Cambios Económicos, Sociales y Culturales en los años Sesenta del siglo XX*
Álvaro Tirado Mejía
UPTC - Octubre 27 de 2015, Colombia
* Conferencia en homenaje a Jaime Jaramillo Uribe, en el momento de su sepelio en Bogotá. In memoriam. Versión de la Conferencia dictada por el Profesor Álvaro Tirado Mejía. Conferencia organizada por el Proyecto Institucional "Alianza Ruta del Bicentenario" en conjunto con el Doctorado y Maestría en Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Muchas gracias por esta invitación tan obligante, me siento orgulloso de estar aquí con el doctor Javier Guerrero y con ustedes. En otras ocasiones he tenido la oportunidad de estar aquí en la universidad en Tunja, siempre es muy grato y espero que esta no sea la última vez que puedo intercambiar con ustedes.
El título de la conferencia está basado en mi último libro "Los años sesenta, una revolución en la cultura". Le voy a dar un pequeño giro a lo que tenía pensado, que era hacer el marco internacional, e insistir en ello y luego tomar algunos aspectos del libro. Voy a disminuir un poco la parte internacional con motivo de este luctuoso día del funeral de nuestro colega Jaime Jaramillo y quiero situarme en el campo de la cultura donde, Jaime Jaramillo, era un maestro, un gran historiador.
El libro trata de acontecimientos de hace medio siglo. Como estamos en un medio donde muchos de ustedes son o van a ser historiadores o trabajamos ciencias sociales, surge una pregunta. En la presentación que hice de él en Madrid en la Casa de América, uno de los presentadores, Carlos Malamud, decía algo que es válido. Estos son acontecimientos contemporáneos y la pregunta que surge es ¿si el historiador puede tratar asuntos que ha vivido, que son relativamente contemporáneos? O esto es tema para el periodista, para el politólogo o algo así por el estilo y el historiador debe dedicarse a asuntos que impliquen que todo lo que allí esta tratado y todos los que participaron estén muertos. Yo realmente me niego a estar muerto para poder tratar estos temas. La historiografía colombiana ha evolucionado, y a diferencia de lo que acontecía hace cincuenta años cuando la historiografía colombiana era muy atrasada, muy tradicional, con muy pocas obras de valor, hoy es de las más avanzadas que hay en América Latina y realmente tiene estándares internacionales; han proliferado las carreras, los institutos de historia, hay profesionales de la historia, y muy buenos investigadores. Sin, embargo uno nota que la producción historiográfica, y lo veo por las tesis de grado que a veces me toca mirar, gran parte se quedó en la colonia, cuando más, con motivo de los doscientos años de la independencia se dio un avance cronológico, pero paulatinamente empiezan a desaparecer los trabajos sobre el siglo XIX y casi no los hay sobre el siglo XX. Esto no quiere decir que no los haya del todo, hay buenos, pero yo le aplico a esa situación lo que un gran historiador venezolano, Germán Carrera Damas, decía de la historiografía de su país, que esta tiene horror a lo contemporáneo y yo diría que aquí también tenemos horror a lo contemporáneo. Hay salvedades, por ejemplo en lo referente a la violencia reciente de la mitad del siglo XX en adelante. Sobre ella ha habido una profusión de trabajos, hasta el punto de que en este país tenemos una profesión que no existe en ninguna otra parte del mundo que es la de "violentólogo". Ha habido muy buenos trabajos, se ha avanzado mucho en este campo, pero en el de la biografía, de la historia política o de las relaciones internacionales de Colombia, para citar algunos temas, existen grandes carencias. La historia económica que se desarrolló mucho en un momento empieza a ceder su espacio a los simples economistas. Eso, entre otras cosas, me motivó a escribir un texto sobre un período reciente, con énfasis en el entorno internacional y su incidencia en la situación colombiana especialmente en el campo de la cultura.
Por otra parte, no fue al azar que yo escogiera los años sesenta porque los años sesenta, como lo dice el subtítulo del libro, implican un quiebre, una revolución en la cultura de occidente por muchas razones: políticas, económicas, en relaciones internacionales, desde el punto de vista cultural en el sentido amplio que va desde la música, con el Rock, los Beatles, el atuendo diferente, no tradicional, la vida sexual, la participación afortunada de la mujer cada vez más grande e importante en la vida social, fenómenos como el control de la natalidad a través de la píldora anticonceptiva que precisamente se desarrolla en los años sesenta y que le permite a la mujer, entre otras cosas, disponer de su cuerpo y de su vida sexual. Es decir, los cambios culturales son sumamente importantes hasta el punto que uno podría ver cómo muchos de estos asuntos que estaban digamos en capullo en los años sesenta, tienen vigencia en el momento presente, algunos se han resuelto, otros están para el futuro. Por ejemplo, cuando estábamos en los años sesenta habían unas novelas de ciencia ficción sobre si en Estados Unidos un negro podría llegar a ser presidente, hoy tenemos a Barack Obama, gran presidente de los Estados Unidos, la mujer tenía oficios periféricos, apenas estaba llegando a las universidades, en los campos de trabajo, en la vida social, ¿Quién es la candidata con más opción en los Estados Unidos? Hillary Clinton, hay tres mujeres que han sido secretarias de estado con mucho éxito, ¿Cuál ha sido la noticia estos tres meses? Estados Unidos hace relaciones con Cuba, esas relaciones se quebraron hace cincuenta años, precisamente en los años sesenta y marcaron la vida política Latinoamericana. ¿En qué estamos todos los días? Nos dicen en la mañana que sí, que hay un acuerdo en La Habana o que se iniciará un proceso de conversaciones con el ELN. Pues las guerrillas surgieron todas en los años sesenta, las FARC, el ELN, el EPL, el M19 al final en los años setenta, y así podríamos continuar. Que ahora descubrieron que hay agua en Marte, agua que luye, pues en los años sesenta se consolidó la conquista del espacio y el hombre viajó a la luna. Una de las grandes revoluciones, fue la de los medios de comunicación, hasta el punto de que Marshall McLuhan dijo en ese momento que gracias al desarrollo en estos campos la sociedad se había convertido en una aldea global. La luna dejó de ser objeto lejano, inspiración para los poetas, de suerte que uno puede ver en el orden internacional y en el nacional lo que implicó de cambio cultural de los años sesenta. Y en el campo político fue una época muy convulsionada. Realmente hubo modificaciones importantísimas, por ejemplo la concepción del poder, en mayo de 1968 Francés, y no solamente en el caso francés, se dio toda una revolución. Las grandes manifestaciones en París, con cientos de miles de manifestantes que marchaban, por las calles de París y no se les ocurría mirar a los ministerios, es que el poder se empezó a concebir en una forma distinta, ya no era como el 14 de julio de 1789, la toma de la Bastilla, o el día en que Lenin y los bolcheviques se tomaron el poder por que se tomaron el palacio de Invierno, no, el poder estaba en otras cosas.
Esta es una época de revuelta juvenil por todo el mundo, entre otras razones por los cambios demográficos. Los jóvenes que protestaban en los años sesenta, eran producto del boom de nacimientos de las uniones que hubo después de la guerra, cuando regresaron los soldados en los Estados Unidos, en Rusia, en Europa, en todas esas partes, incluyendo a América Latina donde se presentaban tasas altísimas de crecimiento demográfico. La concepción del matrimonio cambió fundamentalmente a partir de los años sesenta, esos jóvenes nacieron en el 45, 46 y 47, y son los que después multitudinariamente van a ir a las universidades de todo el mundo, las cuales tenían una concepción antigua y autoritaria e instalaciones pequeñas que se colmaron y se superpoblaron. Estos jóvenes protestaban un día en Berkeley o en Columbia, y en esa misma semana estaba cerrada la Sorbona por primera vez en setecientos años, y los jóvenes en Berlín están protestando, y están protestando en Praga contra los Soviéticos, y están protestando en Yugoeslavia, y los jóvenes en la revolución cultural están cometiendo sus tropelías precisamente por esa época. Era la primera generación que se criaba dentro de la revolución, en una China unificada, después de que los comunistas se tomaron el poder.
Por supuesto, eso que sucedía allá también sucedía por aquí, la prensa de mi ciudad -Medellín-, o la gran prensa del país, decía que eso era el comunismo y eran los agentes castristas, pero era lo mismo que sucedía en todo el mundo, en Santiago de Chile o en Madrid, en California o en Varsovia, o en Medellín o Tunja, en la Universidad Nacional, en la Universidad del Valle, era la protesta de la juventud de clases medias que irrumpía en la vida universitaria. Entre otras cosas, es la generación en la historia de la humanidad que vivió la juventud en las mejores condiciones hasta ese momento, porque los europeos no conocieron las guerras, creció la economía, había trabajo, nunca sus padres y sus abuelos y sus antecesores habían tenido esas condiciones y como pinta la cosa parece que cada vez va a ser más difícil volverlas a tener, por eso es una revolución o una semi-revolución de tipo cultural que tiene una expresión mundial, pero cada país la vive a su manera, es decir, los jóvenes de México que protestaban contra el PRI -Partido Revolucionario Institucional- y contra eso que alguien llamó "la dictadura perfecta", tan perfecta que hubo la matanza de Tlatelolco con un saldo de más de mil muertos en esa plaza. Los de Medellín protestábamos contra una educación totalmente cerrada, clerical y autoritaria, lo jóvenes de Madrid, el movimiento español fue muy interesante, protestaban contra la dictadura de Franco, los de Praga, lo mismo que los jóvenes polacos y yugoeslavos protestaban contra el sistema soviético y en el caso de Praga contra la invasión de tropas soviéticas a su país, es decir, las protestas aunque universales estaban signadas por las circunstancias nacionales y particulares. Son movimientos anti autoritarios, entendiendo por estos la autoridad política, la autoridad patriarcal, la autoridad de la familia, etc., y por eso es que todas esas instituciones entran en crisis, incluyendo la de los partidos. Durante el Mayo francés, uno de los eslogan decía "elections pour les cons". "Elecciones para los pendejos", eso nos contagió nuestra generación en gran parte, sobre todo las gentes que éramos de izquierda o progresistas, decíamos, ¿para qué vamos a botar el voto?, no hay que votar, eso no tiene ninguna incidencia, se generalizó una actitud anti partido por todos los lados, con excepciones de algunos países y que tiene sus consecuencias.
Es el momento en que surge un aprecio especial por la naturaleza, surgen los movimientos verdes que después se concretan en partidos políticos, muchos de ellos desviados desafortunadamente pero con un interés muy grande y con una preocupación muy lícita por lo que está pasando con el planeta en cuanto a que estamos acabando con los recursos. Incluso lo que ocurrió con el vestido, es muy interesante. Para Eric Hobsbawm, este gran historiador inglés marxista muy clásico, que obviamente como buen marxista clásico, su concepción era la tradicional en esa doctrina, es decir, la revolución la hace es la clase obrera, etc. Él cuenta en sus memorias que estaba en París en una reunión de la UNESCO en plena rebelión de mayo del 68 y salió a la calle y vio todo eso, y se dijo: "yo no entiendo nada", y dice: "es que yo tampoco podía entender nada", la revolución cultural más importante que ha tenido el siglo XX fue el Blue Jean y un hombre que no se ha puesto un Blue Jean en la vida no puede entender qué fue lo que pasó. Eso ejemplifica cómo hubo gente que incluso en lo político era progresista pero no entendía este tipo de rebelión. Yo lo vi en Medellín cuando por esa época surgen en Colombia los Nadaístas, los Nadaístas son una escuela literaria como cualquiera, la mayoría son muy deficientes literariamente, hay algunos buenos poetas, pero representan un quiebra cultural, realmente marcaron una época, la época del escándalo juvenil, era una época anti autoritaria, el hecho de que no se cortaran el pelo y lo dejaran crecer, menos que cualquier joven en este momento, era motivo de escándalo y repudio por las élites liberales, conservadoras o de izquierda. Yo recuerdo, porque yo tenía amistad con ellos pero nunca fui Nadaísta, que ellos se ponían unas camisas rojas y el hecho de ponerse una camisa roja o de colores era motivo para que en la ciudad los atropellaran, les tiraban frutas, les decían cantidad de barbaridades, porque para una conciencia muy tradicional eso era un reto. De suerte, pues, que había una rebelión de tipo cultural que vivió cada país a su manera.
Posiblemente los Estados Unidos fueron el país que tuvo el movimiento de más trascendencia social, no solamente por el contenido sino por sus efectos, porque en los Estados Unidos de los años sesenta se conjugaron varias cosas, para empezar, al finalizar los años cincuenta entrega el gobierno el presidente más viejo de la historia de los Estados Unidos hasta ese momento, el general Dwight D. Eisenhower -después vino Ronald Reagan que lo superó- y es sucedido por el presidente más joven de la historia de ese país por elección que fue John F. Kennedy, hay un salto generacional que se veía relejado en un equipo de asesores tecnócratas, de profesores universitarios de Harvard que incluso propusieron un nuevo modelo a partir de la Alianza para el Progreso; al mismo tiempo es una sociedad con unos conflictos sumamente grandes que estallan en los años sesenta. En los años cincuenta en plena guerra fría y mientras en el otro lado estaba la barbaridad del estalinismo, en los Estados Unidos había esa cosa terrible que fue el macartismo, apenas se estaba saliendo del macartismo cuando llegan los Kennedy, cuando hay ese cambio de gobierno y estalla algo que la sociedad americana no había resuelto y que todavía no ha resuelto aunque en ese sentido dio un paso: el problema racial. Al mismo tiempo está la aventura imperialista de los Estados Unidos en Vietnam, viene la guerra y entonces esa juventud que estaba protestando en gran parte debido a que los iban a llevar a la guerra, empieza un movimiento anti belicista sumamente grande apoyado también por sectores religiosos, por sectores pacifistas. Al mismo tiempo se produce un movimiento antisistema pero con otras características y me voy a referir precisamente a los hippies. El hippismo surge por los años sesenta y no es casual que haya surgido en el Estado más rico del país más rico del mundo, que es California, y ¿Qué era el hippismo?, era una protesta contra la sociedad de consumo, y estaba conformado fundamentalmente por jóvenes ricos y de clases medias que protestaban contra las formas de consumo de sus padres y de la sociedad, contra el automóvil, contra los trajes finos, estaban a favor de la conservación de la naturaleza, es el movimiento que tiene unas expresiones musicales muy importantes y que también hay que ligarlas en el caso americano con la generalización del consumo de la droga. No porque la droga no existiera antes, siempre la humanidad ha tenido drogas, pero en ese momento su consumo se hizo público por ciertos grupos, en los Estado Unidos incluso se practicó el Smoke-in, que consistía en manifestaciones para fumar marihuana conjuntamente como una cuestión de reto; aparece también el LSD. El hippismo no tuvo mayor trascendencia en los países del tercer mundo. Aquí, en Bogotá, hubo unos hippies que alquilaron al lado del Hotel Hilton una calle, eran niños ricos de Bogotá que ahora son empresarios muy connotados y en general no les gusta que uno les recuerde esa experiencia. El movimiento hippie de Estado Unidos que tenía sus expresiones musicales muy interesantes también tenía sus festivales, el más conocido de ellos fue el de Woodstock. Durante una semana, dentro del barro, con droga y todo, quinientas mil personas fueron allá a oír la nueva música; entonces un país como el nuestro no se podía quedar atrás y los paisas hicieron también el festival de Ancón cerca del río Medellín, y allí se bañaron unas personas desnudas, dicen los organizadores que la propaganda corrió por cuenta de dos personas y por eso fue tanta gente, por el arzobispo y por un padre que prohibieron la asistencia por razones morales pero mucha gente fue porque los hippies se iban a bañar desnudos.
Ahora vamos a otro tipo de expresiones que tocan mucho lo de los años sesenta y cuando yo hablo de cultura, lo hago en el sentido amplio, no solamente voy a hablar de lo que llaman cultura seria, es que cultura es eso, la manera de vestir, el pelo, la forma de cantar, de relacionarse con la familia, todo eso es cultura, en ese sentido es que yo tomo en mi libro sin excluir, por supuesto, otros elementos más reinados de la cultura como la literatura, el teatro, la historia o las ideas y sistemas políticos, etc. Los años sesenta estuvieron marcados políticamente por una situación que fue el mundo bipolar. Después de la Segunda Guerra mundial quedaron dos bloques en el mundo, el bloque capitalista que se denominaba occidental y el bloque soviético que se amplió después de la Segunda Guerra Mundial. No hay que olvidar que gran parte del peso de la guerra lo tuvieron los soviéticos, treinta millones de muertos, el ejército rojo avanzó y por eso no es casual que hayan llegado primero a Berlín, y luego, con la fuerza del ejército rojo, Stalin impuso en todos esos países de la Europa Central gobiernos de tipo comunista bajo la égida de Moscú. Al mismo tiempo vino algo muy importante que fue la revolución China, el país más poblado del mundo, Mao Tse Tung y el ejército rojo, unifican el país y se inicia otro experimento socialista.
Además ocurre algo que es muy importante y es el movimiento de descolonización al cual regularmente no se le da la importancia que se le debe dar, dos terceras partes de la humanidad vivían en territorios que no eran independientes políticamente. Hasta el in de la Segunda Guerra Mundial, en África solo había tres países que formalmente eran independientes, estaba Sudáfrica, Marruecos que ya había terminado más o menos un protectorado con Francia, estaba Egipto y estaba Liberia. Hoy por hoy, y a eso se debe en gran parte el crecimiento de las Naciones Unidas, en África hay más de sesenta países producto de la descolonización y lo propio pasaba en Asia e inclusive en Latinoamérica porque muchas de las islas del caribe de habla inglesa y holandesa apenas lograron la independencia en los años sesenta. Ese hecho fue fundamental porque durante la segunda Guerra Mundial los ingleses, los franceses los holandeses y los belgas, le habían ofrecido a las poblaciones de esos territorios que si luchaban contra los Nazis y los japoneses con sus ejércitos, se les daría la independencia. Al terminar la guerra no cumplieron y vinieron todos esos procesos de liberación nacional con guerras muy fuertes como las de Argelia o los procesos de Indochina. Los ingleses fueron más pragmáticos y en general evitaron la guerra y dieron la independencia a esos países y en especial a la India, sin una guerra. El proceso de descolonización fue muy importante porque esos países toman una entidad política y vienen a ocupar con el tiempo un papel preponderante en la vida mundial. Basta decir que esos que eran considerados como simples territorios, muchos de ellos que ni siquiera tenían identidad política, hoy son las potencias económicas del mundo, los BRICS, es la China, que es la primera o segunda economía del mundo, es la India, que es la cuarta o la quinta, Brasil, y otras economías ligadas a los países petroleros del oriente medio, es decir, eso tuvo unas consecuencias sumamente grandes y en los años sesenta empiezan a tener una manifestación política y se forma el Movimiento de los Países no Alineados, son los países del Tercer Mundo. La denominación de Tercer Mundo aparece por primera vez como uso corriente en la politología y las relaciones internacionales en el año 1953 o algo así por el estilo y en los años sesenta se generaliza. Tercer Mundo eran unos países que no querían ser comunistas ni querían ser capitalistas, pero sobre todo eran países que llegaban a la vida política nueva, esos países ahora tienen una importancia sumamente grande.
En el libro tengo un capítulo donde recalco algo que para mí es interesante, es la ligazón entre la nueva situación económica y política de esos países que irrumpen y el aprecio y reconocimiento que se les ha venido danto en el orden de la literatura y de la cultura. La visión colonialista o colonial eurocentrista, tenía una cierta mirada condescendiente, despreciativa o simplemente complaciente por lo exótico con esas culturas que a veces ni las llamaban culturas. Con los Movimientos de Liberación y la independencia de esos países la visión comenzó a cambiar. Hoy se va a la China para conocer a Shanghái, el Nueva York de Asia y posiblemente del mundo. También cambió la visión sobre la literatura del Tercer Mundo una muestra de lo cual es la adjudicación de los premios Nobel. Hasta el año 1945 no hubo un premio Nobel de un país que no fuera europeo o norteamericano, lo obtuvo Rabindranath Tagore que era de la India pero es que la India era Británica, el cambio se inicia con Gabriela Mistral en 1944, después con todo este movimiento tercermundista empiezan los premios Nobel de América Latina, de China, de África, de Asia. Entre existencia política y valoración de su literatura y su cultura. En los años sesenta el mundo eurocentrista y nórdico, reconoce una literatura como la latinoamericana a través del llamado "boom", y la ve como una literatura no subalterna, sino igual o incluso superior a la expresión europea o norteamericana. Aquí tenemos un premio Nobel, precisamente Gabriel García Márquez quien puede ser el epítome de lo que fueron los años sesenta, pero está también, Mario Vargas Llosa, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Octavio Paz, Cortázar, Borges, Alejo Carpentier, etc.
En los años sesenta, en ese mundo bipolar donde por un lado estaban los soviéticos, y por otro lo que llamaban el mundo libre aunque estaba lleno de dictadores, o el mundo occidental donde por ejemplo también estaba Japón, nosotros vivimos toda una polarización en el orden político, militar y cultural. Esto se vivió de diferente manera según las circunstancias, en Berlín, por ejemplo, lo vivieron con una ciudad dividida, la mitad de un sistema, la otra mitad de otro sistema, de allí que los estudiantes de la Universidad Libre de Berlín cuando protestaban, lo hacían contra los dos sistemas, contra el comunista porque lo conocían y contra el occidental por imperialista, pero en Indochina lo vivieron distinto por la guerra, en Europa lo vivieron distinto con el Plan Marshall pidiendo la protección de los norteamericanos y la OTAN; en América Latina lo vivimos a través de la revolución cubana, es decir, aquí la cosa no era con los soviéticos directamente sino el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Cuba de Fidel Castro. Es indudable que al principio la revolución cubana tuvo una aceptación impresionante en América Latina, hubo guerrillas en prácticamente todos los países de América Latina, pero también en lo cultural fue sumamente grande, basta ver lo que era la Revista Casa de las Américas, lo que era el Congreso de los intelectuales de La Habana a donde iba lo mejor de la intelectualidad mundial, los premios Nobel, los europeos, después viene el desencanto con el llamado caso Padilla, caso de persecución intelectual que causó el pronunciamiento de muchos intelectuales incluidos notorios simpatizantes de la revolución, que ocasionó el distanciamiento de gran parte de esa intelectualidad con relación a Cuba. Entonces Estado Unidos que tienen un nuevo gobierno con John F. Kennedy, crea una política, llamemos de contención con relación a la Revolución Cubana y esa política de contención tiene dos elementos, uno militar y otro político-cultural. Con el primero se trata de fortalecer los ejércitos nacionales, tratar de que no se involucren los soldados norteamericanos sino a través de lo que llamaban las Boinas Verdes, y ese fue el experimento de Vietnam, y hubo todo el movimiento anti subversivo, la Escuela de las Américas por donde pasaron miles de oficiales de América Latina con una actitud de contención especialmente de la revolución cubana. Pero como la revolución cubana era tan importante se ideó un programa, ese programa en términos muy sencillos fue a través de la Alianza para el Progreso. La Alianza, decía John F. Kennedy, debía propiciar el desarrollo económico, debía propiciar la democracia, debía manejar conceptos como planificación, modernización, reforma agraria, todo ese tipo de cuestiones, y es lo que se intentaba con la Alianza para el Progreso; y en ello había un elemento muy importante que era la educación, si Cuba era el espejo en el cual se miraban muchos latinoamericanos, pues entonces también en el campo educativo había que hacer algo muy importante y eso se hacía en parte por los cuerpos de paz y en parte a través de fundaciones norteamericanas y de una acción política en el campo educativo.
Colombia desde el punto de vista político, especialmente en el gobierno de Alberto Lleras, jugó el papel de servir a los Estados Unidos para el bloqueo político de Cuba en la OEA, trabajo que hicieron jurídicamente en forma una muy eficiente Julio César Turbay Ayala y otros ministros de Relaciones Exteriores. A ese propósito, quien quiera una información más detallada puede consultar mi libro Colombia en la OEA. Lo cierto es que Colombia hace el papel de bloquear a Cuba y, obviamente, hubo la contraprestación de Cuba con el apoyo y fortalecimiento de las guerrillas en Colombia. La situación se repitió cuando por segunda vez durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala Colombia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bloqueó la entrada de Cuba. Hubo más de 120 votaciones, votaban hasta el 31 de diciembre a las nueve de la noche, y al final el asiento lo ocupó un tercero: Méjico. Pero también, ese juego de Colombia con los Estados Unidos tuvo una contraprestación por la parte norteamericana. Colombia fue lo que se llamaba en ese momento la vitrina de la Alianza para el Progreso, fue el país que más crédito recibió de los Estados Unidos y de las Instituciones internacionales manejadas por los Estados Unidos, especialmente durante el gobierno de Guillermo León Valencia cuando había una escasez de divisas sumamente grande y la economía colombiana era muy pobre, para hacernos una idea, las exportaciones eran de 470 millones de dólares, ahora son de 40.000 millones de dólares. Esa fue la contraprestación en lo económico; pero en donde hubo una contraprestación más grande fue en el campo educativo. En ese campo Estados Unidos hizo donaciones y préstamos, participó activamente en la construcción de las ciudades universitarias, la de la Universidad de Antioquia que es una belleza en gran parte se hizo con dinero de la AID y otros organismos de crédito, así como la de Universidad del Valle, también la universidad de Santander, en la misma Universidad Nacional. En ese momento era facilísimo conseguir una beca. Había becas de la Ford o de la Rockefeller o de la LASPAU o de lo que sea, y en ese momento, cosa que no se ha estudiado mucho, fuimos 20.000 estudiantes colombianos a estudiar en el exterior posgrados o carreras, en esos diez años fuimos al exterior, fundamentalmente a los Estados Unidos, más estudiantes que en los 150 años anteriores de la vida independiente de Colombia o desde la colonia. Eso tuvo una implicación impresionante porque además fuimos en unas épocas donde el mundo estaba revuelto, allá conocimos hippies, conocimos el movimiento de derechos civiles de los Estados Unidos, vimos la revolución de mayo, vimos los problemas en Italia, Francia, es decir, eso nos abrió la mollera en una forma muy grande y volvimos al país y volvimos como profesores en un momento en que por el Plebiscito se había dicho que el 10% de los ingresos del presupuesto debían ser dedicados a la educación. Hubo un momento en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo donde se invirtió más del 10%, es el momento en que crecen la universidades en Colombia, parecido a lo que estaba pasando en todo el mundo. Por ejemplo, Ignacio Vélez Escobar Rector de la Universidad de Antioquia decía: "nuestro proyecto es pasar de mil estudiantes a 10.000 o 12.000 al final de este decenio". Y vinieron las reformas en la Universidad Nacional, la reforma Patiño, en la Universidad de Antioquia, en la del Valle, en la de Santander etc. Se pasó de un modelo de universidad francesa, en la medicina también en las ciencias, y las humanidades, a un modelo de universidad norteamericana. Se semestralizaron los cursos, se estableció el sistema de créditos por materias, se crearon los departamentos en lugar de las antiguas facultades, se impusieron los estudios generales, etc. Se crearon nuevas carreras y programas: sociología, antropología, ciencia política, etc. En Colombia el estudio de la economía era muy deficiente. Como anécdota se dice, tal vez fue en el gobierno de Miguel Abadía Méndez o de Enrique Olaya Herrera que buscaron un economista graduado para que fuera ministro de Economía y no había en Colombia ningún graduado. Los grandes hacendistas eran abogados que estudiaban Hacienda Pública como Esteban Jaramillo, Carlos Lleras, o Antonio García.
En el campo de la teoría económica también se vive algo muy interesante, ¿Cuáles son las tesis económicas que se presentan?, son las tesis de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en nuestro continente, ¿Por qué?, la CEPAL había sido creada en el año 1948 contra la oposición de los Estados Unidos y de los Soviéticos, yo relato en el libro, de la votación que al respecto hubo en La Asamblea General de Naciones Unidas solamente se depositaron cuatro votos en contra, Rusia, Bielorrusia, Estados Unidos y Canadá ¿por qué? Porque como las Naciones Unidas son universales, los soviéticos decían no, eso es para América Latina y América Latina es territorio americano y los americanos decían no porque eso es de Naciones Unidas y se nos entran los europeos y los soviéticos y ese espacio es de nosotros. Eran épocas de macartismo y se decía que eso de la planificación era comunista, así como lo eran las visiones de modernización, mayor tributación de reformas agrarias, etc.; por eso tumbaron a Jacobo Árbenz en Guatemala. Entonces cuando viene la Alianza para el Progreso en Punta del Este, hay una nueva visión para oponerla a la visión cubana y se incorpora la ideología y el pensamiento de la CEPAL y Colombia es el país que más pone en práctica los planteamientos de la CEPAL, los cuales implicaban, groso modo, el fortalecimiento de la industria nacional, aranceles proteccionistas, mercados regionales, Pacto Andino, ALADI -Asociación Latinoamericana de Integración- y todo ese tipo de cuestiones. Por otro lado, del lado de la izquierda, se ponen de moda las teorías de la dependencia y especialmente las de Andre Gunder Frank, quien hablaba del desarrollo del subdesarrollo".
En los años sesenta surgen o se fortifican las carreras de economía, empiezan ya a finales de los cuarenta en la Universidad de Antioquia, siguen en la Universidad de Los Andes, la Universidad Nacional en Bogotá, y se fortifican y multiplican en los años sesenta. El Estado crea la Oficina de Planeación Nacional, se tecnifica - el Banco de la República, se expide el primer Plan Nacional de Desarrollo, se expide la ley de Reforma Agraria y se crea el Incora, entonces hay una burocracia que tiene trabajo y que se tecnifica. Cobran especial interés los informes internacionales sobre el país, el informe de pionero del Banco Mundial dirigido por Lauchlin Currie, o el informe del padre Louis Joseph Lebret que tuvo mucha importancia sobre todo en los sectores católicos y el informe de la CEPAL sobre Colombia. Es la época de oro de la sociología en Colombia.
En los sesenta se inicia el Concilio Vaticano II para modernizar la iglesia, para que la iglesia conozca y pueda participar en la vida moderna. Entonces se proponen especialmente en Lovaina y en las universidades católicas el estudio de la realidad a través de la sociología;, no es casual que un gran impulsor de la sociología sea Camilo Torres que viene de Lovaina. El otro gran promotor es Orlando Fals Borda que era obispo protestante. Y el Concilio Vaticano Segundo que tiene su concreción muy importante a través del CELAM -Consejo Episcopal Latinoamericana- y su conferencia episcopal de Medellín en 1968. Y de allí surge entonces todo ese movimiento de Golconda que termina en la teología de la liberación e inclusive, y eso no es un secreto para nadie, ligado muy directamente con la creación del ELN que ha tenido siempre un componente religioso, tuvo a Camilo Torres, tuvo a varios curas españoles dirigiéndolo. Surgen nuevas facultades de sociología, especialmente con orientación católica como en la Universidad Javeriana y en la Bolivariana, -ambas universidades pontificias- la de Santo Tomás y la de San Buenaventura y otras, así como programas laicos en la de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín y la Universidad de Antioquia. Con todo el reformismo que había de Alianza para el Progreso el sociólogo tenía trabajo.
A manera de ejemplo, Orlando Fals Borda como Camilo Torres eran de la junta del INCORA -Instituto Colombiano de la Reforma Agraria-, eran asesores del Ministerio de Educación, un sociólogo conseguía trabajo inmediatamente en el INCORA o en el Ministerio de Agricultura. Pero cuando viene el enfrentamiento del movimiento estudiantil contra las autoridades viene la ruptura, especialmente en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, y entonces no se quería ver un sociólogo ni de fundas y entonces se quedan sin trabajo. Viene paralelamente la sobrepolitización de las universidades. Y a propósito, avanzada la década, como ejemplo suceden cuestiones como que siendo Orlando Fals Borda un hombre de izquierda, lo sacan de la Universidad Nacional acusado de que era un agente de la CIA y agente del imperialismo. Era tal el clima de intolerancia que se vivía en las universidades a finales de los sesenta y comienzos de los setenta.
En los sesenta surge y se consolida la llamada Nueva Historia como aproximación a la historia de Colombia por historiadores profesionales que han tenido su formación en los programas que se crean en los sesenta especialmente en la Universidad Nacional y en otras partes, y que reciben su entrenamiento en el exterior, con doctorados. Se trata de una visión más nueva de la historia, más totalizadora. En el centro de este proceso está, por supuesto, Jaime Jaramillo Uribe quien venía, desde finales de los años cincuenta propiciando la carrera de historia en la Universidad Nacional con los nuevos parámetros de la disciplina de la historia, impactando de manera importante la historiografía, dando origen a importantes debates sobre la vida nacional e insertándose en la modernización de la universidad colombiana que hemos descrito anteriormente.
Para terminar, quiero decir que me hubiera gustado analizar el tema de lo que pasó con el teatro, la época de gloria del teatro universitario en Colombia, con el cine, con otras manifestaciones culturales, como la pintura -la llegada de Marta Traba a la Universidad Nacional- también, con la música, pero digamos, es indudable que en lo que concierne a Colombia y en la parte cultural, Jaime Jaramillo Uribe estuvo implicado fuertemente y fue un motor de muchos de los cambios de esa época y por eso le he dedicado esta charla.
Podríamos seguir conversando pero yo creo que es suficiente; nuestro tiempo se ha terminado.
Muchas Gracias.
Preguntas
Público: Creo que no se mencionaron las mujeres ¿Cuál fue su papel en esta época de transformaciones?
Respuesta: No creo que sea así; realmente yo sí dije que era una de las cosas más importantes de los años sesenta y lo vuelvo a reiterar. Puede haber cosas reversibles pero creo que hay una irreversible y es el rol de la mujer en la sociedad. Creo que lo dije también en relación al control de la natalidad, al derecho de la mujer a disponer de su cuerpo, etc. Pero sí discrepo mucho en la evaluación de ciertas cosas puntuales, con amigas mías muy queridas historiadoras y feministas he disentido, por ejemplo, yo no creo que el hecho de que doña Berta Hernández de Ospina haya llegado al senado haya sido un logro muy grande para la mujer en Colombia. Lo fundamental lo dije y si me faltó énfasis es porque hay que decirlo con todas las letras, esa es una de las cosas importantes de lo que pasó en los años sesenta y la mujer por supuesto tuvo una gran participación en la medida en que podía y ahí está el valor de las que se atrevieron a ir más adelante porque había una actitud muy coercitiva, más que ahora, con relación al rol y a su espacio en la sociedad.
Público: Profesor Tirado, digamos que a partir de los años sesenta y en virtud de que usted es abogado, yo quisiera saber si en esta década o a partir de ella ¿hubo como un punto de inflexión, de quiebre en la cultura jurídica colombiana?, y la segunda pregunta es ¿qué piensa usted del método y del objeto, de la forma como interpreta la historia y la comunica la historiadora Diana Uribe?
Respuesta: Empiezo por lo segundo, a mí no me gusta hablar mal de los colegas ni tampoco endiosarlos, yo creo que la doctora Uribe ha hecho un papel muy importante, muy necesario en la sociedad, es la divulgación, y eso es muy bueno para que el estudio de nuestra sociedad, de la historia mundial y nacional no se quede en ciertos cenáculos académicos y en ese sentido creo que ha hecho un gran papel, pero en cuanto a darle el papel de historiadora, yo si sería un poco más parco y mucho menos un gran aporte en el terreno de la investigación. En ese sentido repito, me parece muy importante el rol en la difusión masiva. Pero no es como cuando oía en diciembre la promoción para la venta de sus discos, que decían que era la historiadora más importante de América. Es una gran divulgadora.
En relación con lo de la cultura jurídica, tendríamos que entrar en unas cosas muy particulares del derecho por ejemplo, en los años sesenta se discutió mucho el rol del Estado como se sigue discutiendo y hubo un momento en el que en la reforma de 1968 el doctor Carlos Lleras y sus seguidores impusieron ideológicamente un esquema muy estatista, y si alguna reforma de la Constitución ha sido estatista es esa, donde se crearon casi cien institutos descentralizados etc. Eso por ejemplo, yo vería es un perfil jurídico político, de resto no.
Público: Yo podría señalar una, Álvaro Tirado fue en Medellín, con los primeros grupos defensores de derechos humanos y se crea una tradición y luego toda una corriente, no había ONG's, cada grupo político tenía los defensores de sus presos políticos pero no había una corriente de pensamiento sobre los derechos humanos y yo creo que ahí hay un buen aporte, por qué no nos comenta cómo fue esa primera etapa y el primer comité multipartidista y casi de todos los sectores políticos por la defensa de los derechos humanos.
Respuesta: En el libro tengo un capítulo que parece inconcluso pero es que yo no podía cronológicamente ir más allá y es la parte internacional de protección de los derechos humanos. Creo que el gran salto en derechos humanos en los últimos años no fue tanto el reconocimiento o consagración de los derechos humanos que vienen desde la revolución francesa. Nuestras constituciones todas, incluso la del ochenta y seis en el titulo tercero, hablaban de lo que ahora se llama derechos humanos que son derechos sobre todo políticos. Después del treinta y seis se habla de derechos sociales y económicos. Lo interesante de esto es algo que a veces no se capta y es la protección internacional de los derechos humanos. Hasta la segunda Guerra Mundial, se decía que cada estado debe tratar estos temas como un asunto de código penal si es del caso. Es más, se dio el caso aberrante de que un judío, creo que era austriaco o de Europa central, perseguido por el nazismo llevó su caso a la Sociedad de las Naciones y esta no lo aceptó diciendo "ese es problema de cada país". Con la barbarie nazi, con toda la cosas que pasaron en la Segunda Guerra Mundial, vino la conciencia de que para proteger estos derechos no bastaba el Estado y que había necesidad de instituciones internacionales para protegerlos y esto está consagrado en la carta de las Naciones Unidas, y luego en la Declaración de los Derechos Humanos del año cuarenta y ocho. Voy a citar con todo el gusto a una mujer, Eleanor Roosevelt fue el paladín de ese instrumento que es un instrumento histórico, es más, en contra de muchos del "establecimiento" norteamericano.
En los años sesenta por todo el conflicto, había los movimientos de defensa de los presos políticos pero a decir verdad, y eso habrá que escribirlo, estoy tratando de relatar eso, cómo fue en la realidad, cada grupo armado tenía su movimiento de presos políticos, los del ELN tenían los suyos, los de las FARC también. Eso era un limitante en el sentido que era una cosa politizada pero por otra parte hay que reconocer que si les violaban los derechos humanos, y los desaparecían y los torturaban y entonces tenían todo el derecho a crear su comités porque a nadie se le pueden conculcar esos derechos. Lo interesante fue cuando en los setenta, con el Estatuto de Seguridad se hizo aquí un gran movimiento de derechos humanos, donde a pesar de lo que se diga por que en esto hay mistificaciones como en todo, no fueron las ONG's sus impulsoras, las ONG's no existían, no se conocía el nombre. Fue la sociedad civil, yo recuerdo los que fuimos allá al Teatro Jorge Eliécer Gaitán, estábamos Galán, Gloria Galán, gran parte del nuevo liberalismo, Caballero Calderón, había liberales, estaban Alfredo Vásquez Carrizosa que era conservador, y Gerardo Molina, socialista, había algunos sacerdotes, había algunos protestantes, por supuesto estaban los comunistas, es decir, fue un movimiento muy fuerte. Se me olvidaba, estaban J. Emilio Valderrama y un parlamentario de apellido Montoya, el uno conservador y el otro de la ANAPO, además de otros con quienes fundamos el Primer Comité de Derechos Humanos de Antioquia. También se incorporó Héctor Abad Gómez, quien fue su alma, su principal impulsor y quien fue asesinado al igual que el 50%, del Comité, entre otros Luis Fernando Vélez, Leonardo Betancur, Jesús María Valle y un gran activista, miembro del Partido Comunista, llamado Carlos Gónima. A partir de eso se desarrolló todo un movimiento de defensa que llamábamos de derechos humanos que era de las libertades públicas y por el Estado de Derecho, por esa época, como vino la dictadura de Pinochet y el golpe de estado, en ese momento realmente el exilio chileno contribuyó mucho a hacer una gran campaña internacional y la protección internacional de los derechos humanos cobró mucha fuerza especialmente a través de la OEA. Con Carlos Gaviria y otros, pedimos y por primera vez que viniera la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y vino a mirar la realidad colombiana. Es una historia muy interesante y hay que contarla como es, una historia muy meritoria, con muchas víctimas, con mucho coraje de las personas que estuvieron, pero también en ciertos momentos con un grado muy grande de politización. Luego yo estuve de consejero presidencial de derechos humanos del presidente Virgilio Barco, a mucho honor porque él era un demócrata, y la idea era que los derechos humanos no podían ser patrimonio ni de la izquierda ni de la derecha sino que eran una obligación del Estado. Por haber aceptado esa consejería casi me muelen ciertos sectores extremistas, porque yo concebía, como lo concebíamos y como ahora está saliendo de La Habana, que las violaciones de los derechos humanos venían de todos los lados y que no se podía simplemente decir, del otro lado pero del lado mío no, es decir, para una efectividad de los derechos humanos hay que respetar los de todos, los guerrilleros por supuesto, si trasgredieron la ley deben ir a la cárcel pero con debido proceso, sin torturas, sin desaparecimiento, pero era necesario condenar también el secuestro político, las torturas y otras violaciones cometidas por los grupos armados. Por esto tuve un desacuerdo con el Informe de Amnistía Internacional, a quien respeto y nunca descalifiqué, por eso la primera respuesta a Amnistía Internacional decía que no podían estar callados con la otra parte de lo que pasaba. Al poco tiempo en una reunión de Amnistía Internacional en Japón empezaron a variar su posición y hoy en día ninguna institución internacional de derechos humanos mira para el otro lado cuando un secuestro o una barbaridad de estas la comete un agente que no sea estatal, por supuesto cuando es estatal hay que castigarlo.