Vigilancia tecnológica:
Arkangel en fotogramas
Juan Guillermo Díaz Bernal
Doctor en Educación.
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
juan.diaz@uptc.edu.co
https://orcid.org/0000-0001-8910-820X
Artículo de reflexión
Recepción: 30 de enero de 2019
Aprobación: 09 de marzo de 2019
https://doi.org/10.19053/22160159.v10.n23.2019.9732
Resumen
El artículo analiza algunos fotogramas de la serie Black Mirror, episodio Arkangel. Siguiendo algunas líneas teóricas de pensadores contemporáneos tales como Deleuze, Bauman y Han, se evidencian diferentes situaciones que relacionan el control y la vigilancia con la infancia, la cual es rastreada por dispositivos tecnológicos. Las consecuencias sociales se dan en un futuro próximo determinado por la tecnología como centro de los mecanismos de monitoreo virtual. La metodología de trabajo se basa en una revisión bibliográfica y una reflexión teórica sobre el episodio analizado. El esquema de trabajo se articula en cinco fotogramas: del spoiler a la filosofía, la relación entre infancia y la influencia tecnológica, las interacciones entre tecnología y vigilancia, las diversas propiedades y consecuencias y, finalmente, la tecnodependencia. Al final, hay unas consideraciones que permiten formular nuevas preguntas.
Palabras clave: infancia, tecnología, control, vigilancia, sociedad de la información
Technological surveillance: Arkangel in frames
Abstract
This paper analyzes some frames of the TV series Black Mirror, episode Arkangel. According to some theoretical lines of contemporary scholars such as Deleuze, Bauman and Han, there are different situations that relate control and surveillance to childhood, which is tracked by technological devices. The social consequences occur in the near future determined by technology as a center of the virtual monitoring mechanisms. The work methodology is based on a bibliographic review and a theoretical reflection about the analyzed episode. The work scheme has been articulated in five frames, as follows: from the spoiler to the philosophy, the relation between childhood and technological influence, the interactions between technology and surveillance, the diverse properties and consequences and, lastly, the techno-dependence. At the end, there are some considerations that allow us to raise new questions.
Key words: childhood, technology, control, surveillance, information society
Surveillance technologique : Archange en images
Résumé
Cet article porte sur une analyse de certaines images de la série télévisée Black Mirror, spécifiquement de l’épisode Archange. Sur la base de quelques réflexions théoriques de penseurs contemporains tels que Deleuze, Bauman, et Han, on peut visualiser différentes situations mettant en lumière le contrôle et la surveillance des enfants effectuée par le biais de dispositifs technologiques. Les conséquences sociales sont reflétées dans un avenir proche régi par la technologie en tant que centre des mécanismes de surveillance virtuelle. Ce travail repose sur une analyse bibliographique et une réflexion théorique face à l’épisode analysé. Le plan de travail s’articule autour de cinq images : du spoiler à la philosophie, la relation entre l’enfance et l’influence technologique, les interactions entre la technologie et la surveillance, les différentes propriétés et conséquences, et finalement, la techno-dépendance. La partie finale de l’article présente quelques considérations qui permettent de se poser de nouvelles questions.
Mots-clés : enfance, technologie, contrôle, surveillance, société de l’information
Vigilância tecnológica: Arkangel em fotogramas
Resumo
O artigo analisa alguns fotogramas da série Black Mirror, episódio Arkangel. Seguindo algumas linhas teóricas de pensadores contemporâneos como Deleuze, Bauman e Han, se evidenciam diferentes situações que relacionam o controle e a vigilância com a infância, a qual é rastreada por dispositivos tecnológicos. As consequências sociais ocorrem no futuro próximo, determinado pela tecnologia como o centro dos mecanismos de monitoramento virtual. A metodologia do artigo é baseada em uma revisão bibliográfica e em uma reflexão teórica sobre o episódio analisado. O esquema de trabalho é articulado em cinco fotogramas: do spoiler à filosofia, a relação entre infância e influência tecnológica, as interações entre tecnologia e vigilância, as diversas propriedades e consequências e, finalmente, a tecnodependência. Finalmente, há algumas considerações que permitem formular novas questões.
Palavras-chave: infância, tecnologia, controle, vigilância, sociedade da informação
Introducción
La serie británica Black Mirror fue lanzada en 2011 y en 2019 va por la quinta temporada. Con admiración —como por los otros episodios—, Arkangel es traído a colación. La historia trata de una mujer llamada Marie, quien está excesivamente preocupada por su hija Sara —después de una breve desaparición en el parque—, por lo cual adquiere un chip experimental que proporciona control y vigilancia absoluta de todo lo que le sucede a su hija. Allí hay una problematización tecnológica.
El análisis presupone una relación con algunos autores quienes advierten sobre las innovaciones científicas. Somos sometidos a una constante vigilancia que produce una ansiedad. A partir de las características digitales de usuarios en internet, se categorizan perfiles de consumidores y se seleccionan cada vez más. Además, el artículo discute con nosotros mismos al crear dispositivos de control y con las tecnologías de información y comunicación [TIC], lo que conlleva una penetración de diferentes mecanismos en nuestras vidas.
La metodología parte de una revisión bibliográfica de autores. Lo teórico se compara con algunos fotogramas de la serie —imagen-movimiento-tiempo—, los cuales muestran algunos efectos de las nuevas tecnologías en la era de la información, pues se nota una semejanza en la dialéctica de los autores del tiempo pasado y la serie futurista.
El contenido propuesto se divide en cinco fotogramas para su desarrollo: el primero comenta a grandes rasgos el episodio y algunas nociones que la filosofía contemporánea ha reflexionado. El segundo establece una relación entre la tecnología y la infancia a partir de autores contemporáneos. El tercero muestra a la tecnología como vigilancia. Aquí, los personajes de la serie se encuentran inmersos en diferentes rutas ligadas la aceleración de la información y uso de los dispositivos tecnológicos. El cuarto son las propiedades y consecuencias de Arkangel, donde, a modo general, se muestran los objetivos tecnológicos del chip, cuyos adelanto e innovación repiensan la imagen. El quinto desarrolla algunas reflexiones sobre la dependencia tecnológica que en la era de la información pasó a tornarse obsesiva y compulsiva. A manera de ejemplo, se refleja la realidad contemporánea con situaciones mediadas por dispositivos tecnológicos.
Como consideración final, a partir de la revisión bibliográfica y tomando al sujeto contemporáneo objeto de análisis en relación con las tecnologías de la inteligencia, se aproximan y acompañan los procesos de interacción con el otro, relevante para pensar la educación infantil y la educación mediadas por una cibercultura.
Fotograma 1: del spoiler a la filosofía
El episodio presenta a Arkangel como un complejo monitoreo para niños que no solo es capaz de localizarlos, sino también de meterse en su cabeza para saber qué ven y qué escuchan, para dominarlos y controlarlos. Aquí nos encontramos con Marie, una madre soltera que, temerosa de lo que pueda sucederle a su hija Sara, decide insertarle en la cabeza el dispositivo, de manera que pueda controlarla en cada momento de su vida.
Arkangel permite monitorear y controlar todo aquello que pueda hacerle mal, censurando incluso aquello que puede ver. A medida que avanzamos en el episodio, vemos a Sara crecer. Esto genera un dilema en su madre, que tiene que despegarse poco a poco de este sistema de monitoreo, ya que ve que le genera daños en su vida.
¿Qué elementos filosóficos podemos encontrar en este episodio? Principalmente tres: poder, dinero y control. Podemos entender Arkangel como un implemento tecnológico basado en lo que Hobbes llamaba Leviatán, un sistema enorme complejo capaz de gobernarnos a todos a fin de evitar que suframos daños y tengamos miedo al otro. Pero, también, entra en juego el concepto de panóptico, desarrollado principalmente por Bentham y, posteriormente, por Foucault (2012), es decir una posición mediante la cual alguien observa sin que el observado pueda darse cuenta. Preguntas que guían el análisis pueden ser: ¿cómo se justifica la intromisión en la psique de los niños —a través de videos donde el control forma parte de una perversa visión del cuidado del otro—? ¿Qué sucede con Marie a medida que su hija crece? Pese a que entiende el daño que Arkangel hace a su hija, no puede evitar caer en la tentación de controlarla todo el tiempo, de manipular este aparato para saber qué pasa a cada momento en la vida de su hija.
Podemos entender esta compleja situación como un buen ejemplo de lo que Han (2013) denomina “sociedad de la transparencia”. Él sostiene que el poder en esta época se ejerce sobre nuestra mente, por eso se nos controla todo el tiempo a través de la esfera pública, pero —atención— esta no nos esclaviza; somos nosotros mismos los que hacemos pública nuestra vida y la exponemos a diario a quien la pueda controlar, de modo que también nosotros podamos controlar a los demás. Es así que se nos reta y se nos moldea a la mirada disciplinada de otro. ¿No sería Arkangel una intuición de lo que puede pasar en un futuro no muy lejano a partir de lo que ya nos sucede?
Lo anterior, según Bernal (2018), evidencia una latencia entre el ciberespacio e individuo. La pregunta central sería: ¿cómo queda afectada la identidad del yo? La posible respuesta al interrogante se da en un sentido tanto negativo como positivo.
En el primero, según Heidegger, existe el peligro de perder la propia esencia, por lo que el yo puede diluirse en la tecnología hasta el punto de desaparecer (Borgmann & Mitcham, 2007). El sujeto quedaría bajo el dominio del objeto, convirtiéndose el primero en una subcategoría del segundo. Esta es una idea también compartida por Virilio (1996), según el cual se produce una pérdida del Dasein que da lugar a una identidad fantasmagórica en el mundo virtual.
La inconsciencia puede llegar a dominar nuestro yo y podemos dejar de ser conscientes de que debemos ser nosotros quienes sometan las máquinas a nuestros deseos y no al contrario. Esta es una de las ideas que nos muestra Ortega & Gasset (1964) en su escrito sobre la técnica. Al mismo tiempo que dejamos de ser conscientes también dejamos de pensar, dejamos que las máquinas piensen por nosotros, tal como nos dice Postman (2011a).
El yo puede quedar desdoblado y entrar en un estado de sonambulismo o esquizofrenia. En la posibilidad de crear nuevas identidades el yo se multiplica y pierde la identidad esencial, que le es propia. Ellul (1988) señala esta dejadez de la voluntad humana en favor de las máquinas, dejándose llevar por sus exigencias de dominio y sometimiento a la tecnología.
También se podría interpretar la situación de creación de nuevas identidades, como un paso de la identidad del yo individual a una identidad de tipo colectivo. De esta manera, Internet se convertiría en una especie de panóptico benthamiano y que Foucault (2012) expone como un paradigma de la nueva sociedad que se está construyendo, donde ya no habría intimidad.
En sentido positivo, por otro lado, la conexión de inteligencias puede favorecer, además de enriquecer, el pensamiento y la creación colectiva. Esta es una de las ideas que defienden Raymond (2000) y Himanen (2001), entre otros. El individuo ya no está solo ante la máquina, abandonado a su servicio, sino que puede pedir la colaboración de los demás en la red para llevar a cabo su trabajo.
Existe la posibilidad de traspasar las limitaciones de la propia conciencia y crear identidades nuevas en la red, que no tienen por qué dar lugar a una disociación del yo, sino a un enriquecimiento de la propia identidad. Al ponerse en el lugar del otro se toma una conciencia universal que puede llegar a captar mejor los conflictos y las relaciones humanas.
Fotograma 2: infancia y la influencia tecnológica
Hay un debate sobre el impacto del desarrollo tecnológico y la concepción actual de infancia (Rueda & Quintana, 2013). La era de la información se caracteriza por la predominancia de las tecnologías, en especial de las digitales, gracias a la interacción mediada con máquinas, lo cual determina nuevos modos de acceso a las informaciones propias de esta época.
¿Será que existe una aproximación del mundo infantil al adulto? ¿Será que esa re-aproximación acontece por la utilización de las tecnologías de la información y comunicación, entre las cuales está la televisión, el computador y el Internet, que brinda la posibilidad al acceso de las informaciones y permite que los niños tengan contacto con lo que es considerado propio del mundo adulto, como sucedía en la Edad Media?
El debate teórico del impacto de la tecnología sobre la infancia ha sido marcado por diversas posiciones, las cuales son presentadas como puntos de vista que tienen una connotación positiva o negativa. Desde una primera vertiente, según Postman (2011b), la prensa era vista como responsable por la creación de la concepción contemporánea de infancia y la televisión como aquello que la destruiría. En esa perspectiva la tecnología es vista como autónoma en relación con otras fuerzas sociales, pues ejerce su influencia sin depender de los contextos y propósitos en que se utiliza.
Siguiendo otra línea de razonamiento, Buckingham (2002) realiza estudios sobre los procesos sociales y discursivos mediante los cuales el significado es construido. En ese sentido, se percibe que los niños que interactúan con la tecnología hacen parte de una generación electrónica que ofrece autonomía y libertad de creación para modificar el mundo en el que se encuentra.
En síntesis, Postman (2011b) ve los medios de comunicación como influencia negativa y poderosa sobre los niños, dado que hacen que la separación entre el mundo adulto y el mundo infantil se aproximen nuevamente. Por otra parte, Buckingham (2002), entre otros, percibe que esos medios y las tecnologías, de forma general, son una especie de formación en una generación, en la cual los niños son vistos como agentes de una transformación mucho más amplia de la sociedad como un todo. La tecnología digital garantiza transformaciones industriales, democratización, libertad de elección y de expresión, innovación y colaboración. Con el tiempo, ha formado nuevas generaciones que se caracterizan por la independencia, el pensamiento y construcción de una nueva cultura (Díaz-Bernal, 2016).
Las investigaciones de Buckingham (2002) tienen por objetivo el estudio de la influencia de los medios, en especial de la televisión, en la concepción de infancia y los significados atribuidos por los niños sobre sus efectos. Se pregunta, cómo los niños interpretan un dibujo animado y cómo definen y construyen su entidad social a través del habla sobre la violencia presentada en la televisión. Los resultados de estas investigaciones evidencian el juicio de los niños sobre lo que ven, y de este modo cómo las tecnologías se alteran con una narrativa de la televisión, evidenciando procesos inherentes al desarrollo del conocimiento. Es decir, al dar sentido a los medios, los niños emplean una gama de estrategias y discursos derivados de diferentes lugares y experiencias sociales. El modo como los niños juegan su papel de espectadores muestra la regulación y el rechazo hacia las relaciones afectivas-informativas como, por ejemplo, miedo, tristeza o angustia. Es como si aprendieran a lidiar con relaciones emocionales potencialmente indeseables.
De acuerdo con Buckingham (2002), la tecnología es considerada como responsable de la transformación de las relaciones sociales, del funcionamiento mental, de concepciones básicas de conocimiento y cultura, y en este contexto, de lo que significa ser niño. Claro que hay transformaciones culturales y consecuentes cambios en el funcionamiento mental, lo que implica saber sobre el uso de las tecnologías y su influencia en la vida de los niños.
Para comprender la influencia de las tecnologías digitales sobre la vida de los niños, se debe contemplar un contexto más general, que considere las transformaciones del estatus social y las diferentes formas en que la infancia se ha definido a lo largo del recorrido histórico. Yendo más allá, se entiende que las tecnologías ofrecen formas interactivas de comunicación en relación con la infancia con nuevas formas de cultura. Además, las tecnologías utilizadas como medios de comunicación potencializan el vínculo de imágenes y mensajes que influencian las formas de actuar y pensar, y contribuyen al surgimiento de nuevos lenguajes y representaciones.
Fotograma 3: tecnología y vigilancia
Siguiendo los discursos de la era de la información, los episodios de la serie Black Mirror son presentados de manera independiente unos de los otros. De manera que tanto personajes como escenarios son propuestos como rutas diferentes. Sin embargo, algunos intentamos relacionarlos entre sí. Cada episodio aborda una historia independiente de las otras, pero mantiene un contexto general y latente en toda la serie: la tecnología. Constantemente, los protagonistas luchan contra las diferentes características que trae la sociedad de la información (Díaz-Bernal, 2017), buscando suprimir carencias, superar sus incapacidades y resolver sus dificultades con el auxilio de dispositivos tecnológicos.
Además, la unidad en la serie, como sostiene Ierardo (2018), es bastante perceptible, por tratarse de un futuro marcado por una distopía que los avances de la tecnología provocan en el hombre. La sociedad futurista es vista como un sistema perverso en el cual se asumen diferentes subjetividades de los personajes (Bostrom, 2009). A partir de esta perspectiva, los episodios mantienen un aspecto sobrio y asfixiante, con la intención de generar incomodidad emocional en su espectador.
Es pertinente resaltar que una de las características más destacadas de la serie es que pone en evidencia una paradoja temporal, la cual implica pensar de inmediato que esa realidad es distante, pero las diversas situaciones de la serie ilustran los contextos actuales sobre los cuales ha reflexionado la filosofía, la sociología y la comunicación. Aquí, centrándonos en Arkangel, el estilo de la rutina de los personajes es compatible con el concepto de vida líquida propuesto por Bauman (2017):
La vida líquida es una vida precaria y vivida en condiciones de incertidumbre constante. Las más acuciantes y persistentes preocupaciones que perturban esa vida son las que resultan del temor a que nos tomen desprevenidos, a que no podamos seguir el ritmo de unos acontecimientos que se mueven con gran rapidez, a que nos quedemos rezagados, a no percatarnos de las fechas “de caducidad”, a que tengamos que cargar con bienes que ya no nos resultan deseables, a que pasemos por alto cuándo es necesario que cambiemos de enfoque si no queremos sobrepasar un punto sin retorno. (p. 10)
Arkangel, como desarrollo tecnológico, fue creado por una empresa que ofrece transmitir en vivo a los padres de familia la localización, frecuencia cardiaca y sistema óptico, a partir de un chip de vigilancia, frente a lo cual es pertinente la reflexión de Bauman & Lyon (2013) quienes aseguran que
la vigilancia se está así desplegando en unas formas hasta ahora inimaginables, respondiendo a la liquidez y reproduciéndola. Sin un objetivo fijo, pero presionada por las exigencias de la “seguridad” y pasada por el prisma de la insistente publicidad de las empresas de tecnología, la vigilancia se esparce por doquier. (pp. 10-11)
A partir del momento en que entra en el sistema, el responsable tiene total acceso a la visión de los niños por medio de una tableta repleta de funciones, que puede, incluso, censurar imágenes violentas y agresivas de acuerdo con la intensidad de la situación y de la aprobación del responsable. Ese contexto ilustra bien lo que Deleuze (1995) afirma: “las sociedades de control actúan mediante máquinas de un tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo riesgo pasivo son las interferencias y cuyo riesgo activo son la piratería y la inoculación de virus” (p. 282). Se categoriza así una nueva forma de vigilar: los principales medios proporcionan una seguridad. “Actualmente son las nuevas técnicas y tecnologías de vigilancia, que supuestamente nos protegen, no contra peligros concretos, sino contra unos riesgos amorfos y misteriosos. Las cosas han cambiado, tanto para los observadores como para los observados” (Bauman & Lyon, 2013, p. 67).
En diálogo con Deleuze, Bauman y Lyon, podemos decir que los computadores podrían ser analizados como herramienta para formar nuevos controles sociales. Sin embargo, es válido afirmar que el control se intensifica en la medida en que los individuos interactúan con los dispositivos tecnológicos.
Los dispositivos tecnológicos son objetos virtuales que adquieren cada vez más inteligencia, debido a sus relaciones y propiedades. En las últimas décadas, miradas futuristas o críticas, como las de Toffler (1995) o Beck (2013), mostraron que los objetos electrónicos tienen cada vez más proliferación y permean los diferentes contextos. Dispositivos que antes se conectaban eventualmente con otros o con Internet, como por ejemplo, las computadoras o algunos celulares y tabletas, ahora permanecen conectados, incluso cuando no se interactúa con ellos. Los dispositivos tecnológicos mantienen una conexión, independientes de la interacción humana para permanecer online. El dispositivo tecnológico, sobre todo, mantiene una conexión no solo con otros objetos, sino también, con su propio dueño, por ser justamente el aparato más presente en nuestro cotidiano. Esto sucede porque las personas aceptan los términos y condiciones de innumerables aplicaciones en sus celulares. Muchas veces permiten acceso a sus respectivas cámaras, micrófonos, entre otros datos presentes en sus dispositivos tecnológicos, y es a partir de ese momento que son vigilados de modo sutil.
Fotograma 4: propiedades y consecuencias
La tecnología Arkangel, a modo general, tendría entonces tres objetivos principales: bloquear imágenes consideradas indebidas; filtrar en la visión del niño sujeto al chip alteraciones que los padres consideren pertinentes cuando el niño estuviera en alguna situación que contenga una carga emocional significativa; y conocer siempre la ubicación, en caso de una eventual desaparición imprevista.
La vida de Sara —protagonista— pasa ser acompañada por la madre prioritariamente en lo virtual. Los autores debaten sobre si “cada vez más, los cuerpos son, en una palabra muy fea pero apropiada, ‘informatizados’ […] en muchas situaciones de vigilancia, los cuerpos son reducidos a simples datos” (Bauman & Lyon, 2013, p. 88), es decir, la vigilancia se mantiene incorporada al individuo.
Marie desconsidera la privacidad de su hija. Bauman & Lyon (2013) explican eso al concluir que “la vigilancia puede disipar algunos escrúpulos morales cuando plantea ‘programas de ayuda’. Pero lo hace con un coste que no es en absoluto inocente desde el punto de vista moral” (p. 92). De hecho, cuestiones como la privacidad y el sigilo son renuncias en la contemporaneidad para dar acceso a esa supuesta seguridad que nos es prometida en el sistema virtual.
Por lo tanto, en el transcurso del episodio, con toda la seguridad que Marie cree tener sobre su hija, Sara va creciendo, y de a poco se opone a la tecnología Arkangel. A partir de eso, recurre a la automutilación como forma de presentar su indignación. Según Wallin (2013), el control es un instrumento peligroso, pues cuando más complejo es el sistema de control, más destructible se puede tornar. La madre, entonces, en su desespero, sigue el consejo de un psicólogo de desactivar el Arkangel y acaba por apagarlo temporalmente.
De hecho, Arkangel remite a antiguas formas de observación más represivas, promovidas en la sociedad disciplinar, sobre la cual Foucault (2012) advierte:
El poder disciplinario, en efecto, es un poder que, en lugar de sacar y de retirar, tiene como función principal la de “enderezar conductas”; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más. No encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace de manera que a la vez pueda multiplicarlas y usarlas. (p. 175)
Sin embargo, a diferencia del modelo disciplinar, el control se caracteriza por una nueva postura. Arkangel es semejante a las cámaras de vigilancia de las instituciones como la prisión, pero en la palma de la mano del individuo que la adquirió. Toda esa facilidad de acceso al monitor en virtud de la tecnología del dispositivo acaba por conectar de forma muy intensa al sujeto vigilado.
Marie acompaña la vida de Sara de forma moderada a través de la tableta, que ilustra virtualmente los sentimientos y las percepciones de la hija a partir de íconos digitales que son interpretados por la madre, a partir de lo que ella percibe a través de la pantalla del dispositivo. En consecuencia, la tableta no permite acceso a los pensamientos de la hija en ningún momento y hace que la madre concluya según lo que los ojos pueden percibir.
Podríamos concordar con Han (2014) al decir que “el hecho de que tengamos que pasar de largo sin mirarnos no es culpa exclusiva de la óptica de la cámara. Apunta más bien a la falta de mirada por principio, a la ausencia del otro” (p. 31). El medio digital nos aleja cada vez más del otro. Es así como, la realidad es capturada completamente en un ambiente virtual de imágenes, es decir, en un mundo del simulacro y de las apariencias que se hacen experiencias (Castells, 1999). De este modo, se concluye que la aproximación a través de los recursos tecnológicos se presenta como algo cuestionable, ya que cuanto más se aproxima al ámbito virtual, más se puede distanciar de lo offline.
El episodio Arkangel presenta una vigilancia bastante alegórica. Puede ser rápidamente conectado con nuestra realidad: los individuos en la sociedad actual son monitoreados cada vez más a través de innumerables tecnologías que encierran, principalmente, por intermedio de la conexión virtual, pues estamos expuestos al control porque somos muchos rastros de nuestra actividad en algún punto de la red. Partiendo de esa perspectiva, muchas empresas analizan los clics de usuarios del ambiente digital, con la iniciativa de recoger datos personales a gran escala con el objetivo de clasificar las diferentes formas en categorías de consumo a partir de perfiles.
Además, la tecnología de la vigilancia se muestra en medida colosal en la sociedad de la información, principalmente, mediante dispositivos electrónicos, que rastrean a los individuos constantemente, lo cual comprueba la propuesta exhibida en el episodio Arkangel donde, de manera metafórica, se ilustra una realidad muy próxima de la contemporánea, tal como Deleuze (1995) afirmó:
No es preciso apelar a la ficción científica para concebir un mecanismo de control capaz de proporcionar a cada instante la posición de un elemento en un medio abierto, ya sea un animal dentro de una reserva o un hombre en una empresa (collarín electrónico). Félix Guattari imaginaba una ciudad en la que cada uno podía salir de su apartamento, de su casa o de su barrio gracias a su tarjeta electrónica (individual) mediante la que iba levantando barreras; pero podría haber días u horas en los que la tarjeta fuera rechazada; lo que importa no es la barrera, sino el ordenador que señala la posición, lícita o ilícita, y produce una modulación universal. (p. 284)
Nótese entonces una condición muy cuestionable para el concepto de privacidad en el ámbito virtual. Han (2014) lo asocia, por ejemplo, con las redes sociales:
La comunicación digital fomenta esta exposición pornográfica de la intimidad y de la esfera privada. También las redes sociales se muestran como espacios de exposición de lo privado. El medio digital, como tal, privatiza la comunicación, por cuanto desplaza de lo público a lo privado la producción de información. (p. 8)
A partir de Deleuze y Han es posible percibir que, de hecho, la idea de lo privado cada vez más viene quedando de lado en virtud de la exposición virtual que nos proponemos espontáneamente a consumir (Marcuse, 2013).
En determinado momento de la trama, la madre de Sara quiere saber constantemente su paradero. A partir de ahí, Marie se ve tentada en volver a utilizar el Arkangel en secreto. Ella termina encendiéndolo. No aguanta la tentación de monitorear una vez más la vida de su hija, de modo que se torna nuevamente sumisa frente a las funcionalidades del dispositivo tecnológico.
Fotograma 5: tecnodependencia
Cuando la madre vuelve a utilizar el Arkangel, evidencia su dependencia tecnológica. Esto es comparable con el uso de las herramientas electrónicas actuales, con las cuales “se tiene una relación casi obsesiva, coactiva, con el aparato digital” (Han, 2014, p. 41). Desde esa representación de ficción para la realidad contemporánea, Marie utiliza los dispositivos tecnológicos como paradoja, por un lado, la tecnofilia como la facilidad de las herramientas de información que benefician al sujeto contemporáneo; y por otro, una tecnofobia, es decir un miedo a quedarse sin el dispositivo tecnológico que curiosamente entre los niños avanza rápidamente.
Se puede notar, entonces, que los sujetos de la sociedad de la información presentan adicción a los medios tecnológicos. Incluso hay una categorización para los diferentes tipos de vicio. La tecnofobia es algo que, de hecho, está presente en la vida de muchos, pues el miedo de quedarse sin tecnología es algo que se percibe fácilmente, debido al acceso excesivo de las personas con sus diferentes dispositivos tecnológicos.
Si, de un lado, los celulares con acceso Internet traen consigo varios factores interesantes pues optimizan la aceleración de lo virtual (Virilio, 1996), de otro lado, existe un desequilibrio entre los puntos positivos y negativos del avance tecnológico en la sociedad de la información. Está claro que el avance posee innumerables puntos positivos para nuestra cotidianidad. Resta solamente saber administrar el hecho de que los puntos negativos están inmersos en la misma tecnología. Por lo tanto, cabe mencionar a Wurman, Leifer & Sume (2001), quienes examinan la angustia que las personas crean por esos dispositivos tecnológicos y que, muchas veces, son conscientes de tal situación, pero permanecen dependientes, debido al abanico de posibilidades que solo la tecnología puede traer para las relaciones líquidas. De esta manera, como afirma Han (2010), la sociedad del cansancio permite sujeción a la tecnología. Marie no pudo liberarse de los recursos que el Arkangel proporciona, lo cual la esclavizó. Así, la comodidad se subyuga al dispositivo tecnológico.
A su vez, el episodio muestra cómo la madre vuelve a utilizar la tableta para controlar en sigilo las diferentes actividades de su hija. Marie también es controlada por las funciones de Arkangel como tecnología. Esto se da ya que la vigilancia “no deja en principio ninguna zona de sombra y controla sin cesar a aquellos mismos que están encargados de controlarlo; y absolutamente ‘discreto’, ya que funciona permanentemente y en una buena parte en silencio” (Foucault, 2012, p. 182). En consecuencia, estamos inmersos en una sociedad de control y es la tecnología la encargada de tratarnos como sumisos a ella.
Esa tecnodependencia, que repercute directamente en la vigilancia panóptica, es representada en el episodio de forma alarmante por las personas que usan ese tipo de tecnología. Los usos de las tecnologías siempre han sido el foco de atención en las reflexiones desde la educación o la pedagogía, pues los usuarios de los dispositivos tecnológicos, por ejemplo, creen fielmente en las potencialidades de los recursos que proporcionan una inmersión en la conciencia, o no, de los factores perjudiciales que acaban surgiendo con su utilización sin ponderar cualquier daño recurrente.
En conclusión, la vigilancia en la era de la información se expande y garantiza un control. Mantiene a los sujetos inmersos en la tecnodependencia. La vigilancia es el control útil, minucioso y que se perpetúa de forma desmesurada en virtud de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación adjuntas a los sujetos y sus formas de sociabilidad.
Consideraciones finales
A partir del objetivo del artículo, se analizó la relación del control social mediante las tecnologías digitales. De manera general se concluye que el pensamiento contemporáneo ha advertido sobre el control y la seguridad. En contrapartida, las reflexiones se han ligado principalmente a las empresas que “velan” por la protección como una posibilidad de interacción. La privacidad de quienes aceptan estar presentes en esas plataformas electrónicas nunca está completamente segura en las manos de las empresas a las que nosotros mismos permitimos el acceso.
Siguiendo una revisión bibliográfica, las tecnologías han llevado al sujeto contemporáneo cada vez más hacia la actualización, conexión y virtualidad, aumentando en detrimento las posibilidades de aproximación que acompañan a los dispositivos tecnológicos en sus propiedades de interacción con el otro. Por lo tanto, cuanto más próximo esté el sujeto de lo virtual, tal vez más distante de lo real. Dicha aproximación se refiere al aspecto digital, que de hecho, en determinada perspectiva, aproxima los sujetos, debido a la facilidad de la comunicación. Así mismo, el ambiente virtual permite posibilidades exclusivas que se presentan mucho más encantadoras y eficientes que las del campo físico.
Es posible también ampliar a modo de investigación lo relatado en este artículo, profundizando las reflexiones referentes a las nuevas tecnologías. Se pueden abordar además cuestiones como:
• ¿De qué forma la privacidad de los individuos es develada en las redes sociales?
• ¿Cómo las empresas trabajan los datos de las personas en las plataformas digitales?
• ¿Cómo los datos de los usuarios conectados a las tecnologías pueden interferir en instituciones como la escuela o el trabajo?
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