Reseñas de libros y
revistas
ACEVEDO
TARAZONA, Álvaro. 1968: Historia de un acontecimiento:
Utopía y revolución en la Universidad colombiana.
(Universidad Industrial de
Santander, 2017).
En
el marco del Seminario Internacional del Centenario de la Reforma de Córdoba,
en la UPTC-Tunja bajo la coordinación de la Dra. Diana Soto Arango, se realizó
la presentación del libro: Álvaro Acevedo Tarazona (2017) 1968 Historia de un
acontecimiento. (Utopía y revolución en la Universidad Colombiana). La obra es
una magnífica Opera Prima sobre la historia e historiografía de los movimientos
estudiantiles en Colombia y América Latina. Con una línea de investigación
desarrollada en varios lustros por el Dr. Acevedo Tarazona, nos deleita con la
mirada crítica sobre la evolución histórica del movimiento estudiantil que
tiene como epicentro la Universidad Industrial de Santander. Es meritorio
destacar la participación del equipo estudiantil en el desarrollo del libro y
la línea de investigación. Igualmente, es un trabajo que conjuga el concepto
que Pierre Vilar, en la tradición historiográfica de la Escuela de Annales,
denominaba la comprensión de la historia total. El autor, siguiendo la Escuela
de los Annales, incorpora todos aquellos campos del conocimiento humano que
puedan resultar útiles. Desde la historia de la universidad, la antropología
social, la sociología política, la estadística aplicada, la historia de los
libros y revistas, la economía social, la historia de la lucha armada, las
historia del concepto de ideología, la influencia de la teología de la
liberación, la historia de las élites intelectuales, la historia del mundo
subterráneo (Le Goff); todas fueron bienvenidas y todas demostraron ser de gran
importancia. La comprensión del tiempo es una magistral demostración
braudeliana, por igual nos destaca la visión del tiempo estructural como del
tiempo coyuntural. Por igual nos lleva de la mano en el estudio de la
influencia de la anglobalización como de la mirada contrahegemónica. En cinco
extraordinarios capítulos que enunciamos siguiendo la estructura del libro:
Capítulo I. Un balance historiográfico sobre el movimiento estudiantil en
Colombia y América Latina; II. El 68 en la revolución cultural planetaria; III.
19681972
Modernización educativa y protesta universitaria; IV. La nueva izquierda en
Colombia y el discurso universitario de izquierda en 1971; V. Revistas
culturales y libros de literatura. Recomendamos su lectura y se convierte en una
obra de lectura obligatoria para la historia de la educación latinoamericana,
muy oportuna a propósito del centenario de la Reforma de Córdoba. Porque el
Cordobazo tuvo su impacto en Colombia y se remite de manera significativa en la
UIS. Entre los muchos méritos que tiene la obra es importante destacar, por
encima de todo, que la lucha del movimiento estudiantil debe ser leído desde
las regiones por igual, y no solo desde la visión centralista.
Elaborado por: José
Pascual Mora García
Grupo de
Investigación HISULA – UPTC
GONZÁLEZ
GONZÁLEZ, Enrique. El poder de las
letras. Por una historia social de las universidades de la América hispana en
el periodo colonial (México: Universidad
Nacional Autónoma de México-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla-
Universidad Autónoma Metropolitana-Educación y Cultura, Asesoría y Promoción,
s.c., 2017).
Recientemente
ha sido publicado un texto titulado El poder de las letras. Por una historia
social de las universidades de la América hispana en el periodo colonial
escrito por el doctor en Historia de la Universidad de Valencia, Enrique
González González. De entrada, el título del libro no deja entrever la
agradable sorpresa que se llevará el lector. El poder de las letras no es solo
un libro para leer, es un excelente pretexto para realizar nuevos encuentros
con la historia colonial a partir del descubrimiento de nuevos archivos,
documentos y bibliografía relacionada con la situación universitaria en la
época colonial en la América hispana. El propósito del autor es retomar los
estudios sobre la historia de las universidades durante el periodo colonial con
base en estudios desde la historia social. La obra a lo largo de las casi mil
páginas se transforma en un minucioso catálogo de los acervos documentales
conservados en las ciudades de México, Lima, Santo Domingo, Córdoba, Sucre,
Mérida de Yucatán, La Habana, Guatemala, Santiago de Chile, Quito, Bogotá,
Ayacucho, Cuzco, Caracas y Guadalajara, además de las consultas obligadas en el
Archivo General de Indias y el Archivo Histórico Nacional, la Biblioteca
Nacional, la Biblioteca Real, el Archivo y Biblioteca Zubálburu, el Instituto
Valencia de Don Juan y la Academia de Historia en la ciudad de Madrid, sin
descuidar la consulta de los acervos documentales de las órdenes religiosas de
los dominicos, jesuitas y agustinos que crearon universidades en el Nuevo Mundo.
González
González busca "impulsar un acercamiento a los archivos con nuevos ojos, y
al pasado de las universidades desde nuevas perspectivas", lo cual le
permite crear un catálogo de todo el acervo documental existente acerca de la
historia universitaria en la época colonial en la América hispana. Su
preocupación va más allá de realizar un catálogo documental y a partir de
algunas preguntas de tipo archivístico trata de dar respuesta a interrogantes
sobre la formación de universidades reales y universidades pontificias, además
de entregar pistas de la transformación de los colegios y facultades en
disciplinas universitarias del antiguo régimen. ¿A quién pasaron los documentos
tras la clausura de las universidades coloniales? Los documentos caprichosamente
siguen su periplo calladamente hasta que encuentran quien les formule las
preguntas acertadas. En este trasiego, los archivos se extravían, se dispersan,
se unifican en archivos nacionales, regionales, eclesiásticos, conventuales, en
bibliotecas o, en el más triste de los casos, son saqueados, destruidos o
abandonados. Los historiadores, a veces, no mostramos un interés por los
documentos coloniales, ya por nuestra falta de formación archivística, ya por
nuestra falta de pericia para encontrar nuevos temas que puedan llegar a ser
atractivos después de largos siglos de silencio ante la falta de un
investigador que realice la pregunta pertinente al documento.
Probablemente,
González González, sin decirlo explícitamente, quiere provocar en una nueva
generación de historiadores un verdadero interés por los estudios coloniales a
partir de uno de los conceptos más novedosos para América: la universidad. La
historia colonial se ha limitado a la clarificación de la estructura jurídica y
administrativa impuesta por la Corona española en sus lejanos reinos allende el
mar. Pero se ha dejado en el olvido historiográfico la consulta de archivos
internos o institucionales en los que se pueden observar registros de carácter
escolar, actividades corporativas y financieras de las universidades para que
el historiador abra nuevas sendas de investigación, tal vez inagotables, frente
a las veintisiete universidades coloniales distribuidas en quince centros urbanos,
y de las cuales, quizá solo Águeda Rodríguez Cruz se ha atrevido a recrearlas
en su reconocida obra Historia de las universidades hispanoamericanas.
El
poder de las letras es un libro con una estructura formal de un preámbulo, tres
partes, una bibliografía general y tres índices (anexos, onomástico y
toponímico). La organización de la obra es un acierto porque el profesor
Enrique González González divide su texto en tres partes, una primera, Repensar
la historia de las universidades coloniales, en la que analiza el pasado de
estas instituciones bajo el marco del gobierno imperial y trata de esbozar la
función social de los graduados y las perspectivas de promoción e inserción en
el aparato burocrático imperial. En esta primera parte, el autor realiza un balance
de la historiografía existente en torno a las universidades coloniales y
sugiere nuevas perspectivas de investigación a partir de la consulta de
documentos de carácter legal y de tipo corporativo como registros escolares de
matrículas, cursos, cátedras, catedráticos, grados y graduados.
La
segunda parte del libro titulada Las ciudades, las universidades y las fuentes,
es una deliciosa travesía por veintisiete universidades coloniales en quince
centros urbanos, de los cuales el autor hace una descripción breve sin
descuidar la historia institucional de cada una de las universidades y
finalizando con una reseña de las fuentes localizadas, su ubicación y alcances,
además de un balance historiográfico. Si bien las dos primeras partes del libro
referencian algunos archivos y acervos documentales, es la tercera parte de la
obra la que demuestra plenamente el interés y vocación del autor. Un extenso
recorrido de 260 páginas traslada al lector a archivos desconocidos de América
en los que se pueden descubrir nuevas perspectivas de investigación. Esta parte
titulada Manuscritos e impresos. Una guía documental tiene una clara finalidad
práctica como es mostrar los archivos existentes en cada ciudad colonial
universitaria. El investigador puede encontrar en este apartado desde la
ubicación geográfica, los horarios de atención y las personas a cargo de los
acervos documentales hasta la información pormenorizada de la conservación de
la documentación, su acceso y el tipo de información que puede hallar en ellos.
Finalmente,
la obra cuenta con una amplia bibliografía organizada de manera general y por
cada país en la que fácilmente se encuentran textos clave y otros menos
conocidos acerca de las universidades coloniales establecidas por bula en el
caso de las regentadas por órdenes religiosas o por cédula real para las
instituciones fundadas por la Corona española.
Las
grandes metrópolis coloniales como Santo Domingo, México y Lima con sus
conflictos políticos y jurídicos dan paso a una investigación en el campo de la
historia social, que a su vez, remite a la formación de nuevas investigaciones,
lecturas y enfoques a partir de la búsqueda de historiadores que quieran ver la
Colonia desde el aspecto educativo y del encuentro de documentos que también,
buscan su investigador. En la época actual dominada por la incomprensión
gubernamental frente al papel de la universidad, una buena perspectiva de
investigación puede ser aquella que demuestre que para la Corona española, el
establecimiento de universidades en América no fue solo una política, sino una
realidad que permitió descubrir el conocimiento como alternativa de vida y de
ascenso social en una época marcada por el genocidio indígena, la incorporación
de la esclavitud, la expansión de la Iglesia católica y el mestizaje.
Elaborada por Álvaro
Acevedo Tarazona
Universidad
Industrial de Santander
DEL MAZO, Gabriel. (Compilación y notas) La Reforma
Universitaria. (3a. Edición). (Lima:
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 1967, 3 tomos.)
A
cien años del movimiento estudiantil que le dio su origen, la Reforma
Universitaria iniciada en Córdova en 1918 nos invita a realizar nuevas lecturas
e interpretaciones. En la Historia de la Universidad Latinoamericana Córdova es
un mito, en el sentido de discurso de los orígenes que frente a la verdad del logos, de
la razón, tiene "el valor de ser
la voz de un tiempo originario más sabio".[1]
Por ello, para cualquier estudioso: "Sería difícil
comprender la naturaleza de la universidad en los tiempos actuales sin el
conocimiento de lo que para la universidad latinoamericana significó aquel
movimiento reformista".[2] Ahora bien, el estudio de este
movimiento trasciende el ámbito universitario, ya que en él se sintetizan
diversas dimensiones de la historia social, política, educativa y cultural no
solo de Argentina, sino del continente, tal como se puede apreciar cuando se
ubica la Reforma en las coordenadas de una historia de redes, corrientes y
campos intelectuales en América Latina y el Caribe. [3]
La
dimensión histórica y la proyección latinoamericana de aquel movimiento lo
resume el grito rebelde de aquel estudiantado universitario que con su acción
de ruptura pensó que con ello terminaba de romper "la última cadena
que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y
monástica", sobre la cual se sustentó
el colonialismo español. En la conciencia de sus protagonistas están, pues,
estas dos ideas políticas fundantes del Movimiento Estudiantil de Córdova: su
naturaleza anticolonial y, por ende, antimperialista, y su escala continental,
perspectiva que le dará al reformismo un carácter profundamente
latinoamericanista. Así lo sintetiza el Manifiesto publicado el 21 de julio de
1918: "Creemos no
equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando
sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana". Esta
riqueza de influencias y propósitos es la que recoge la compilación documental
realizada por Gabriel del Mazo con el título La Reforma
Universitaria, la cual queremos comentar
a propósito de cumplirse este año 2018 el primer Centenario de la Reforma.
En
cuanto a su compilador, debemos recordar que Gabriel del Mazo (18981969)
era el Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Buenos
Aires en el tiempo de la Reforma y, desde allí, no solo le dio un ferviente apoyo
a sus compañeros de la Universidad de Córdova sino que, además, se dio a la
tarea de compilar y publicar en 1926, en seis tomos, los Anales de la Reforma
por ser "un registro de
rica experiencia en el pensamiento y en la acción, que los nuevos actores, o
bien los estudiosos de problemas americanos deseaban consultar". En
1936, el ya Ingeniero Del Mazo ingresa como profesor a la Universidad de La
Plata, institución en donde llegó a ocupar el cargo de Vice-rector Académico,
siendo Rector de esa universidad, el Dr. Alfredo L. Palacios (1880-1965),
destacado parlamentario socialista que desde Buenos Aires tomó en sus manos las
banderas del reformismo, en especial, las que tenían que ver con su dimensión
latinoamericanista.
En
la Universidad de La Plata, Del Mazo reedita la Reforma
Universitaria en 1941, llevándolo a
tres gruesos volúmenes, incluyéndole material fotográfico y ampliando la
documentación hasta 1940. La edición que comentamos, es la que realiza en 1967
la Universidad Mayor de San Marcos y consta de tres tomos, organizados por su
compilador en los siguientes temas: I) El movimiento argentino; II) Propagación
americana y III) Ensayos críticos. Las notas elaboradas por el compilador son
de una gran utilizada para el lector, ya que contextualizan los documentos
publicados y facilitan la mejor comprensión de los textos citados.
El
primer tomo está subdividido en trece capítulos, contentivos de una
documentación que va de 1918 a 1966: El año 1918; el I Congreso Nacional de
Estudiantes Universitarios de 1918; las Universidades de Santa Fe y La Plata
(1919-1920); documentos de la organización Acción Social y Anti-imperialista de
los Estudiantes (1918-1930); Algunas plataformas y declaraciones de principios
de entidades reformistas; Primeras interpretaciones argentinas (1918-1920); Los
diez primeros años (1928); La dictadura militar (1930-1931); el II Congreso
Nacional de Estudiantes (1932); Entre el II y el III Congreso (1933-1942); el
III Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios (1942); El gobierno militar
y la nueva dictadura (1943-1955) y la nueva Ley Universitaria y los nuevos
Estatutos de las Universidades Nacionales (1955-1958-1966). Este dos últimos
capítulos son incorporados para esta tercera edición que cuenta, además, con
tres prólogos: "A los estudiantes americanos", prólogo del autor para la
edición de 1941; "Hace cuarenta años", prólogo redactado por Germán
Arcmiegas, para una edición en 1958 que "no pudo
financiarse", y el prólogo que redacta
Luis Alberto Sánchez, para la edición peruana de 1967.
El
segundo tomo lleva por título "Propagación americana" y está dividido en
tres épocas: Primer época de 1918 a 1924, con documentación del Perú, Chile,
México, Uruguay, Cuba y Colombia; una Segunda Época de 1923 y 1924 que incluye
los documentos "Plan de la Alianza de Pueblos" elaborado y puesto en
acción entre 1823 y 1824 por Víctor Raúl Haya de la Torre, quien en 1931, sobre
esta base, fundará en el Perú el Partido Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA); y el Acta de fundación de la Unión Latino Americana, firmada
en Buenos Aires, 1925, por importantes líderes reformistas ya en plan político
continental, como Julio V. González y Gabriel del Mazo, acompañados por figuras
como José Ingenieros, Alfredo L. Palacios y Aníbal Ponce. En esta segunda época
se editan documentos de Panamá, Bolivia, Perú,
Paraguay, Bolivia, Uruguay, Brasil, Puerto
Rico y Centroamérica, agregando las resoluciones de la I
Convención Americana de Maestros de Educación Primaria, Secundaria y
Universitaria, celebrado entre el 7 y 17 de enero en Buenos Aires.
La
Tercera Época reúne documentos de la década de los años 30 y 40 procedentes de Bolivia, Perú,
Uruguay, México, Cuba, Paraguay, Venezuela y Guatemala, culminando con la
documentación del I Congreso
Iberoamericano de Estudiantes, celebrado en México en 1931; el II Congreso,
celebrado en San José de Costa Rica, en 1933; el I Congreso Latinoamericano de
Estudiantes, de 1937, en Chile; el Congreso Americano de Estudiantes de 1943,
también en Santiago de Chile; el Congreso Latinoamericano de Estudiantes
celebrado en Montevideo, en 1955; el III Congreso de la Confederación Nacional
de Estudiantes Universitarios de Chile, de 1952 con su Declaración de
Principios y Acuerdos, y las actas del I Congreso Nacional Extraordinario
de
Estudiantes del Perú, de 1945. En resumen, el testimonio vivo del quehacer
académico y político del movimiento estudiantil latinoamericano y caribeño en
la primera mitad del siglo XX.
El
tercer tomo de la obra que comentamos reúne los "Ensayos críticos"
sobre la Reforma Universitaria publicados en diferentes medios del continente
por la intelectualidad latinoamericana y caribeña. El tomo está estructurado en
cinco capítulos. El primero se denomina "Nuevas interpretaciones argentinas",
con las firmas de Héctor Ripa Alberdi (1922), Pedro A. Verde Tello (1922),
Arturo Orgaz (1922), Julio V. González (1923), Carlos Cossio (1923), José Luis
Lanuza (1924), Enrique F. Barrios (1924), Homero M. Guglielmini (1925), Mariano
Hurtado de Mendoza (1925) y Raúl Amaral (1958). El segundo capítulo se denomina
"Proyecciones del Movimiento Reformista en las Universidades
Españolas" con escritos de Augusto Pí Suñer (1919), Wenceslao Roces (1926)
y José Ortega y Gasset (1930). El tercero trata de las "Interpretaciones
en países americanos" elaboradas por José Ingenieros (1924), Alfredo L.
Palacios (1925) y Manuel Ugarte (1931), de Argentina. Por Colombia Germán
Arciniegas con dos artículos, uno de 1922-1923 y el otro de 1932. De Cuba, Julio
Antonio Mella (1928), Alfonso Bernal Del Riesgo (1923) y José A. Foncueva
(1927). Del Perú Haya de la Torre (1924 y 1965), Antenor Orrego (1932), José
Carlos Mariátegui (1928), José A. Encinas (1935), Luis Alberto Sánchez (1940) y
Andrés Towsend Ezcurra (1938). De Uruguay, José P. Cardoso (1934), Carlos
Quijano (1928), Arturo Ardao (1934) y Elio García Ausstt (1931). Finalmente, de
Venezuela, Jóvito Villalba (1936), Rómulo Betancourt (1947) y J. M. Siso
Martínez (1965).
El
capítulo cuarto trae las "Últimas interpretaciones argentinas" con
las firmas de Saúl Alejandro Taborda (1932), Florentino Sanguinetti (1929),
Carlos Sánchez Viamonte (1926), José Gabriel (1932), Julio V. González
(1941-1945), Aníbal Ponce (1927), Carlos
Cossio (1927), Ángel Guido (1932), Alberto Baldrich (1934), Juan Lazarte
(1935), Santiago Monserrat (1936), Pablo Lejarraga (1938), Enrique Puccio
(1938), Héctor P. Agosti (1938), Ernesto Giudice (1938), Alcides Greca (1938),
Diego Luis Molinari (1938), Noél H. Sbarra (1938), Gabriel del Mazo (1938),
Augusto J. Durelli (1942), Nicolás Romano (1942), Gregorio Bermann (1946) y
Gerardo Andújar (1956). Cierran la obra las opiniones de autores americanos:
Juan José Arévalo (1930), Guy Inman (1941), Gerardo
Molina (1946), Natalicio González (1949), Luis Alberto Sánchez (1962), Ricaurte
Soler (1963), A. R. Boscán (1966) y Luis Manuel Peñalver (1966). Por su
magnitud, esta obra documental de Gabriel del Mazo es de obligatoria consulta
para quienes quieran acercarse a las múltiples dimensiones que caracterizan al
Movimiento Reformista de Córdova. La obra merece reeditarse, con nuevos
estudios críticos y nueva documentación, en homenaje a su autor y como
contribución documental a la Historia del Movimiento Estudiantil y de la
Universidad Latinoamericana en el siglo XX.
Elaborado por: Reinaldo Rojas
Universidad
Pedagógica Experimental Libertador (Venezuela)
Grupo de
Investigación HISULA
GONZÁLEZ, Marcela B.; VERA
DE FLACHS, María Cristina. Actores de la Reforma. Del espíritu de
círculo al amanecer democrático en América, 1918.
Argentina: Universidad Nacional de
Córdoba.
El libro "Actores de la Reforma" es la cristalización de una
intensa investigación en la cual las autoras se ocuparon de rastrear los datos
biográficos de quienes participaron en los hechos de la reforma universitaria
de 1918. Es un racconto pormenorizado de las personas que hicieron de la
reforma un hecho social e histórico, más allá- aunque sin poner en desmedro- de
las personalidades que los relatos históricos han preservado como protagonistas.
El largo listado de estudiantes, profesores, autoridades e intelectuales que
participaron en esos intensos días de junio, está acompañado por un estudio que
contextualiza la reforma en la vida cotidiana de la ciudad de Córdoba en la
década de 1910.
[1] Hans Georg
Gadamer. Mito y razón. (Madrid: Paidós, 1997.) p. 16.
[2] Fernando Tejerina. (Editor). La
Universidad. Una historia ilustrada. (Madrid: Turner, 2010.) p.
195.
[3] Martín Bergel y Ricardo Martínez Mazzola. "América Latina como práctica. Modos de sociabilidad
intelectual de los reformistas universitarios 1918-1930" en Historia de los intelectuales de América Latina y el
Caribe, director Carlos Altamirano. (Buenos Aires: Katz editores.
2010.), pp. 119-145.