el movimiento estudiantil de Córdoba.
Quizá
sea Gerardo Molina quien mejor describa a esta generación del centenario,
cuando señala que "Los hombres del Centenario se dirigían por medio de la
palabra escrita a las grandes aldeas que eran las ciudades colombianas en los
primeros decenios de este siglo. La gente analfabeta de los campos, con la cual
era imposible establecer una comunicación, les interesaba muy poco, pues la
suponía dominada por el cura, el alcalde y el cacique, instrumentos del régimen
conservador o de los caudillos en trance de alzamiento armado. En tales
condiciones, los esfuerzos se concentraron en ensanchar la franja de las
aglomeraciones urbanas, y fomentar mediante las obras públicas y las industrias
el traslado de los campesinos a las ciudades para poder extender el imperio de
la civilización europea"[33].
Pero
a su vez, Gerardo Molina establece un balance de esta generación que según él
no logró los ideales propuestos "para nosotros la principal realización del
grupo Centenario fue haber preparado el país para el establecimiento de la
República Burguesa. Lo que se echa de menos en sus componentes es una
perspectiva amplia del desarrollo nacional. Si hubieran trabajado por una serie
de cambios destinados a establecer un capitalismo democrático y a eliminar los
restos feudales, si su antiimperialismo hubiera sido una postura entrañable y
no meramente episódica, si no se hubieran satisfecho con la democracia y las
libertades formales".[34]
Más
adelante, esta generación se uniría con la de los nuevos, que nacen en los
inicios del Siglo XX, y se caracterizan por pertenecer al partido liberal y
algunos al naciente socialista, por su interés en el periodismo, y su
preocupación por la educación; especialmente enfocada en la reforma
universitaria. Varios de ellos se desempeñaron como profesores y rectores
universitarios. Podríamos añadir que también les correspondió el período de
participación y dirección del partido liberal cuando regresó al poder. Este
grupo participó en el segundo congreso nacional de estudiantes (1924),
promovieron huelgas, fundaron la Federación de Estudiantes (1922), la casa del
estudiante en Bogotá, revistas universitarias como "Voz de la
juventud" y "La Universidad" (1921)[35], y las revistas literarias de
"Los Nuevos"[36],
y la "Pánida" en Medellín. Entre los
exponentes podemos indicar, entre otros a Germán Ardniegas
(1900-1999), Adolfo Gil Hernández (1903-1978), Gerardo Molina (1906-1991),
Francisco Socarrás[37] (1906-1995)[38],
Gerardo Molina (1906-1995), Jorge Eliécer Gaitán Ayala (1903-1948), Gabriel
Turbay (1901-1947)[39].
Hay
que tener en cuenta que esta generación de los nuevos, o de la posguerra, tuvo
especial vigencia entre 1940 y 1960 en los cargos políticos, pero le
correspondió la época del segundo Congreso de estudiantes en 1924. En aquella
época, los escritores de esta Generación se reunieron alrededor de dos revistas
literarias: la revista de "Los Nuevos", dirigida en Bogotá por los
escritores Alberto Lleras Camargo y Jorge Zalamea Borda; y la revista "Pánida" en Medellín.
Hasta
ahora el hecho más destacable es que a estas dos generaciones les une el haber
propuesto y defendido la autonomía universitaria para la universidad
colombiana. Como hemos indicado, es una época en la cual desde México hasta
Argentina, los estudiantes revindican el derecho a participar en el gobierno
universitario. Para el caso colombiano, localizamos que desde 1909 se plantea
en la Cámara de representantes una primera propuesta de autonomía
universitaria.
En
definitiva, algunos líderes de esta generación del centenario se vincularon al
movimiento estudiantil de 1909, que junto con la protesta popular llevaron a la
renuncia de la presidencia del general boyacense Rafael Reyes, el 13 de marzo
de ese año[40]
. Recordemos que, en ese mismo año el 13 de marzo, se firmó el Tratado Cortés-Root, que formalizó la entrega de Panamá. Pero a su vez, el
movimiento estudiantil cobraba fuerza y los representantes liberales ya estaban
planteando la autonomía universitaria en el Congreso de la República, dentro de
la propuesta de reforma universitaria. Por otra parte, al año siguiente, en
julio de 1910, participaron en el Congreso Internacional de estudiantes de la
Gran Colombia[41].
Entre
las veleidades autonómicas antecedentes al Movimiento de Córdoba en Colombia,
merece destacarse la Reforma propuesta en 1910 por el estudiante Luis López de
Mesa (1884-1967), gran agitador universitario, quien con gran audacia propuso
ante el Primer Congreso Internacional de Estudiantes de la Gran Colombia,
reunido en Bogotá con motivo del Centenario de la Independencia, en la
siguiente moción; aprobada por unanimidad: "El Primer Congreso
Internacional de Estudiantes de la Gran Colombia formula un voto porque las
universidades oficiales vayan haciéndose cada día más autónomas, por la
participación de los estudiantes en el nombramiento del rector y su justa
representación en el Consejo Directivo, por la provisión de las cátedras por
medio de concurso y la inamovilidad de los profesores mientras observen buena
conducta y no sean vencidos en ellos y excita a los gobiernos de los tres
países a proporcionar a las universidades su independencia económica en cuanto
fuere posible". La anterior moción fue adicionada con esta recomendación:
"El Congreso considerando que la base de la autonomía universitaria es la
independencia económica de los establecimientos de instrucción superior
recomienda a los cuerpos legislativos, de los tres países, la creación de
fondos especiales que serán administrados por las Universidades, sin otra intervención
del Estado que la del tribunal destinado a examinar las cuentas".[42]
Años
más tarde, este empeño autonomista fue ratificado por la Federación de
Estudiantes Universitarios, mediante Declaración expedida en Ibagué en 1918,
cuyo Comité Ejecutivo estuvo integrado por Carlos Lleras Restrepo, Diego Luis
Córdoba y José Francisco Socarrás.
El
entorno histórico en que se realizaría el II Congreso nacional de estudiantes
universitarios en 1924, se inscribe aún bajo la hegemonía conservadora. Sin
embargo, los estudiantes se reunieron en Bogotá en mayo de 1924[43],
para llevar a cabo el segundo Congreso Nacional de estudiantes de la República
de Colombia[44].
Fue en efecto, visible la participación de la generación de los nuevos, como
Germán Arciniegas y Gabriel Turbay, entre otros[45].
En
esta época ya era evidente la influencia del Movimiento estudiantil de Córdoba
(1918) y se expresa en el ideal de la unión de los Estados Latinoamericanos en
un conglomerado de Naciones, con una política internacional uniforme y un
espíritu de solidaridad defensiva ante los peligros comunes que amenazan o
puedan amenazar su integridad territorial o los soberanos derechos de su
autonomía. Destacamos, en la declaración el manifiesto que indica: "Que
son los estudiantes quienes deben llevar a cabo la reforma universitaria, que
ellos tienen el derecho de proclamar los nuevos rumbos que deban orientar las
actividades de cada Facultad, y la obligación de ponerlos en práctica".
Así
mismo, desde los principios del modelo de la universidad de Bolonia[46],
los estudiantes toman las decisiones en la universidad. En este caso se indica
que "los universitarios tienen, en consecuencia, el derecho de llevar a
las cátedras, como profesores adjuntos o agregados, a quienes juzguen con
capacidades de contribuir e cualquier forma a los fines culturales y sociales
que persiguen los estudios universitarios, como tienen derecho a disponer de
los edificios de la Universidad en el desarrollo de su formación
cultural". Igualmente, que ellos pueden abrir las cátedras nuevas que
consideren convenientes y suprimir las que no sirvan"[47]. Además, reivindicaban el
hecho de asistir libremente a las clases, aboliendo el llamado a la lista.
3. La autonomía
universitaria en Colombia. Un proyecto frustrado
en las dos generaciones
Como
se ha señalado en otros trabajos[48],
en el período conservador de Regeneración, no se permite ningún tipo de
autonomía universitaria y se centraliza el gobierno de la misma desde la
presidencia de la república (1880-1911). El tema central es que la universidad
se vincula a la Reforma Constitucional de 1886[49] , y en este sentido, el
Concordato de 1887 da los elementos legales para la "nueva concepción de
universidad que entró en vigencia al establecer la universidad confesional y al
servicio del partido del gobierno"[50]. El planteamiento de una
universidad con una "instrucción Universitaria profunda, severa, y
práctica" es introducido por la reforma de 1903 al vislumbrar el siglo XX
junto con el inicio de una autonomía universitaria para el año siguiente[51].
Pero será el General Rafael Uribe Uribe en 1909, ante
el Congreso de la República, quien señale que la universidad debería ser:
"científica, moderna, experimental, actual y evolutiva[52]. El General plantea nuevamente
la reforma de la universidad Nacional en su propuesta del 9 de agosto de 1911
donde presenta la autonomía[53]
para esta institución[54].
Los
vientos reformadores de la universidad recorrían América Latina desde el siglo
XIX. Los estudiantes abogaban por nuevos estudios y defendían sus libertades.
Caso de especial mención es el movimiento de 1875 de los estudiantes mexicanos
que promulgaban la enseñanza libre en una universidad libre[55] y la del movimiento
estudiantil uruguayo con su congreso en 1908.
Hemos
indicado que el grupo de la generación del centenario y de los nuevos tenían
relación con los jóvenes intelectuales latinoamericanos que soñaban para el
siglo XX con una universidad libre donde ellos fueran los regentes del destino
de esta nueva institución.
De
esta manera, la aportación del periodo denominado "reformismo de la
modernidad en la universidad colombiana. 1911-1992"[56], es el referente de los hechos
conocidos del movimiento estudiantil latinoamericano que va a fortalecer los
ideales de autonomía universitaria de los grupos del centenario y nuevos en la
República de Colombia. En esta ocasión solo analizaremos hasta el segundo
congreso estudiantil de 1924.
Cabe,
sin embargo, mencionar que en los inicios del siglo XX la población
universitaria en Colombia no pasaba de los mil estudiantes, de los cuales 400
pertenecían a la Universidad Nacional. Para esta época existían 7 universidades
y de estas, 5 eran estatales: La Universidad Nacional en Bogotá, la de
Antioquia en Medellín, la del Cauca en Popayán, la de Cartagena, la de Nariño
en Pasto[57]
. Los movimientos estudiantiles se concentraban principalmente en la capital
del país y en la ciudad de Medellín.
Hemos
indicado que en 1909 se presentó ante la Cámara de Representantes la propuesta
de reforma universitaria donde el punto central era la autonomía universitaria.
Es así que el 11 de agosto de 1909 los representantes por las circunscripciones
electorales de Bogotá, Jericó y Manizales: Tomás O. Eastman, Juan Pablo Gómez
Ochoa, Jorge Martínez y Tomás Samper presentaron un importante proyecto de ley,
por el cual se declaraba autónoma la Universidad Nacional y se dictaban otras
disposiciones sobre régimen universitario, el cual fue aprobado en primer
debate y pasó en comisión para informe al representante Rafael Uribe Uribe.[58]
La
aportación de esta propuesta se expresa en el artículo 2a, donde se
solicita que la Universidad Nacional "será autónoma en todo lo relacionado
con su régimen interior, como nombramiento de Rector y profesores,
modificaciones del plan de estudios y elaboración de Reglamento". Y en el
artículo 4° se consagraba el avanzado principio de que los alumnos elegirían
por votación a los representantes por el tiempo que durara la carrera
respectiva, estos representantes constituirían la Diputación de los alumnos,
oficiarían como representantes de la comunidad y tendrían un año de
duración".
En
efecto, consideramos que la propuesta de reforma universitaria es avanzada para
su época, especialmente al indicar que el Congreso de Profesores y la
Diputación de alumnos elegirá por votación cada dos años al rector y a los
miembros del consejo directivo; que se garantizará la inamovilidad de los
profesores por el tiempo de su buena conducta y que las vacantes se llenarían
por votación del consejo de profesores y la diputación de los alumnos. Sin
embargo, como es de suponer en medio del régimen conservador, el hecho de
modernizar los estudios universitarios[59] y plantearse la autonomía en
un cogobierno era una reforma que no dejarían pasar los conservadores.
Destacamos
la posición del representante liberal Rafael Uribe Uribe,
quien defendió que "La Universidad debe ser ante todo nacional en cuanto
ha de reflejar la vida del país, tener en cuenta su historia íntima y adoptar
sistemas de enseñanza concordantes con el espíritu de la raza"[60].
Al
respecto, Rivadeneira indica: "Por lo que se colige de los documentos
examinados, el representante Uribe Uribe, en vez de
rendir la ponencia reglamentaria, presentó un proyecto sustitutivo inspirado en
el estatuto de la Universidad de La Plata, Argentina, que ni fue aprobado por
la Cámara en sus sesiones ordinarias, ni fue recomendado por el gobierno para
las extraordinarias, por lo cual quedó expósito, frustrándose así la
posibilidad de que se convirtiera en Ley de la República, pues en tal evento
Colombia habría sido la primera nación de América en incorporar a su
legislación los principios de la autonomía universitaria que institucionalizó
Justo Sierra en México y que inspiraron la reforma de Córdoba[61].
Al
año siguiente, López de Mesa insiste en el Congreso de estudiantes sobre la
necesidad de la autonomía para la Universidad Nacional. Es evidente que los dos
grupos de intelectuales ya desde su época estudiantil tenían relaciones
internacionales con América Latina y con Europa, ejemplo de ello fueron las
misiones pedagógicas alemanas y los académicos que posteriormente se vinculan a
las instituciones educativas nacionales.
Este
período entre los dos congresos estudiantiles en Colombia (19101924),
recibe la influencia del movimiento estudiantil latinoamericano, que se
concentra en primera instancia en buscar formas organizativas. En este sentido,
se crea en Colombia la Federación de Estudiantes en 1921, bajo el liderazgo de
Germán Arcmiegas, y cuenta con el apoyo de
estudiantes extranjeros como el poeta mexicano Carlos Pellicer, con sueños y
utopías[62]
para plasmar en las propuestas estudiantiles. Puede decirse que tenían
conocimiento sobre otras federaciones de estudiantes que ya se habían
organizado en Brasil (1901), Chile (1906), entre otras. Así mismo, en los
albores del siglo XX se organizan congresos internacionales de estudiantes como
el de Montevideo con 133 participantes (26 de enero a 8 de febrero de 1908). La
relevancia de este congreso consiste en el análisis de planteamientos sobre
"Universidad oficial y universidad Libre"[63] y "autonomía
universitaria" con la representación de los estudiantes en el gobierno de
la universidad[64].
Destacamos
en el III Congreso de la Liga de Estudiantes americanos, que se reunió en el
Perú en 1912, donde participó la estudiante Leotilde Luisi, quien presentó un reglamento para la organización de
estudiantes[65].
En Colombia pasarían algunos años para que la voz de la mujer estudiante se
escuchara en los claustros universitarios.
Pero
la Federación de Estudiantes colombianos (1921) estuvo antecedida de
publicaciones y huelgas que llevarían a la organización del II Congreso de
estudiantes en 1924, en el cual se recopilan los ideales de la autonomía
universitaria, unida a la misión pedagógica de los alemanes.
Este
congreso se llevó a cabo en Bogotá en mayo de 1924[66] con delegados de los
estudiantes universitarios, adscritos a la Universidad Nacional de Colombia,
así: por la Facultad de Derecho: Francisco Samper; José María de la Vega, y
Manuel Antonio Carvajal; por la Facultad de Medicina: Jorge H. Tascón, Jorge Bejarano, y Julio Zuluaga; y por la Facultad
de Ingeniería: Enrique Arboleda José María Obando R., y Jorge Montoya. Por la
Universidad Republicana: Abel Marín; por el Colegio Mayor de Nuestra Señora del
Rosario: Roberto Mantilla Benjamín Iriarte de Odontología y Carlos Pérez de la
Escuela de Comercio"[67].
La
declaración es expresada a partir de las interpretaciones generales de todos
los estudiantes del país, y por lo tanto, afirma en forma solemne "que en
el espíritu de la juventud colombiana subsiste vigorosamente el ideal de la
unión de los Estados Latinoamericanos en un conglomerado de naciones, con una
política internacional uniforme y un espíritu de solidaridad defensiva ante los
peligros comunes que amenazan o puedan amenazar su integridad territorial o los
soberanos derechos de su autonomía".
Declara,
además:
• Que
son los estudiantes quienes deben llevar a cabo la reforma universitaria, que
ellos tienen el derecho de proclamar los nuevos rumbos de cada Facultad, y la
obligación de ponerlos en práctica.
• Que
los universitarios tienen, en consecuencia, el derecho de llevar a las
cátedras, como profesores adjuntos o agregados, a quienes juzguen con
capacidades de contribuir en cualquier forma a los fines culturales y sociales
que persiguen los estudios universitarios, como tienen derecho a disponer de
los edificios de la Universidad en el desarrollo de su formación cultural.
•
Que pueden y están en
la obligación de abrir las cátedras nuevas que juzguen convenientes para
ampliar los estudios.
• Que
la asistencia a las cátedras es libre y el estudiante puede asistir a la que
mejor llene sus aspiraciones, bien sea la de los profesores agregados, o la de
los titulares, sometiéndose, eso sí, a los programas aprobados por la dirección
de la universidad, como trabajo mínimo que está obligado a realizar,
• Que
la abolición de la lista es indispensable para consagrar este derecho.
• Que
en las Facultades deben formarse consejos de estudiantes para que realicen
estas aspiraciones con independencia absoluta de toda tutela oficial[68].
Estos
planteamientos no son nuevos. El II Congreso de estudiantes sintetiza
los lineamientos que se venían trazando sobre la autonomía universitaria en
Colombia durante el siglo XX, desde 1909. De esta manera se diseñó toda una
metodología para que el sector estudiantil hiciera efectivas sus aspiraciones
de cambio y de reforma.
Podemos
indicar las semejanzas del anterior documento con el referenciado
movimiento
de Córdoba (1918). En primera instancia, el estudiante es la figura central del
movimiento y de la universidad. El documento de los estudiantes colombianos
(1924) nos indica que son ellos los que realizan la reforma universitaria y por
su parte, los estudiantes de Córdoba reafirman que "la soberanía, el
derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los
estudiantes"[69].
Segundo,
los estudiantes colombianos (1924), manifiestan que ellos son los que abren las
cátedras y las pueden llevar como profesores adjuntos. Por su parte, los
estudiantes de Córdoba critican "la casta de profesores"[70]
y que ellos son los que pueden designar sus propios profesores. Tercero, los
colombianos expresan que en las Facultades deben formarse consejos de
estudiantes con el objeto de lograr los objetivos planteados. Los cordobeses
exigen que se les reconozca el derecho a participar en los cuerpos
universitarios"[71].
Como
se ha señalado, el tema central es el referente a la libertad universitaria que
se cristaliza
en
las exigencias de participación en los órganos de gobiernos de la institución
educativa. Pero, además con una participación activa no solo en la dirección de
la universidad sino también en la orientación de la enseñanza. Petición que no
es nueva en el territorio colombiano dado que desde el período colonial en 1791
los estudiantes reivindicaban la enseñanza de las ciencias experimentales.
Pero, ahora en 1909 exigían el participar no solo en esta orientación sino
también como profesores adjuntos.
Con
respecto a la educación laica, que los estudiantes colombianos reivindicaron en
el primer congreso de 1910, no se evidencia como tema central en el segundo
congreso de 1924 pero sí se expresa en el manifiesto de Córdoba cuando se
critica la opresión clerical.
Aunque
nos ocupamos preferentemente de los dos congresos, consideramos sin embargo
relevante
hacer mención al mensaje enviado a los miembros de la misión pedagógica alemana[72]
en el mismo año del segundo congreso de estudiantes colombianos. En este
documento, modelo de esfuerzo y
perspicacia, Germán Arcmiegas se propuso recoger la
más completa información sobre el estado de las Universidades Seccionales y
presentarlas a los comisionados, estableciendo una radiografía del estado
actual de la educación. Al respecto indica: "[...] libres de todo control,
ajenas a toda corriente nueva de pensamiento, sin material de enseñanza, sin
laboratorios, sin bibliotecas, sin gabinetes, sin orientaciones, sin
profesorado y casi sin estudiantes, en las cuales se pierden valiosos esfuerzos,
muy dignos de mejor suerte[73].
En
efecto, dentro de este contexto educativo analiza a la Universidad Nacional y
concluye que "[...] no hallan campo en ella las ciencias sociales ni la
preocupación filosófica, y todo allí se reduce a lo que pueda servir de auxilio
a un profesional cuyas miras no vayan más allá de la botica o del escritorio
abogadil" (p. 58). Pero, además reseña que no existe autonomía para
nombrar a los profesores. Respecto a la influencia social, que debe ejercer la
Universidad, es lamentable comprobar que se carece de una corriente ideológica
que vincule el alma mater con todas las esferas del pensamiento y del saber y
por ello propuso buscar un modelo de Universidad independiente, que dignifique
el trabajo, mantenga y promueva una tendencia eminentemente social, mejor
gobernada y un radio de acción más efectivo.
Por
ello su aspiración se cifró en construir una Universidad nueva en su fondo y en
su forma, que funcionara como un organismo dinámico, abierto a todos los
requerimientos del saber, útil a la comunidad y que pudiera satisfacer las
aspiraciones sociales de la Nación.
Al
año siguiente del segundo congreso, destacamos la carta de Arcmiegas
a los estudiantes del gimnasio moderno, sustentada en lo que consideraría el
fracaso de la Misión Pedagógica de técnicos alemanes, convocada por el gobierno
de Pedro Nel Ospina, por no diseñar la Universidad
Independiente, modelo de trabajo y de tendencia social que reclamaba el
estudiantado. Por ello conviene advertir que en esta carta, desnuda de toda
pretensión, Arciniegas invita a los alumnos del
Gimnasio Moderno a hacer un plan completo de acción universitaria, lo que
implica que en ese establecimiento educativo, creado por iniciativa de Agustín
Nieto Caballero, se insinuaron programas de educación superior, encaminados a
trabajar por la cultura, a crear una atmósfera favorable para la investigación
científica y a abrir las puertas a las ideas de los pensadores europeos, de los
cuales en la Universidad Oficial casi siempre se daba una versión tergiversada
y caprichosa.
En
esta misiva, Arcmiegas denunció que a la Misión
Pedagógica de los técnicos alemanes contratada por el Gobierno, se le envió un
minucioso documento bien estructurado, que los técnicos no tuvieron en cuenta,
por lo cual enfatizó que debía ser la juventud la que efectuara la reforma
universitaria con sus propias manos y con sus propios medios, para que los
hechos correspondiesen al vuelo generoso de su espíritu.
Por
otra parte, Arcmiegas destaca el espíritu de la raza
e invoca posibilidades de cambio porque "[...] a los hombres de América
nos une un impulso desconocido antes, lleno de matices que no puede apreciar el
europeo de hoy y que darán en lo futuro la clave de una humanidad distinta en
donde palpiten atributos de una grandeza que confundirá a los arios de oscuros
nacionalismos. Ni las más desinteresadas teorías de occidente encajan dentro de
nuestro modo, dentro de la nobleza que nos pertenece por haber nacido en
nuestro solar inculto pero marcada con el signo de augurios famosos". Y
advierte con nostalgia que como "[...] la ley de la Reforma será redactada
por un concilio de tudescos y cundinamarqueses" concluye "[...] yo
creo que dentro de las repúblicas cabe otra república y esa república debe ser
la Universidad, que oriente por caminos de civilización y de sabiduría, de
lucha desinteresada y de esfuerzo fecundo".
Agustín
Nieto Caballero, fundador del Gimnasio Moderno, fue un gran receptor y
practicante de los criterios expuestos en el Manifiesto de Córdoba, sin
embargo, solo los aplicó como programa de educación media en el sistema que
introdujo bajo la denominada Escuela Nueva. En sus ensayos, y a diferencia de
Germán Ardniegas, dejó su expresa constancia en
cuanto a que "escuela y política se excluyen", por lo tanto, atribuyó
al maestro la dignidad del sacerdote, con el encargo de modelar al ciudadano
inculcándole los sentimientos de la veracidad, hombría, lealtad y
caballerosidad, pero lejos de la política. En su estudio "La Escuela y la
Vida" consigna esta acerba crítica sobre los catedráticos que presumen de
sabios. Al respecto considera "Contrariamente a lo que creen muchos
pedagogos, los estudiantes piensan que aquellos catedráticos que hacen
ostentación de su sabiduría son una verdadera calamidad. Les dan una montaña de
conocimientos, es cierto, pero con cuánto tedio se les escucha: es ya lugar
común decir que no es lo mismo saber, que saber enseñar, y no es,
efectivamente, el hombre erudito el que mejor enseña, sino el que, sabiendo
alguna cosa, conoce el camino que va al espíritu y al corazón del alumno, y
posee el arte de transmitir lo que él sabe, de poner ánimo en lo que dice, de
encariñar al discípulo con la materia que dicta"[74].
Hay
que destacar a Luis
López de Mesa[75],
que como hemos indicado fue uno de los líderes del primer congreso de
estudiantes y para 1917 fue elegido Concejal de Bogotá, y luego Diputado a la
Asamblea Departamental y Representante a la Cámara de Representantes. En cuanto
a su actividad pedagógica (1912-1916) se desempeñó como profesor de Historia de
la Medicina, de Sociología americana y de estética e historia del arte en la
Universidad Nacional de Colombia. El hilo conductor de gran parte de su
elaboración teórica fue el concepto de educación que, junto con la raza y el
mejoramiento de esta, la economía y la 'voluntad creadora', considerada como
factores de desarrollo. De todas maneras, estas concepciones racistas y el
carácter contradictorio a los ideales liberales se hacen patentes de nuevo en
1949, al señalar en un artículo de la revista bogotana "Cultura" que
el mestizaje en Colombia estaba trastocando los 'valores supremos' y al exponer
en el mismo texto los peligros políticos de la alfabetización popular. Este
representante de la generación del centenario, participó en el gobierno del
Presidente Eduardo Santos, donde las teorías racistas de López de Mesa lo
llevaron a emitir una circular prohibiendo a las Embajadas de Colombia que
visaran judíos para venir al país. Posteriormente, fue nombrado Ministro de
educación[76],
durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934-1938) y renunció por una
huelga estudiantil.
En
ese entonces fue defensor de las teorías de Bentham y consideraba que en la
universidad, "cada profesor debe doctrinar a sus discípulos, con su buen
ejemplo, primero que todo, con hábiles instrucciones, luego, cada vez que la
oportunidad así lo indique"[77].
En cuanto a la misión educativa de la universidad, la establecía en relación
con el ciudadano y señalaba que "tal misión se cumple a través de
múltiples facultades que informan su claustro, donde se preparan técnica y
éticamente los alumnos de profesiones libres que más directamente habrán de
dirigir las funciones del Estado, la cultura social y la economía de la nación
de estas instituciones, dos son eminentísimas: la de médicos y la de
jurisconsultos, como que una y otra defienden la vida, el honor y los haberes
de sus conciudadanos, que una y otra proveen a la rectoría de la vida social y
la república; que una y otra, en fin, abastionan con su ejemplo la tarea
espiritual de su pueblo y la conducen"[78].
Luis
López de Mesa se destaca por la creación de la campaña de cultura aldeana y
rural[79],
en su periodo de Ministro de educación y por haber reorganizado este ministerio
en
cinco secciones a saber: 1. dirección de Universidades e
Institutos de Alta Cultura; 2. dirección de Normales e Institutos pedagógicos
de educación primaria; 3. dirección de bachillerato y educación femenina; 4.
dirección de Bellas artes, bibliotecas y monumentos públicos y reliquias
prehistóricas y 5. Dirección de Educación física. Secretaría de la Comisión de
Cultura Aldeana y Rural" art. 1°[80]
En
definita, queda claro que el movimiento estudiantil
colombiano y el de Córdoba abogan por la universidad libre donde los
estudiantes tienen la palabra en la administración y la enseñanza. Y, en
efecto, este es el hilo conductor que une a las dos generaciones en Colombia:
la del centenario y la de los nuevos. Es importante, sin embargo, mencionar que
estos líderes estudiantiles colombianos cuando ocuparon los cargos de ministros
de educación no plasmaron estos sueños e ideales de su juventud. Quizá, la
pregunta que queda en la palestra es la referente al hecho de cuándo llegaron
al ministerio de educación[81],
Agustín Nieto Caballero, Luis López de Mesa, Germán Arciniegas,
¿qué pasó con la autonomía universitaria? Todos obtienen el ministerio después
de un recorrido como dirigentes estudiantiles con una producción académica
sobre la universidad, fueron creadores de instituciones educativas y
científicas y poseían un amplio conocimiento de la educación y la universidad
en contextos internacionales. El primero de ellos fue Director de Educación en
1923 y Ministro de Educación en 1936. El segundo, López de Mesa, se desempeñó
en el gobierno de Alfonso López Pumarejo como Ministro de educación[82] y
desarrolló el programa de la revolución en marcha y él, personalmente, llevó a
cabo la campaña de la "Cultura aldeana", cuando Bogotá tenía 300 mil
habitantes. El tercero, Arciniegas, participó como
Ministro de Educación en los gobiernos de Eduardo Santos y Alberto Lleras
Camargo[83].
Además, no deja de sorprender que dentro de sus ideales políticos de avanzada
no hubo espacio para la participación femenina en la vida política
universitaria.
Esta
investigación aporta nuevos elementos para la historiografía del movimiento
estudiantil colombiano en el período de 1910 a 1924, porque se ocupa de recoger
los contextos políticos precedentes a la ruptura ideológica de los dos partidos
en cuanto a la visión de la iglesia y de la religión católica en la educación,
particularmente sobre la universidad. Se clarifica que en medio de una
hegemonía conservadora surge un grupo de intelectuales, la del centenario, que
organizan el primer congreso nacional de estudiantes en 1910 y bajo los ideales
liberales, y del positivismo del siglo XIX, se presentan en la política
nacional con planteamientos de una universidad libre y autónoma.
Por
otra parte, la generación de los nuevos, que se une a la del centenario con
publicaciones periodísticas, y desde la política liberal y socialista, sueñan
una universidad libre y autónoma. Desde esos ideales, la organización
estudiantil se une a la Federación de estudiantes colombianos. A esta última se
le debe reconocer su sentido de pertenencia e identidad con los estudiantes
latinoamericanos. Desde esta perspectiva, se establece un mismo lenguaje
evidenciado en los manifiestos de: libertad, autonomía, unidad latinoamericana,
enseñanza de la ciencia, liderazgo estudiantil. No obstante, se debe clarificar
que los estudiantes universitarios pertenecían a una élite muy selecta, la
única que podía ingresar a estos claustros educativos.
Nos
preguntamos por el recorrido político de los líderes de estos dos movimientos
¿dónde quedó la bandera de la autonomía universitaria?, ¿en qué momento la
abandonaron?, ¿Por qué no defendieron los mismos ideales cuando llegaron a los
altos cargos del Ministerio de Educación en Colombia? Por otra parte, resulta
paradójico que en la calidad de líderes estudiantiles con posiciones políticas
de avanzada hayan excluido a la mujer en estas organizaciones y movimientos
universitarios colombianos de la época. Fue, en efecto, hasta la Constitución
de 1991, que Colombia asume legalmente la autonomía universitaria. Aunque, en
la realidad sea muy cuestionable la forma de designación y elección de los
miembros de los consejos superiores de estas máximas instituciones educativas,
el verdadero nudo gordiano, de llevar a la práctica la autonomía universitaria,
sigue sin solución porque la administración se impone sobre la academia y las
voces de los estudiantes y profesores continúan sin una participación real en
la dirección universitaria.
En
la época presente cuando se entrelazan instituciones e ideologías y todo se
concibe bajo el modelo de empresa preindustrial y capitalista, la universidad
enfrenta nuevos desafíos que la han reducido a institución marginal con pérdida
ostensible de sus atributos. En el caso colombiano, la universidad es asfixiada
por el gobierno y es liquidada poco a poco por las restricciones financieras
obligatorias que, en consecuencia, limitan el ingreso a la educación superior a
la gran mayoría de la población colombiana.
Concluimos,
que estos planteamientos abren un nuevo campo de análisis en torno a la
prospectiva funcional de la universidad contemporánea y sugerimos oportuno y
necesario que se abra el debate sobre aquellos aspectos no previstos en el
Manifiesto de Córdoba de 1918, para lo cual encontramos un gran estímulo en las
conclusiones del estudio sobre el tema de la Universidad Latinoamérica y del
Caribe en los desafíos del siglo XXI, "pensada y reformada desde los años
60 bajo lineamientos, primero de Estados Unidos y luego por organismos
internacionales que trazan directrices donde la globalización imprime un sello
de mercado desapareciendo las humanidades y priorizando lo tecnológico"[84].
En definitiva, a cien años del movimiento estudiantil de Córdoba, la autonomía
universitaria tiene aún un largo camino por recorrer y los desafíos del futuro
de la universidad del Estado se encuentran en la incertidumbre de la
supervivencia por la asfixia presupuesta! El Estado parece que olvidará, que
esta institución, es la que lidera la formación de las nuevas generaciones y
que debe cumplir con la misión social y científica que le corresponde en el
siglo XXI.
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Cristina Vera, Córdoba, Editorial, 2006, 89,90.
Soto Arango, Diana Elvira; Rivadeneira, José Antonio;
Duarte Acero, Jorge Enrique; Bernal Villate; Sandra Liliana. "La
generación del movimiento estudiantil en Colombia. 1910-1924" Revista Historia
de la Educación Latinoamericana. Vol. 20 No. 30 (2018): 217-241.
[1] Resultado del proyecto de investigación "La
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en los desafíos del siglo XXI.
Una prospectiva desde los estudiantes y docentes". Código: SGI 1965 financiado
por la vicerrectoría de Investigaciones - UPTC y desarrollado por el Grupo de
Investigación "Historia y Prospectiva de la Universidad Latinoamericana".
HISULA.
[2] Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación UNED, España,
Postdoctorado Consejo Superior de Investigaciones Científicas- CSIC. Profesora
UPTC. Investigadora y profesora del Doctorado en Ciencias de la Educación
RUDECOLOMBIA. Directora Grupos de Investigación HISULA e ILAC (Categoría A
COLCIENCIAS). ORCID: 0000-0002-3821-7550. Correo electrónico: diana.soto@ uptc.edu.co
[3] Licenciado en Derecho por la Universidad Externado de Colombia. Expresidente de la Federación Internacional de Sociedades
Bolivarianas y de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre América Latina
(SOLAR), fue fundador del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la
Integración de América Latina (IDESIL) y director del Instituto Colombiano de
Estudios Latinoamericanos y del Caribe (ICELAC).
[4] Doctor en Ciencias de la Educación-RUDECOLOMBIA. Profesor UPTC,
director Maestría Gerencia Educacional. Integrante del Grupo de Investigación
Historia y Prospectiva de la Universidad Latinoamericana- HISULA. Categoría A.
Colciencias. Miembro de SHELA. Sociedad de Historia de la Educación
Latinoamericana. Correo electrónico:Jorge.duarte@uptc.edu.co
[5] Magíster en Historia de América de la Universidad Pablo de Olavide - Sevilla - España, Doctoranda del programa
Historia y Estudios Humanísticos: Europa, América, Arte y Lenguas de la
Universidad Pablo de Olavide. Actualmente es docente
de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, adscrita a la
Licenciatura en Ciencias Sociales, integrante del grupo de HISULA - UPTC,
asistente editorial de RHELA. Correo electrónico: sandra.bernal@uptc.edu.co
[6] El concepto de joven varía según los contextos
socio-político-culturales de cada época histórica. Véase en Alpízar
y Bernal (2003, 121) y Duarte, K. (2000). ¿Juventud o juventudes? Versiones,
trampas, pistas y ejes para acercarnos progresivamente a los mundos juveniles.
Última década, 13.
[7] Renate Johanna Marsiske
Schulte, "Clases medias, universidades y movimientos
estudiantiles en América Latina 1900 - 1930", en Movimientos
Estudiantiles En La Historia de América Latina, ed. Universidad
Nacional Autónoma de México. (México: Universidad Nacional Autónoma de México,
1999) 142 - 158.
[8] Álvaro Acevedo
Tarazona, 1968
Historia de un acontecimiento: Utopía y revolución en la universidad
colombiana. (Bucaramanga,
Publicaciones UIS, 2017), 33.
[9] Denise Jodelet, "El movimiento de
retorno al sujeto y el enfoque de las representaciones sociales", Revista Cultura y Representaciones Sociales.
Vol. 3, No. 5 (2008): 32-63. Denise Jodelet, "La
representación social: fenómenos, concepto y teoría Psicología Social II. Pensamiento y vida social.
Psicología social y problemas sociales" compilado Moscovici, S. (comp.).
(Barcelona, Ediciones Paidós).
[10] Constitución Politica de
la República de Colombia. Poder legislativo.
"Preámbulo. En nombre de Dios, fuente suprema de toda autoridad". Presidente
del Consejo Nacional Constituyente. Delegado por el Estado del Cauca Juan de
Dios Ulloa. Poder Ejecutivo Nacional 5. de agosto de 1886 J.M. Campo Serrano.
Publicado D.O. Nos. 6758 - 6759. Año XXII. (Bogotá, sábado 7 de agosto de 1886),
801-807.
[11] Jorge Orlando Melo, La evolución económica de Colombia 1830-1900
(Bogotá: Manual de Historia de Colombia, tomo II, Instituto Colombiano de
Cultura, 1979), 659.
[12] El General Rafael Uribe Uribe nació el 12
de abril de 1859 en la hacienda "El Palmar" jurisdicción de Valparaíso
(Antioquia). Se gradúa de Abogado en 1880. Funda, en Medellín 1881, el
periódico "El Trabajo". En la guerra civil de 1885, derrotado, en Antioquia es
hecho prisionero, y en la cárcel escribe: "Diccionario de corrección del lenguaje";
"Tratado de Geología al alcance del pueblo", y una "traducción de Spencer y su
defensa judicial". En 1893, se radica en Bogotá, mientras su partido (El
Liberal) atraviesa momentos excepcionalmente difíciles. Se levanta en armas
contra el Gobierno, es derrotado el dos de enero de 1895 en el Tolima, es
llevado prisionero a Cartagena. Consigue la libertad y huye a Centro América.
En 1896 regresa y llega a la Cámara como único vocero del Partido Liberal. Su
mejor discurso: "sobre la libertad de Cuba". Propone irónicamente que el
Congreso de Colombia se declare partidario del colonialismo y que pida a España
hacerse cargo del país otra vez. El 17 de octubre de 1899, estalla la
revolución (guerra de los mil días), y Uribe vence en Santander, aunque a costa
de grandes pérdidas. Las derrotas de Uribe, le obligan a retirarse a Ocaña.
Luego pasa a Venezuela, en busca de ayuda y posteriormente a los Estados
Unidos. Regresa y combate en los Llanos Orientales y más tarde en la Costa. En
1902, capitula ante el General gobiernista Juan B. Tovar. El Minguerra de entonces, José Joaquín Casas, ordena desde
Bogotá, el fusilamiento de Uribe Uribe, pero el
General Tovar, se niega indignado. En 1905 ejerce misión diplomática en Chile,
Argentina y Brasil, y en 1906 representa brillantemente a Colombia, en la
Conferencia Panamericana de Río de Janeiro. Tendré el honor de presentar ante
la Cámara, algunas aspiraciones socialistas: "participación de los obreros
asalariados en las ganancias de la industria o explotación en que se ocupan;
organización oficial en las Cajas de Ahorros puestas al alcance de todos los
asalariados para liberar a las masas obreras de la esclavitud de la
imprevisión, como la instrucción gratuita y obligatoria ha libertarias de la
esclavitud de la ignorancia; creación de bancos de anticipo que hagan préstamo
al obrero para ayudarle a establecerse; fundación de bancos hipotecarios que
desempeñen el mismo papel respecto a la agricultura; desarrollo de los seguros
y de todos los sistemas cooperativos; medidas preventivas y aún coercitivas
contra el alza artificial de los víveres y demás artículos de primera
necesidad, no permitiendo la compra a los revendedores, sino después de haberse
surtido. Creemos que es necesario dictar leyes sobre los accidentes de trabajo
y protectoras del niño, de la joven y la mujer en los talleres, y en los
trabajos de campo; creemos que se debe obligar a los patronos a preocuparse de
la higiene, del bienestar y de la instrucción gratuita de los desamparados. El
socialismo que defiendo difiere tanto del absolutismo que mata la dignidad
humana, como el individualismo que mata a la sociedad. La postura política de
Uribe: "La reforma agraria, las prestaciones sociales, la educación gratuita y
obligatoria, los movimientos migratorios dirigidos dentro el propio país, la
industria cafetera. Tomado: Revista Semana. La revista nacional de noticias.
Rafael Uribe Uribe. Cien años de historia colombiana
1859-1959. El testamento de Uribe Uribe. Las ideas de
Uribe Uribe, Segunda época. No. 640-64. Bogotá, del 7
al 13 de abril de 1959, 17, 18 y 19.
[13] Jesús María Henao, y
Gerardo Arrubla, Historia
de Colombia para la enseñanza secundaria (Librería Colombiana, C.
Roldán & Tamayo, 1952),782.
[14] Luis Ospina Vásquez, Industria
y protección en Colombia, 1810-1930 (Bogotá: la oveja negra,
1955), 300-317.
[15] Está en el Gimnasio
Moderno de 1915 a 1918 y luego regresa a Colombia en 1939 en calidad de
exiliado y trabaja como profesor en la Escuela Normal Superior. En 1945 publicó
el libro la Geografía en Colombia
[16] Llegó a Bogotá en 1915, regresó a España en 1933 pero luego se
regresa como exiliado y muere en Bogotá en 1988.
[17] José Ortega y Gasset (1883 -1955) estuvo exiliado en
Argentina hasta 1942 cuando se va para Portugal. Fue profesor de la Escuela
Superior de Magisterio de Madrid (1909). Al igual de Luzuriaga estudio en
Alemania. Pertenece al movimiento denominado novecentismo.
[18] Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) fue director de la
Institución Libre de Enseñanza (ILE). Véase Francisco Giner. Educación y enseñanza Tomo XII. (Madrid,
Espasa Calpe,1933), 20. Obras completas de Francisco Giner se publicaron en
1889 en la Biblioteca Andaluza. Los trabajos de este tomo fueron publicados por
Giner en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. En este texto analiza
la situación de los maestros españoles de fin del siglo XIX, con la extrema
pobreza, de salarios de 125 pesetas anuales ganado según él menos que el
"harapiento bracero", 20.
[19] La Institución Libre de Enseñanza o ILE, fue fundada por Francisco Giner
de los Ríos en 1876 en España. Esta institución se originó por un grupo de
docentes, de la Universidad Central de Madrid, como un acto de rechazo al hecho
de haberse suprimido en la Universidad Central de Madrid la libertad de
Cátedra. La corriente filosófica que sustentó esta institución fue la de Karl
Christian
Friedrich
KrauseKarl Christian Friedrich Krause (1781-1832),
filósofo alemán que desarrolló el panenteísmo y que sustentó teóricamente el
krausismo. El Dios del panenteísmo es el creador y la energía vital del
universo, así como la fuente de la ley natural, por lo que es trascendente e
inmanente.
[20] Lorenzo Luzuriaga Medina (1889-1959), pedagogo español que se exilió
en Argentina y murió en Buenos Aires.
[21] Obras como "Mi credo pedagógico" de Laurent Bonardi,
Dewey. "Les intellectuels espagnols
exilés dans l’argentine peroniste", en Haol, No. 5 (2004): 53-64, consultada en línea. En este
artículo se destaca la producción académica de los exiliados españoles en
Argentina. Véase una amplia biografía en wikipedia.org/ wiki/Lorenzo_ Luzuriaga, consultada el 30 de mayo del 2013.
[22] Eduardo Peña Consuegra, Origen
y desarrollo de la burguesía colombiana. (Barranquilla:
Tipografía Dovel, 1971), 82.
[23] Eduardo Peña Consuegra, Origen
y desarrollo de la burguesía colombiana. (Barranquilla:
Tipografía Dovel, 1971), 82.
[24] Armando Suescún Monroy
"Datos para un balance de la universidad colombiana en el siglo XX", en Movimientos universitarios en América Latina,
ed. Olmedo Vargas Hernández (Tunja: RUDECOLOMBIA, 2005), 29 - 46.
[25] Diana Soto Arango. "El movimiento de estudiantes y catedráticos en
Santa Fe de Bogotá a fines del siglo XVIII", en Movimientos
estudiantiles en la historia de América Latina, ed. Renate Marsiske (México:
Universidad Nacional de México, Plaza y Valdés Editores, 1999), 40 - 60.
[26] Diana Elvira Soto
Arango. Polémicas universitarias en Santa
Fe de Bogotá. Siglo XVIII. (Bogotá: Universidad Pedagógica
Nacional, 1993)
[27] Asi mismo, en el Decreto 596 sobre
instrucción pública y profesional del 9 de octubre de 1886, en el concordato
del 31 de diciembre de 1887 y en el Plan Zerda de
1892. Decreto 595 de 1886 (9 de octubre) "Por el cual se organiza la
Instrucción Pública Primaria" Art. 25. En todas las escuelas, así normales o
primarias, se enseñará la religión católica" presidente J.M. Campo Serrano.
Ministro de
Decreto
544 de 1888 (14 junio) "Sobre enseñanza y prácticas religiosas en los
establecimientos de instrucción pública: Art. 1. En todas las Escuelas
Oficiales, así primarias como normales, se enseñará la Religión Católica". Art.
2 "En todos los Institutos universitarios y colegios incorporados en la
Universidad Nacional el curso de Religión Católica figurará ante los de
filosofía y letras determinadas por el artículo 14 del Decreto N. 596 de 1886.
D.O.N.7422 Año XXIV. Bogotá, lunes 18 junio de 1888. p. 636. Presidente Rafael
Núñez, Ministro de Instrucción pública J. Casas Rojas.
[28] del 10 de noviembre de 1870.
[29] Reforma Educativa de
1870, en el capítulo I, Art. 36 plantea que el gobierno no intervendrá en la educación religiosa, el Art. 38, se
elimina la cátedra de Religión del Plan de Estudios, el Art. 102, se refiere a
la obligatoriedad de la educación primaria.
[30] El concordato celebrado en 1887, entre S.S. LEÓN XIII Representado
por el Cardenal Rampolla y el Presidente de la
República Rafael Núñez, Delegado por Colombia el Dr. Joaquin Vélez. "El
concordato es esencialmente un convenio destinado a delimitar las órbitas de la
acción de la Iglesia y del Estado en aquellos asuntos que por su naturaleza
participan en las potestades". Ley 35 del 31 de diciembre de 1887.
[31] Ivón
Lebot. Elementos para la historia de la educación en
Colombia en el siglo XX, en Boletín
Mensual de Estadística N°. 249 DANE, (Bogotá: 1975), 147.
[32] Decreto 596 del 9 de octubre de 1886 en el título 5 se incorpora a
la Universidad la enseñanza de la cátedra de la religión católica. Es más, en
el Plan Zerda, en su decreto reglamentario 349 de
1892, en su Art. 5 "establece que los maestros serán nombrados por el gobierno
Departamental y deben poseer "buena conducta y profesar la religión católica óp, cit. p. 146. Nota: la Ley 39 de 1903 fue consultada en el libro Blanco. Universidad Pedagógica
Nacional.
[33] Gerardo Molina (1974) Las ideas Liberales en Colombia 1915-1934.
Ediciones Tercer Mundo. Primera edición agosto 1974. Capítulo VII La Generación
del Centenario y las ideas liberales. Obra publicada bajo el patrocinio de la
universidad Nacional de Colombia. Derechos Reservados Ediciones Tercer Mundo.
Homenaje a Jorge Zalamea y Luis Eduardo Nieto Arteta. Gratitud al doctor Manuel
José Cárdenas. Decano de la Facultad Nacional de Derecho y a los demás Miembros
del Consejo Directivo. 67- 76.
[34] Gerardo Molina (1974) Ex Rector Universidad Nacional. Ex
Representante. Ex Senador, su nombramiento reciente en la rectoría de la
universidad Libre, había estimulado allí una notoria actividad marxista. Se le
acusó de ser miembro del Partido Comunista Colombiano-PCC y de infiltrar dentro
del profesorado y en la sala de Gobierno de la Universidad. Molina, afirma que
la encontró semejante a la que tuvo que afrontar hace 9 años cuando dirigía la
U. Nacional (1947) y le endilgaron el mismo peligroso adjetivo de marxista. La
cátedra abierta. El problema, inexistente, a que se han referido algunos
periódicos, reside en el poco conocimiento de los hechos sociales. En Colombia,
que no es un país socialista, ni mucho menos comunista, no puede haber una
universidad socialista o comunista, pues la universidad es parte de la vida
social. La Universidad Libre es una cátedra abierta que no selecciona alumnos o
profesores con criterio de secta. En cuanto a la infiltración comunista, puedo
decir que ella no existe como tal. Lo que ocurre es que por el mismo carácter
de libre de la Universidad, en algunas cátedras, existen profesores de
ideología marxista, así como hay otros conservadores, otros socialistas, otros,
la gran mayoría liberales. Estos profesores de tendencias socialistas tienen
libertad para exponer sus tesis y los estudiantes conservan, también, toda la
libertad para seguirlas o no. El marxismo se enseña también, respetando la
conciencia de los estudiantes, porque es una doctrina que no debe ignorar
ningún universitario de ciencias sociales en la época actual". Tomado: Revista
Semana. Una revista de hechos y gentes de Colombia y del mundo. Volumen XXI No.
503 Bogotá, julio 9 de 1956. Página 10. El Rector Gerardo Molina. Discípulos
retozones.
[35] El 24 de febrero de 1921 editó por primera vez esta revista bajo la
dirección de Germán Arciniegas. Se suspendió el 20 de
abril de 1922 en el número 34, sin embargo, Arciniegas
la reanudo el 27 de junio de 1927 continuando con el número 35. Se dejó de
publicar el 21 de septiembre de 1929 en el número 152.
[36] Dirigida en Bogotá por los escritores Alberto Lleras Camargo y Jorge
Zalamea Borda.
[37] José Francisco Socarrás (1906 - 1995)
Médico y educador. Maestro de generación normalistas y el ideólogo de la
Escuela Normal Superior de Colombia; Institución que se creó para formar a los
"Maestros de Maestros". Llamada en su tiempo "El Vaticano de la cultura popular
nacional". El maestro Socarrás realizó estudios
secundarios en el Colegio BIFFI de Barranquilla. Se doctoró en Medicina en la
Universidad en 1930, con la tesis "principios fundamentales del psicoanálisis".
Como rector de la Escuela Normal Superior de Colombia entre 1937 - 1945,
imprimió una filosofía propia del hombre colombiano e insistió en la necesidad
de aplicar métodos de investigación aplicables."Socarrás,
es considerado como uno de los iniciadores en Colombia del psicoanálisis,
ciencia mediante la cual se lleva al enfermo a relatar sus experiencias, para
que, asociando libremente un recuerdo con otro, pueda dominar los complejos que
entraban su personalidad y que constituyen la razón de su estado. Inicialmente,
la controversia se trabó acerca del psicoanálisis, tema largamente debatido en
los últimos años, pero para especialistas y profanos, el punto central por
dilucidar era si Colombia cuenta o no con los medios suficientes para atender
las enfermedades mentales. Los expertos sostienen que así el enfermo se hace
consciente y proclaman al psicoanálisis como una revolución científica. Sin
embargo, otra corriente médica considera que por sí solo no puede curar todos
los tipos de la extensa y la compleja gama de enfermedades mentales y que es un
sistema complementario. Los métodos de tratamiento son de dos tipos: orgánicos
y sicoterápicos. Con los orgánicos (entre ellos electrochoques o la coma insulínica. Con los métodos psicoterápicos, entre ellos el
psicoanálisis, por medio de la sugestión o la razón, se lleva al enfermo a que
comprenda sus problemas para hacerlo consciente. La relación directa
médico-paciente, prescindiendo de tratamientos orgánicos, debe resolverse a
este sus conflictos mentales para curarlo. Socarrás,
afirma: que la asistencia psiquiátrica es la más abandonada que tiene el país y
que, además, se está intentando hacer psiquiatría sin psiquiatras. En Colombia
los recursos son ínfimos a tiempo que las personas que requieren sus servicios
van en constante aumento. La enfermedad crece y los medios asistenciales
permanecen estacionarios. No existe asistencia colectiva sino individual y que
esta solo pueden aplicarla cuando los pacientes acuden por lo avanzado de su
enfermedad. Socarrás, estudio cuatro años de
Especialización clínica en Paris. Defensor del psicoanálisis, en Francia
recibió las orientaciones de Paul Cenac, discípulo de
Henry Ey y de Paul Giraud".
Tomado: Revista Semana. Una revista de hechos y gentes de Colombia y del mundo.
José Francisco Socarrás. La polémica psiquiátrica.
Ciencia. Sonido esquizofrénico, Segunda época. No. 649. Bogotá del 2 al 8 de
junio 1959, 46, 47 y 48.
[38] Fundador del partido socialista. Profesor de Antropología y Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional.
[39] Otros, que se identificaron en lo político y/o literario como León
de Greiff; Jorge Zalamea Borda, Rafael Maya, Eduardo
Caballero Calderón, Aurelio Arturo, Alberto Lleras Camargo, Carlos Lleras
Restrepo, Darío Echandía, Juan Lozano y Lozano,
Antonio Álvarez Restrepo, Augusto Ramírez Moreno, Guillermo León Valencia,
Gustavo Rojas Pinilla, Gilberto Alzate Avendaño, Silvio Villegas, Fernando
Londoño y Londoño, Rafael Torres Quintero, Rafael Bernal Jiménez, Luis Ángel
Arango, Germán Pardo García, Eduardo Zalamea Borda, Luis Gabriel Cano, Roberto
García Peña, Luis Alberto Acuña, Edgar Negret.
[40] (Medina, 1984: 1932).
El 13 de marzo de 1909. Se denominó "El trece marciano" protesta estudiantil
dirigida por el estudiante Enrique Olaya Herrera.
[41] Álvaro Acevedo. Memorias de una época. El movimiento estudiantil en
Colombia en los años sesenta y setenta del siglo XX. (Bucaramanga, Universidad Industrial de Santander,
2016), 59.
[42] Antonio José RivadeneiraVargas, El
Poder del Saber y los Arquetipos de la Universidad Colombiana,
(Bogotá: Academia Colombiana de Historia, 2002), 179.
[43] Participaron como delegados de los estudiantes universitarios,
adscritos a la Universidad Nacional de Colombia, así: por la Facultad
[44] Dardo Cúneo. La Reforma Universitaria
1918-1930. Compilación, prólogo, notas y cronología. Biblioteca Ayacucho. (Caracas Venezuela, 1988). No. 39. Colombia 1924. Mensaje de la juventud a los
Miembros de la Misión Pedagógica. Segundo Congreso Nacional de Estudiantes,
57-66.
[45] Néstor Villegas, Eduardo Esguerra Serrano.
Mario Correa, Jorge Enrique Bueno, E. Amaya Rubio, PN. Gómez, Arcesio Mejía M., C.A. Torres Pinzón. Gustavo Esguerra Serrano, Luis E. Mora, Arturo Mejía M. Ricardo
Jordán, Moisés Prieto, Pedro C. Ortiz, Jorge Zalamea, Julio Concha, C. Cuellar
Wallis, R. Henao Toro. Julián Hernández.
[46] Diana Elvira, Soto Arango. La
Universidad en el periodo Colonial, (Tunja: UPTC, 2011).
[47] Dardo Cúneo. La Reforma Universitaria
1918-1930. Compilación, prólogo, notas y cronología. Biblioteca Ayacucho. (Caracas Venezuela, 1988). No. 39. Colombia 1924. Mensaje de la juventud a
los Miembros de la Misión Pedagógica. Segundo Congreso Nacional de Estudiantes, 57-66.
[48] Diana Elvira, Soto Arango. "La Universidad Colombiana. Políticas
públicas y reformas educativas 1774-2012", en Historia
de la Universidad Latinoamericana, Editora María Cristina Vera,
Colección Historia y Prospectiva de la Universidad Latinoamericana, Tomo V,
(Córdoba, Universidad de Córdoba, Argentina, 2013). 313-368.
[49] El artículo 42 de la
Constitución del 5 de agosto de 1886 señala: "La educación pública será organizada
y dirigida en concordancia con la religión católica". El Concordato ley 35 el
31 de diciembre de 1887.
[50] Diana, Soto Arango.
"Periodos de reforma universitaria en Colombia de la colonia al siglo XXI", Revista Historia de la Educación Latinoamericana,
Vol. 16 No. 22, (2014): 277-337.
[51] Decreto 491. Objeto. Concibió la Universidad como Científica,
Moderna, Experimental y Evolutiva. Señaló levemente la Autonomía Universitaria
con el funcionamiento de las facultades (art. 156). Presidente conservador, José
Manuel Marroquín. Ministro de Instrucción Pública, Antonio José Uribe.
[52] Ley 39 de 1903. Objeto. Establece la necesidad de una instrucción
Universitaria fuese profunda, severa y práctica. Presidente conservador, José
Manuel Marroquín (del 31 de julio de 1900 al 7 de agosto de 1904). El Decreto
número 719 del 8 de julio de 1903 nombra a Antonio José Uribe Ministerio de
Instrucción pública.
[53] Diana, Soto Arango; María Isabel, Lafuente. Autonomía y modelos universitarios en América Latina.
Tomo II (Bogotá, León. Universidad de León, España, Asociación Colombiana de
Universidades. ASCUN. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
RUDECOLOMBIA, 2007).
[54] Diana Elvira Soto
Arango. "Aproximación histórica a la Universidad Colombiana", en Revista Historia de la Educación Latinoamericana. No.
7 (2005): 99 - 136.
[55] María Lourdes,
Alvarado. "El movimiento estudiantil de 1875. Entre las demandas académicas y
los intereses políticos", en Movimientos
estudiantiles en América y Europa. Tomo II, (Córdoba, Argentina),
54 - 55.
[56] Diana Elvira, Soto
Arango. "Períodos de reforma universitaria en Colombia de la colonia al siglo
XXI". Revista Historia de la Educación
Latinoamericana Vol. 16, No. 22 (2014): 277-337.
[57] Suescún Monroy, Armando. óp.,
cit. 29
[58] Anales de la Cámara de Representantes de Colombia, Archivo del
Congreso Nacional, 1912, p. 48.
[59] Otto, Morales Benítez. Nuevos Aportes de Uribe Uribe
al Pensamiento Social, Vol. 10, (Antioquia: Talleres Gráficos de
la Imprenta Departamental, 1995), 289.
[60] Ibíd., p. 291.
[61] Antonio José Rivadeneira Vargas, óp.
cit., 176 - 177.
[62] Paul Ricoeur. Ideología y utopía. (Editorial Gedisa. Barcelona, 1994).
[63] María Cristina Vera.
"Un precedente de la reforma del 18: el I Congreso Internacional de estudiantes
americanos. Montevideo 1908", en Movimientos
estudiantiles en América y Europa. Tomo II, (Córdoba, Argentina,
2006): 89,90.
[64] María Cristina Vera, óp.
cit, 93.
[65] María Cristina Vera óp.
cit, 95
[66] Dardo Cúneo. óp. cit,
63, 65.
[67] Renán Silva
Olarte. La
educación en Colombia 1880- 1930. Tomo IV Educación y Ciencia. Luchas de la
mujer vida diaria. Nueva Historia de Colombia-NHC. Director Científico y
Académico Alvaro Mejía. Asesores Jorge Orlando Melo y Jesús Antonio Bejarano. (Planeta Colombiana Editorial, 1989), 84.
[68] De los compañeros delegados en el segundo Congreso Nacional de
estudiantes, muy leales compañeros: Germán Arciniegas,
Gabriel Turbay, Néstor Villegas, Eduardo Esguerra
Serrano. Mario Correa, Jorge Enrique Bueno, E. Amaya Rubio, P.N. Gómez, Arcesio Mejía M., C.A. Torres Pinzón. Gustavo Esguerra Serrano, Luis E. Mora, Arturo Mejía M. Ricardo
Jordán, Moisés Prieto, Pedro C. Ortiz, Jorge Zalamea, Julio Concha, C. Cuéllar
Wallis, R. Henao Toro. Julián Hernández. Advirtiendo que considera indispensable
no solo abrir nuevas cátedras, sino suprimir algunas porque no sirven para
nada. Véase en Dardo Cúneo. (1988), 65.
[69] Manifiesto de Córdoba Argentina, 1918. Publicado en Revista Historia
de la Educación Latinoamericana. No. 11, (2008), 249.
[70] Óp, cit, 252.
[71] Óp, cit., 254.
[72] Dardo Cúneo. Óp. cit. 57-66. Se terminó de imprimir
el día 30 de agosto de 1988 (Caracas Venezuela en los Talleres Cromotip. C.A. Calle del Loro, Urbanización
Central, Quinta Crespo).
[73] En Reforma Universitaria
1918-1930, (1924), 57.
[74] Nieto Caballero,
Agustín. "La Escuela y la Vida", citado en Universidad
Utopía, ICFES, Editora Nacional de Colombia Ltda., 1994, 307.
[75] Luis López de Mesa. Médico, educador, filósofo y científico. Nació
el 12 octubre de 1884 en Don Matías (Antioquia) y falleció el 18 de octubre de
1967. Hijo de Bartolomé López de Mesa y Virginia Gómez de ascendencia española
e inglesa. Se graduó de bachiller Colegio de San Ignacio (Medellín). Estudió
Medicina en la Universidad Nacional de Colombia en 1912. Se Especializó en
Psiquiatría y Psicología en la Universidad de Harvard, en 1916. Perteneció a la
Generación del Centenario. Participó en los debates sobre la raza y la
educación en los años de 1920. Considero que eran necesarias la enseñanza
femenina y la educación física. Buscando la integración del campo (rural) con
la Ciudad (lo urbano) creó la Comisión de Cultura Aldeana-CCA. Su programa se
inspiró en las Misiones Pedagógicas mejicanas creadas en 1923, por José
Vasconcelos (escritor y político mejicano, nació en Oaxaca 1882-1959) publicó
libros de carácter sociológico, filosófico y crítico, así como en las misiones
pedagógicas organizadas durante la república española. Consideraba que uno de
los problemas cruciales de Colombia era la fosa que separaba el campo de la
Ciudad. Para remediar lo anterior, trató de acometer una fuerte campaña
educativa. Escribió algunos ensayos filosóficos, apartándose de la tradición
tomista. Su obra se caracteriza por un cientificismo rudimentario como elemento
primario de la reflexión filosófica. Revista: Orientación filosófica
Latinoamericana. La Revista Universidad de Bogotá". Octubre de 1928. Publicada
en "el Gráfico" encuesta. "Suplica a usted le expresa en pocas palabras ¿Cuál
es el principio filosófico que mayor influencia ejerce en su espíritu? Firmado:
Germán Arciniegas y Luis López de Mesa.
[76] Luis López de Mesa, nombrado Ministro de Educación Nacional por
Decreto 1618 de 1934 (agosto 13) "Nombrar al señor doctor Luis López de Meza
Ministro de Educación Nacional" artículo único. Alfonso López Pumarejo,
Presidente de la República, Tomado Diario Oficial Año LXX. Número 22671.
Miércoles 29 de noviembre de 1934, 553. del 13 de agosto de 1934 al 24 de
septiembre de 1935. Le sucedió el señor doctor Darío Echandía
Olaya, nombrado por Decreto 1805 de 1935 (octubre 7) "Nombrase Ministro de
Instrucción Pública al señor doctor Darío Echandía
Olaya" artículo único. Firmado Alfonso López Pumarejo, Presidente de la
República. Tomado: Diario Oficial Año LXXI número 230|10 del miércoles 16 de octubre
de 1935, 97.
[77] Luis López de Mesa (1995) Función Deontológica de la universidad.
Pensamiento Pedagógico de los grandes educadores de los
países del Convenio Andrés Bello. Antología. Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador,
Panamá, Venezuela. Tomo I Convenio Andrés Bello-CAB. Secretaria Ejecutiva. Área
de Educación. Santafé de Bogotá. Colombia. Pedro Henríquez Guajardo Secretaria
Ejecutiva. Hernando Bernal Valenzuela, Secretario de Administración y Finanzas.
Edición especial efectuada por Editorial Voluntad S.A. para el Convenio Andrés
Bello según Contrato. Estudios nacionales Mariela Salgado, 279-282.
[78] Luis López de Meza (1995), 281.
[79] Ley 12 de 1934 (diciembre 01) "Por la cual se reorganiza el
Ministerio de Educación Nacional y se dictan otras disposiciones". Presidente
del Senado Federico A. Gómez. Presidente de la Cámara de Representantes E.
López Pumarejo. Secretario del Senado Fidel Perilla Barreto. Secretario de la
Cámara de Representantes Carlos Samper Sordo. Presidente de la República
Alfonso López Pumarejo. Ministro de Educación Nacional Luis López de Mesa.
Diario Oficial número 22765 del 20 de diciembre de 1934.
[80] Ley 12 de 1934 (diciembre 01) "Por la cual se reorganiza el
Ministerio de Educación Nacional y se dictan otras disposiciones". Presidente
del Senado Federico A. Gómez. Presidente de la Cámara de Representantes E.
López Pumarejo. Secretario del Senado Fidel Perilla Barreto. Secretario de la
Cámara de Representantes Carlos Samper Sordo. Presidente de la República
Alfonso López Pumarejo. Ministro de Educación Nacional Luis López de Mesa.
Diario Oficial número 22765 del 20 de diciembre de 1934.
[81] Este Ministerio fue creado en 1927.
[82] 13 de agosto d 1934 a 10 de julio de 1935.
[83] De 1941 a 1942 con
Eduardo Santos y Funda el Instituto Caro y Cuervo. Regresa de 1942 a 1945 Luego
con el Gobierno de Alberto Lleras de 1945 a 1946.
[84] Diana Elvira Soto
Arango y Aracely Forero "La Universalidad Latinoamérica y del Caribe en los
desafíos del siglo XXI. Revista Historia de la
Educación Latinoamericana. Vol. 18 No. 26, (2016): 304.