REFLEXIONES SOBRE EVALUACIÓN DE LA ENSEÑANZA DEL DISEÑO GRÁFICO EN LA UNIVERSIDAD1
Reflections on The Assessment of Graphic Design Teaching in The University
Reéflexions Sur L'évaluation de L'enseignement du Design Graphique À L'université
Reflexões sobre Avaliação do Ensino do Desenho Gráfico na Universidade
Nancy Patricia García Pacheco
Universidad de Boyacá, Boyacá, Colombia npgarcia@uniboyaca.edu.co
Artículo de Reflexión
Recepción: 2 de febrero de 2014
Aprobación: 16 de julio de 2014
Resumen
El objeto del texto es reflexionar sobre la práctica evaluativa. Para ello se aborda una experiencia con estudiantes universitarios del programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá, donde se indaga acerca de la percepción que tienen sobre la evaluación. Es vital pensar en una cultura evaluativa que busque una verdadera calidad en la educación y que se articule con la innovación en las prácticas pedagógicas. Es prioritario dejar de lado las mediciones que no dan cuenta de los procesos cognitivos que desarrolla cada ser humano a partir de su propia experiencia de aprendizaje. En la presente investigación se encontró que para el diseño gráfico la evaluación es subjetiva, otorgándole el poder al maestro de generar argumentos desde su propia interpretación de una realidad visual, que puede diferir con la percepción y el significado que cada individuo le otorga a una imagen. Posteriormente se presentan algunas posturas de los docentes del programa acerca de este tema. El texto finaliza con algunas conclusiones que suscita dicha reflexión.
Palabras clave: evaluación, aprendizaje, medición, educación, práctica pedagógica.
Abstract
The article aims at reflecting on the assessment practice. Therefore, it deals with an experience with students of the University of Boyaca Graphic Design program, in which their perception on assessment is explored. It is paramount to think of an assessment culture aiming at a true quality education articulated to innovation in pedagogical practices. It is of first importance to leave aside those measurements that do not account for cognitive processes developed by every person on the basis of his/her own learning experience. This research found out that in the case of Graphic Design, assessment is subjective, since teachers are given all the power to argue from their own interpretation of a visual reality which may differ from the perception and meaning every person gives to it. Then, positions by some teachers of the program about this topic are presented. Finally, the article states some conclusions arising from that reflection.
Keywords: assessment, learning, measurement, education, pedagogical practice.
Résumé
L'objectif de ce texte est de réfléchir sur la pratique de l'évaluation. Pour ce faire on aborde une expérience avec des étudiants universitaires du programme de design graphique de l'Université de Boyacá, où l'on fait des recherches au sujet de leur perception de l'évaluation. Il est vital de penser à une culture d'évaluation qui recherche une véritable qualité de l'éducation et qui s'articule avec l'innovation dans les pratiques pédagogiques. Il importe de laisser de côté les mesures qui ne rendent pas compte des processus cognitifs développés par chaque être humain au moyen de sa propre expérience d'apprentissage. Dans la présente recherche, l'on a constaté qu'en ce qui concerne le design graphique l'évaluation est subjective, conférant, au maître, le pouvoir de générer des arguments à partir de sa propre interprétation d'une réalité visuelle, qui peut être différente selon la perception et la signification que chaque individu attribue à une image. Ultérieurement, quelques points de vue d'enseignants du programme, se référant au thème, ont été présentés. Le texte termine par quelques conclusions suscitées par cette réflexion.
Mots clés: évaluation, apprentissage, mesure, éducation, pratique pédagogique.
Resumo
O objetivo do texto é refletir sobre a prática avaliativa. Para isto aborda-se uma experiência com alunos universitários do programa de Desenho Gráfico da Universidade de Boyacá, onde se indaga acerca da percepção que têm sobre avaliação. É vital pensar em uma cultura avaliativa que busque uma verdadeira qualidade na educação e que se articule com a inovação nas práticas pedagógicas. É prioritário deixar de lado as medições que não dão conta dos processos cognitivos que desenvolve cada ser humano a partir da sua própria experiência de aprendizagem. Na presente pesquisa encontrou-se que para o desenho gráfico a avaliação é subjetiva, permitindo-lhe o poder ao maestro de gerar argumentos desde sua própria interpretação de uma realidade visual, que pode diferir com a percepção e significado que cada indivíduo lhe outorga a uma imagem. Depois se apresentam algumas posturas dos docentes do programa sobre o tema. O texto fecha com algumas conclusões que suscita dita reflexão.
Palavras chave: avaliação, aprendizagem, medição, educação, prática pedagógica.
Introducción
Partiendo de una investigación realizada con estudiantes del programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá, se hará un recorrido bibliográfico que ofrece un panorama desde varios autores expertos en el tema y desde la propia práctica académica en el ámbito de la educación universitaria, se presentarán algunos aportes que desde la introspección pueden ser significativos para dotar de valor el tema de la evaluación en la universidad.
El proceso de evaluación se puede construir a partir de un seguimiento y acompañamiento permanente al ejercicio diario con los estudiantes. Es importante investigar en evaluación, ya que es una herramienta que debe ser comprendida para que se puedan hacer cambios y mejoras en el campo de la acción docente.
Tyler R. (1949), a la luz de un enfoque curricular, fue el autor que por primera vez hizo un acercamiento sistemático al desarrollo de la evaluación desde un enfoque curricular. En los años 30 planteó que los objetivos en la educación son importantes, ya que muchos programas no responden a propósitos definidos, por lo tanto dijo que este aspecto que proviene de la administración, es necesario para planificar la enseñanza y mejorarla teniendo claras las metas por cumplir. Estos objetivos se deben construir con los estudiantes, ver lo que necesita la sociedad, definirlos con expertos docentes de diferentes áreas, y es indispensable que sean concretos.
El autor también define la evaluación como: "el proceso para determinar el grado en el cual los cambios en la conducta tienen lugar, igualmente está muy ligado al cumplimiento de los objetivos fijados y saber si se están logrando o no" (1949: 17). Lo anterior se ha convertido en un aspecto todavía utilizado, sin tener en cuenta que la evaluación se debe hacer durante el proceso y no al final del mismo, manteniendo una comunicación asertiva entre el maestro y el estudiante con el propósito de establecer claridades sobre lo que se espera medir al final para establecer la medida del aprendizaje obtenido.
Resultados
En el ámbito universitario donde se desarrolló la presente investigación2, de forma oral se realizó una sesión grupal con estudiantes de cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo semestre del programa de diseño gráfico específicamente, buscando obtener información acerca de la percepción que se tiene del ejercicio evaluativo en la universidad. Se eligieron los estudiantes de dichos semestres por el tipo de entregas que realizan para ser evaluadas en los talleres que corresponden a cada uno de estos semestres.
A continuación se presentarán las respuestas manifestadas por los estudiantes en dicha sesión, la cual se desarrolló mediante el instrumento de recolección de información cualitativa denominado Grupo Focal.
El grupo estaba integrado por un total de 25 estudiantes, las preguntas formuladas fueron: ¿Qué es lo que piensan de la evaluación en la universidad? y ¿Qué percepción tienen de la evaluación en el ámbito universitario?
Un examen detallado a las respuestas de los estudiantes permite reconocer las narrativas que imperan en el entorno universitario; dentro de las respuestas encontradas están: "La evaluación es importante pero considero que la forma de hacerla no es la más adecuada. En muchos casos depende del docente, pero no sé si sea tan efectiva o no, de pronto es mejor cuando es masiva. Nunca va a ser algo objetivo porque si yo expreso una idea y el docente piensa diferente, significa que no es válido lo que yo entiendo". Estudiante 1.
"En algunos casos es bueno evaluar de manera diferente, esta puede ser objetiva o subjetiva, a veces depende más del docente que del estudiante, esa es mi percepción. Ellos tienen la autoridad". Estudiante 2.
"En el campo del diseño la evaluación es muy subjetiva, la evaluación depende de cada docente, todos tienen su forma de evaluar, hay cosas que a unos no les gusta y a otros sí. Yo por ejemplo no tengo mucho talento para expresar mis ideas verbalmente pero otros sí, y a veces se fijan mucho en la manera como uno vende sus ideas, yo me siento afectado por ese tipo de evaluación oral y eso no quiere decir que mis trabajos sean malos." Estudiante 3.
"La evaluación depende de la metodología del docente, muchos no se rigen por las orientaciones que da la universidad de seguir un 20%, 20%, 20% y un 40%, sino que evalúan permanentemente; cada uno desarrolla la evaluación a su forma, en esos casos es a favor para uno [sic], pero es difícil hablar del tema por temor a que después le vaya mal a uno". Estudiante 4.
"Pienso que la evaluación es de cada profesor, pero hay unos que colocan una nota y no es discutible, es decir que nosotros no podemos tener ningún tipo de opinión al respecto, yo pienso que debería existir una sola metodología de evaluación. En esta universidad se ve mucho eso". Estudiante 5.
"En esta carrera es más difícil, me parece a mí, el tema de la evaluación, porque uno termina diseñando para el profesor, no con lo que uno hace, al fin y al cabo la nota la pone él, sí o sí uno siempre tiene que irse por el lado que al profesor le guste; por ejemplo yo siempre he estado en desacuerdo con andar detrás del profesor presentándole avances de cada cosa que uno hace porque al fin y al cabo uno sale de la universidad y uno debe aprender a tener suficiente criterio para justificar lo que uno hace y decir por qué lo hace así o por qué no. Y si uno se acostumbra a estar preguntando si está bien o mal cuando uno salga no va a saber qué hacer. A veces uno se pregunta, ¿cómo me están formando? porque a veces lo limitan a uno a expresar mis ideas [sic]". Estudiante 6.
En estos casos se considera que la evaluación depende del docente y del poder que éste tiene. El docente a través de la evaluación puede tener el control del conocimiento, sin embargo las actividades son impuestas por el mismo sin tener en cuenta el nivel de importancia que le han dado los estudiantes a una temática particular. Consideran que inclusive la autonomía docente permite que tengan un mayor poder evaluando permanentemente.
En otros casos manifiestan: "[…] estoy de acuerdo cuando nosotros podemos evaluar nuestro propio trabajo y evaluar a los compañeros, porque cuando uno expone un trabajo es para los compañeros no solo para el profesor, son ellos también los que tienen claro si entendieron o no entendieron y discuten las interpretaciones que tuvieron con mi presentación. Es muy personal pero creo que los docentes se quedan cortos en la evaluación, en casos como cuando se sustenta una propuesta de diseño, la mayoría dice no, esa pieza no funciona, lo importante es que digan por qué no funciona, qué debería hacer para que funcione, porque igual mi proceso ahí no se acaba. Siempre debe haber una retroalimentación y dar razones, que es realmente lo que hace que uno aprenda. Es muy importante abrir estos espacios para pensar y discutir la evaluación". Estudiante 7.
La posición de algunos es: "Me parece mejor la evaluación cualitativa porque se puede hacer un mejor seguimiento al proceso de cada estudiante. Pero eso también acarrea algunas consecuencias, porque si al principio uno es muy perezoso y le fue mal con algún docente ellos lo comentan entre ellos y uno se ve afectado porque los docentes llegan predispuestos o con percepciones erradas de lo que realmente es cada proceso. Las cosas no deben ser así porque uno tiene fortalezas en algunos aspectos y no en todos. Muchas veces aquí en la universidad vale más cuánta plata le invierta uno a un trabajo que realmente si funciona o no, porque uno puede traer un trabajo bueno pero presentado en materiales de bajo costo y llega otro presenta un trabajo en MDF o más costoso y dicen que él sí trabajó". Estudiante 8.
En casos como el anterior se relaciona la percepción de la evaluación con el dinero invertido en un trabajo de diseño, lo que da desventaja a quienes no pueden hacer cierta inversión. Por otra parte se piensa que los estudiantes han sido marcados de acuerdo con el rendimiento en materias anteriores y que los docentes llegan a evaluar con percepciones erradas del rendimiento de cada estudiante; aspecto que puede generar debate ya que desde el oficio docente en diseño se mira el aspecto estético de los componentes visuales, lo que podría reflejar un imaginario errado por parte de los estudiantes.
En otras respuestas se dice: "La evaluación depende de la materia. Por ejemplo las evaluaciones de las materias teóricas me gustan porque si saco buena nota, uno puede saber si sabe o no sabe". Estudiante 9.
"Me parece que falta mucha actualización por parte de algunos docentes con respecto al tema de competencias, por ejemplo yo cuando entré acá entré con otra percepción a la que tengo ahora. Pero por ejemplo veo que todavía hablan de los mismos referentes teóricos, de los mismos diseñadores, y yo sé que el mundo ha evolucionado y hay muchos autores más, el panorama se ha ampliado. Falta actualización pero en dados casos hay docentes que tienen estilos muy marcados y no salen de ahí, y dan argumentos como que mientras yo esté en esta universidad las cosas se hacen como yo diga; eso me parece preocupante porque uno puede seguir estilos diferentes y nuevos y no significa que esté mal porque el docente no maneje a ese diseñador o no conozca su trabajo". Estudiante 10.
"Yo nunca he estado de acuerdo con las calificaciones que dan, comparto lo que dice mi compañera, así presenten trabajos malos pero hayan invertido mucho dinero [sic] les va mejor que a los que no invierten tanto. La evaluación es muy subjetiva". Estudiante 11.
De otros argumentos se deduce que la evaluación es sesgada de acuerdo con los gustos particulares de los docentes. En este sentido se da una construcción donde se llega a decir:
"Yo veo que los docentes manejan unos enfoques muy distintos a lo que es el diseño gráfico, lo toman a veces muy por el lado del arte y otro tipo de cosas. Las evaluaciones se dan de acuerdo con los gustos de ellos y eso hace que en algunos casos uno tenga evaluaciones muy buenas y en otros casos no. Hay como un sesgo. La evaluación no puede ser a partir de los gustos de ellos. Estudiante 12.
"Ese tipo de evaluación lo lleva a uno a la frustración porque uno se asesora de un docente y le dice que el trabajo está bien y se lo lleva al docente de la materia y le dice que está mal, son pensamientos diferentes. Se debe evaluar más desde la calidad y no desde los gustos personales". Estudiante 13.
O se llega a firmar que: "La consecuencia de que ese tipo de evaluación se dé es que cuando uno sale no termina haciendo lo que se debe sino lo que le gusta al cliente y no tener el criterio de manejar su propuesta y de defender sus ideas [sic]. Igualmente hay algunos docentes también que son muy objetivos y siempre le ven el mensaje y aspectos positivos a lo que uno hace y eso construye más y se frustra menos". Estudiante 14.
"Los docentes de la universidad no posibilitan la autoevaluación como otro mecanismo para tener en cuenta en nuestro proceso formativo, simplemente se ajustan a lo que ellos piensan o consideran que es una evaluación". Estudiante 15.
Afirmación que es muy generalizada ya que es evidente en los documentos que reposan en el programa que algunos docentes sí utilizan la autoevaluación dentro del proceso de seguimiento al trabajo que desempeñan los estudiantes. Este ha sido un dispositivo importante dentro del proceso de calidad que adelanta el programa, en la búsqueda de su acreditación.
"En algunas oportunidades y en algunos casos de profesores particulares se evidencia como la marca que nos ponen, es decir si en una materia o en un curso no nos fue muy bien, ellos asumen que somos buenos o malos de acuerdo con las percepciones de otros docentes, pareciera que debemos llevar esa carga hasta el final de los estudios". Estudiante 16.
En otras opiniones, por el contrario, se hace referencia a la importancia de la autoevaluación. Allí se mantiene una intención de que se integre al individuo y su conocimiento del trabajo frente al poder que tiene la evaluación vista únicamente desde el docente. De igual manera manifiestan el interés por valorar la percepción de sus compañeros.
"Desde que estaba en el colegio no me daban la posibilidad de autoevaluarme, solo en una materia a lo largo del programa se ha permitido este espacio, el cual considero importante porque también contribuye con que seamos más conscientes de nuestros actos y de lo que hacemos para fortalecer nuestro aprendizaje". Estudiante 17.
"A mí me surge una pregunta y es ¿por qué solo los docentes evalúan?, ¿por qué no dan la oportunidad, por ejemplo, a los compañeros o a personas ajenas a nuestros trabajos de diseño? Yo he tenido la oportunidad de presentar y mostrar trabajos en lugares fuera de la universidad donde son más reconocidos y valorados y, en algunos casos, difieren de lo que manifiestan los docentes". Estudiante 18.
Aquí se presentan dos comentarios que hacen referencia a la desmotivación que produce la forma de evaluar y el tratamiento dado por parte de algunos profesores: "Este es un tema que desmotiva mucho, por ejemplo hasta los primeros semestres me iba bien en los talleres de diseño y me gustaba mucho, hasta que llegué a clase con un docente que se dirigía en tono sarcástico y montalón, hacía comentarios que finalmente terminaron por desmotivarme y pensar un poco más si esta carrera era lo que realmente me gustaba; luego de hablar con mi mamá decidí seguir otra, sin embargo ella me orientó y me dijo que sería bueno que, como las áreas son afines, pudiera hacer doble titulación teniendo en cuenta que ya había realizado seis semestres". Estudiante 19.
"Yo conozco varios casos que por la forma como manejan la evaluación los docentes han decidido retirarse, ya que se sienten desmotivados y aburridos de tener que pagar una carrera costosa para que el trato no sea el mejor, aspecto que se evidencia desde los primeros semestres en unas materias particularmente". Estudiante 20.
Pese a esto es notorio que el tema es importante para los estudiantes y que se mantiene la percepción de que la evaluación tal como se lleva a cabo no es la forma más adecuada de motivar e inducir al conocimiento. Vale la pena destacar otras ideas que surgieron a lo largo de esta investigación: "Igual que mis compañeros pienso que la evaluación en la universidad es subjetiva, aunque a mí me va bien en todas las materias, también he observado que existen preferencias o que no son justos con las notas. En muchos casos hablan desde si les gusta o no el trabajo, en otros casos el docente que orienta el taller nos prepara más para enfrentarnos a un jurado determinado que hace parte de la universidad, en lugar de prepararnos más para enfrentarnos a los clientes y a la vida profesional real, es decir afuera de la U". Estudiante 21.
"Yo pienso que en lugar de juzgar tanto se debería pensar más en maneras de que uno pueda desarrollar su propio trabajo o desarrollar su talento o sus habilidades". Estudiante 22.
"En muchos casos no quedan claras las orientaciones para hacer un trabajo y ni el profesor se preocupa por saber si fue así y nosotros tampoco preguntamos más por el temor a ser señalados o juzgados mal. Muchos docentes llegan, dictan su clase y se van. Uno se acostumbra a no decir nada porque además no dan espacio para que uno pueda hablar". Estudiante 23.
"Me gusta cuando dan la oportunidad a los compañeros de hacer alguna apreciación o cometario acerca del trabajo de los demás, pero no por criticar sino por aprender a reconocer y a crear criterio frente a otras propuestas, porque de esa manera también se aprende". Estudiante 24.
"El trabajo que realizamos los diseñadores es para la gente, no es para un profesor, por eso se deberían hacer más ejercicios en los cuales uno pueda enfrentarse a otras personas o a otros compañeros de otros programas y que así se pueda aprender más con las opiniones y sugerencias de personas ajenas a nuestra labor, ya que finalmente en la vida real esa será la situación a la cual nos veremos enfrentados, siempre a diversas personas". Estudiante 25.
En general y de acuerdo con las anteriores respuestas se puede concluir que los estudiantes seleccionados para esta investigación perciben la evaluación como un dispositivo que depende completamente del docente y, como cada uno de ellos es diferente, no hay una claridad en lo que se pretende cuando realizan este proceso. La evaluación para el programa de diseño gráfico es subjetiva y en algunos casos "injusta". A los estudiantes les genera frustración el hecho de que no haya una completa realimentación y discusión en torno a la evaluación, igualmente son conscientes de la necesidad de generar mayores espacios para que sus criterios frente a la presentación de sus propuestas creativas tengan mayor relevancia ya que al enfrentarse a un contexto real ellos deberían saber defenderse y enfrentarse ante un cliente.
Por su parte en entrevista realizada a los 5 docentes diseñadores y artistas plásticos del programa con respecto a este tema, su postura da cuenta de que hay algunas percepciones sesgadas que incluso alcanzan a comprometer al docente que orienta la asignatura hasta el punto de que se asocia el mal trabajo del estudiante con una mala orientación del docente. Podría existir un dilema ético de lo que se considera "una buena idea", y los docentes en algún momento no son claros al momento de valorar un trabajo, dando opiniones como "me gusta" o "no me gusta", aspectos que no permiten que se contraste la teoría con la correcta aplicación en la práctica. Se considera indispensable capacitar más tanto a las directivas como a los docentes en este tema. Las anteriores consideraciones pueden abrir un espacio o un camino en torno a la capacidad evaluativa de los docentes universitarios y a pensar en el tipo de métodos y herramientas que utilizan para hacer este proceso.
A partir de estos resultados es preciso revisar algunos conceptos otorgados a la evaluación, desde autores que se han dedicado al estudio de este tema, y hacer una reflexión que permita abrir espacios de discusión en torno al mismo y desde los cuales se pueda establecer un lenguaje apropiado que identifique la acción propia de la evaluación. Es así que:
Apreciar, estimar, atribuir valor o juzgar han sido los conceptos que más se han asociado a la evaluación. Desde una perspectiva didáctica, significa también el estudio de las relaciones y de las implicancias del enseñar y aprender. En esta situación bipolar y de mutuas relaciones, tales acciones en el contexto de la didáctica tuvieron significaciones diferentes. La evaluación de las prácticas fue planteada como un tema de supervisión docente y tuvo la característica del control de la actividad. No se la planteó como metodología para el mejoramiento de las prácticas, sino que adquirió un lugar de reconocimiento de su existencia (Camilloni, Celman, Litwin & Palou de Maté, 1998: 4).
Evaluación en Colombia
Puentes (2005) se refiere a la evaluación como "valoración de conocimientos, aptitudes, capacidad y rendimiento de los alumnos" (174). De este modo cuando se valora se hace una medición, la cual puede ser tanto positiva como negativa, pensando que el aprendizaje de los seres humanos puede ser medido solo desde las ciencias exactas. El anterior autor hace referencia a la valoración en la evaluación, lo que constituye un camino importante para comprender este aspecto.
Al parecer se están siguiendo modelos errados de medición. Por qué si las sociedades han cambiado las estructuras de evaluación siguen pensándose de la misma forma que hace 80 años. Será que es más fácil ser robots, siguiendo modelos estándar que no aportan ni dan cuenta de la realidad social y educativa de nuestro país, o crear una cultura de la evaluación encaminada a satisfacer los requerimientos propios de nuestra sociedad. Es importante saber qué es lo que se quiere de la formación, por lo tanto me centraré en pensarlo desde la evaluación el campo universitario.
En Colombia falta mucho por hacer, se pueden dar avances importantes al método y en la manera de evaluar, pero es posible evidenciar una errada interpretación de pensamientos extranjeros. Es prioritario tener en cuenta que desde el aspecto sociológico y cultural las personas se conducen de una manera distinta, por lo tanto emular modelos que funcionan en otras partes del mundo como en Norteamérica, significa que no se ha logrado una apropiación y un empoderamiento del valor que tiene el desarrollo del conocimiento en el país.
La cultura de la evaluación en Colombia se ha vuelto un dispositivo de control, de poder, de tal manera que quien evalúa tiene el control y este se convierte en un mecanismo para someter a las personas. El sistema exige al docente convertir esa evaluación en notas numéricas, sin tener en cuenta que los números no dan una valoración real al proceso de cada individuo, es más, no se tiene en cuenta el proceso, lo importante es poner una nota y continuar, dependemos de los sistemas, de los tiempos, del poder político y hasta de intereses particulares.
"Hace algunos años se apreciaba un protagonismo de la evaluación no solo desde los ámbitos académicos sino también políticos, dado que la administración educativa la considera como un requisito esencial para el mejoramiento de la calidad educativa" (Castillo, 2003: 2). En nombre de la "calidad" educativa se maltrata el tema de la evaluación y no se da cabida a la reflexión y al pensamiento crítico que puede generar nuevas alternativas para fortalecer el crecimiento individual de las personas y por ende construir mejores caminos de formación, incluso por encima de otras culturas.
Existen modelos de evaluación que han influido en Colombia. Michael Escriven (1967), partidario de la evaluación formativa y sumativa, influyó en Colombia con su modelo de evaluación, de tal manera que hoy a pesar de que el autor lo planteó para un contexto diferente, es decir en una época diferente, se basó en algo sencillo y es que evaluación es "valorar algo", pero se puede apreciar desde diversos aspectos, y concluye que al "valorar" se está emitiendo un juicio.
Lo más importante es poder fundamentarse para emitir un juicio de valor para medir al estudiante, informando previamente los criterios que se tendrán en cuenta en la estimación, de tal manera que se pueda hablar un mismo idioma a la hora de emitir y entender un juicio otorgado a través de la evaluación. Ésta debe irse construyendo durante el proceso, no al final que es lo que el sistema educativo, casi que caprichosamente exige; hacen cortes y se debe finalizar el curso para emitir una nota. La evaluación debe ser flexible y abierta, debe responder a las características particulares del entorno en el cual se desarrolla. Por ejemplo cuando los docentes llevan un proceso de enseñanza con una metodología particular apreciando un valioso aprendizaje por parte de los estudiantes y se llega la fecha de entregar notas cuantitativas, y para cumplir con los requerimientos de la misma decide dar una nota numérica que por sí sola no logra dar cuenta de los avances de los jóvenes.
Significado de la evaluación
Entonces ¿cuál sería el significado de la evaluación? Existen distintas concepciones de acuerdo con los modelos pedagógicos trabajados, pero hay algo claro y es que ha sido difícil "impulsar una acción evaluativa única. Simplemente no la hay. Del estudiante se pueden esperar en lo evaluativo cosas diferentes dependiendo del modelo pedagógico impulsado" (Batista, 1989: 26); este aspecto permite evidenciar que existen distintos caminos, estos pueden llevar a los estudiantes a lograr un perfil diverso con respecto a su propio aprendizaje y conocimiento.
Desde la función que desarrolla el maestro, la evaluación se ha dado desde otros modelos (pedagogía tradicional, transmisionismo conductista, romanticismo pedagógico, pedagogía socialista, etc.), que posibilitan otras posturas para iniciar una acción evaluativa. Por lo tanto se puede deducir que existen variados perfiles de maestros y diversos tipos de estudiantes que evidencian una formación basada en su propia experiencia, vivida en el ejercicio de sus distintos roles, lo que concede interpretar que la elaboración y presentación de pruebas estándar como las que en la actualidad son utilizadas no tiene ninguna lógica que permita evidenciar una "realidad", ni para un estudiante, ni para una institución particular y mucho menos para medir a un docente.
Torres (1997) en el artículo titulado "Otra evaluación, otra educación", presenta dos aspectos interesantes de la evaluación: el primero como una categoría permanente presente en la vida cotidiana y el segundo como una categoría cultural. De acuerdo con el primero se dice que "a raíz de una determinada valoración, de un determinado juicio, el rumbo de la vida de una persona puede cambiar" (Torres, 1997: 3); ya que los juicios provienen de alguien externo, estos pueden permutar, o mejor, impactar, la vida de un individuo, sobre todo si se encuentra en su primera etapa escolar. En este punto es pertinente reflexionar también sobre los aspectos del contexto que acompañan un comportamiento en la cotidianidad del estudiante, expuesto a un aprendizaje social, ya que no se puede dar valor a todas las personas de la misma manera; igualmente las personas tampoco valoran los acontecimientos académicos de la misma forma, mientras para algunos es importante pasar una materia con la nota mínima, para otros cuantos su interés está centrado en ser los mejores, es decir, sentirse valorado por encima de los demás y de esta forma parecer motivado para alcanzar metas personales y salir adelante.
En el segundo aspecto "los juicios que una persona hace, las apreciaciones que formula, se sustentan en valores" (Torres, 1997: 3) y están basadas en el aspecto cultural, sin embargo esos valores muchas veces quedan en juicios sobre lo que una persona refleja externamente, es decir que se valora a partir de las apariencias y si estas son o no aceptadas por la cultura en la cual se desarrolla el individuo.
La evaluación en la universidad debe flexibilizar y ampliar los marcos de referencia con la cual se sustenta, considerando que esta es una etapa muy importante ya que es cercana al ingreso de un sujeto a la vida laboral. Por lo tanto se hace necesario cambiar el discurso de la evaluación universitaria. Como dice Ángel Díaz Barriga (1997): "Habría que preguntarse hasta dónde es posible trabajar con un método más adecuado a nuestro objeto de estudio, o sea la evaluación, un método que considere al alumno como una totalidad" (4); es algo complejo poner en distintos lugares el objeto de estudio de la educación y merece una investigación más exhaustiva del ser humano desde su comportamiento psicológico hasta entender una lógica casi perfecta que determine la evaluación como un aspecto que se requiere socialmente.
La evaluación debe ser construida entre personas y debe estar abierta al diálogo. En la actualidad por ese mismo sistema educativo se ha desvirtuado el valor de una evaluación oral; por ejemplo si se planea hacer una evaluación oral es necesario ubicar uno o dos docentes de acuerdo con las políticas del programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá, en algunos casos se vuelve complicado ya que los docentes viven inmersos en un sinnúmero de actividades que no les permite disponer de tiempo para acompañar un proceso como este.
En los programas universitarios relacionados con disciplinas como las artes, la arquitectura, el diseño, la publicidad, etc., se hace casi que estrictamente necesario hacer evaluaciones orales, ya que hay un común denominador y es la exigencia de que los estudiantes presenten, argumenten y defiendan su idea innovadora y convenzan a los evaluadores de que su trabajo aplicado a la vida real posiblemente tenga éxito. Igualmente el jurado medirá de acuerdo con unos parámetros pre-establecidos, el conocimiento y algunas capacidades, entre ellas, la de hablar y desenvolverse frente a un público.
Estas prácticas permiten reflexionar y comprender un proceso que en algunas situaciones genera discusiones interesantes en torno al objeto y parámetros tenidos en cuenta en la evaluación. Con esto se logra evidenciar la relevancia que se le ha dado a los procesos de tareas administrativas que limitan las diversas maneras de poder realizar una adecuada evaluación.
La evaluación en el ámbito administrativo
De otro lado y siendo coherente con el tema administrativo, este se ha convertido en un elemento discursivo que le ha otorgado otro significado a la evaluación:
Sostenemos que entre los criterios administrativos y académicos se dan contradicciones estructurales, las cuales priman en esa práctica evaluativa, impidiendo el estudio de lo educativo en su especificidad y complejidad. Sostenemos como supuesto central de esta información que los fines de lo administrativo y de lo académico no son convergentes en tanto funcionan con "lógicas internas", estructuradas desde distinto lugar, la eficiencia por un lado y los procesos cualitativos por otro. Por tanto la contradicción estructural es objetiva y no se puede resolver desde una voluntad subjetiva (De Alba, Díaz & Viviesca, 1984: 11).
De acuerdo con lo anterior se intenta hacer un acercamiento del ámbito administrativo y sus elementos hacia el ámbito educativo, especialmente teniendo en cuenta la evaluación como sinónimo de control. Por la experiencia personal y de profesionales con quienes se ha podido hacer discusiones al respecto —quienes han trabajado en entidades públicas y privadas del país especialmente en el sector productivo— las nociones que aparecen en los libros no se manejan de la misma forma en la práctica real. Las empresas se quieren acercar más a la educación tratando de implementar nuevos modelos de evaluación y control, que se distancian mucho de los modelos implementados en la educación, donde en la valoración no existen espacios para la retroalimentación o la reflexión.
Allí lo más importante es la retroalimentación. Un ejemplo en la búsqueda de estrategias para el cumplimiento de metas, en las visitas de auditoría, más que controlar lo que siempre se hace, es una reflexión y retroalimentación con el propósito de ir ajustando algunos procesos y estrategias, buscando siempre promover el trabajo en equipo y la comprensión de distintos métodos para mejorar cada día el rendimiento de las personas no solo en su vida laboral, sino en su vida personal y familiar, brindando una constante formación en Coaching3.
Whitmore, en su libro titulado Coaching (2003), manifiesta que: […] los sistemas de evaluación son comunes, impopulares, restrictivos y se abusa de ellos. En una cultura orientada al aprendizaje, no a la culpa, pueden ser muy beneficiosos para todos los interesados" (146). Los sistemas de evaluación deberían siempre verse desde una óptica que busque mejorar el desempeño o el aprendizaje. Dice también "cuando categorizan solamente el desempeño pasado y no el potencial futuro, o cuando juzgan en lugar de describir, no benefician a nadie" (151).
Lo anterior permite reafirmar la importancia de la realimentación y de la autoevaluación, ya que pueden ser formas de evaluación más efectivas. La autoevaluación también debe pensarse en términos de formar y enseñar a las personas para que sean conscientes de sí mismas, de sus habilidades, de sus cualidades y de sus procesos. En la educación tampoco se enseña al estudiante a verse a sí mismo y poder hacer una autoevaluación con toda la sinceridad que amerita, por eso existe el temor por parte de los docentes de tener en cuenta una autoevaluación porque asumen que los estudiantes "se van a poner cinco", lo cual significa que de antemano el mismo docente no permite un espacio de comprensión para el estudiante sobre el significado que puede tener una autoevaluación.
En el medio empresarial igual que en el educativo se da relevancia al "poder" que constituye evaluar a otros (estudiantes, compañeros, docentes, jefes), pero en este momento se ha visto cómo la autoevaluación está logrando buenos resultados en el ámbito productivo; se está empoderando a los trabajadores permitiendo a cada individuo descubrir cuáles son sus verdaderas cualidades y habilidades. Hay aspectos como que algunos saben muy poco a la hora de presentar una entrevista de trabajo, también se ha podido evidenciar en muchos casos la dificultad de las personas para hablar de sí mismos, claro, acostumbrados desde la educación académica a ser juzgados por otros, sin dar el espacio para que ellos se den cuenta de sus verdaderas capacidades.
Los expertos dicen que cuando se indaga por sus fortalezas y debilidades en promedio se les ocurren dos o tres y, en algunos casos, máximo una; en cuanto a las debilidades se percibe que es más fácil hablar de ellas. ¿Será que el modelo de evaluación o de valoración utilizado en la educación valida las verdaderas capacidades de un individuo de tal forma que cuando llegan al campo laboral no se venden como profesionales sino en algunos casos como necesitados de trabajo? Igualmente detrás de una nota académica puede haber muchos discursos ocultos pero, asimismo, no puede dar respuestas a ciencia cierta del éxito o fracaso de un sujeto en su práctica profesional.
Teniendo en cuenta lo anterior se considera valioso que "si los docentes recuperan el lugar de la evaluación como el lugar que genera información respecto de la calidad de su propuesta de enseñanza, la valoración sería un tema para informar respecto de los aprendizajes de los estudiantes" (Litwin, en Camilloni, 1998: 1). Lo anterior permite interpretar que el docente debe revisar mucho más su propia enseñanza para iniciar un proceso de estos, y repensar sobre qué es lo que existe realmente detrás de las notas numéricas.
Este ejercicio representa un espacio valioso de reflexión que permite comprender algunos de los comportamientos de los estudiantes y de los docentes. Es preciso entender el contexto cultural en el cual se desarrolla la evaluación, no todas las carreras universitarias ni todos los estudiantes perciben el contexto de la misma manera, es por esto que las pruebas estándar no tienen la validez que se necesita para dar un diagnóstico apropiado de los requerimientos de la educación actual. También permite un acercamiento al pensamiento de Gardner quien afirma: "La evaluación se basa en un análisis previo de las habilidades requeridas por un oficio determinado, pero también puede verse influida por factores de tipo subjetivo, como la opinión personal del maestro sobre su aprendiz, sus relaciones con otros maestros, o su necesidad de otro tipo de servicios" (1995: 175).
Abrir estos espacios permite evidenciar la importancia de que los profesores tomen conciencia y piensen la educación de una manera diferente y no se tome tan operativamente o por cumplir un requerimiento institucional, ya que de esta manera se están creando grandes vacíos y oportunidades de aprendizaje que son valiosos para los aprendices.
Algunos de los estudiantes también plantean la trascendencia de la evaluación por parte de los compañeros, lo que permite pensar en la importancia y necesidad que ellos tienen de verla como un mecanismo de aprendizaje colaborativo:
La tarea de diseñar y calificar las evaluaciones se ha vuelto un problema, sobre todo en áreas donde no existe una única solución. El conocimiento está altamente relacionado y su validez depende del contexto. Por lo tanto es en estos escenarios tradicionales de evaluación donde pueden observarse muchos problemas asociados con la manera como se evalúa el aprendizaje (Collazos, Ochoa & Mendoza, 2007: 72).
Es lo que sucede en programas como en el caso de diseño gráfico, entonces este tipo de valoración puede ser una de las opciones a tener en cuenta en los diferentes procesos que requieran una estimación.
Esta investigación también confirma lo que cita Peña de la Mora (s.f.) en su artículo 'Crítica a la fundamentación epistemológica de la medición del aprendizaje escolar', cuando dice que "diversos estudios muestran que solo un bajo porcentaje del significado de las calificaciones corresponde a aspectos cognoscitivos y que el principal determinante de las calificaciones son las actitudes del maestro"4 (Gintis citado por Peña de la Mora), quien también afirma que "a través de la calificación el maestro recompensa la subordinación del estudiante al orden social escolar y castiga a quienes manifiestan autonomía, creatividad, independencia de juicio y autoconfianza". La percepción que los estudiantes tienen es que la evaluación depende del docente y del poder que tiene frente a la misma: "Las supuestas bondades académicas de tal instrumento deben ser leídas desde la perspectiva del control educativo que proponen lograr. El docente en esta concepción ha perdido su dimensión intelectual para convertirse en un operario de programas preestablecidos que desconocen su saber" (Díaz, 1997: 10).
Al profesor no solo se le otorga poder sino control frente al estudiante y los modelos evaluativos pretenden que el aprendiz siga un patrón de conductas preestablecidas, pero el mismo sistema se ha encargado de que los educadores y alumnos vivan esta realidad casi inconscientemente, son muy pocos los que destinan tiempo a pensar seriamente estos aspectos que deberían ocupar un amplio porcentaje del tiempo que se dedica a otras actividades casi sin importancia y que son netamente administrativas y operativas.
"Cuando la evaluación se realiza correctamente puede ser motivadora y productiva para los estudiantes, ya que les ayuda a saber si lo que están haciendo es correcto o si necesitan hacer algo más" (Brown & Glasner, 2003: 24). Lo anterior permitiría que el docente sea consciente de su práctica, y permite generar estrategias permanentes para mejorarla.
El oficio del docente en la universidad se ha vuelto instrumental "El profesor no cuenta con la posibilidad de reflexionar lo evaluativo, de ser autónomo y generar sus propias alternativas de evaluación" (Torres, 1996: 1). Además, es fundamental sobre todo en la universidad que todos los docentes tengan una formación en educación y pedagogía, ya que desde este escenario es que se evidencia la necesidad y la importancia de razonar y recapacitar verdaderamente el quehacer instructivo:
La educación es interacción entre sujetos, saberes, prácticas, instituciones. Es acción cultural que transforma la manera de vivir, de crecer, de soñar, de aprender, de pensar y de actuar, lo cual hace que la calidad de la educación sea la calidad de la vida misma, de los aprendizajes, de las acciones, de los proyectos en la corriente dinámica, y azarosa de la historia. En un campo simbólico intangible, espiritual fundamentado en la ética, en el conocimiento y en la pedagogía, para orientarnos en nuestras acciones y para aplicar los conocimientos a la solución de las necesidades humanas (Tamayo, 2010: 107).
La anterior reflexión sobre la educación permite extraer la esencia misma del significado que puede tener la evaluación en términos de calidad, ya que hace referencia a la vida misma como fuente infinita de todos los aprendizajes. La evaluación de la enseñanza del diseño corresponde a un aspecto que genera una problemática, ya que su apreciación se da a partir de ciertas creencias e influencias en cuanto al entorno cultural y social. El diseño gráfico por encontrar su origen epistemológico en las artes, deja entender que allí no todo se puede enseñar pero sí, a través de la experiencia y de la ejecución de algunas actividades particulares, se puede aprender.
En la evaluación del diseño se deben tener en cuenta algunos aspectos disciplinares ya que no se puede basar únicamente en el proceso creativo y la generación de ideas. Se podría sugerir la existencia de una capacitación para los docentes que se desempeñan dentro de la enseñanza de esta disciplina, con el objeto de que existan unos parámetros frente al entorno creativo y el contexto en el cual se desarrollan. En la enseñanza artística los desarrollos creativos y personalizados desempeñan un papel importante al igual que el profesor, por lo tanto se hace necesario emitir un juicio en función de las características propias del currículo.
Conclusiones
En este artículo se ha intentado presentar un conjunto de ideas y reflexiones que buscan dotar de valor el ejercicio de la evaluación en la práctica universitaria, particularmente en el programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá.
A lo largo del mismo se han presentado puntos de discusión y resultados investigativos en torno a la percepción de un grupo de estudiantes, de algunos docentes que han manifestado su postura, contrastando la información encontrada con algunos autores que se han dedicado a hacer un estudio exhaustivo en el campo de la evaluación y, logrando así, confirmar ciertas teorías que proponen.
El documento invita a pensar en la problemática que ha suscitado la evaluación, propone a los docentes reflexionar sobre esta práctica específicamente en el ámbito universitario. Se espera que estas líneas continúen alentando el desarrollo de la evaluación y la construcción de entornos menos rigurosos donde los exámenes estándar no existan de la manera como se presentan en este momento. Se convoca a quienes dedican su vida al oficio de educar a pensar en la evaluación con el propósito de ayudar a la gente a descubrir su automotivación, aspecto que puede llegar a hacer más realizable una esperada transformación cultural.
Pie de Página
1 Este es un artículo de reflexión basado en una investigación realizada en el programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá.
2 Esta investigación fue realizada dentro del programa de diseño gráfico de la Universidad de Boyacá.
3 El Coaching consiste en liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño. Consiste en ayudarle a aprender en lugar de enseñarle (whitmore, 2003: 19).
4 Existen varios estudios con respecto a este tema que se pueden entender con mayor detalle en H. Gintis, 'Educación tecnología y…, en C. Biasuto, op. Cit., p. 63, H. Gintis y S. Bowles, op. cit., pp. 181-182. Citado por Eduardo Peña de la Mora en 'Crítica a la fundamentación epistemológica de la medición del aprendizaje escolar' (s.f), Lectura N°. 8, p. 10.
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