Artículos
Contribución
al estudio de la educación superior de la República Argentina. Un
recorrido a través de la Historia de la Universidad Nacional de Córdoba
Contribution
to the study of higher education of the
Argentine Republic. A journey through the History of the National University of
Córdoba
Contribuição
ao estudo do ensino superior na República Argentina. Uma viagem pela História
da Universidade Nacional de Córdoba
María Cristina Vera de Flachs*[1]
*Universidad Nacional de Córdoba, Argentina CONICET-Grupo
de investigación HISULA - UPTC
RESUMEN
Parte de este texto fue leído en
el panel organizado por la Dra. Diana Soto Arango en ocasión del VI Congreso
Internacional sobre Historia y Prospectiva de las Universidades de Europa y
América CIHPUEA), realizado en Tunja del 10 al 12 de octubre de 2016. El
objetivo de aquel encuentro era contribuir a mirar la historia de las
universidades argentinas
haciendo hincapié en lo ocurrido en la Universidad Nacional de Córdoba a lo
largo de su historia. Teniendo en cuenta el título del mismo y considerando la
amplitud del periodo de estudio, desde la fundación de la universidad hasta
nuestros días, acotamos el mismo a la construcción de su marco legal y la
agenda durante las últimas décadas del siglo XX. Se utilizaron fuentes
primarias, ubicadas en los archivos de la Universidad de Córdoba,
colecciones de prensa, bibliografía específica y mis propias investigaciones.
Metodológicamente el trabajo parte de una revisión crítica de lo realizado
hasta ahora, que pretende caracterizar con sus correspondientes particularidades
los diferentes momentos históricos analizados. La elección de los textos se
hizo siguiendo el criterio simple de tratar de arrojar luz sobre las temáticas
que hemos abordado, de manera tal que el material sirva como referencia en
distintas líneas de pensamiento.
Palabras clave: Universidad; Córdoba; reforma; educación
superior.
ABSTRACT
Part of this text was
read in the panel session organized by Dr. Diana Soto Arango
on the occasion of the VI International Congress on History and Prospective
Studies of the Universities of Europe and America CIHPUEA), held in the city of
Tunja from 10 to 12 October, 2016. The aim of the
congress was to contribute to revisit the history of Argentine universities,
with special emphasis on the history of the National University of Córdoba. Taking into account the
title of this work and considering the broad period of study, from the founding
of the university to its current situation, we limit ourselves to the study of
the construction of its legal framework and its agenda during the last decades
of the twentieth century. Primary sources were used, some of them located in
the archives of the University of Córdoba, press collections, specific
bibliography, and my own previous research work. Methodologically, the work
starts from a critical review of what has been done so far and aims to
characterize the different historical moments analyzed with their corresponding
particularities. The choice of texts was made following the simple criterion of
trying to illuminate the topics we have
addressed previously so that the material serves as a reference in different
lines of thought.
Keywords:
University; Córdoba; reform; higher education.
RESUMO
Parte deste
texto foi
lido no painel organizado pela Dra.
Diana Soto Arango por ocasião do VI Congresso Internacional
de História
e Prospectiva das Universidades da Europa
e América CIHPUEA, realizado em Tunja de 10 a 12 de outubro
de
2016. O objetivo desse encontro foi contribuir para o estudo da
história das universidades argentinas, enfatizando o que aconteceu
na Universidade Nacional de
Córdoba ao longo de sua história. Tendo em
conta o
título da mesma
e
considerando a amplitude do período de estudo, desde a
fundação
da
universidade
até aos nossos dias, limitamos o mesmo à construção do seu
quadro legal e agenda durante as últimas décadas do século XX. Foram utilizadas
fontes primárias, localizadas nos arquivos da Universidade de
Córdoba, coleções
de imprensa, bibliografia específica e minha própria pesquisa. Metodologicamente,
o
trabalho parte de uma revisão crítica do que foi feito até então, que visa
caracterizar os diferentes momentos históricos analisados com suas
correspondentes particularidades. A escolha dos textos foi feita seguindo o
simples critério de tentar esclarecer as questões que abordamos, de modo que o
material serve de referência em diferentes linhas de pensamento.
Palavras-chave: Universidade; Córdoba; reforma; Educação superior.
Recepción: 10/12/2018
Evaluación: 10/01/2019
Aceptación: 17/02/2019
Parte de este
texto fue leído en el panel organizado por la Dra. Diana Soto Arango en ocasión
del VI Congreso Internacional sobre Historia y Prospectiva de las Universidades
de Europa y América CIHPUEA), realizado en Tunja del 10 al 12 de octubre de
2016. Para cumplir los estándares de publicación, el texto fue revisado y se
incluyeron notas de pie de página y las referencias bibliográficas
correspondientes.
El objetivo de
aquel panel se centró en revisar la historia de las universidades argentinas
haciendo hincapié en lo ocurrido en la Universidad Nacional de Córdoba a lo
largo de su historia. Teniendo en cuenta el título del mismo y considerando la
amplitud del periodo de estudio, desde la fundación de la universidad hasta
nuestros días. En un intento por hacer un relato acotado, tuvimos en cuenta la
construcción de su marco legal y la agenda a partir de las últimas décadas del
siglo XX.
Muchas preguntas
podrían plantearse al estudiar un periodo tan prolongado y no las desconocemos,
sin embargo, en esta ocasión nos limitamos a las siguientes: ¿cómo eran sus
saberes y cuál era el modelo de universidad en el periodo anterior y posterior
a la reforma de 1918?, ¿cuáles fueron los acontecimientos socio políticos que a
lo largo del siglo XX incidieron para que la Universidad argentina mostrara
periodos de crisis y modificara sus normativas?, ¿cuál fue el modelo de
universidad en tiempos de dictadura?, ¿qué cambios hubo con el regreso a la
democracia y cuáles fueron las consecuencias de las políticas neoliberales de los
noventa?, ¿qué motivos incidieron en el siglo XXI para la fundación de nuevas
universidades en el país?, y por último, ¿cuál es la agenda de la educación
superior en dicho siglo?
La recolección
de la información se basó en fuentes primarias ubicadas en los archivos de la
Universidad de Córdoba, colecciones de prensa, bibliografía específica, e
investigaciones previas de mi autoría. Metodológicamente, el trabajo parte de
una revisión crítica de lo realizado hasta ahora e intenta caracterizar, con
sus correspondientes particularidades, los diferentes momentos históricos
analizados. La elección de los textos siguió un criterio simple, el de tratar
de arrojar luz sobre las temáticas abordadas anteriormente de tal manera que el
material sirva de referencia en distintas líneas de pensamiento.
1.
Breve esbozo histórico sobre la universidad argentina y su relación con el
gobierno y la sociedad
Para quienes no
están al tanto de lo ocurrido en mi país respecto a la educación superior,
ofreceré a continuación un breve esbozo histórico sobre ella. Deseo recordar
que Córdoba, ciudad mediterránea, fue el centro geográfico e intelectual del
virreinato del Río de la Plata y zonas adyacentes durante la época colonial.
Pocos años después de la fundación de la ciudad en el siglo XVI, los jesuitas
fundaron en 1613 la Universidad, primera casa de altos estudios del actual
territorio argentino hasta comienzos del siglo XIX. La misma estuvo bajo su
dirección hasta su expulsión, pasó entonces a manos de los franciscanos hasta
1807, luego del clero secular, y después de la independencia, en 1810, dependió
del gobierno provincial y a partir de 1854, del Estado nacional, gozando en
todas sus épocas de brillo y prestigio. El poeta cordobés Arturo Capdevila
sintetizó la importancia de esta casa de altos estudios al decir:
“La
Universidad es historia... historia
desde la hora misteriosa como lo es toda hora de súbita inspiración, en que el
Obispo Trejo y Sanabria resolvió fundar en aquel caserío una casa de altos
estudios. Oro no había. Plata tampoco, ni otro metal codiciable. Habría, en cambio,
para todo el curso de los tiempos, oro y plata en la minería de los
espíritus"[2].
El modelo de la
universidad argentina, en los inicios del siglo XIX, fue el propuesto por Wilhem von Humboldt para la universidad de Berlín, y
adoptado luego por otras universidades germanas, que se diferenciaba del modelo
francés o napoleónico, y destacó por ser formadora de
profesionales dedicados a un saber-hacer. El modelo alemán colocaba a la
universidad como el vehículo apropiado para desarrollar
el ideal humanista
y
tendría por función asegurar el tránsito entre la educación formal y
sistemática hacia el cultivo de la ciencia[3]. Así, la universidad se
transformaba no en un centro de enseñanza sino de investigación, lo que suponía
en el proceso de formación una relación estrecha y de mutua colaboración entre
el estudiante y el profesor.
Ese modelo se
reflejó en la historia de la universidad en tiempos de las presidencias de
Domingo F. Sarmiento y Nicolás Avellaneda. Provincia y Universidad de Córdoba
tuvieron un gran impulso como lo demuestra la inauguración, en 1870, del
Observatorio Astronómico Nacional, primero en la Argentina y en el hemisferio
austral, y la creación de las Facultades de Medicina y la de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales, así como la inauguración de la Academia Nacional de Ciencias.
Destacados científicos extranjeros, particularmente de procedencia alemana,
llegaron en ese tiempo desarrollando importantes investigaciones relacionadas
con la mineralogía, geología, zoología o botánica. En un corto lapso cambió el
perfil académico de la universidad, ahora con predominio de las ciencias
experimentales, al mismo tiempo que se recibía el influjo del liberalismo
político y el positivismo filosófico[4].
Entretanto,
el 12 de agosto de 1821 se fundó la
Universidad de Buenos Aires. En respuesta al crecimiento que experimentaron las
dos universidades existentes en esa etapa, el 25 de junio
de 1885 se promulgó la ley 1597, conocida como la ley Avellaneda[5],
que propició una fuerte dependencia del poder ejecutivo nacional
respecto a la elección del rector y los profesores
titulares que eran escogidos de una terna que conformaba el Consejo Superior y
cada Consejo Directivo de las respectivas facultades, esto cada vez que fuera
necesario cubrir una vacante. En consecuencia, la precaria autonomía de esas
universidades se vio resentida en los años subsiguientes y no tardó en ser
cuestionada. Sin embargo, la ley mantuvo su vigencia hasta 1947.
2.
La universidad debe "vestir a la moda"
El proceso de
secularización que ocurrió en otras universidades latinoamericanas, se sintió
en Córdoba tardíamente, y ello se debía a que sectores conservadores
detentaban el gobierno universitario, aunque el ambiente denunciaba una
necesidad de cambio. Los intelectuales y egresados de ese tiempo conformaban
una elite con clara conciencia de grupo y pertenencia a un estrato para el cual
estaban reservadas las altas funciones del gobierno, no obstante, muchos
comenzaron a cuestionar la institución señalando que la misma debía vestir a la
moda.
Para fines de
esa centuria un exalumno y pensador, el Dr. Ramón J. Cárcano, compenetrado desde hacía largos años de la
urgencia de realizar una reforma escribió, en 1892, un libro titulado La Universidad de Córdoba,
donde señaló que esta podía adoptar el modelo de organización de las
universidades alemanas, basándose en lo observado en su viaje a Europa[6].
Su propuesta contemplaba desde la autonomía hasta la enseñanza gratuita y la
elección democrática del rector. Los reclamos se hacían sentir también en la
prensa; en un artículo aparecido en ese tiempo en un periódico bien mordaz se
decía que:
"la
Universidad de Córdoba necesitaba vestirse a la moda, y aunque de ella hayan
salido los hombres más expectables que tiene el país, sin embargo no es propio,
dado el gusto moderno que ella continúe regenteada por hombres que solo enseñan
preocupaciones, fanatismos e ideas antediluvianas... ¡Fuera entonces todos los
retrógrados que quieren hacer conocer a Dios antes que a la naturaleza![7]
Esto dio motivo
a que otros actores hablaran de la necesidad de efectuar cambios; por ejemplo,
Osvaldo Magnasco, ministro de educación del
presidente Julio A. Roca, en 1899 y desde los mismos estrados de la Universidad
de Córdoba refiriéndose a las universidades dijo:
“Las instituciones
son al fin formaciones de orden moral y tienen que adquirir -o languidecen o
mueren- la consistencia y morfología misma que quiere darles el medio que las
nutre"[8].
Y a continuación
presentó un proyecto de ley titulado Plan de Instrucción General y
Universitaria que, aunque bien fundado, no tuvo éxito. Estas primeras reformas
no tuvieron acogida pues eran impuestas desde arriba. Esto nos anima a
preguntarnos ¿Cómo se veía en Córdoba la enseñanza universitaria a comienzos
del siglo XX? Los acontecimientos internacionales, como la Primera Guerra
Mundial y la Revolución Rusa, plantearon nuevos problemas y eso llevó a los
intelectuales y a los jóvenes a reflexionar sobre el mundo del momento. Europa
dejaba de ser vista como meta y América comenzaba a expresar la necesidad de
ser el relevo del viejo mundo. Intelectuales de la talla de José Enrique Rodó,
Rubén Darío, José Martí y el mismo Deodoro Roca
señalaban el fin de los valores y moral europeos sobre el mundo americano y
pensaban en una renovación[9].
En los últimos
meses de 1917, los jóvenes cordobeses abandonaron su rol pasivo y reclamaron el
derecho a ser protagonistas de la vida universitaria solicitando la
actualización de contenidos programáticos, y el ingreso de nuevas corrientes de
pensamiento, temas que venían reiterando desde tiempo atrás sin obtener
respuestas concretas. Pero esta vez el ambiente se complicó a raíz que, desde
distintas vertientes y en diferentes momentos, muchos expusieron sus
concepciones acerca de la necesidad de efectuar trasformaciones. Evidentemente querían
un cambio de los viejos sistemas de enseñanza en los que se advertía el resabio
colonial, que en Córdoba significaba el predominio de lo eclesiástico y el
influjo teocrático y teológico, lo que explica que los gritos de los jóvenes en
las calles de Córdoba fuera Frailes,
no. Ser reformista implicaba ser laicista. Por entonces el
estudiantado tenía un enemigo común; el clericalismo y el antiimperialismo.
3.
El contexto socioeconómico de la Argentina en 1918 y la Reforma Universitaria
Para 1918 la
República Argentina estaba entre los primeros ocho países del mundo y el
primero en América latina respecto al estado de su educación. Contaba con tres
universidades nacionales: la de Córdoba, la de Buenos Aires (establecida en
1821) y la de La Plata (el 19 de agosto de 1905) y una provincial de reciente
creación, la de Tucumán (instituida el 25 de mayo de 1914) y la propuesta de
los jóvenes para que se crease otra casa de altos estudios en el Litoral. Ese
año los estudiantes decidieron actuar y como primera medida, el 11 de abril,
fundaron la Federación
Universitaria Argentina y el 15 de junio, sentaron las bases de
lo que se conoce como la Reforma Universitaria, donde se planteó la centra- lidad del estudiante, abogando por la asistencia libre,
periodicidad de cátedra, publicidad de los actos universitarios, extensión y
ayuda social a los educandos, la renovación del currículo y la autonomía que
surge como repuesta a la intromisión política de los gobiernos
sobre la institución.
Sin embargo, en
mi opinión, el legado más vivo de la reforma fue pensar la Universidad. Ir
contra prejuicios, dogmas y extender los progresos científicos para
ponerlos
al alcance de todos. Proclamar nuevos ideales de libertad, una
democracia libre de fraudes, tender una mano a la clase obrera y crear una
conciencia en las juventudes de América que enfrentara y resolviera los
problemas con un carácter revolucionario, lo que suponía una acción
antiimperialista en el plano económico y cultural.
Uno de los
principales adalides de la reforma de 1918, Deodoro
Roca, sostenía en el Manifiesto Liminar que:
"...en
la Universidad está el secreto de la futura transformación. Ir a nuestras
universidades a vivir, no a pasar por ellas... Probablemente
la organización de los pueblos se realizará conforme al tipo de una cierta
universidad, que todavía no hemos delineado, pero al que se aproximan mucho las
universidades americanas: es necesario ponerse en contacto con el dolor, con la
esperanza del pueblo, ya sea abriéndole las puertas de la Universidad o
desbordándola sobre él. Así, al espíritu de Nación lo hará el espíritu de la
Universidad"[10].
En poco tiempo,
la reforma de Córdoba de 1918 y el programa propuesto recorrió diez países
americanos, mientras en Córdoba, su ciudad bautismal, la contrarreforma hacía
su aparición. Pronto se volvieron a oír los discursos estudiantiles que volvían
a reclamar una universidad moderna, al tiempo que la Federación Universitaria
de Córdoba se convertía en el brazo que movilizó las huelgas estudiantiles de
1923, 1924, 1928, y 1932.
Cuando en
setiembre de 1930 estalló el primer golpe de Estado en la Argentina, el
estudiantado paradójicamente acompañó en un comienzo al mismo; aunque pronto se
dieron cuenta de su error cuando comprobaron las primeras persecuciones
ideológicas y los despidos de docentes reformistas. Por eso, Deodoro Roca
plantea la necesidad de la politización del movimiento reformista y, trazando
el camino para ese "difícil tiempo nuevo", sostiene que la lucha
debía ser democrática y antifascista. Con gran lucidez, previendo lo que iba a
ocurrir en años posteriores en el país, aseguró:
La
aventura de septiembre restablece, inesperadamente lo peor de la tradición
militar del país. Nos southamericaniza en el nefasto
sentido de la palabra. Claro que el Ejército, propiamente, no gobernará; pero
no se podrá ya prescindir de él en nuestra vida política. Y se corromperá cada
vez más. Y servirá -quién sabe hasta cuándo- para los peores menesteres. En vez
de servir a los fines democráticos que justificaron su creación, en vez de ser
una fuerza organizada para defender la integridad de la Patria y el
afianzamiento de su libertad con los valores de civilidad y justicia que sólo
ella puede asegurar, será -cada vez más- en lo exterior un peligro, y en lo
interior un instrumento de opresión, amparo del privilegio y de la iniquidad"[11].
5.
La educación superior hacia la segunda mitad del siglo XX
La década de los
cuarenta hasta la mitad de los cincuenta la política universitaria argentina
estuvo dominada por el peronismo, caracterizado sobre todo en sus últimos
tiempos por fuertes matices autoritarios y por la presencia de una oposición
cada vez más combativa[12].
Eso cambió
drásticamente en la entre 1956 y 1966 cuando la universidad estuvo marcada por
la modernización y el desarrollo. En ese periodo, su gestión está ligada al
proceso de institudonalizadón de las Ciencias
Sociales y al surgimiento de un pensamiento social latinoamericano. Grandes
intelectuales como Risieri Frondizi,
Raúl Prebisch, y Gino Germani;
en Argentina o Darcy Ribeiro; en Brasil fueron los
impulsores de una universidad cuya misión social debía realizar una
transformación radical de las antiguas estructuras sociales, políticas, y
culturales del continente[13].
Ese período es considerado por muchos como la época de oro de las universidades
argentinas, pero pronto concluiría.
El cierre de esa
etapa se produce en las décadas del sesenta y setenta cuando Latinoamérica y
Argentina sienten grandes convulsiones a raíz del advenimiento de las
dictaduras militares, lo que trajo como consecuencia el cierre de una etapa y
el inicio de tremendos problemas para la educación superior.
Los jóvenes
tomaron su puesto como ciudadanos en la vida política y en sus demandas
hablaban ahora de socialismo, revolución, y expulsión del imperialismo en todas
sus formas y de las oligarquías asociadas al capital extranjero. Pero no por
ello dejaron de dar batalla a temas estrictamente académicos, reclamando por el
atraso que mostraban ciertas cátedras[14]. En ese clima de protesta se
unieron a la clase obrera para cuestionar el orden político dictatorial. La
unión con ese sector era imprescindible, particularmente en Córdoba donde en
los años 50 se habían instalado varias industrias automotrices y las Industrias
Aeronáuticas y Mecánicas del Estado. El debate universitario planteaba la
antinomia entre la universidad de los trabajadores del pueblo y la universidad
científica o universidad de la excelencia. "Dicho de otro modo; calidad o
inclusión"[15].
Entretanto, el
crecimiento de la población estudiantil universitaria fue considerado como uno
de los problemas socialmente más relevantes. A partir del diagnóstico de
superpoblación estudiantil se puso en marcha el Plan Taquini[16].
La universidad de masas en contraposición con la universidad científica fue uno
de los principales factores que motivó el desarrollo del Plan. El aumento
sostenido de la matrícula, en todas las universidades del país, era
incompatible con una universidad científica que debía velar por el desarrollo y
el progreso.
Para
descentralizar, entre 1971 y 1973, se crearon 13 universidades y se
nacionalizaron algunas provinciales lo que posibilitó que, en 1975, Argentina
contase con un total de 47 universidades nacionales, número que se mantendrá
estable hasta 1989.
En 1976 se
produjo un nuevo golpe de Estado. Entre esa fecha y 1983 el modelo
universitario se caracterizó por la intervención directa del gobierno militar
con rectores y decanos interventores, control ideológico, político y educativo.
La ley 21276 de 1976 consagró y subordinó las universidades al control del
Estado[17].
Entre otras cosas, se estableció que "quedaba prohibida, en el recinto de
las universidades, toda
actividad que asumiera formas de adoctrinamiento, propaganda,
proselitismo o
agitación de carácter político o gremial, docente, estudiantil y no
docente". La consecuencia de esta política universitaria fue un descenso
abrupto de la matrícula, aplicación de aranceles, cupos de ingreso, reducción
del financiamiento universitario. A la vez se estableció un sistema represivo
contra todos los que tuvieran ideas distintas al régimen, lo que provocó
centenares de víctimas y numerosos exiliados entre sus docentes y estudiantes.
Dicha política originó una época de violencia donde hubo obreros,
docentes y estudiantes desaparecidos o privados de su libertad y mucho fanatismo
de
parte de los grupos
guerrilleros.
Los crímenes de la derecha y de la izquierda causaron mucho daño al país
y
a la universidad argentina.
En síntesis, los
reiterados quiebres políticos y la inestabilidad institucional que sufrió
Argentina en el último cuarto de siglo XX incidió para que las universidades
públicas sintieran cambios y retrocesos, y se desfinanciaran.
7.
El regreso de la democracia y un nuevo clima político y social en Argentina
A partir de los
años 80, en el marco de la apertura económica y el regreso a la democracia,
los Estados latinoamericanos elaboraron
distintas respuestas ante el aumento de la demanda de la educación
superior en vinculación con la globalización económica; entre ellas la
diversificación de fuentes de financiamiento, reformas curriculares, expansión
de las universidades privadas, actualización docente, y promoción de carreras
no tradicionales orientadas al mercado. Para Claudio Rama, este sería el
periodo de la segunda reforma[18].
En 1983, la
República Argentina comienza a transitar el camino hacia la democracia, y
concomitantemente se produce la normalización de la vida universitaria. Para la
Universidad de Córdoba, como para tantas otras nacionales, eso significó que se
reincorporaran docentes que, por distintas razones, en su mayoría políticas, se
habían alejado de las aulas. Paralelamente se llamaron a concurso las cátedras
que habían quedado acéfalas.
Durante los años
noventa, la implementación de las políticas neoliberales se extendió
ampliamente por territorio sudamericano, contando con el apoyo de los
organismos financieros, en especial del Fondo Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Mundial (BM), lo que dejó un saldo lamentable para el crecimiento
económico, el trabajo, la salud y el bienestar de millones de argentinos. Esas
instituciones tuvieron un rol capital en el diseño de programas
destinados
a la reformulación de los sistemas educativos de la región, en ámbitos tales
como la escuela primaria, la secundaria y el
nivel universitario.
En consecuencia,
en la Argentina el 20 de julio de 1995 se sancionó una nueva Ley de Educación
Superior (LES) No. 24501 que regulaba el sistema universitario[19].
La política de mejorar la calidad académica dejaba de lado la intervención en
las carreras de grado, para promocionar la oferta de los posgrados y
maestrías, que comienzan a proliferar en el ámbito
universitario[20].
La ley tuvo
resistencia y el movimiento estudiantil y docente elevaron, en reiterados
encuentros, voces de protesta; en tanto consideraban que esta ley contradecía
los postulados de la Reforma de 1918. Por ende, volvían a reclamar por una
universidad científica, gratuita, laica y pública, rechazando la equiparación
de los títulos
de las universidades públicas y privadas, y solicitando
se
garantizara la capacitación docente gratuita y la
participación de los estudiantes en los concursos docentes.
En este
contexto, los años 90 trajeron dos novedades al escenario universitario
argentino: por un lado, un conjunto de políticas de reforma de corte centradas
en la lógica de la evaluación, la acreditación y la distribución del
financiamiento a través de programas especiales que, a la vez que replanteaban
las relaciones entre Estado y universidad, avivarán diversos planteos críticos
y conflictos en la educación superior. Por otro, la creación de un gran número
de nuevas universidades; muchas
de ellas con formatos de gobierno hasta cierto punto innovadores respecto de
los modelos organizacionales más clásicos.
8.
La universidad en el siglo XXI
La crisis
económica, política e institucional que padeció Argentina en el año 2001 dio
inicio a nuevos planteos. El ajuste del presupuesto educativo, en un 40%,
impactó en el financiamiento de la enseñanza universitaria. El debate señalaba
que era el Estado el que sostenía la educación superior, pero a la vez, se
insistía en la necesidad de buscar otros recursos que no intervinieran la
libertad académica y respetaran su autonomía.
Paralelamente,
volvieron a hacerse oír las quejas sobre la sanción de la ley de Educación
Superior de 1995. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner,
impulsada por la senadora Adriana Puiggrós. En junio
de 2013 se presentaron modificaciones a la misma que fueron sancionadas el 28
de octubre de 2015 como ley 27204 de implementación efectiva de la
responsabilidad "indelegable y principal del Estado en el nivel de
educación superior", considerándola un "bien público" y un
"derecho humano"[21].
La reforma
explicitaba que ningún ciudadano puede ser privado del acceso a la Universidad
por razones personales o de origen social y hace cargo al Estado de garantizar
ese derecho. Uno de los principales cambios es la incorporación del artículo 2
bis, que explicita que las carreras de grado en las universidades públicas son
gratuitas y decreta "la prohibición de establecer sobre ellos cualquier
tipo de gravamen, tasa, impuesto, arancel o tarifa directa o indirecta".
Para entonces,
pocas universidades públicas cobraban aranceles optativos, solo lo hacían la
Universidad Tres de Febrero en la provincia de Buenos Aires y la de Córdoba en
algunas carreras hasta 2011. Pero la ley cierra la posibilidad de hacerlo en el
futuro. La modificación establece, además, que "el Estado Nacional es el
responsable de proveer el financiamiento, la supervisión y fiscalización de las
Universidades Nacionales y de las Privadas".
La nueva norma
garantizaba que fuesen "las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires las responsables de proveer el financiamiento, la supervisión y
fiscalización" de los Institutos de Formación Superior de sus distritos y
casa de altos estudios provinciales, si las tuviere.
Por
otra parte, estableció el acceso a la universidad como libre e irrestricto para
todas las personas que aprobaran la educación secundaria y señalaba la
inconveniencia de exámenes eliminatorios u otros mecanismos de exclusión. En la
UNC, los cursos de nivelación tienen exámenes no eliminatorios en algunas
facultades y están destinados a introducir a los jóvenes y adultos en la
dinámica académica universitaria y en los conocimientos básicos principales del
área que corresponde a la disciplina que se quiere estudiar.
A
partir de esta ley, y una vez que se reglamentó, cada universidad podrá dictar
normas sobre la regularidad en los estudios para establecer sus propias
condiciones y criterios académicos exigibles. Ante algunas críticas al
proyecto, respecto a que cercena la autonomía de las universidades, la diputada
Puiggrós señaló que la misma está garantizada por la
propia Constitución Nacional, y agregó que "La autonomía universitaria no
quiere decir que las universidades sean extraterritoriales, sino que están bajo
la Ley Nacional de Educación y bajo la Constitución Nacional".
Es decir, la
historia fue modificando nuevas formas de vida política y social y en ese
marco, la universidad, que se fue adaptando a ellas, juega un papel fundamental[22].
9.
La creación de nuevas universidades nacionales
Durante el
período del gobierno de los Kirchner se establecieron en el país 17 nuevas
universidades. Nadie puede objetar esta decisión, aunque muchas de esas
creaciones no respondieron a la demanda de diferentes regiones, sino a otros
intereses o motivaciones ideológicas, económicas o políticas por encima de las
académicas. No es casual que la dirección de ellas quedara en manos de
dirigentes o militantes políticos que adherían al kirchnerismo,
y quienes no siempre poseían los antecedentes que deben exigirse a un rector.
Varias terminaron
convirtiéndose en un botín político y fueron utilizadas como auténticas cajas
negras para el financiamiento político y se ampararon en la autarquía para no
rendir cuentas. A través de esas instituciones, el gobierno nacional desvió
fondos para ejecutar obras inexistentes, subejecutadas
o sobrevaluadas[23].
En esa etapa fue moneda corriente el envío de dinero desde el Ministerio de
Planificación a distintas universidades con el propósito de crear distintos
programas, para lo cual terminaban subcontratando empresas amigas de
funcionarios por montos excesivos.
Por otra parte,
esta política generó un problema extra, en especial en la provincia de Buenos
Aires, pues a medida que se crearon estas universidades que veían crecer sus
presupuestos, la UBA, que tiene más de 300.000 estudiantes fue recibiendo cada
vez un porcentaje menor del presupuesto nacional. En los últimos 7 años del
gobierno kirchnerista pasó del 31% del presupuesto
universitario total a solo el 28%[24].
Otro riesgo es
que estas universidades, recientemente creadas y acostumbradas a recibir el
envío de recursos a través de distintos ministerios, en el futuro puedan tener
problemas de financiamiento, lo que genera incertidumbre y, a su vez, la
probabilidad de que terminen dividiendo a las universidades en las de primera
calidad y las periféricas.
Lo cierto es que
hoy tenemos carreras sobredimensionadas, que registran, año tras año, un
crecimiento de la matrícula, pero al mismo tiempo carreras estratégicas con
bajos ingresos.
Marcela Mollis se preguntó si la política kirchnerista
con un ingreso irrestricto es inclusión social o expansión de la oferta. Tema
difícil de resolver con una respuesta corta. De todos modos, la situación no
difiere de otras de América Latina donde la dimensión de la desigualdad
regional es una expresión de las desigualdades educativas y se refiere a las
diferencias en la educación ofrecida y demandada entre las diversas áreas
geográficas, entre el medio rural y el medio urbano, entre las grandes
ciudades, las capitales departamentales y las ciudades menores en términos de
indicadores de calidad, de cantidad, de diversidad, y de pertinencia[25].
10.
Retos y perspectivas de la Universidad en el siglo XXI
En estos últimos
años infinidad de especialistas y rectores de universidades nacionales han
hecho hincapié en el tema de los desafíos de la Universidad argentina en el
nuevo siglo[26].
El mismo es también preocupación de la agenda del Ministerio de Educación,
Ciencia y Tecnología, a través de la Secretaría de Políticas Universitarias, y
del Consejo Interuniversitario Nacional [CIN], con sus
acuerdos plenarios que dan cuenta de las transformaciones universitarias y el
Consejo de Rectores de Universidades Privadas [CRUP] que se
preocupan por analizar como la Universidad enfrenta los problemas de la
educación superior en los escenarios globales de la internacionalización.
También en esa búsqueda de analizar los cambios, dinámicas y los conflictos y
desafíos actuales debemos mencionar varios encuentros sobre la Universidad,
como objeto de investigación, impulsados por el Dr. Pedro Krostch
y la creación de una red, que fue conformando un campo creciente de temas de
interés e incrementaron la bibliografía de la que nos hemos valido para reseñar
estas líneas[27].
A continuación,
nos proponemos enumerar y desarrollar algunas de las problemáticas centrales
que, en el siglo XXI, atraviesa a la educación superior argentina, las que, en
algunos casos, no difieren de la situación latinoamericana[28].
En el año 2018
la Argentina festejo el centenario de la Reforma Universitaria, un
acontecimiento de gran repercusión en el país, pero fundamentalmente en toda
América Latina. Y entonces, debemos preguntarnos ¿cuál es el reto actual de
esta Universidad y cuáles sus perspectivas?
Las
instituciones de estudios superiores en América Latina superan las 11.000 y
ellas son de diversas identidades y características. Paralelamente, la
República
Argentina cuenta
con más de un centenar de universidades, 50 estatales y 50 privadas y varias
extranjeras distribuidas en todo el territorio con diferentes dimensiones,
calidades, formas de gobierno y plantel docente.
La Universidad
Nacional de Córdoba posee una matrícula de 130.000 estudiantes de diversas
procedencias en tanto su influjo sigue siendo grande en la región, pues asiste
a 250 carreras de grado, posgrado y doctorado en 15 Facultades. La oferta
académica también incluye 100 centros de investigación y servicios, 25
bibliotecas, 16 museos y se ejecutan 1500 proyectos de investigación y
vinculación. Hay, además, en la provincia una Universidad Tecnológica Nacional
y dos Universidades nacionales en el interior en las ciudades de Villa María y
Río Cuarto, además de varias universidades privadas. Estos indicadores señalan
el peso que tiene la educación superior en la provincia.
Las funciones
básicas de la Universidad
Las tres
funciones básicas de la universidad son: Enseñanza, Investigación y Extensión.
A continuación, las abordo brevemente.
Enseñanza:
ingreso irrestricto y deserción
Con respecto a
la enseñanza, Argentina tiene un problema con el ingreso irrestricto. Por eso,
según algunos autores el derecho a la educación superior debería planificarse,
porque de cada 10 estudiantes inscritos solo 3 llegan a graduarse, la mitad
abandona en los tres primeros años. Algunos rectores preocupados por el tema de
la deserción han construido modos de garantizar la inclusión con calidad,
definiendo formas diversas y creativas de acceder a la universidad a partir de
claros problemas de formación en el nivel secundario, y atendiendo a diferentes
perfiles de ingresantes se dictan cursos de nivelación.
Mónica Marquina,
una estudiosa del tema, sostiene que no solo deben tomarse medidas pensando en
el ingreso para todos, sino pensar que el derecho a la educación superior
implica transitar y salir con un título que tenga igual valor como cualquier
otro[29].
Está más que demostrado que el ingreso irrestricto per se no asegura
democratización de la universidad, y los problemas se trasladan al futuro.
De todos modos,
mi trayectoria en el sistema universitario argentino me ha llevado durante
muchos años a transitar espacios de enseñanza como docente de cursos de primer
año y eso me ha permitido convencerme de que el acceso a las aulas
universitarias siempre trasmite conocimientos y cultura, al tiempo que es
enriquecedor para todos los jóvenes y más aún, para los que no se gradúan.
La universidad
pública argentina se ha caracterizado por ser un espacio de convergencia de
distintos sectores sociales, lo que genera la posibilidad de movilidad social a
los sectores medios y la ilusión de "mi hijo doctor", sueño de muchos
padres inmigrantes no letrados a comienzos del siglo XX, se mantiene. Hoy familias
obreras iletradas ven con orgullo que uno de sus miembros termine una carrera
universitaria.
Los planes de
estudio de algunas carreras suponen alumnos de dedicación exclusiva, sin
embargo, no todos pueden cursar 4 materias en un cuatrimestre. Hay que tener en
cuenta la situación económica de muchos jóvenes que terminan el secundario y no
pueden hacer frente a los gastos que implica la universidad. Si bien los
estudios son gratuitos, hay que pagar apuntes, libros, transporte, etc. En la
gran mayoría de casos, esos jóvenes deben también trabajar muchas horas para
mantenerse y se vuelve imposible cumplir las metas académicas, entonces tras
repetir varios años, abandonan por cansancio[30]. También se ha dicho que una
de las causas de deserción es la mala elección de la carrera, decisión que los
jóvenes la toman en el verano en que han concluido sus estudios secundarios,
sin tener en cuenta el esfuerzo que implica cursar algunas carreras para las
que no están preparados.
Por otro lado,
hay que señalar que la universidad gratuita es sobreutilizada
por los sectores socioeconómicos más pudientes. El 50% de los jóvenes del
sector más acomodado de la sociedad asiste a la universidad pública, contra
solo el 10% del más bajo. Muchas veces aquellos jóvenes provienen de escuelas
secundarias muy bien pagas, siendo la preeminencia femenina en las aulas de la
UNC cada vez más marcada[31].
Al respecto, Marcelo Rabossi, investigador de la
Universidad Di Tella, ilustra:
"El
ingreso irrestricto se presenta como un sistema igualitario, pero no lo es
tanto. Los alumnos universitarios de los sectores más pobres tienen el doble de
probabilidad de abandonar los estudios antes de graduarse que los de los
sectores más ricos. Entonces, el sistema es democrático -y hasta por ahí nomás-
en el ingreso, pero selectivo en el egreso"[32].
Se debe avanzar
en el control de la deserción que es producto, entre otras causas, de
dificultades socioeconómicas; de la masividad que impide al docente ocuparse de
aquellos jóvenes que arrastran deficiencias, porque su secundario ha sido
mediocre e incide en la excesiva duración de la formación de grado. Esta mejora
permitiría incrementar la cantidad de graduados calificados.
Los alumnos
extranjeros que cursan el doctorado, la maestría, o la especialidad han
monopolizado muchos postgrados en la Universidad de Córdoba, en tanto abonan
una cuota mínima que oscila entre los 30 y 50 dólares mensuales[33].
De todos modos, es necesario consolidar una Universidad inclusiva que asuma un
rol protagónico en la construcción de una sociedad en la que la educación, el
conocimiento y los demás bienes culturales se distribuyan democráticamente.
Pero eso no excluye la necesidad de planificar y ordenar las inscripciones[34].
En algunas áreas, por ejemplo, podemos saber cuántos ingenieros se necesitan,
pero en otros casos no. Por otra parte, según cifras de la Secretaría de
Políticas Universitarias, el número de inscriptos y graduados crece más en las
universidades privadas que en las estatales. En el año 2001 en las
universidades nacionales había una población de 2.174.672 educandos y, según el
Censo de población de 2010, ese número se incrementó a 3.363.119 estudiantes[35].
Otro ítem para
tener en cuenta en la enseñanza es la situación de los docentes. Este aspecto
requiere:
•
Incrementar en forma significativa la
cantidad de docentes por cátedras, habida cuenta la matricula masiva y mejorar
sus salarios o dedicaciones.
•
Promover la formación de doctores
integrantes de su sistema de investigación básica y aplicada.
•
Consolidar la vinculación
interuniversitaria, promoviendo la conformación de redes científicas, la
movilidad de alumnos, docentes e investigadores, la homologación
de títulos y las investigaciones conjuntas, aprovechando la cooperación
internacional y priorizando la integración latinoamericana, particularmente con
el MERCOSUR.
Al respecto, en
octubre de 2016 Ernesto Samper - expresidente de
Colombia y actual Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR)- organismo que nuclea a los países de América del Sur, disertó en dos
universidades nacionales, entre ellas en la de Córdoba, sobre " Sudamérica: los desafíos y
potencialidades de una región de paz para avanzar en los caminos del
desarrollo". Y definió como fundamental el papel de la
educación superior en el proyecto de ciudadanía suramericana. En relación con
el papel de las universidades en la región, el exmandatario
puntualizó:
"La
integración no se refiere, únicamente, a que puedan circular las mercancías,
sino también las personas. Por eso, dentro del proyecto de ciudadanía
suramericana, uno de los aspectos fundamentales es la creación de un espacio de
educación superior común"[36].
En este sentido,
puntualizó que junto a la mayor movilidad de estudiantes y profesores y a la
conformación de redes de investigación científica, el reconocimiento de los títulos
profesionales en los distintos países es una cuestión fundamental.
"Nuestra
meta es llegar a que cualquier estudiante pueda iniciar su carrera en Colombia
y terminarla en Argentina; que un médico boliviano pueda ejercer su profesión
en Chile; que un profesor que está habilitado para una determinada materia en
Venezuela pueda enseñar en Uruguay y expresó: queremos crear ese espacio de
educación superior y, para ello, una universidad como ésta, joven y con un
claro sentido social, resulta muy importante"[37].
La
Investigación
Las actividades
de Ciencia y Técnica en las universidades argentinas se realizan generalmente
en las Facultades que, usualmente, tienen posibilidad de financiar, evaluar y
coordinar esas actividades a través de sus Secretarías de Ciencia y Técnica. La
práctica más frecuente es el desarrollo de un proyecto en cátedras o en
institutos de investigación creados para desarrollar investigaciones
específicas. Lamentablemente no es usual la colaboración de equipos
provenientes de las distintas universidades nacionales. El programa de
Incentivos del Ministerio de Educación de la Nación incrementó la formación de
equipos, generalmente, conformados por un director, que puede o no pertenecer a
CONICET, con un promedio de tres o más docentes investigadores de menor rango.
Otro canal de
investigación relacionado con la universidad es el que presta el CONICET -Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas- que desde 1958 encarna la
investigación científica y tecnológica en la percepción social, en
tanto es el organismo que tiene el mayor reconocimiento de la población, la
mayor valoración de pares y el que acumula mejores resultados, dentro del
sistema científico y tecnológico que integran además las universidades. Con la
creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en
diciembre de 2007 la ciencia adquirió un rol clave en la estructura económica
argentina. A través de la Dirección Nacional de Relaciones Internacionales se
creó el Programa RAICES (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el
Exterior) que se proponía la repatriación de recursos humanos que, por
distintos motivos, estaban en el exterior. En 2008 el programa fue declarado
política de Estado por la Ley N° 26.421. Hasta hoy han regresado al país más de
1130 científicos, quienes fueron ubicados en las universidades nacionales y
privadas, en institutos asociados a CONICET o en empresas privadas.
También son
dignos de destacar institutos como el INTI (Instituto Nacional de Tecnología
Industrial), el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y las
Agencias encargadas de concursar y financiar parcialmente proyectos específicos
de innovación con distintas normativas, en general derivadas de los criterios
de asignación de créditos internacionales (cooperación de privados,
participación de investigadores de más de una universidad u otros). Ello
posibilitó que Argentina destine aproximadamente el 5,4 % de su PBI a la
educación, porcentaje que no llega a la mitad del adoptado como recomendable.
A pesar de los
problemas de financiamiento, la investigación realizada en sus universidades
hizo posible que Argentina contara con cinco premios
Nobel, tres por los hallazgos realizados en el ámbito de la salud: dos en
Medicina, uno en Química y otros dos en otro importante campo de dichos premios:
la Paz. El Dr. Carlos Saavedra Lamas y Adolfo Pérez Esquivel, Licenciado
en Bellas Artes y doctor en arquitectura y urbanismo, recibieron
ese galardón en 1936 y en 1980, respectivamente.
La
extensión
La tercera
función universitaria es la extensión que es
considerada desde la época de la reforma de 1918, en el contexto de las
universidades nacionales, como una de las funciones esenciales, que
conjuntamente con la investigación y la docencia constituyen los pilares
básicos sobre los que se construye un modelo de universidad democrática y
comprometida socialmente en búsqueda de la excelencia y la equidad social.
En
los últimos años, los trabajos
de extensión han crecido desde distintas cátedras y facultades con el fin de desarrollar
políticas de articulación con todo el sistema educativo para
facilitar
el tránsito del nivel medio a la educación superior, colaborando en la formación de
sólidas bases cognitivas
y
de aprendizaje en los niveles precedentes, de tal manera
que los ingresantes cuenten con los valores,
habilidades, destrezas y capacidades para poder adquirir,
construir y transferir conocimientos
en beneficio de la sociedad y para desarrollar sus carreras[38].
11.
Universidad, sociedad y sectores productivos
Para finalizar,
daremos un repaso al tema de relación entre la Universidad y los sectores
productivos. La relación universidad-empresa no es nuevo en Argentina, incluso
hay quienes piensan que el mismo puede rastrearse desde 1930, aunque entonces
ella se realizaba de manera informal.
En la
Universidad de Córdoba a comienzos de
la década de 1960, el gobierno del presidente Arturo Illia
puso el acento en el nacionalismo económico, la industrialización, la
distribución del ingreso y la garantía de los derechos sociales. Entre otras medidas, dispuso
el control de precios de los alimentos y de los medicamentos
en el marco de una política económica que buscó
fortalecer el pleno empleo con intervencionismo social, mercados protegidos, e
industrialización por sustitución de importaciones. Un ejemplo de ello fue la
donación de fondos reservados del Poder Ejecutivo, en 1963, para la creación del
Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba, el cual
debía tener un claro objetivo social: la producción de medicamentos a bajo
costo que sustituyera importaciones y regulara los
precios del mercado.
En los años '80
del siglo pasado, infinidad de artículos comienzan a instalar la cuestión en la
agenda de las políticas universitarias y la vinculación universidad-empresa
aparece como necesaria para la modernización de los países latinoamericanos. En
este último tiempo la frondosa bibliografía se ha incrementado tanto en los
países desarrollados como en los subdesarrollados.
Concretamente en
la Argentina, la sanción de la ley Nro. 23 877 de Promoción y Fomento de la
Innovación Tecnológica, reglamentada en 1992, facultaba la creación de unidades
de vinculación como órganos externos a las universidades. A partir de entonces,
se establece dicha figura como una iniciativa para vincular la ciencia y la
tecnología con la producción[39].
A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, ahora la universidad tiene un
mayor grado de formalización de relaciones con todas las disciplinas abarcando
más áreas de conocimiento. Simultáneamente el Estado está más involucrado con
los sectores productivos y estos a medida que la producción se vincula más
estrechamente con las tecnologías nuevas, tienen una relación más estrecha con
la investigación científica. A comienzos del siglo XXI y teniendo en cuenta que
la sociedad del conocimiento demanda nuevas formas organizacionales y que en
este escenario el concepto innovación alcanza una dimensión más amplia, la
valorización de la universidad mejora pues ella debe asumir un rol activo en el
proceso de desarrollo[40].
En todas las
universidades nacionales argentinas surgieron varios programas y once de ellas
cuentan con proyectos de polos o parques tecnológicos e incubadoras de
empresas. A modo de ejemplo podríamos mencionar la Planta Piloto de Ingeniería
Química dependiente de la Universidad del Sur o la experiencia y desarrollo
minero de la Universidad de San Juan, entre otros[41]. La Universidad del Litoral
tiene un proyecto de cooperación con el centro de transferencia de tecnología
de la Universidad de Valencia. Y la de Córdoba, desde 1996, realiza trabajos a
terceros, particularmente desde las unidades académicas de ciencias duras.
¿Cuáles son los problemas que esto trae? -Que, a veces, la falta de registros
públicos dificulta cuantificar esta relación debido a que los convenios de
transferencia se realizan por medio de fundaciones privadas o cooperadoras y no
hay control por parte de los Consejos universitarios.
Para concluir y
a riesgo de simplificar podemos señalar:
1.
Las universidades argentinas conforman
un conjunto complejo y diferenciado de instituciones, tradiciones y proyectos,
contando con más de tres millones de alumnos. En estos últimos años el ingreso
se ha quintuplicado, aunque su evolución pone en evidencia que hay una brecha
grande entre ingreso y egreso. Para algunos especialistas, la universidad es
una institución científica que debe medirse con estándares internacionales;
para otros, es un espacio eminentemente político que enfrenta múltiples
dificultades.
2.
Después de hacer el recorrido histórico
concluimos que la universidad de Córdoba, de gran tradición y con cuatro siglos
de historia, arrastraba en el siglo XX algunos problemas que fueron señalados
tempranamente por los estudiantes de la reforma de 1918 tales como la
autonomía, la libertad de cátedra, los concursos docentes, etc.
3.
La presencia de gobiernos autoritarios
después de golpes militares y especialmente durante las dictaduras militares
del siglo XX echaron por tierra esos postulados y modificaron las normativas,
lo que trajo nefastas consecuencias a docentes y estudiantes opositores.
La agenda de las
últimas décadas de este estudio mantuvo como prioritarias las siguientes
cuestiones:
a-
El tema del ingreso libre versus ingreso
restricto,
b-
Calidad, equidad y eficiencia en las
funciones de la universidad: capacitación profesional, investigación y
extensión.
c-
El problema del financiamiento. En el
siglo XXI la casa de altos estudios de Córdoba enfrenta nuevos retos que, a
veces, no puede resolver por contar con un presupuesto ajustado para atender la
demanda de sus más de ciento treinta mil estudiantes. Por otra parte, este es
un tema que afecta hoy del mismo modo al resto de las universidades nacionales
y de la región.
4.
Sin embargo, quiero destacar que a pesar
de todos los problemas descritos, la República Argentina es el país de América
Latina que cuenta con cinco premios Nobel egresados de sus aulas universitarias
y que hoy muchos de sus científicos están haciendo punta en diversas
especialidades en el mun- do[42]. Y a pesar de las críticas que
puede hacérsele a la universidad hay que señalar que ella acoge en su seno a
los investigadores de CONICET quienes, en estos últimos años, aumentaron su
producción y solidificaron redes de investigación científica. A la vez
crecieron sus posgrados y un organismo como la Comisión Nacional de Evaluación
y Acreditación Universitaria [CO- NEAU] procura velar por la
calidad académica y gestión de las altas casas de estudio.
5.
En síntesis, la universidad argentina y
la de Córdoba en particular, acompañan el desarrollo social del Estado y la
búsqueda de nuevos conocimientos desde el siglo XVII hasta hoy, enfrentándose a
nuevos retos, innovaciones. y perspectivas. Esto demuestra que la misma no está
paralizada.
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Cómo citar: Vera de Flachs, María Cristina. "Contribución al estudio de la educación superior de
la República Argentina. Un recorrido a través de la Historia de la Universidad
Nacional de Córdoba" Revista Historia de la Educación Latinoamericana.
Vol. 21 No. 32 (2019): 85-107. https://doi.org/10.19053/01227238.9382.
Esta obra está
bajo una licencia Creative Commons. Reconocimiento-No
Comercial-Sin Obra Derivada 2.5 Colombia.
Estudiantes universitarios de
Córdoba en tiempos de la Reforma de 1918. Foto propiedad de la autora
Barricada levantada por
estudiantes y obreros en calles de la ciudad de Córdoba en época del Cordobazo,
movimiento que enfrento la dictadura del General Onganía.
Mayo de 1969. Foto de Noemí de Villafañe Lastra, propiedad de la autora.
[1] Doctora en historia por la universidad
Nacional de Córdoba - Argentina. Investigadora de CONICET- CIJS-UE -
Universidad Nacional de Córdoba- investigadora del grupo HISULA de la
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Correo electrónico: vera@onenet.com.ar.
El articulo se vincula al proyecto de investigación
“La Universidad en los desafios del siglo XXI” SGI
1965, desarrollado por el grupo HISULA, y financiado por la Vicerrectoría de investigaciónes de la UPTC.
[2] Arturo Capdevila, Córdoba del recuerdo,
Colección Austral, (Córdoba, 1923).
[3] B. Clark, Las universidades modernas:
espacio de investigación y docencia, Miguel Ángel Porrúa, (México, UNAM, 1997).
[4] Nos ocupamos del tema en varios
trabajos: Cfr. María Cristina Vera de Flachs, Una
emigración intelectual: los alemanes de la Universidad Nacional de Córdoba.
Centro de Estudios Genealógicos de Córdoba. 4 de septiembre de 1993. “La
producción científica de docentes e investigadores alemanes de la Universidad
de Córdoba” en Actas de las Novenas Jornadas de Historia del Pensamiento
Científico Argentino, FEPAI, Buenos Aires, 2000. “Reformas y contrarreformas y
movimientos estudiantiles en la Universidad de Córdoba, 1870-1936”, en Renate Marsiske (Coordina.)
Movimientos estudiantiles en la historia de América Latina, III, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 2006. María Cristina Vera de Flachs y Norma Riquelme, “Las ciencias y el evolucionismo
en el pensamiento de Sarmiento”, en Boletín de la Facultad de Filosofía y
Humanidades, (Universidad Nacional de Córdoba, 1989).
[5] La ley 1597 en Anales de la
legislación argentina 1881-1888, (Buenos Aires, ediciones La ley, 1888).
[6] Ramón J. Carcano,
La Universidad de Córdoba. Algunas palabras sobre su organización, (Buenos
Aires, Félix Lajoune, 1892), 24 y 25.
[7] La Carcajada, periódico cordobés, 5 de
junio de 1881, 5.
[8] Véase el texto completo en Diario de
Sesiones de la Cámara de Diputados, 1899, 641-652.
https://www.cadal.org/documentos/Documento_147.pdf
[9] Deodoro Roca
configuró una definición del intelectual como guía de la juventud. Como gran
parte de los pensadores de su generación, Roca unía irremediablemente el
antiimperialismo con la revolución social. Cfr. Néstor Kohan,
Deodoro Roca, el hereje, selección y estudio
preliminar, (Buenos Aires, Editorial Biblos, 1999),
59-104.
[10] “El Manifiesto Liminar”, en La Gaceta
Universitaria, Córdoba, viernes 21 de junio de 1918, año I, nro. 10, 5. Veáse un estudio sobre el movimiento estudiantil de Diana
Elvira Soto Arango; José Antonio Rivadeneira; Jorge Enrique Duarte Acero y Sandra
Liliana Bernal Villate, La generación del movimiento
estudiantil en Colombia. 1910-1924. Revista Historia de la Educación
Latinoamericana, 20, no. 30, (2018): 217-241. doi.org/10.19053/01227238.8056
[11] Revista Flecha, Córdoba, 15 de junio de
1936. Deodoro Roca, El difícil tiempo nuevo, (Edit.
Lautaro, Buenos Aires, 1956), 55.
[12] Norma Dolores Riquelme, se ocupó del
tema en “Conformación de espacios de poder en el gobierno de la Universidad
Córdoba (Argentina) a mediados del siglo XX”, Revista Historia de la Educación
Latinoamericana, vol. 11, (2008):167 a 188. Daros, W Incidencias del proceso
histórico en el proceso educativo argentino. Revista Historia de la Educación
Latinoamericana, vol. 16 no. 22 (2014): 51-84.
https://doi.org/10.19053/01227238.2689
[13] Para los interesados Cfr. Risieri Frondizi, La universidad
en un mundo de tensiones. Misión de las universidades en América Latina,
(Editorial Paidós, Buenos Aires 1971). Darcy Ribeiro,
La Universidad latinoamericana. (CEAL, Universidad de la República, Montevideo,
1968).
[14] Respecto a la politización del
estudiantado ver entre otros a Beatriz Sarlo, La
batalla de las ideas 1943-1973, Biblioteca del pensamiento argentino, VII, Emecé, (Buenos Aires 2007), 87 a 91. Alejandra Gómez, No
nos han vencido..., Historia del Centro de Estudiantes de Derecho UBA, Librería
del Centro de Estudiantes, (UBA, Buenos Aires, 1994).
https://www.amazon.es/No-nos-han-vencido-Estudiantes/dp/987950450X
[15] Palabras de Carolina Scotto,
rectora de la Universidad de Córdoba en Estela M. Miranda (coordinadora),
Democratización de la educación superior. Una mirada a 400 años de la
Universidad en la región, I Seminario de Democratización de la educación
superior. Una mirada desde el MERCOSUR, (Editorial de la Universidad Nacional
de Córdoba, Córdoba, 2014), 8.
[16] El Plan Taquini
nació en 1968, ideado por el Dr. Alberto Taquini (h),
junto con sus colaboradores, los doctores Enrique Urgoiti
y Sadi Rifé. El primer esbozo de proyecto de nuevas
universidades fue presentado en el Coloquio sobre Modernización de las
Instituciones Políticas en la Argentina, organizado por la Academia del Plata,
en Chilecito, La Rioja. Esa política lograría expandir (descentralizar) la
población universitaria juvenil, y hacer eco en la problemática cultural,
científica y tecnológica de las diferentes zonas geográficas.
Alberto Taquini, Enrique Urgoiti, Sadi Rifé Nuevas Universidades para un nuevo país, (Ángel
Estrada y Cía. S. A. Editores, Buenos Aires, 1972). Augusto Pérez Lindo,
Universidad, política y sociedad. (Editorial Eudeba,
Buenos Aires, 1986).
[17] Publicada en Boletín Oficial 06/04/1976
- ADLA 1976 - B, 1041. Consultado en línea en 2016.
www.der.unicen.edu.ar/uploads/resoluciones/Leyes/Decley_21276.pdf.
[18] María Cristina Vera de Flachs y Teresa de Sierra, “Similares agendas de políticas
educativas de dos universidades latinoamericanas: UNC Y UNAM y sus efectos en
la consolidación de nuevas identidades, Cuadernos del CIAN, (Universidad Carlos
III de Madrid, 2012). Claudio Rama, La nueva reforma de la diversidad
universitaria: de la diferenciación institucional a la diversidad educativa,
es.slideshare.net/claudiorama/la-nueva-reforma-de-la-diversidad-universitaria
[19] La ley fue sancionada: 20 de julio de
1995 y promulgada: 7 de agosto de ese año (Decreto 268/95) Publicada el 10 de agosto
de 1995 (Boletín Oficial Nro. 28.204). Se ocuparon del tema entre otros María Alaniz y otros, en “Las reformas educativas en las
universidades públicas” en Movimientos estudiantiles en América y Europa,
Córdoba, Junta Provincial de Historia de Córdoba, Báez Ediciones, 2006, Tomo
II, 351 y ss.
[20] Ver Marcela Mollis,
La universidad argentina en tránsito. Ensayo para jóvenes y no tan jóvenes,
FCE, (Buenos Aires, 2001).
[21] Boletín oficial de la República
Argentina, Consultado en línea el 11 de noviembre de 2015.
https://www.boletinoficial.gob.ar/#!DetalleNorma/185524/20180612
[22] www.uader.edu.ar/wp-content/.../Breve-reseña-de-la-ley-modificatoria-de-la-LES.
[23] Tal el caso, por ejemplo, de la
Universidad Tres de Febrero que usó el dinero para la contratación de artistas,
o la de General Sarmiento que firmó un convenio de cooperación por más de 5
millones de pesos con la AFSCA con el objeto de desarrollar un programa de
formación en comunicación popular destinado a promover la comunicación
audiovisual en organizaciones sociales. Por su parte la Facultad de Periodismo
y Comunicación Social de la Universidad de La Plata recibió 2,9 millones de
pesos para un programa denominado: “Ellas hacen, ellas dicen”.
[24] La Nación, 9 de octubre de 2016,
“Editorial”, 34 col 1 y 2.
[25] C. Rama y Marcelo Cevallos, “Nuevas
dinámicas de la regionalización universitaria en América Latina”. Magis, Revista Internacional de Investigación en Educación,
8 -17, (2016): 99-134. http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.m8-17.ndru,
consultado en línea en 2016.
[26] Entre otros, el de Fernando Tauber, 2010, Discurso de asunción a la Presidencia de la
UNLP, período 2010-2014. www.unlp.edu.ar/ uploads/docs/la_universidad_argentina_en_el_bicentenario.
Consultado en línea 2016.
[27] Adrián Acosta Silva...
[et.al.]. Los desafíos de la universidad pública en América
Latina y el Caribe / - 1a. ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CLACSO, 2015.
E-Book. - (Red CLACSO de posgrados).
[28] C. Rama, La tercera reforma de la
educación superior en América Latina. (Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, FCE, 2006).
[29] Pablo Buchbinder
y Mónica Marquina, Masividad, heterogeneidad y fragmentación. El sistema
argentino 1983-2008, (Universidad General Sarmiento, 2008). Adriana Chiroleu, Mónica Marquina y Eduardo Rinesi
(compiladores) La política universitaria de los Kirchner: continuidades,
rupturas. Complejidades, (Universidad Nacional de General Sarmiento, Los
Polvorines, 2012).
[30] El Anuario de Estadísticas de la
Universidad Nacional de Córdoba, 2015, ofrece cifras reveladoras cuando analiza
la situación académica de la cohorte 2005-2015. Al cabo de diez años la
deserción de este grupo fue del 64%. Otros datos indican que el 10,5% de los
matriculados en el 2005 siguen en la misma carrera, el 3,6% se cambió a otra,
mientras el 31,3% logró graduarse en la misma facultad a la que ingresó y un 3%
lo hizo en otra carrera.
La Voz
del Interior, Córdoba 10 de octubre de 2016, pág. 23. Artículo de Juan Carlos
Carranza “La Universidad tiene que estar más cerca”.
[31] En el 2015, dos de cada tres personas
que egresaron en Córdoba eran mujeres. Se recibieron 4837 mujeres contra 2376
varones. El 62% del alumnado es femenino.
[32] Noticias UBA, Clarín, Buenos Aires, 30
de octubre de 2015, Nota Sociedad, 38.
[33] El costo de la Maestría es una matrícula
+ 22 cuotas completas + 11 medias cuotas en el tercer año mientras se realiza
la tesis. Daré un solo ejemplo en un Doctorado sobre Relaciones Internacionales
que se dicta en la Universidad de Córdoba de 120 alumnos, hay uno solo de
Córdoba, 3 provienen de las provincias de la Rioja y 3 de Catamarca, el resto
son extranjeros, mayoritariamente colombianos, aunque hay mexicanos,
ecuatorianos y brasileros.
[34] Como parte de los resultados del
Proyecto MISEAL se ha desarrollado una formación a nivel posgrado en Estudios
en Inclusión, Interseccionalidad y Equidad (ESIINE)
entre Instituciones de Educación Superior. ESIINE asume una perspectiva
teórico-metodológica para formar a profesionales capaces de analizar e
investigar las dimensiones múltiples de la exclusión social y de la inequidad.
Asimismo, asume el hecho de que la universidad tiene que transformarse,
incorporando diversas formas de conocer y situarse en el mundo para generar
nuevos saberes que rompan con los esquemas excluyentes. ESIINE es una
especialización transnacional que favorecerá el intercambio de profesores,
investigadores y estudiantes entre instituciones de educación superior de
América Latina y de la Unión Europea, dando lugar al desarrollo de líneas de
conocimiento y de investigación conjuntas que contribuyan a mejorar la calidad
de la educación.
[35] Estela M. Miranda, Democratización... op. Cit. 122. Raquel San Martín, “De los deseos a lo real.
La Universidad en debate “en La Nación, Buenos Aires, 5 de junio de 2016,
Suplemento Ideas 5.
[36] Entrevista a Ernesto Samper en La Voz
del Interior, 9 de octubre de 2016, periódico de Córdoba.
[37] Ibidem.
[38] Patricio Alberto Cullen,
Universidades para el siglo XXI, edUTecNe Buenos
Aires, 2009.http://nulan.mdp.edu.ar/1239/1/01152.pdf, consultado en octubre de
2016.
[39] En virtud de ello, por ejemplo, la
universidad de Buenos Aires instaura la Dirección de Convenios y Transferencias
de Tecnología que cuenta con un nodo en cada Facultad y en torno a ello se
firmaron cientos de convenios.
[40] J.C. Pugliese., (Ed.) Universidad,
sociedad y producción, (Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología,
Secretaría de políticas públicas, Buenos Aires, 2004).
[41] Judith Sutz
Universidad- sectores productivos, Centro Editor de América Latina, Buenos
Aires 1993. Mariana Versino y otros, Universidades y
sociedades, aproximaciones al análisis de la vinculación de la Universidad con
los sectores productivos, (Universidad Nacional General Sarmiento, Buenos Aires
2012), capítulo tercero, 55 y ss.
[42] Al respecto daré sólo tres ejemplos de
egresados destacados de la Universidad de Córdoba: Gabriel Rabinovich,
Dr. en Bioquímica, por sus estudios sobre el cáncer recibió el premio al mejor
investigador en medicina 2010 de la Academia de Ciencias para el Mundo en
Desarrollo [Twas, sus siglas en inglés]. Gabriela González,
física, premiada por la Academia de Ciencias de EEUU y postulada en el 2016
para el premio nobel con otros investigadores norteamericanos por sus
descubrimientos en las ondas gravitacionales, que formaban parte de la obra
teórica que Albert Einstein elaboró hace 100 años, abrió una nueva ventana en
la Astronomía. Y un grupo de científicos cordobeses lograron un importante
avance en el tratamiento contra el cáncer de mama a partir de nanotecnologia, desarrollando un nuevo proceso para
suministrar una droga que resuelve los problemas de los tratamientos
oncológicos actuales: minimiza los efectos tóxicos y mejora la efectividad de
la terapia al transportar el agente activo directamente al tumor.